Partida Rol por web

Charlie se presenta, antes debió hacerlo con los troll que custodiaban el bendito barco, ¿cómo se le ocurre a Morgan mandarla así no más?, pudieron volarle la cabeza, pero bueno, ya estaba ahí, y había intentado explicarse, pero los troll (así llamará en adelante a la tripulación de ese barco), no le entendía y terminó cruzandose de brazos, frustrada, sin embargo no le habían disparado y ahora estaba delante del capitán, ya había escuchado los gemidos, y entendió las palabras de Morgan... ¿más encima la manda a interrumpir el polvo del capitán?. Pero que puto jefe tenía. 

La jovencita que se hacía pasar por grumete, alargó su mano y luego hizo una referencia y que a pesar de lo cuidado de ese gesto, el chiquillo, porque no parecía mayor de 16 años, tenía una mirada briosa, desafiante que cualquier pirata podría detectar. Tenía ansias de mar. 

— capitán Montoya.. señora, soy Charlie, y vengo de parte del capitán Morgan — era inglesa por donde se la mirase, perdón, era inglés por donde se le mirase. Era asombroso que durante tanto tiempo hubiera podido mantenerse oculta —  mi capitán desea que lo acompañe al Lucero, nuestro barco, desea hablar de negocios con usted, puede llevar dos hombres si gusta, pero la idea es una charla amistosa — menos mal que no tuvo que decir esa frase, era mala y más encima, ofensiva, agradeció que la recibieran y más encima vestidos, lo que era un verdadero agrado. 

Charlie hablaba perfectamente, gesticulaba y demostraba tener estudios, lo que hacía aún más extraña la presencia de un grumete así y de tan corta edad, de seguro por eso era el que estaba hablando y no el pirata más viejo. 

Vaya, el chico ze apunta tambié, verdad? no hay problema - no iba a ser yo la que le diera ascos a la situación, al fin y al cabo donde entran dos, también lo hacen tres - Paza, no zea tímido, ven aquí yo zoi Angélica, zevillana, ¿haz eztao alguna vez en Zevilla? - le cojo de la mano y ... iba a meterlo en el camarote, pero como hay más gente espero a la ocasión, quién sabe.

El chico queda atónito ante la retalia de palabras incomprensibles, no por el acento, sino por el idioma, quedando Iker como único puente entre los dos.

A pesar de haber descargado la munición, salgo irritado del camarote, muy molesto por la interrupción. A pesar de ello escucho las palabras que me dice el chico con paciencia, pues, a pesar de las circunstancias, no soy incivilizado.

Con cierta gracia, veo como Angélica trata de unirlo a la fiesta, y, viendo la cara de confusión del chiquillo casi me entran ganas de reír, pero logro controlarme y le digo  a Angélica:

-Querida, creo que no ha venido a eso el chaval.

A continuación, y sin dejar tiempo a una réplica por su parte continúo hablando en inglés.

-Ok, I accept you're invitation. We gonna follow you in our boat. Just give us few minutes.

Cambiando al castellano de nuevo

Del barrio, baja cagando leches y súbeme una botella de ron! Lillo y Angélica, nos vamos al barco de este muchacho, su capitán desea hablar de negocios conmigo. Coged vuestras armas por si acaso la cosa se pone chunga. ¡Del barrio! Te dejo solo al cuidado del barco, se lo que vales y se que lo dejo en buenas manos.

Una vez dadas las órdenes pertinentes espero junto a Angélica y Charlie a que todo esté dispuesto.

Una vez Lillo ha preparado el bote, y Del Barrio ha traído el ron de la reserva, bajamos a los botes y partimos en silencio en dirección al barco del capitán Morgan.

Charlie se alarma cuando la toman de la mano, aquella mujer hablaba de una forma que no lograban entender solo veía cómo la quería meter en el ¿camarote? Así que puso una cara de extrañeza, ¿que costumbres eran esas? Se preguntó pero el capitán habla y evitar que el tema pase a mayores. La inglesa, asiente y espera que todo estén listos para ir al Lucero.

Gil mira a Matias con cara seria, pero poniendo toda su atencion. Reflexiona unos segundos antes de contestar: -Me parece muy buena idea Matias- Dice poniendo una mano sobre el hombro de este y decirle con una media sonrisa -Debo admitir que no se me habia ocurrido y estoy impresionado. Ten cuidado y ven a verme cuando sepas algo mas de ese criollo, estare en el barco- De Urdaneta se dirige hacia la salida antes de dirigirse a Matias de nuevo -Pero recuerda, que si no estas a la hora y en su debido estado ya sabes lo que te tocara- Le dice... Con lo que parece ser un guino de su unico ojo. Gil sale de la sala comun mirando al resto de la embarcacion, tomando su tiempo para que vean que el ya se retira... Da una pequena vuelta antes de llegar al barco e ir a pedir novedades a los retenes.

