Partida Rol por web

[Only War] Una vez más a la brecha I

El puesto 42

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30/07/2019, 14:22
Narrador

El puesto 42 era uno de los cuarteles de campo establecidos a lo largo de las líneas imperiales del asedio sobre la Ciudadela. Cubría una superfície de alrededor de dos kilómetros cuadrados, la mayor parte de la cual estaba ocupada por los almacenes de suministro y las habitiendas de campaña. Algunas instalaciones del puesto, incluido el hospital de campaña, se habían establecido en una antigua construcción medio derruida, una estructura de piedra de dos pisos, tan vieja y desgastada como la tierra sobre la que se había edificado.

Reunidos en el puesto 42 había pelotones y compañías de todos los regimeintos, aunque las rotaciones y cambios en los despliegues eran habituales, así como la ida y venida de vehículos de transporte y suministros. Varias naves de la clase Valkyrie descendían sobre dos plataformas de aterrizaje Skyshield situadas al oeste del puesto para descargar hombres, material o incluso soldados heridos que eran llevados en camillas al hospital cercano.

Los ingenieros del Munitorum habían techado la antigua construcción con planchas de blindaje prefabricado y reforzado las paredes con tablones y sacos de arena. En el extremo norte del edificio se encontraba el puesto de mando, en una zona ampliada gracias a varias telas de tiendas de campaña, entre las que habían erigido un par de mástiles de comunicación. Los cables de alimentación serpenteaban hacia la fila de generadores colocados en la parte posterior de la estructura. Allí, oficiales y suboficiales convergían para recibir órdenes desde el cuartel general, conversar, y disfrutar de un espacio alejado de la tropa.

El resto del lugar lo ocupaban la sala de clasificación prioritaria de heridos y la enfermería. Un fuerte olor a serrín y planchas de madera nuevas invadía el aire y casi ahogaba por completo el olor habitual de un hospital de campaña, aunque en aquellos momentos se trataba más de un punto de procesamiento, superficial y eficiente, donde se trataban heridas leves, infecciones y algunas enfermedades menores.

Lo restante del puesto no era más que el típico campamento de la Guardia Imperial. Las grandes estructuras prefabricadas albergaban los comedores, los almacenes y los talleres. Las habitiendas de la tropa estaba dispuestas en ordenadas hileras, así como los vehículos aparcados en filas. Los transportes rugían por las vías de acceso y los soldados se apresuraban arriba y abajo para cumplir las tareas encomendadas o practicaban en los campos de entrenamiento. El lugar olía a comida recién hecha, al desinfectante de unas letrinas limpias y al sudor de los soldados.

Olía a la vida en la Guardia Imperial.

Notas de juego

IMPORTANTE: Lo roleado en esta escena puede acarrear repercusiones en la partida.

Escena para que podáis rolear entre personajes en un ambiente más relajado y así os entretengáis si queréis sin tener que esperar al turno semanal. Podéis rolear en abierto para todos, para solo los de vuestro regimiento (cada uno de ellos dispone de su propia área "privada" en el campamento), o para alguien en concreto, como queráis.

En un principio, tenéis libertad para moveros por cualquiera de las zonas descritas, aunque seguramente alguien os pregunte que hacéis por la enfermería (si no sois medicae), el puesto de mando (si no sois sargento), o en la zona de un regimiento que no sea el vuestro.

Es posible que se dé la participación de pnjs o que sucedan eventos de cierta relevancia.

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01/08/2019, 12:42
Desastre McKnife

La zona penal era, como siempre, más desordenada, más cutre y con menos cosas bonitas, pero McKnife prefería verlo como una zona con más oportunidades. Los penales, por su naturaleza, tenían un talento especial para hacer lo que no podían conseguir con intendéncia. Así que se puso a buscar. Era experto en ese tipo de mercadeo, si se podía encontrar alguien que lo hiciera, McKnife lo haría.

Buscaba a Gumu el sastre. Sabía que había conseguido una remesa de material descartado después de desmantelar un viejo chimera del campamento. Nada valioso para el monitroum como armas, motores o equipo electronico, pero donde otros veían basura, los penales podían ver un tesoro. Los asientos destrozados después del encuentro del tanque con un obús que entró por la puerta abierta del vehiculo todavía tenían sus cinturones de seguridad y demás parafernalia que Gumu habría desmantelado con pericia para ser usado. Ya había conseguido una buena protección, ahora era el momento de conseguir un buen arnés de descenso. Tardaría semanas por el procedimieno estándar de la guardia y un montón de papeleo, pero tal vez podía intercambiar algo con Gumu para que le fabricara uno. 

Notas de juego

Voy a intentar conseguir un Arnés de Descenso, es un item común ¿como funciona el comercio fuera de las tiradas de logistica?

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04/08/2019, 14:05
Narrador

Desastre no tardó mucho en encontrar el lugar del campamento que Gumu "el Sastre" solía frecuentar para sus trapicheos, sentado sobre un desgastado asiento de Chimera, con los pies apoyados en una chapa de metal apoyada sobre varios ladrillos haciendo de mesa. Al ver aproximarse al legionario penal equipado con aquellas chapas de armaplás superpuestas sacadas de a saber qué sitios distintos, reconoció enseguida de quién se trataba.

