Partida Rol por web

Buen día caballeros, soy el capitán Drake, soy el propietario del Dragón del Mar, estamos aquí sólo por negocios, los señores de aquel navío pueden dar fe de mis palabras. - respondo con la amabilidad de todo buen mercante.

Originalmente nuestro convoy estaba integrado por tres navíos, lamentablemente uno.de ellos se hundió a causa de la tormenta. Nuestra labor es simple escoltar este mercante desde Europa hasta aquí. 

Por ahora sólo queremos completar nuestro encargo, cobrar el flete, reabastecernos, hacer algunas reparaciones y volver a casa, pues no tenemos más asuntos que tratar aquí en Bostón. - agrego con absoluta sinceridad.

Señor inspector, le ruego sea indulgente con nosotros, pues verá, en este momento la estamos pasando un poco mal, dado que estamos algo hacinados pues nos vimos en la obligación moral de rescatar a los náufragos del buque perdido, ni modomque los dejasemos abandonados a su suerte en el mar, eso no sería digno de hombres de bien como nosotros, en especial con tanto pirata suelto. - añado con tono compasivo.

Loan se dirigió a cubierta en cuando escuchó que algo ocurría a través de las lumbreras de la cocina. Salió limpiando un cuchillo de considerable tamaño en el mandil que llevaba puesto. Se acercó a un reducido grupo en el que se encontraba el cirujano.

- Pst, eh, Ambrosio, ¿qué pasa, con quién habla el capitán, hay problemas?

Echó un ojo en derredor y observó que todos estaban pendientes de aquella conversación a voces.

-De acuerdo, pueden fondear en esa zona -señala una parte de la bahía marcada por boyas -pero de querer bajar a tierra deberán pasar por la aduana. Lamento los daños que las inclemencias del clima os han causado, pero debemos tener cuidado, llevamos una temporada con problemas de orden y seguridad.

El esquife se dirige entonces al mercante donde entablan conversación y suben a bordo para inspeccionar la mercancía. Después de un rato el que parece ser el nuevo líder del mercante se dirige a vosotros.

-Trabajo cumplido capitán Drake, se ha negociado que puedan bajar a tierra en grupos de cinco para reabastecerse, mañana a primera hora se os realizará el pago por el servicio prestado. Ha sido un placer.

En cuanto el capitán asiente a la mirada de Maddock para iniciar las maniobras de fondeo, la segunda inicia las órdenes y lleva el impresionante navío al lugar adecuado. Lien vuelve junto Rogers al Dragón ahora que no tiene que mantener el barco a flote.

Veis el mercante atracando en uno de los muelles del puerto.

Pst, eh, Ambrosio, ¿qué pasa, con quién habla el capitán, hay problemas?

Nha, no te preocupes, simplemente una pequeña charla de caballeros, al fin y al cabo se han sentido algo intimidados de que un barco como el nuestro con bandera inglesa y desconocido haya aparecido en puerto, no se les puede culpar realmente *digo encogiendome de hombros*

Tras esperar al que el barco fondee en puerto y tras la noticia de la decision que habian dado me dirijo hacia Nataniel.

Capitan, me gustaria ser uno de los hombres que vaya a bajar a puerto, mas que nada me gustaria reponer algunas herramientas que se me rompieron, aparte de investigar un poco sobre noticias de nuevos descubrimientos medicos. Oh, cierto capitan, cree que deberiamos aprovechar para mirar de comprar una esclava ahora que estamos aqui? Es bastante posible que muchas esten a buen precio y sin duda la tripulacion agradeceria algo vivo con lo que satisfacerse, me refiero, aparte de sus manos, por supuesto si le preocupa que pueda ocasionar algun problema me podria encargar de asegurarme de que no fuera asi, ya sabe, adios extremidades, adios dientes, sin duda hara que necesite menos comida y encima seria mas facil de transportar, aunque bueno, eso es decision suya mi capitan.

En cuanto les dieron el permiso de atracar en puerto, un revuelo se formó en torno al capitán. Todos querían bajar, bien por despejarse de aquel terrible viaje, bien para abastecerse, bien para sofocar sus necesidades más básicas, sobretodo esto último. Loan suspiró con hastío y sacó un pequeño papel en el que había escrito durante el viaje todas las provisiones básicas y secundarias que debían rebastecer. Le había dado tiempo hasta de apuntar los precios estimados de cada producto.