La sonrisa y la palmada de Urdaneta me hacen sonreír como un perrillo agradecido a su amo por un hueso. Asiento veloz a sus instrucciones y me separo de los españoles. Los veo desaparecer mientras me acodo en la barra...

Los remos se hunden en el mar sin hacer apenas ningún ruido, siendo sombras difícilmente detectables en la negrura de la noche. Al cabo de unos minutos llegamos junto a una bella goleta fuertemente armada. Al llegar y pegar una voz Charlie nos lanzan una escalerilla y subimos al Lucero donde, precedidos de Charlie, nos encaminamos directamente hacia el camarote del capitán.

Una vez se nos permite entrar, el otro capitán ve entrar a una morena bajita pero muy guapa, a un marinero con aspecto duro y una mirada que da a entender que es un asesino frío y sin corazón y una figura alta que camina con mucha seguridad, es un hombre de aspecto duro y de mirada impenetrable cuyo atractivo te resulta llamativo aun siendo hombre.

Me acodo en la barra y compro una botella de ron.* Miro alrededor como evaluando a los parroquianos, y me cercioro de que el criollo sigue por allí.** Vuelvo a intentar descubrir si está solo o acompañado, y fijarme en la ralea de sus compañeros, si los hay.*** Cuando me sirven la botella, indico al indeseable mesonero que se quede la vuelta y le pregunto quién es ese tipo, el criollo con cara de mala virgen y peor hostia. Con la respuesta me voy, sin más, dejando la sala con discreción.

Respiro el aire nocturno, cálido, húmedo, caribeño a más no poder, del exterior. Me lleno los pulmones. Es delicioso. descorcho la botella y echo un trago. El único momento de verdadera tranquilidad en las últimas semanas; a bordo de un barco como el nuestro, en fin, más vale tener siempre un ojo abierto, entre ladrones y bujarrones nunca se sabe. Está oscuro, y sólo las siluetas de unas cuantas casas y de la abundante vegetación tropical es más negra que la noche.

Pero no hay mucho tiempo para ponerse lírico. Miro alrededor y busco un sitio para acomodarme. Un sitio tranquilo, apartado y discreto, desde donde pueda observar la salida de la sala común. El tipo de sitio en el que se recostaría un borracho para dar buena cuenta de su botella en paz. El tipo de sitio que no parece una ratonera y permite salir por pies o perderse en la oscuridad si la necesidad aprieta. O lo más parecido que encuentre.

Doy otro largo trago a la botella, dejo que un chorro me empape la pechera de la camisa y me recuesto, medio oculto entre unos matojos y unas cajas vacías y casi podridas. A esperar.

No puedo evitar tantear la empuñadura de un cachorrillo que me he agenciado en el buque holandés**** y que llevo en los riñones.

El Lucero del Alba es un barco simple, sin ornamentos, funcional, el olor a brea es patente, al parecer estaban reparando partes del barco pese a que no había ningún desperfecto visible. Todo en aquel barco está hecho para que funcione perfectamente a la orden dada y en el menor tiempo de respuesta posible.

Cuando os adentráis en los aposentos del capitán todo es igual, bancos de madera simple, muebles funcionales para guardar ropa, una cama doble que bien podría estar en un prostíbulo, mapas de costas en una mesa, candelabros de plata clavados a la mesa alumbrando dichos planos, todo muy austero, no hay cofres, ni cuadros, ni ningún adorno, podéis notar al entrar por la puerta que Armm Morgan está esperando sentado con los brazos en las orejeras de una butaca.

Su apariencia era cordial, pero su vestimenta era de cuero simple, todo era terriblemente austero, de materiales baratos, incluso sus pistolas y espada podrían ser mil veces mejores gastando unas simples monedas en una armería.

Se levanta y os mira de arriba a abajo antes de acercarse unos pasos. Sonríe, sus dientes relucen a la luz tenue de las velas, parece tener todas las piezas blancas y en buen estado, su cuerpo es el de alguien que se ha pasado en la mar toda la vida, moreno, fuerte, atlético con una mirada seductora pero que dice lo que quiere en todo momento, todo en él era duro y salvaje, como la mar en donde nació y dónde ha vivido.

Buenas noches señores, bueno, y señorita. No esperaba ver a una dama a bordo del Lucero esta noche, pero sin duda es una grata sorpresa. Hablo en español, es un nivel básico pero sirve para comunicarse perfectamente.

Bien, empecemos, ¿Conocen lo que hay representado en esos mapas? Señalo los mapas de la mesa.

