Partida Rol por web

La lluvia que había arreciado antes de despuntar el alba, ha dejado de caer sin ser advertida hasta que pasa un rato y notáis el calor del día cerca del ecuador.

Con una sed y un cansancio que te piden la rendición tu cuerpo se desploma por un instante en el interior de la fortaleza inacabada. Pero tu voluntad es más fuerte que eso, no has sobrevivido a todo este mundo para acabar así, no has luchado en un mundo de hombres para morir sola, no, eres el capitán del Fortuna, si has de morir será en el mar hundiendo a tu enemigo. No puedes volver así hasta la playa o sabrán tu secreto, así que consigues mantener la serenidad y buscar algo con lo que recomponer tu disfraz.

Con forme Ania fue escuchando las explicaciones de Mackinnon su rostro se fue tensando en una expresión de terror, no por lo que le pasase a Marcus, le traía sin cuidado lo que el escocés hubiera decidido hacer con él, si Jessen lo puso al mando cuando ella y Payne faltasen sería por algo y era ella, Jess, quien debía deliberar si había actuado bien o no, pero escuchar de la boca del hombre que dudaba que el capitán hubiese sobrevivido la hizo temblar, había visto la chaqueta y las botas de Jess allí, su espada… ¿se había ido sin nada? ¿estaría totalmente descubierta como mujer? ¿en qué coño estaba pensando? “Maldita loca…. No, no, no,….“ Por unos instantes, la rabia se alojaró en su interior acompañando al miedo absoluto de poder perderla.

Blade se giró y sin decir nada caminó presurosa hasta donde ella y Jess habían dejado sus cosas, agarró un zurrón y comenzó a meter algo de comida y la poca agua que les quedaba en el, al tiempo que miraba significativamente a Payne para que fuese donde ella estaba. Cuando el hombre llegó y la miró con cara de “¿qué coño haces?” ella señaló la chaqueta del capitán que los hombres habían dejado allí.

-Me voy a buscar al capitán señor Payne, puede acompañarme o dejarme ir sola, pero no me voy a quedar aquí esperando a que la marea traiga su cuerpo inerte sabe dios cuando. Tengo que encontrarlo.

Ania se levantó con el zurrón al hombro y agarró la chaqueta y botas de su amiga.

-Puede venir conmigo o dejarme ir sola, solo le pido que no me retenga. – dijo mirándole con dureza y decisión.

No era necesario ser un lumbreras para comprobar y entender con un simple vistazo que la tripulación estaba dividida con todo lo ocurrido. Mientras una parte apoyaba ciegamente al escocés en su modo de actuar, teniendo claro que la cadena de mando era incuestionable, otra parte consideraba que el castigo a Robb y la muerte de Marcus eran desproporcionadas y no llegaban a estar justificadas. Payne sabía que era una decisión complicada, pero habiendo sido capitán de su propia flota de barcos en el pasado, tenía bien claro cuál era el modo de proceder ante ese tipo de situaciones.

Escuchó los relatos de varios miembros de la tripulación, entre ellos los de Tim y Robb, y aguardó la llegada del escocés, quién había salido a buscar al capitán Jessen, para escuchar también su opinión al respecto. Se alegró de comprobar que llegaban Bubba y Castañeda con buenas noticias, y les puso al corriente de la situación, y llegado el momento, dirimió una sentencia que creyó razonada y justa, y que no admitía réplica alguna.

- ¡Muy bien, escuchad todos! Entiendo que la situación ha sido complicada y que la exigencia ha sido máxima desde que en el Sueño Verde se nos tendiese una maldita emboscada. Hemos combatido, tanto en la cubierta del Sueño Verde como a cañonazo limpio contra nuestros captores, hemos estado horas y horas manteniendolos a ralla, buscando una vía de escape, enfrentando las inclemencias meteorológicas, luchando contra el cansancio, oteando el horizonte y maniobrando sin apenas visibilidad, salvando escollos y jugándonos el trasero hasta llegar a esta isla... ¿Alguien dijo que iba a ser fácil ser miembro del Royal Fortune? Aquí solo valen los mejores, y nosotros lo somos, prueba de ello es que aquí estamos para contarlo cuando cualquier otra embarcación hubiese sido apresada o hundida en nuestro lugar... - inició su discurso Payne, tratando de unir a la tripulación en un momento de dificultad en el que no tenían si quiera al capitán entre ellos. Por mis cojones que encontraremos al capitán Royal, ese malnacido es más duro que una piedra y aunque el viejo escocés no lo haya encontrado, me juego el cuello a que ahora mismo estará explorando la isla y buscando una forma de asaltar el asentamiento del otro lado de la isla. Lo encontraremos, no me cabe duda, y mientras tanto, asumiré el completo mando de la tripulación del Royal Fortune.

