Partida Rol por web

Escucha atento las observaciones de Akissi y medita cada palabra mencionada por ella respecto a la actividad infernalista, sopesando que podría ser algo más oscuro a lo que están enfrentando en este pueblo. Cosa que lo llevaría a experimentar un escalofría si aun estuviera vivo ante el panorama desconocido al cual plantan cara.

-De ser así es una parte a lo que estamos enfrentando y eso me inquieta bastante-.

Respecto a los rusos sopesa cada comentario de ella pero no emite palabra alguna al hilar la iniciativa de Aurelio y probablemente lo más loable sea establecer alianza con los McLapin para que no exista un conflicto de intereses, especialmente recordando la solicitud de pacto moral de Kenneth respecto de proteger a la ciudad. Hasta escuchar las preguntas finales de Akissi que lo llevan a volver en sí.

-De los reportes se sabe que el último lugar donde fue vista la sheriff fue en el refugio de la Camada de Fenrir, e incluso se acusa de estar implicada en la destrucción de la tribu Inuit pero ese lugar actualmente se encuentra dominado por los Danzantes del Espiral Negra dado que ellos realizaron este hallazgo. Del trastorno de personalidad se desconoce pero se sospecha que sufrió una crisis psicótica y respecto del refugio se encuentra en los...-.

Una sonrisa se dibuja en su rostro.

-Luego de la Vaulderie deberemos interrogar al lobo, es probable que algo sepa-.

Siendo las respuestas finales a las consulta de Akissi hasta escuchar los comentarios de Aurelio, esa sonrisa se mantiene con una mirada siniestra pero que muestran el brillo de haber caído en cuenta de algo.

-Respecto a la propuesta de Akissi no es descabellado pero viendo los lineamientos que ha propuesto el Paladín Aurelio lo mejor será establecer una alianza con Kenneth McLapin debido a las condiciones que este ha establecido. Más aun si el próximo paso es armar a la ciudadanía para hacer frente a la amenaza sobrenatural y proteger a las bolsas de zumo-.

Antes de que pudiese realizar la siguiente orden guarda silencio al ver como el Paladín Aurelio realiza un gesto solemne de juramento común en los caballeros  y tomando nota del brillo reflejado en la espada Gladius. La pregunta respecto a su antigüedad resulta inevitable más  lo oscurantista de los métodos propuestos pero que a su juicio son bastante acertados para los próximos pasos.

-Y en usted veo el faro para recordar los preceptos por los que se ha fundado la Espada de Caín Paladín Aurelio y ante usted también juro hacer lo que sea necesario por la Congregación, por cada uno de ustedes que son mis hermanos hasta que llegue el momento de reunirme con nuestro Padre Oscuro-.

Corresponde tras tomar una postura marcial y jurando ante todos los presentes su servicio de velar por el bien de todos ellos. Observando ahora a Padre Stein.

-Padre Stein, usted trabajará en conjunto al Paladín Aurelio en esta iniciativa y solicito que comience a realizar las investigaciones correspondientes para tomar control del ayuntamiento además de investigar las actividades asociadas a la Gobernación-.

Luego observa a Arthur, recordando sus habilidades corporativas  y recordando la advertencia dada a Kenneth tras la reunión llevada entre ambos.

-Hermano Arthur, usted ha de colaborar en la investigación de Padre Stein además de comenzar a investigar cambios en la actividad económica dentro de Erebos.  Debemos asumir que la Camarilla como otras sectas traidoras no serán los únicos invasores que llegarán a la ciudad y deberemos estar preparados-.

Termina por dar las indicaciones finales y mira ahora a todos los presentes. Ahora pensando que junto a este último ha de incorporarlo en los movimientos con Kenneth de formalizarse el pacto, pero su mente divaga en cientos de estrategias y dilata lo inevitable, lo fundamental.

-Estas son las indicaciones a seguir, de realizarse modificaciones a sugerencia de ustedes lo abordaremos después. Ahora debemos llevar a cabo la Vaulderie y así consagrarnos oficialmente como manada hermanos, luego de realizarse el ritae tendrán libertad para moverse esta noche-.

Dando a entender que tras el ritae todos podrán contar con libertad de acción.

Asiento ante las órdenes del ductus. El equipo que se me había encomendado: Aurelio y Arthur parecían particularmente competentes, pero todavía tenían mucho que demostrar.

Leonid se había empeñado en dar título de paladín a Aurelio, aunque aquello excedía por completo sus competencias en la materia, y el propio Aurelio se había arrodillado a la espera de recibir el sacramento oficial que teóricamente solo podía impartir una eminencia dentro de la secta.

En falta de la disposición del cardenal u otro obispo o gran inquisidor, suspiro y sintiéndome en la necesidad de arreglar oficialmente aquel desorden, me acerco a Leonid y le pido que se aparte con un gesto, para así poder situarme frente al arrodillado Aurelio.