- ¡Hombre, Desastre! - saludó Gumu, bajando los pies al suelo, incorporándose en su asiento y sacándose una colilla de lho de los labios y apagarla directamente sobre la chapa de metal, sin cenicero ni nada - Si vienes a mí es que quieres algo, como todos. ¿Qué puedo hacer por tí?

Notas de juego

Según el manual, hay que hacer una tirada enfrentada de Comercio a +0 contra el que puede proporcionar el artículo. Por cada grado de éxito en la prueba, recibes una bonificación de +10 a la tirada de Logística para obtenerlo (Que sería de 10 por guardia imperial raso, +20 por ser unítem común y haber varios regimientos en el lugar, así como todos los bonos que tengas, como el de +10 a cosas ilegales o el +10 por saquear).

Puedes intercambiar una pieza de tu equipo para obtener un artículo en particular. Para ello se debe calcular la disponibilidad del objeto (Tabla 6–2: Disponibilidad por Concidión del Frente, pág. 163). La dificultad de la tirada de Logística para el artículo comercializado se puede agregar como una bonificación a la tirada de Comercio del personaje o como una penalización a la tirada de Comercio del otro personaje.

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06/08/2019, 13:01
[Ausente] Jiang Li Fhang

La drafelivana estaba aprovechando el momento para tomar el aire, puesto que sabía que pronto entraría dentro del Chimera para marchar por la roja arena hasta su destino en el campo de batalla. Había conseguido asiento a lomos de uno de los vehículos cerca de la vía principal para ver a la coronel Lin Mae subir camino al puesto de mando; sentía admiración por aquella mujer y verla desfilar para juntarse con otros altos mandos era todo un acontecimiento. ¿Cómo la recibirían?, ¿cómo se comportaría?, ¿estaría a la altura?, ¿estarían ellos a su altura? Aún tenía el casco de la armadura entre las manos, y las piernas cubiertas por el uniforme azulón colgaban del lateral del Chimera.

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07/08/2019, 17:18
Nereida Kriemhild

++++ Horas antes de la primera tentativa de asalto ++++

En el único momento de calma que tuvo Nereida antes de que todo empezara, Nerida fue directa a uno de los cogitadores a los que tenía acceso. Se sentó frente a él y se dispuso a sacar información del resto de regimientos con los que había venido. No buscaba información detallada, únicamente conocer que clases de hombres y mujeres tendría a sus espaldas o cubriendo sus flancos en los momentos más críticos. Se imaginó que todos serían de fiar salvo los devotos, aquellos bastardos más les valdría no darle ni una miserable escusa para que Menelao los acabara por destripar o descabezar. El odio que sentía por ellos se le atragantó y tuvo un acceso de tos. Cuando por fin se le pasó, tecleó sus credenciales y se puso a indagar.

Ciertamente, pudo obtener mucha información en lo referente a mandos, planetas natales e incluso hojas de servicio del regimiento, su pasado, operaciones, victorias derrotas y algún que otro parte de bajas. Los Tyvianos fueron los que más simpatía despertaron en ella, seguido de los Varangianos a pesar de su aspecto desaliñado e indisciplinado; ¿qué podría achacarles? comandaba unidades en legión penal. Los Drafelivianos no le terminaron de agradar, le resultaron extraños ajenos a todo lo humano, le resultó más Marcianos que Terranos. De los devotos de Tabris ya sabía lo que tenía que saber, pero sin duda, el varapalo que se llevó fue sobre los DobleSueldos, aquel código bermellón parpadeando en la pantalla la hizo entrecerrar los ojos y mascullar algo con cierto desagrado. 

Parcialmente satisfecha, Nereida abandonó el lugar y le dio un punta pie en el trasero de una Hiena que se estaba liando un cigarro - al menos ten la decencia de no hacerlo cuando este mirando, cabrón - le increpó con mirada amenazadora y la mano en la empuñadura de su pistola bolter. Sin más, se marchó dando voces para que todo estuviera a punto para la inminente batalla.

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07/08/2019, 18:41
Reinhardt Krause

Justo en ese momento un sargento de la 11ª Compañía de Asalto salía por las puertas del puesto de intendencia dando zancadas largas y rápidas, rebosantes de una furia contenida. Su armadura de caparazón, de un blanco huesudo con alguna que otra traza del naranja oxidado que cubría aquel planeta, le cubría entero todo el cuerpo con la excepción de la cabeza. Esta quedaba protegida únicamente por una boina de color bermellón adornada con unas pocas plumas largas y afiladas y por una barba poblada con alguna que otra veta gris. La cuenca que debería haber ocupado su ojo derecho alojaba un implante ocular, que refulgía con un rojo furibundo al ritmo al que hablaba con el cabo que caminaba tras él, y quizá por estar tan obcecado con lo que fuera que había ocurrido ahí dentro, no reparó en la presencia de la comisaria.   

