Partida Rol por web

Me fijo en el seto que hay dos oreja de conejo... Sin hacer mucho ruido me acerco y le cojo las orejas....
para que suba hacia arriba ¿Hola?

Wendy sospecha que la Liebre los escucha debido a su presencia mediante las orejas temblorosas. Asiente ante la propuesta de buscar a Absolem, pero abre los ojos cuando Mariam se acerca para sujetar a la Liebre y mueve las manos de un lado a otro a la vez que niega con la cabeza.

-No lo haga, no lo haga... la pondrá más nerviosa.

Mira con suplicio a Dominique y al Sombrerero. Teme que algo... extravagante ocurra, como alterar más el estado de la Liebre o que vengan soldados de la Reina por ellos.

Cuando Miriam tira hacia arriba, saca a la enorme liebre de ojos saltones que tiene entre sus "manos" una taza de té y un plato. A lo que hace que Dominique y Wendy se pregunten de donde sacó la taza, sabiendo como acabó la última. Cuando ve a Mariam, el animal no puede evitar espurrear el líquido dirección a su cara. Empieza a moverse como loca y a chillar -¡ES DE LA CORTE Y VIENE A POR MI! ¡MI CABEZA RODARÁ, AUXILIO!- al parecer ver a la mujer con ropas tan señoriales, no la tranquiliza en absoluto.

Hijo de..... Dije cuando me echa el café encima. Y le suelto... Tranquilo relájate, no soy de la realeza o por lo menos no en este mundo, si no en otro...Puede estar tranquilo Me limpie como pude la cara....

Todas las conversaciones se producian a la vez y yp, para no variar , no me estaba enterando de nada - Unas cuantas cosas, ¿quien es Jack? ¿por qué la liebre está tan nerviosa? ¿Blanca nieves? y que hace en el pais de las maravillas? y por ultimo...necesito un par de zapatos - termino de decir aun sin saber que hacer, a donde ir o como debo comportarme ante una liebre timorata y con alma de tirador de cosas.

Agarrando a la Liebre , empezó a sacudirla con gentileza, diciendo:

-Cuida tus actos, pequeñín. Si te portas así, no te haré tu propio gorrito, ni oreji-gorras... Llévanos, si sabes dónde está, a Absolem. Has de entender que es más importante hasta que comer o respirar... Bueno, tal vez no... Pero es importante. Mucho. Dependemos de ti, Liebre. No me decepciones -dijo, mirando al menudo ser , con un tono un poco amenazante - Ya sabes qué pasa cuando lo haces -acabó, susurrando a sus largos oídos. 

Se volvió hacia Dominique y , con una mueca, dijo:

-Quizá pueda hacerte unos. Sé hacer sombreros, no zapatos, pero no puede ser tan difícil... Y si no, alguien te dará los suyos... Podemos emboscar a algún guardia Rojo, y llevarnos sus pertenencias... ¡Oh! ¡Qué travieso! Más me vale olvidar pensamientos tan cutres... 

Wendy se lleva una mano a la frente y niega un par de veces. Esto es lo que quería evitar, pues se requiere que todos se mantengan tranquilos antes de que algo grave ocurra. Ella se está esforzando para mantenerse serena y no sabe si podrá lidiar con otros que se alteren, por lo que se mantiene en esa pose para relajarse mientras los demás hablan. Cuando el Sombrerero termina, la chica suspira profundo y mira hacia donde los mensajeros de la Reina se habían ido.

-Jack, el hijo de la Reina de Corazones (la jueza) es Zackarias Bell; la Liebre de Marzo es así, y creo que empeoró por lo que ocurre aquí; sí, Mariam es Blanca Nieves como tú eres Rapunzel; estamos aquí por una razón, recuerda lo que dijo la voz  y aunque no estemos en nuestros respectivos mundos hay que ayudar para que todo vuelva al equilibrio.

Sin dedicarles una mirada, Wendy recuerda a Nunca Jamás y no puede evitar exhalar de nuevo. Le habría encantado estar ahí y no en el País de las Maravillas, pero ahora deben hacer lo que puedan porque es consciente que tal vez todo esté interconectado como engranes.

