Partida Rol por web

     Confiaba en Ko-koronel para defenderse en su forma base... estando en K.F.C... era algo que los Marines no tendían que dejar pasar... pero no por eso podía confiarme... mas cuando sentía ese resquemor lacerando parte de mi espalda ... no son precisos... pero esas cosas cortan...

  Ahora el problema era el capitan y sus nuevas habilidades que.... ¿ momento ?

   Dijo fruta ¿ verdad ? - preguntaba tanto a Ryuta como a Lady~nee obviando un poco el problema central ... mientras menos recuerde que este en una situación... mejor para mi... - Entonces eso de nadar.... tampoco... ¿ verdad ? - mirando esta vez al señor de Acido.

   Tee...... - mientras me tomaba mi tiempo generando una vez mas esa revolución de energias y sangre quemándose en mi interior - Shhhhhhheeeee - agarrando con fuerza el azadón -Haaaaaaaaaaaaa ! -y lanzarme en una carrera contra aquel despreciable capitán Marine, buscando no solo retribuirle por todo ese cumulo de emocione, si no... acabar con mi tarea anterior de agujerar 

Si el enojo de Sadler antes era obvio, ahora se podía ver desde un kilometro que ese hombre que la mitad de su cara se volvió roja mientras escuchaba al espadachín. -Llámale suerte o fuerza. Todos los que triunfan en este mar tienen algo, y tú, tú no tienes nada de eso -dijo en un tono tan ácido como su propia sangre.

Tomando una medida postura, con sus dos espadas en mano, Ryuta hizo unos rápidos movimientos en semi-círculo y en el momento siguiente... nada ocurrió.
Sadler solo tuvo tiempo de levantar una ceja, cuando cortes empezaron a llover desde todas direcciones originándose desde el espadachín, cortando lo que estuviera cerca, el aire, el suelo de madera, o los marines y el capitán a bordo. Salder terminó con una nueva herida de corte en el abdomen, que aunque hizo brotar su sangre verde, Ryuta estaba lo suficientemente apartado como para no caer víctima de esa sustancia.
Uno de estos cortes, alcanzó al marine con el cristal enterrado, dejando un profundo tajo en su espalda, fulminando al marine en ese instante, mientras que otros dos atinaron en respectivo pecho y torso de otros marines lanza cuchillos. Estos se veían mal heridos, pero aún así hicieron el esfuerzo de correr para alejarse de Ryuta y potencialmente otra ofensiva como esa. Ambos tomaron sus cristales y los arrojaron directo al espadachín, pero lo único que esos proyectiles impactaron fueron los cortes que rodeaban a Ryuta en una defensa completa.

Ladovia miró a Alvert un poco confundida, pero aún así asintió cuando hizo aquella pregunta, o por lo menos hasta que pareció captar lo proponía, momento en el cual sonrió. 

Con decisión el granjero tomó su arma, tenía un plan en mente, así que solo tenía que hacerlo realidad. Alvert gritó con fuerza y dejó caer su azadón en contra del capitán de la Marina, pero no logró atinar al hombre, y menos aún atravesar el duro suelo de madera de la nave. Y por si eso no fuera poco, la punta del azadón se había atorado en la madera.

-Tú también estás aquí. El cobarde de aquella vez. Te salvaste por que huiste, ¿no? -dijo Sadler con una sonrisa sádica en la mitad morada de su rostro-. Es una lástima que justo ahora decidiste comportarte como un hombre -Extendió su espada de tono verdoso con espuma-. No te preocupes, me encargaré de que escriban la valiente muerte que tuviste en tu lápida -Se lanzó contra el granjero con su arma lista, y aunque pudo esquivar su primer ofensiva, Sadler cerró rápidamente distancias con Alvert y cortó su estómago de un extremo al otro, dejando un doloroso corte en el torso, y aunque la herida no parecía profunda, de esta empezó a salir mucha espuma, mezclando un líquido verde con la sangre mientras creaba una sensación quemante muy fuerte, como si el cuerpo se derritiera por dentro.

Ko-ko corrió rebasando a los marino, y su primer impulso fue atacar al oficial que había levantado su arma contra Alvert, pero su pico no fue tan rápido como los reflejos de Sadler, así que terminó golpeando al viento.

Ladovia miró con intensidad a Sadler, sus puños todavía rodeados con la aura roja ardiendo, y sin intercambiar palabra nuevamente se alzó contra el oficial frente a ella y su puño se estrelló justo contra la quijada del capitán, un tronido viniendo de la parte.

Sadler se sostuvo la quijada un momento, para después llevar su mano a su brazo herido con el corte de manera instintiva, como si el dolor empezara a hacer mella en él. En definitiva empezaba a verse vulnerable.

Dos marinos le cerraron el paso a Ladovia en un extremo, mientras que otros dos llegaron para rodear a Alvert por la espalda. Todos ellos listos con sus espadas de hoja cristalina. 
Los marinos detrás de Alvert dejaron cada uno un corte en el costado del granjero, en rápidos ataques. Y después que Ladovia había esquivado a uno de sus oponentes, vio el estado en que se encontraba Alvert y empezó a correr hacia él, momento que uno de los marines tras de ella aprovechó para enterrar su espada atravesando el costado de la chica de un extremo al otro, la punta el arma transparente siendo visible desde el frente. Aún con eso, Ladovia solo apretó los dientes y los puños y continuó hacia el granjero. -¿Estás bien? -dijo la chica preocupada a un lado de Alvert.

*-*-*

La chica del tricornio miró a Wanta con el ceño fruncido, en probable preocupación, viendo como la mink perro podría estar lidiando con asuntos en su interior. Se acercó a ella, pero entonces vio que a pesar del miedo y la incertidumbre, Wanta tomó su arco y una flecha, haciendo que sonriera. -Bien dicho, Wan. Es hora de acabar con esos malditos que solo traen miseria -La chica tomó su pistola y vio directo hacia los marinos.

