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Nothgoth - Memento Mori

Capítulo 4: El Azote del Infierno

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21/07/2016, 12:55
Director

Daba igual cuantas veces hubiera visto Gustav aquella puerta, ese día parecía especialmente imponente. Había decidido ir sólo hacía allí pues consideraba que debía afrontar sólo sus errores cómo líder de la banda, y sin embargo, ahora se sentía un tanto indeciso. Su indecisión era producto de la culpabilidad que sentía... Y dicha culpabilidad no provenía sólo de haber sido él el causante de que las cosas hubieran acabado así, sido también por no haber pensado todo lo que debía sobre el tema.

Había pasado varios días estresantes por culpa de tener que planear tantas cosas al mismo tiempo que esquivaba los rastros de la guerra (Patrullas, reclutadores o gente con demasiada curiosidad). Su estrés sólo se había visto atenuado gracias sólo por la presencia de Hannah... Y ahora se encontraba delante de aquella puerta, a solas, sin saber muy bien que decir o por dónde comenzar. 

La puerta que servía cómo entrada a la discreta vivienda que había sido en el pasado el hogar de Heath. 

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22/07/2016, 14:27
Gustav Andersen

No voy vestido como acostumbro, estoy completamente desarmado pero con la ropa de cuartel, pese a todos estos años seguiamos siendo soldados. Cada uno de nosotros guardaba aún las ropa y las condecoraciones. Llevo todo guardado junto con la parte del botin de la banda de Heath. Finalmente llevo en la mano las últimas cartas que escribió Heath para su casa. Estaba esperando a volver de Goldzwall para mandarlas.

"He tenido que despedirme de demasiados de mis caramaradas. Nunca me acostumbraré, nunca debo acostumbrarme. Se lo debo " pienso mientras llamo a la puerta. 

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22/07/2016, 15:26
Pamela West

Gustav pica a la puerta en primer lugar con solemnidad, pero nadie responde a su llamada. Tras eso, pica con algo más de insistencia, y al cabo de unos segundos puede escuchar una voz de mujer en el interior. 

¡Que si! ¡Que si! ¡Ya va! ¡Ya va! - Decía algo alborotada. 

La puerta se abre ligeramente y por ella se asoma una cabeza con ojos cargados de desconfianza. La mujer de Heath, Pamela, nunca había sido especialmente atractiva y no es cómo si pudiera permitirse el lujo de usar maquillaje, por lo que era imposible ocultar sus extrañas facciones. En vez de eso, parecía lucirlas con orgullo, teniendo siempre la cara limpia y el pelo recogido en un comprimido moño. 

Cuando mira fijamente a Gustav, su mirada esta cargada de reproche. 

Tú. - Dice mientras que levanta la cabeza, cómo si con ello realzara su orgullo. - ¿Que se te ha perdido a ti por aquí? - Mira por los alrededores. - ¿Dónde está el idiota de mi marido que tiene que mandar a su jefe en vez de venir a verme? 

Gustav no había visto muchas veces a aquella mujer, pero todos sus encuentros habían resultado bastante hostiles. Negándose a escuchar cualquiera de sus explicaciones, de alguna forma u otra acababa enchandole siempre en cara a Gustav que su marido se hubiera visto forzado a abandonar el ejército y su hogar. 

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22/07/2016, 23:27
Gustav Andersen

- ¿Puedo pasar?

Mantengo la expresión seria. Me acuerdo de la última que vi a Pamela, estaba con Heath ayudando a llevar suministros a su casa. Íbamos disfrazados de comerciantes, casi me había olvidado de lo mal que le caía.

"Con razón, me llevé a su marido de su hogar y le voy a devolver unas medallas y metal que no vale un marido"

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24/07/2016, 09:59
Pamela West

Una chispa de temor aparece en los ojos de Pamela al mirar directamente a los ojos de Gustav. A pesar de que su postura sigue siendo hostil respecto al mismo, su tono de voz se vuelve algo menos severo. 

¿Que es lo que pasa?

Sigue plantada en medio de la puerta, de momento no parecía tener intención de dejar pasar a Gustav. 

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24/07/2016, 10:16
Gustav Andersen

- Vengo a entregarte las últimas pertenecias de Heath. - Lo digo con tristeza con la poca expresividad que queda en mi cara.

 

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24/07/2016, 10:23
Pamela West

El hecho de que a Pamela se le corte la respiración durante unos segundos le indica a Gustav que la misma ha entendido a que había venido. Evidentemente se la ve afectada... Pero era cómo si todo estuviera ocurriendo en su mente. No había pesar en su expresión, ni lágrimas en sus ojos. Pamela había demostrado desde siempre ser una mujer especialmente fuerte, no había tenido una vida sencilla... Y Gustav siempre había sido el encargado de empeorarla. 