—No sé cómo diablos esperan que trepemos esa maldita muralla sin equipo de escalada y con 50 kilos a la espalda, Gunther. De hecho, ni siquiera sé por qué sigo intentándolo —murmuraba, entre dientes, a la vez que señalaba con dedo acusador hacia el interior—. Me encantaría ver a esa pandilla de chupatintas en nuestro lugar. Entonces veríamos de qué son verdaderamente capaces.

El cabo, aunque intentó indicarle con un gesto de la mirada lo que se le venía encima, no logró que su sargento se enterara de nada hasta que tuvo que hacer el saludo del águila. Inmediatamente él lo hizo también, con los brazos cruzados con firmeza frente al pecho y la mirada perdida en algún punto perdido en el horizonte. 

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07/08/2019, 18:50
Nereida Kriemhild

Después de dar varios gritos Nereida observó con los ojos entornados como un soldado de los DobleSueldos se le acercaba a buen paso quejándose de diferentes asuntos. Con un vistazo más preciso observó que era un sargento y su cabo, que llevaba el vox. Las palabras le llegaron a sus oídos, unas quejas que le resultaron algo divertidas pero su rostro serio y firme no reflejaron.

La comisaria se interpuso en el camino del sargento justo después de que este hiciera el saludo del águila y lo miró de arriba abajo - Sargento... - miró la solapa de su armadura - Krause ¿a que se debe tanta queja? - conocía de sobra la fama de los Doble Sueldos, su afán por hacerlo todo tan bien que podría ganarles el perdón. Nereida no se figuraba porque eran así, pero algo gordo debió ser dado el sello de bloqueo que había protegiendo dicha información, nada menos que bermellón, como la boina del sargento; casi se rió de aquello - Los "chupa tintas" - recalcó la palabra - hacen lo que deben, como se supone que nosotros hacemos ¿esta de acuerdo? puede que algún día usted - una mano enguantada lo señaló de manera casual, nada acusadora - llegué a ser un "chupa tintas" - volvió a recalcar la palabra - y deba tomar decisiones difíciles que llevaran a buenos hombres a la muerte, pero que de ese modo - se encogió de hombros - llegue a conseguir la victoria para el Imperio ¿no le parece? - sonrió, ahora, divertida.

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07/08/2019, 20:55
Reinhardt Krause

El sargento Krause atendió a la reprimenda de la comisaria con la cabeza bien alta e inclinada hacia atrás, las aletas de la nariz bien abiertas y la mandíbula apretada. No bastaba con que los ineptos de intendencia comprometieran su misión y por tanto la campaña, sino que además tenía la mala suerte de cruzarse con una miembro del Officio Prefectus designada nada menos que a supervisar una legión de penales. ¿Es que no tenía suficiente con su propio regimiento, que tenía que venir a dar por culo a los Tempestus? Exhaló un suspiro lento, como haría una olla a presión, sin dejar que nada de lo que estaba pensando acabara en la conversación. 

—¡Estoy de acuerdo, mi comisario! —exclamó, sin moverse un ápice.

Al final, no obstante, el orgullo del regimiento acabó por abrirse camino incluso en él, que era de los Doblesueldos menos fanfarrones, y cuando parecía que la escena había terminado, el sargento no pudo evitar añadir, con voz más calmada: 

Aunque le prometo una cosa, mi comisario: ni mis hombres ni yo serviremos nunca en un puesto del Munitorum. Acatamos sus sabias decisiones, pero nuestro sitio no es ese. 

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07/08/2019, 22:21
[Muerto] Morsov Yngvarson

Morsov trotaba por el puesto con una media sonrisa en el rostro. No llevaba nada más encima que un camisa que en tiempos mejores fue de color blanco y sus pantalones reglamentarios. Llevaba sobre el hombro un saco tan largo como su pierna e igual de ancho. Su otra mano llevaba la gorra que se apresuraba en acomodar mientras trotaba.

Un par de metros detrás de él corría un viejo soldado que cargaba el doble de equipaje y parecía más bien a punto de morir a causa del cansancio. Su garganta emitía un curioso silbido al respirar durante la carrera. A pesar de su estado y edad, el venerable zapador tenía la misma altura de Morsov y era ancho como un barril, con brazos gruesos como jamones y manos de dedos hinchados como salchichas.

El viejo zapador maldijo detrás de Morsov en su propio idioma antes de soltar una oración en bajo gótico:

—¡No vayas tan rápido, perro miserable! ¡Vas a besar el suelo si sigues con esas prisas!

El sargento varangiano ignoró las palabras de Rolf, el viejo zapador, y seguía trotando con un impecable ritmo y una expresión ceñuda en el rostro. Pasó al lado de una comisaria que conversaba tan duramente como era normal con un hombre de sombrero gracioso. Le echan la bronca por lujurioso, seguramente. Eso pensó Morsov mientras pasaba de largo, no quería ganarse problemas también.

—Como empiecen sin nosotros nos quedamos sin raciones, viejo zorro, así que apresura el paso o serás tú el que se quede sin comer.

