Partida Rol por web

Si el panorama con esas decenas de marines antes no se veía alentador, más adelante la situación no se veía mucho mejor, pues una igual cantidad de ellos, o más, se encontraban ocupando toda el área céntrica de la base en esa sala bien iluminada. Todos ellos armados y listos para el combate, y en el momento en que te vieron sobre el gallo, llevando a Ladovia, pareciera que no necesitaban una explicación para saber que eras su enemigo. Sin embargo, antes de que alguno diera un paso, sucedió algo insólito: desde los hombros de cada uno salieron dos brazos, y en un movimiento rápido de las manos en los nuevos miembros, estas forzaron la cabeza de cada marine en una dirección que hizo sonar bastantes crujidos, dejando cada hombre de la Marina en el suelo. Pero solo fue eso, porque no había nada más ahí, solo el camino hacia la mina rumbo al Sakkaku y la salida de esta base.
 

Con máxima concentración, Wanta inspiró hondo, donde sus sentidos y recuerdos unieron fuerzas para que la mink perro encontrara la motivación y sin el más mínimo titubeo, diera justo en el blanco para desatar el caos en el lugar.

Alvert se abría paso entre los marines del túnel cuando estridentes sonidos hicieron temblar el suelo y empezaba a expandir el calor del sitio. Sin embargo, cualquier cosa que podría haber pasado, no era hora de ser curioso, así que apuró a su gallo y juntos avanzaron a toda velocidad entre los marinos alarmados abandonando el área. 

Shire se quedó pasmada por un momento, sin duda las medidas que había tomado habían resultado más extremas de lo que esperaban. Pero ahora eran piratas. La oposición era algo esperado, y si los rumores eran ciertos, cosas como estas eran casi la norma en la Grand Line, así que sin apartar la mirada de las consecuencias de sus actos, la capitana gritó a su tripulación antes de continuar avanzando.

Edward vio la situación, y por cuestionable que fuera, era ellos o los marines, en esa circunstancia sobrevivir era lo primero. Así había sido desde que entraron en la base. Cuando avisó a Samy, esta se encontraba sosteniendo su abdomen, algunos puntos rojos apareciendo en su vendaje mientras cerraba los ojos concentrada. -Por más divertido que sea ver retorcerse a estos malditos, tienes razón, vamos -dijo la pirata en un tono que ponía en duda si eso era una broma o lo decía de verdad.

Cuando todos se pusieron en movimiento, Ryuta esperó hasta que todos sus compañeros y aliados pasaran primero que él, en actitud defensiva para asegurarse que todos salieran de ahí juntos. Samy fue de última, y aunque su cara no lo expresaba en los más mínimo, no corría tan rápido como los otros, pero aún así avanzó hacia el túnel. 
Edward, Ryuta, Shire, Wanta, Drake y Samy corrieron todos hacia la salida, atravesando el túnel fuera de las llamas y montones de enemigos.
Cuando llegaron a la gran sala con el candelabro de cristal, se encontraron igual cantidad de marines que los que iban a su acecho, pero estos tenían una diferencia clave, todos ellos se encontraban inmóviles en el suelo, lo cual dejaba la vía libre para avanzar por el mismo camino que la tripulación había tomado para infiltrarse dentro de la base. Fue así como, tras un oscuro camino con paredes de roca, como en una cueva, llegaron a un lugar clave. Y aunque si bien Alvert había llegado antes gracias a su pollo gigante, de igual manera se topaba con un obstáculo con el que un gallo crecido no era igual de eficiente.

Drake encendió una lámpara de aceite para iluminar la oscuridad absoluta del sitio. Haciendo notar roca en todas direcciones, con diminutos puntos brillantes en cada una, que narices entrenadas como la de un cocinero, o sensibles como la de una perrita podrían reconocer fácilmente como sal. Pero la salinidad de la roca era lo menos impresionante del sitio, pues había algo más llamativo que saltaba a la vista, más en específico, una que requería voltear la vista hacia abajo, porque Drake apuntó su linterna hacia abajo en una extensión donde la luz apenas podía iluminar el fondo. Y se trataba de nada menos que 35 metros en vertical, en una pared de roca con una superficie que podía ser escalada, con dos inmensas columnas blancas de madera haciendo las suertes de soporte, aunque considerando los ocasionales crujidos que las orejas de Wanta pudieron captar de estas, podrían no estar haciendo bien su trabajo. 
Afortunadamente, a un lado de ustedes, se encontraban varios pares de crampones y piolets que parecieron haber sido fabricados de improvisto con palas y picos. Además, una cuerda blanca estaba atada a una roca sólida y la extensión de la soga llegaba justo hasta el fondo, con nudos cada metro para fácil agarre. E inclusive, había una gran estantería metálica dispuesta como andamio que también ocupaba la misma distancia de allí al suelo.

Sin duda la estrategia más óptima sería usar la cuerda blanca para que todos ayudaran a que bajaran uno a la vez hasta que todos llegaran hasta el fondo, pero esta también era la opción más tardada, y como ya habían podido comprobar antes, esta base no estaba escasa de marines dispuestos a perseguir piratas, asi que tomarse ese tiempo podía ser un lujo con el que podían no contar en ese momento.

   ¿ Pero que.... c...cara...jo ? - nos quedábamos un tanto sin palabras Ko-ko y yo al presenciar aquella escena de los Marines, tanto que no pude mas que buscar la mirada cómplice de mi ave, la cual no tuvo que esperar para darme una respuesta sin palabras " también ".