El pequeño Drake parecía en un trance hasta que la voz de Edward lo hizo reacciónar, aunque no por eso apartaba la vista del imponente marine. -No se veía así. Cuando lo enfrentamos esa vez, su sangre era roja. No existe una condición médica que pueda hacer eso -dijo el niño entrecerrando los ojos hasta que vio a Shire acercarse, saliendo de su escondite. Y bajo sus indicaciones, empezó a murmurar para no llamar mucho la atención-. Hay muchas cajas y poco tiempo, pero deben tener un sistema para organizar las cajas. La Marina siempre hace las cosas en orden. Si puedo encontrar cual es su sistema tal vez podamos encontrar algo útil más rápido.

Wanta pudo ver a una linda chica bajita de cabello azul, quien indicó a todos ahí que la siguieran, extrañamente sorniente. Drake la siguió sin dudar, igual que la chica pelirroja aunque miraba a la chica con curiosidad.

Shire se acercó a un grupo de marines con cajas, y por un momento, la belleza de la chica se lució más, era totalmente cautivadora, razón por la cual cada hombre de uniforme no pudo evitar voltear hacia ella como si fuese la persona más importante del mundo.
Y en cuanto les dio una orden, estos soltaron sus cajas de inmediato. -¡Enseguida! ¡Lo que sea, por usted, señorita! -gritaron al unísono con grandes sonrisas y ojos de borrego, sin duda atrapados por la belleza de la chica.
Tal acto no pasó desapercibido para el resto de los marinos en el puerto, quienes se apresuraron al encuentro con Shire y los ahora marines traidores.
-¡Es ella! ¡A quién buscaba el capitán! ¡Atrápenla! -gritó uno de los marines mientras corría junto con sus compañeros, pero en ese momento, Shire extendió su guante blanco, y un instante espadas de hoja traslúcida y cuchillos cristalinos surcaron el aire,  desde las manos de esos hombres justo hacia la chica, solo para detenerse justo antes de tocarla. Dejando a los marines oponentes totalmente desconcertados.

-¡Tratan de atacar a la señorita, a por ellos! -Los marines que habían sido cautivados por Shire desenfundaron sus espadas y cuchillos y, aunque eran menor número que sus oponentes, estos se encontraban desarmados, tal vez por esto, todos los marines sin armas se arrodillaron en el suelo levantando la manos en señal de rendición. Y con esto, todo marine fuera del barco ya no se veía dispuesto a pelear.

-¡Amenaza neutralizada, señorita, no se preocupe por nada! -Una de los marines indicó a Shire extendiéndole un saludo militar, mientras sus compañeros rodearon al grupo de los marines que se había rendido, y un par de ellos iban por cajas para acomodarlas cerca del barco en una especie de escalinata improvisada.

-Me imagino que tu debes ser la capitana, ¿cierto? -La chica pelirroja se acercó a Shire e inclinó su tricornio hacia ella-. Soy Samy Kiseki, capitana de los Diana Diez. Tu navegante ayudó a mi hermano en su tiempo, más que cualquiera que lo haya hecho antes. Y por eso tengo una deuda con ella y contigo, así que vine a ayudar.

-Shire, no tenemos tiempo para quedarnos aquí. Hay que sacar a esos tres de ese barco -dijo Drake con una mueca-. Los barcos de la invasión se están retirando, significa que los marines no tardarán en llenar el lugar. Hay que salir de aquí cuanto antes.

Los marines podrían tardar un poco de tiempo en acomodar las cajas, pero una batalla aún ocurría en el barco así que aún dependían de si era prudente actuar ahora mismo o esperar hasta tener una vía segura.
 

Con el debido esfuerzo por fin pudieron descansar de sostener el cañón mientras analizaban la situación con cabeza fría.

-Si pudimos subir este muro de camino acá, podemos bajarlo -dijo la voz fantasmagórica desde el casco de la buzo-. Aún con esta cosa -puso su mano sobre el cañón.

Ante la proposición de Lux y la siguiente opinión de Nyagara, Helena asintió y enseguida tomó la cuerda blanca para empezar a atarla alrededor del cañón. -Es una buena idea.
Ella colocó parte de la cuerda alrededor de una roca formando un arreglo como el de una polea para ayudar con el descenso del aparato, para después empujarlo cerca de la orilla.

-Lux, cuando bajemos el cañón, también tendré que sostener la lámpara para que ella puede cer por donde lo guía -Helena señaló a Nyagara mientras una vez más alumbraba todo lo que podía con la lámpara de aceite-. Así que necesito que pongas toda la fuerza y concentración que tengas en este -dijo en tono serio a la navegante, y enseguida puso ambas manos sobre el aparato atado, acercándolo lentamente hacia el extremo rumbo al vacío-. ¿Listas?

.-Bien vamos a ello.-y reuniendo toda la fuerza de la que puedo disponer en ese momento empezamos a bajar el cañón mientras Nya va guiando y Helena iluminando el camino para la primera. Tenso todos mis músculos a medida que el peso del cañón empieza a tirar de mí y mantengo una posición firme para no ceder ante el peso y la gravedad. 

— ¡Lista! — viendo que todas estaba de acuerdo con lo mismo Nyagara respondió a la chica con el traje de buzo. Por su parte ella se adelantó un poco, de modo que antes de que Helena dejase listo el cañón, ella ya se había sujetado al acantilado con nada más y nada menos que sus gatunas manos, o más bien sus garras, las cuales tan grandes como se podía intuir al ver sus "patas" y a la vez resistentes lo suficiente para mantener sujeto su delgado cuerpo, no tardaron en clavarse a la roca allí donde había alguna grieta o zona más suave pero no suelta; para eso la mink se ayudó también de su tacto, ya que a través de sus almohadillas podía sentir eso.

— ¡A la unya, a las dos, y a las tres! — dio la señal para que empezaran a bajar, siendo que ella tomó con la cola una parte de la cuerda cercana a su altura mientras iba usando el resto de sus extremidades para descender tan grácilmente como podía. No hace falta decir que aquello para nada le resulto sencillo, pues aquel era terreno desconocido y mucho más impredecible que los que había enfrentado antes, pero por suerte la albina logró mantener un mínimo de control en casi todo momento.

— Viene viene, viene viene... — según bajaban iba indicando, para esto movía una mano como llamando al objeto y con la cola tiraba un poco de la cuerda...

