Partida Rol por web

Con el visto bueno del médico de la tripulación, pudiste hacer una visita a la joven Ladovia, y tras tocar un poco la puerta entraste en la habitación para ver a la chica con yeso en ambos brazos, sin mencionar las vendas en el torso. Ella se encontraba viendo a la pared, sumergida en sus pensamientos como para no haber notado que habías entrado en el cuarto, apenas cuando te vio acercarte y tomar asiento al lado de su cama fue que abrió los ojos como platos. Y antes que la pirata pudiera hacer nada, levantaste el brazo para evitar que cometiera otra absurda movida como que había hecho una vez antes... o muchas veces antes. Y por como bajo un poco la cabeza probablemente habías leído su mente.

-Estoy bien. Drake solo exagera. Podría levantarme ahora mismo -Ladovia levantó uno de sus brazos, aunque este temblaba, y era claro que la chica se veía tensa, probablemente tratando de reprimir el dolor, pero al final terminó regresando el brazo a la cama-. Pero insiste en que tengo que "estar de reposo." Por lo menos, me dijo que con lo joven que soy, podría recuperarme más rápido. Aunque yo me siento bien justo ahora -Cerró los ojos y dio una gran suspiro para luego mirar hacia el techo-. No sé que tiene Lux en la cabeza, pero es más dura de lo que pensé -Bromeó la chica con una sonrisa en el rostro, para después voltear a verte-. Ahora, hablemos de lo que de verdad importa, ¿cómo estás tú? 
 

Ryuta compartió el animo festivo de Daiki, y es que si algo había demostrado la historia, es que se recompensaba con reconocimiento a los osados. -¡Claro que lo seremos! -El gyojin dio un codazo al espadachín en señal de camaradería, aunque tal vez con un poco más de fuerza debido a la emoción-. "Demonio de Dos Espadas."

Nyagara contestó a su manera a lo dicho por Helena, provocando que la buzo se detuviera un momento. Era difícil saber si había escuchado del todo lo que dijo, pero su reacción fue la misma, seguir avanzando, apartándose de las mink.

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En un emotivo despliegue, Shire recibió el apoyó de los presentes, de la que ahora era su tripulación, todos con mensajes que demostraban su confianza y buena voluntad. Y no sobraron las caras felices al ver la humilde reacción de la capitana del Sakkaku mostrando gratitud.

-¡Estar unidos y hacer caravanas! -gritó Daiki al escuchar sobre la ley del circo que profesó Nyagara, asintiendo al final cuando vio a la gata sonreír, todavía con la actitud solemne, sin embargo, las siguientes palabras que salieron de la acróbata hicieron que sus ojos se abrieran de par en par-. Somos pira -Rápidamente volteó a ver a los que estaban en cubierta, todos con distintas expresiones, pero la mayoría en derredor a la capitana, como una tripulación unida, y fue en ese momento que su gesto serio pasó a ser una de completa alegría-... No somos un circo, sino algo más mejor.

Después que hubiera un pequeño intercambio entre Lux y Alvert respecto al destino de este último, Lux revisó al Sakkaku, comprobando lo bien que se encontraba, tal como la tripulación que se recuperaba de las batallas. Tras esto, hizo notar una decisión importante en cuanto a la misión que habían tomado para ir a la base naval.
Y fue así como Shire se decidió por dejar el equipo y armas que había recogido ella en Salty Mine, además de los importantes documentos que había conseguido, claro, siempre y cuando fuera después de haber anotado la información relevante, trabajos de transcripción a los ya estaba acostumbrada del tiempo en su isla. Declarando así el botín que sería la justa recompensa para los involucrados en el asalto... o para evitar hacerse de más enemigos de cara a la Grand Line.
Refiriéndose a los documentos antes mencionados, Shire les hizo saber a los involucrados que había información sobre ellos entre esos papeles. Drake no se sorprendió al enterarse de aquello, claramente era algo que probablemente esperaba, pero la historia fue diferente cuando la historiadora les mostró el antiguo cartel, haciendo que como pocas veces, el niño pálido abriera los ojos como platos, pero enseguida se volteó. -Gracias por informarme, Shire. Yo no creo tener secretos que no sepan la mayoría aquí, mi pasado con el CP, todo eso, está en el pasado -dijo el pequeño Drake desestimando el asunto y dando la media vuelta rumbo a los adentros del barco-. Si me disculpan, tengo que verificar que Ladovia haya cambiado su vendas y que no les haya quitado por que le estorban para entrenar.

