Partida Rol por web

— P-pero es que… — Nyagara iba a responder a la capitana, todavía erizada y con las garras de fuera, cuando pensó que igual y no era lo mejor en ese momento ya que estaba muy alterada. — Vale… — así que simplemente agregó sin dejar de abrazar a Wanta.

*****

Más adelante la confesión de Shire resultó tan inesperada para la mink que mientras escuchaba a la capitana hablando, Nyagara se quedó boquiabierta. Ella jamás habría pensado que podía existir una persona capaz de hacer algo como eso, y menos una isla llena de estas, sin embargo lo más impresionante para la gata resultó ser la determinación de la que estaba contando la historia.

Como junto a Wanta era de las nuevas incorporaciones y quizás de quien menos idea tenía sobre el resto, casos como el ya comentado por Lux, el sueño de Samy y ahora los motivos de Shire sin duda se le antojaron intimidantes en la misma medida que inspiradores. Todos allí buscaban una forma de libertad, al fin y al cabo, y parecían dispuestos lo suficiente a lucha por ella como para que la oyente se tambaleara por cobardía.

Sumado lo anterior al asunto de la recompensa, la albina miró a su compañera perruna como si le estuviera haciendo una pregunta muda y luego le sonrió. Ya para entonces no estaba erizada ni tan nerviosa, pero sí se veía mucho más solemne en comparación a su travieso semblante común.

— No tiene mucho que nos aceptaste, malo sería salir corriendo ante los primeros problemas, ¿no? — solo entonces sonrió ya de cara a todos. — Wan-chan y yo también somos buscadas, aunque no luchamos contra el gobierno ni nyada así… es solo que… — mientras hablaba Nyagara fue bajando la cabeza y comenzó a temblar un poco, no por miedo sino por enojo, solo de recordar todo por lo que habían pasado. Desde esa posición volvió a buscar apoyo moral en la canina, aquella a la que había jurado proteger.

— Antes vivíamos en un circo como parte de las atracciones, no éramos más que objetos para la mayoría de ahí, y nos usaron haciéndonos pensar que eso era normal; los maltratos eran cosa del diario, incluso el miedo a que nos pasara algo peor si no hacíamos dinero… hasta que fue imposible aguantar más y la preocupación por nuestro futuro superó al miedo por el presente — confesó para quien la quisiera escuchar. — Ese día Wan-chan y yo escapamos de esa gente, pero pronto descubrimos que su influencia llegaba más lejos de lo que pensamos, y aunque hasta el momento nunca nos han atrapado, no podemos vivir tranquilas, p-por eso comenzamos a trabajar con los señores piratas, así conseguiríamos dinero para comprar seguridad, ¿pero hasta cuándo? —

Tras encogerse de hombros Nyagara se sentó de forma gatuna al lado de su compañera musical, viendo pues a la capitana del Sakkaku, pero luego pasando su mirada por cada uno de los otros allí presentes — Riesgos ya tenemos, así que no hay problema con asumir otros si es al lado de gente valiente y fuerte, pero no se preocupen, nosotras también sabemos pelear… además, debemos encontrar a Kironyaki, ¿verdad Wan-chan? — al final terminó por confirmar su estadía allí de manera peculiar, pero ya que no podía ni quería hablar por la canina, la gata hizo esa pregunta.

Todos allí tenían sus problemas, por lo visto, unos más comprensibles que otros, sin embargo allí se sentía una atmósfera distinta, invitante.

Poco después Nyagara se iría hacia la cocina al ser llamadas ella y su compañera por el denominado guardián...

— ¿Qué sucede? — dijo al pasar por la puerta de la cocina, esto con cuidado pues ya habiendo liberado su pesadez atrás, ahora lo único que poblaba la mente de Nyagara era el sabor de los trozos de pescado que había robado antes. Desconocía si el cocinero las llamó para eso, pero eso no impidió que la gata se asegurara de caminar tratando de aparentar inocencia.

Obviamente durante el trayecto miró más de una vez a Wanta de reojo, casi rogando porque su compañera no se pusiera en extremo nerviosa. Si hacía falta incluso la tomaría de la mano para darle "apoyo moral"...

.-Espera Alvert...-dije mientras me acercaba al pequeño granjero:-No te vayas. No te agradecí que lo que hiciste aquél dia contra Sadler pude despedirme de Nanashi y ninguno de nosotros te culpa por no poder hacer nada por él ni por Leo. Yo fui una tonta y en aquél momento me dieron otra noticia y no pude decirte lo que te estoy diciendo ahora.-le expliqué a Alvert, y cada vez que hablaba un tono de melancolía invadía mis palabras:-Eres un buen nakama y un buen amigo y siempre te estaré agradecida por lo que hiciste y lo que has hecho hasta hoy.-añadí a continuación y dejé una pausa dramática antes de terminar diciendo:-No quiero volver a perder a otro amigo.-y abracé al pequeño granjero para que sintiera que todo lo que le decía era verdad. 