Asentí a Samy siendo que aún sentía todo mi cuerpo temblar - N-no soy wan v-valiente c-como Nya-wan... p-pero p-puedo a-apoyarlos e-en el combate - aseguré, pues para eso tenía mi arco y una flecha sacados, ahora agarrado ambos con mi pata izquierda a la espera de que me dijeran de si atacar o no, pues aún no parecía seguro, o al menos eso me dió a entender Edward por su idea. - ¿Q-que puede haber e-en estas c-cajas que nos ayuden, wan? - Pregunta bastante más que curiosa, mientras seguía tratando de taponarme mi hocico.

Drake por su lado, tenía sus propias cavilaciones, siendo que estaba pensando más en la condición de aquel marine que en como rescatar a sus compañeros... No obstante quería ayudar, fuese como fuese... Quería que los que estaban allí y más tarde Nyagara se sintieran orgullosos - ¿P-puede ser... e-el olor? E-el s-señor a-aquel, hu-huele como wando usas mucho producto p-para limpiar un lugar... Bueno... a-apesta, wan - dije bajando las orejas en señal de que era eso lo que me afectaba tanto a mi nariz, y es que no podía evitarlo, su olor penetraba hasta limites insospechados... Lo que me llevó a dudar sobre la capacidad de olfato de los presentes.

Poco después apareció una chica peliazul que nos pidió que la siguiera, no me negué y menos aún en cuanto vi a Samy ir la primera. Ahora mismo sentía que podía confiar mucho más en ella que en el resto. Lo que vi a continuación parecía obra de magia, tanto que me quedé estupefacta viendolo... La chica estaba manipulando a los marines a su libre albedrio, de tal forma que había hecho que estuvieran de nuestra parte... Su poder parecía similar al de Nyagara cuando encandilaba a todos con sus bailes pero... ella hizo mucho menos casi como... - Casi como... Nyagara y yo cuando usamos eso... El comellamas necesitaba beber para escupir fuego pero nosotros generamos esto de manera natural... ¿Como lo hará esa mujer? - mi curiosidad por un momento se elevó muchisimo por aquella chica, y mis orejas no lo ocultaron siendo que estaban rectas y apuntando en su dirección.

Una vez estabamos más a salvo y Samy se presentó directamente a quien parecía la capitana de Lux, me aproximé por detrás de la primera - E-esto... ¿p-puedo hacerle... u-una pregunwan... s-sin ser irre-irrespetuosa? - Al lado de Samy parecía ridiculamente pequeña, pero al lado de aquella capitana, no tanto... aunque siguiera siendo una mink perra pequeñita. - ¿L-lo que ha hecho, e-es n-natural de su cuerpo, wan? C-como los rayos d-del mio - y mostrando quizás una ligera demostración de lo que solía hacer con los disparos que tenía mostré en mi mano una pequeña acumulación de electricidad. Por supuesto eran cosas totalmente extrañas, pero en ningún momento se me hubiera ocurrido mostrar esta parte mía como un arma contra los marines restantes y quizás ahora el resto lo tendría más en cuenta al verlo

     Ighhhhhh..... cofff....coffff - entre toz y quejas intentaba mantenerme de pie, lo cierto es que estaba siendo doloroso siquiera mantenerme en pie ... ni... siquiera se... si pueda correr en estas condiciones... , era realmente una sensación desagradable... quizás debía agradecerle a mi fruta el que siguiera consiente y aunque me gustaría pensar que esto era lo peor... solo era calentamiento para aquel grupo de marines que ni lo pensaron dos veces en bueno... dejarme como alfiletero - _{Su....sus muertos....}Coffff -dejando escapar en esa ultima toz un hilillo de sangre ... n...nada d...de descansos e... en el trabajo Copper...

    -Tú también estás aquí. El cobarde de aquella vez. Te salvaste por que huiste, ¿no?

   V...valientes pa...palabras para el que h...huyo a buscar resguardo en una....una fruta... - con los pies tiritando y mirando con mi periférica a Ladi~nee - s...si.... f....fresco... c...como una l...lechuga....- buscando lentamente entonces el mango de mi arma... y...aunque la sentía mas pesada de lo normal... la intentaba empuñar.... solo para notar como la misma se quedaba tan unida al barco como si siempre hubiera pertenecido a el.

   K...ko-ko.... C...cubre... a L...ladi... - le ordenaba a mi pollo antes de siquiera seguir, pues aunque yo estuviera en mi estado a la que le podia jugar peor en contra esta situación se le estaba comenzando a agrupar mas Marines de los que me da la cabeza en estos minutos contar.

  A...ahora... s....si... m...me d...disculpan... - tomando una vez mas mi arma, solo que esta vez centrando mis menguadas fuerzas en un solo punto comenzaba a descuadrar la tabla... s...si o si iba a recuperar mi bastón ... s...separarla siempre es una opción pero la cabeza... tal que en ese solo movimiento mi azadón se logro soltar y antes de siquiera terminar de perder la inercia deje que mi cuerpo perdiera su equilibrio para que toda la fuerza gasta fuese a dar contra uno de los dos Marines que seguia teniendo en mi espalda.

Seguramente aquí es donde cargan los suministros del barco y si tenemos suerte quizás podamos encontrar algún explosivo o algo de pólvora para abrirnos paso, necesitamos los suficiente para poder crear una distracción para llegar al barco- dijo a la pregunta de la pequeña mink. Aunque Drake tenía razón y no tenían mucho tiempo, era mejor perder unos minutos que lanzarse a lo loco contra todos los marines allí presentes.

Tras unos segundos apareció Shire y les dijo que le siguiéramos, así que Edward dijo- Cambio de planes, la capitana manda- Edward se puso en camino junto con los demás, si Shire lo decía con tanta confianza algún plan tendría.

Lo que pasó a continuación fue algo bastante sorprendente, los marines cercanos seguían las órdenes de Shire sin rechistar, aunque llevaba algún tiempo con ellos, Edward no sabía que la capitana tenía esa capacidad, pero ahora les venía de perlas y podían ir en apoyo de los demás sin perder demasiado tiempo.