Tras un par de minutos de carrera los zapadores llegaron a un punto de reunión de los Varangianos en el campamento. Donde los hombres y mujeres del regimiento se reunían para divertirse en su entretenido deporte. En el interior de un círculo de barro (como lo habían conseguido y vertido ahí era un misterio) rodeado por rudimentarias gradas de tablones podridos, asientos improvisados con cubos o cascos de ogretes y cajones vacíos se debatía una batalla.

Dos zapadores luchaban sin camisa, con los pantalones arremangados hasta la pantorrilla en el interior del círculo. Se atrapaban con ambos brazos por la cintura y se lanzaban el uno al otro contra el barro una y otra vez, haciéndose presas, rodando y arrastrándose en el suelo hasta que uno de los dos no podía seguir. A su alrededor estaban sentados hombres y mujeres del regimiento que aplaudían, reían y apostaban con las raciones que les habían proporcionado con otros zapadores. Nadie se golpeaba, nadie salía con un diente de menos, pero bien que ibas a salir con uno o dos moratones de aquel círculo. Morsov y Rolf se unieron a la multitud reunida con un rugido de ánimo y los soldados adyacentes soltaron un grito de aprobación también. Lo suficientemente ruidoso como para animar el ambiente, pero también lo suficientemente callado como para que entre todo el ajetreo del Puesto 42 ningún comisario llegase a molestarles.

Lucha, aquel deporte era bastante famoso y respetado entre los varangianos. Era el pasatiempo predilecto de los hombres de nieve. La verdad era que Morsov no era bueno con las cartas y aquel juego le aburría, y a Rolf también... además, en esto eran buenos de verdad. Les gustaba pelear y entre los suyos siempre se jugaba limpio. Las únicas veces en las que las cosas se habían salido de control el sargento tuvo que acomodarse un par de huesos de la pierna izquierda y el viejo zorro de Rolf se había tenido que enderezar la nariz.

Aunque no era ninguna noticia vieja que los zapadores disfrutasen de aquel burdo espectáculo en el campamento. Ni tampoco una que pasara desapercibida. Lo normal era que un superior se asomase para asegurarse de que las cosas estaban en orden durante sus peleas, aunque era difícil trazar la linea en la que un derribo se hacía con intenciones de divertirse o con ganas de asesinar al rival. Una cosa era segura, si te acercabas demasiado al sitio donde se presenciaba al espectáculo, algún molesto zapador te empujaría al centro.

Y una vez dentro del círculo solo podías salir de una forma.

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07/08/2019, 23:39
[Muerto] Onorato de Lascaris

Almeyque Lunar caminaba junto a su compañero Onorato de Lascaris, ambos vestidos con el uniforme reglamentario fuera de combate. Una camisa de un color rojo carmesí, acompañado de un mono de combate gris y botas de color negro.

El charlatán granadero tenía dos tazas de campaña hecha de aluminio en una de sus manos. Con la otra mano se llevaba lo que parecía una botella de vino a la boca, removió el corcho de un mordisco y lo arrojo a un lado. Ambos se detuvieron, Onorato tomo una de las tazas y su amigo empezó a servirle —Mira eso— dijo señalando con el mentón —Parece que el caparazón blanco está recibiendo un regaño.

Onorato miro detrás de su hombro y vio a una comisaria la cual hablaba con un miembro del Tempestus, el rostro de la mujer se le hizo algo parecido. Reconoció que se trataba de la misma comisaria que había escuchado gritar a los penales durante la llegada a Alabastria,  devolvió la mirada a su compañero el cual le había terminado de servir y ahora se servía a sí mismo. Una vez termino coloco la botella a un lado, Lascaris vio la bebida, tenía un aspecto extraño, era espumosa y rojiza, algo transparente para ser vino —¿Qué se supone que es esto?— preguntó.

—Es una cosecha de vino local, con el toque secreto de Tyvia— respondió Almeyque guiñando el ojo y tomando un sorbo —Me lo dieron unos conocidos de la Sexta.

Onorato acerco la bebida de dudosa procedencia a su boca y tomo un sorbo, el sabor era agrio y empalagoso —Vino, azúcar y aceite etílico para ser exactos— añadió su joven camarada mientras lo observaba beber.

A su espalda Onorato escucho un insulto en un idioma que desconocía, seguido de una cháchara en bajo gótico. Escucho unas pisadas y se aparto, Almeyque por su parte bebía desprevenido antes de ser impactado por el hombro de un acelerado Varangiano sosteniendo un costal al hombro, seguido por un canoso anciano. Su compañero tenía la cara embarrada del espumoso vino.  El furioso Tyviano con la taza aun cerca del hocico la lanzo contra el piso en un acto de rabia y maldijo, luego  se echo a correr detrás de los Varangianos.

Sorprendentemente Almeyque casi se le perdió de vista, Onorato tomo un largo sorbo y dejo la taza en el piso antes de ir detrás de él para detenerlo, en la carrera se dio cuenta que entro en la zona donde los Varangianos se reunían, perdiendo su rastro dentro de una tienda de la cual se escuchaba una gran algarabía.

Al entrar noto que los vítores y gritos aumentaban,  al ver como los Varangianos arrojaban a Almeyque al centro de su rudimentario ring de lucha.

