Partida Rol por web

Asi que este era el grupo con el que me había tocado competir, les eché un vistazo a todos mirándoles de reojo, solo había alguien en quien ya me había fijado con anterioridad, si no me equivocaba uno de ellos había estado hablando con el otro que llevaba unas pintas parecidas a él, el que había llegado en moto, los únicos dos vampiros de la sala que habían llamado mi atención, sería interesante conocer un poco a uno de ellos al menos.

Escuché sobre el concurso y el premio que podíamos ganar, conocía muy bien a quien pertenecía esa baraja, lo que me sorprendió es que alguien no la conociese. No estaría nada mal poder conseguirla.

Cuando parece que podemos movernos hacia "la prueba" me acerco a Shane.

- ¿Me acompañáis hasta el casino?

Sonrío con placer al observar, en general, la buena acogida de la prueba, y hago un gesto a los camareros para que se aproximen con la sorpresa para los participantes. Se trata de una porción de tarta creada ex profeso para los invitados de la fiesta. En imitación de la famosa red velvet, la textura es algo diferente a la de un bizcocho tradicional, pero tiene un aroma inconfundible a vainilla. Cada camarero lleva un platito pequeño con una porción y una cucharita, y lo depositan con delicadeza ante las narices de los cainitas.

-Aprovechando que están ustedes aquí, y antes de que todos se marchen a comenzar la prueba, el chef les ha preparado una pequeña sorpresa. Oh, no se preocupen, sus ingredientes básicos son: sangre de diabético, y sangre de humanos alimentados sólo con vainilla. El resto es colorante, coagulante y... en fin. Cosas de chef. Lo encontrarán deliciosamente dulce.*

Veo como me saluda el Gangrel con una pequeña inclinación de cabeza, frunzo un poco el ceño y giro bruscamente mi rostro mirando en otra dirección, se puede apreciar cierta altivez en el gesto pero no enfado sino una pequeña muestra de orgullo respecto al reciente incidente en la cubierta. Luego sigo atendiendo a JoJo.

Me brillan los ojos al escuchar el precio de la baraja y yo que en primera instancia había pensado usarla de posa vasos en las reuniones, por eso es mejor preguntar, estás historias de viejos como las voy a conocer, si no me interesan lo más mínimo.

-Por fin habla en mi idioma señorita Baker.- Digo con una sonrisa de satisfacción. Las palabras de la organizadora continúan y dice que la primera persona que lo consiga se la queda, no quiero arriesgarme a perder ese dinero. -Entonces, tendré que ponerme ya, así ahorramos tiempo y así, ellos evitan hacer el ridículo.- Era divertido, pero tendría que empezar yo, había en juego demasiado.

Justo antes de que me decida a partir, traen un extraño pastel, no recordaba la última vez que tomé uno, quizás en Boston cuando estudiaba. Acepto el dulce, me lo comería si ganara el premio. Estaba empezando a entrar en la dinámica de la fiesta, JoJo lo había conseguido. Vaya…

Empiezo a caminar hacia el Sky Lounge, pensando en donde podría invertir ese dinero que iba a ganar tan fácilmente, de pronto tenía bastantes cosas que hacer, ya que debía hacer un estudio para tener una idea sobre la mejor forma de hacer uso de ese premio. Era algo con lo que no contaba y yo que estaba enfada por levantarme de la cama y no hacer nada productivo, al final tendría una recompensa. Eso mejoraba notablemente mi estado de ánimo a pesar de estar en una fiesta.

Una vez en el cuarto piso, saludo a la camarera con una sonrisa inusual, le doy el pastel. -Lo puede guardar un momento, será rápido.- Le muestro mi pin que me acredita para dicha prueba y dejo mi maletín a un lado, me quito la americana, quedándome con el chaleco, y comienzo a remangarme los puños  de la camisa por encima de los codos. Saco del maletín un bolígrafo y una goma para el pelo, con la que me recojo el pelo dejándolo en una simple cola de caballo.