Dicho esto, y dejando las cosas claras, tocaba entrar en temas que probablemente traerían controversia, pero que sería firme en hacer acatar.

- Ahora bien, me toca los cojones y no voy a volver a permitir que se desacate la autoridad que todos aceptamos al unirnos bajo la bandera del Royal Fortune. Nadie estuvo jamás obligado a pertenecer a esta magnífica tripulación, y de hecho, algunos tuvieron que ganarse el puesto demostrando ser de valía o jugándose la vida para ser merecedores de tal derecho. ¿Que pretendo decir con esto? Que se acabó cuestionar la jerarquía de mando y que se acatarán las órdenes sin rechistar. ¿Está permitido dar una opinión o realizar una crítica a un superior si vemos una acción que pudiese comprometer la integridad de todos? Por supuesto, pero buscando siempre la privacidad salvo que se os pida dar la opinión directamente en público, respetando la jerarquía y no cuestionando o dejando en mal lugar al superior, y acatando la última decisión del que manda hasta las últimas consecuencias. ¿Queda claro? - dejó bien claro el teniente, para terminar abordando lo acontecido con Marcus y Mackinnon. Puede que acabar con la vida de Marcus haya sido para algunos una medida desproporcionada por parte del señor Mackinnon, pero aquí en el Royal la cadena de mando se hace valer, y si hay discrepancias o una mayoría no está conforme, cualquiera es libre para postularse por el puesto del inmediatamente superior en jerarquía si se sigue el protocolo. Todos sabéis que se establecería entonces un periodo de dos semanas de reflexión, y que llegado el día estipulado, se someterían los dos candidatos a votación general, siendo inamovible el resultado y decisión que juzgue la tripulación. También tenéis la posibilidad de resolver vuestras diferencias mediante un combate singular, siempre y cuando ambos esteis conformes y así lo avale el capitán. No tengo nada más que hablar al respecto, tendeos la mano y acatad las órdenes.

- ¡Bubba! Tienes razón en tu valoración, el agua es primordial en estos instantes, al igual que tratar de encontrar víveres. Permiso concedido para llevarte a cuatro miembros de la tripulación, me gustaría que te llevases contigo a Robb. - le indicó al coloso negro de dos metros. ¡Mackinnon! Trasladad con premura el campamento a la zona fortificada y despejad la playa, no quiero que nos detecten y nos tiendan una emboscada. Quiero a los dos mejores vigías controlando los movimientos del asentamiento enemigo, y que Tim traiga informes de la situación a la fortificación cada hora, o de inmediato si hay cambios notables. 

Solo restaban Castañeda y Ania por darles órdenes, y viendo a la joven enseñandole las pertenencias del capitán Royal y su firme postura de ir a por Jessen, supo cual sería la siguiente orden.

- Castañeda, Blade y yo exploraremos los aledaños de la fortaleza tratando de encontrar al capitán Jessen. ¿Alguien tiene alguna duda o algo que alegar? Tiene mi permiso para hablar, adelante.

-A la orden!!!

... la voz del gran negro resuena; es hombre de acción, y las palabras del Segundo han sido las precisas; ahora todos tienen un trabajo que hacer, hacer bien, y hacer rápido, así que...