    Fuese como fuese... seguimos nuestro andar hasta que bueno, cierto bache en el camino se nos volvía a poner en mitad de nosotros y nuestro destino ... mierda y la ultima vez..., así que sin tomarme demasiado el tiempo en pensar que hacer... están llegando el resto, pronto serán los Marines... , me baje de Ko-ko y usando mi cuerda que cargaba aun entre mis pertenencias ajustaba en el lomo a Lady que seguía sin dar mucha reacción.

   Muchacho tienes una tarea.. -mirando de frente a mi enorme gallo - intenta que no se agite demasiado... ¿ vale ? - para acercarme entonces a la ladera - nos vemos abajo -y comenzar a descender por aquella muralla de una forma tan improvisada como la había escalado ... e...es como... c...cabalgar... p...puede ser una experiencia que no se olvida.... o un gracioso y triste accidente... p...por favor que sea lo primero...

De entre todos los que estaban allí, apenas una si que se preocupó por mi reacción. Reacción que si bien me afectaba, era a la par muy exagerada, pero bien yo no estaba acostumbrada a hacer algo así. No obstante todo aquello careció de importancia por en aquel momento, pues nuestro objetivo era más bien huir de allí. Esperaba ya pues reunirme con Nyagara y como Samy nos prometió, huir todos juntos de aquí.

No obstante no todo iba a ser fácil y por supuesto tenían que haber obstáculos por el camino para fastidiar nuestro avance, y peor todavía pues estabamos en peligro de persecución. Teniamos que irnos de allí ya.

Al llegar pues al borde de aquel lugar que bien nos separaba como una casa grande de alto, o al menos para mi mente lo calculé así, miré las cosas a mi alrededor, quizás con un poco de lentitud para ver todas las posibilidades - A-ah... - Por desgracia aquel que parecía un granjero junto a su pollo bajaron los primeros - Espero que Nyagara no esté allí abajo o puede morder al pollo.

-C-capiwana. P-podría lanzar una f-flecha con la c-cuerda para q-que p-podais bajar d-desliwandoos. P-pero y-yo prefiero b-bajar p-poco a poco - le dije tanto a Shire como a Samy pues parecían ser las capitanas allí, mientras señalaba la parte de la estructura que, de forma tosca, podía hacer perfectamente el papel de una escalera. Esperaría pues si querían alguna de las dos que lanzara la flecha o no y mientras el resto bajaba a su manera yo con cierto temor bajaría poco a poco por aquella estantería pareciendo ser la más lenta

El haber destruido las balas nos daba un momento de respiro, necesario para que Daiki, Helena y el buzo volvieran a subir y que los disparos alcanzaran el objetivo. Volví a recargar el cañón y me acerqué a Rufa:-Vuelve a disparar a otra de las balas. Nya sigue así lo estás haciendo genial!-exclamé al final alabando el buen trabajo de la Mink:-Daiki vamos a mover el barco, recoge el ancla, después preparate para extender la vela de mesana! Helena, Eryx desplegad la vela mayor! yo me encargo del timón.-grité órdenes para empezar la maniobra de arranque del barco:-Esos tipos están en rumbo de colisión y si no nos movemos no quedará barco para que suban el resto! No os preocupéis volveremos a por ellos.-añadí a continuación. 

Tras dar la orden de arrancar vi como el viento llenaba la vela mayor y el barco empezaba a moverse pero ibmaos demasiado lentos y así no nos daría tiempo a esquivar el barco:-Daiki cambia con Helena! Helena! Eryx! Venid!-grité a ambos para que vinieran corriendo:-No creo que nos dé tiempo a esquivar el barco. Este viento no nos ayudará. Necesito que os metáis de nuevo en el agua y que giréis con todas vuestras fuerzas el timón de ese barco. Haced que gire hacia la montaña.-dije mientras señalaba a la montaña:-O lo hacéis o perdemos el Sakkaku.-les dije a los dos buzos:-Sois los que tenéis más posibilidades de conseguirlo gracias a vuestras mejoras.-añadí a continuación. 

Tan centrada estaba en salir de la base que por un momento había olvidado los obstáculos que habíamos tenido que pasar para entrar, la enorme pared volvía a estar ante nosotros aunque esta vez fuese para descenderla. Por suerte los piolets que habíamos usado seguían ahí y no tendrían que perder mucho tiempo bajando por la cuerda.

- Lo siento pero yo también prefiero bajar con más cuidado, tal vez los demás.- Me negué después de asomarme y pensar lo que pasaría si no aterrizaba bien desde esa altura. Tomé uno de los piolets enganchados en el suelo y con su ayuda bajé con seguridad por la estantería que Edward había improvisado.

— ¡Todo para que los otros tengan un lugar al cual regresar! — exclamó emocionada la gata de cara a lo que había dicho Lux, solo que por más que quisiera quedarse a platicar, sus oídos estaban atentos de los nuevos disparos, y ahora sus rojizos ojos pudieron notar también el cambio de dirección en la nave enemiga que hasta alguien como ella, con nula experiencia manejando barcos, podía entender como un problema. — ¡Vaya que son persitentes, nya! — se quejó mientras se erizaba.

Ella no podía ayudar nadando ni conduciendo, así que cuando la navegante se puso a dar órdenes que dejaban clara una vez más su experiencia en la materia, la mink comprendió que debía tratar de ayudar en lo posible a mantener la concentración de los otros, y la mejor manera que ella conocía era alejando las amenazas.