Y a pesar de dicha fuerza, la voz se le quiebra cuando dice. 

¿Q-Que es lo que ha pasado? - Intenta mantener la compostura, pero Gustav no tarda en ver desesperación en su rostro.

Y antes de que a Gustav le de tiempo de responder, Pamela lo acalla con la mano y mira a ambos lados de la calle. Entonces con un breve gesto de cabeza, invita a Gustav a pasar al interior de la casa. El interior era tan sencilla cómo el exterior a pesar de que Gustav sabía los tesoros que le había llevado Heath a su mujer. Conociéndola, seguramente la misma los tendría escondidos para un caso de necesidad o para cuando Heath y ella se decidieran a abandonar para siempre aquella putrefacta ciudad. 

Lleva a Gustav hasta una pequeña sala y le hace sentarse en un taburete mientras que ella ocupa una silla frente a él. No le ofrece nada, simplemente lo mira fijamente, en busca de su respuesta. 

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24/07/2016, 10:36
Gustav Andersen

Lentamente, en silencio, pongo los objetos que he traido encima de la mesa. Encima de todo las cartas.

- Heath te envió una carta antes de que marcháramos a la misión en Goldzwall. Todo iba bien, al menos lo bien que podía estar yendo en aquel lugar. Estábamos colaborando con unos Zwerk de la ciudad, durante este tiempo Maverick y Heath estaban con ellos. Fue entonces, nos traicionaron. - Hago una pequeña pausa puesto que me cuesta continuar. - Mataron a Heath y Maverick a traición.

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24/07/2016, 11:48
Pamela West

Cuando Gustav deja de hablar, Pamela no responde. En vez de eso estira la mano y comienza a leer las cartas en silencio, primero con calma y después con cierto nerviosismo. Poco a poco mientras leía su postura perdía fuerzas y sus ojos se volvieron cristalinos. Sin embargo, las lágrimas no salieron. Y cuando aún su mirada seguía baja, fija en las últimas palabras de su marido para ella, murmuró:

¿Esto es todo? - Lo dijo con pasividad, casi sin fuerza en la voz. 

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24/07/2016, 12:32
Gustav Andersen

- No sufrió y el traidor fue ajusticiado. - Lo digo para llenar el espacio, como si cuando deje de hablar sea el final de Heath. No le llegué a decir adiós. Me gustaría disculparme a el y es egoísta pedirle el perdón a su mujer. Debo vivir con mis errores, no hay una salida que expíe mi responsabilidad.

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24/07/2016, 14:29
Pamela West

Pamela permanece en silencio durante otros largos y angustiosos segundos, y de pronto levanta la cabeza, sus ojos cargados de rabia. 

¿¡Esto es todo!? - Repitió, ahora mucho más alterada y con las lágrimas corriendo por sus mejillas. - ¿Era esto lo que querías conseguir, Araña? ¿Que la tragedia continuara? Viste cómo las llamas consumían aquello que te pertenecía, cómo muchos de los que te seguían morían. ¡Pudiste haberlo tomado cómo una advertencia! ¡Pero no! ¡Tú quisiste continuar con esta locura! - Se levanta, por su postura casi parecía que se fuera a lanzar al cuello de Gustav en cualquier momento. - ¡Y ahora tu estúpida venganza se ha llevado a mi marido también! ¡¿Era acaso esto lo que buscabas?! 

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24/07/2016, 14:40
Gustav Andersen

- Heath creía también en un mundo mejor. Su lucha no fue vano. Enfádate, grita, me equivoqué y eso ha costado mucho. Pero seguimos avanzando, servimos a Helltia, has visto la guerra que se avecina. No es una locura querer proteger a lo que amamos. Tu marido creia en eso.

No digo con la voz profunda pero es casi más para convencerme a mi que a ella. 

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24/07/2016, 19:38
Pamela West

Parecía que las últimas palabras de Gustav hubieran afectado especialmente a Pamela, pues la misma se alteró. Se abalanzó hacía adelante con un par de pasos y levantó la mano abierta, y golpeo con la misma la cara de Gustav. El golpe apenas le dolió al mismo de forma física, sin embargo, era una puñalada para sus emociones... ¿Era esto suficiente? ¿Cuál era realmente el castigo que se merecía? 