-Por favor… busquemos a Absolem o el paradero de la Reina Blanca…

De acuerdo Wendy busquemos a Absolem y si me queréis ayudar.... Ayudar a buscarme a mi príncipe azul.... Dije que con una sonrisa

El animal deja de removerse al ver al Sombrerero. Con sus dos patitas aplaude, algo feliz - oh si, oh si, un sombrero sería exquisito - abre mucho los ojos al ver a aquel hombre extravagante - he de decir, señor, que su gusto al vestir es delicioso y... bueno que su cara me suena... - golpea varias veces el suelo con una de sus patas traseras, algo nervioso.

Moviendo un poco los bigotes os mira a todos, algo más relajada al fin - ¿Absolem? ¡Absolem! - agacha la cabeza, lastimera - no sé donde está. La Dama Blanca murió, hace mucho, pero no recuerdo cuando fue... ¡Oh! ¡Ya está, ya está! - comenzó a dar brincos hacia fuera del jardín - ¡Venid, venid! - os llama canturreando.

Mientras todo esto sucede, el sol poco a poco comienza a ocultarse. Si de día el País de las Maravillas parece un lugar lúgubre, con la luz del atardecer, torna a algo más siniestro. 

Al final de todo, la liebre terminaría por caerme bien, nerviosa y con malos modales pero a su manera era adorable. El sombrerero para mi sorpresa, vuelve a soltar cuerdas palabras al conejo, tan cuerdas como un poco amenazantes, si, sin duda también me caía bien.

Lo de embaucar al a guardia roja no me parece mala idea Sombrerero, pero estoy segura que serías capaz de crear hermosos zapatos, aunque un sombrero tampoco me importaría – le digo con una sonrisa, ya que estaba en el país de las maravillas, que menos que tener un sombrero de sombrerero.

Que Jack es Zack… eso no tiene sentido… o si? Joder me estoy volviendo majara pero vamos. Por qué tanto interés en encontrarlo? No es como su madre? – pregunto curiosa ladeando ligeramente la cabeza.

Si, pongámonos en marcha , hay mucha gente a la que encontrar, ¿Cómo es tu príncipe azul? – le pregunto  a la muchacha – yo necesito encontrar a Will y a Rapha.

No, no se quien es mi príncipe azul.... No se donde esta... Me gustaría conocerlo y saber quien es .... Dije con una mirada soñadora

Mientras que la luz del sol se iba apagando poco a poco y dejaba paso a la luna con su manto negro.... no hacia saber que ya era casi de noche....

Necesitamos un sitio para protegernos

Caminando al lado de Dominique, alegre por semejante petición, se puso a pensar en un diseño. Hacía tiempo que no creaba un sombrero, y su talento estaba desafinado, sus dedos entumecidos, sus ojos cansados y faltos de concentración. Y encima, ¡crear zapatos! Aquella idea era tan descarada como atractiva, y atrevida. Sí, podría , sin duda alguna, hacer un par de zapatos... Aunque tal vez vendrían mejor unas botas a una señorita tan belicosa y valiente... Y sobre el sombrero... 

-He de decir que me sorprende gratamente tu deseo, Dominique... Si bien hacer algo que se ajuste a una dama tan bizarra , es decir, valiente... No sé por qué, muchas personas se toman dicha palabra como un insulto... Bueno, algo que se te ajuste sería un desafío, si bien hice sombreros para personas menos cuerdas que tú... Y los zapatos... Bueno, estoy pensando en un sombrerito bajo, de márgenes dobladas hacia arriba, estoy seguro de que sabes a qué me refiero... O quizá una boina, sí, ¡una boina! ¡Verde!... O negra... Y sobre los zapatos, con lo activa que eres, lo que te serviría más serían unas botas, hasta la rodilla, con tiras... Quizá metal en las puntas y talones... A lo mejor en los tobillos también... ¿Sabes qué? Dado que tendremos que hacer una incursión en el palacio de la Reina Roja, a lo mejor lo más sensato sería que te hiciera... una armadura. Ya sabes, un casco, un peto, unos guanteletes , unas botas y unas grebas. Si llegamos a Absolem, él sabrá dónde encontrar un herrero... Y podré hacer un trabajo artesanal maestro con él... Si lo hay, claro... Si no, me las apañaré solo, es lo mínimo que puedo hacer por una señorita tan atenta -dijo esto último con una cara un tanto tonta, abriendo y cerrando las pestañas con inocencia, un par de veces- De momento, no obstante... Tendré que regalarte unos zapatos, señora mía... 