Tenías ese archivo en la mano. Ese que Alvert había conseguido de entre el mar de archiveros y cajas que había en los cuarteles de la marina, y que parecía haber interesado a Edward particularmente, pero ahora era tu oportunidad para averiguar que contenidos tenía este archivo que parecía ser tan secreto. Uno con el ominoso nombre de "Proyecto Helios." Esta contenía datos sobre el trabajo en secreto realizado por gente de una pequeña aldea en el North Blue. Todo indicaba a que se estaba desarrollando una alternativa en máquinas de guerra, algo que se trabajaba en paralelo a un trabajo denominado "Proyecto PX." Ninguno de los dos te sonaba así que debían ser materia muy secreta, y como para que no hubieran pasado antes por tus manos con los documentos a censurar, era probable que esos proyectos todavía siguieran activos.

El archivo contenía muchas páginas técnicas. Pruebas de laboratorio, resultados de literatura científica, en general, mucha jerga técnica de materias complicadas, hasta que llegaste a una parte del archivo con las autoridades, un grupo denominado como la "Unidad Científica," y al dar vuelta a la hoja pudiste ver... líneas negras. Montones y montones de ellas sobre el papel, censurando lo que podías adivinar eran nombres y lugares. Parecía que si querías averiguar más sobre esto, tendrías que buscar entre las evidencias físicas relacionadas con el Proyecto. Sin embargo, entre los nombres cubiertos, había uno que no había sido censurado de manera correcta, así que se podía leer parcialmente. Se trataba de alguien que mencionaban como un consultor especialista del Proyecto Helios, el nombre parecía ser "Xéma Veritas." No podías decirlo con seguridad, pero ese nombre te sonaba de algo, recordabas algunos textos de arqueología donde se le mencionaba, pero sin un contexto específico.

No eran detalles muy esclarecedores, pero no era la única pieza que tenías para estudiar, pues Nyagara había terminado por dejarte la estatuilla para que la examinaras, y a todas luces parecía una pieza normal. Hecha de buen jade, marcas hechas por las de una civilización antigua, pero era difícil identificar cual. Si acaso eso era lo extraño, y es que parecía tener detalles de más de una civilización, pero además del valor histórico y monetario por el material del que estaba hecho, no sonaba como un objeto digno de ser tan codiciado como podían sugerir, o eso fue hasta que examinando el objeto en la noche un rayo de luz de Luna pasó a través de la figura proyectando algo extraño en el suelo, había símbolos borrosos, que reconocías debían ser palabras en una lengua muerta, pero con la baja claridad, no podías leerlas. además algo que parecían trazos, como de un dibujo también estaban plasmados. Debía ser un estímulo muy específico, porque este efecto no ocurría ante la luz de una vela, y ni siquiera la luz de sol, solo este haz de luna, solo podías figurarte que tal vez en el ángulo correcto, y con una luz de luna suficientemente intensa podrías tener mejores resultados, pero aún faltaban unas cuantas semanas para la Luna llena.

Samy sonrió ante el comentario sobre arma. -Claro, sobretodo con lo que costó llegar ahí y acabar con esos condenados marines -La chica parecía entretenida limpiando su arma antes de que te mostraras un poco alterado, momento en el que ella también se vio seria-. No leí nada de eso. No soy de las que espían y se leen todo cuando no es necesario -Volvió a juntas las partes de su arma y procedió a enfundarla-. Solo digo que he visto esa mirada en do tipos de hombres, los que tienen problemas de bebida y los que tiene problemas con su pasado... y no veo ninguna bebida por aquí -dijo Samy señalando los alrededores-. Así que no se que sea, pero ese algo te está afectando. Y si me dices qué es podría -Hizo una mueca volteando hacia arriba por poco tiempo-, ¿tratar de ayudarte? Eso es lo que hacen los aliados, ¿no?

La mano de la chica frente a ti tembló un poco cuando tocaste las vendas en su palma, y esperó unos segundos, pero cuando no pasó nada, abrió los ojos, y te vio con expresión confundida hasta que su gesto se tornó más comprensivo entre más te oía hablar. 

Contando sobre tu historia, Ladovia se contagió con tu sonrisa, pero al igual que tú la hamedad en sus ojos no se desvanecía.
Ella se mostró sorprendida por las sabias palabras que te había dicho Departier una vez, pero lo siguiente que dijiste, hizo que el cuerpo de la chica temblara mientras apretaba la quijada y las lágrimas salieran sin que pudiera controlarlas más. Y aunque parecía querer bajar la mirada, voltear la cabeza, se forzó a mirar a los ojos, sus sentimientos desbordándose justo frente a ti. Excepto cuando lo mencionaste a él, momento en que miró hacia arriba, pero no precisamente al techo, y para cuando volvió la vista hacia ti, se veía confundida, asustada, preocupada, pero al final, lo único que salió de ella fue una corta risa. 

Ladovia extendió el brazo que antes te había ofrecido para inyectar, pero esta vez lo dirigió hacia ti y acarició tu mejilla con sus dedos, para en un rápido movimiento plantar un tierno beso en tu frente y darte un gran abrazo. -Prométeme que nunca vas a morir -Habló en voz muy baja, casi un susurro, y conteniendo sus sollozos-. Ahora que Elias se fue, el mundo necesita todos los grandes hombres que pueda conseguir -Apretó un poco más su abrazo y aunque dolía un poco, sentías que probablemente llevaba mucho tiempo sin dar un abrazo en el que mostrara tanto sus emociones-. Siempre te voy a estar agradecida... Alvert-chan.