Hago unos estiramientos con mis manos, dejando fluir la sangre hacia ellos, dándoles más flexibilidad, más agilidad, muevo la cabeza a los lados y miro a la camarera, esperando que me entregue las cartas, firmo en ellas con mi nombre escrito en una curiosa letra cursiva.

Me coloco donde mi indica la camarera y miro hacia el aro y el sombrero, intento calcular la distancia y la fuerza necesaria para hacerlo, como si todo formara parte de un sistemático ritual. No puede ser muy complicado. Flexiono las rodillas y hago unos amagos de lanzar la primera carta.

La sangre fluye por mi cuerpo, puedo sentirla, como ha activado todo mi organismo para esta prueba, para una meta.

En uno de mis movimientos, la carta sale disparada trazando una trayectoria recta que atraviesa el aro rápidamente, comienza a frenarse a tiempo, para ir descendiendo describiendo una pequeña parábola que golpea finalmente contra el interior del sombrero. Sonrío. -Una.-

Cojo la siguiente carta y sin apenas preparación, la vuelvo a lanzar de la misma forma, pero esta vez la hago rotar un poco sobre si misma, variando así un poco el espectáculo pero consiguiendo aun así el mismo resultado. -Dos.-  Cada vez estaba más cerca.

Con la última carta en la mano, me vuelvo hacia los espectadores y sonrío, les iba a dejar sin parte de la diversión, no me importaba. Sujeto la carta por los dos extremos y la hago combarse un poco, le doy impulso con la mano y la suelto. El movimiento es turbulento e impredecible a los ojos de los espectadores, pero la trayectoria es firme y segura, no tengo ninguna duda. Esto es demasiado fácil, me vuelvo antes de ver el resultado. La carta entra en el sombrero.

-Así que ahora tengo una baraja de Tarot.- Digo orgullosa de mis habilidades. -Ya puede devolverme el pastelito.-

Cojo el dulce y doy las gracias, acto seguido miro a mis compañeros... y me pregunto inquieta donde esta Mihail.

Me lo como - muy bueno - y pido otro.

De repente me siento mal... y balbuceo - no... esta... buena... - tengo mucho hambre... y estoy nerviosa... dejo el segundo pastel mientras salgo de este lugar lounge como alma que lleva el diablo. Me ha sentado mal, salgo corriendo de alli.

Me dirijo a toda prisa al salon donde estan las muñecas de sangre y pregunto por alguna que no sea diabetica para poder calmarme y no entrar en frenesi.

El abdomen se te encoge cada vez más, sientes un vacío cada vez mayor en las entrañas... y sabes que se debe pura y simplemente a Hambre.

A lo lejos, apoyado en la barandilla del barco, de espaldas a las tumbonas de una terraza, se encuentra una joven

Recuerdas vagamente su presentación por parte de Jojo... Escritora, y se llamaba Andrea, o algo parecido... lo cual no es que importe mucho ahora. El aroma de su piel y su sangre flota por la cubierta hasta llenar tus sentidos...

La joven nota una presencia a su espalda al acercarte, y sonríe vagamente mientras te acercas. Sin embargo, apenas le da tiempo a abrir la boca... abrazándote a su cuello, hincas los dientes en su cuello y la sangre brota como un géiser a tu boca..

Cuando recibo el pastel, me quedo mirándolo con curiosidad y cierta desconfianza durante un instante, sin saber muy bien qué hacer, hasta llego a plantearme si es una broma, pero las explicaciones de JoJo arrojan un poco de luz, sobre el sangriento postre. U oscuridad… Ahora lo veo de otra forma.

Una vez me ha quedado claro todo lo relativo a mi prueba, un brillo de determinación centellea en mi mirada, no pierdo el tiempo, me marcho rápidamente con mi maletín en una mano y el plato con el dulce en la otra, separándome así de mi grupo. Camino decidida hacia mi destino, sin pararme a mirar que hacen el resto de invitados.

No puedo perder más tiempo aquí sin hacer nada, aunque para muchos pueda ser un juego, yo lo veo de otra forma. Si no consigo lo que quiero, sería una completa decepción por lo que no puedo fallar, ni dejar que me adelanten, las reglas han sido claras y si participo es para ganar, no para entretenerme.