Esperó su turno y cuando pudo se acercó al capitán:

- Tengo una lista con todo lo que podemos necesitar en cuanto comida y demás, me gustaría bajar para supervisar yo misma las compras, pero entiendo que a estos... -estuvo a punto de escapar de su boca la palabra “macacos”- ...a esta gente le haga falta bajar más que a mi, ya me entiende. Usted manda capitán, si es complicado que toque tierra, hágame el favor de darle la lista a alguien responsable, y con esto quiero decir que no se la vaya a dar a un Smith... que ya sabemos lo que ocurrió la última vez.

En general la tripulación desea tocar tierra, al fin y al cabo acaban de ganar una fortuna, y sin bajas, la moral está por las nubes. Y en una ciudad como esta se pueden adquirir muchos bienes y servicios.

-Todos tocaréis tierra, los más afortunados, lo harán doce quince horas, lo menos nueve, y los que no se lo han ganado, tendrán que conformarse con cuatro. En el navío siempre habrán cinco personas y bien el capitán o bien yo. -dice A.B. Maddock, cuya presencia y autoridad no tiene rival.

Hay varios asentimientos, todos están conformes, pues han visto el destino de los menos afortunados, ahora son casi ricos, es cierto que parte de los beneficios deben destinarse a los daños de la tormenta, principalmente a reponer todo lo que se tiró por la borda. Pero aún así salen a casi trescientos reales por cabeza, eso son ocho meses de trabajo en un campo y se ha ganado en siete semanas. 

-El primer turno lo harán los castigados, aquellos que no me han hecho feliz con su trabajo estos días, el resto podrá bajar a tierra ya. Pero en grupos de cuatro, cada media hora, y Ay del desgraciado que cause un solo problema, pues deseará haber muerto devorado por las bestias del mar. Primero bajarán Loan, Lien, Ambrosio y el propio Drake, de ellos salvo el capitán que vendrá a darme el relevo a mí, pueden estar en tierra el tiempo que deseen hasta la partida.

-Yo no necesito bajar -la mole que es Rob parece tranquilo y feliz -Con que me traigan un trago de buen whiskey me vale, pero recomiendo comprar un barril extra de agua dulce, Lien me ha explicado que conviene baldear sin sal de vez en cuando para evitar que se seque la madera. Pueden descontarlo de mi parte. 

Ambrosio si vas a traer mujeres a este barco adelante, pero traélas en una pieza y en caso de pelea tengan en cuenta que no tendré ningun reparo en capar a los gallos.

No me parece buena idea lisiarlas, pues podemos aprovecharlas como fuerza de trabajo extra y usarlas de incentivo para mejorar el rendimiento de los hombres, eso sí, asegúrate de que no puedan embarazarse. - le digo al médico en privado, autorizándolo a traer hasta tres esclavas al barco.

A diferencia de otros barcos piratas, en el "Dragón" teníamos tres grumetes mujeres, una de ellas también de mi época de mercante, la "pequeña" Lily que con su 1.50 de altura no impresionaba a nadie, pero era capaz de derribar a un oso a cincuenta metros con un sólo disparo, por eso los hombres no se iban con tonterías con ella.

Con apenas 25 años la mujer era una verdadera fiera, un accidente a temprana edad la había dejado estéril, lo que le permitía darse sus buenas escapadas en los puertos.

Yo entendía a la perfección porque la mayoría de capitanes no permitían mujeres en su barco, pero con Maddock y yo al frente de la disciplina, no había forma de que ningún hombre se pasara de listo con alguna mujer.

Al bajar a tierra me dirijo a la zona de comercio y negocio dos cañones nuevos para el barco, mientras dejo que Loan se encargue de ver las provisiones y Lien del costo de las reparaciones.

También aprovecho la oprtunidad para comprar un látigo y un estoque, así como averuguar quien podía vendernos algo de munición especial para los cañones.

Perfecto pues *digo con una sonrisa seguida de una leve reverencia* Ya vera, me encargare de traer carne fresca y placentera.

Asi pues, tomando algo de dinero con el cual deberia bastar para hacer los negocios me dirijo al mercado, buscando esclavas jovenes, quizas con heridas de quemaduras o lesiones pues abaratarian su costo, ademas que seguramente estarian o mas acostumbradas al dolor o mas rotas mentalmente, quien sabe, quizas incluso hubiese alguna infertil por naturaleza, seria sin duda una buena compra, aunque seguramente deberia pasar de la misma debido a que la infertilidad en una esclava sexual aumentaria su valor en muchos casos. Por supuesto si Drake me lo hubiera permitido hubiera intentado comprar aunque fuera una fertil, al fin y al cabo porque no aprovechar para tener una fabrica de pequeños sujetos de prueba? No puedo sonreir ante estos pensamientos mientras voy por el mercado.