Edward se acerco donde Shire y dijo- Como bien dice Doc, si los demás marines llegan lo vamos a pasar muy mal, si estos marines- señalando a los marines controlados por Shire- abren un camino, podemos usar esas cajas- señalando a las cajas amontonadas cerca del barco- para subir a la cubierta y sacar a los demás, para poder escapar. Nuestra nueva compañera- refiriéndose a la pequeña mink- y usted capitana podéis cubrir la retirada- luego miró a Samy y dijo- ¿Todavía tienes ganas de machacar algún que otro marine?- no era el plan más estructurado del mundo, pero no tenían el tiempo suficiente para ponerse a meditar nada, aunque la última palabra la tenían todos los allí presentes.

Los que se encontraban en la cubierta del barco parecía que no lo estaban pasando bien y contra más tiempo estuvieran en el lugar más enemigos llegarían al lugar.

Mi plan había funcionado incluso mejor de lo que esperaba y los marines del puerto ya no suponían una amenaza, me apresuré hacia el barco en que se estaba produciendo la batalla y como si los marines que estaban bajo mi control me leyesen la mente comenzaron a construir una escalera improvisada.

En ese momento se me acercaron las dos caras desconocidas que acompañaban a Edward y Drake, la primera se presentó como la capitana de otra banda pirata. - Así es, soy Shire. Te agradecemos la ayuda.- Respondí de manera escueta, a mi ya de por si escueta forma de dirigirme a desconocidos se sumaba que no tenía la cabeza en la conversación en ese momento.

Por otro lado la mink que les acompañaba se saltó cualquier tipo de presentación y me asaltó con una pregunta que no acababa de comprender. - ¿Te refieres al poder de la fruta? ¿O al de estos guantes?.- Le mostré mis manos por ambos lados y seguidamente negué con la cabeza. - Lo siento, no es el mejor momento, luego hablamos.

Era bueno que alguien ayudase a Drake a buscar entre las cajas, como apuntó también el carpintero, no obstante tenía algo pendiente en la cubierta de ese barco. - Perdona Drake, pero tengo que subir ahí, también puedes preguntar a alguno de los marines lo que hay en las cajas, diles que preguntas de mi parte.- Miré a la mink y a Samy por un momento, iba a pedirles que ayudaran a Alvert pero no me veía en la posición de hacerlo así que me volteé y traté de escalar por las cajas, no con demasiado éxito pues me quedé a pocos metros del suelo sin encontrar un camino por el que subir. - !Daos prisa con las cajas!.- Exigí a los ya de por si trabajadores hombres bajo mi hechizo, me estaba impacientando después de ver como la batalla no iba del todo bien.

- !Ladovia, Alvert, Ryuta! ¿Me oís? En seguida vamos, aguantad un poco. Ya nos hemos encargado de los soldados del puerto, así que encargaos de darle a Sadler su merecido y nos vamos.- Desde fuera podían parecer palabras de ánimo sin nada especial, pero las personas a las que iban dirigidas notaron como sus heridas iban dolían menos y nuevas fuerzas les llenasen.

Solo mi primer ataque había tenido el efecto deseado, tenía que dejar a mi cuerpo descansar un poco entre este tipo de técnicas si quería poder usarlas bien. Desde la protección que me brindaban los cortes que aún quedaban en el aire pude ver como algunos marines trataban de atacarme aún temerosos de recibir otro ataque como este. Mientras todo eso ocurría a mi alrededor guarde una de las dos espadas hechas de sal en su funda para sacar a la Yondai con mi mano derechay como si esta reaccionara a mi propias ganas de matar mi mano tembló cuando el filo quedo al descubierto. Puse mi mejor espada por encima de mi cabeza y la de sal por debajo mi brazo derecho. Cerré los ojos buscando ese mar, estaba preparado para lanzar el ataque que me enseño Cokket, abrí los ojos ya moviendo la Yondai pero lo que vi frente a mi... lo que había pasado mientras me concentraba, fue mas que suficiente como para que no fuera capaz de hacer bien la técnica por lo que frente a la cara de Sadler paso una vibración del aire que durante una milésima de segundo altero levemente lo que vio a través de ella impactando luego contra la cubierta del barco haciendo un profundo corte, lo mas raro fue que en ese momento en toda la cueva sonó el piar de algún ave.

- ¡Sadler! ¿Me vas a seguir ignorando? Cavas tu propia tumba, aquí el peligroso soy yo... -le amenacé al capitán mientras ambas espadas trazaban una equis directa contra todo su pecho, el ácido que era su sangre cayo sobre mi en el momento que mi golpee conecto, una buena cantidad fue a mi cara aunque la aparte justo a tiempo para que la mayor parte cayera sobre mi pelo, siendo apenas unas gotas en mi mejilla el resto- Este veneno te salvara la vida dos veces, Sadler... eres mas débil que yo ¿eres capaz de entender eso? Incluso yo solo podía vencerte. Esta lugar será tu tumba. Has perdido ese "algo" porque te lo he arrebatado -lo raro fue que en mi antebrazo derecho se empezó a crear un moratón desde el mismo momento que ese tajo impacto en Sadler

Sadler sonreía con sadismo al ver al herido granjero, casi no podía contener la risa al ver como sufría, probablemente pensando que caería en cualquier momento, porque al ver que Alvert aún seguía de pie, frunció el ceño, pero esto no le afectó tanto como las palabras que le dedicó, que le borraron la sonrisa y le hicieron rechinar los dientes, para después sostener su corrosiva arma con firme agarre y señalar al granjero frente a él.

Alvert se encontraba en malas condiciones, débil y herido, su arma atrapada por la madera de la cubierta, pero no se iba permitir rendirse, no ahora, razón por la cual juntó sus fuerzas y con un fuerte impulso, logró zafar el azadón del suelo, usando la misma inercia del movimiento para plantar el extremadamente filoso extremo de su arma en el marine tras de él, el cual era el mismo que antes había herido su propia mano, y el azadón enterrándose en el otro brazo terminaron por dejar heridas todavía más graves, causando que este cayera.