-Robb!!! Cagando hostias!! Barricas, cubos en palanquín, lo que sea!, necesitaremos agua, mucha, porque si vienen malas, tenemos que tener cuanta mayor reserva mejor!! Vuelve al barco con los otros y traed rápido las barricas que podáis, yo voy desbrozando un camino con el alfanje: dejaré señas claras para que lo sigas, será la ruta más fácil al manantial; cuando llegue, desharé el camino para ayudaros con las barricas vacías

-HALE!! A mover el culo si no queréis que os agrande el ojaldre, mamones!!! el Segundo ha dado órdenes, A TRABAJAR!!!

Jessy nadaba en aquel mar tranquilo apoyada en los troncos que improvisó como tablas de flotabilidad. Había actuado de manera temeraria y lo sabía, pero así era la vida de un filibustero, debía hacer locuras para alcanzar éxito y fama, dos valores en extremo necesarios para capitanear un buque regido por lobos de mar cuya mayor ambición era la de conseguir tesoros. La fortuna era una novia caprichosa y para adquirirla debía arriesgarse, o perder a su amada para siempre si sus acciones llevaban a la desidia de su tripulación, algo que evitaría a toda costa.

¿Cómo podía saber o siquiera intuir que aquella fortaleza estaba abandonada? Imposible conocer la respuesta, pero si aquel plan hubiera resultado, la mujer habría impactado en el corazón de sus hombres y ahora.... allí estaba, desvalida en un océano de miedo, pero no físico, sino por la posibilidad de encontrar motín alguno entre aquellos que juraron ser fieles a la capitanía de su nao.

Alcanzó la playa y ahora lo más difícil estaba por venir. Caminar descalza entre la arena, roca y foresta que impedían un cómodo trasiego hasta aquella maldita fortificación, las piedras que impidieron su ocupación y conquista desde el acantilado. No se quejaba, el frío ya había dado paso a un calor abrasador, pero la sed, el hambre y el dolor de sus pies generaron en ella lágrimas silenciosas y para qué engañarse, no era una necia, si la situación persistía podía morir allí mismo, en tierra extraña y comida por las aves e insectos de aquel paraíso inhóspito. Su peor vicio, la codicia, iba a pasarle factura.

Hincó la rodilla en la tierra cuando alcanzó la estructura de piedra, era un sitio abandonado, no habían ni ratas para hacer la cena, y por supuesto, nada de chaquetas elegantes que le posicionaran de nuevo en el poder. Pero no todo estaba perdido, entre algunos recovecos de la piedra había agua acumulada por la tormenta de la noche anterior, los hados no querían que muriera de sed, y la bonita capitana fue tan amable de complacerlos que bebió aquel líquido con sabor a verdín, clamando a los cielos para no cagarse viva tras la ingesta. Aunque ese habría sido el menor de sus problemas.

La mujer descansó a la sombra pensando. Debía tener claro cuáles iban a ser sus próximos pasos. Ir a la playa no era una opción, no en su condición actual. Salir a explorar para conseguir alimentos ya tampoco, el musgo y algunas plantas invasoras habían hecho su función, estaban asquerosas, pero la sustentarían al menos en esa jornada. La mujer estaba agotada y por ello merecía descansar, dormir durante varias horas, el tiempo necesario para que su cuerpo se recuperase de las inclemencias sufridas en la jornada anterior. Y así pasó el tiempo, despertó ya pasado el mediodía, estirándose ruidosamente entre los restos fortificados que había actuado como refugio. Se sentía fresca, con energía y ganas de realizar una nueva exploración, por la mañana había pasado por alto muchos matices del lugar y ¡qué diablos! si apenas podía acordarse del sufrimiento del ascenso desde la costa a la cima del acantilado.

Y así lo hizo, Jessy comenzó a observar las paredes de piedra, recorriendo las diversas estancias, conocedora de que alguien había vivido allí tiempo atrás, en aquel lugar silencioso. El suelo estaba removido, tablones de madera se acumulaban en distintas regiones, así como algunos muebles carcomidos por el salitre, lucían con fantasmagórico aspecto de abandono. Ella abrió armarios y mesas con cajoneras, movió algunas piedras que parecían salientes, removió canastos de mimbre humedecidos y mohosos, retiró tablones e incluso algunas plantas que se adueñaban del espacio antaño colonizado por el hombre. La fortificación tenía muchos recovecos, pero en esta segunda exploración Royal se tomó tiempo, y es que al fin y al cabo eso era lo que le sobraba, tiempo...

