Partida Rol por web

Haciendo caso omiso de quien quería té o no, la liebre os da a todos unas tazas desportilladas. Os quema algo, pero podéis aguantar lo suficientes segundos para dejarla en la mesa. El contenido es un té negro, muy aguado, podría decirse que es agua caliente con un fondo negro en la taza. 

Después se acerca al Sombrerero y mueve los bigotes algo disgustada - El del taller eres tú, ¿por qué no vas a tu taller? ¿eh? ¿eh? 

Se alejó ahora del hombre y se puso en un lado de la casa para poder ver a los 4 - Absolom, como os dije no está, nadie sabe nada de esa oruga...

Wendy recibe la taza con un movimiento de su cabeza y resiste un poco el calor debido a todos los años de hacer ese tipo de actividades con su familia. Cuando lo coloca en la mesa lo revisa y no parece una bebida como los que preparan en su casa, pero es bien sabido que no se debe juzgar a un libro por su portada, así que le da un sorbo para probarlo. Evita hacer gestos que delaten su buen o mal sabor para no alterar a la Liebre.

Que se desconozca el paradero de la oruga la lleva a la misma situación de antes. No tienen en sus manos algo que pueda ayudar a dar solución al problema que se presenta y a los que están por venir. 

-Si fuera por cuestión de sintaxis, sería más simple. El hecho de decir "nadie sabe nada" implica que las personas sí saben de él, pues la palabra nadie indica "ninguna persona", así que el decir "ninguna persona sabe nada", es que sí tienen conocimiento de ello.

La pelirroja suelta una risilla forzada y se imagina a sus hermanos desconcertados por no encontrarla en su momento y a sus padres buscando a sus hijos porque desaparecieron por unos años. <<Es una situación similar>>, piensa dejando escapar un suspiro.

-¿Qué podemos hacer? ...

Su semblante se vuelve serio repentinamente, al oír que no se sabía sobre Absolem. Tomó desconcertado un sorbo del "té", y miró a la Liebre. Si eso era cierto, sólo quedaba una opción, a su parecer : buscar a Alicia. Aún si la encontraran, no obstante, necesitarían prepararse para liberar a Jack. Hasta si fuera una misión de sigilo. Si no tenían un buen plan, una forma de entrar y salir, y suficiente fuerza para sacarse de hipotéticos apuros, no podrían hacer nada por el pobre Jack... Se le ocurría algo, pero no estaba seguro de cuánto funcionaría. Se lo guardó, tal vez revelándolo más tarde a los demás. De momento, tomó otro sorbo, y miró a los demás. Bromas aparte, contó sus pensamientos , detenidamente y tratando de ser lo más claro y conciso posible:

-Si... no tenemos a Absolem, ni a Alicia, necesitaremos contar con más fuerza. Si sabes algo sobre la chica, Liebre, estaría agradecido si lo compartirías conmigo... Sobre Jack... Necesitamos preparación, estrategia, táctica, y visión. Es insano ir así sin más. Muchas tonterías hago y digo, y a menudo mis palabras son tan absurdas como insólitas. Pero ahora me temo que no puedo permitirme tal lujo. Veamos, tenemos al muchacho atrapado en el castillo y siendo preparado para la ejecución. Tenemos un Absolem y una Alicia desaparecidos. Tenemos a tres mujeres, una liebre y un pobre sombrereo, sin armas, planos del castillo, apoyo ni poder. Se me ocurren varios planes. Primero, quisiera saber a quién podríamos apelar, Liebre querida, que pueda ayudarnos. Cualquier par de manos está bienvenido. Si es una centena de manos, mucho mejor. Podríamos así lanzar una escaramuza contra las puertas del castillo y, en todo el clamor , tener un grupo que se separe y busque al príncipe... Lo segundo, por si no tenemos suficiente ayuda, sería impacientar a la Reina, y hacer que se ausente y posponga la ejecución. Supongo que si un grupo de rebeldes surge y afrenta suficientemente el orgullo de la Reina, esta olvidará -al menos por un tiempo- del muchacho. Podríamos entonces tender emboscadas a pequeños grupos de soldados, llevarnos sus armas y armaduras, y ya tratar de hacer algo más pesado... Pero este es un plan sin acabar, y muy arriesgado. Finalmente, tengo... mis reparos. El último plan es demasiado atrevido y exagerado, y no pienso contarlo... Para que cualquier plan pueda ser puesto en marcha, no obstante, necesito saber algunas cosillas. Liebre, te suplico estrujas tu memoria y me digas si sabes dónde está Alicia, o alguna forma de dar con Absolem. 