Son las cartas del Caribe conocido, buenas cartas de hecho, en ellas no solo están las lineas de costa y los vientos predominantes, también aparecen indicados muchos bajíos y advertencias de zonas cuyo fondo cambia con las tormentas. No son cartas actuales, se ve por el nombre de algunos asentamientos que ya han cambiado de reino. Son cartas mercantes, viejas pero confiables.

Cualquiera que sepa un mínimo de navegación puede apreciarlo.

-Buenas noches capitán Morgan, me alegra que hable mi idioma. -la sonrisa del escolta es un poco aterradora, el hombre no parece preocupado de no tener a mano sus armas. Eso significa que es un loco, o un maestro, o una mezcla de ambos, lo último es probable, dado el caso, Morgan reconoce la voz como la que delató su presencia en la fragata.

Muy bien dicho. Me acerco a las cartas de navegación.

En esta zona, señalo una zona bastante extensa del caribe, hay un barco que busco, el Txori Zuri. Es capitaneado por un hombre que se hace llamar "el vasco". No se si conocen a este bravucón, sinceramente me da igual. Lo único que me interesa de él es que tiene un mapa que perteneció a mi padre y le fue robado cuando se moría en este mismo dormitorio.

Soy consciente de que no puedo hacer esto solo, mi goleta es rápida y tiene una artillería muy potente, como ya se habrán dado cuenta, pero en caso de un impacto directo... Estaremos cenando con Davy Jones antes de que podamos darnos cuenta. Me siento de nuevo en la butaca, a la vez que hago un gesto de que se pueden sentar en los tres bancos de madera que hay alrededor de la mesa.

Así que esta es mi propuesta, si me ayudan a localizar a "el vasco" y conseguir el mapa, pueden quedarse con el Txori Zuri, y todo lo que contenga, excepto, claro está, mi mapa.

Contemplo con cierto desagrado la falta de ornamentación del navío, ¿Qué clase de persona puede vivir cómodo sin nada que distraiga su mente? No termino de encontrarme a gusto con la espartana decoración, acostumbrado a que las estancias, incluso a bordo, tengan algo más de vida. En cualquier caso desecho estos pensamientos de mi mente al considerarlos vanales y me centro en el mapa y la información que cuenta el capitán.

-Tenéis un buen mapa, si señor.... Si que conozco al que se hace llamar "El vasco", empezaron a llamarle así en la academia. Era un buen hombre hasta que los holandeses mataron a su padre y a sus tres hermanos mayores, ahí su corazón se volvió más negro que el hollín y lo último que se de él es que partió a bordo de su corbeta con la intención de hundir a tantos holandeses como pudiera. De esto hace casi 4 años ya... 

Antes de continuar hablando, medito bien su oferta, maldición, que diría Gil en esta situación.

Me parece un trato justo,  Capitán Morgann, pero necesitaremos un poco de tiempo para poder hacer frente a un capitán de su destreza. Ahora mismo necesito algunos hombres más para poder afrontar una travesía con garantías de llegar a buen puerto.

Yo he de conseguir todavía una tripulación, he perdido a varios en peleas de taberna en este condenado sitio.

Les daré tiempo de sobra para meditar la propuesta, hacérsela llegar a vuestros hombres, aseguraos que saben dónde se están metiendo.

Estrecho la mano del señor Montoya Arriazu a la vez que les acompaño hasta su bote.

Le doy la mano al inglés por educación mientras le digo: 

-Por mi parte estoy dispuesto, nunca me cayó bien ese tipo, pero se lo comunicaré a mis oficiales a ver que opinan y mañana al anochecer te esperaré en "La bruja del Mar" para comunicarte mi respuesta. Puedes quedarte la botella, es un presente.

Dicho esto nos retiramos de su navío y volvemos al nuestro...

En toda la conversación se quedó cerca de la puerta, escuchando sin intervenir en la negociación que había salido mejor de lo esperado, sencilla, demasiado sencilla de hecho. Charlie estaba cruzada de brazos y miró de reojo aquellas cartas, las conocía casi de memoria, era a lo que más se dedicaba en aquel barco y justamente esa habilidad con la navegación le había valido el aprecio de Morgan. 

Siguió en silencio, hasta que se fueron los extraños, solo ahí se acercó al capitán, despidiéndose de los invitados con una pequeña reverencia. 

— imagino, capitán — había contado hasta diez antes de hablar, para asegurase que no escuchan los españoles — que no confiará en ellos, — no hizo ningún gesto más, solo bajó sus brazos y soltó un suspiro pesado — Nunca me ha contado porque es tan importante esa carta, espero que valga la pena — fue hacia las demás cartas, las misma que había estudiado desde que había llegado a ese barco, cuando fue salvada por Morgan. Quizás sin ese hecho, ella no se habría vuelto pirata.

— mañana iré a enrolar hombres para la tripulación, Capitán — se cuadra ante él, ya dispuesta a dejar al hombre solo.