Agradecí las palabras que Nyagara dedicó mostrando una sonrisa al ver como me apoyaba, y es que aunque no lo hiciera ambas habiamos pasado por lo mismo, así que ambas sabiamos que volver sería una opción mil veces peor que avanzar, aunque el sitio al que nos dirigieramos fuera la brasas del lugar que acababamos de salir.

No obstante Ryuta mentó que no era así y que el circo no sería tan peligroso - S-Señor Ryuta, wan... No quisiera llevarle la contraria pero... - miré a mi compañera gatuna por si iba a detenerme al decir lo que iba a decir o me asentía para poder decirlo - En el circo, era un sin vivir el día a día, wan... Nos despertabamos para practicar, cada día más y más difícil, cada día más tiempo, wan, y si no lo haciamos bien, nos castigawan. Nos dejawan sin comer, nos golpeawan con el latigo, nos encerrawan en las jaulas como animales comunes... - me encogí en mi misma tratando de no dejarme vencer al horror del recuerdo, pero era dificil no externarlo. Incluso mis ojos se cristalizaron en ese momento al recordarlo todo.

-C-como ha di-dicho N-Nya-wan... M-me haré más fuerte y-yo también, j-junto con ella, wan... y m-me enfrentaré a l-los pe-peligros que hawan falta, p-pero no... - y esta vez miré a Nyagara pues refiriendome a ella - No quiero volver al circo... No quiero dejar q-que nos vuelvan a hacer c-cosas malas... a ninguna... e-en especial a ti Nya-wan... - y acabé abrazándola recordando la última parte de nuestros recuerdos antes de irnos del circo.

Por suerte parecía que Ryuta quería más que nada advertirnos ante lo cual y después de escuchar sus advertencias así como que deberiamos fortalecernos, asentí obedientemente. Iba a mejorar, eso estaba claro... Para un recuerdo bueno que tenía del circo, tan solo quería mejorar en ese aspecto, y para ello agarré mi arco con firmeza. Lo que no llegué a entender fue lo de su espada, pero supuse que significaría algo muy especial para el o algo similar, ante lo cual no me opuse y asentí con firmeza como si estuviera casi aceptando una orden.

-¡Ah! - me sorprendí cuando mencionó lo del postre y lo miré - L-lo siento, p-perdone señor Ryuta, wan... N-no pensé q-que fuera e-educado comer m-mientras ha-hablabamos... L-le ruego m-me disculpe, wan... - y acto seguido después de pedir tanta disculpa, e incluso bajar las orejas y la mirada quizas tratando de dar un poco más de pena así, fui a coger el postre el cual olí en primer lugar como ya era costumbre, y tras ello empecé a tomarlo con cuidado. Al contrario que Nyagara, yo traté que durara un poco más - E-está m-muy rico, señor Ryuta, wan - le comenté esperando que eso ayudara a mis disculpas mientras seguía comiendolo hasta que no quedaba nada e incluso limpiara un poco el recipiente con mi lengua

Asentí ante las palabras de Nyagara después de todo el despliegue de sinceridades que hubo en cubierta y una vez estabamos junto a Daiki, ante el cual sonreí - La buena y verdadera ley del circo, wan - pues solo los que nos apoyabamos mutuamente teniamos esa ley presente, pero luego ambos dijeron algo que me llenó mucho de esperanzas, aunque al mismo tiempo me hacía querer llorar y tardé poco en lanzarme al brazo de ambos, acrobata y malabarista - Gracias a ambos.

Sin duda habíamos encontrado un lugar mejor en el que vivir y en el que viajar que simplemente a solas y valiendonos de tratos, pero ello no implicaba en que no estuviera preocupada por los Woodview - P-por cierto D-Daiki, Nya-wan y yo queremos p-preparar una cosa y... hemos p-pensado q-que igual querías ayudarnos - dije antes de acercarme un poco a su oreja para susurrarle, ni me molesté en que Nyagara no lo oyera, pues a fin de cuentas también participaba

-Queremos hacer un show, para mostrarle al resto todo lo que le podemos entretener durante el viaje, wan. Y como eres malabarista, pensamos que igual t-te gustaría unirte, wan - Acto seguido miré a Nyagara para ver si había hecho bien, como prácticamente hacía con todo, siempre buscaba su confirmación.