Observo la extraña cosa que me han puesto delante. Arqueo una ceja mirando a los criados que han depositado semejante obra del diablo delante de mí.

¿Hasta qué punto nuestra ansia de sangre puede ser distraída con subterfugios y simulacros hechos con sangre? Cazar, arrebatar la vida, son partes esenciales de lo que nos alimentamos. Está aberración no tiene nombre.

Me levanto dejándoles a mis compañeros mi plato y me dirijo hacia el casino del Sky Lounge en el cuarto piso.

Cuando estoy a punto de subir las escaleras escucho una voz que me pregunta. Es Rosalie, la dama de rojo, el interés romántico de Marcel. Me giro para ver si me habla a mí y sorprendido cierro los ojos suspicaz.
¿Porqué me habla a mi? es extraña y muy hermosa, no es que eso influya en mi de alguna forma, pero no puedo negarme a la amabilidad, y a pesar de que todos mis instintos me avisan de que debería alejarme de una mujer así, sonrío, asiento lentamente y extiendo mi codo para acompañarla al casino.
Me sorprende que la hayan escogido para una prueba conmigo. Es una Ventrue, ¿O no es la chiquilla de Marcel?

Me cuesta soltarme a hablar, pero a medida que subimos las escaleras me avergüenzo de tener que tratarla distinta por ser la amante del príncipe.

Debéis estar muy feliz de haber salido del largo sueño y haberos encontrado una fiesta como esta en vuestro honor.
Debe amaros mucho...

Entramos en el casino y esperamos a que lleguen todos para que la omnipresente Ghoul de Marcel nos explique las reglas.

La descarada cainita llamada Jane se precipita a por el premio aún sin saber el valor de lo que se juega.

Estudio con cierta sorpresa cómo Morgan lanza las cartas con una maestría soberbia. Pensaba que sería una neonata sin destreza ni habilidad, pero obviamente no debo subestimarla.

Cuando Jo Jo anuncia que es la ganadora saco las manos de mis bolsillos y miro serio a todos los presentes.

- ¡Eso es injusto! miro fijamente a Jane con cierto resquemor, aunque no le hablo a ella en especial.

-Los demás deberían poder demostrar también su habilidad... Seguro que alguno de nosotros le supera.

Aunque el vampiro con cara de malas pulgas protesta por haber perdido la oportunidad de ganar la baraja, no puedo sino sonreír.

-Bueno, intente probar suerte. -Me cruzo de brazos, intrigada- Si lo hace mejor que ella, le daré barra libre en mi bar la noche que desee. Y de la cosecha buena -añado, guiñándole un ojo.

Me miro la tripa encogida y grito muy fuerte nerviosa con acojono bestial - Aggg el haaaaaambre maldita seaaaaa!!!

En mi deseo insaciable tropiezo, al salir de aquel angustioso lugar, con una tumbona de terraza, y mi vista se para de pronto en una dama elegante, me llegan flases a mi mente por mi memoria eidetica al tiempo que el dolor me atenaza cada vez mas y veo a JoJo y a las muñecas del Príncipe y a camara lenta aparece esta mujer que se llama Andrea, pero ya estoy junto a ella, la huelo como un lobo a un cordero... de espaldas a mi.

Casi me lanzo a morderla sin pensar, su sangre me invade de su cuello a mi boca, atravieso con mis colmillos su piel fina y siento cada vez más su sangre con un sabor maravilloso, la agarro con fuerza y ya no hay nada ni nadie más allí que Andrea y yo en el barco.

De pronto, mientras bebo de su cuello, oigo los pasos de alguien que se acerca y es como si tirara de mi para apartarme ya de la dama que atenazo como un leon a su gacela... y entonces, tira tan fuerte de mi... que logro apartarme para no seguir bebiendo y miro hacia atras para ver quien tiraba de mi, y veo esta IMAGEN tras una puerta de acceso al salon desde la cubierta y despues... miro a la dama que se aleja y que no la he matado afortunadamente.