Ante todos los presentes me saco el collar que llevo en el pecho y sostengo en alto la insignia de San Gustav:

Una pieza de orfebrería de finales del siglo XVIII con la que se identificaban los primeros inquisidores. No fue el símbolo definitivo que unificó la inquisición, pero quienes tengan buenos conocimientos de la historia del Sabbat pueden reconocer dicho emblema.

- Yo Richard Harold Stein, sacerdote de la ilustre iglesia del Padre Oscuro, uno de los primeros inquisidores y encargado de proteger este mundo de las huestes infernales y guardián de la palabra de Caín y sus enseñanzas sobre las maldades de este mundo, acepto tu promesa y te nombro a ti: Aurelio Rodriguez de Navarra, paladín de nuestra Iglesia, para que luches contra le herejía y hagas grande nuestra causa.

Pongo una mano sobre la cabeza de Aurelio y cierro los ojos

- Levántate ahora defensor de la Iglesia de Caín, como nuestro nuevo Templario.

Y terminada la breve escena miro a la bruja Melanchta para pedirle lo siguiente:

- ¿Nos hará el honor de acompañar a la manada hasta la capilla? siento que es el momento de que nos unamos en sagrada vaulderie.

Permanecí en silencio, observando todo cuanto acontecía a su alrededor, tomando nota sobre todos aquellos aspectos que sus hermanos y hermana debían aprender... Esta vez la suerte era que parecían ser competentes y eso era una buena baza...

Miré a Stein y asentí. Me levanté y miré a mi alrededor

- Lamento informar que no tuvimos tiempo de consagrar con sangre la capilla, después de todo nada más llegar aquí se nos encomendó salir a vuestro encuentro... Por ello, esta vaulderie será parte del bautismo de sangre de la capilla... El cáliz debe estar ya allí... ¿Desea bajar antes, Padre Stein? Por si necesita hacer alguna modificación y conocer el lugar...

- Podemos ir todos juntos. No requiero de preparativos previos por ahora. Gracias madre Melanchta.

Junto a Melanchta, acompaño a la manada a la capilla donde tendría lugar el ritae de unión y una vez todos dispuestos alrededor de la sala, me dirijo al altar y dispongo al lado del cáliz protocolario, la daga ceremonial que llevo en el interior de mi chaqueta.

La levánto en alto y se la enseño a los presentes antes de inclinarme sobre el altar y pronunciar:

- Gloria al Padre Oscuro.

Abro el libro de Nod y me dispongo a recitar un pasaje en particular:

- [Crónica de Caín] Y mi hermano, querido Abel, me dijo: “Caín, no has traído un sacrificio, un regalo de la prima parte de tu alegría, para quemarlo en la ara de Aquél en lo Alto.”

Y lloré lágrimas de amor, cuando con mis útiles puntiagudos, sacrifiqué aquello que era la parte prima de mi alegría, mi hermano.

Hago una pausa y levanto la mirada hacia mis compañeros de manada antes de terminar la estrofa:

- La sangre de Abel olía dulce mientras ardía.

Mis facciones duras ahora se disponen a dar sentido a aquellos versos.

- Igual que hizo Caín, nosotros también debemos hacer sacrificios. Los hemos hecho ya. Algunos han perdido su posición y otros a sus hermanos y camaradas. 

Recordemos a los caídos: Aurora y Lawrence.

La palabra de Caín nos recuerda que a veces debemos entregar aquello que queremos, aunque duela, pues la recompensa así lo exige.

Hoy la recompensa es la unión que está a punto de acontecer. Y el sacrificio, nuestra sangre.

Me giro con solemnidad hacia la Madre Melanchta, cediéndole la palabra con un gesto.

Asentí con la cabeza y me giré hacia la nueva manada que allí nacía

Llovieron lágrimas de rabia, pero yo pude lograr reprimirlas.

Llovieron lágrimas de tristeza, pero yo no las dejé fluir.

No le entregaría tales ofrendas,

Ni cualquier otra de corazón

- Tal y como nuestro Padre Oscuro nos enseña debemos fortalecernos en nuestras pérdidas y alegrarnos porque ellos ya están junto a él... 

Conjuró comida de entre la noche

Y me la ofreció, dándome fuerzas.

Tomó su rabia y destiló vino,

Y me lo dio, calmándome

La sed.

Tomé aquello que deseaba,

Y bebí de su sangre, y el poder

Fluyó impetuoso a través de mí,

Salvaje como las bestias del bosque,

Tan negra como su propia

Sustancia.

Los fuertes se alimentan de los débiles,

Y reclaman para sí su poder.