Se dedicó a correr pues, como siempre para agarrar impulso ya que muy miedosa no era, y menos cuando en anteriores casos había logrado destruir las amenazas con relativa facilidad, sin embargo al haber escuchado el problema que representaban las protecciones del barco ajeno Nyagara tuvo una idea.

Para empezar la gata subió ágilmente de nuevo hasta la parte más alta del Sakkaku, intentó medir distancias aunque más por instinto que con alguna noción exacta, y si bien no estaba segura de sí serviría, una vez más se lanzó al “escenario” con medido impulso y agilidad digna de envidia, sujetándose con la cola de la cuerda que usó la primera vez pues ahora tenía en mente una acrobacia más arriesgada todavía…

— ¡Prueben su propio plomo! — al llegar a la altura adecuada gritó, acto seguido sacó sus garras y dio un fuerte zarpazo a la bala, no obstante en vez de concentrarse en romperla, ahora su movimiento fue más “suave”, una especie de empuje que bien podría verse como una versión extrema de cuando un felino tira cosas desde el borde de algo… solo que en este caso Nyagara no pretendía dejar caer nada, sino mandarlo de vuelta por donde había venido.

¿El barco enemigo resistiría balas también?

Enseguida se impulsó buscando hacer lo mismo con el segundo proyectil, pero ni ella era tan rápida como para desviar dos balas tan alejadas la una de la otra…

— ¡CUIDADO! — así que advirtió al resto.

Edward empezaba a pensar que alguien estaba muy en contra de ellos, no salían de una y ya se encontraban con otro problema, problema que habían olvidado por completo y era la única ruta de escape y más ahora que tenían a toda la base tras ellos.

Ahora tenían la tarea de volver a bajar por aquella pared lo más rápido posible para que la marina no les atrapara, si había sido complicado el subir con tiempo suficiente, el bajarla iba a ser peor, aunque el lado bueno era que si caían llegarían a su destino de todas formas, con bastante dolor, pero llegarían.

Edward pudo ver que Samy no estaba demasiado bien, así que se acercó a ella y le dijo- ¿Necesitas una mano para bajar? Veo que no tienes buena pinta-señalando los vendajes que empezaban a ensangrentarse. 

La idea de Edward era bajar por la estantería, sería lo más fácil para él y lo suficientemente rápido, pero antes esperaría la respuesta de Samy.

Corría en medio de todo ese cúmulo de desolación, gritos y dolor mirando siempre hacia el frente, sentía que si me paraba a mirar hacia atrás podría sentir que todo lo hecho hasta ahora había sido un montón de errores por lo que no me permite a mi mismo dudar y solo seguir avanzando- Lo siento Kitetsu, tendrás que esperar a la próxima vez... -susurré hacia nadie aparentemente

Para cuando volvimos a la sala central de la base todo estaba lleno de marines incapaces de moverse, levante una ceja extrañado sin parar de correr ¿Alguien de nuestro grupo había hecho eso? No me sonaba que nadie tuviera ese tipo de habilidad, pero tampoco había mucha mas gente por aquí... Nuestra carrera nos acabo por llevar de vuelta al muro por el que subimos pero no me apetecía perder el tiempo como nos paso la última vez así que sin perder nada de velocidad salte directamente hacia la estantería y continué encadenando salto tras salto a toda velocidad para llegar hasta la base en un tiempo récord. una vez abajo me limpie un poco al ropa como si fuera un gesto automático y cuando le di un par de manotazos a la camiseta me detuve en seco...- ¡Mi ropa! Se me ha olvidado mi ropa... -parecía que realmente no había pensando ni por un instante que estaba vestido como un marino todo este tiempo, de hecho me quite de golpe la camiseta para empezar a pisotearla, cuando me canse de destrozar esa ropa y me relaje un poco enfunde la Yondai de vuelta tras limpiarle la sangre de encima

En ese rato los demás ya casi había llegado hasta abajo así que ayude a los que quisieran una mano para la última parte, en especial a Wanta a la cual también le di unas palmaditas en la cabeza sin decirle ni una sola palabra.

Arriba del Sakkaku, las cosas estaban resultando bien, pero estaban lejos de estar fuera de un apuro, con pesadas balas de cañón directo hacia el barco y la nave de la Marina en proceso de chocar a toda velocidad.

La navegante no tenía más que fracciones de segundo para planear, organizar y actuar, y fue justo lo que hizo al decirle a la tripulación a bordo las medidas a tomar. 

Mientras Rufa se esforzó por voltear el cañón para apuntar correctamente su proyectil, Daiki corrió a encargarse del ancla, subiendo la gruesa cadena de metal como si de una simple cuerda se tratase, y los buzos se encargaban de extender la vela mayor.

Rufa disparó el cañón frente a ella, pero su tiro aunque pasó cerca de la bala, no pudo interceptarla a tiempo.

Tras una carrera que le dio suficiente impulso, Nyagara subió por el mástil en aparente desafío de la gravedad, y tratando de medir distancias con la vista en aquella altura, se lanzó hacia el frente para agarrarse de la cuerda con la cola en semejante balance como el anterior, pero esta vez se trataba de un tipo de acrobacia mucho más riesgosa. Y cuando el proyectil estuvo en posición, al alcance de la gata, movió su gran zarpa sacando sus garras, y con un movimiento de suprema destreza repelió la bala de cañón, dejando nada más que una cálida sensación en su mano.