Me quedo parada sin saber que me ha pasado y tampoco se como he llegado alli tan rapido... y busco por la imagen que vi miro por todas partes pero no veo a nadie ahi... y digo en alto - Helmut... - salgo a cubierta sin ver nada mas que noche y el mar chocando sus olas contra la quilla del barco y me dejo caer en una tumbona sentandome agotada, miro mi tripa y ya paso todo pero me quedo ahi como un despojo pensando en todo lo que me acaba de sucederme en un momento.

Lavonne parecía anonadada ante la vertiginosa sucesión de eventos, pasando por el 'la han liado parda', la forma pícara y descarada de hacerle un guiño, la rapidez con la que había devorado el pastel y su repentina huída, como si allí no hubiese pasado nada, dejándola totalmente pasmada mirando el plato que ella misma había cogido como si estuviese envenenado. ¿Era una Ventrue y había tenido el desliz de olvidarse de su propia flaqueza ante la pinta exquisita del manjar? ¿Le habían echado algo de más al pastel? JoJo no habría tenido la desfachatez de servir algo que no pudieran comer, eso seguro.

Repasó al resto de los presentes intentando descifrar si era la única que se había quedado con aquella extraña sensación de no comprender lo que acababa de pasar, pestañeando varias veces al hacerlo sin lograr esclarecer la situación. Ni siquiera se habían podido presentar ante la mujer.

-Cuando hay necesidad, hay necesidad...* -comentó sin más, siguiendo con los ojos cómo la mujer se iba despavorida del lugar. Después se encogió de hombros ligeramente antes de probar un bocado-. Hm... Está bueno. Felicidades por la idea, JoJo.

Cojo el brazo del vampiro con una sonrisa dibujada en mi rostro, parece que no se esperaba que me dirigiese a él, pero estoy muy harta de que todos me traten igual, como la muñequita desvalida de Marcel, con miedo a que me rompa o a que el Príncipe les rompa a ellos en pedazos si me tocan. Por pasar el rato con alguien no creía que fuésemos a desatar su furia, después de todo, estábamos en el mismo grupo y en una fiesta, ¿no eran las fiestas para divertirse?, pues eso es lo que iba a hacer, para un día que estaba rodeada de gente no iba a desaprovecharlo.

- Sí, la verdad, es que sabe como hacer que una chica se sienta especial.

Le guiño un ojo cuando estamos un poco más apartados del resto y caminamos hacia el casino donde, si nadie se nos ha adelantado, intentaríamos ganar la magnífica baraja del tarot. Sin embargo, una de las chicas de nuestro grupo, la que había preguntado por el premio se lo lleva en nuestra cara, definitivamente había tenido mucha pero que mucha suerte. Y tal como mi compañero destaca era totalmente injusto, no habíamos podido ni tan siquiera participar.

- Bueno, la vida muchas veces tampoco lo es, y aquí estamos, aún sabiéndolo preparados para una vida eterna...

Al menos la insuperable Jojo le ofreció algo para aplacar su enfado, esa chica siempre sabía que decir.

Me muevo del brazo de Shane hacia el casino para participar en el juego que se nos ha ofrecido...

Contemplo las caras de mis contrincantes, me encanta haberles quitado hasta la oportunidad de disputar la prueba. Aunque no le quito razón a las quejas que profiere el Gangrel, si estuviera en su situación, también yo estaría enfada, pero no he puesto las reglas, solo me he beneficiado de ellas.

Doy unos pasos hasta la mesa donde he dejado mi maletín, de camino me bajo las mangas de la camisa y me abrocho los puños, cuando llego cojo la americana y me la pongo, luego guardo mis gafas en ella, como me incordiaba llevarlas a todos lados.

Me vuelvo hacia Shane, su lloriqueo es molesto y absurdo. -¿De verdad piensa qué puede superarme? Por favor…- Digo mientras me abrocho la americana y me suelto el pelo. -Mi primera impresión fue totalmente errónea, lo había valorado demasiado bien.- Añado burlonamente.