En un momento de decisión, Ryuta guardó una de sus espadas de hoja traslúcida, y tomó en su mano una espada muy diferente. El espadachín sacó de su funda una katana con una hoja inusualmente brillante para el área no tan iluminada del puerto, con su filo brillando en tornasol. Apenas puso el arma en su mano, Ryuta pudo sentir aquella aura cómplice, Sadler podía ser siniestro, pero no conocía una oscuridad como esta. 
Ryuta colocó en posición tan llamativa arma, cerró los ojos concentrándose en su entrenamiento, en su técnica, y en movimiento rápido blandió su espada. Lastimosamente, había mucho ruido en el ambiente, entre gritos, embates y el propio mar golpeando el barbo bajo sus pies. Por lo que solo llegó una brisa de aire al capitán de la Marina, sin embargo el agudo sonido, como el pillido de un ave retumbó en las paredes del lugar haciendo eco en ese puerto cavernoso, y más imponente aún, dejando un profundo corte sobre la cubierta de madera, uno que extrañamente tenía una forma como en espiral.
Solo eso hizo que Sadler volteara a ver con al alarma al espadachín, pero eso no fue todo, sino que Ryuta levantó ambas espadas y en menos de un segundo, una cruz apareció en el pecho de su oponente, una que pronto fue delineada por sangre verde, con una parte de ella sangrando mucho más que la otra, y aunque parte de esa sangre salpicó a Ryuta quemando un poco su mejilla y cabeza, decolorando unos de sus cabellos como consecuencia, el daño ya estaba hecho. Aunque el propio antebrazo del espadachín tampoco estaba ileso, pues en su piel una extensión morada había aparecido.

El capitán Sadler miró a Ryuta con la cara perdiendo sus colores y sus pupilas contraídas. Pareciera como si estuviera viendo un demonio. Sin embargo, pronto frunció el ceño y golpeó su propia mejilla púrpura con enojo. -¡Graagh! ¡Cállate! ¡No dices más que estupideces! -gritó el oficial con mucha menos compostura que antes y lanzó su espada verdosa contra Ryuta, y tal vez por la forma en que parecía temer a la muerte, blandió su arma con mucha fuerza, dejando un corte en el hombro, que aunque no fue demasiado profundo, solo eso fue suficiente para que muchas burbujas salieran de la herida a nivel apresurado, creando una sensación corrosiva en la carne. 
Después se alejó unos metros, su respiración agitada, la herida en su pecho sangrando bastante, y hasta sus piernas temblando. -¡Débil, ja-ja! ¡Te mostraré quién es el débil! ¡Último Aliento! -Inhaló profundamente y exhaló una nube de gas verde que se extendió exclusivamente donde se encontraban Alvert y Ryuta. Esa nube se sentía quemar su piel, dolía hasta respirar, como el peor de los tóxicos.

Ladovia era mala para ocultar sus emociones. Y esto nunca fue más claro que cuando volteó a ver a Alvert, con una cara de angustia incontenible, pero aún así, asintió para el granjero y trató de concentrar su atención en la batalla.

El gallo apenas terminó de escuchar las palabras el granjero, corrió hacia uno de los marine que antes había atacado a Ladovia, y con ágil movimiento estrelló su pico contra la espalda del hombre, haciéndole gritar de dolor.

Los marinos en cubierta no se iban a quedar quietos. Y si bien Alvert había tirado a uno de ellos, aún quedaba uno más detrás de él, y este tenía su propia arma en mano, lista para blandir y dejar un corte sangrante en el brazo de Alvert.

El marine que fue asaltado por Ko-ko, ahora volvió a ver al gallo como una amenaza, razón por la cual dirigir su espada hacia este, pero no contó con la destreza del gallo, el cual esquivó esa ofensiva con la mayor facilidad.

La joven Ladovia volteó a ver a Sadler. No se veía en buena condiciones, se veía más vulnerable de lo que probablemente hubiera visto nunca, podría ser su oportunidad... pero entonces la mirada de la pirata se enfocó en Ryuta con quemaduras y su brazo herido, a Ko-ko esforzándose en la lucha, y a Alvert. En ese momento Ladovia cerró sus puños rodeados del aura roja, y con todas sus fuerzas intentó conectar un golpe tras otro sobre el marine que atacó al granjero, y aunque el puño de Ladovia alcanzó la cara del marino, justo en su segundo golpe, el aura desapareció de sus manos, y con esto terminó golpeando al aire.
-Ko-ko me cubre a mí, y yo te cubro a ti -dijo la chica, respiraba de manera agitada, casi jadeando, se notaba que todo el esfuerzo que había hecho le estaba cobrando a su cuerpo, pero aún así, extendió una ligera sonrisa hacia Alvert.

Los dos marines apartados tomaron con firmeza los cristales en sus manos y los arrojaron hacia Ryuta con celeridad. Uno de los cristales pasó rosando al espadachín, pero el otro llegó aún más cerca y perforó el costado de la espalda del cocinero.

Wanta se vio dispuesta a participar en la pelea si eso significaba ayudar a la tripulación que en este momento las ayudaba a ella y su compañera. Y con el incontenible hedor que sentía en su nariz, informó al resto sus sospechas sobre lo que olía.

Drake abrió todavía más sus ya de por sí sorprendidos ojos. -¡Productos de limpieza, claro! Antes de que terminara con él, Leo inyectó una fuerte dosis de su veneno como hombre avispa, uno que causó parálisis en sus miembros. Halló la forma de contrarrestar el agente del veneno con algo más ácido que este -El mini-médico expuso su teoría a todos-. Por eso se ve así. 

Edward se vio dispuesto a verificar las cajas, pero hubo un cambio de planes con la oportuna intervención de Shire. Y con un plan improvisado, pero analizando bien la situación, hizo que Drake por fin reaccionara saliendo del letargo probablemente producto de lo tenso de la situación. 
-Pero es que -El niño pálido aún así se vio inseguro-... la invasión, la Marina...

Samy sonrió ante la proposición del astillero. -Siempre estoy lista -dijo la chica con confianza, acomodando la pistola en su mano-. Wan, confío en ti para manejar la situación acá abajo -dijo mirando de reojo a la mink para seguir a Edward apenas este hiciera su camino a las cajas junto al barco.

