Partida Rol por web

Caminas por las calles mas amplias con Marcel, como si este evitara las rutas menos pobladas. La gente te mira un segundo y sigue con lo suyo, observas que son tus vendas lo que les llama la atención, pero al ir acompañada de un clérigo, solo levantan los hombros y siguen a lo suyo tranquilamente.

-Es peor de lo que te imaginas, en las últimas dekanas han desaparecido docenas de personas. La mayoría de los testigos afirman lo mismo que hoy hemos visto, un grupo de guardias arrestando a la gente sin motivo y después desapareciendo sin dejar rastro. Marcel baja la cabeza negando. Al gobernador no se le ha visto desde principios de verano, dicen que esta encerrado en su despacho día y noche, apenas permite audiencias y solo se le puede enviar mensajes. Los jefes de la milicia han enviado varios mensajes, pero no han obtenido respuesta. Si de algo puedo estar seguro, es que ellos no permitirían lo que hemos visto hoy.

Llegas a la puerta este de la ciudad y en una hora vas y vuelves del bosque junto a tu compañero. Cuando te acercas a la ciudad tu dinosaurio hace un ruido amenazador a la ciudad y finalmente entra contigo caminando nervioso y mirando a todos lados. Dos guardias os acompañan desde las puertas hasta el cuartel, mientras la gente se aparta de vuestro camino y mira entre temerosa y curiosa. Una vez en la puerta del cuartel de la milicia, un edificio de piedra antiguo, con un patio trasero y una segunda puerta que da a este desde la misma calle. Ves aparecer un pequeño carro tirado por un buey, conducido por un guardia humano, acompañado por un enano que lleva también ropas de guardia, aunque algo diferentes y de mejor calidad. La puerta doble que va al patio trasero se abre y el carro se detiene, Marcel se adelanta y le susurra algo al enano, que te mira tanto a ti como a tu compañero animal. Ves que su expresión pasa de la sorpresa a la furia y finalmente a la pena. Os hace un gesto y pasas por esa puerta, siguiendo al carro y al resto.

Ves un patio lleno de arena roja, donde media docena de hombres practican con la espada y el arco, llegando a una pequeña cuadra desprovista de caballos. El enano baja del carro y camina unos pasos hasta vosotros, mientras un par de guardias levantan una manta en el carruaje y se llevan dos cadáveres de unos tipos con malas ropas y aspecto tosco y descuidado.

-Soy Mirren, el jefe de la milicia diurna. Marcel me ha contado quién eres y en grandes rasgos lo que ha pasado, ¿me podéis dar más detalles? Te pregunta con gesto educado y un tono de preocupación en la voz.

Conforme escucho el griterío me visto apresuradamente poniendo mi brillante armadura negra,tiro dos monedas de plata a la doncella de mi alcoba por dejar la faena a medias rezo al dios pagano pelor de los caminos y cirik para que me ayuden con piedad y misericordia por la futura sangre derramada.Miro a la doncella de mi alcoba y le digo románticamente en verso:Doncella a mi regreso os metere toda ella.

Pensamiento:No se que cojones de deidad habrá que recurrir para que el director de dicha partida postee y poder participar de una vez.¿Y como degollar al picaro? Dueño de las tierras cuya recompensa es legendaria tullido y sin que nada lo caracterice de hombre.O al loco papa pitufo elfo de chueca que lo demandan disecado para el museo de un tal Lord voldemorth de sobrenombre krilin...En fin divagaciones y al tajo que he de empezar a repartir piedad y misericordia con mi espada y maza...

Al tomar el resto otro camino te diriges directamente a la puerta del cuartel de la milicia, un edificio de piedra antiguo, con un patio trasero y una segunda puerta que da a este desde la misma calle. Ves aparecer un pequeño carro tirado por un buey, conducido por un guardia humano, acompañado por un enano que lleva también ropas de guardia, aunque algo diferentes y de mejor calidad. La puerta doble que va al patio trasero se abre y el carro se detiene, Marcel se adelanta y le susurra algo al enano, les hace un gesto y pasan por esa puerta, siguiendo al carro y al resto.Ves un patio lleno de arena roja, donde media docena de hombres practican con la espada y el arco, llegando a una pequeña cuadra desprovista de caballos. El enano baja del carro y camina unos pasos hasta vosotros, mientras un par de guardias levantan una manta en el carruaje y se llevan dos cadáveres de unos tipos con malas ropas y aspecto tosco y descuidado.