La capitana dio su visto bueno para que el gyojin se uniera a la tripulación, y ciertamente este no pudo verse más feliz saltando de la euforia y causando que el piso temblara un poco a su descenso. Extendió los brazos queriendo abrazar a quien tuviera cerca, volteó a ver a Shire, pero era su superior ahora, así que rápidamente negó con la cabeza descartando la idea, luego se volteó hacia Lux y sus nuevas compañeras mink, pero estas ya estaban siendo abrazadas por Wanta. En un rápido vistazo, descartó también ir con los heridos, pero era probable que en la condición en la que estaban no pudieran contener un "abrazo gyojin," así que Daiki terminó yendo a la única persona disponible... si con disponible se refiere a un buzo apático que se aleja de todos, al cual corrió y rodeó con sus brazos, con tanta emoción y fuerza que se escuchó algo crujir en la espalda del hombre. Tras esto, procedió a hacer unos malabares más, esta vez con dos sables y dos cuchillos.

Y después que tratara el asunto de la estatuilla de mono con Nyagara, Shire recibió la repentina petición de la joven Ladovia de rodillas, par que luego Lux hiciera de las suyas para calmar a la agitada pirata que tanto descanso necesitaba. Fue entonces que la capitana ayudó a llevar a Ladovia a la enfermería, no sin antes recuperar el archivo que antes había querido leer.

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Mientras Wanta realizaba su práctica de bandolina, se vio contagiada con su propio ritmo y más motivada por el alegre baile de Nyagara, por lo que la primera subió el volumen de su música, lo cual se extendió a oídos más apartados. 
Rufa sacaba brillo a los cañones móviles al compás de las cuerdas que tocaba la mink, volviendo imposible que no moviera un poco el cuerpo siguiendo la melodía.
Incluso la chica buzo, Helena, quien estaba inmóvil, recargada en una pared, vio su dedo dar golpecitos a su brazo siguiendo el ritmo, probablemente de forma inconsciente.
El pequeño Drake también fue movido por la música, algo obvio por como movía la cabeza hacia adelante y hacia atrás mientras miraba al horizonte, sentado en la barandilla del barco.
Daiki se veía un tanto menos sutil que sus compañeros, bailando sin reparo, tomado como compañía de baile a un trapeador, dejándose llevar por el sonido de la bandolina mientras giraba con su mopa.

Pero el momento musical pasó a segundo plano cuando las noticias llegaron volando, de manera más que literal.

En su desbordante alegría, Ryuta había levantado a su capitana del suelo, solo para que después esta hiciera la amenaza silenciosa más fuerte que se podía. Y después de un breve intercambio de palabras, los eventos sucedieron uno tras otro, entre la confesión de Lux y la advertencia de Helena a las minks. Esto último despertando extremas reacciones de parte de las relacionadas.

Mientras Wanta palideció, sobrecogia por un horror puro, Nyagara por el contrario se mostró más a la ofensiva, sacando sus garras y esponjando su pelaje mientras se aferraba a la mink perro para resguardarla.

En tan tensos momentos, un golpe seco que hizo resonar el metal del casco de la buzo lleno el lugar. Se trataba de Shire quien llegó a aligerar el asunto, provocando que Helena empezara a marcharse. -Solo hablo de lo que creo -Sonó la tétrica voz a través de la escafandra, aunque no sonaba enojada. Acto seguido, se escucharon unos ligeros sonidos metálicos, como unos rechinidos, o eso parecía a simple vista, porque aquellos de fino oído como las mink, pudieron entender que era un murmullo-. Ese miedo. Nunca lo olviden, porque eso las salvará un día.

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Shire dio un anuncio ante la concurrencia presente en cubierta, pues lo había convocado porque en un cambio de perspectiva, había decidido sincerarse con su tripulación, incluso ofreciendo a quienes quisieran el retirarse, ante la noción de que ella era un objetivo buscado por la Marina, y teniendo todo ese conocimiento que se debía encubrir, probablemente sería un objetivo al que activamente acecharían para silenciar. 

La primera en reaccionar fue Lux, dando el ejemplo de las injusticias ocurridas con Nanashi, y subsecuentemente apoyando del todo a la capitana, rodeándola con los brazos y sacudiéndola como solo la navegante podía.

Rufa no tuvo mucha reacción solo mirando desde cierta distancia, sin embargo, le dedicó una sonrisa ligera a la capitana. Que aunque fue un sutil gesto, también manifestaba lo orgullosa que estaba de ella.

Edward también se mostró en favor de Shire, declarando que él tenías sus propios roces con los marinos, que incluso podrían ayudarle en cierta forma.

El mini médico se acercó a donde Shire y se encogió de hombros con actitud relajada. -Estaría mal de mi parte culparte cuando yo mismo abandoné a la Cipher Pol -Hizo un exagerado suspiro bajando la cabeza, pero cuando volteó a ver de nuevo a la capitana, tenía una sonrisa en el rostro-. Pero me alegra no ser el único con tanta mala leche con el Gobierno -Hizo un saludo militar-. Siempre a sus órdenes, capitana.

Ryuta se expresó a su propia manera, ya fuera para quitarle peso al asunto, o porque verdaderamente era su opinión que era mejor ser tan buscados.

Daiki pareció compartir los sentimientos del cocinero, porque abrazó a este último de lado con jovial sonrisa. -¡¿Verdad que sí?! ¡Te imaginas que todo el mundo se entere de nosotros! Nuestros nombres y caras en los diarios, mientras la Marina nos persigue como a Gold Roger o Shirohige -Soltó a Ryuta para hacer una animada señal de pulgar arriba hacia Shire-. Antes solo me alegraba haber entrado a la tripulación, ¡pero ahora estoy alegre y muy emocionado!