Como Shire había demostrado sus habilidades, la mink perro mostró su propia capacidad haciendo surgir unas pequeñas chispas de electricidad en su mano. La capitana por su lado mostró sus guantes, uno blanco en una mano y otro negro en la otra, pero con la situación tan crítica presente, no había tiempo para explicaciones, esas vendrían después de salir de aquí... o si es que podían salir de aquí.

Ante el curso de acción que tomaría su capitana, Drake hizo una leve mueca para después suspirar. -Bueno, tú mandas -Se encogió de hombros-, tal vez haya algo bueno por aquí -Rápido corrió hasta uno de los marinos bajo el cargo de Shire para preguntar sobre las cajas.***

En su apuro por ayudar a sus compañero, Shire intentó escalar las cajas para llegar al barco, sin embargo, se quedó en un intento, porque la distancia seguía siendo mucha, y no podía cerrar tan fácil es brecha como para subir sin arriesgarse a caer al agua.

-¡Shire, pero qué hermoso nombre! -Uno de los marinos estaba en cautivada ensoñación cuando la voz de la capitana pirata le llamó la atención-. ¡A la orden, señorita Shire! ¡Apúrense, tortugones! -Trató de apurar a los marines acomodando las cajas, y si bien corrieron un poco más rápido, lo cierto es que ya estaban dando su mayor esfuerzo-. Sentimos, la tardanza, sabemos que no merece esperar un segundo más, pero si ponemos más hombres en eso -Señaló al los marines que se habían rendido-, estos podrían intentar un motín.

Sin muchas opciones, Shire se limitó a dar unas palabras de aliento a sus aliados en el barco, y de verdad que eran de aliento, porque Alvert y Ryuta pudieron sentirse llenos de nuevas fuerzas, se sentían tan llenos de energía que las heridas en su cuerpo parecían menos graves, algunas de estas no siquiera dolían.

Edward intentó realizar la misma acción que su capitana intentó antes, pero con la misma inercia del movimiento hacia arriba, el astillero se impulsó hacia arriba usando las cajas más altas como una plataforma para saltar, y en una increíble movida, terminó arriba de cubierta junto con los demás.

La pirata del tricornio siguió a Edward, y trató de hacer algo similar para llegar al mismo punto, en un momento sostuvo las vendas que tenía el torso, pero no rindió y terminó junto al astillero en cubierta.

Ya en el barco, Edward pudo ver que la situación no iba bien para ningún bando, todos los marinos a bordo se encontrabas de heridos a mal heridos, con excepción del que acosaba a Ladovia. Alvert y el gallo gigante parecían cada uno lidiar con un marine, mientras que dos marines que guardaban distancia de los demás, estos lanzaban cristales como cuchillos y parecían enfocar sus ataques específicamente contra Ryuta.
Y por su puesto, el capitán que todos llamaban Sadler escurría en sangre verde, soltando un fuerte hedor de tóxicos químicos como antes lo había sugerido cierta mink.

Mientras todos estaban en esta situación que ciertamente era complicada, el sensible oído de Wanta pudo escuchar algo en la distancia que al parecer nadie más había notado. En el túnel, podía escuchar pasos, decenas de pasos corriendo dirigiéndose hacia a este lugar.

Con todas en posición, el descenso del cañón empezó. Lux y Helena en la cuerda, y Nyagara bajaría la pared para guiar el pesado aparato. Aunque esta última misteriosamente no se armó con nada del equipo de escalada disponible, sino que sus propias afiladas garras fueron más que suficiente para afianzarse a la piedra con la agilidad de, pues de un gato.

Como Helena sostenía la linterna para alumbrar la ruta de descenso, Lux tuvo que hacer uso de toda su fuerza, por que a medida que bajaban el cañón este tiraba con más intensidad, razón por la que la navegante optó por tomar una posición firme, plantando bien los pies en el suelo. 

Nyagara usó no solo la fuerza de sus garras, sino también la sensibilidad de las almohadillas en sus manos y patas que le permitían distinguir cuales rocas eran más sólidas o resistentes para así poder bajar con facilidad. Aunque al final resultó ser una tarea más complicada, con la superficie más rasposa de la roca con esas partículas cristalinas, sin embargo, la gata logró acomodarse y hasta terminar corregir el camino del cañón con la ayuda de su cola.

El proceso no habría tardado más que unos minutos, pero la concentración de los movimientos de todas las involucradas hizo parecer que era una larga operación. Sin embargo, pronto el cañón estuvo en el suelo, sano y salvo. Con esto finalizado, auxiliándose con la cuerda blanca y la imprescindible ayuda de los crampones y piolets, para que Lux y Helena también llegaran con bien hasta el fondo en tierra.

Las tres continuaron siguiendo los pasos de vuelta que la tripulación había tomado para llegar a la base, una vez más haciendo lo posible para sostener el peso del cañón mientras lo cargaban. 
Había poca iluminación, y Helena solo parecía concentrar la luz al frente y en ninguna otra dirección, pero a medida que avanzaban vieron la amplia zona en la que estaban. Lo que parecían unas bancas destrozadas de un lado, con algunas figuras esculpidas en las paredes de cristalinos brillos, incluso hasta unas escaleras talladas en la piedra que llevaban a lo que parecía la figura de una mujer hecha de cristal y protegida por una vitrina. Mientras que en el otro lado parecía haber viejas cuerdas y picos oxidados.

No tardaron mucho para llegar a su siguiente freno cuando vieron lo que parecía un pequeño lago de 27 metros de un extremo al otro, y ambos lados, las conocidas paredes de roca, haciendo el cruzar el agua el único camino para continuar.
Sin embargo agua no era todo lo que se veía, sino que por alguna razón había un inmenso pez rojo flotando boca arriba en la superficie sin moverse, este tenia un delicioso aroma a pescado frito. Aunque más impresionante aún era la balsa a flote en el mini-lago, tan bien construida estaba que contaba con un timón y hasta unas poleas con su cuerda para viajar en línea recta. Esta tenía suficiente tamaño para llevar a las tres, pero un cañón, con el tentativo peso del doble de ustedes (posiblemente del combinado de las tres también), eso podría ser un riesgo de hundirse tan valioso aparato... o a ustedes... o ambos.