-Soy Mirren, el jefe de la milicia diurna. Marcel me ha contado quién eres y en grandes rasgos lo que ha pasado, ¿me podéis dar más detalles? Le pregunta con gesto educado y un tono de preocupación en la voz al ddruida. Avanzas hasta colocarte detrás del clérigo de Mieliki, el druida y un velocirraptor que parece ser el compañero animal de este último. Al parecer nadie se ha percatado aún de tu presencia.

Te diriges a un par de guardias que están hablando de un espectáculo itinerante en unos jardines de la zona noble de la ciudad. Cuando hablas uno de los guardias te sonríe.

-Hablas de la elfa solar bastante mandona. Paso por aquí hace un rato, nos dijo que si venía un elfo lunar preguntando por ella le dijéramos que te vería esta noche en el cuerno. El guardia levanta los hombros y las palmas de las manos, en señal de fastidio, poniendo los ojos en blanco. Iba con un tipo encapuchado con vendas, supongo que otro compañero tuyo. ¿Podemos hacer algo mas por ti o por su alteza la reina elfa? Te pregunta el guardia, con una sonrisa entre divertido y de fastidio.

La verdad que no conozco al hombre que vos decís, será un amigo de mi amiga. Si se ha portado mal con usted, lo siento, tiene muy mal genio. Gracias por la información, señor guardia.

Sabría decirme donde se encuentra la guardia? Tengo que dar testimonio de lo ocurrido en el templo de Mielikki.

(Encima que llego tarde, Lurina no se encuentra en el lugar citado. Por las pistas que me ha dado el guardia, tiene que ser Easar, el druida, tiene las mismas características ¿ Si es así, de qué se conocerán? En fin eso es cosa suya, no me interesa. Tengo que darme prisa e ir a la guardia a dar testimonio de lo ocurrido. Le debo hacer ese favor a Laurana y a Mercel, son buena gente).

Espero a que me de contestación el guardia.

El semielfo no para de negar con la cabeza mientras comentas lo de Nagrod. Finalmente ante lo de los informes solo te pregunta si necesitas de asesinato, robo o de algún otro crimen de informe. Se encoge de hombros ante el comentario en enano y finalmente en el templo de Mieliki Laurana se gira ante tus palabras e ignorante se levanta y camina hacia Sinnat poniendo un dedo en el pecho del jefe de la guardia.

¡TU, MALDITO SEAS TU Y TODA LA GUARDIA! TE AVISE DE LO QUE ESTABA OCURRIENDO Y HOY HAN VENIDO UNOS GUARDIAS A ARRESTAR A LA GENTE QUE HABÍA EN EL TEMPLO. Grita la sacerdotisa muy enfadada sin apartar la vista del semielfo.

-Laurana, te dije que lo estábamos investigando, pero esos tipos desaparecen con la gente que arrestan y nadie sabe a donde van y como lo hacen. Responde Sinnat consternado. ¿Se han llevado a alguien? Mira alrededor y vuelve a preguntar más preocupado. ¿¡Donde esta Marcel!?

La semielfa sigue mirándolo enfadada, pero finalmente baja el dedo y relaja la tensión de su cuerpo. Vuelve hablar, esta vez sin gritar, con la voz fría atravesando el silencio y a tu amigo como si fueran cuchillas.

-No se han llevado a nadie y Marcel está bien, no gracias a ti ni a tus hombres. Si no llega a ser por el Druida que espanto a esos tipos y un elfo lunar que curo una fea herida que le hicieron a Marcel en la cabeza, todo podría haber terminado de manera distinta. Termina diciendo la sacerdotisa sin dejar de clavar su mirada en los ojos tristes de Sinnat.

-Me alegro. Sinnat te mira y Laurana aparta su mirada fijándose finalmente en ti. Este es... un amigo. Responde finalmente y la sacerdotisa se queda mirándote con una ceja alzada esperando mas información.