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08/08/2019, 00:51
Jarl Brotinn

Jarl se encontraba a cierta distancia del círculo de lucha varangiano, sentado sobre uno de los contenedores de transporte de vehículos. No le desagradaba el deporte oficial del regimiento, pero prefería mantenerse a cierta distancia por dos razones: en primer lugar, la presencia de mucha gente a su alrededor implicaba mayor esfuerzo para reprimir su “segunda visión” y evitar tener ciertos “destellos” del futuro probable de cada uno de los soldados; en segundo lugar, y más importante, la última vez que le habían lanzado al interior del círculo había obnubilado a su oponente con sus poderes mientras se dedicaba a castigar su hígado a base de derechazos (había ganado, pero el resto de sus compañeros no habían considerado aquello muy deportivo precisamente).

En aquel momento concreto se dedicaba a entrenar sus poderes de precognición. El sencillo juego consistía en intentar adivinar la siguiente carta del mazo, pero Brotinn todavía tenía mucho que mejorar. Snarl descansaba, apoyado en uno de los laterales del contenedor, afilando su bayoneta-hacha.

Al escuchar el rugido del círculo, levantó la vista y sonrió. Habían arrojado a uno de los tyvianos al centro. Descendiendo de un salto, zarandeó a Snarl antes de acercarse hacia la zona donde visualizó al sargento Yngvarson. –Vamos, cabeza de chorlito. Esto debería ser interesante…

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08/08/2019, 01:23
[Muerto] Morsov Yngvarson

Onorato se acerca al campamento de los Varangianos y los hombres y mujeres apostados ahí le observan como si se hubiese perdido o equivocado de destacamento. Algunos sonreían invitándole a acercarse, conocedores del porque estaba aquí el granadero. Al unirse al círculo de espectadores alrededor del centro de la pelea podía ver como ya Almeyque se había metido en el centro y discutía abiertamente con Morsov, quien tenía una marca de un aparente guantazo en su mejilla.

El sargento se quitaba la camisa y levantaba los brazos como pidiéndole que se divirtiera y disfrutara el espectáculo, pero el tyviano parecía lejos de querer tomárselo como una amistosa rivalidad deportiva. No se quitó el equipo, solo las partes menos vistosas del uniforme y se arremango la camisa. Los zapadores empezaron a silbar y aplaudir, ansiosos por ver el resultado de la pelea. Cuando Morsov se acercó poco a poco al granadero con intenciones de atraparlo, Almeyque se había adelantado y le había dado un puñetazo en la boca que había hecho callar a todo el mundo.

Morsov cayó sobre su trasero en el barro y se llevó una mano a la boca por el tremendo golpe. Una perla de sangre apareció en el dorso de su mano y el líquido rojizo empezó a gotear. La multitud se había quedado muda, y el sargento se levantó y escupió un gapo oscuro al lodo. Sonrió con los dientes manchados y el resto de los varangianos siguieron aplaudiendo y riéndose ante lo sucedido.

A partir de ese momento, Yngvarson empezó a tratar un poco más rudamente al granadero, esta vez los golpes no frenaron al Varangiano, quien había tomado del pecho al hombre y lo empujó hacia atrás. Almeyque trastabilló y antes de salir del circulo un grupo de zapadores lo habían sostenido y le sujetaron los brazos. Le gritaron algo en su lengua natal y lo empujaron de vuelta hacia Morsov, quien le recibió extendiendo el brazo horizontalmente y chocandolo contra el cuello del tyviano. El granadero cayó al suelo de espaldas y se retorció, Morsov levantó el brazo y rugió lleno de júbilo, pero tan pronto como lo hizo el granadero, con ascuas en la sangre, le atrapó por la cintura y lo mandó también al fango. Morsov se levantó con velocidad y también levantó a Almeyque, a quien castigó con golpes dirigidos al estómago y al rostro mientras le cogía de la camisa. El granadero no podía seguir el ritmo de la pelea y apenas demostró debilidad el sargento volvió a derribarlo.

Cuando vio que ya no daba para más, simplemente lo arrastró fuera del centro, buscando a alguien que quiera hacerse cargo de él. Alzó la mirada y vio a Onorato, otro tyviano al parecer. Dejó caer al magullado granadero frente a él y le habló con un acento tan marcado que había que esforzarse por comprenderlo.

—Granadero no se toma la pelea con espíritu deportivo... ¿Eh? —un hilo de sangre aparecía en algún lugar de su bigote y descendía por la boca hasta empezar a gotear por la barbilla—. Si es tuyo llevatelo de aquí, ¿sí?

Notas de juego

Barro el suelo con el pardillo de Onorato bajo su permiso previo.

El que quiera acoplarse o seguir recibiendo mensajes referentes al rol varangiano-tyviano es bienvenido, a partir de ahora empiezo a desmarcar para no saturar la escena.

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08/08/2019, 02:34
[Muerto] Onorato de Lascaris

 Tenía que admitirlo, se había dejado llevar por la furia, y la confianza también. El dolor que sentía el joven Tyviano era fuerte, pero no tan fuerte como el sentimiento de inseguridad que invadía sus pensamientos. Había sido derrotado y sin mucho esfuerzo, su honor había sido manchado.