-Si quiere volver a ponerse en evidencia, adelante.- Le hago un gesto señalando al sombrero. -Estaré encantada de verle fallar mientras espero mi premio y quizás así se dé cuenta de que sus quejas no tienen sentido, le estaba ahorrando la frustración del fracaso.- Doy unos golpecitos con mi dedo en mi frente. -Aunque no creo que pueda entenderlo.-

Miro a la princesa, supongo que con todo lo que tiene no le hace falta, ya que no noto mucha indignación en sus palabras. Mejor.

Cojo el pastel que me estaban guardando, sigue dándome cosa probarlo, creo que no es lo mío alimentarme así, pero tengo que probarlo. Cojo un trozo con una cucharita y lo saboreo. Es diferente… Pero no disfruto tanto como atrapando en mis brazos a mi presa mientras siente esos segundos de miedo, antes de que fluya su deliciosa sangre repleta de adrenalina. Las cosas que se pierden con algunos avances. Pienso mientras contemplo la segunda cucharada repleta de pastel. Aunque he de admitir que tiene sus ventajas.

Cuando acabe con este aperitivo me pongo a buscar compradores, con suerte me compro otra barcaza que no vendría nada mal al negocio. Como voy a disfrutar con el balance de este mes. Pienso sonriente mientras sigo comiendo el sangriento dulce.

Alcé una ceja y sonreí de lado para contestarle a Lavonne -Qué halago que crea emocionante cruzar caminos conmigo -levanté levemente un hombro de lado, como si estuviera coqueteando. El señor Fowler hizo un comentario sobre jugar todos y, extrañamente, se nos unió Sebastian. Miré alternativamente a Jojo y a él, más por desentrañar si aquello era algo que escapaba al schedull del juego o, por el contrario, estaba contemplado y todo parecía una coincidencia pero no lo era.

Luego, sorprendí a Lavonne por el rabillo del ojo mirándome a mí, luego a él... ¿No será por qué bailamos juntos, verdad? Porque sería muy gracioso que ambas reparáramos en lo mismo, pero en espejo. -Buenas noches -devuelvo el saludo. Y la chiquilla Parker se presenta haciendo comentarios a los que no presto atención deliberadamente porque ya estoy recorriendo con mis ojos el salón, ¡No vaya a ser que la reliquia esté por allí y nosotros muy idiotas corriendo por el resto del barco! Hago un gesto como si bostezara y me cubriera los labios delicadamente con una mano, señal inequívoca de que me estaba aburriendo. Mucho blablabla.

La muchacha se entusiasma con el pastel y luego sale como alma que lleva el diablo sin que pueda presentarme siquiera, me quedo estupefacta ante el despliegue de sucesos y comparto una mirada con los que están a mi alrededor, que en este caso es de pura diversión. Luego miro seria a nuestra anfitriona -Jojo, querida -le digo con tono de madre que reprocha -Te esfuerzas demasiado en agradar -señalo el pastel -Los que te amamos no necesitamos estas atenciones, ya nos tienes por las narices -le guiño el ojo pero no toco el alimento.

-¿Comenzamos? -pregunto y miro en derredor.

Observo con una ceja levantada el devenir de los acontecimientos. La excéntrica cainita rubia devorando mis pasteles, para salir corriendo acto seguido.

-Les juro que no están envenenados -esbozo, con media sonrisa, pero sin perder de vista la puerta por la que ha desaparecido tan abruptamente. En serio, qu'est-ce qui se passe? Cien años y sigo sin comprender a los no-muertos. Me encojo de hombros, y sonrío al escuchar las amables palabras de la preciosa Angélica.

-Los que te amamos no necesitamos estas atenciones, ya nos tienes por las narices 

Me inclino hacia adelante, haciendo el amago de darle un beso en los labios, pero decido abortar el movimiento cuando nos separan pocos centímetros, con un falso sonido de beso y una risa divertida.

-Es inevitable, chérie, trato de enamorarte de la misma forma que me tienes enamorada tú a mí. He tenido que recurrir al último recurso, "por el estómago". 

Doy una palmada entusiasta.

-Venga, dispérsense por el barco. ¿Quién les dice que la salida dramática de la... -digamos "original"- original Parker no ha sido para despistarles y empezar a buscar por su cuenta?