Han pasado tres años de aparente calma en Nueva Diadema, desde que un Düsseldorf, señor de estas tierras, completara las pruebas que le impusieron y recuperara su título. Un día de hace tres años se fue de viaje y no volvió, desde entonces y gracias a la mina hallada en el norte la ciudad se fue enriqueciendo, mejorando las murallas de la ciudad, los alcantarillados y más cosas. Gracias a ese dinero se aprobó una muralla interior que separara los templos del resto de la ciudad, una medida para proteger a estos de los asesinos que desde entonces están en una guerra no declarada contra vosotros.

Todo lo bueno acaba y las penurias regresan, golpeando a todos mas fuerte que antes. Hace un año, a principios de verano, una reunión en la capital del reino tuvo lugar. El Reino del norte, el vuestro, fue elegido para pagar el tributo a los Arzan. Nada se sabe de estos guardianes que protegen el Reino en las montañas de mas al norte, contra gigantes, trasgoides y criaturas oscuras de la antigüedad, pero ciertos rumores hablan de ellos como monstruo sin alma, algo menos que hombres.

El dinero que había para reformar y mejorar la ciudad, se esfumó tan pronto como el gobernador Galantes volvió de la reunión. La muralla a medio construir de los templos, fue terminada con el dinero de estos. La muralla exterior pudo terminar de reformarse y mejorarse por peligro a que dejándola a medias pudiera derrumbarse, pero muchas de sus mejoras nunca llegaron a empezarse y por lo tanto a verse. El alcantarillado paso derreformarse a mantenerlo de forma básica con algunas reparaciones. Muchos de los guardias de la ciudad fueron despedidos quedando un mínimo de 70 hombres y la guardia montada que recorría los caminos de este reino desapareció, junto a sus monturas que fueron vendidas.

Hasta hace mas o menos un mes, los templos enviaban a un clérigo a cada una de las tres puertas para ayudar a los guardias durante el día, pero la aparición de una criatura en las cercanías al puente que cruza el río, a unos cientos de metros de la puerta este, pusieron a la gente nerviosa y desde entonces los templos envían a un paladín junto con cada clérigo o sacerdotisa a vigilar cada una de las tres puertas.

Hoy te encuentras en la puerta este haciendo guardia, como cada tres días alternando mañana o tarde, quedando solo una hora para el anochecer y terminando casi tu turno, estas subido en la parte superior de la muralla observando aburrido el cielo, cuando gritos más de excitacion que de miedo te hacen bajar la vista a la puerta. Un velociraptor y un hombre cruzan la puerta volviendo aparecer en el otro lado, acompañados por dos guardias y un clérigo de Mieliki. Cuando desciendes la muralla han desaparecido entre las entrelazadas calles y los edificios de la zona.

Indico a Sinat que no son "informes" lo que preciso para ayudarle sino "uniformes" de la guardia. Después continuo hacia el templo.

Contemplo la escena que tiene lugar en el interior del templo, más que contemplar escucho realmente, pues un pequeño brillo entre las raíces de un árbol atrae con fuerza mi atención. Aun que es difícil no oír todo lo que la sacerdotisa le esta tirando en cara al capitán.

Bueno esto demuestra que la gente no miente. Laurana no gritaría de esa manera y mucho reprocharía nada al semielfo. Al menos todo a quedado en...nada. 

- ¡ Oh ! - exclamo - Lenyen es mi nombre mi señora de Mieliki. - digo inclinándome hacia Laurana en muestra de respeto -  Un viajero y viejo amigo. Venia en busca de un poco de paz, pero parece que otra nueva aventura se cruza en el camino de Lenyen. ¿Como podría ayudaros? - digo mirando a Sinnat mientras sigo hablando con la mujer - ¿Quiero decir como podríamos? - guardo unos instantes para ver si reaccionan y añado - Ahora que al fin he llegado a casa, seguro que puedo hacer algo para que la situación mejore para todos. - digo rebuscando entre mis pantalones - ¡ Aja ! Tenga, que mañana los niños tengan algo que poder llevarse a la boca. -  digo tendiendo veinte piezas de platino a la sacerdotisa - Aaah, hacia tanto tiempo que no donaba al templo de la piadosa. Pero no todo son donaciones... Sinnat creo que con tu ayuda podría intentar infiltrarme entre esa gente...¡ ya sabes como en los viejos tiempos ! - en ningún momento de la conversación dejo de sonreír.