La bala que había provenido del barco enemigo ahora se encontró regresando a este, y al parecer la calidad de sus balas debía ser igual o mejor que la de los refuerzos en su nave, porque el proyectil dejó un profundo agujero en cubierta.

Nyagara seguía en completo equilibrio en las alturas, dispuesta a repetir su hazaña anterior, pero su cálculo falló por solo unos segundos y no pudo ni rozar la siguiente bala, la cual se estrelló en la parte superior del barco, doblando un poco el palo mayor, y de no haber sido por estar blindado con chapa, probablemente hubiera terminado roto.

Lux se encargó del timón y con movimientos casi reflejos, puso al Sakkaku en marcha con la agilidad que requería la situación, y aunque hizo su mejor esfuerzo, la nave de la Marina parecía verse cada vez más cerca, superando al barco con creces. Los enemigos debían estar conscientes de tal ventaja, y por ello debieron haber optado por este curso de acción.
La situación seguía sin cambio, pero Lux no se quedó cruzada de brazos, y no tardó en dar instrucciones para corregir el problema frente a ella. 

El gyojin corrió con tal fuerza que sus pasos retumbaron en toda la cubierta mientras llegaba hacia la vela que Helena antes manejaba, y tanto esta última con Eryx se internaron en el agua sin reparo, tendrían que actuar bajo la presión del tiempo, y de un navío avanzando sin freno.

Ante el obstáculo que tenía de frente, o hacia abajo, para ser específicos, Alvert tomó una determinación. Se hizo con su cuerda y ató con firmeza a la joven Ladovia para que no cayera del gallo. 

El gallo gigante miró abajo, hacia el fondo y luego Alvert. Parecía que algo de eso habría entendido, porque fue en la dirección que le habían indicado.

Aún antes que el pollo super crecido tocara los andamios, Ryuta ya se encontraba avanzando rápido como un viento, cayendo encima del metal, haciendo que el gallo se asustara por un momento por tan repentina acción, incluso un par de plumas escaparon de este, cayendo al abismo.

Y sin perder la inercia de su movimiento, Ryuta hizo un salto tras otro de forma descendente, pisando tan rápido que apenas y hacía ruido en su camino hacia abajo. Hasta Drake tenía dificultad para seguirle el paso apuntando con la linterna. Y al final, el espadachín se encontró en el fondo, antes que cualquiera, sano y salvo, mientras dos grandes plumas flotaron bajaron lentamente hasta posarse justo frente a Ryuta en posición de cruz.
Apenas había terminado su descenso, notó que aún llevaba el traje de la Marina puesto, hecho al que puso fin de inmediato al remover su camisa y destruirla en base a pisotones. 

Ko-ko bajaba peldaño por peldaño en el andamio, y aunque se notaba sus grandes piernas de pollo temblaban por el esfuerzo, el plumífero seguía en su empeño con diligencia, siempre con cuidado de no hacer movimientos bruscos, pues la cuerda atada a este era lo único que separaba a Ladovia del abismo.

Y Alvert no se iba a quedar atrás, pues se afianzó a las rocas y comenzó su descenso por la pared de roca. Ya antes había lidiado con este pedazo de piedra en vertical, así que bajar no debería ser más complicado. Y no lo fue, pero en la forma menos agradable posible porque en su camino hacia abajo, un paso en falso sobre un pequeño espacio entre las rocas, hizo que el granjero comenzara a resbalar precipitadamente. Y si bien ya llevaba una parte de su descenso hecha de forma que no cayó tanto como si hubiera sido desde la cima, la gravedad y un cuerpo cayendo rara vez son buenos amigos, así que tal evento terminó con un granjero boca arriba y una espalda muy adolorida.

Wanta ofreció una idea a las capitanas pirata en el grupo, y aunque tenía una nerviosa disposición dio a conocer su preferencia en cuanto a sortear con el obstáculo rocoso.

Shire consideró sus opciones y decidió que el mejor curso de acción era hacer su descenso por la estantería, claro, no sin antes procurar uno de los piolets improvisados.

-Bueno, eso lo decide todo -Samy se encogió de hombros y también acomodó los piolets en sus brazos, pero antes que siguiera a la otra capitana, escuchó la voz de Edward, lo que la hizo detenerse-. Estoy bien, Edward -dijo con una media sonrisa, y a pesar que los antes puntos rojos en sus vendas ya se habían convertido en grandes manchas-. Hice una promesa, y no soy alguien que las incumpla, pero gracias por tu preocupación -Apuró su camino hacia la estantería y sin dudar empezó a bajar por la estructura.

Ese andamio metálico estaba un tanto abarrotado, pero al menos ayudaba que no todos descendían al mismo ritmo. Edward bajaba rápidamente alcanzando a Shire en la carrera hasta abajo, aunque la capitana llevaba un eficiente ritmo, puede ser que escalar las cajas de antes no fuera lo suyo, sino la escalada en una bajada de metal. Y quienes estaban más lejos era Wanta seguida del pollo gigante con su pasajera. La mink perro se iba con precaución peldaño tras peldaño, con ese tipo de alturas, cualquier tipo de preocupación y miedo eran justificables. El gallo más bien parecía enfrentarse a un problema nuevo del todo, tal vez por eso es que se estaba tomando su tiempo para bajar. Sin mencionara a Samy, que tuvo que cuando estuvo bajando tuvo que hacer una pausa y sostener su abdomen, sin embargo bastó con mirar como todos se esforzaban por bajar para que mirara a Edward y asintiera con determinación para continuar con su camino en la estructura.