Más tarde, Shire nos llegó con noticias nuevas sobre el mono de Jade, no obstante cuando explicó como actuaba, simplemente tuve que mirar a mi compañera, pues estaba bastante confundida - Eso... ¿Es bueno, wan? - pregunté totalmente ignorante de lo que significaba - Supongo que... podriamos ver que esconde c-cuando sea luna llena ¿No Nya-wan? Y sino... p-perdón por ser curiosa - ni sabía porque pedía disculpas pero lo que había mencionado Shire me generaba curiosidad y expectación - Oh... m-muchas gracias por investigarlo capiwana

Las orejas de Nyagara se pusieron bien rectas y atentas conforme se daba la plática con el gyojin, sin embargo lejos de deberse a un estado de alerta como antes, tal reacción venía directamente de una positiva emoción que le inspiró lo que se hablaba. — Exactame… ¿eh? — claro que se mostró un poco confundida con la respuesta de Daiki, pero por suerte su compañera mink sí que parecía haberle entendido.

Debido a lo anterior no tardó en corresponder al abrazo de Wanta cuando esta se lanzó e inclusive aceptó la cercanía del malabarista, si bien de cara a este último la felina se estremeció y dejó un poco de lado su sonrisa a fin de asumir una expresión algo peculiar, como si tuviera un antojo más grande que ella. — No hay nyada por lo que agradecer, Wan-chan, recuerda que somos companyaras — tras sacudir un poco su cabeza devolvió la atención hacia la canina, no obstante para quien pusiera atención sería evidente cómo las fosas nasales de Nyagara se encontraban muy inquietas…

En cualquier caso pronto la que sabía tocar mandolina demostró iniciativa al retomar un tema importante para ellas, mismo que además compartió con el gyojin. — Música, baile y malabares, todo un show rítmico que ayude a anyamar a la gente, como te dije, yo estoy dentro, pero mientras más ayuda, mejor — debido a lo anterior la gata contestó apenas captó la mirada de Wanta, ello mientras le revolvía la melena con su gran pata. — ¿Estás muy inspirada hoy, eh? — incluso bromeó para demostrarle a su compañera el bueno humor que facilitaron sus palabras.

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De cara al asunto con Shire y el mono que servía como lazo con los Woodview, Nyagara escuchó tanto a la capitana como a la cánida, sin embargo en su caso la acrógata se mostró un tanto pensativa. — No sé si sea bueno o malo, Wan-chan, pero cuando estábamos en el circo, el dueño una vez me dijo que ver la lunya llenya podría “lastimarnos” — tras unos instantes así, por fin contestó, sin embargo terminó por encogerse de hombros ya que no tenía pruebas sólidas para apoyar eso, y encima estaba el asunto de que el tal dueño no era precisamente alguien en quien se pudiera confiar.

Miró entonces a quien daba nombre a la tripulación y le dedicó una sonrisa gatuna. — Gracias por tu esfuerzo, capitanya; cuando quieras intentar ver lo de la lunya, estaremos allí contigo — también prometió, lo que bien podría quitarle mucha importancia a su duda anterior…

Tras escuchar a Ryuta la mink albina estaba por contestarle, no obstante notó en su compañera cierta inquietud y esa típica mirada que le dedicaba cuando quería decir o hacer algo, por lo que no dudó en asentirle de manera que Wanta supiera que tenía su permiso.

Ahora bien, pese a que el actuar de la perrita le causó ternura en un primer momento, conforme avanzaba esta en su crónica e iba mostrando señales de sus traumas, Nyagara se fue poniendo más y más seria, erizada por recordar también. En cualquier caso se apresuró a poner su mano sobre la espalda de la canina a fin de recordarle que no estaba sola y que se encontraban ya lejos de ese horrible lugar, además así la gata también buscó la calidez ajena; huelga decir que para cuando Wanta buscó sus brazos, la acróbata ni dudó en estrecharla. — No volveremos a ese lugar horrible, Wan-chan, sin importar nyada… — además le dijo en voz baja, aunque lejos de para ocultarlo de Ryuta era porque en ese momento sentía que si hablaba más fuerte sus palabras se quebrarían.