Pienso:¡Oh! Poderoso Tyr que prueba de justicia quieres imponer cuando tengo el deber de salvaguardar la muralla para que ningún inocente sufra no en mi turno de guardia aunque haya visto extraña criatura mitad dragón mitad lagarto...Iré a la luz del alba al templo de Mieliki a preguntar sobre tal extraño ser.

Subo de nuevo a la muralla y observo mas atento a mi alrededor hasta que acabe mi turno de guardia y cuando venga el relevo le preguntaré sobre lo acontecido hace breves momentos mientras canto una oracion de Tyr mientras me aferro a Piedad y Misericordia.

Dios del bien y justicia divina,
tu que sin tus ojos ves mas allá
de la mas alta montaña a la mas pequeña espina,
tu que ves mas allá de la mentira.

¡Oh!Poderoso Tyr se la luz que me guía,
enseñame hacer justicia con sabiduría,
a salvar de los inocentes de la maldad
y afrontar el mal con verdad.

Seguir tu estela es un honor privilegio,
ayudame con tu fuerza a eliminar el sacrilegio,
a ser tu voz cuando el mal hace de justicia silencio
Tyr cumplire tus designios sin importar el precio.

Pienso:no durante mi guardia,no teniendo al poderoso Tyr de mi lado,hoy no habrá mal que aceche que moleste a nueva diadema no mientras me quede aliento de vida...

-Nada tranquilo. Te dice el guardia mientras sacude la mano negando y dándole poca importancia. El cuartel se encuentra más adelante, siguiendo la calle principal, pasar la posada del cuerno y a tres calles a la izquierda. Si llegas a una zona con mansiones y grandes parques y fuentes, es que te has pasado siguiendo recto. Comenta con una sonrisa divertida.

Te diriges directamente a la puerta del cuartel de la milicia, un edificio de piedra antiguo, con un patio trasero y una segunda puerta que da a este desde la misma calle. Ves al clérigo, el druida y el enano de la tienda y el templo, y al poco ves aparecer un pequeño carro tirado por un buey, conducido por un guardia humano, acompañado por un enano que lleva también ropas de guardia, aunque algo diferentes y de mejor calidad. La puerta doble que va al patio trasero se abre y el carro se detiene, Marcel se adelanta y le susurra algo al enano, les hace un gesto y pasan por esa puerta, siguiendo al carro y al resto.Ves un patio lleno de arena roja, donde media docena de hombres practican con la espada y el arco, llegando a una pequeña cuadra desprovista de caballos. El enano baja del carro y camina unos pasos hasta vosotros, mientras un par de guardias levantan una manta en el carruaje y se llevan dos cadáveres de unos tipos con malas ropas y aspecto tosco y descuidado.

-Soy Mirren, el jefe de la milicia diurna. Marcel me ha contado quién eres y en grandes rasgos lo que ha pasado, ¿me podéis dar más detalles? Le pregunta con gesto educado y un tono de preocupación en la voz al druida. Avanzas hasta colocarte detrás del enano, del clérigo de Mieliki, el druida y un velocirraptor que parece ser el compañero animal de este último. Al parecer nadie se ha percatado aún de tu presencia.

Hola, soy Thalion, un guerrero aventurero. Me dirijo a vos para deciros lo que ha pasado en el templo de Mielekki.

Unos guardias han empezado a agredir y atacar a personas que estaban rezando en el templo. También atacó a Mercel y se dirijieron con malas palabras a la sacerdotisa...

El Druida fue el que salvó a las personas del templo. Él os comentará su versión.

Señor Mirren, ya no le molesto más, sólo venía a decir lo que sucedió hace unos minutos en dicho templo, un saludo, hasta luego y que los dioses os vendiga.

Una vez dicho mi argumento, me voy. Me dirijo a la posada del unicornio.

(bueno si a la noche me veo con Lurina, mejor ir a la posada y comer bien , he bebido más vino que comido, así que ha llenar el estómago).

Me inclino un poco a modo de reverencia y digo, en una voz clara para que todos puedan oirme. - Mirren, mucho gusto. Me llamo Easar, druida errante que llegó a la ciudad esta misma mañana. Desde que he llegado me he dedicado a deambular para conocer un poco a sus gentes y sus situaciones. Mientras hablaba con Laurana en el templo de Mielikki escuchamos unos ruidos de pelea y cual es mi sorpresa al salir a ver que es lo que ocurria que vemos a miembros de la guardia golpeando e intentando arrestar sin razones a varias de las personas que allí estaban. Esos fueron los hechos, hechos que no esperaba encontrarme en una ciudad como esta. 