Fue así como todos llegaron al fondo, algunos de manera más segura que otros, e incluso con palmaditas en la cabeza, como Wanta. Solo faltaba quien había estado iluminando el camino todo este tiempo, el mini médico.
El pequeño Drake apagó la linterna y cruzando los brazos enfrente de él, se lanzó desde lo alto, con una única palabra viniendo de él que apenas y pudo escuchar el agudo oído de la mink perro: "Tekkai." 
El cuerpo del niño hizo un ruido fuerte al impactar contra el suelo, sin embargo, Drake se levantó del suelo como si nada hubiera sucedido, sacudiendo el polvo de su traje negro.
Drake se encargó de encender de nuevo la lámpara de aceite y alumbrar el sendero de vuelta al barco. 

Con todos en el mismo lado y más de treinta metros más abajo, estaban listos para continuar. Había poca iluminación, y Drake solo concentraba la luz al frente, pero a medida que avanzaban vieron la amplia zona en la que estaban. Lo que parecían unas bancas destrozadas de un lado, con algunas figuras esculpidas en las paredes de cristalinos brillos, incluso hasta unas escaleras talladas en la piedra que llevaban a lo que parecía la figura de una mujer hecha de cristal y protegida por una vitrina. Mientras que en el otro lado parecía haber viejas cuerdas y picos oxidados.

Al poco tiempo de caminar llegaron a un paisaje familiar para la mayoría de los que ahí estaban, aunque tal vez no para dos de ellos. Se trataba de una larga extensión de agua, como un pequeño lago, con gruesas paredes de roca a los lados, cruzar por el agua parecía ser la única opción. Y además del aroma de humedad en el sitio había otra fragancia más fácil de captar, una que narices adaptadas para tal sensibilidad como la de Ryuta y Wanta podían disfrutar aún más, pues se trataba del olor a un pescado frito en el punto exacto, cocido con una perfecta dosis sal. Este aroma provecía de un enorme pez rojo que por alguna razón se encontraba en la orilla al otro lado del lago. 

Claro, cruzar por ese lago no sería una tarea sencilla, como cualquier fuente de agua podía presentar sus problemas... o eso es lo que se podría pensar si no estuviera ya un bote improvisado con madera y metal, flotando en el agua y con una cuerda conectada con lo que parecían poleas improvisadas, todo formando un sistema fácil de dos vías conectando las dos orillas, de manera que necesitaron un par de viajes, pero al final todos pudieron llegar al otro con celeridad y así llegar a unas escaleras hacia arriba, y de ahí, a una escotilla hacia el exterior.
 

Alvert, Ryuta, Edward, Wanta, Shire, y hasta Samy y Ko-ko llevando a Ladovia, todos salieron de la escotilla en una plataforma solida, y ahora se encontraban en libertad... o lo más cercano a ello, considerando que pasaba en el barco de la tripulación. Ese que llamaban el Sakkaku. De forma parecida a un birreme, tenía un palo mayor y otro menor, pero en general el navío era más bien pequeño. 

Un musculoso gyojin azul se encargaba de las velas, mientras que en lo más alto del palo mayor, Nyagara se balanceaba, su esponjosa cola aferrada a las cuerdas que llegaban hasta tal altura. 
Lux se veía tensa mientras daba instrucciones al gyojin y a chica con una parte de su cabello púrpura que sostenía uno de los cañones móviles de la cubierta. 

El Sakkaku se veía en buenas condiciones, aunque aún en la distancia, Edward pudo notar el daño en pala mayor, con una clara abolladura en la chapa que lo cubría. Y por supuesto, la que parecía la amenaza más grande, un barco de la marina avanzando a toda velocidad en rumbo de colisión contra el Sakkaku, el cual, considerando su más pequeño tamaño y en que definitivamente el enemigo contaba con mejores refuerzos para sus barcos, estaba claro que en caso de un choque, habría un claro vencedor... y no era el barco de la tripulación.

En tal posición, tal vez lo más sensato sería solo intentar huir, pero eso también presentaba un problema, porque el ancla había sido levantada y el Sakaku estaba en marcha, alejando a los recién salidos del barco por 24 metros.

De repente, el acelerado barco de la marina empezó a tomar un rumbo un poco desviado, en lugar de andar en línea recta, significaba que si querían escapar, tenía una pequeña oportunidad para obtener una ventaja mientras el navío de la Marina corregía su curso. Cada segundo debía contar.

Reaccioné tarde a la advertencia de Nya y una de las balas impactó en el palo mayor, abollando una de las chapas que tenía de refuerzo:-Mierda!-dije corrigiendo el rumbo del Sakkaku para poner estabilizar la nave a causa del impacto y entonces ocurrió lo que esperaba que ocurriera:-Esa es mi chica.-dije al ver que la nave de la Marina empezaba a desviarse un poco, sabía que les iba a resultar complicado pero creo que si les damos tiempo lo pueden conseguir. En ese momento Nya y Rufa también hicieron su parte, aunque la primera tuvo éxito donde la segunda falló, por poco. Sin importar eso, de pronto aparecen el resto de la tripulación atravesando una escotilla a unas decenas de metros del barco. 