Sabía que su tripulación vendría tarde o temprano a buscarle, y cuando eso sucediese quizás pudiera mostrarles algo novedoso. No pensaba el capitán en joyas y tesoros, sino en un espacio donde poner un refugio para piratas. Un lugar especial donde encontrasen siempre protección y qué diablos, quizás un punto de encuentro con otras tripulaciones... La mente de Royal funcionaba bajo presión y es que no deseaba quedar con las manos vacías, hasta que mirando la última sala que le quedaba por revisar, probablemente el despacho o habitación de algún alto cargo, se fijó en que algo allí llamaba particularmente la atención, un derrumbe de piedras sobre algo de madera...¿era eso un arcón?.... O quizás se equivocara...

Yo voy a lo mío... es de día, hace muuucho que no duermo,... pero el puto café del cocinero me mantiene en pié, como un muerto de esos que vuelven a la vida; simplemente, avanzo y tajo la maleza sin parar, abriendo una ruta para que los compañeros puedan traer fácilmente las barricas al punto de agüada, pues es realmente importante...

Cortando voooy, cortando veengo,vengo

Cortando voooy, cortando veengo,vengo

Por el camiiino, yo me entretengoooo

Por el camiiino, yo me entretengoooo

Canturreo

Payne se había mantenido en buen estado desde durante todo el tiempo de máxima tensión, pudiendo haber descansado algunas horas durante el tiempo transcurrido en el camarote y en la cueva junto a Ania, pero realmente el cansancio empezaba a hacer mella en el teniente del Royal Fortune después de horas y horas sin apenas descanso. Cuando iniciaron la búsqueda del capitán Jessen el grupo de avanzadilla compuesto por Castañeda, Ania y él mismo, sintió que su cuerpo empezaba a desfallecer al iniciar la ascención, y tiró de voluntad y épica para llegar al deshabitado fortín mientras les infundía coraje y valor a sus dos compañeros.

- Se que estáis agotados, yo también lo estoy. Pero era menester explorar la isla y mandar este traslado del asentamiento hasta el fortín, mientras buscamos al capitán... - siendo los tres conocedores del secreto, no era necesario mantenerlo a escondidas. ...a Jess. Debe de haberlo pasado francamente mal y espero que demos pronto con ella, me preocupa su estado mucho más que el nuestro. ¿Por qué haría la locura de largarse en plena noche a solas por alta mar?

Justo al atravesar la vieja puerta carcomida que daba acceso al lugar, lograron comprobar que, tal y como había mencionado Robb, el lugar podría servir de refugio, pero que no conservaba nada aprovechable y todo estaba en un lamentable estado. A Payne ya se le cerraban los ojos, y sabía que Castañeda y Ania estarían en similares condiciones, por lo que ordenó forzosamente un descanso.

- Bien muchachos, hora de descansar... - Payne deseaba acostarse junto a Ania y dormir abrazado a la joven en una de las habitaciones medio derruidas del lugar que aún proporcionaba cierta cobertura, pero tampoco quería ser tan descarado frente a Castañeda, que ya empezaría a sospechar que entre la parejita empezaba a cocerse algo, por lo que no quiso forzar la situación. Y bien que hizo, porque al abrir una de las últimas estancias... ¡Oh sorpresa! Allí encontraron a Jess, rendida de cansancio y durmiendo la mona, abrazada a una especie de arcón, con una sonrisa de oreja a oreja.

Válgame Dios... Menos mal que se nos ocurrió ir de avanzadilla, delante de la tripulación... Ver este espectáculo hubiese sido difícil de asimilar...

- Ania, despiértala y ayúdale a vestirse antes de que lleguen los demás, por favor... - susurró Payne, que al momento se dio cuenta de su error y del cariño con el que estaba tratando a la joven frente a Castañeda. Digo... Eso! Haz lo que te ordeno antes de que lleguen el resto... Está medio desnuda y casi con los pechos al aire... Si la ven así, no sé qué podría pasar, joder. Voy a descansar en la puerta...

