Partida Rol por web

Stravo escuchó con suma atención todo lo que Alec le contó, cuando finalizó pareció meditar unos segundos y comenzó a hablar.

- Tres Bond rejuvenecidos... interesante, parece que M y yo nos hemos puesto deacuerdo en volver a incorporar a nuestros mejores agentes... lo que quiere decir que esos tres 007 no serán los únicos. Después de todo ha hecho un buen trabajo... pese a que hemos tenido que emplear nuevamente el Genoma en usted y que hemos perdido a mi chino preferido... sin embargo voy a seguir contando con usted y a enviarle un nuevo refuerzo... de hecho creo que no tardará mucho en conocerlo, lo mejor de todo es su encantadora sonrisa...

En aquel mismo momento hizo acto de presencia un tío que era de grande como un armario empotrado, al ver a Alec sonrió mostrando una dentadura metálica que daba muy mal rollo...

- Acaba de entrar ¿verdad?- se escuchó la risita de Stravo- le presento a Dientes de Tiburón... a este hombretón no ha hecho falta recomponerlo, sólo lo hemos tenido que traer de vuelta unos días después de que sufriera un ataque al corazón. Es similar a nuestro difunto Oddjob... pero más alto, muuucho más alto... En fin, quiero que consigas toda la información del politicucho ese, presiento que debe estar relacionado con Lange. Mantenme informado en todo momento de lo que ocurre... Igma te irá suministrando de todo lo que necesites... ¿Alguna cosa más?

La cosa parecía que se había ido de madre, aunque en esta ocasión no había mucho que reprochar a los agentes pues solo repelieron la agresión y no fueron ellos los que empotrarón un coche contra un cafe cerca del congreso.

Con la huida de Alec quien se llevó un recuerdo en forma de bala de Tim la situación se calmo. Varios agentes españoles se hicieron cargo de la escena e "invitaron" a los 007 a seguirles. Tim tras sacudirse el polvo del traje acompaño a los agentes al vehiculo.

El trayecto no fue demasiado largo y pronto se vieron ante el mismísimo Rey de España. Tim estaba acostumbrado a codearse en altas esferas pero desde luego no todos los días se estaba en presencia de un Rey quien usaba un tono bastante distendido.

Es un placer dijo el agente mientras estrechaba la mano del monarca ante su invitación.

Siento la escena de la cafetería, pero actuábamos en defensa legítima como le habrán comentado sus hombres.

Como bien había concluido por mis suposiciones, a los pocos instantes de dejarnos en aquel salón, el rey de España se presentó ante nosotros para recibirnos, precedido de un par de armarios empotrados dispuestos para su seguridad. Los achaques de la edad eran evidentes por la muleta que acompañaba sus pasos, pero su ánimo parecía intacto. De hecho, me sorprendió su trato cercano, que incluso podría calificar de campechano. No escapaba a su ojo perspicaz que algo no cuadraba entre nuestras edades y el aspecto físico que presentábamos.

-El placer es todo nuestro, majestad. Un honor que nos reciba personalmente. Creo que nuestros técnicos del MI6 podrán darle más información sobre nuestro tratamiento antiedad.-No pude evitar dedicarle una sonrisa antes de continuar.-Pero imagino que nos habrá reunido aquí para comunicarnos algo importante. Somos todo oídos, majestad.

Terminé mi intervención y esperé pacientemente a que el monarca continuara con la conversación.

Aguardé mirando hacia la puerta cuando Stravo mencionó que había enviado un nuevo refuerzo para ayudarme en mi misión. Abrí ligeramente sorprendido los ojos al ver a un hombre gigante, incluso más que Oddjob y que encima poseía un atributo que le hacía muy especial: una dentadura de metal. “Dientes de Tiburón... El mote le queda como anillo al dedo. Debería hacerle una visita al dentista... Aunque mejor no comentarlo en voz alta, algo me dice que en cualquier momento podría dar un mordisco y arrancar lo que quisiera.”

-Me vendría bien disponer de un vehículo rápido, un chaleco antibalas y algún fusil de asalto. Lo digo para recibir en condiciones a nuestros queridos 007 la próxima vez –comento con una sonrisa-. No se preocupe, de inmediato me pondré a averiguar quién es ese enigmático político. Estamos en contacto –apostillo antes de colgar.

Me levanto lentamente de la cama en la que he estado reposando para dirigirme a mi nuevo aliado, estrechándole la mano.

-Yo soy Alec, espero que nuestra colaboración sea fructífera. Y que nos carguemos a alguno de esos cabrones, por no decir a todos –una mueca de malicia se posa en mi cara-. Cuando se disponga de todo lo necesario, tendremos que movernos para saber qué les interesa tanto de ese tipejo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

Observo con aire divertido la llegada del monarca español, país que también ostentaba una monarquía, pese a que tenía mucho que envidiar a la corona de la reina de Inglaterra. El tono campechano del rey no me termina de convencer, acostumbrado a las justas distancias que debe mantener un rey con respecto a su pueblo.