Se apoyó en el respaldo de la silla y tomó un poco más de té. Su mirada estaba fija en la Liebre, sin prestar atención a las tres damas -al menos, no aparentemente.

Escuché atenta, nerviosa e impaciente todo lo que se decía, mantuve la taza del hirviente té en mis manos en busca del calor que había abandonado mi cuerpo, aunque mucho me temía que era el calor interno el que había desaparecido.

Quizás… -dije en voz alta intentando expresarme con claridad – yo trabajé con la jueza cuando, bueno cuando era abogada, teníamos una muy buena relación y quizás podría ir con ella, intentar infiltrarme en el castillo e intentar liberar a Zack – expuse torpemente en un intento desesperado por ayudar de alguna manera.

Wendy escucha las sugerencias del Sombrerero y de Dominique con un aire distraído, aunque en realidad sí presta atención a todo lo comentado. Da un sorbo nuevamente a la bebida para después intercalar miradas entre los cuatro, pues no sabe si lo que diría a continuación es una información conocida por ellos.

-De que podrían existir varios que estén en contra de la Reina, los habrá... pero el miedo que infunde esa mujer no es sólo por su cargo y su personalidad. Ella tiene la capacidad de extraer el corazón de alguien y ordenarle cosas sin que la víctima pueda llevar la contraria... Lo se, porque hizo eso mismo con Jack y vi con mis propios ojos cuando él se lo volvió a colocar en su pecho.

Se lleva una mano libre a la altura de su propio órgano vital y cierra los ojos por un momento, pues sus sentimientos al chico no han disminuido en absoluto.

-Quien sabe a cuántos más se lo habrá hecho en Storybrooke. Dudo que ustedes cuatro tengan esa maldición, pues sus personalidad no parecen haber cambiado y es latente que aún poseen emociones. A quien se le es arrancado pierde total sensibilidad o va de poco a poco hasta caer a la locura y desesperación.

La pelirroja centra su mirada en Dominique y frunce su ceño, preocupada.

-Si vas... no sabemos si ella será capaz de arrancártelo para que cumplas sus órdenes o ver si eres de fiar. No me gustaría que te arriesgaras así nada más sin un plan de respaldo. En estos momentos no se me ocurre qué aportar a sus sugerencias, pero sí decirles que hay que ser precavidos en quién confiar de aquí en adelante.

Para mi todo lo que escuchaba era nuevo... O tal vez en mi otra vida.. Que era esta no me pondría la mano en la cabeza.... pero escuchar que una mujer con su propias manos podía sacar corazones y hacer lo que quisiera con la victima para mi era algo demasiado fuerte.... blanca nieve.... o Mariam .... No podría creer lo que estaba escuchando pero ella le gustaba las aventuras... Así que.... Dijo

Contar conmigo.... No porque sea blanca nieve o una profesora .... quiero ayudar y poder salva quienes estén prisioneros. La verdad es que no recuerdo nada de otra vida pasada... solo por un sueño... y puede ser que sea por la maldición que impide que yo recuerde quien fui... anteriormente Mariam o Blanca nieve Se levanto de la silla que estaba sentada...

No podemos permitir lo que esta pasando... Tenemos que estar todos unidos, buscar a los demás, que si estamos nosotros aquí ellos lo mas posible que también lo estén.... Y reunirnos todos y luchar por nuestra causa... y hundir a esa bruja.