Miro a todos los que hay alrededor por si recordase a alguno del incidente. 

- Señor Mirren, me gustaría que me explicase que es lo que ocurre. ¿Qué son esos rumores que se escuchan en los mercados sobre guardias actuando contra gentes inocentes? 

Laurana hace el símbolo de Mielikki bendiciéndote por la ofrenda. Luego una vez un poco mas calmada vuelve a hablar con voz mas tranquila.

-Os agradezco vuestro donativo, los dioses saben que necesarios son para ayudar a las gentes de esta ciudad. Mirando vuestro aspecto y ropas mas detenidamente de arriba abajo, sonríe de modo enigmático. Llevas las tipicas ropas de un viajero y un arma para defenderos, no se si sois alguna especie de aventurero o solo un comerciante, pero si podéis ayudar a Sinnat y la guardia os lo agradeceremos. Solo sabemos que suelen llevarse gente de las zonas mas pobres como esta y desaparecen sin dejar rastro, quizás algunos informantes o gentes de mal ver sepan algo. Los que pasan por aquí están preocupados pero no saben nada de los desaparecidos. ¿Nos ayudaréis en esto? Laurana se os queda mirando, analizando vuestro rostro en espera de una respuesta, mientras el semielfo os mira con una ceja levantada.

Escuchas los pasos metálicos de una armadura subiendo los tres peldaños de la capilla y un resplandor rojo y naranja, reflejado sobre las placas de una armadura os ciegan por un segundo. Distingues el símbolo de Tyr y cuando da un paso más y saliendo de los rayos rojos del atardecer, antes tus ojos esperanzados aparece un paladín que no es Lampier. Todo queda en un absoluto silencio.

El enano, según va escuchando vuestras versiones, pone muy mala cara, poniéndose rojo de ira y frustración. Finalmente habla con voz ronca y molesta, no por ello sin medir sus palabras cuando os habla, para no descargar su mal humor sobre vosotros.

-Gracias Thal... elfo. Escucha la versión del druida y cuando escucha sus preguntas la barba de Mirren tiembla de ira. ¡Son impostores, mil veces lo he dicho y mil veces lo volveré a decir.! Se gira a uno de sus hombres y pegando un gruñido alto, haciendo que el patio quede en silencio, empieza a dar órdenes.

-!Ruk, reúne a la guardia del turno del día y que se pongan a patrullar los barrios bajos en grupos de 4.! Se vuelve a unos de los hombres que estaban entrenando y pegando otro gruñido le dice. ¡¡¡Varim, quiero al turno de noche saliendo a patrullar según lleguen al cuartel y que alguien busque a Sinnat.!!! ¡Nadie descansará hasta encontrar a esos impostores! Si han fallado volverán a actuar. Observa a los guardias, que están parados mirando expectantes y el enano grita. MOVED EL MALDITO TRASERO.

Los guardias se apresuran a cumplir las órdenes dejando el patio completamente vacío. Se escuchan ruidos dentro del cuartel, sonidos metálicos y varias docenas de pasos caminando apresuradamente de un lado a otro. Mirren se vuelve a los demás, mientras Thalion abandona el lugar por la puerta por donde entró el carro.

-Contadme como eran y omitir lo de los trajes de guardia y caras anodinas, ya he escuchado demasiadas veces esa descripción. Seguidme mientras me lo contáis, necesitaré mi arma preferida para cazar a esas alimañas. Entras al cuartel donde unos doce guardias se apresuran a salir completamente armados. Ninguno de los que hay en la sala te suena como los que visteis. La habitación tiene unos pocos escritorios y unas celdas en un lado, donde unos hombres con ojos malignos y burlones miran a los guardias y hacen mofas y comentarios burlones. Uno de ellos encerrado en una celda separada, mira la sala con ojos vacíos y sin emociones, la curiosidad no se refleja en su semblante y cuando vuestros miradas se cruzan un escalofrío como nunca a sentido, recorre la columna vertebral del druida. Uno de los enanos de las celdas pega un grito a un enano que iba detrás de vosotros, el comerciante paladín.