[...] Primero bajarán Loan, Lien, Ambrosio y el propio Drake, de ellos salvo el capitán que vendrá a darme el relevo a mí, pueden estar en tierra el tiempo que deseen hasta la partida.

Lien entornó los ojos con preocupación. Esperaba que aquello no granjeara el recelo del resto de la tripulación, especialmente de aquellos especialmente aireados que habían sido castigados. Como fuese, tenía el cuchillo de Maddock por si la situación se volvía complicada. 

Al bajar a tierra, se acercó al capitán para entregarle un informe de los desperfectos.

-Capitán, he hecho informe de desperfectos. Habrá que comprar tracas nuevas, recoser o comprar velas... -le dijo extendiéndole el texto-. Ni perfecto, ni terrible.

-Joer Maddock, por que nos jodes así, llevamos mucho sin tierra. Además el asunto del cable no fue culpa nuestra, el turno anterior no informó del mal estado del aparejo, el cilindro estaba gastado y partió, eso no es...

-Ve a culpar a tu puta madre, si aún no ha muerto de sífiles cabrón, claro que os dimos las novedades pero seguro que estabas ocupado pensando en follarte a tu amiguito.

-Vuelve a hablar así y te saco la lengua sucia rata. No dijiste nada y tu si vas a bajar a tierra joder.

El descontento que has causado revela que tu castigo ha sido eficiente, pero ahora tienes que lidiar con el liderazgo.

Al superar la aduana os encontráis en una tierra civilizada, aunque la gente va más aseada, las calles hieden a orina, si, el olor de la civilización. casi os choca ver a los caballos y a tanta gente ir de un lado a otro.

Ambrosio llega a la plaza solo para redescubrir que no está en un puerto franco, aquí no se trafica con esclavos en el mismo sitio que se vende comida, maldita hipocresía.

Tras indagar un poco llega a una finca un poco retirada.

Nataniel es asaltado en cuanto pisa tierra por uno de los contratistas.

-Si es tan amable, podemos solucionar el asunto del pago ahora mismo, nos han autorizado a ello.

Lien y Loan se sienten extrañas, las miradas las acosan, mujeres marineras y orientales, no llevan vestido y están desaliñadas. La gente se aparta de vuestro camino, pues no tiene claro que sois y en que situación social estáis. 

-Buenas noches ¿señor...? -dice un negro enorme con el tono de ¿en que le puedo ayudar? -Ha venido a comprar esclavos supongo, pase, es tarde pero haremos una excepción.

Al pasar ves que la etnia predominante no es africana sino piel roja.

Vamos a mi camarote allí podremos ver los detalles del pago, por aquí por favor. - digo mientras conduzco al marino a mi camarote.

Una vez en el camarote reviso que el pago se encuentre completo, luego separo lo necesario para las reparaciones, compra de provisiones y un par de cañones de 50 libras lo que me deja un saldo de 200 piezas de oro para cada uno de los miembros de la tripulación.

Con todo conforme, despido al marino y reuno a la tripulación.

Señores aquí tengo su paga, es casi el triple de lo ofrecido y aunque me gustaría darles un poco más, pero debemos cubrir las reparaciones del buque y reponer nuestras provisiones.

Además, creo que todos concordarán conmigo en que un par de cañones de cincuenta libras nuevos nos vendrán bastante bien, en especial sintenemos en cuenta que dichos cañones son una gran inversión para nuestro negocio. - anuncio mientras procedo a pagarle a cada quien lo que le corresponde confiando en que no habrían protestas.

Incluso procedí a mostrarle a la tripulación que mi paga era exactamente igual a la de cada uno de ellos, con lo cual quedaba claro que en mi barco, el botín siempre se repartía a partes iguales, luego de alimentar al Dragón con su cuota.

Mmm... mientras que no estaria nada mal traer tres no pienso arriesgar a la tripulacion a caer enferma, observo con atencion a la mujer de tono enfermizo, de que enfermedad se trataria? Seria contagiosa? Aunque si lo fuera no la tendrian junto al resto de esclavos, no? En cuanto a la otra con la falta de vitaminas no habria demasiado problema, con algo de tiempo y una buena cantidad de fruta se deberia poner mejor y aunque no era normal tener fruta en viajes de alta mar ya habia avisado una y otra vez a toda la tripulacion sobre la importancia de la misma, al fin y al cabo quien querria tener escorbuto? Añadiendo algun citrico a su dieta se deberia poner mejor, pero claro esta iba aprovechar el posible desconocimiento del negro, suponia que seria un esclavo, pero por su tono y no viendo a nadie mas a cargo del lugar era mejor no cagarla con un comentario inapropiado, nunca se sabia.