-Yo puedo nada por mí misma. Ida y vuelta, pero no con el cañón a cuestas, así que, se aceptan ideas -Comentó Helena acercándose al agua.
 

El esfuerzo de bajar el cañón y después yo misma casi me deja exhausta al llegar abajo. pero todas estabamos abajo en el acantilado y podíamos seguir adelante. Tras descansar un momento emprendimos de nuevo la marcha hasta llegar la siguiente parada:-Vale vamos a dejar esto en el suelo.-les dije al resto para dejar el cañón en el suelo y poder descansar un poco. 

.-Vaya aún sigue echando humo, la capitana le dio bien.-comenté con respecto al pez rojo humeante del lago. Tras escuchar el comentario de Helena, mi cerebro empezó a trabajar a toda máquina mientras pensaba como atravesar el lago, me acerqué a la orilla, miré a la balsa que había construido al llegar, miré a las chicas y miré al cañón. Rumié y rumié hasta que me levanté y di un golpe con mi puño derecho sobre mi mano izquierda y casi parecía que había aparecido una bombilla encima de mi cabeza.

.-Bien lo que vamos a hacer es esto. Helena nada hasta el otro lado para estirar de la cuerda mientras Nya y yo cargamos el cañón en la balsa, luego Nya se monta en la balsa y entre tú y yo la llevamos con el cañón al otro lado, te ayuda a sacar el cañón de la balsa, recupero la balsa y luego cruzo el lago con ella.-explico mi plan a las dos para que vean que he pensado en todo:-La balsa aguataría el peso del cañón si fuera el sólo pero te costaría mucho sacarlo por ti misma. Nya tu y yo deberemos pesar más o menos lo mismo, tal vez algo menos y por eso creo que es más probable que la balsa aguante tu peso combinado con el cañón que yo. Luego tan sólo una de las dos tendrá que ayudarme a cruzar tirando de la cuerda.-añadí a continuación para dejar claro todo. 

.-Me gustaría intentar llevarnos ese pez para que Ryuta nos haga un buen banquete pero no creo que nos dé tiempo.......-entonces caigo en la cuenta, el resto vienen detrás de nosotras:-Helena, crees que podrías arrastrar el pez hasta la otra orilla cuando cruces. Les dejaremos un mensaje al resto para que lo recojan cuando vengan por aquí.-comenté después de ver el pez rojo. 

      L...lo siento....- comentaba al ver como aquel marine de echo caía completamente noqueado y dañado por el impacto ... tampoco la idea es volver esto un reguero de sangre..., mientras recuperaba de apoco el equilibrio a la vez que veia el como los otros flancos se iban desenvolviendo.

      H...hey.... no lo habia pensado asi.... - respondía a Lady~nee mientras quedábamos codo a codo - a...ahora... ayudemos a limpiar el campo.... a....aun quedan.... piedras interrumpiendo el baile de Ryuta - mientras le indicaba tanto a Koko como Lady  el resto de marines que seguían de pie ... quedaría un poco  feo meterse en medio del combate tan serio... y luego mirar por unos instantes a Ryuta - ¿ s...suena a plan ?. 

    Dicho esto continue con lo acordado... aunque si... con aquella nube asquerosa enturbiando el aire era un tanto complicado mantener los ojos demasiado abierto, por lo que mirando hacia un lado le silvé a mi compañero.

  Fiushhhhhhhh.... Koko - apuntando entonces a esa masa de niebla - aletea lo mas fuerte que puedas.... necesitamos esa mierda lejos de aquí  - para tomar una vez mas el mango de mi arma y continuar con el combate contra el Marine que seguia de pie... que ciertamente se comenzaba a volver mas y complicado debido a los venenos y el cansancio. 

En cuanto vi como el capitán de la marina inhalaba demasiado aire entendí al momento que podía tener en mente y yo hice lo mismo, ahora mismo para mi no existía nadie mas en este combate solo sentía el dolor de las heridas ardiendo que él me había hecho y es que solo me habían herido una vez los demás marines, en comparación el terrible dolor que acababa de provocarme Sadler eso no era nada. Tal y como imaginaba exhalo una nube de veneno, esta no tardo en envolvernos a Alvert y a mi pero en cuanto el marine acabo de exhalar a toda velocidad salí de la nube cargando contra él pase por su lado con un terrible tajo doble que se clavo en su cuerpo como si fueran dos colmillos de algún depredador, le había ensartado con una espada por cada lado antes de que pudiera hacer nada- Ya lo veo... -le respondí en un susurro ante sus palabras sobre mostrarme quién de los dos era el débil, de golpe saque ambas espadas girando sobre mi eje desgarrando toda la carne que pudiera en el proceso y al momento sin dar tiempo a que se pudiera recuperar ya estaba con los ojos cerrados buscando un solo sonido entre todo el ruido de la batalla... entre todo el ruido que llenaba el campo de batalla, entre los pasos con prisas, entre los golpes, los gritos de dolor, entre las olas que chocaban contra el barco en el que estábamos, un solo sonido entre todo eso... el sonido que hacía un corazón al latir y en cuento lo encontré mi cuerpo se movió por su cuenta sabiendo que hacer, ambas espadas siguieron una trayectoria paralela cortando el aire en dirección perfecta hacia Sadler, esta vez no iba a fallar...

Miré a Edward en primer lugar, siendo que aquello que me explicó ahora cobraba un poco más de sentido, aunque yo lo comparaba como otro tipo de almacen en mi cabeza, siendo que el contenido de ambos lugares era distinto, pero ahora debía concentrarme en el que había allí - E-entiendo... - mencioné a Edward antes de que este se fuera

Por otro lado me quedé más confundida al escuchar la respuesta de Shire, solo que antes incluso de poder preguntarle a que se refería en ambos casos, ella mencionó de posponer esa charla para más adelante, realmente estabamos en una situación de urgencia, pero nunca había conocido antes a alguien con poderes similares o distintos a los mios.