— Básicamente es lo que Wan-chan dice: no importa si el camino delante de nosotras da miedo o es muy difícil… hay cosas peores que lo incierto, cosas contra las que resulta más complicado luchar y no porque sean imposibles de vencer, sino por los horrores que traen… — mientras hablaba sus ojos vidriosos pero serios podrían sugerir a lo que se refería, o quizás no — Por eso no es que queramos o no hacernos más fuertes, sino que es la únyaca opción que tenemos para evitar que nuestro escape haya sido en vano; eso en el medio artístico vendría siendo “crecer o desaparecer” — finalmente aseguró con fuerte determinación a la par que su mirada se posaba fija y penetrante sobre los ojos amarillos de Ryuta.

Ya en cuanto al tema de las espadas Nyagara se mostró tan confundida como su compañera, aunque no tardó en agregar: — No te preocupes, mis armas están aquí — para ello mostrando las garras al cocinero, aunque su cola se movió de forma peculiar. — ¿Qué tiene la espada de color violeta? — preguntó curiosa un poco después, empero (y por suerte) no tardó en aceptar la curiosa petición de llamado guardián.

— ¡A mí el postre me encantó!, ¿cómo se llama?, ¿tienes más? — respecto a lo que acababa de comer, ya que vio a Wanta hacerlo también, la gata retomó sus ánimos y hasta demostró de forma un poco más clara su naturaleza glotona y hasta cierto punto inocente. — ¿¡Siempre comen cosas tan deliciosas!? —

Samy escuchó atenta sin decir una palabra hasta que escuchó sobre la relación entre la Marina y la destrucción de tu pueblo, momento en que el arma en su mano cayó al suelo y golpeó con fuerza uno de lo palos del barco, su sombrero cubriendo su expresión exacta, pero por lo tensa que se veía, en definitiva debía estar enojada.

-Hacer experimentos con civiles, destruir con un pueblo, acabando con todas esas familias. Esas son más razones para que la Marina caiga -Samy volteó a verte con ira en su mirada y sus brazos temblando, tal vez por sus heridas, o quizás por lo que sentía en ese momento-. Lo que sea que hayan hecho, no vale el sacrificio de gente. Pero ellos creen que sí, creen que los marinos que mueren no son padres, no son hermanos, que no son, humanos, sino piezas descartables -Levantó su arma del suelo y la guardó en la funda de su cinturón-. Admito que nada de esto me suena, ya tengo un objetivo que investigar -Lanzó un pequeño carcol en tu dirección, se trataba de una especie de den den mushi, solo que el transmisor y bocina en su concha se veía construido de manera poco profesional, con partes de metal doblado en varias direcciones-. No puede ser rastreado. Pero lo malo es que solo se puede usar una vez, después de eso, el dispositivo se destruye y la caracola escapa. Voy a buscar la información que pueda, y cuando tú tengas información sobre eso, quiero que lo uses. Conecta directamente con mi den den mushi, entonces podremos intercambiar toda la información que hemos encontrado -Volteó a verte, ahora más seria que furiosa, para después mostrar una media sonrisa y extender la mano hacia ti, como para cerrar una acuerdo-. No dejaremos que esos malditos se salgan con la suya. La verdad será revelada y tu pueblo vengado.
 

El fornido gyojin asintió positivo hacia Wanta, aunque el hecho de que la mink le rodeara con el brazo lo tomó por sorpresa. Sin embargo, no se iba a negar a un abrazo, menos cuando quería uno desde hace un buen tiempo, tal vez por eso, cuando se agachó para corresponder el gesto, se mostró bastante efusivo, estrechando a Wanta y de paso también a Nyagara usando tal vez un poco más de fuerza de la que debería mientras las abrazaba alegre y uno que otro crujido sonaba en sus compañeras peludas. Momento en que la gata notó muy de cerca un aroma exquisito, del tipo de exquisito que se sirve con pimienta, salsa tártara y papas a un lado.

Daiki no podía verse más feliz, excepto cuando escuchó lo que la mink perro le susurro, lo que hizo que dejara atrás su sonrisa, y que fuera reemplazada por una sonrisa aún más grande. -¡¿Un...?! ¡Wanta eres una genio! -gritó cargado de emoción, hasta que él mismo puso ambas manos en su boca dándose cuenta de su error y en adelante también bajaría el volumen de su voz-. ¡Eres una genio! ¿O genia? Como sea, ¡es una gran idea! Claro que me uno -Volteó a ver eufórico a las dos artistas mink-. ¡Va a ser un show tan grande que hasta los peces y gaviotas van a festejar! -Alzó su puño hacia arriba con energía, sin duda emocionado por el plan propuesto.