Alvert, por su parte, ofreció una solución para el anonimato de Shrie en forma de su poder de fruta, sin embargo, su efectividad podía estar limitada porque después de lo ocurrido en la base, todos estaban siendo buscados como tripulación. Tras esto, el granjero dio su propio aviso, su pelo dejando tal vez entrever que esto no era una decisión fácil, pero sí definitiva. Y era que iría por su propio camino apenas llegaran a su siguiente destino.

Daiki se vio un tanto confundido por el aviso de Alvert, principalmente rascando su cabeza con expresión incierta.

-Cada hombre en esta vida se forja su propio camino -dijo el pequeño Drake con un tono más pesado y serio del que se esperaría de un niño-. Y si tu camino te lleva lejos, te deseo la mejor de las suertes.

En ese momento, Rufa abandonó la cubierta para ir al interior del barco. Tal vez para descansar un poco de sus labores, o tal vez por alguna otra razón.

Nyagara parecía también estar de parte de su ahora capitana, pero también mostró un lado de ella que el resto de la tripulación desconocía, uno de una trágica historia que vivieron tanto ella como Wanta. Y al final también mostró como ahora no solo les había confiado la oscuridad vivida en su pasado a los presentes, sino sus esperanzas en el futuro. 

La actitud de Daiki había cambiado de un momento a otro, sus puños apretados con fuerza y todo su cuerpo tenso mientras lágrimas no dejaban de salir de sus ojos y tenía una expresión de ira. Algunas de las gotas escurriendo por sus mejillas terminaron salpicando la mano del gyojin haciendole salir de ese estado y rápidamente limpiando las lágrimas en su cara. -¡No estoy llorando! -Respondió a una pregunta que aún nadie había hecho. Cuando tuvo la cara limpia, el gyojin miró seriamente a las mink. -También crecí en un circo, pero Mamá siempre cuidó bien de mi. Claro, me regañaba, me castigaba dejándome en el cuarto de castigo o me dejaba sin comer cuando me portaba mal, pero siempre fue buena conmigo. Y no puedo creer lo horrible que puede ser ese circo -Golpeó su pecho con fuerza poniendo una mano en su corazón mientras vio a Nyagara y Wanta-. Pueden contar conmigo para lo que sea. La gente del circo tiene que permanecer unida -dijo con decisión mientras una lágrima solitaria se le escapaba del rabillo del ojo.

-Estas diciendo, que todo este tiempo fuiste un objetivo -Helena caminó por cubierta mientras se acercaba lentamente hacia Shire-. Que eras activamente un peligro para todo el que viajara contigo, no, para cualquiera que estuviera parado al lado tuyo -La seria voz casi espectral retumbaba desde dentro del casco-. ¿Y que aún así te arriesgaste a meterte en una base de la Marina? ¿Y para qué? ¿Para que unos obtuvieran información y vengar una muerte? -Helena llegó justo frente a Shire donde se detuvo-. Eso es lo más inconsciente e irresponsable que he visto en toda mi vida -Extendió la mano hacia la capitana como para estrechar manos en un respetuoso saludo-... y también es lo más valiente que he visto a alguien hacer. 

Cerca de Shire, quien ahora se encontraba rodeada de casi toda su tripulación, se pudo ver a Samy con una gran sonrisa, incluso riendo un poco. -Na jaja, Capitana Shire, que sepas que tienes a la mejor tripulación del East Blue -La pirata se quitó el sombrero ante Shire como muestra de respeto.

Hacía rato que terminamos de darnos un merecido festín con aquel pescado entre toda la banda y ya estaba atardeciendo así que como guinda me encontraba preparando unos pequeños postres para cada uno de la banda, no faltaba nadie por tener el suyo y cada uno era a medida para quien fuera dirigido... como por ejemplo el de Lux con extra de chocolate. Tenía puesto un delantal con un dibujo de osito en el centro del pecho mientras tranquilamente limpiaba los utensilios que había usado para cocinar. La voz de Nyagara preguntando me hizo girar la cabeza levemente hacia la puerta, las había estado esperando a ambas. En una esquina de la cocina cerca de la mesa central donde podían comer un buen número de personas, aunque ya se quedaba corta para tanta gente, de hecho fue allí mismo donde les señale a ambas con el pulgar- Tomad asiento... quiero hablar con las dos -les dije con calma, deje el delantal en un lado apartado, tomé dos de los postres que tenía listos para ponerlos en la mesa frente a cada una de ellas. Ambos eran helados en unos preciosos vasos de cristal, tenían un tono azulado que recordaba al mar, los acompañaban un barquillo para cada uno y unas pocas galletitas pequeñas con formas de peces, cuando los probaran podrían notar un sabor parecido al pescado que estaban acostumbradas pero infinitamente mas dulce y suave al paladar. El resto de postres los guarde para que no de derritieran mientras hablaba.

