Partida Rol por web

Rongar, con la diligencia que le caracteriza, aprendida el la propia escuela que España tiene en "La Isla de León", hizo ponerse en pie al "supuesto contable". - Bien, ponte en pie y vamos a inventarizar, tanto botín como carga propia, incluidos suministros fungilbes y pertrechos. Tenemos cuatro horas para terminar. Sabía que era un trabajo bastante pretencioso, pero … no era solo lo que habían "robado", sino además, también era el barco en si. Lo que estaba instalados, ya fuera un garrucha, una guindola o parte del enjarretado, le daba igual. Eso era "del barco"; pero lo que buscaba era los que le daba un valor añadido. Y la carga. Había que verlo todo.

Viendo que los prisioneros están a buen recaudo, y que mis tripulantes se están encargando con diligencia de varios asuntos que tenía en mente hacer yo, me relajo y vuelvo al Muerte Súbita, donde me coloco cerca de los heridos y espero mi turno para ser atendido. 

Esperar me viene bien, debo decidir que hacer con ambos barcos, donde vender la mercancía del holandés, debo prepararme para oficiar el funeral de Jiménez... Pero quizás, lo más importante sea elegir el próximo puerto.

Mi capitán! Se exclama De Urdanrta al ver entrar a su capitán. Esta mujer me dice que no puedo ni moverme para cargar durante algunas horas. Dígale usted que no se puede pasar de mi ni un minuto y que nosotros, los vascos estamos hechos de una madera diferente Termina de decir haciendo amago de levantarse, antes de que De Lope le placa con una mano firme contra la mesa, haciéndole sortir una mezcla de dolor y resignación entre sus labios. Buen placado contra la mesa, dejando sentir el calor de la mano de esa hechicera sobre su pecho debo admitir que aunque sea para que me plaque contra la mesa, siempre es agradable sentir a una mujer como Dios manda... dice con una sonrisa en los labios y mirando a los ojos de la hechicera

-De Lope, los vascos estamos hechos de acero, estos rasguños son chapa y pintura, nada más. Pero Gil, por el dinero que le estoy pagando a la doctora, más vale que le hagas caso o me enfadaré. 

Veo divertido como la bruja hace más presión de la que debe tras ese comentario de Gil y, riéndome, añado:

-Gil, cuando estemos atendidos hablaremos acerca de cargar cosas. No des orden alguna en ese sentido hasta que sepamos que contiene exactamente ese navío y que vamos a hacer con el. Además, en caso de que haya que cargar algo, lo harán los holandeses.

Con un gesto de duda en la cara De Urdanrta le pregunta a su capitán Cargar mi Capitán?.... Que es lo que le preocupa? Nuestro chicos siempre han sido voluntarios, pero esta claro que con presos a bordo, son ellos los que van a pringar

-¿Cómo puede siquiera moverse con esa herida? al final va a ser verdad que estáis hechos de otra pasta -dice la mujer al ver lo que queda del hombro del capitán. -En fin, túmbese y deje de hacer el animal o tendremos que empezar a llamarle Blas de Lezo.

...

Mientras tanto en la cubierta Rongar y Matías investigan el contenido del barco capturado. además de la carga saqueada, el barco dispone de pertrechos para tres semanas calculando la totalidad de los hombres supervivientes, tanto capturados como aliados, básicamente tres barriles de trescientos litros de agua dulce levemente alcoholizada, carne seca de cerdo, dos sacos de cincuenta kilos de yuca, un saco de avena y cinco tarros de mermelada, dos de tomate, dos de melocotón y uno de naranja.

El barco tiene seis cañones por banda, y capacidad para otros tres más si se dispone de un buen carpintero, todos de treinta libras, así mismo hay munición y pólvora para al menos treinta salvas, menos de cuarenta, depende del estado de conservación, puede que algunos paquetes de pólvora se hayan humedecido. La mayor sorpresa es el cañón de proa, una pieza ligera de poco alcance y poca potencia de fuego, pero maniobrable e ideal para las persecuciones sin exponer la banda. Este tiene una munición especial menor, de doce libras, y solo tiene dotación para quince tiros.

También tiene una grúa de cubierta y tres botes, cada uno con sus cuatro remos.