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Shire entregó la estatuilla de vuelta a las mink revelando la información sobre su importancia y sobre un extraño misterio que involucraba a la Luna, hecho que se relacionaba con ellas de cierta forma dudosa, pero igual se mostraron curiosas ante la oportunidad de develar los secretos del Mono de Jade.

.-No lo conozco, capitana.-le dije a Shire al preguntarnos por el hombre llamado Otekko Kotohime:-Si tiene esa recompensa seguro que es un tipo peligroso. Estás seguro de que quieres conocerlo Ryuta?-le pregunté al cocinero, comentando lo que acababa de decir él.

.-Creo que va siendo hora de ir a enterrar lo que hemos dicho. Daiki necesito unos brazos fuertes, me echas una mano?-dije mientras veía que el gyojin estaba enfrascado en una conversación con las Mink sobre hacer un circo o algo así. De mientras empezaba a buscar una caja para guardar lo decidido, guantes magnéticos y la información. 

Moví una mano haciendo un leve gesto para dejar claro a Wanta que no había ningún problema por llevarme la contraria, ellas sabían que ocurría en ese circo, yo solo hacía especulaciones al respecto con lo poco que sabía, al igual que sobre el Grand Line y es que aunque a veces no lo pareciera era alguien en realidad no muy conocedor sobre el mundo, alguien idealista, ingenuo y desconocedor de las atrocidades que ocurrían a diario. Y por eso mismo por debajo de la mesa apreté con fuerza uno de mis muslos para poder disimular la ira mientras la mink me contaba lo que le hacían en aquel lugar sobretodo me costo escuchar la quebrada voz de Nya al final- De acuerdo, quería asegurarme de que no os arrepintieseis sobre la decisión que vais a tomar... De todas formas sabéis que podéis siempre pedirnos ayuda a cualquier de la banda. Para eso estamos, a mi lo único que se me da bien es cocinar y pelear pero aún así siempre estaré dispuesto a ayudaros con cualquier cosa que haga falta -le puse una mano en la cabeza a cada una para ofrecerles una caricia dejando del tema del circo y el Grand Line atrás

Por otro lado ambas accedieron a mi petición sobre no tocar a Kitetsu bajo ninguna razón aunque fue solo Nya quien pregunto al respecto, esperable- Esa espada esta maldita... -respondí como si no tuviera importancia- Cada vez que la uso noto como si me pidiera derramar sangre, incluida la mía -mire unos segundos a la espada que descansaba entre las demás como si no pasara absolutamente nada con ella

Me puse en pie mientras Wanta se disculpaba y comía el helado que les había preparado- No te preocupes, tampoco hace falta que os disculpéis. Con que disfrutéis mi comida es mas que suficiente -ya estaba Nya preguntando y pidiendo si había hecho mas- No tiene nombre, son simples helados que he personalizado para cada uno ¿y ya tienes hambre otra vez? Si nos hemos dado un banquete antes -comenté con casi una carcajada- Siempre que esté en la cocina me gusta pensar que si, pero deberías preguntar al resto sobre que les parece mi comida... Aún no se ha quejado nadie.*

Edward no podía estar más sorpendido, no se esperba para nada que Samy ofreciera su ayuda de esa manera, por desgracia no tenía más información de la que había visto en los documentos.

De verdad te agradezco la ayuda y gracias por el den den mushi, espero encontrar respuestas en el futuro, y como bien dices no podemos dejar a esa basura que sogan hacendo lo que quieran, si ya hicieron eso a mi aldea, no quiero imaginar cuantos pueblos han pasado por eso mismo solo por la avaricia y arrogancia de La Marina y el Gobierno Mundial- dicho eso Edward se acercó a Samy y le tendió la mano en señal de cerrar el trato y de agradecimiento.

Ahora era momento de preparar la reunión con las demás tripulaciones que habían estado en el asalto de la base militar y seguramente la reunión no iba a ser muy amigable ni pacífica.