Tome asiento frente a ambas y las incité a probar los postres con una sonrisa, cuando lo hubieran hecho hable- ¿Sabéis donde os estáis metiendo? -eso era lo que me preocupaba- ¿Sois conscientes de los peligros que vamos a correr cuando entremos al Grand Line? Se que ambas tenéis la intención de protegeros mutuamente y no dudo de eso pero solo quiero asegurarme de que conocéis los peligros en los que os veréis envueltas por estar en este barco... -recordé la escena del barril- Lo ocurrido hoy no va a ser puntual, deberemos luchar con la marina muchas mas veces. Y cada vez será contra gente mas fuerte que antes...

El show habría de hacerse, como era obvio, y a Nyagara la asentí cuando mencionó de incluir al grandullón de Daiki, por supuesto.

Más adelante cuando ya nos enteramos de las recompensas y lo que significaba gracias a Helena y que luego mi propia compañera me abrazara para protegerme de aquella manera y declararlo como al mundo entero me hizo sentir mejor, aunque no por ello menos asustada. - Y-yo wambien te protegeré - así pues dije con el más fino hilo de voz que me quedaba en ese momento ante esa circunstancia.

Ya en su momento, Shire empezó a confesarnos algo y aunque pasó tiempo desde la noticia y estaba algo más calmada estaba algo asustada aún... No obstante su historia fue tan esclarecedora, como la de Lux... Ambas ni nos conocían pero habló a todos allí, en lugar de a los de su tripulación en exclusiva, para comentarles pues todo lo que tenían a sus espaldas.

Miré a Nyagara en ese momento para percatarme de que ella misma me estaba mirando también y de forma tan comprensiva como expresaban nuestras miradas, asentí de tal forma que me abracé a ella por lo que significaba lo que estaba a punto de contar.

No solo oirlo, sino vivirla y recordarla como ocurría muchas veces era lo que me daba más miedo. La vida fuera del circo era sin duda mil veces mejor y pensar que en cualquier momento aquella vida podría truncarse de cualquier manera y que le harían cosas malas a Nyagara, es lo que hizo que cerrara los ojos y bajara las orejas. - P-podemos a-ayudar en lo que sea, wan. Y w-wambien protegeremos. P-podemos protegernos y con ello p-protegeros a todos, wan - aclaré un poco para ver que no eramos una incorporación tan inutil - A-además, n-no dejariamos a u-una c-capiwana t-tan buena como esta d-de lado - y realcé un punto más importante, pues de no ser por ella estariamos en la estacada y a la espera de los del circo

Al ser llamadas por Ryota, fui junto a mi compañera felina en dirección de la cocina, durante una vez allí ya el propio cocinero nos invitó a entrar sentarnos. Sonaba tan mal aquellas frases que mirando a Nyagara bajé el tono de voz al más bajo posible - ¿Va a regañarnos? ¿Hemos hecho algo mal? - Era lo único que me preocupaba en ese momento, pensar que habiamos hecho algo mal y ser expulsados de la tripulación.

Por desgracia, la espera fue más larga de lo natural y que no s diera postre no me hizo confiar para nada. Cogí el mio y le di una olida de tal forma que casi parecía buscar veneno, laxante o similar. Por suerte no había nada allí que pudiera hacer desconfiar más de lo que mi rallada mente ya me estaba jugando como malas pasadas.

Al cabo de un rato por fin comenzó a hablar y mis orejas se tensaron mirando en su dirección. No pude creer que lo que quisiera hablarnos fuera algo tan simple como aquello. Miré a mi compañera como si buscara una respuesta en ella, pero al final salió la mia misma - Si nos quedamos quietas en una isla o en el east blue, wan, al final el circo nos acabará atrapando... Así que... e-el Grand Line es nuestro billete para tener la libertad que tanto ansiamos, wan... Me da igual el peligro, yo... n-no quiero volver a ser castigada, wan, ni que le hagan cosas malas a Nya-wan - y en ese momento ya bajé las orejas, al menos mientras Nyagara se explicase por su lado.

Ya cuando lo hiciese agregué - A-además... y-yo quiero b-buscar r-respuestas s-sobre... mi... Y solo las encontraré viajando, wan... creo - sin duda mi compañera gatuna sabría a lo que se refería, pero no el cocinero, por no decir que igual lo confundía mi gesto al agarrar mi arco.

       Y aunque ya estaba dando un par de pasos en la otra dirección, la voz de lux y su pronto tacto en forma de abrazo me hizo detenerme en el acto ... tanto para oírla como por que era algo difícil avanzar...

    _{P....pa...para mi tampoco es fácil... ¿ s...sabes ?} - musitaba solo para lux a la vez que se comenzaba a entrecortar mi voz- _{y...yo les quiero... a....a cada uno... c...con sus mañas, gusto y....y reacciones... p...pero... snifff...-} sintiendo como mis ojos comenzaba a ponerse borrosos - _{N...necesito h...hacerlo...  n...necesito esa respuesta.... solo así... s....sentiré q...que} - para mirar hacia donde Shire que igual en estos momentos estaba rodeada del resto - _{P...puedo mirarles.... y hacer la pregunta...}

   _{Cuidalos... y..y cuidate... -} para separarme un poco de Lux de manera que pudiera ver su rostro, mientras intentaba mantener una sonrisa - De todas maneras... -tomando un poco de aire mientras dejaba que mi fruta hiciera lo suyo para regular mis emociones a lo que mi pelo volvía a ser el mismo  - F...faltan un par de dias para que lleguemos a cualquier sitio, asi que nos van a seguir viendo a mi y a Ko-ko por un tiempo mas... anda... Lux, que ya le pediste a Ryuta que se pusiera con lo suyo.. - agitarme de manera lenta, pero de forma que pudiera porfin soltarme de Lux -Gracias... - y continuar con mi camino hacia adentro. 