Y casi sin darse cuenta, se apoyó sobre una pared al lado de la puerta y se quedó dormido. Probablemente soñaría con la joven Blade y su encuentro en la cueva.

La partida de búsqueda da con su capitán, está se despierta sobresaltada y aterrada hasta que entiende la situación, entonces simplemente sonríe y se tapa con la ropa que le tiende Ania.

Payne no está en la habitación pues sabe los peligros de no predecir la llegada del resto. Pero al igual que vosotros está quebrado y no tarda en cabecear apoyado en el murete.

Al volver ve a Jessen vestido, y como Castañeda ya tumbado mira con cara de implorar que se le permita cerrar los ojos.

Los cuatro sois conscientes de que no podéis seguir así, Ania mejor que nadie conoce los males que derivan de la falta de sueño, y más cuando se debe a una tensión tan prolongada como la sufrida.

Finalmente aceptáis que lo mejor es descansar, Payne y Castañeda se echan en la entrada de forma que cualquier intrusión los despertaría por fuerza antes de llegar a donde yacen las mujeres.

Os despierta el frío de la noche, y los insectos que se alborotan a la caída del sol. Preocupados por lo que el resto de la tripulación haya hecho decidís bajar con las últimas luces antes de que la oscuridad convierta un trayecto de veinte minutos en un viaje de horas.

Bubba mantiene el tipo, robusto como una roca se ayuda de los pocos que descansaron la noche anterior a bordo para acarrear todo el agua posible, pero esa tarea lo termina de sentenciar y al volver a la playa agradece que se haya levantado el campamento.

Mackinnon detesta estar así, vulnerable, pero ya le cuesta pensar, joder, de haber estado de otro humor, más fresco, quizás no habría pasado lo de Marcus, eso va a traer problemas y el escocés lo sabe. Las horas pasan y el segundo tampoco vuelve, le encantaría ir, pero en ese estado solo van a incrementar las bajas, lo mejor es descansar y organizarse y al día siguiente buscarlos a ellos o a sus cuerpos.

Como si dispone de tres hombres descansados, los pone a levantar una sombra en la playa y les asigna la tarea de cuidar del resto de la tripulación mientras descansa.

Os despiertan a todos los que vigilaban a la voz de Se acerca un grupo, es de noche ya entrada y hace frío pero no se ha hecho un fuego para no llamar la atención.

Conforme recuperáis la consciencia tras el poco ortodoxo descanso veis que han bajado las armas

-Han vuelto, el capitán está vivo.

-Alabado sea Belcebú 

... mascullo, pues, privados de la guía del Capitán y del Segundo... no es que no confíe en Mac, que es perro viejo, pero con la gente que lleva menos tiempo entre nosotros, nunca se saben si pueden tener delirios de grandeza... aunque para "apañar" conatos de revuelta, se supone que estamos los más veteranos del grupo.

Ya ha caído la noche, y el manto de estrellas adorna el cielo; por fortuna, desde que trajimos los barriles de agua y los pusimos a hervir, cosa que acabó de hacerse en torno al principio de la tarde, hemos podido descansar... porque hasta yo lo necesito, sobre todo cuando se acabó el efecto diabólico del café ese del maldito cocinero... que hasta me costó pegar ojo, pese a que los párpados me exigían echar el cierre...

Total... que estamos medianamente despiertos, y merced a los turnos que ordenase Mac, y el agua purificada gracias al consejo del Castañeda, la gente está en muy buenas condiciones; se echa de menos una comida caliente decente, y no solo las galletas de marinero que hemos ido trayendo desde la nave, pero salvo eso, estamos listos para lo que se nos ordene.

Me sitúo al lado de Mac, mientras esperamos que el grupo del Capitán lleguen, esperando por si tienen a bien contarnos lo que ha pasado, o si no... que demonios, somos unos mandaos... De todos modos, le comento al escocés:

-En algo habrán estado ocupados, pues... todo el día por ahí, da para mucho... a saber que habrá que hacer ahora; no podemos echar raices en este campamento... no me parece la mejor posición del mundo.