Escuchó , impacientándose cada vez más. Saltó de la silla, tirando el vaso por encima de la cabeza de la Liebre. Miró a las tres mujeres y dijo, agitado:

-¡No, no ,no,no! ¡No! Nadie se va por su cuenta. Sería una simple e inútil pérdida de tiempo...Dominique, entre dos personas no podríais hacer mucho... Pero... Tal vez Cheshire -si lo encontramos- pueda conseguir llaves para abrir la puerta de su celda. Así, con una distracción -a las puertas o quizá en las mazmorras, o en los muros si es necesario-, podría salir sin ser visto. Pero repito, para algo así necesitaríamos más pares de manos. Más cabezas. Más corazones. Dudo mucho que la Reina pueda con todos ellos... Ni que se baje a tal nivel. Hay una cosa... El juego picicológico... ¿O era pislocógico? Algo así... En fin, si tratamos debidamente a la reina, minimizamos el riesgo. Yo me encargaré de ello... Pero sigo necesitando ejército, o al menos más de diez personas... Somos cinco. Y eso que dos tendrán que ir a por Jack... -suspiró.

Asentí a las palabras de todos – Lo entiendo, y veo que ha sido una estupidez pero me siento tan inútil  - terminé por confesarle a todos – puede que pertenezca a un mundo similar, pero no tengo ni idea de quién soy a ciencia cierta, esto me es desconocido y no sé qué hacer o a quien acudir que no seáis vosotros – comento apesadumbrada, relajo los hombros y apoyo la espalda al completo en el respaldo - ¿Cómo podía ayudar en un mundo que desconocía? ¿Cómo podía ayudar a alguien sino podía ayudarme a mí misma?

-¿Cheshiiiiiireeee?- dice la liebre con una voz aguda y estridente- es piedra, la última vez que le vi era piedra- se agarra de las dos orejas y tira de ellas hacia abajo -encima queréis entrar a palacio, estáis locos ¡LOCOS! - comienza a temblar de solo imaginarse la idea -la revolución se acabó, solo queda aceptar la muerte... ¡MUERTE! - tira la taza contra la pared - quizás.. Tweedledum y Tweedledee, os quieran ayudar... - se dio varios golpecitos en la sien - pero es que no tienen cerebro, ¡huecos! Creo que están en el antiguo palacio de la Dama Blanca. 

Sus ojos brillaron salvajemente , mientras se acercaba a la Liebre, hablándole en voz alegre:

-¿Cabe la posibilidad de que haya más gente ahí? Un taller,¿tal vez? Si es así, tenemos por fin un plan. Liebre, ¿nos puedes llevar ahí? -se giró hacia las tres mujeres -Mis queridas, ¡tenemos un plan!-chilló contento, pegando un saltito.-Si están ahí esos dos cabeza-huecos , habrá más gente. Suficiente para montar un asalto , una distracción mientras rescatamos al príncipe.... 

Las conversaciones entre el sombrerero y la liebre siempre me parecían curiosas, a la  par que … ¿raras? Eso se quedaba corto, pero a falta de una palabra mejor, rara quedaba bien.

¿El castillo de la reina blanca? – pregunté para mi mas que para los demás, poco recordaba del cuento, ahora mismo solo recordaba pasajes del manifiesto encontrado en la biblioteca – Maravilloso!!  ¿Cuándo deberíamos ponernos en marcha? – Pregunté ansiosa – necesito ponerme en marcha, hacer algo… sino terminaré por volverme loca de la impaciencia – comenté moviendo mi pierna derecha de forma nerviosa.

Conforme se habla de un posible plan, Wendy escucha con atención a pesar de no mirar directamente a los demás y se puede observar en su rostro una leve sonrisa cargada de esperanza. Tal vez hablando con otros puedan convencer de ayudar a salvar a Jack e inclusive contra la Reina de Corazones. Claro, debe ser realista ante la idea, pero con un pequeño brillo de posibilidades se pueden hacer muchas cosas y eso es mejor a no tener nada.