Dejé encargado a Drake de que me avisase en cuanto Ladovia estuviese en condiciones de mantener una conversación, y en el momento que el médico creyó conveniente fui a la habitación donde descansaba. Llamé a la puerta dando dos suaves toques con los nudillos y sin esperar respuesta abrí la puerta solo lo suficiente para asomarme y comprobar que estaba despierta, solo tras asegurarme de eso entré y me coloqué junto a la cama en la que reposaba. - ¿Cómo estás? - Pregunté con voz suave como si la más mínima perturbación pudiese molestarla. La miré para evaluar su estado y como si hubiese tenido una revelación alcé un poco el brazo en señal de que no se moviera. - Ni se te ocurra volver a arrodillarte para decir tonterías.

Si bien Nyagara no podía dejar de estar seria en ese momento, escuchar las palabras de la canina entre sus brazos la hizo bajar su mirada hacia ella y dedicarle una fugaz sonrisa. La gata a veces lo olvidaba, pero Wanta no era más una cachorra indefensa por mucho que su corazón rebosara amabilidad y pureza, como ejemplo estaba la explosión que causó antes con sus precisos tiros. — Juntas somos más fuertes… — le dijo igual de bajito, pues.

Más o menos entonces fue que la capitana “reprendió” en cierta forma a la buzo, de paso dándoles un panorama menos fatalista. Cuanto más pasaban en el Sakkaku, la mink albina mejor iba comprendiendo porque Shire era la jefa, pues tenía un carisma peculiar. — E-está bien, gracias… — apenas pudo le contestó al tiempo que asentía, ya menos esponjada. Por otro lado a Helena le contestó: — Hemos vivido con ello desde que escapamos, Helenya, pero gracias a ti también por preocuparte — esto con sinceridad acompañada por un gesto serio.

*****

Luego de las confesiones de Lux, Shire, Alvert y ella, imperó cierto caos emocional sobre el barco; pues de un lado había algo de solemnidad y nervios por lo antes dicho, pero además casi en paralelo la emoción de otros como Ryuta y el enorme gyojin equilibraba la balanza, de paso generando cierta curiosidad al menos en la acrógata, ¿de verdad podía ser tan emocionante el hecho de que fueran buscados?

Debido a lo anterior, cuando el hombre pez cambió su sonrisa por unas lágrimas igual de intensas la gata se mostró un tanto sorprendida al menos hasta que escuchó la razón tras ello. — ¡Es la ley del circo! — reconoció Nyagara; — O al menos la que debería ser… — pero enseguida suspiró. Intercalando luego su mirada entre Wanta y Daiki la gata esbozó una sonrisa menos amplia que otras veces pero llena de calidez.

Mientras abrazaba a su compañera esta dejó clara su determinación, cosa que confirmó a Nyagara que había hecho lo correcto al confirmar que se quedarían. — Tienes razón Wan-chan, sin contar que ya no somos del circo, ¿verdad? Somos piratas… —  con esto pretendía apoyar definitivamente a la declaración de la perrita y al tiempo hacerle ver a Daiki que ahora los unía un vínculo más que solo haber crecido en el negocio del espectáculo: los tres eran compañeros entre ellos y también con el resto de los ahí presentes, de modo que la “ley del circo” se expandía para cooperar con todos y así protegerse mutuamente, ¡eran una tripulación!

Obviamente tras decir y pensar algo como eso, el asunto con Alvert se le antojó muy complicado a la mink, sin embargo por las palabras del chico parecía algo que venía de mucho antes, y encima que necesitaba. Quizás lo mejor era confiar en él, pues eso también era parte de ser compañeros…

Como indicó el cocinero la gata se sentó junto a Wanta, no hace falta decir que todavía expectante pues no lograba suponer las razones tras ese llamado. Viendo un poco mejor al cocinero incluso resultó curioso el contraste entre la naturaleza de guerrero que Nyagara ya le conocía por todo lo que se había dicho y la ternura que le causó a la mink el estampado del delantal.

— No lo sé, tal vez… — “sea por robarme el pescado”, iba a decir a la perrita en ese momento, pero ya que todavía no podía asegurarlo solo se encogió de hombros. Igual si veía que era para castigarlas no dudaría en reconocer que toda la culpa era suya…

Por otro lado a diferencia de la cánida, la gata miró muy sorprendida el postre que parecía una especie de pecera o trozo del mar, dulce que para ella olía delicioso y hasta la hizo babear mientras que en sus ojotes brillaba la emoción. Pese a los nervios Nyagara no podía evitar eso gracias a su naturaleza gatuna, misma que potenciaba su amor por el sabor a pescado. Incluso si Ryuta no les hubiera indicado que probaran los postres ella lo habría hecho, pero que el cocinero las invitara la impulsó más. Ya con la cuchara metida en la boca volteó a ver a Wanta al tiempo que se ruborizaba un poco, bajando sus orejas casi como si pidiera perdón por ser una glotona sin remedio.

Más allá de lo anterior la mirada hacia Wanta también fue de sorpresa gracias a las palabras del ajeno, por lo tanto esta vez no pudo darle una respuesta rápida.