Drake por su lado, consiguió hilar gracias a la información que le di lo que pasaba con aquel marine tan grotesco por el cual mi pobrecito hocico estaba sufriendo, pero no tenía ni idea de como contrarrestarlo, es por eso que no pude dar opinión, aunque bueno, el resto allí en el barco estaban peleando con el. No obstante, aunque hubiera querido ir allí, Samy me pidió que me quedara vigilando lo que pasaba abajo - E-está bien, wan. S-si encuentro a-algo de explosivo o polvowan, os aviso - cada uno se fue al combate y mientras tanto yo tendría que estar allí vigilando.

No me importaba, pero tenía el arco preparado por si la situación se ponía peliaguda y necesitasen refuerzos, hasta que entonces empece a pensar que quizás era yo la que necesitaba refuerzos.

Mis orejitas se pusieron en dirección al tunel donde estaba escuchando pisadas y acto seguido me giré intentando ver quienes eran, pues por la cantidad de pasos eran más de uno. Huelga decir que con el arco y flecha en mano, si notaba una amenaza no tardaría en disparar.

Cuando llegó a la cubierta del barco pudo ver que la cosa no iba bien, pero sorpresivamente para ninguno de los dos lados, por suerte ninguno de los aliados estaba herido de gravedad, no se podía decir lo contrarío de algunos marines.

Ahora el problema era en sacar a todos de allí, Edward sabía que no se marcharían sin acabar con el tal Sadler, pero lo más probable es que dentro de unos minutos tuvieran a toda la base de la marina donde se encontraban, y escapar de esa situación iba a ser imposible.

Samy  encárgate de el esta atacando a distancia por favor-señalando al marine que se encontraba debajo de su posición-, yo voy a intentar convencerles de salir de aquí e intentar abrir el camino- si bien se imaginaba que iban a ser reacios a salir de allí sin acabar con Sadler, por lo menos podía decir que lo había intentado, así que Edward cargó con su martillo mientras lo giraba para atacar al marine que estaba delante de Ryuta y que el pollo gigante estaba enfrentando, contra más esbirros quitaran del camino antes saldrían del lugar.

Mientras atacaba al marine dijo- Ryuta, tenemos que salir de aquí, los barcos aliados se están retirando y dentro de poco tendremos a toda la marina aquí- poco le importaba si el tal Sadler le escuchaba, seguramente ya sabía lo que estaba pasando en el lugar y vista la situación en la que estaba era posible que estuviera ganando tiempo para que llegaran refuerzos de la marina.

De nuevo traté de agarrarme a una de las cajas para continuar con mi subida pero rápidamente mis brazos cedieron a mi peso y caí hasta el punto de partida, el hecho de tener que cuidarme de no caer al agua no ayudaba pero sobre todo se daba porque mi condición física no era la mejor. Por suerte, por lo poco que podía ver y escuchar desde mi posición, supuse que Ryuta había tomado las riendas de la situación y tenía a Sadler controlado, además de que a pesar de mis nada fructíferos esfuerzos Edward y la chica del tricornio llegaron como refuerzos. De un saltó bajé al suelo dándome por vencida en mi propósito y con la promesa de ponerme en forma.

Vi como Drake seguía focalizado en las cajas y me llamó la atención la postura alerta de la pequeña mink, me coloqué junto a ella algo confusa mirando en la dirección en la que apuntaba su arco. - ¿Ocurre algo?.

Cuando al fin terminaron de bajar el cañón, ya con todas en una superficie estable, Nyagara estiró los brazos hacia los lados y acto seguido los levantó, esto a la par que cerraba los ojos; solo entonces la gata inhaló profundamente — ¡Ta-dá! — y acto seguido dijo en lo que parecía ser el final de un espectáculo o al menos de uno de los actos de este; incluso hizo una reverencia hacia un público que no existía tomando como referencia a Lux y a Helena. Por si lo anterior no fuera lo suficientemente peculiar, la mink carraspeó al darse cuenta de quizás no era el mejor momento para dar por terminado el show, pues con todo y la oscuridad resultó obvio que todavía no llegaban al barco, eso sin contar el olor dominante allí que para ella fue simplemente delicioso…

— ¿La capitanya es cocinera o algo así? — más adelante preguntó a Lux a la par que se le caía la baba, pues ella no sabía nada de esa persona pero sí del pescado que se materializó en su mente según avanzaban. Normalmente la gata se habría fijado en el peculiar aspecto de lo poco que se podía ver, ya no digamos en las escaleras y la figura que parecían talladas, pero es que llevaba muchas horas desde la última vez que había pegado un bocado y el omnipresente aroma estaba tocando sus fibras más instintivas. ¡Ella no podía ir contra esa clase de destino!

Llegado el momento de la confirmación visual las ansias de la albina solo crecieron más, pues la enorme criatura se veía con suficiente carne como para alimentarla por al menos una semana de comer sin reservas. Nyagara casi sentía que era atraída por magnetismo hacia el cadáver convenientemente cocinado; es más, ella solo cayó en cuenta de la existencia de la balsa cuando escuchó a las otras chicas hablar…

— Puedo ayudarlas en lo que quieran, pero lo cierto es que dentro del agua soy unya inútil — entonces se apresuró a decir. Quizás la gata no quería dar una imagen de debilucha y por eso no confesó la verdad, no obstante solo había que verla para notar los nervios en su rostro, lo erizada que se estaba poniendo solo por estar allí y el deje de miedo en sus ojos; siendo tripulante de un barco podría parecer irónico, más a la gata no le agradaba la idea de mojarse. Lo anterior la hizo bloquearse, por lo que básicamente el plan de Lux llegó a salvar el momento y tanto la integridad física como mental de la acróbata…

— Parece complicado, pero si me deja mantenerme seca yo estoy dentro — determinada aseguró — Todo sea por el pescado… digo, el cañón — aunque pronto sus prioridades salieron a la luz de forma más que clara. Dicho eso la mink felina se acomodó en un extremo del arma para ayudar a la pelirroja acorde a lo explicado. Nyagara quizás no era la más fuerte físicamente, pero juntas ya habían demostrado poder mover esa cosa. Ya encima de la balsa resaltaría la ligereza de la albina como bien lo supuso Lux, la cual para ese momento le parecía a la felina alguien bastante inteligente…