Estar entre los brazos de ambos circenses que estaban apoyando tanto la causa que buscabamos encontrar Nyagara y yo, me hizo motivarme mas y dejar la parte triste de lado al darles ese abrazo. - B-bueno... A-aunque no haga f-falta, yo queriwan darlas. E-es mi forma de ser - y es que al contrario que mi alocada compañera gatuna, mi parte estaba más enfocada a la educacion y al presentar buenas palabras, sino no seria Barda

Y aunque mi fuerte fueran las palabras, Nyagara apoyo mi idea describiendo todo el show, lo que si me erizo fue el grito que pego Daiki halagandome por la idea, lo cual me dejo asombrada y con las orejas bajadas por el sobresalto inicial

Por suerte bajo el tono - E-es u-una genio - quise corregirle para bien - P-pero ademas de planearlo, hay que pedirle permiso a la capiwana ¿Vale? Aunque para el resto sea una sorpresa, wan

Tras decir aquello mi compañera gatuna me acaricio la cabeza ante lo cual mi cola empezo a agitarse a mas no poder, pero justo al escuchar sus palabras enrojeci - B-bueno... E-es que... Q-quiero s-ser u-útil para t-todos - asegure con una tonta sonrisa estremeciendome aun por la caricia

Ya con Shire todo cambio de enfoque pues se empezo a hablar del mono y con ello de lo bueno o bonito desde mi punto de vista hasta lo malo segun nuestro antiguo dueño. Esto último me hizo bajar las orejas - Yo no quiero que salgas lastimada Nya-wan... Pero verlo a traves del mono no es ver la luna ¿No wan?

Ya despues de hablar del asunto mire a mi compañera con algo de complicidad - Capiwana, tenemos a-algo que preguntarte... Wan... - y ahi me quede mas timida y retraida mirando a Nyagara esperando que ella pidiera permiso sin tanto corte

Por mi parte empece a abrazar muy fuerte a Nyagara, buscando por un momento evadirme de dicha realidad enterrandome asi entre su pelaje. Por suerte mi compañera sabia calmarme y mientras lo hacía seguia explicandole a Ryota todo, hasta que al final el mismo cedio al entenderlo todo.

Simplemente tras ello agradecí como si fuera lo mas importante del mundo para mi, a fin de cuentas nos estaban cediendo ayuda altruistamente, sin pensar en nada mas. - Gracias, wan. Muchas gracias - y realmente estaria muy agradecida

El tema de la espada lo deje de lado, no es que lo ignorara, simplemente me daba demasiado miedo si quiera mentarla y eso pudo notarse en mi pelaje erizado

Pero por suerte el cocinero pasó a otro tema, uno que hubiese deseado que no hubiera sacado, aunque siendo justos empezo mi gatuna compañera - Nya-wan t-tiene un apetito insaciable. Le ruego que l-la perdone si se sobrepasa, wan. - por lo menos tendria una buena catadora si la necesitaba - Y le a-agradezco mucho que c-cocine p-para todos w-wan bien - y cordialmente le sonrei dandole las gracias por su trabajo. Para justo despues ser acariciada por su mano y empezar mi cola a agitarse de felicidad y mi cara mostrar una sonrisa

Ya que el antojable Daiki parecía requerido para otra cosa y que sin él no podrían seguir planeando mucho más, Nyagara dejó de lado su hambre para seguir achuchando a Wanta que cuando se ponía nerviosita resultaba más adorable. Sin darse cuenta la mink gatuna incluso comenzó a ronronear sobre la cabeza de su compañera, y de paso la envolvió con su cola también.

— Llevar a cabo tu idea será genial, pero recuerda, no eres unya cosa ni unya herramienta, así que está bien si actúas por gusto o por vocación, pero no solo intentando ser útil —  aprovechó también para susurrarle directo a una de sus orejas — Apenyas podamos hablaremos con la capitanya… —

*****

Ante la mandamás del Sakkaku la gata albina palmeó a su compañera de vida y escenario una vez más, impulsada a ello por la preocupación que demostró tener la perrita. — Nyada ni nyadie nos lastimará, Wan-chan, pero ahora que lo dices quizás y no sea peligroso ver la lunya a través del mono — dijo con peculiar emoción y no menos curiosidad. Ya luego cuando su cómplice dio pie a la pregunta, Nyagara asintió y avanzó solo un pasito para destacar.

— Queríamos saber si para agradecerles que nos dejaran unirnos y también por toda la ayuda que nos han ofrecido, podríamos hacer un espectáculo de circo junto con Nyaiki; es lo que mejor sabemos hacer, ¡y nos esforzaremos para que resulte divertido! — llena de ilusión externó a la par que tiraba suavemente de Wanta para quedar lado a lado, de ese modo la “acrógata” pretendía reforzar sus palabras de cara a su nueva jefa.