Sabed que no hay Vínculo Mayor

Que el de Caín con sus hijos,

Y a través de Mí,

Se rompen las cadenas

Se rompen todos los grilletes

Antes de que pudiera salir por completo, Kasius logro escuchar algo que llamó su atención, el Ductus tenía una misión para él, se había mantenido en silencio y realmente quería conocer el terreno pero las órdenes deben cumplirse y el mando mantenerse, asintió cuando este termino de encomendar tan importante deber.

Luego de ello se realizaron juramentos entre ellos, cosa que no molestaba en lo absoluto a Kasius pero si parecía un poco sobreactuado, en fin, al final se quedo a escuchar pues el ritae de unión estaba próximo a empezar y eso era un compromiso que seguro sería un error eludir, ya al momento se empezaron a recitar los respectivos sacramentos que nos unirian, empezó por supuesto el Padre Stein y luego de ello la Madre Melanctha pronto se sacaría el Caliz y tendríamos el gusto de unirnos como manada.

Cuando Arthur se entera que se iniciará la Vaulderie, decide desvestir la parte superior de su cuerpo ya que en una ocasión anterior inmediatamente después realizaron una Danza del Fuego y su sobretodo, saco y chaleco de casimir, su camisa de seda blanca y su corbata de cuero de color negro como sus demás vestimentas podrían arder, al igual que sus sobaqueras y su par de Desert Eagle que podrían explotar debido a sus 14 cartuchos calibre .50 AE que cargan entre ambas y los otros 28 contenidos en 4 cargadores extra. Su kukri bañado en plata dentro de su estuche de cuero también lo deja en su lugar y va repitiendo para sus adentros a modo de mantra: "Muerte a la Camarilla y a todos los enemigos del Sabbat".  

Está visiblemente emocionado por la experiencia que antecede a dar muerte a quienes desprecia simplemente porque se oponen al orden natural de las cosas.  

Señalo a Leonid con la palma abierta hacia el techo y luego cojo el cáliz de la mesa y se lo extiendo con ambas manos.

El protocolo debía seguir la jerarquía de la manada y eso significaba que el ductus sería el primero en llenar el cáliz con su sangre y el primero en beber. Después le seguiríamos los sacerdotes, el paladín y luego el resto de integrantes.

Todos vertiríamos vitae y después beberíamos.

Aurelio asintió ante las palabras de su nuevo Ductus con solemnidad. Luego el Sacerdote fue testigo de su nueva posición en la manada. Era importante recordar las viejas tradiciones, pues estas otorgaban peso y confianza en lo que hacían, en lo que eran. Si olvidaban por lo que lucharon corrían el peligro de perder su propia esencia, a cambio de nuevos tiranos con cadenas nuevas.

Pronto deberían empezar a dar los primeros pasos. No iba a ser fácil, Erebo había sido sacudida por los enfrentamientos entre los seres inmortales, los oscuros hechiceros, las fuerzas de la naturaleza.. Desgarrando el mismo tejido de su realidad mundana por la supremacía entre titanes. Faltaba ver qué papel jugaría Stein, su nuevo aliado, en la ardua tarea de armar al pueblo y consagrarlo al señor a través de la tentación y la prueba.

El papel de la mafia era un misterio que otros deberían resolver. Confiaba plenamente en sus hermanos de manada, pero si había un culto de infernalistas entre esos mafiosos eslavos el riesgo podía llegar a ser muy superior al esperado. Sin embargo,  el crimen organizado había demostrado ser uno de los pilares sobre los que se asentaba la ciudad sombría.

Si querían triunfar, deberían mostrar un bloque común y atacar todos los frentes, ejercer la presión necesaria para imponer la voluntad del señor y el padre oscuro y llevar al sabbat a la victoria. Cuando el Ductus dió por terminada la reunión era hora de convertir a un grupo de extraños en una manada. Se levantó cuando todos se dirigieron hacia la capilla destinada a los rituales de la antigua manada de los arcanistas. Una sencilla habitación, con los iconos de las sendas dispuestos cual centinelas silenciosos a su alrededor, en distintos pilares de piedra esculpida. Poco a poco se distribuyeron en circulo frente al altar y a los dos sacerdotes investidos con antiguos conocimientos y pesadas túnicas.

La capacidad de ambos sacerdotes quedó patente en pocos minutos, eruditos consagrados. Relataron las palabras de Cain, escritas en sangre hacía milenios. Rememoraron los votos y las directrices del padre oscuro. Ellos eran la voluntad y la espada de Caín, y pronto extenderían su manto sobre la ciudad de la noche eterna.

Leonid quedó complacido ante la actitud y gesto formal presentado por el Inquisidor Stein de hacer valer el juramento presentado por el Paladín Aurelio al momento de consagrar su espada al servicio de la Cofradía, sacando conclusión que aquel dúo serán sin lugar a duda eficientes como eficaces para influir en las masas. De gran manera, las misiones asignadas como las combinaciones de equipos que han de desarrollarse a su juicio resultarán ser más que prometedor y no puede pedir más en ese mismo momento.