-Primo sacame de aquí. El enano lleva ropas raras como hechas para las profundidades de la tierra y su celda y barrotes están hechos de madera en ved de metal y piedra.

Mirren abre un cofre bastante grande donde saca una gran hacha de doble filo enana, con un gran rubí engarzado en medio del metal, que resplandece a la luz de las antorchas.

Al poco del incidente el cielo empieza a volverse rojo, llegando así el atardecer y terminando tu guardia. Desciendes las escaleras de piedra y te reúnes con la sacerdotisa, escuchas como los guardias le dicen cosas dulces y le hacen proposiciones de matrimonio, pero ella sólo sonríe y niegacon la cabeza. Es una escena que se repite una vez al mes cuando te toca hacer guardia con la joven devota de Tyr, como es la hija de Lampier, el jefe de los paladines de tu orden, sabes perfectamente que los guardias lo dicen en broma y sin ninguna malicia. ¿Porque quién en su sano juicio querría tener problemas con el padre de semejante criatura?.

Preguntas a uno de los guardias el suceso pasado y solo te responde. -Un druida, son mas raros que una casa sin techo. Dejas finalmente a la sacerdotisa en las puertas del distrito de los templos y te diriges al templo de Mielikki. Este templo se haya en la otra punta de la ciudad, separado de los demás como de la peste.

Mientras caminas ves a la gente cuchichear, moverse rápidamente por la calle, cerrar y recoger rápidamente sus puestos. Solo llegas a captar las palabras guardias y arrestos. A mitad de camino, penetrando en los barrios bajos, ves pasar grupos de 4 guardias mirando a todos lados y penetrando en callejones. Armados hasta los dientes y con la mano en su empuñaduras, te ven por un segundo y siguen su camino. Las calles están extrañamente desiertas y sin ver a nadie más que un par más de grupos de 4 guardias llegas al templo de Mielikki.

Los últimos rayos de sol se reflejan en tu armadura cuando llegas al umbral de la pequeña capilla. Dentro ves desperfectos de violencia y manchas en el suelo que parecen de sangre. De espaldas a ti dos hombres hablaban con Laurana, la sacerdotisa del templo, callando y girándose para ver al recién llegado. Avanzas un paso, viendo a Sinnat, el jefe de la guardia nocturna y un hombre con ropas de viajero. Todo queda en silencio.

Agacho mi cabeza cuando recibo la bendición del a sacerdotisa y escucho, con una sonrisa en mi rostro, las palabras que dice a continuación. 

- ¡ Aah ! - exclamo ante las palabras de la semielfa - Las apariencias engañan y las ropas solo son ropas. - digo con un ademan que finaliza con un carraspeo que aclara mi voz - Creedme cuando os digo que si me miráis con desprecio, veréis un idiota. Si me miráis con admiración, veréis a vuestro señor. Miradme pues con atención y descubriréis a uno más de los vuestros. - finalizo la pequeña adivinanza ante Laurana, con una amplia sonrisa que se ensancha aun más al ver la cara de Sinnat. 

- Faltaría más mi señora. Lenyen y Sinnat siempre han estado al servicio de los más débiles. - concluyo con una florida inclinación - Diganos señora, ¿cuantos "guardias" eran?, ¿tienen algún rasgo que nos ayude a identificarlos?

Antes de proseguir hablando con los presentes unos sonidos metálicos hacen que enmudezca y espere contemplativo la irrupción de un paladín en escena.

Supongo que el jaleo habrá hecho que se acerquen a ver que pasa. - medito al contemplar al paladín.

Sales del cuartel desandando tus pasos hasta llegar a la posada del cuerno del unicornio. Cuando cruzas la puerta, la sala esta iluminada por los rojos rayos del sol del atardecer. La posada se encuentra más concurrida que antes, viendo a humanos, enanos y gente mas pequeña ocupar las mesas y la barra. El servicio de cenas ha dado comienzo y el posadero se encuentra de un lado para otro abarcando todo el trabajo.

Al fondo ves una mesa vacía y logras sentarte, viendo las caras desconocidas de los comensales y escuchando las risas y el escándalo que forman decenas de personas en un lugar tan reducido y concurrido. Te llama la atención un tipo con capucha y las manos enguantadas en gruesos guantes de lana, que esta hablando con un grupo de enanos en susurros, invitándoles a varias rondas según se acaban sus copas. No levanta su copa, mas bien le da vueltas mientras susurra algo inclinado y los enanos, por extraño que parezca, se inclinan sobre la mesa y responden casi tan bajo como él. Al rato el posadero, con cara roja por los esfuerzos, se acerca a apuntar tu comanda.