.-Chicoooos!!! Me alegro de veros estamos un pelín ocupados ahora.-les dije a Shire y al resto y entonces se me ocurrió una locura para que todos pudieran subir a bordo:-Rufa, Daiki! coged el ancla y soltadla cuando os lo diga luego agarráos a lo que podáis. Nya! Estate atenta al barco de la Marina y grita cuando recuperen el control!-dije e hice que el barco virara unos grados a estribor para alejarme un poco de la escotilla donde estaban el resto y en cuando estuve en el ángulo correcto miré hacia el resto de la tripulación:-Agarráos fuerte entre vosotros que habrá oleaje!! Daiki, Rufa! Ahoraaaaa!!!!-y en el momento en que Daiki y Rufa sueltan el ancla, giro el barco en la misma dirección en la que adquirirá con la inercia abrupta de echar el ancla y girará 180º para acercarnos lo suficiente hasta el resto para que suban. 

.-Daikiiii!!! Cuando el resto suba a bordo, ve a por Helena y Eryx os recogeremos  cuando crucemos por el lado del barco de la Marina.-dije mientras estábamos girando de allí ibamos a salir todos o moriríamos intentándolo. 

Al llegar todos a bajo, y por mi parte aceptando delicadamente la ayuda de Ryuta, caricias inclusives dejando ver que mi cola se estremecía agitándose de de un lado a otro mostrando una gran felicidad por aquellas caricias... Pero aún no estabamos a salvo aún quedaba un gran trayecto, no obstante, Nyagara me enseñó algo y mirando a todos era el momento de ponerlo en practica - ¿E-eswan t-todos b-bien? - pregunté para ver si había algún accidentado en el grupo, por lo menos antes de proseguir nuestro camino.

Y menudo camino... El lugar al que nos conducía el pasadizo que seguíamos era un lago un tanto extraño y grande que si bien era bastante curioso también hacía que mi nariz tuviera cosquillas, pues olía algo muy rico por allí, hasta que logré fijarme en aquel pescado que hizo brillar mis ojos, y no solo eso, también hacerme salivar y relamerme un tanto. Mientras el resto del grupo se preparaba para cruzar, yo me acerqué a coger aquel pescado y a la vuelta me quedé congelado viendo a todos los demás, preocupada por lo que pudieran pensar - E-esto... P-podemos... lle-llevarlo y c-cociwan l-luego c-como e-exito p-por haber sa-salido... ¿N-no? - ¿Como iba a decir que pretendía enseñarselo a Nyagara como un regalo? - pensé para mi misma sintiendome un poco culpable por lo que pensé.

Cruzando entonces aquel lago y lo que faltaba, ya llegamos al aire libre y al fin, nuestra forma de escapar estaba tan cerca... Tan solo tenía que corregir el rumbo y no alejarse más - C-capiwanas, y-ya estamos f-fuera... - Parecía un gran milagro, pero aún faltaba esa parte tan difícil. - S-Shire-wan, Samy-wan... ¿Cómo llegaremos al barco? - Justo entonces una voz sonó desde el barco y mis orejas se tensaron para escucharlo y si hacía falta reproducir lo que dijera Lux y que los cernanos a mi no escucharan...

Por mi lado tras ver a Nyagara en lo alto de todo el mastil, alcé el pescado para agitarlo - ¡NYA-SAMA! - y de paso gritarla para que me oyera - ¡Si haces bien tu trabajo, tenwan un rico pescadito para comer luego! - y con una sonrisa al verla y tratando de tentar a mi compañera gatuna con aquel pescado a que hiciera bien su trabajo, miré a los demás. - ¿T-tendremos q-que saltar, wan?

— ¡Mierda! — exclamó Nyagara aunque más para sí misma cuando el fallo en sus cálculos terminó con ese impacto sobre el Sakkaku, mismo que hizo tambalear al punto de donde estaba colgada; a pesar de todo su preocupación casi se esfumó por completo cuando a la distancia logró ver al resto de la tripulación y a otras caras conocidas saliendo de la escotilla, pues apenas notó la carita de Wanta entre ellos la gata inevitablemente sonrió aliviada.

Claro que esa calma poco le duró a la gata ya que Lux no tardó en recordarle del peligro presente, entonces la albina miró hacia la nave enemiga al tiempo que asentía — ¡A la orden! — e incluso dijo como si fuera una más de la tripulación oficial, ya que al fin y al cabo el Sakkaku era la única forma que tenía para escapar junto a su compañera, además de que esos piratas se habían mostrado amables con ella en casi todo momento. No podría abandonarlos así como así.

Sintió entonces el movimiento atípico propiciado por la navegante, siendo su respuesta clavar las garras de todas sus patas sobre la madera para no salir volando desde la altura a la que estaba. — ¡NO TENGAS DUDA DE ESO, WAN! ¡SALDREMOS DE AQUÍ Y COMEREMOS TODOS JUNTOS! — mientras eso sucedía escuchó las palabras de la canina además de que vio que de hecho habían recuperado el delicioso pescado de antes, por ende no dudó en decir tan fuerte como fue capaz, sonriendo incluso pese a las dificultades.

En ese momento no lo mencionó, sin embargo con el solo hecho de que su compañera estuviera allí apoyándola, Nyagara sentía que su fuerza “aumentaba” a la par que su resolución; la promesa de comida deliciosa era un extra tentador, claro, pero incluso si no hubiera “premio” la gata estaba dispuesta a dar todo de sí.

Debido a lo anterior, por más que quisiera si Wanta y los demás lograban saltar y animarlos para ello, Nyagara fijó su vista y oído sobre el barco de la marina, lista para advertir a la primera señal de cambio.