Bueno, ya sabe, los ingleses somos adelantados en todo, incluida en las innovaciones. No tengo duda que usted, con sus contactos, podrá localizar este tratamiento con rapidez, aunque le prestaré cualquier apoyo que necesite -respondo al rey con educación pero dejando claro la diferencia existente entre ambos países -Como ya le han comentado mis compañeros, sentimos lo ocurrido, no nos gusta generar escenas complicadas, dignas de películas, pero no hemos podido evitarlo...

El monarca sonrió con picardía ante los comentarios de los agentes británicos, había previsto las respuestas de los tres... pero ser campechano no estaba reñido con ser idiota... y desde luego aquel rey podía ser muchas cosas menos eso. Sus ojos brillaron con inteligencia.

- Por lo del escándalo no se preocupen- rió de buena gana haciendo un gesto con la mano para restar importancia- este país es de todo menos discreto... y los españoles solemos hacer mucho ruido... por un grupo de ingleses armándola en una cafetería tampoco nos vamos a asustar- volvió a reir para después mirarlos con sonrisa irónica- Caballeros...- comenzó con su particular acento nasal en un perfecto inglés- no he sido el rey de la transición por que sí, he lidiado en peores plazas y suelo tratar con agentes como vosotros- mostró las palmas de las manos como si alguien le apuntara con una pistola en un gesto de disculpa caballerosa, algo muy típico en él- no con vuestra fama y vuestra experiencia claro...- volvió a recuperar su sonrisa picaruela- pero si bastantes comprometidos y animosos con su oficio. El CNI es un cuerpo español bastante efectivo en lo que a cotilleos se refiere y vuestra llegada no se nos podía pasar por alto... verán... voy a hablarle sin rodeos. No se exactamente que es lo que habéis venido a buscar, pero es odbio que el MI6 ha descubierto algo estupendo para devolveros a vuestros años mozos... No me interesan los asuntos de mi prima- por prima se refería a Isabel II de Inglaterra- con recuperar la juventud en mi cadera y no tener que ir andando como Chiquito de la Calzada me conformo... no tienen ustedes idea lo dolores que vengo arrastrando...- puso cara lastimera- que a este paso me veo abdicando el año que viene- exclamó alzando las manos algo indignado.

En ese momento un agente entró con una bandeja con bebida y unas copas y las fue sirviendo a todos incluido el monarca, que la aceptó con sumo gusto... se trataba de un exquisito Brandy español

- Bueno... el caso... es que lo que voy a proponerles es simple, yo les ayudo... con todas las ventajas tanto a nivel nacional e internacional, que mi toque personal supone... si ustedes me hacen ese pequeño favor... - se mantuvo en silencio esperando las respuestas y deliberaciones de sus invitados

La señal del localizador continuaba parpadeando en el mismo sitio... el político seguía en el Congreso.

Dientes de Tiburón sonrió con su sonrisa sexy a Alec, el hombre no parecía ser capaz de articular dos palabras seguidas pero en realidad su función no era esa... sino matar y tenía toda la pinta de ser bastante profesional en ese aspecto. Tras estrechar la mano de Alec el gigante hizo señas para que lo siguiera.

Los tres agentes de Spectra bajaron a la recepción del hotel y mientras Igma arreglaba el tema de la estancia con el recepcionista, dientes de tiburón y Alec salieron fuera, al hacerlo la sonrisa metálica del gradullón se amplió al tiempo que señalaba un flamante ferrari color gris tiburón y le tendía las llaves al ex agente británico.

Al abrir el maletero comprobó que todo lo que había pedido a Stravo se encontraba allí... parecía ser que no reparaban en gastos los de la organización...

Miré para otro lado cuando el tipo me sonrió. Desde luego me tendría que acostumbrar a su siniestra sonrisa, pero tampoco me iba a hacer falta interactuar mucho con él. Su cometido era otro: aniquilar a cualquier enemigo. Recibí con gratitud el nuevo vehículo que habían dispuesto para nosotros, que además contenía en su maletero equipo para trabajar en condiciones. Me puse el chaleco observando por encima el fusil de asalto y tras esto me subí en el Ferrari.

Ahora tocaba decidir cual era nuestro siguiente paso, y desde luego, averiguar el por qué del interés que habían mostrado los 007 por el político español ocupaba mi atención. Puse en el GPS del coche la dirección del Congreso de los Diputados y llamé a Froilan Igma y a mi nuevo “amigo”.

-Subiros, quizá tengamos el honor de encontrarnos con algún agente al servicio de la reina –murmuro agarrando con fuerza el volante.

Escuché con atención las palabras del monarca español. La fama que le precedía de hombre demasiado simplón y algo corto de entendederas no encajaba con lo que estaba escuchando ahora mismo. Tal vez fuera una estrategia más entre las personas que ocupaban cargos con tanto poder, tratar de mostrarse más vulnerables de lo que son en realidad.