—Cabron— escupió mientras se retorcía, le dolían las costillas y el abdomen. Quería pensar que no estaba acabado, quería pensar que podía seguir luchando, hizo lo que pudo, lo que se le enseño. No funciono, tal vez porqué los Varangianos peleaban como salvajes Orkoides enardecidos o tal vez porque él era mediocre luchando  —¿A ese salvajismo le llamas lucha? ¡Que te den a ti y a tu mugriento planeta— gritó, y escupió al piso una espuma sanguinolenta.

Escucho las palabras de Morsov y con una mirada perdida observo a Onorato acercarse, sintió nervios en la boca del estomago al saber que no solo todos los presentes habían presenciado su derrota si no otro Tyviano, la pena que sentía el charlatán joven era tremenda y de manera exagerada desearía estar muerto.

—Sí yo no acabo contigo, seguro que él lo hará ¡Gillipollas!— advirtió Almeyque, mientras intentaba colocarse de rodillas, sentía el hierro en los sus orificios nasales llenos de sangre y el rostro lo tenía empapado de sudor e hilillos de sangre, grito una maldición en Tyviano y escupió al suelo de nuevo.

—Con gusto me lo llevare, si es a lo que te refieres—. respondió Onorato a Morsov con una voz serena, mientras se quitaba la camisa y la envolvía en su mano, luego se acuclillo junto a Almeyque —¿Estás bien?— le preguntó.

—Sí— respondió con los ojos vidriosos.

—Bien— Onorato le propino una buena bofetada en el rostro —Eso es por incompetente— le comentó, luego le dio otra —Eso por indisciplinado y por manchar el honor del regimiento y Tyvia— agregó, luego limpio la sangre del rostro de su compañero con la camisa que tenia envuelta en la mano, lo ayudo a levantarse y lo sentó en el pasillo que daba a la arena. Después hizo que sujetase la camisa con sus propias manos —Ahora quédate aquí— dijo sin más.  

Se puso de pie, y entro a la arena, trono sus nudillos y cuello. Morsov Yngvarson lo recibió con los brazos abiertos y una amarillenta sonrisa, de manera ofensiva, Onorato entro con los puños cerrados, posiciono sus pies uno hacia adelante y el otro atrás, fijos hacia el frente, alejados pero no realmente abiertos. Levanto los puños, uno a la altura de su barbilla y otra a la de los hombros, un poco alejados de su rostro —¿Entonces? ¿Tengo que ir por ti? ¿O me ahorraras el trabajo?— le preguntó al Varangiano.

Notas de juego

Empezando a desmarcar desde esta escena de igual manera

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08/08/2019, 09:15
[Ausente] Jiang Li Fhang

Jiang Li había advertido algo de jaleo entre los varangianos y los tyvianos, así que se bajó de un salto del Chimera que era su atalaya improvisada y fue a dejar el casco de su armadura dentro este, junto al resto de su equipo. Tenían un tiempo hasta ir al frente y lo que más le apetecía era ir en aquellos pantalones azules, las botas negras militares y su camiseta de manga corta. Tras salir se aseguró de dejar todo cerrado y camino a largas zancadas hasta las gradas improvisadas, allí había algo de espectáculo y sentía curiosidad por lo que hacían los demás, además aquel tyviano y varangiano que se habían chocado entre si estaban muy cerca de esta.

La drafelivana se acercó al lugar con algo de timidez, de vez en cuando tenía que ponerse de puntillas para ver por encima de algunos de los allí reunidos; y finalmente tomo lugar junto a una banqueta ocupada por dos varangianos que observaban las peleas, teniendo un ángulo de visión más o menos decente de lo que acontecía. Ella no coreaba ni decía nada, de hecho el escándalo de los vítores la hacían entrecerrar los ojos, no muy acostumbrada a estos.

 

-¿Por qué abofetea a su compañero…?-Se atrevió a preguntar tras que el tyviano acudiese en “socorro” de su compañero. La pregunta fue seguida de una reflexión en techna-lingua, que para cualquiera que la escuchase era un galimatías de ceros y unos combinados en una especie de frase.

Notas de juego

Jiang Li se queda a cotillear

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09/08/2019, 19:53
Nereida Kriemhild

Les conviene, con las fama que tienen, llevarse bien con todos - le dijo guiñándole el ojo con cierta sorna hasta que algo atrajo su atención y su semblante pasó a la seriedad máxima. Apartó de malos modos al sargento DobleSueldo y se dirigió, dando grandes zancadas directa hacía los que estaban peleándose. En cuanto llegó a ellos se quedó mirándolos y negó con la cabeza mientras buscaba algún comisario adscrito a sus regimientos. No vio a nadie pero decidió dejarlos desfogarse hasta que consideró que dos tortas por cabeza era más que suficiente - ¡MUY BIEN! ¡BASTA! - gritó tratando así de que cesaran, no iba a meterse en medio ni borracha, ya que como le dieran a ella, aquello se pondría realmente feo.