Quizas... fuera por que no me tomaba esta empresa del todo serio... quizas... por que hoydia los astros no me acompañaban... o tuviera alguna especie de sindrome de impostor y necesitara sabotearme a mi mismo... sea como sea... alli estaba, cayendo una vez mas

    M...MI..m..mier....j...jode...der.... - trastabillaba mis palabras mientras a duras penas intentaba aferrarme a las cornisas y que al menos ayudaran a eliminar parte del impulso que llevaba, por suerte... solo fue algo de dolor, mucho polvo y uno que otro corte que se acumulaban con el resto, de modo que solo vi al resto, a Ko-ko y la pequeña que preguntaba por nuestro estado - affhhhhh...- suspiraba para quitarme algo de tierra y proseguir sin darle mas vueltas al asunto.

   Buen trabajo muchacho...- musitaba a mi plumifero compañero, aunque al estar tan cerca pudiera notar cierta tristeza en mis palabras ... no estoy echo para esto.. ¿ verdad ?...,  pero a pesar de eso le palmie un poco su lomo indicando que no era tiempo de quedarse quieto

   Del resto, solo reduje el tamaño de Koko al habitual antes de que empezara a agotarse y mis hombros llevar a Lady~nee lo que quedara de camino, de manera que cuando salimos de aquella escotilla y nos encontramos con aquel panorama solo fue un rotundo...

Jajajaja...jajaj....ja.....

  Mirar a los lados, llenos de agua, mientras un Barco de la Marina se aproximaba y el Sakkaku con ciertas marcas de combate intentaba ganar terreno.

   para pensar muy fuerte...

... proxima parada y me busco la vida por otra parte...

Por suerte todos habían llegado a tierra sin muchos problemas, era momento de seguir la huida del lugar y salir de aquella maldita base de una vez por todas.

Aquel lago no fue mucho problema para nadie, ciertamente había sido muy conveniente dejar aquella balsa que habían usado anteriormente para cruzar el lago, así que fue un agradable trayecto por el lago.

Para su desgracia el barco no estaba dond debería, y los que se encontraban en el barco no estaban pasando un buen rato, aunque Edward pudo ver algún que otro desperfecto en el navío, desde su posición no parecían demasiado graves para la integridad del barco. Poco podían hacer en donde se encontraban, así que no les quedaba otra que esperar a que rl barco estuviera en posición para poder abordarlo.

Todos ya se encontraban parados en una pequeña plataforma donde se sostenía la escotilla. Incluyendo a Ladovia, que ahora inconsciente era llevada por Alvert, quien al ver un escenario tan poco favorecedor, no pudo más que reír, sobrecogido por como todo siempre parecía seguir empeorando.

Edward estuvo en ese reducido espacio considerando sus opciones, pero consideró que lo mejor era esperar con paciencia a que el barco estuviera de nuevo cerca antes que cualquier cosa.

Wanta, quien llevaba un gran pescado, cuestionó a las dos capitanas en la plataforma.

Samy volteó a ver al Sakkaku, luego al barco de la Marina para luego cerrar los ojos. Cerró los ojos y sin abrirlos apunto su pistola hacia el navío de sus oponentes, pero entonces escuchó el movimiento ocurriendo el barco y abrió los ojos de golpe para observar que una idea estaba empezando a desarrollarse a bordo del Sakkaku.

Con explícitas instrucciones de la navegante, Rufa y Daiki se pusieron en movimiento. Aunque Rufa tuvo algunas problemas a sostener el ancla, Daiki la auxilio utilizando solo una mano. 

Lux movió el timón con destreza girando con certeza y aunque se alejaba de la escotilla, tenía en mente una movida más compleja, pero no por eso menos eficiente. 
A la orden de la navegante, Rufa y Daiki soltaron en ancla, momento en que Lux aprovechó el ángulo y la inercia para mover todo el barco en acelerado movimiento en un giro que volteaba el barco a nivel extremo a una velocidad de vértigo.

Nyagara enterró sus garras con fuerza en la madera del mástil para evitar ser arrastrada por tan repentina hazaña. Mientras el gyojin tomó con un brazo a la chica junto a él mientras con el otro se agarró de las  primeras cuerdas que vio.

Como una tentadora oferta, Wanta mostró el gran y suculento pescado rojo, aunque la gata no necesitaba más motivación que verla ahí, tan cerca del barco y apunto de que todos pudieran escapar con bien.

Después de esa arriesgada maniobra, el barco quedó posicionado a muy poca distancia de la escotilla, de manera que cualquier podía subir sin ninguna dificulta.
Después de acomodar a la chica de cabello púrpura en el suelo, y que esta temblara, probablemente por la adrenalina del evento, el grande y fornido gyojin azul se acercó a la orilla del barco y extendió su mano para ofrecer su apoyo para abordar. -¡Rápido, suban!

Poniendo su atención total en el barco enemigo, los ojos y orejas de Nyagara en ese momento solo tenían un solo objetivo al cual se enfocaban como si fuera lo más importante de todo, y es que tal vez el escape podía depender de ello. Y ese esfuerzo fue recompensando cuando de estar desviado, el barco se detuvo por un segundo, y aunque el movimiento del barco de la Marina era casi imperceptible, el agudo oído de la gata le dejo claro que los gritos de los hombres a bordo contaban otra historia, una en la afirmaban que no podían recuperar el rumbo. Al parecer, lo que habían hecho con el timón había sido más grave de lo que aparentaba.