— Wan-chan tiene razón; allá a donde vanyamos correremos peligro tarde o temprano, pues aun si una recompensa pública nos han estado buscando — suspiró — Si ese sitio “Grand Line” es tan grande y peligroso como dicen, igual y aumentan nuestras posibilidades de huir o escondernos, además, vale la penya enfrentrarse a cualquier riesgo si es para no regresar a esa vida… no quiero que volvamos a sentir que somos objetos, o a temer que si no damos ganyancias nos maten en cualquier momento… — mientras decía eso fue apretando su puño pero también erizándose un poco solo de recordar su pasado.

Era complicado hablar de ello, sin embargo Ryuta inspiraba seriedad y confianza. — Acompanyaré a Wan-chan y la protegeré sin importar nyada; puede que no lo parezca, pero como dije antes, sabemos luchar aunque sea para defendernos — aseguró una vez más. Escuchó luego el agregado de Wanta y a causa de ello sonrió de lado, acto seguido asintió, pero tomando en cuenta la advertencia final de Ryuta, Nyagara terminó por asumir un gesto serio.

— Si ese es el caso, entonces me volveré más fuerte también — y aseguró.

.-Que sepas que mientras estés aquí voy a hacer lo posible para convencerte de que te quedes.-le dije a Alvert mientras éste se iba hacia dentro del barco. Yo me quedé en cubierta y pude ver que Daiki y Helena hablaban con la capitana y Wanta y Nyagara hacían lo mismo entre ellas. Fui paseando por la cubierta revisando jarcias y cabestrantes:-Todos bien tensos. Llevanos a donde querramos, amigo mío.-le dije al barco mientras acariciaba la cubierta del barco. 

.-Capitana tenemos que empezar a decidir qué dejamos para las otras tripulaciones.-comenté mientras me acercaba a Shire.

Lux fue la primera en reaccionar a mis palabras lanzándose a mi con su efusividad característica, al igual que ocurrió con Ryuta con las recompensas traté de evitarlo pero la navegante fue más rápida y me vi atrapada entre sus brazos. Por mi cara de incomodidad se podía ver que no me acababa de acostumbrar a ese tipo de interacciones, pero posé mi mano sobre su cabeza de forma tranquila. - Gracias Lux, cuento contigo.- Tras ella fue Ryuta quien con tono sarcástico me confirmó lo que ya sabía, seguiría conmigo hasta el final. - En tu caso te hubiera metido a patadas en el barco aunque hubieses dicho que no.- Rematé con una sonrisa.

Todos los demás respondieron también de forma positiva, uno tras otro con una acogida que no esperaba. Por momentos casi me parecía que estaban hablando de una persona ajena a mi y no me creía merecedora de todas las palabras que estaba recibiendo. Antes de darme cuenta tenía los ojos vidriosos y a punto de desbordar, parpadeé rápidamente tratando de esconderlo. - Gracias a todos por confiar en mi, prometo no defraudaros.- Agaché la cabeza mientras hablaba dando más fuerza al agradecimiento.

De no ser por Alvert la tripulación estaría al completo, me acerqué al granjero después de que Lux le mostrase su disconformidad con la situación. - Ya te lo dije una vez, no quiero convencerte de nada y sé que soy la principal responsable de que no te sientas a gusto aquí, pero como ves todos quieren que te quedes.- Señalé con la cabeza a la navegante. - Si sigues creyendo que la mejor forma de recorrer tu camino es sin nosotros no te voy a detener, pero cuando te veas preparado te estaremos esperando con los brazos abiertos.- Me alejé del chico, no necesitaba ninguna respuesta, ya había dicho lo que tenía que decir.

Cambiando totalmente de tercio Lux sacó a colación el tema de la partición del tesoro. - Dejaremos los guantes magnéticos con los cristales de sal, además ya he leído todos los archivos que sacamos de la base y hay información valiosa, la escribiré en un papel y también lo dejaremos.- Miré a Ryuta, Lux, Drake y Alvert. -Entre los papeles había un informe de lo que ocurrió en Shell Town con información sobre todos vosotros, además de un cartel de "Se Busca" de un hombre que no había visto nunca. ¿Os suena?.- Les mostré un ya viejo cartel con el nombre de "Otekko Kotohime", en especial miré al cocinero mientras lo enseñaba, pues no solo compartían color de ojos si no que el apellido coincidía con el de los archivos que había leído. - Está bien si es algo de lo que no queréis hablar.

Mientras dejaba que viesen el cartel me acerqué a Wanta y Nyagara con la estatua de jade en la mano. - Es una pieza muy curiosa, reacciona a la luz de la luna, solo he podido ver fragmentos de lo que esconde pero creo que si se expone a la luz de la luna llena nos mostrará sus secretos.

Nuevamente me había sentido en la obligación de poner a prueba a los dos minks para asegurarme de que tenían la determinación necesaria con la que poder afrontar los peligros que tendríamos de aquí en adelante. Y de paso también había algo que tenía curiosidad por probar pero no sabía ellas serían las mas adecuadas por lo cual dude un momento...