-¿Que le apetece tomar? ¿lo mismo de esta mañana? Tenemos para cenar un buen surtido de... Antes de que consiga terminar de hablar varias personas van entrando en la posada de forma apresurada, haciendo que la posada se quede en silencio en pocos segundos. La gente que entra, tienen aspecto de haber venido corriendo y tienen el rostro tenso, con la mirada asustada. Por los siete infiernos, ¿a que viene esa prisa?

-Toda la guardia de la ciudad se ha desplegado por la ciudad. Murmuró una voz asustada que se escuchó perfectamente en la silenciosa posada.

Todos se levantaron y empezaron a mirar por las rendijas de las ventanas de madera, mientras grupos de 4 guardias pasaban por delante y los puestos y tiendas eran cerrados, se escuchaban el ruido de puertas cerrándose y pasos apresurados de gente que entraban en sus casas y corrían por las calles. La posada se fue llenando de gente asustada, cargando el ambiente de sudor y miedo. Solo el tipo de la capucha y los guantes permaneció sentado, agitando su copa lentamente.

Si, excepto el vino, lo mismo de esta mañana.

Miro al encapuchado, y me sale una sonrisa sin carcajada.

(¿Quién será el encapuchado? ¿Será Mitheila? ¿Por qué tiene tanta tranquilidad? ¿Por qué se lleva tan bien con los enanos? ¿Qué estará tramando? Por los bigotes de Bahamunt, en esta ciudad, hay de todo...

Los guardias, ahora están buscando a los falsos guardias y abunda el pánico. Lo mejor estar atento no sea que me culpen por llevar orejas puntiagudas...).

Señor posadero, póngame un zumo de bebida, gracias.

Estoy atento a la expectativas que están ocurriendo y no perdiendo de vista al encapuchado.

Pienso:Estos herejes infames tentando a la bella,hermosa y misteriosa sacerdotisa que no le pertenece ni al mismísimo Lampier y nunca podré estar con semejante mujer porque solo le pertenece al benévolo,justo y sabio Tyr,ningún mortal es digno de ella...(suspiro) ¡Ay,Quién ose deshacer sus votos sin el consentimiento de Tyr ! Porque antes de que se ensucie las manos Lampier...¡lo haré yo!.    
Mientras canto en voz muy baja el salmo de Tyr:
 

Dios del bien y justicia divina,
tu que sin tus ojos ves mas allá
de la mas alta montaña a la mas pequeña espina,
tu que ves mas allá de la mentira.

Oh!Poderoso Tyr se la luz que me guía,
enseñame hacer justicia con sabiduría,
a salvar de los inocentes de la maldad
y afrontar el mal con verdad.

seguir tu estela es un honor privilegio,
ayudame con tu fuerza a eliminar el sacrilegio,
a ser tu voz cuando el mal hace de justicia silencio
Tyr cumplire tus designios sin importar el precio.

Antes de que la sacerdotisa se vaya le digo:Buenas noches mi señora,espero que descanse y la tendré presente en mis oraciones.

Cuando estoy en el templo de Mielikki me acerco con paso firme,decido sin ningún miedo y digo con voz tranquila pero segura:Buenas noches,he visto bastante movimiento de la guardia y me hacercado a prestar mi ayuda.Si se me permite la osadía de preguntar ¿que ha sucedido aquí?

coopero en la exposición de los hechos con todo el afán q mi memoria me permite y me dirijo a Mirren para pedir permiso y hablar con alguno de sus presos (el enano gitano y el anodino)
Si no se opone me acerco al enano para hablar con el, en esto, me fijo en ese enano de mirada bacía intentando averiguar intenciones al pasar por delante y otra vez al dirigirme a hablar con él. cuando llego al enano gitano no me acerco mucho por si acaso y le pregunto por su reclusión: motivo, duración, y deseos al salir de allí.
Poco mas o menos igual con el anodino.

Veo la mirada del pitufo así como mal y le guiño un ojo de forma coqueta y cómica.