- Ni se te ocurra hablar de aquello en lo que creía Heath. - Dice Pamela, cómo si escupiera las palabras con rabia. - Se muy bien aquello en lo que creía. Y se que también creía que algún día seríamos libres de marcharnos de esta putrefacta ciudad. Y sin embargo... - Las siguientes palabras les dice con menos fuerza, con pesar. - Eso ya no importa. Nada importa... Sólo que él ya no está. 

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25/07/2016, 06:52
Gustav Andersen

Cuando me pega, la estoy mirando directamente a los ojos, con unos ojos cristalinos pero tristes. - Si el destino me hubiera dejado elegir, hubiera elegido morir ese dia y que fuera Heath quien estuviera dando las malas noticias.

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25/07/2016, 12:18
Pamela West

No serían tan malas noticias... - Concluye Pamela, con severidad pero sin fuerzas.

Tras eso se queda en silencio, observando a Gustav directamente a los ojos, con determinación. Y al final, parece rendirse y vuelve a su asiento. Vuelve a mirar lo que había sobre la mesa, en silencio. Cuando parecía que no iba a decir nada más, de pronto murmura, sin mirar a Gustav.

¿Sabes que Heath me contó muchas cosas, Araña? Se dónde os escondéis, conozco a muchos de vuestros aliados. Podría venderte a los guardias de la ciudad ahora mismo... - Lo vuelve a mirar, con el ceño fruncido. - Pero no lo haré. No por ti, si no por Heath y aquellos a los que lamentablemente consideraba sus amigos. Eso es lo único que vas a recibir de mi parte, pues nunca te perdonaré. - Se levanta. - Ahora vete, antes de que me arrepienta de mi decisión. Y procura que no vuelva a verte jamás. 

Dicho esto, recoge las cosas que le había traído Gustav y se marcha de la habitación, cómo si esperara que Gustav simplemente desapareciera por su cuenta. 

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25/07/2016, 15:35
Gustav Andersen

Cuando la habitación se calma completamente, como si el hecho de que personas hablaran en esa habitación hubiera sido hace una eternidad. Me levanto con la mirada dura, me muevo con movimientos pesados hacia fuera de la casa y cuando estoy fuera. Me coloco de nuevo las bandas de forma mecanica. Cuando he terminado camino hacia mi proxima destinación.

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25/07/2016, 16:04
Director

Muy a su pesar, Gustav no sólo sentía que no se había librado de parte de la carga que llevaba sobre los hombros, si no que la misma se había accentuado. Con un poco de suerte, sin embargo, su siguiente encuentro iba a ser un poco menos desafortunado. De la misma forma que había querido hacerle un último favor a Heath, también quería hacerle uno a Maverick. El mismo no tenía familia alguna, pero si una gran lista de deudas... Ya era hora de que alguien se encargara de pagarlas, o como mínimo reducirlas. 

Mientras que Gustav paseaba por las calles de Gloryhill, pudo ver el miedo y el nerviosismo producto de la guerra que se avecinaba sobre Helltia. Si bien la noticia de que el Consejo y el ejército rebelde se fueran a reunir para negociar resultaba algo tranquilizador para algunos, para otros no era para nada alentador. Todos sabían que Erik Escorpión era un hombre de ideas fijas... Si había comenzado todo esto buscando guerra, habría guerra. Eso quería decir que los más pesimistas ya corrían de arriba a abajo recolectando todos suministros necesarios... O al menos rapiñando los pocos que no estuviera requisando ya el ejército que estaba reuniendo los Monzward.

Gustav había visto el ejército al entrar en la ciudad, hacía un par de días después de descansar en su guarida tras el viaje, y había concluido que el mismo no era tan grande cómo el que tenía preparado Erik. Sin embargo, cuando las fuerzas de la Iglesia se unieran ya sería otro cantar. Y todo apuntaba en que vendrían, pues extrañamente los Golem habían abandonado las Tierras de Kihn, abriéndoles de nuevo el paso, y volvían a Helltia. Lo que sea que fuera a ocurrir tendría consecuencias desastrosas para Helltia... A no ser que Gustav se moviera lo bastante rápido para evitarlo. 

Perdido en sus pensamientos, Gustav se adentró en otra calle que le era familiar. Allí estaba la posada dónde solía pasar la noche cuando se hospedaba en la ciudad, el mismo lugar que le había servido de descanso el día antes que pusiera rumbo a Goldort. Y al fondo de la calle estaba el burdel llamado el "Suspiro de Kihn". Cómo siempre al recordar ese nombre, Gustav se preguntó como era posible que la Iglesia no hubiera destruido aún ese local. El local estaba regentado por Madam Mary, la cuál por lo visto movía bastante información a través de lo que descubrían sus prostitutas. 