Son demasiados frentes, y demasiado necesario el status quo de algunas alianzas que con el tiempo deberán romperse para dar paso a algo nuevo

Cruza el pensamiento por su mente y se encamina en dirección a la capilla, guiados por Madre Melanchta. Los pasos se hacen escuchar como un eco que retumba, lento como un compás que va anunciando lo inevitable de formar esos lazos que volverá a todos ellos oficialmente Hermanos en la Yihad.  Observando detenidamente cada una de las estatuas y decorativos dispuestos en la Capilla hasta formar parte del círculo que poco a poco se va construyendo por cada hermano, posicionándose al lado del Padre Stein.

Escucha los sermones del Padre y la Madre, recordando los ritaes de sangre no solo del Nuevo Mundo que ahora se vuelve viejo ante sus ojos por cada sangre derramada sino por el rito de creación. Fue en Moscú, un rito enfermizo consagrado a una entidad que mora bajo la tierra, un Tzimisce durmiendo en forma de Dragón representado por los hermanos, Perún y Veles, pertenecientes a los clanes fundadores y curiosamente ambos tomaron a él junto a su hermana para convertirlos en una proyección de ellos. Siendo ese recuerdo algo distante no por el paso del tiempo, sino por el deseo inconsciente de querer verlo cada vez más lejos a causa de su presente.

Terminando el sermón liderado por ambos sacerdotes, observa como Stein ofrece la daga ceremonial que es tomada con la mano derecha y lo lleva a la palma de su mano izquierda. El filo de la hoja es familiar, frío y evocador en recuerdos, formando un puño donde la sangre empieza a ser derramada  como dictamina el rito; extendiendo la hoja al sacerdote tras dejar caer las últimas gotas de sangre.

El gesto se repetirá en todos los hermanos y se dará paso a beber cada gota de sangre.

Tras Leonid se acerca Aurelio, sin vacilar toma la daga de nuevo de manos del sacerdote y realiza una cruz de sangre en su palma abierta, dibujando caminos carmesí que cayeron en el caliz. En silencio se apartó con la mirada de ojos azabache oculta tras los pliegues de su capucha.

Asentí ante las respuestas que me brindaba Leonid, respuestas que sin embargo no lograban dar mucha mayor luz a la oscuridad que envolvía al paradero de Darija.

- Si existe un acuerdo con los Danzantes, me gustaría con su beneplácito visitar el antiguo refugio de la Camada y ver qué información puede obtenerse. Incluso los mismos lupinos quizás sepan algo y estén dispuestos a hablar- contesté al Ductus, sin poder ocultar del todo mi desagrado al pensar en tomar siquiera un mínimo contacto con los hombres lobo-. En cualquier caso, la otra posibilidad sería su refugio o el de Vondik.

Una vez las palabras del Lasombra cesaron, las de Stein se impusieron. Primero para consagrar a Aurelio como Templario, potestad que sin duda no yacía en la manada, pero que sin embargo implicaba un título que mostraba el respeto y reconocimiento para nuestro antiguo Ductus. Segundo para llamar a la manada al ritae de la Vaulderie, por lo que sin más comencé a caminar junto al resto en dirección al tercer piso donde se hallaban las capillas.

Escuché los versos nodistas pronunciarse, y cerré mis ojos y sonreí a gusto por lo que oía. "Le di mi sangre y lo ungí con ella, para que fuera una abominación en mi hogar", pronuncié en mi mente, recorriendo aquellos entre otros versos que también había estudiado, pero que más que sonrisa despertaban en mí atención.

Con solemnidad el Padre tomó la daga, la herramienta que bien mencionó la Madre, y procedió al sacrificio de su sangre, así como los otros. Cuando llegó a mí, tomé el arma y hundí levemente la punta de la hoja en mi antebrazo, cerca de la muñeca, desviándola un poco hasta que la carne se abrió y dejó escapar un hilo se sangre que se extendió hasta finalmente comenzar a caer hacia el recipiente. Luego acerqué la herida a mi boca y pasé la lengua para cerrarla, brindando la daga y el cáliz a mi hermano más cercano.

Cuando el cáliz llegó a mi corté mi muñeca con mis colmillos y dejé que la sangre se mezclara con el resto... Cuando regresó el cáliz a mi para beber recité unas palabras en griego. 

Kasius recibio el caliz de parte de sus hermanos y como ya lo había hecho antes mordio su muñeca y dejo caer su vitae, de retorno bebió como lo manda el Ritual fortaleciendo así los vinculos con todos los miembros de la nueva manada.