Nyagara se estremeció al tener la mano del cocinero encima, pues estaba acostumbrada a consentir de esa forma a Wanta pero se le hacía extraño que alguien aplicara lo mismo con ella. Aun así sería mentira decir que no le gustó la sensación, ya que además de recuperar su sonrisa la felina movió sus orejotas de manera peculiar.

— Gracias Ryuta — obviamente ella también aprovechó para extender su gratitud ya que pocas veces en su vida había recibido ofertas de ayuda de manera tan interesada, claro que esto sin contar a su compañera, pero es que la canina era especial. — Y lo mismo va de mi parte — miró a Wanta — Bueno, de nuestra parte, al fin y al cabo si seremos amigos lo normal es ayudarnos, nya ja ja — aseguró.

— Waoh, ¿¡la espada te habla!? Yo solo había visto marionyatas que hablan a veces, ¡suena genyal! —pese a la ominosa advertencia del cocinero ella miró una segunda vez a la dichosa Kitetsu, ahora con curiosidad que se reflejaba en sus ojos rojos, sin embargo tampoco era tan traviesa como para tocar cosas ajenas, además al darse cuenta de los nervios de su compañera primero que nada debía calmarla con caricias y otros mimitos.

— ¡N-no es tan insaciable, Wan-chan! — avergonzada “reclamó” — Es solo que normalmente utilizo mucha enyargía y necesito reponyarla, encima la comida aquí sabe muy rica… — pese a su argumento la chica comenzó a babear solo de pensar en pescados cocinados de distintas maneras y hasta crudos, o en el helado que acababa de probar. — ¡No me sorprende! — acto seguido le dijo al cocinero — Es como si hicieras arte en la cocinya, es especial; si por usar espadas te llaman demonio, tu comida debe ser la tentación que usas — inclusive bromeó.

Me mostré algo confusa por lo reticentes que eran a exponerse a la luna llena, no podía pensar en otra opción que no fuese que su antiguo dueño quisiera asustarlas para tenerlas controladas, aun así me encogí de hombros y dejé en sus manos la elección - No tenéis porque mirar a la luna directamente, lo interesante será lo que refleje en el suelo la estatuilla. Aun queda tiempo hasta la próxima luna llena, así que podéis pensarlo con calma.

Las mink cambiaron completamente de tema y Nyagara hizo una petición que Wanta no se atrevía a decir. Sonreí hacia ambas y asentí. - Por supuesto, estoy segura de que a todos les encantará vuestra iniciativa, y después de lo de Salty Mine nos vendrá bien a todos para relajarnos. Si puedo ayudar en algo no dudéis en decírmelo.

Negué ante las palabras de Ladovia subestimando el estado en el que se encontraba. - No dudo que puedas levantarte, es solo que no debes si quieres recuperarte rápido, y que Lux no te de otro cabezazo, claro.- Bromeé siguiendo con su referencia. Su pregunta me pilló por sorpresa pues no sabía a que se refería - ¿Cómo estoy yo? ¿A que te refieres? Eres tú la que apenas podía contenerse mientras investigábamos la base y la que más perseguía ese momento. Deberías centrarte más en ti y pensar menos en los demás.- Detrás de mis palabras había una sutil petición para que de verdad dejase de sentir ninguna obligación por la que llevar su cuerpo hasta esos extremos.

-Si podemos detenerlos una vez, salvar a un pueblo de sus malditas corrupciones, si podemos arrebatarle la oportunidad de cobrar otra vida inocente de entre las manos, con eso me conformó -dijo Samy tomando gustosa tu mano, la mirada en sus ojos se veían enojada, pero del tipo de ira que motiva, porque también se le podía ver a la pirata sonreír.

La chica se dio la media vuelta, acomodando su tricornio. -Si puedes, mantén la vista sobre Lux. Sé que puede defenderse sola, pero los peligros en ese mar... allá hay muchas amenazas, así que nunca está de sobra. Y Edward -Samy acomodó su saco y su arma su pistolera-, cuídate tú también. Si esta tripulación va a sobrevivir la Grand Line, necesita toda la gente fuerte y confiable que pueda. 

-¡Señorito Edward! ¿Adivina? ¡Vamos a hacer un espectáculo! -Daiki se acercó a ti emocionado, pero luego se tapó la boca-. Ahora que recuerdo, eso era un secreto. Bueno, creo que ahora es tu secreto también -El gyojin rio un poco también-. Eres muy bueno con reparaciones, ¿pero también construyes cosas? Porque se me ocurre una tarima o tal vez un escenario para hacer el espectáculo y...