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11/08/2019, 19:36
[Muerto] Morsov Yngvarson

La peña aplaudía, silbaba y gritaba ansiosa. Aquello era algo nuevo. Nunca nadie con sentido de autoconservación se unía al espectáculo de los varangianos, nadie que no quisiera probar un punto al menos. Ahí estaba Onorato peleando por el honor no solo de su compañero si no el de su patria entera, un comportamiento rápidamente reconocido entre los guerreros del mundo letal. Quienes apostaban tanto por el granadero que por el sargento y le ofrecían palabras de aliento mientras alzaban los puños en su dirección.

Morsov cumplió los deseos de Onorato y se arrojó hacia él con los brazos tan abiertos como los tendría un oso a punto de caer sobre su presa, y se aferró fuertemente a los brazos del granadero mientras iban trazando círculos en el centro de la pelea como quienes bailaban una danza sobre clavos oxidados. Atento de no perder el equilibrio y derribar a Onorato en el proceso.

Su ceñuda sonrisa solo demostraba que estaba disfrutándolo tanto como si estuviese con cualquiera de sus hermanos de batalla.

- Tiradas (3)

Notas de juego

A tres tiradas lo dejamos, el que tenga más éxitos pues ganará antes (o después) de la llegada de la comisaria

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11/08/2019, 20:05
[Muerto] Onorato de Lascaris

El inmenso Varangiano se abalanzo sobre él, Onorato pudo echarse a un lado tal como se le había enseñado su adoctrinamiento, sin embargo respondió sujetando de igual manera a Yngvarson. Los vítores aumentaron ante aquella respuesta, a su alrededor los puños se alzaban y la saliva salía despedida de la boca de los Varangianos al gritar.

Escucho una voz diferente a las demás entre el público, la cual se quejaba acerca de por qué había abofeteado a Almeyque de esa manera, pero elimino tales pensamientos de su mente. Debía concentrarse y Morsov no la ponía fácil, era un hombre mucho más alto y fuerte que él obviamente, y eso se notaba cuando los músculos de su cuerpo empezaron a marcarse mientras forcejeaban.

El granadero le propino un tremendo cabezazo al Zapador, con intención de desconcentrarlo y liberarse, en ese momento noto que aquella mecánica táctica no funcionaria, por lo que hizo presión intentado mantenerse.

- Tiradas (3)
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11/08/2019, 22:24
[Ausente] Jiang Li Fhang

Ante las voces de la comisario, Jiang Li se retiró a un lado y tomó un cubo metálico que no tenía muy buen aspecto, de hecho tuvo que volcar sus contenidos al ya enfangado suelo antes de acercarse con este a Almeyque, apartando al hombre de la pelea a tirones y sentándolo en un lateral del improvisado ring, sobre el cubo que había cogido momentos antes. La drafelivana no entendía muy bien el ritual que podía significar esto para los varangianos, pero había un hombre que había recibido una tunda y no dudó en sujetarle la camisa que le taponaba las heridas sangrantes; el inició de la nueva pelea desvió de nuevo su mirada, aunque estaba inclinada para atender al tyviano, sus sentidos estaban puestos sobre la lucha, el sonido, los olores de esta y el aspecto de dos hombres batiéndose en duelo desarmado.

 

-¿Estás bien?-Terminó por preguntar al tyviano que ya había mordido el polvo-Si quieres buscamos a un- La frase continuó con otro galimatías de ceros y unos, ininteligible para todo aquel que no controlase la techna-lingua- para que te mire esto.-Alternado con bajo gótico.

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11/08/2019, 22:54
[Muerto] Morsov Yngvarson

Con un frentazo de parte de Onorato que impactó de lleno entre su nariz y su boca, Morsov vaciló y puntos negros aparecieron en sus ojos. Los espectadores respondieron con silbidos y aplausos mientras que se iban acercando más al círculo y se apretujaban para ver el evento. La mente del sargento voló fuera de su cuerpo durante unos instantes antes de volver en sí mismo y observar al granadero con una ceñuda sonrisa que más bien se veía como un enseñamiento de dientes.

Los músculos de los brazos de Morsov serpentearon como cables y a paso lento pero seguro iba avanzando un paso a la vez a través del claustrofóbico campo de batalla. Sentía como el granadero intentaba devolver el empuje pero la ventaja claramente le pertenecía al varangiano. Cuando aprovechó el momento, pateó la espinilla de Onorato cosa que le hizo tropezar. Ambos cayeron de bruces en el suelo fangoso. El granadero cayó sobre un costado amortiguado por su brazo y Morsov pegó el pecho al barro. Rápidamente se aferró de los pantalones del soldado de Tyvia y se puso sobre él, le devolvió un cabezaso que le hizo rebotar el rostro y levantó ambos brazos cerrando los puños y dejándolos caer sobre su pecho. Antes de poder seguir atacando, el granadero giró en el suelo y le obligó a levantarse, pero apenas lo hizo Onorato pateó su espinilla y le obligó a agacharse para abalanzarse sobre él. Reconoció un destello negro en su mirada como un golpe que le había asestado el tyviano y cuando se dio cuenta, hacia presa con ambas manos en su cuello. Morsov le llevó las manos al rostro al granadero y este echó para atrás el rostro, pero sacrificando el poco aire que le quedaba el zapador atrapó el cuello del granadero. Y ahí estaban, estrangulándose en el fango como unos enemigos mortales.

