Partida Rol por web

- ¿La cafetería Gurtel? llegaremos en unos minutos... está justo detrás del Consejo- dijo el jefazo español apresurándose en dar las órdenes indicadas.

Y tal y como había dicho llegaron en menos que se presigna un cura loco a las puertas del Congreso, Ernesto fue el primero en bajar del coche para a continuación hacerlo Sean, en la calle se encontraban un grupo de agentes de paisano que sólo unos ojos entrenados como los de Sean eran capaces de reconocer... el señor Jimenez sabía hacer cumplir lo que prometía. La calle esaba blindada sin que los transeuntes e incluso la policia local que guardaba las puertas del Congreso, pudiera darse cuenta.

- La especialidad de la casa son las tostadas de tomate y jamón... pero creo que es un poco tarde para el desayuno- esbozó una ligera sonrisa indicando con la cabeza el sitio donde se encontraba la cafetería, justo detrás de la puerta de los leones, por donde entraban y salían los diputados.

La cafetería en cuestión, tenía buena pinta... mezcla de modernidad y tradición... desde fuera llegaba el olor a una buena mezcla de café.

Desde tu posición te diste cuenta de que De Gea desvió su mirada del Ipad hacia Sean y el caballero que lo acompañaba, tecleó varias cosas y se apresuró a sorber el café.

El viaje con el jefazo del CNI me provoca cierto rechazo. Al final parece que la situación está algo descontrolada, cosa que no me gusta, habituado a tener todo bajo mi control. Sin embargo, debo reconocerle el mérito, en poco tiempo han colocado hombres por toda la zona, una buena ayuda si nuestros enemigos intentan escapar, muy mala si se percatan de su presencia, algo nada extraño puesto que hablamos de expertos agentes enemigos.

Las palabras de Ernesto sobre el desayuno no me producen ningún tipo de alegría, hemos llegado a nuestro destino pero la situación es tensa. Observo la zona, buscando a posibles enemigos y a mi compañero.

Con la entrada de Sean nuestra tapadera parecía disiparse, podía ser el hombre que le acompañaba a quien reconoció pero fuera como fuese el pez quería salir de la red. Tim se levantó como si nada de su asiento dirigiéndose a la barra con la carrera en la mano como si se dispusiera a pagar. De esta forma estaría cerca del objetivo si intentaba escapar.

Agradecí con una ligera inclinación de cabeza el café servido por la amable camarera. Disfruté, sin duda, de su sabor; la diferencia con los cafés londinenses era bastante palpable, por lo que quise saborear cada sorbo.  El detalle de la galletita de canela, me había gustado también. “No está nada mal España, ha sido un buen destino.”

Me había ubicado en una mesa próxima a la de mis objetivos. Los dos parecían prestarle atención a un caballero que manejaba una tableta electrónica, aunque desconozco su uso, pues únicamente he visto  a un par de personas en el vuelo  utilizando unas similares. Dando un vistazo general a mi alrededor, me agencio un periódico para poder espiar con más disimulo. Mis ojos se posan durante unos instantes en aquel hombre por si su rostro me suena de algo, aunque lo dudo.

Mientras intentaba explicarle la situación a Tim, a través de nuestros teléfonos llegaron noticias de Sean: Estaba en camino y venía con un contacto de la inteligencia española. Me sorprendió su comunicado, ya que hasta ahora pensaba que "inteligencia española" eran términos incompatibles, pero han debido de hacer grandes esfuerzos para conseguir formar una organización que pueda responder a ese nombre.

Tras recibir el mensaje, Tim se levantó para acercarse a la barra. Yo decidí quedarme sentado en la mesa y así aprovechar para no mantenernos juntos y abarcar mejor el espacio por si De Gea iniciaba una huida precipitada... Y porque aun me quedaba media tostada de jamón en en el plato, y no pensaba dejar ni una miga de ese maravilloso almuerzo.

Un par de minutos más tarde, un coche negro aparcaba cerca de la entrada de la cafetería, y de él descendieron Sean y otro tipo que supuse que era el contacto que había conseguido en la agencia española.