- Ese circo del que habláis... os aseguro que no se puede comparar a lo que haya en el Grand Line pero si os vale de algo, mientras estéis en este barco, mientras estéis con nosotros jamás podrán poneros una sola mano encima sin antes pasar por todos los demás -si habían estado abusando de ellas dos para fines egoístas desde luego que no iba a dejarles "recuperarlas", es más probablemente ni siquiera les diera alguna clase de perdón si nuestros caminos se cruzaban incluso si no trataban de ir a por ellas- De todas formas solo quería que supierais que de ahora en adelante tendréis que aspirar a mas, todo aquel que entra en el Grand Line no lo puede abandonar, todos los que entran en el están obligados a seguir avanzando hasta llegar al final... pero incluso este mismo es solo una leyenda. Debéis crecer, fortaleceros y manteneros unidas para asegurar vuestra seguridad una vez estemos en el -mire hacia un lado de la sala, si seguían la trayectoria de mis ojos darían con mis espadas, todas ellas en una esquina de la habitación colocadas con cuidado contra la pared para que no se cayeran- Y otra cosa... ni se os ocurra tocar nunca la espada de color violeta, bajo ninguna razón -señalaba a una en concreto de todas mis espadas, la cual tenía la vaina del color en un tono oscuro mencionado junto a un patrón de cruz en el mango con el mismo tono, además de una sección azul brillante en el centro de ambas partes- No es una sensación agradable, así que si alguna ves tenéis que alcanzarme algún arma optad siempre por las otras espadas que tenga -no, desde luego ellas no eran las personas mas idóneas para tener la katana entre las manos por lo que mejor mantenerla alejada de ellas- Por cierto, Wanta no has probado aún el postre. Hice para toda la banda teniendo en cuenta vuestros gustos así que me sentaría mal si dejaras que se derritiera sin probarlo aunque sea... Al fin y al cabo soy cocinero y me gusta ver a la gente disfrutar con lo que cocino -comenté con una leve sonrisa y una mano en la nuca

Había aceptado el abrazo por parte de Daiki de muy buen grado mientras soñaba con lo que él mismo había planteado como un posible futuro- Y ser recordado como uno de los piratas mas importantes de toda una era, eso sin duda sería algo con lo que me sentiría feliz -incluso le había imitado un poco pasando mi brazo también por su costado, desde luego disfrutaba el tener a alguien con tanto entusiasmo por el tema como yo, a diferencia de con el habitual tono mas de "pesimismo" que tenían los demás por ser buscados.

Al rato Shire nos mostro un cartel de "Se Busca" el cual me resulto muy interesante por un hecho que no acababa de entender... ¿Porqué ese hombre tenía mi apellido? ¿Había algo que no sabía de mi propia familia?- No... No le conozco... -tenía una clara expresión de incomprensión al respecto, lo primero en que reparé fue el color de sus ojos, llevé una mano cerca de los míos, tenía mucho interés por descubrir quien era esa persona porque podía intuir que su conexión conmigo iba a ser mucho mas cercana de lo que podría imaginarme- Hasta donde yo se mi familia siempre habían sido cocineros en mi isla natal, pero por alguna razón parecían muy en desagrado con la idea de que me hiciera pirata. No se debía a un simple odio por ellos ya que eran una de las principales fuentes de ingreso... Tal vez este hombre tenga algo que ver con ello, tal vez sea un familiar del que habrían preferido olvidarse para siempre... Otekko... quiero conocerlo o al menos averiguar quien fue.

Hasta hace poco no tenía problemas con mi pasado, bueno no muchos- dijo con una sonrisa- pero aquellos documentos hablaban de mi pueblo natal, más concretamente de los que hacían allí y... de su destucción- esto último lo dijo bajando la mirada- al parecer hacían armas y demás experimentos en el pueblo, también algo que nombraron "Proyecto PX" o "La Unidad Científica", poco más había en los documentos- tras unos segundos en silencio volvió a decir- como ya he dicho hasta hace poco no sabía nada de eso, sobretodo que La Marina estaba involucrada en todo lo que pasó, no espero encontrar muchas repuestas, la marina sabe muy bien guardar sus secretos, pero me gustaría saber por que tuvieron que destruir y acabar con toda la aldea y saber su esos proyectos de verdad valían el sactrificio de toda la aldea- la ira de Edward aumentaba según iba diciendo las últimas palabras, y con lo último que dijo no pudo evitar subir el tono a uno un poco más agresivo.

Edward podía escuchar también a los demás, pero en este momento poco le podía importar lo que dijeran, al parecer tampoco parecía demasiado importante para la integridad del barco o de la tripulación.

Shire les había mostrado el cartel de "Se Busca". Uno de un peculiar nombre, Otekko Kotohime. El papel tenía una apariencia muy vieja y maltratada, y quien salía en la foto era un hombre de mediana edad con una expresión sádica en su siniestra sonrisa, y con unos inconfundibles ojos, tanto por que eran los que veías a diario en el espejo. El nombre, los ojos, parecían sugerir fuertemente un parentesco, pero era totalmente imposible. Desde siempre, el legado de tu familia había sido de restauranteros, una estirpe completamente ordinaria con no más logros que deliciosas salsas y postres. Tus padres te lo había dicho, y toda la gente tu isla sabía que esa era la verdad. Incluso ese teniente de la Marina, Venus, te había corroborado que tu familia nunca había sido relacionada con la piratería cuando trataba de convencerte de renunciar. Pero había un cartel ahí encerrando un misterio, algo que no podía ser... pero era. Tal vez la oposición tan fuerte que tu familia tenía contra que buscaras algo fuera de tu legado en la cocina tenía u propia historia...