Para cuando te diste cuenta, Samy ya se había marchado. Probablemente por lo secreto que debía ser todo el asunto que discutían, o tal vez solo no le gustaban las despedidas.

La joven Ladovia postrada no pudo evitar soltar una risa. -Eso es algo que no quiero volver a recibir. En lugar de la llave, debería repartir cabezazos -dijo todavía en tono de broma hasta que la conversación se tornó menos cómica-. Tú eres la más importante, Shire. Ya lo dije, voy conseguirte la Caja y -decía la pirata hasta que esa última frase que dijiste la calló de inmediato, bajando la cabeza.

Ladovia se recostó en la cama volviendo su vista al techo. -Shire, hay una cosa que... por favor, escucha lo que voy a decir -Su tono de voz sonaba inseguro, como si estuviera nerviosa-. Hablé con Alvert y... he decidido quedarme así. En esta forma -Hablo en voz baja, siempre con la vista hacia arriba-. Grey Terminal. ¿Lo conoces? La vida allá es suciedad, chatarra y sangre. Muchas veces mezcladas. En ese lugar solo hay una cosa que puedes hacer, sobrevivir. El poco tiempo que encontraba para dormir en los espacios más reducidos y ocultos, siempre estaba alerta, lista para matar o morir, yo... hice muchas cosas que no me enorgullecen -La chica apretó los dientes con fuerza para luego soltar un gran suspiro-. Me veía así como ahora, de esta edad, cuando Elias me rescató de todo eso. Él me aceptó en su tripulación con los brazos abiertos. Todos ellos lo hicieron. Y desde ahí, solo tuve un objetivo en mente, protegerlos. Dediqué mi vida a cada uno de ellos, y al sueño del único hombre que he amado. Tenía que hacerme fuerte, implacable, sentía que no podía ni siquiera ser una mujer. No si quería ser temida y respetada, si quería sobrevivir en los mares para poder protegerlos -Apretó fuerte su mano causando algunas grietas en el yeso, pero pronto cesó-. Y ahora, sin ellos, solo estoy yo. Pero... creo que estuve tanto tiempo buscando sobrevivir, que me olvidé de vivir. Cuidé tanto a otros que no me cuidé a mí misma -Una sonrisa triste se dibujó en el rostro de la chica-. Yo sé que probablemente no sabes de qué hablo. Eres hermosa y una señorita, seguro no tuviste la clase de vida que escogí. Y yo nunca me he puesto un vestido -Cerró los ojos claramente apenada-... pero a veces me gustaría -dijo en voz apenas audible como si decir eso fuera un pecado-. Lo que quiero decir es que, tengo otra oportunidad así, y tengo un objetivo, no sé como empezar, no estoy segura si aún puedo hacerlo, pero quiero -Cerró los ojos con fuerza sus labios temblando-... quiero aprender a vivir.

-Sí, sí, claro, entiendo -El gyojin asintió a lo dicho por Wanta, pero luego escuchó la voz de la navegante hablarle-. ¡Claro que sí, Señorita Lux! -Daiki se vio más que dispuesto a ayudar  con lo de mover lo que sería el botín que dejarían ahí para los de la alianza. 

Buscando entre las cosas de la bodega, Lux no tardó en encontrar una vieja caja en la bodega, probablemente para llevar la pesca, de los pocos vestigios que aún quedaban del pasado del Sakkaku. La caja no estaba en las mejores condiciones, pero seguro podría mantenerse unida el tiempo suficiente para que dentro de unos días fueran a recogerla. 

Con la decisión ya tomada respecto a lo que sería dejado, procedieron a colocar los guantes magnéticos con su mochila y cristales de sal que cargaba Shire, además de los archivos de información clasificada, como lo referente al Proyecto Helios mencionado por Alvert, y dos carpetas carpetas rojas, una de ellas conteniendo los datos de los ocurrido en Shell, donde había ocurrido la caída de los piratas de Elias.

Apenas se encargaran de cerrar la caja, Daiki tomaría el recipiente de madera y bajaría del barco para dirigirse tierra adentro en la isla y enterrar el tesoro que debía ser la recompensa por la invasión para los que participaron en el ataque a Salty Mine. Con suerte, librándolos de cualquier represalia de piratas defraudados.