Con el barco en posición para que todos subieran, pronto el Sakkaku fue abordado por la tripulación. Sin que el barco de la Marina pudiera recuperar el control, tuvieron suficiente oportunidad para poner rumbo y hasta de que se acercaran Helena y el otro buzo para que llegaran otra vez a cubierta.

El Sakkaku surcaba el mar, mientras dejaban en el horizonte a esa escotilla y pasaje dentro de la base, del barco de la Marina, y tan lejos de la isla Salty Mine. Tesoros habían sido reclamados, información había sido ganada, verdades descubiertas, y aunque habían ocurrido pérdidas, también se habían conocido nuevas caras y hasta potenciales alianzas. Sin mencionar que la pesadilla que había empezado en Shell parecía haber terminado este día cuando cayó el capitán que tanto sufrimiento había causado a Elias Mouth y su tripulación.

Al contar con suficiente distancia que Lux pudiera calcular, y sin que Nyagara pudiera escuchar ningún otro barco en la distancia, confirmaron que de hecho ahora se encontraban en una zona segura.
Alvert, Edward, Lux, Ryuta, Shire, Nyagara y Wanta se encontraban en el Sakkaku, además de Helena, Drake, Rufa, Daiki, y Eryx, el misterioso buzo que acompañaba a la tripulación desde Loguetown, Ladovia, quien aún permanecía en tan debilitado estado inconsciente, y por supuesto, Samy, capitana de los Diana Diez, quien sostenía estar en deuda con la tripulación debido a las acciones de Lux. Samy les compartió que después del asalto a la base, una pequeña isla había sido dispuesta como punto de reunión con su tripulación, la cual era el mismo sitio donde tendrían que dejar una parte del tesoro robado según el acuerdo con la alianza pirata para esta misión. Así que se encontraban ante una encrucijada.

De manera clara, se vislumbraban dos opciones. Ya que contaban con un mapa obtenido en el Bon Voyarti, podían seguir navegando directo hacia la Grand Line. Con el ritmo que llevaban y sin hacer escalas, estarían en Reverse Mountain, el cual era marcado como el punto de acceso al Grand Line, para el día siguiente. Si bien ahora estaban a salvo, si la Marina empezaba a moverse buscando a todos los responsables del ataque a la base, desplegar todas sus fuerzas en el East Blue sería lo primero que harían.
Por otro lado, la tripulación y pasajeros del barco tenía su buena cantidad de heridos y fatigados, así que tomarse un par de días para descansar y recuperar fuerzas en una isla antes de entrar al mar más peligroso de todos no podía ser sobreestimado, además claro, de ayudar a Samy a regresar con los suyos.

   Quizás fuera por que tanto física como anímicamente no me encontraba del todo bien, por que aun cuando acababa de ver como con aquella maniobra espectacular por parte de la navegante y quienes estuvieran apoyando su actuar, seguia sin sentirme del todo a gusto ... Ver a alguien morir enfrente de uno... n...no es algo que se acepte y ya...

     Aunque si, quien estuviera viéndome en mi pequeño desanimado cuadro, podria notar un leve cambio en cuanto...

    Rufa, Sr. Burazame !! - exclamaba con todo algo mas alegre, pues por lo que sabia aun les faltaban un par de horas en cama para estar del todo ... aunque... parece que esto se aplica solo a Rufa... el otro se ve listo para volver a las pistas... , para entonces ver como los mismos nos bajaban escaleras y sogas para salir de aqui de una buena vez.

    La parte de como el Sakkaku escapaba o los discursos importantes se los dejaba a otro con mas madera para esto, pues respecto a mi solo tenia un interés en estos momentos.

     Drake - mirando con el rabillo del ojo mientras ya empezaba a caminar con cierto rengueo en dirección a la enfermería - se que debes estar agotado, pero... - sin decir mas, pero dejando claro que me refería a nuestra compañera que llevaba entre los brazos.

Tan solo teniamos que esperar a que el barco se pusiera en posición, menos mal, todo lo demás iba a ser cuestión de subir poco a poco hasta estar todos arriba. Al fin había terminado todo y parecía que íbamos a poder estar en mar tranquilamente sin necesidad de huir más.

Nada más subí a la cubierta del barco me tiré al suelo respirando todo lo que pude aún con el pez agarrado entre mis patas y con mi arco a un lado. - Y-ya estamos a s-salvo - incluso se dibujó una pequeña sonrisa en mi rostro - NYAAAA-WAAAAAAAAN - grité incluso de emoción esperando pues incluso un placaje de mi propia compañera gatuna - L-lo conseguimos. A-aunque... - no obstante todo pico de emoción debía por tocar fondo, más aún cuando llegó el punto de pensar en el capitán que dejamos atrás y la estatuilla de Jade. 

Lo habiamos logrado pero... a que precio. ¿El capitán habrá logrado escapar? ¿Lo volveremos a ver? Mi sonrisa fue desapareciendo poco a poco mientras más preguntas se formaban en mi cabeza intercambiandose pues por una mueca de tristeza al pensar en aquel suceso. Abrí los ojos con las orejitas gachas y sintiéndome un tanto mal.

Tanto si había bajado Nyagara como si no, lo preguntaría mirando hacia donde nos estabamos alejando - ¿Se habrá salvado el capiwan? - No podía evitar sentirme preocupada porque a pesar de que nuestra misión estaba cumplida, no podriamos darle la estatuilla a quien nos ofreció esta importante oportunidad