Los zapadores de los alrededores aplaudían y asentían con la cabeza satisfechos por el resultado. Otros le ordenaban al granadero que se levantase y siguiera peleando. Pero todos sabían quien iba a ser el vencedor del asalto. Morsov le hizo una presa en el cuello a Onorato cuya fuerza no duró mucho tiempo.

Tenían una visita inesperada. La comisaria Nereida Kriemhild en persona había llegado para observar el espectáculo.

El rostro del sargento fue invadido por la sorpresa durante un instante. Tras soltar a Onorato se levantó apoyándose de las rodillas y se quedó observando en un misterioso silencio a la comisaria. Los soldados ocultaron (o devoraron) sus apuestas con velocidad. Los rezagados de otros regimientos que se hallaban presentes en el sitio no dudaron en escapar de la mirada acusatoria de Kriemhild pero ningún miembro del 62° se movió un ápice de donde estaba. Algunos se quedaron de pie pero otros se sentaron observando con rostro gélido a la comisaria. La observaban como esperando a que ella dijera algo, o también se moviese un centímetro. Como una manada de lobos que veían llegar una presa a su cúbil. La diferencia era que otro lobo era el que les había dedicado una visita.

Morsov se llevó un pulgar hacia el orificio derecho de la nariz y sopló con fuerza, una explosión de sangre salió disparada por su fosa nasal libre. Se llevó una mano atrás de la cintura y se limpió el sudor de la frente antes de llevarse la otra mano ensangrentada detrás de la cadera. Sin romper el silencio con una sola palabra.

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12/08/2019, 00:37
[Muerto] Onorato de Lascaris

Al atontado Almeyque Lunar le había parecido un gesto bastante bonito el que la drafelivana le sacara de un buen jalón del ring y lo colocara sobre una cubeta.

—He estado peor— le respondió con una sonrisa marcada por hilillos de sangre, aunque aturdido reconoció que era la misma mujer que se preguntaba porque Onorato le había abofeteado. Mostró una cara confusa al escuchar un extraño lenguaje saliendo de la mujer, por lo que decidió responder a la pregunta que había hecho hace unos instantes —Nosotros nos tomamos muy enserio el honor, y bueno... Tenia merecido lo que Lascaris me dio— comentó el joven mientras dirigía la mirada a la lucha.

—Parece que Onorato no va a recuperar el honor que se ha perdido hoy— mencionó al momento que bajaba la mirada y apartaba su rostro de la lucha.

Morsov era un hueso duro de roer, eso le quedo claro. Tal como se lo había imaginado la fuerza bruta y no realmente la habilidad fueron las que decidieron su derrota.

El Zapador se sostenía de sus piernas como si su vida tratara de ello, en ese momento entendió que tal vez esta pelea no se ganaría con habilidad, si no con la misma esencia que llevaba. Y eso era un instinto primitivo de supervivencia, pero ya era muy tarde para sacar conclusiones, el Varangiano le había devuelto el favor a Onorato.

Cuando por fin parecía soltarlo, le dio un potente golpe concentrado contra su pecho, como si de un gorila se tratase. Intento cubrirse como se le había enseñado pero el ataque fue demasiado rápido, bufeo como un toro con los dientes presionados al momento que Yngvarson empezó a asfixiarlo. En una situación de pie hubiera golpeado los antebrazos de su adversario al mismo tiempo que se movía hacia un lado, pero esta no era la situación. Sujeto con fuerza el cuello del Varangiano en intento algo desesperado, pero eso no funcionaria ya que él tenía la ventaja. Por lo que intento llevar sus manos justo detrás de la rama mandibular del zapador, presionando con fuerza donde deberían de estar sus ganglios, una táctica de pelea básica para zafarse en un altercado como ese, Morsov gimió ante la sanción desagradable. Onorato dio cuenta que este dejo presionarlo casi de inmediato y se quito de golpe.

Le había parecido extraño, usualmente lo que acababa de hacer no solía quitarle a alguien de encima tan rápido.

Tomo una bocanada de aire, el cuello y el pecho le ardían. No había razones para decir que era mentira, más allá de hacerse el duro, pero la verdad es que no tenía a quien impresionar, observo la entrada de la tienda y vio a la misma mujer de los pasillos Nereida Kriemhild.

La férrea comisaria de la legión penal les ordeno que se detuviesen, los vítores y el rugir de los Varangianos ceso. Adolorido hizo el esfuerzo de dar una vuelta sobre sí mismo y se levanto para dar el característico saludo marcial a la comisaria. Observo de reojo a Morsov, el cual mantenía la vista firme sobre ella al igual que el resto de los presentes.

Almeyque Lunar también salto de golpe al fijarse de quien se trataba, se sostenía aun los moretones con la camisa y dirigió el saludo, esperando que se le ordenara retirarse al igual que el resto.