Alec, desde su posición pudo ver perfectamente como el tipo al que había estado persiguiendo... Timothy, se levantaba y se dirigía hacia la barra, quizás para controlar mejor a su objetivo... el tipo de la tablet... que como era lógico no le sonaba de nada... al mismo tiempo que el otro hombre que estaba con él... el tal George, según recordó vagamente, se disponía a terminar su tostada con jamón ibérico... pero no sólo eso sino que tras echar un ojo por el cristal se dió cuenta de que había otra persona más dirigiéndose a la entrada de la cafetería... y e identificar a esa persona le resultó tremendamente fácil.

Una de dos... o estaba de suerte o aquello no podía ser bueno...

En esas estaba oculto tras un periódico deportivo donde un futbolista musculado y con las cejas depiladas, celebraba con una desmesurada boca abierta un gol... que al parecer había dado la victoria a su equipo... cuando se percató de la hora que era, el mediodía... la hora acordada con sus aliados para verse.

Tim se aproximó a la barra para pagar... aunque más bien su intención era tratar de controlar a De Gea y de paso averiguar algo... el problema para el ususario y las ventajas para el espia aguerrido, de las tecnologías... es que no hacen más que mejorar en prestaciones... entre ellas pantallas grandes y de buena visibilidad, lo que le permitió a Timothy poder leer parte de la conversación que el político estaba teniendo con un usuario llamado C.Langue.

Necesito el archivo

No quiero madártelo por email, hemos llamado demasiado la atención. ¿Sabes donde está el piso de Alcobendas?

¿El Ático? ¿Era el bloque 7 no?

Sí, ese. El archivo está en la caja fuerte.

Okey. Iré a recogerlo después de la sesión del Congreso

George terminó de degustar su tostada a la española mientras oejaba a su alrededor, dado que Tim estaba en la barra mirando de reojo lo que De Gea hacía... el segundo Bond decidió permanecer atento. Entonces sus ojos se posaron en otro punto de la cafetería... a parte de De Gea, que estaba finalizando una conversación por Skype.

Al fondo de la cafetería y no excesivamente lejos de de ellos, se encontraba un hombre leyendo un periódico... el hecho de haber un hombre en una cafetería leyendo... no era en absoluto extraño, pero no conseguía terminar de verle el rostro y algo le llamaba la atención.

Antes de entrar en la cafetería el hombre que acompañaba a Sean se detuvo, parecía haber recibido un aviso en el móvil que lo hizo excusarse y alejarse unos metros dejando que el primer Bond accediese al recinto sólo.

Una vez dentro, Sean pudo ver como Tim se encontraba en la barra mirando de reojo a un caballero en concreto

Que se encontraba recogiendo su Ipad y pidiendo la cuenta para marcharse y a George a sólo un par de mesas separado del individuo en cuestión, atento a lo que ocurría en otro punto de la cafetería. Por lo demás no había nada que llamase la atención.
 

Tras descender del coche mi compañero se aleja, dejándome solo para acercarme a la cafetería. En el interior de esta puedo ver a mis compañeros observando a un tipo en concreto, que parece preparado para marcharse. Me quedo en la puerta del establecimiento, mirando mi reloj y a mi alejado acompañante, haciendo como si espero a alguien mientras vigilo la salida del lugar y, de paso, busco con la mirada a Alec por las inmediaciones.

Timothy pagó la cuenta como si de uno más se tratara, la proximidad al congreso era la tapedera perfecta para que unos hombres de traje pasarán desapercibidos.

Tras dejar una pequeña propina y darse la vuelta Tim hizó una señal a Sean y George dando a entender de que le dejarán marchar pues ya tenía lo que querían.

Observé la señal que discretamente Tim me había hecho. Sin llegar a saber muy bien sus razones, pero accedí a relajar un poco mi atención sobre De Gea. De todas formas había observado que Sean se había quedado cerca de la entrada de la cafetería, si se producía algún movimiento extraño él se encargaría de dar la voz de alarma.