...

De Lope acaba de atender a todos los heridos, el capitán no sale a cubierta por lo que el mercenario Lobato, el único de ellos que no resultó herido va a ver que pasa. Vuelve y se dirige a Rongar -El capitán desea verte, quiere un informe.

Del Casar y yo recorremos la nave de punta a punta registrando, inventariando y moviendo algunos bultos. En general está todo bastante arreglado, como corresponde a estos comenabos, gente ordenada por naturaleza. Cuando Rongar está a lo suyo, anotando, y especialmente cuando Lobato aparece para llamarlo a nuestra cubierta, una oscura lucecita se enciende en mi interior y rebusco objetos especialmente interesantes, valiosos y de pequeño tamaño. No se trata de robar, no, pero ¿quién dice que un hombre no tiene derecho a hacer su fortuna?

Lobato, no se valla tan pronto leches, que ni tiempo a darle instrucciones me deja y tengo miedo de que se me salgan las tripas si le grito mas de la cuenta. El demonio en forma de mujer me vigila.... Dice De Urdaneta con un tono jocoso mirando a De Lope. Pasamos a modo racionamiento de viveres. A Pesar de tener suficientes, hasta que el capitan decida el destino se dara lo minimo necesario a todo el mundo para estar en forma, evitar enfermedades y que se me duerman Toma del brazo a Lobato Cuento con usted camarada, se que eres un hombre de talento Le suelta, cierra los ojos para descansar y le deja ir

Del Casar le presenta las novedades al capitán, los barcos apenas tienen daños de la escaramuza, arañazos y algún pequeño agujero en cubierta, pero nada que merezca la pena siquiera plantearse reparar. La nave incautada es una fragata de dos palos, con una cubierta artillada, está dotada de ocho cañones por banda de treinta en la cubierta artillada y de cinco de doce por banda en superficie. Tiene una pieza ligera de artillería en la proa y va cargado con un botín no demasiado rico, pero muy bien adquirido.

El capitán tras conocer las cantidades y la situación ordena que se distribuyan ambas tripulaciones en las naves. Él propio capitán mantendrá el gobierno de la Muerte, mientras que Urdaneta se encargará de cerrar y guardar la marcha con la nave recién bautizada como "la Bruja del Mar".  Rongar, Círiaco, Lillo y del Barrio van a la bruja con el teniente para mantener la nave bajo gobierno, así mismo la mayoría de los prisioneros permanecen en la muerte, que no conocen y que mantiene mayor guarnición.

La muerte toma rumbo a Tortuga para soltar el lastre humano antes de ir a Curama, destino donde vender el botín.

…

Cuatro días de vientos favorables desde el combate pasan hasta ver las costas de arenas blancas del cayo de Tortuga. 

Cuando el barco pasa cerca de las aguas bajas se oye gritar al implacable Urdaneta

-Saltad ahora y nadad hasta tierra, no demoréis el salto o tendréis que abarcar mayor distancia, traduce Matías joder, estos desgraciados no se enteran. ¡QUE SALTÉIS!

Y sin perder casi velocidad en el giro se pone rumbo a Curama, cosa que solo os toma poco más de un día.

Al llegar a la bahía os toca esperar pues una enorme nao está maniobrando para alcanzar el único pantalán que hay.

Queda una hora de luz cuando se da la orden de fondear.

Iker da la orden de que Lillo, Montero y del Barrio permanezcan en cubierta un día, mientras el resto baja a tierra, confía en que esos tres sean suficientemente desagradables como para disuadir a cualquier desgraciado. El resto baja a tierra con los botes. La carga se guarda, no son horas.

Mientras esperamos a que se nos de permiso, mando llamar a Gil. Cuando se presenta le digo:

-Gil, ve a tierra acompañado de dos hombres. Elige a los que consideres más oportunos. Quiero que te empieces a mover para reclutar a la nueva tripulación. Necesitamos cocinero y pinche, carpintero y aprendiz, un ayudante para de Lope, tres artilleros y un joputa en el que tu creas que se puede confiar, a ser posible que sea Vas... mejor que no sea vasco. Ah, y uno que pueda aguantarle a del Barrio un par de minutos.

-Y un músico,Gil. ¡Un músico!