Exacto Bubba, de hecho, es uno de los peores sitios donde acampar, teníamos órdenes del Segundo de trasladar el campamento y después descansar, pero algo me ha impelido a no hacerlo, como si una mano en la sombra hubiera manejado mi voluntad... 

Después de estas palabras, y con algo de reposo, me dispuse a dar las pertinentes órdenes para trasladar el campamento hacia las ruinas del fuerte, temiendo por mi vida, pues debería haber hecho esto antes de dormir... puta miseria...

- Bueno... a nosotros nos ordenó ir a por agua, y luego hervirla... si haces eso, tienes que saber a donde volver con el agua, y si se mueve el campamento... me parece incongruente. Mira, viejo amigo, que el capitán decida...

Jessy Royal había sido encontrado por parte de su tripulación y tras vestirse con sus propias ropas volvía a parecer un capitán como los dioses mandaban. Era curioso pero esperaba que Ania y Payne le regañasen, algo que por lo visto no se dio, quizás estuvieran tan sumamente cansados que fuera imposible que eso sucediera. Y es que todos debían descansar, algo que hicieron entre las ruinas de la fortaleza hasta que casi cayó la noche, mientras Royal soñaba con un cofre entre los escombros, ojalá algunos sueños se hicieran realidad...

Al despertar, los cuatro muy descansados, decidieron volver con el resto de la tripulación para controlar la situación, llegando el capitán Royal a la playa, observando a sus hombres con interés.

- Señores, tengo una buena noticia... La fortaleza de arriba está deshabitada y vamos a hacer de ella nuestro fuerte personal, un sitio donde acudir a enterrar los tesoros que consigamos, eso si la isla no nos regala alguno porque este asentamiento estuvo habitado en el pasado, así que necesito primero conocer las novedades acontecidas en mi ausencia... - mira a los presentes con seriedad analizando los rostros de los marineros y si había el más leve atisbo de insurrección, si así era pondría a cada uno en su lugar.

Jessen Royal puso los brazos en jarras y esperó novedades de los presentes.

La situación en la playa es extraña, se respira alivio y admiración, pero también tensión y ansiedad. En efecto la tripulación se ha dividido, no en contra de Royal, sino a la espera de su juicio. Lo que estuvieron despiertos han podido ver la playa a la luz del día, un refugio ideal, sin olas en la ensenada debido a la barrera de coral. Un puerto natural escondido y a mayores defendido por un fuerte. El lugar ideal si se habilita.

-Mi capitán, mi informe es que no se ha avistado en todo el día velas al horizonte, definitivamente les hemos despistado. -uno de los artilleros amigo de Marcus, el señor Dolnell hace una mueca como de querer añadir algo pero mejor silenciarlo.

,.. Por fín... esto parece que vuelve a la "normalidad"... no se notal pero exhalo un suspuro. Un grupo de piratas, sin sus líderes naturales entre ellos, y con el barco enclado apenas a unas brazas de distancia... es una invitación para que se monte un motín. Por ventura, no ha sido el caso.

-Capitán, poco más que contar; algún conato de indisciplina que el escocés ha abortado de raiz, y algunos problemas para mover el campamento: la chusma estaba seca, y hasta hace un rato no hemos vuelto de hacer agüada, pero ahora están descansados y listos para moverse.

... no lo digo en voz alta, pues... recojones, seguro que lo saben: un castillo en lo alto está muy bien si quieres defender tus tierras, pero nosotros no tenemos de eso, somos nómadas del mar: si quisiésemos una base... tendríamos que tener gente para guarnecerla, cañones sobrantes para defenderla, y debería estar provista de agua, munición y víveres para aguantar ella sola unos meses un asedio, hasta que desde fuera se la pudiese ayudar. No se... me parece venirnos demasiado arriba. Tal vez, si fuésemos más... pero quizá despertásemos la ira del Reino que posea estas tierras, y nosotros vivimos entre dos aguas, sin plantar raices en ningun sitio, pues nos las pueden cortar de cuajo (las raices, no las pelotas)... Pero en fín, yo solo soy un negro que no sabe de estas cosas...

... y me quedo mirando el cofre que han traído...