-Vamos, entonces. Espero ayudar en algo e igual que en el proceso Dominique y la señorita Mariam recuerden quiénes son en realidad. Sólo les diré algo: vayan pensando en que son Rapunzel y Blanca Nieves, respectivamente, capaz y pensar en ello ayuda.

La pelirroja mira a la Liebre de Marzo, se incorpora y hace una reverencia inglesa ante el animal.

-Gracias por tu hospitalidad. Ahora, no debemos perder tiempo. ¿Saben dónde esta el castillo de la Reina Blanca?

Escuche las palabras de Wendy.... Tal vez tengas Razón y tenga que pensar como blanca nieves.... Vamos a ponernos en manos a la obra...

La Liebre da saltitos, nerviosa como siempre y se acerca a una venta, abriéndola de par en par de golpe. Mueve los bigotes y mira dirección norte - está lejos, lejos a un par de hora de camino...

Dio otro brinco para colocarse ahora en frente vuestra tirándose de las orejas hacia abajo-  pero el camino está lleno de peligros,  el País muere y todo es salvaje... no sé que habrá allí, no lo sé, no lo sé... -  pareció pensar en algo, así que corriendo se metió debajo de la cama, que se movía por los tiritones de la liebre - yo os esperaré aquí ¿si?, ¿si?

Pensé durante un momento en las palabras de Wendy….pensar como si fuera Rapunzel  ¿Cómo se hace eso? ¿Debo pensar que estoy atrapada en una torre, dueña de un pelo kilométrico? Mas por muy disparatado que me pareciese tenía sentido. Cerré brevemente los ojos e intenté recordar el cuento, la hija entregada a una malvada bruja, ésta la encierra en una torre sin puertas y para irla a ver trepa por su cabello… no sabía si tenía sentido o no pero aquél sueño, estaba atrapada en una torre carente de puerta y la mujer que estaba conmigo me daba hacía sentir odio a la par que temerosa entonces ¿podía ser cierto? ¿realmente era Rapunzel?

Aquellos pensamientos se disiparon cuando la liebre de marzo volvió a hablar, la miré curiosa y escuché atenta – no creo que podamos hacer algo sin que haya algún peligro de por medio – comenté encogiéndome de hombros y esperé que el sombrerero, que era quien mejor conocía a la Liebre decidiera si se quedaba aquí o venía con nosotros.

-Liebre, vas a venir con nosotros. Si te quedas, podrás tomar té. Pero si vienes, podrás tomar té con nosotros. Si no, puede que no vuelvas a tener compañía. Te sientes a gusto con nosotros, ¿sí? ¿Qué tal si vienes? Tú sabes más que yo incluso sobre este mundo. A fin de cuentas , ha cambiado... Necesitamos a alguien que nos guíe. ¿Quién es la mejor guía del País? -sonrió, apelando al orgullo de Liebre-Además, con la señorita Dominique aquí, no habrá que preocuparse. Dará un puntapié con esas botas tan bonitas que tú le diste. ¿No quieres las botas de vuelta?-la cogió por la cola y la sacó a la vista, mirándola después a los ojos, su hocico en las manos del Sombrerero. El hombre habló con voz firme, sin ápice de locura- No te voy a forzar. Sé que puede que acabemos mal. Pero ten presente que sin ti, tal vez salgamos peor aún. Y yo , si fuera tú, me aferraría con todas mis fuerzas a la esperanza más mínima de derrocar a la Reina Roja y salvar este mundo... -se encogió de hombros, levantándose (pues con la liebre en sus manos estaba de cuclillas) y con un ademán de indiferencia- Claro, eres libre de actuar según te parezca...

Si, Libre tienes que venir con nosotros....Nosotros te protegeremos.... Nos protegeremos todos!!
Nos dejaremos a nadie atrás... Di que si, di que vienes con nosotros....

Ya era hora de partid de ir a nuestro destino y tal vez.... Pensando ya como Blanca nieve.... Me gustaría encontrar aquel príncipe que alguna vez ame por mucho tiempo.... Y que lo mas seguro me lo haya encontrado.. Mas de una vez....