Bien, tengo interes en estas tres mujeres *digo señalando a las que habia comprobado* En principio que precio me ofreceria por cada una de ellas? *digo pareciendo no demasiado convencido*

Aunque en un principio pudiese resultar molesto y se sintiese asqueada del hedor, lo cierto es que Loan se paseó divertida ante las miradas nada discretas, no es que fuese inusual atraer esas miradas desconcertadas, pero en los puertos en los que acostumbraban a atracar ya la conocía todo el mundo lo suficiente como para sentir ningún tipo sorpresa.

Se acercó tranquilamente hacia los primeros puestos comerciales con la lista en la mano, paró cerca del puesto de carnes.

- Buen día caballero, necesitaría dos barriletes de carne en salazón, enviaría luego a alguien a recogerlos ¿a cuanto ascendería la cifra?

Por lo poco que puedes sacar de un vistazo superficial, te das cuenta de que el problema se debe principalmente a una mala dieta y al probable contagio de la influenza, que ataca con más fuerza a aquellos debilitados por la mala nutrición. Podrías ponerlas en buen estado con soleamiento a las horas adecuadas, baños en el mar y una dieta rica en vitaminas. Caes incluso en la cuenta de hacer un par de elixires bucales para mantener la higiene oral, muchas enfermedades vienen de ahí.

-Bueno, serían cuarenta libras por cada una. O si lo prefiere noventa reales, pero le voy a decir una cosa, no es conmigo con quien debe hablar, el amo viene enseguida, no acostumbra a recibir visitas tan tarde.

Una de las mujeres te mira con repulsión, pues ha visto como te fijabas en los rasgos de interés y ha reconocido su probable destino.

-Trabajo el campo, no soy dama -te enseña las manos para que veas lo que ya conocías, uñas gastadas y sucias. 

Viva el capitán. Si, joe, Drake es un caballero pirata -corean en cubierta cuando reciben del intendente las monedas. -Menos mal que no las diste antes de que bajaran o esos desgraciados se habrían ahogado en alcohol y perdido en las tetas de alguna, y seguramente les hubieran robado tras caer secos, lo sé por que yo lo haría así. 

El ambiente es de jolgorio, pues aunque duro, el trabajo había sido bien pagado y poco costoso.

Quince reales si es cordero, doce si es cerdo. Pero no tengo ahora dos barriles mujer, puedo conseguirlos para mañana. Pero necesitaría el dinero por delante. -el hombre aunque se esfuerza en parecer cordial destila desconfianza y miedo. Es evidente que tenéis pinta de piratas, nadie puede acusaros, y por eso no hay mención, pero las mujeres, las nacionalidades, el hecho de que el barco esté armado como un buque de guerra sin ser de la armada...

Comprendo, bueno, sin duda me parece un buen precio por el estado en el que estan *digo para despues girarme a la esclava* Pues mas te vale aprender pronto a ser una dama, sino creeme, te esperara un destino desagradable, al fin y al cabo puedo dar muchos usos a un cuerpo humano y incluso tu sacrificio podra servir para el avance de la medicina *me relamo los labios mientras la miro fijamente a los ojos* Unos ojos bonitos sin duda, creo que si no cumples las expectativas comenzare la investigacion por ellos.

Suspiro y alejo mi rostro del de la esclava, esperando a que llegue el dueño del lugar y poder adquirirlas.

- M... cerdo está bien. Supongo que podrá mostrarme parte del género para ver si voy a pagar lo que realmente cuesta- dijo con una media sonrisa y ese descaro característico en ella al que desde luego no estarían tampoco habituados los mercaderes de Boston, no pretendía asustar más a aquel pobre hombre simplemente le salía natural-. Por otro lado... le voy a ser franca, le podría pagar la mitad de la mercancía ahora y la otra mitad mañana con el hombre que envíe a cargar los toneles. La mitad, no más, como comprenderá he de hacer otros recados para abastecer el navío y no puedo ir pagando por adelantado a todos los puestos.

Seguía con su media sonrisa despreocupada, pero su mirada esta vez tenía un toque de astucia fiera, que claramente indicaba que no admitía juego ninguno.