Por otra parte me inquietaba el otro hombre que ocupaba un lugar en la cafetería, mientras parecía distraído leyendo el periódico. No sabía muy bien por qué, pero algo en mi intuición había llamado mi atención sobre él. Por lo que me levanté de mi asiento para hacer con que me dirigía a los servicios de la cafetería, con la intención de encontrar por el camino algún ángulo desde el que poder ver mejor el rostro de aquel hombre.

Al introducir su mano en el bolsillo para sacar unas monedas con las que pagar el cafe, Tim recordó algo que le podría ser de gran utilidad. No se trataba de unas clases de español, las cuales sin duda le hubieran venido bien para corregir algo su británico acento, se trataba de algo mucho mejor.

Al tocar las monedas de su pantalón se percató de que había algo más, algo más pequeño que una moneda y que un botón que pasaba totalmente desapercibido perdiendose en cualquier bolsillo, era un pequeño objeto metálico que apenas no pesaba y que había tomado del despacho de M.

Tim recordaba como cuando les dieron sus pistolas y sus municiones el agente Q dejó algunos pequeños artilugios más encima de la mesa los cuales no facilitó a los agentes, pero Tim supo utilizar el incidente de su arma para hacerse con uno de ellos sin levantar la más minima sospecha y ante la mirada de todos los agentes 007 que no se dieron cuenta.

El agente esbozaba una pequeña sonrisa al reconocerlo más tarde, se trataba de un moderno y diminuto localizador GPS ideal para la ocasión, después de juguetear con el entre sus dedos lo saco junto con algunas monedas y con gran delicadeza lo deslizo en el bolsillo de la americana del individuo. Era un buen lugar pues aunque era tan pequeño que pasaría desapercibido en cualquier bolsillo, estos pequeños huecos en las americanas son más estéticos que de utilidad.

La escena se estaba desarrollando lentamente, puesto que los dos Bond no parecían tener ningún tipo de prisa. Cada uno ubicado en un lugar diferente, estaban atentos a los movimientos del hombre de la tablet. Me percaté de inmediato de que se dirigía a la cafetería un rostro familiar, muy familiar dentro del MI6. Sean, el primer Bond, y toda una leyenda de los 007s. Por muchos (yo incluido) considerado como el más hábil y mejor de todos los que habían pasado por el puesto. “Aquí se está gestando algo muy gordo, y yo estoy en el centro del huracán.”

Compruebo con una mirada al reloj que debo reunirme ya con los dos aliados que Spectra había puesto a mi disposición. Si bien es cierto que estando aquí podría descubrir algún dato interesante, me encontraba en clara desventaja; aquellos tipos eran tres agentes con grandes habilidades y dotes, por lo que cualquier fallo me dejaría completamente vendido. Decidí que lo mejor era marcharme, así que le pedí a la camarera la cuenta para abandonar el local.

Sean pudo ver como George se quedaba mirando atentamente a un hombre que se encontraba leyendo un periódico y no sólo eso, sino que se aproximaba a él haciendo como que se dirigía al servicio y así tener un mejor ángulo de visión. Mientras tanto el individuo en cuestión había pedido la cuenta a la camarera para pagar... por lo que tanto George como Sean pudieron ver el rostro del hombre que se encontraba sentado en la mesa. Mientras que Tim, por su lado estaba centrado en De Gea.

- Son 2€ caballero- le dijo la camarera a Alec, mientras dejaba en la mesa la pequeña bandeja con la cuenta.

Timothy pudo colocar sin problemas el localizador en el bolsillo del político español justo antes de que el susodicho se levantase para marcharse, después de dejar en la mesa dinero y una propina para la camarera. Entonces cayo en la cuenta de que sus dos compañeros estaban centrados en otra cosa, George se encontraba cerca de una mesa cercana a la puerta, mirando con atención a un hombre mientras que Sean se encontraba más rezagado, cubriendo el pasillo con el mismo objetivo que el segundo Bond. Sólo que Timothy no terminaba de poder ver el rostro del hombre desde su ángulo de visión.

- Son 2€ caballero- escuchó a la camarera dando la cuenta al hombre que se encontraba fuera de su campo de visión.