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25/07/2016, 16:47
Gustav Andersen

Entro en el  burdel, intentando no llamar la atención. Aunque no creo que se hayan olvidado de mi, Madam Mary no se la recuerda precisamente por olvidar lo que ve y escucha. Me acerco a donde esta Madam y digo.

- Buenas días, ¿Tendrías un momento y un lugar para charlar?

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25/07/2016, 19:40
Madam Mary

El local estaba vacío a aquellas horas, por suerte, Gustav había madrugado bastante para que fuera así. Cuando Madam Mary lo ve entrar por la puerta levanta una ceja con interés. Una vez que le ha hecho su petición, ella sonríe. 

Por supuesto. - Mira hacía una puerta lateral y chasquea los dedos. Por la puerta se asoma una niña a la que Gustav había visto antes, era la ayudante de la Madam. Entre la reputación de la Madam destacaba el hecho de que todas sus prostitutas eran mayores de edad, por ello a las chicas más jóvenes que se acercaban a ella en busca de trabajo le encargaba otro tipo de tareas. - Vigila la entrada. - La niña asiente y se coloca detrás del mostrador. 

Acto seguido, la Madam le hace un gesto con la mano a Gustav invitándolo acompañarlo a través de una puerta detrás del mostrador. Allí había una habitación con diferentes puertas y unas escaleras, las cuales conducían a otro conjunto de habitaciones. Pero la Madam fue directa a una en la esquina. Tras entrar, Gustav supuso que debía tratarse de su despacho personal. Tenía estanterías con libros y figuras, alfombras y plantas exóticas decoraban el lugar, acompañados por una dulce fragancia. En el centro de la sala había un escritorio de madera de buena calidad y a cada lado una silla.

De nuevo, la Madam hace un gesto invitando a Gustav a sentarse en una de las sillas y ella ocupa la otra. Cruza las manos encima del escritorio y por fin comienza a hablar. 

- Si te soy sincera, no esperaba que alguien tan buscado cómo tú se planteará volver a un lugar tan humilde cómo este... Y sin embargo tenía la esperanza de que buscarías mi información tarde o temprano. - Sonríe pícara. - Gustav Andersen, la Araña, el hombre que escapó a la muerte dos veces y que se rumorea que ha formado a una alianza con los Gnagerit. Eso sin mencionar a la gente con la que te relacionas ahora... - Se acerca un poco más a Gustav, inclinándose. - Dime, ¿Que te trae hasta mí? 

Gustav comprendía porque aquella mujer sabía tanto, pues al llegar a Helltia había escuchado las historias y rumores que corrían ahí sobre él. Su visita a Goldort no había pasado desapercibida, y al haberse autoproclamado cómo la Araña también ahí era normal que los informadores hubieran indagado al respecto. En cuanto a los Gnagerit, también se había extendido el rumor de que la Araña había estado en Vado Verde y que había usado magia Gnagerit durante su estancia. Aquello no era algo que le hiciera especialmente gracia a Gustav, pero por suerte las historias no explicaban con mucho detalle el alcance de su poder, así que al menos tenía aún cierto factor sorpresa. 

Sin embargo, lo que mosqueaba a Gustav sobre lo que había dicho Madam Mary era lo de "la gente con la que te relacionas ahora"... Eso daba a un abanico de posibilidades. Desde la más simple, cómo eran los Zwerg o los Gnagerit, hasta las más conflictivas cómo eran el hecho de que aquella mujer supiera de sus tratos con el Escudo de la Justicia o, peor aún, conociera la existencia del Jarad.

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25/07/2016, 21:18
Gustav Andersen

- ¿Que me trae aquí? Siento decepcionarte. La razón principal es bastante mas simple. Maverick. Estoy seguro que algunas de tus chicas se acuerdan de el y mas de un cobrador de deudas habrá pasado a preguntar. - Hago una pequeña pausa antes de continuar. - La aventura en Goldort se la podría considerar una victoria pero cometí errores, esos errores le costaron la vida a algunos de mis camaradas. Entre ellos Maverick. No tenia familia, el único sitio en el cual se gastada el tiempo y el dinero era con tus chicas. He venido entonces a entregaros parte de nuestro tesoro para intentar cerrar su deuda. Para honrar a un camarada que ha pagado el último precio en nuestra lucha.

Saco una bolsa de oro y la dejo sobre la mesa. - No te quiero ofender, lo que me has dicho ha picado mi curiosidad, no creo que en Helltia mis enemigos tengan más información de la que dispones pero antes de hablar de "negocios" he venido a honrar a uno de mis hermanos en sangre.