El animalillo os guía hasta una casita de madera, algo destartalada y sucia -limpiaos los pies antes de entrar - dice mientras mueve sus patas encima de una especie de felpudo. Entráis a la casa, algo pequeña para tanta gente.

Es muy modesta, tiene un sillón de fondo, varias sillas alrededor de una pequeña mesa de madera redonda. La decoración de la casa brilla por su ausencia, lo que más abunda son tazas de té y teteras. -Sentaos, sentaos - os dice la liebre, mientra retira las sillas.

Al lado de una especie de cama, bastante estropeada, hay un armario el cual la liebre abre después de retirar todas las sillas. Mete la cabeza de lleno y empieza a arrojar cosas fuera, la mayoría son ropas del tamaño de la liebre -¡ajá! - saca unos botines marrones, bastante sucios y usados. Moviendo su bigote feliz, la liebre se acerca a Dominique y le pone los zapatos en la mano. Después corre hacia sus teteras y tazas - ¿un té?

Contento de estar entre paredes  (¡Y qué paredes!), corrió y tomó asiento, cruzando las piernas y entrelazando los dedos de las manos sobre la rodilla. Giró unos pocos grados la cara, sonrió a la Liebre, y preguntó, con voz alegre:

-Amigo mío, ¿no tendrás , por casualidad, una máquina , un taller, o algo así , que me sirva para hacer un sombrero a la señorita? 

Sin esperar a  que respondiera, se pone a observar la estancia, asintiendo a la pregunta de su amigo. Tomó una taza y esperó el té, mirando después a las damas.

Me limpie un poco los zapatos, para entra en la casita de la liebre. Cuando pregunto que si queríamos un té yo dije que no... No Gracias no se me apetece.

Wendy se mantuvo en silencio mientras caminaban. Si continuaba así se vería muy afectada por lo que está ocurriendo y no tendrá su mente lista cuando se necesite, así que opta por comportarse serena y tranquila, pues nadie ganaría nada si se desesperaban. Al llegar a la casa de Liebre de Marzo su sonrisa se marca un poco y observa con atención la casa por si hay algo interesante qué ver aparte de tazas de té y teteras.

Le agrada que la liebre se haya tomado la molesta de darle unos botines. No sabe si le van a quedar, pero un gesto sigue siendo un gesto. Ante la invitación de beber té, ella asiente una vez.

-Sí, por favor. ¿De qué es tu té?

Al menos por un momento le gustaría hacer una actividad muy común con su familia, pero ahora con personas que no conoce para sentirse un poco bien. 

El entusiasmo del sombrerero era contagioso, ¿o era su locura? Sea como fuere y mientras le oía hablar, no podía evitar sonreír entusiasmada, no por los zapatos o sombrero en sí, sino por hablar de algo que conocía, zapatos y sombreros, no países de las maravillas, príncipes y conejos temerosos.

Todas las ideas me encantan Sombrerero, estoy segura que será el sombrero/zapatos mas asombrosos y majestuosos que se hayan visto en este reino y en los otros – comenté con una sonrisa amplia. Seguimos al conejo…Liebre de Marzo, hasta su casa y me limpio los pies tal y como pide el anfitrión en pos de no terminar esquivando otra taza. La casita es pequeña pero era de esperar viendo el tamaño de su propietario, tomé asiento y esperé mientras miraba la austera mirada.

Muchísimas, muchísimas gracias Liebre de Marzo, que amable – agradecí cuando puso en mis manos las botas, feas, sucias y usadas, pero eran zapatos al fin y al cabo, así que me las puse no sin dificultad – Un té suena grandioso, muchas gracias.