El caso era que aquel hombre nos estaba ofreciendo un trato, pero con unas condiciones que no podíamos cerrar nosotros directamente. Esperé unos segundos, y ante el silencio de mis dos compañeros, me arranque a decir:
-Verá majestad, el trato que nos ofrece creo que es interesante para todos, seguro que sus influencias nos resultarían de gran ayuda. Pero antes de cerrarlo, creo que la información que nos solicita es algo que incumbe a la parte científica y organizativa del MI6, así que deberíamos consultarlo con ellos para confirmar que no hay problema en facilitarle el tratamiento que ahora disfrutamos mis compañeros y yo. Si no es molestia, le pediría un par de minutos para hablarlo todo y confirmarle si estamos en disposición de aceptar su trato.

Haciendo un pequeño aparte a unos pocos metros del Rey, comento discretamente a Tim y a Sean:
-Solo he intentado dorarle la píldora al viejo un poco para ganar tiempo, pero no sé yo: ¿Creéis que vale la pena el trato? ¿Nos ponemos en contacto con M a ver que nos dice?

Tim arqueó una ceja al escuchar la proposición del mismísimo Rey, no sabía hasta que punto la corona británica a la que representaba estaría por la labor de facilitar uno de sus mejores secretos a cambio de "algo" de ayuda en un tema menor.

Tim asintió ante las palabras de George para apoyar a su compañero, una vez solos los 3...

Hablemos con M, pero creo que serán reacción a este trato y jugarsela al mismisimo Rey de España creo que tampoco parece buena opción.

¿En serio? pienso mientras escucho al monarca. Este es sin duda el país de la pandereta... nos está ofreciendo su protección e influencia a cambio de un producto que ni siquiera conoce, así estará la sanidad en España. No puedo evitar sonreir de manera cínica pero me modero, estoy en su terreno, vale más ser discretos.

Continuo sonriendo hasta que George interviene... sin duda trabajo mucho mejor solo... pero no le llevaré la contraria a mi "compañero" en esta ocasión.

- El rey no nos va a dejar salir de aquí sin una respuesta afirmativa- les susurro a ambos- quiere su cadera nueva... tendremos que hablar con M- concluyo dando un sorbo a la copa que tenía entre las manos.

- Como le hemos dicho, debemos informar al MI6- digo en voz alta tomando la palabra.

El falmante Ferrari rugió por las calles de Madrid, no recordaba haber conducido un coche como aquel... pues los mejores modelos se los llevaba siempre 007, y en el MI6 eran más de Aston Martin, Mercedes o BMW que de Ferrari... el caso es que Alec disfruté del momento volviendo al congreso.

Quizás había sido una temeridad, la policía habría establecido un cordón policial en la zona para determinar los hechos y poner orden, además los del CNI los estarían buscando... pero era muy probable que su atención estuviera en los alrededores no en el propio escenario del crimen... había que estar muy loco para arriesgarse de aquella manera... pero ¿Quién había dicho que Alec estuviera cuerdo?

Efectivamente cuando Alec llegó cerca del Congreso se encontró con que la zona de la parte trasera había sido acordonada. Por lo que tuvo que aparcar el ferrari a unos metros de su objetivo. La cafetería donde casi pierde la vida estaba medio destrozada, había cascotes, cristales y ladrillos por casi todos lados... y algún medio de comunicación relatando lo sucedido... por lo poco de español que Alec conocía pudo entender que el incidente lo habían atribuido a una conductora borracha que se había estampado en la cafetería por culpa de una distracción. Pero no parecía mencionarse nada acerca de espias... tanto mejor, así no llamaría excesivamente la atención. Pero no debía confiarse... era probable que hubiese algún agente de paisano y se encontraba con otro dilema... ¿Cómo dar con el político español? ¿Estaría aún en el Congreso? ¿Debía tratar de acceder al edificio o aguardar?

El monarca español pareció dar por buena la respuesta de los ingleses.

- Por supuesto- dijo haciendo un gesto a uno de los hombres para que les devolvieran varios objetos que le habían confiscado a los tres Bond, entre ellos los móviles- Les dejaré para que hablen tranquilamente con sus superiores- y de camino se tomaba el antiflamatorio de las ocho para mitigar los latogazos que estaba recorriendo sus reales posaderas... pensó al tiempo que se ponía de pie con gran dificultad y salía a paso lento de la sala disimulando con elegancia el dolor que le producía cada paso que daba.

Una vez que el rey hubo abandonado la habitación junto a dos de sus guardaespaldas, los tres agentes se quedaron a solas a excepción de uno de los vigilantes de la puerta, que permaneció de pié de brazos cruzados y rostro pétreo.

En cuanto que uno de los agentes realizó la llamada M se puso al teléfono, como si los estuviera esperando.

- Al habla M... - dijo escuetamente aguardando el motivo de la llamada.
 

El monarca español nos había dejado a solas, aunque no podía dejar de mirar a las esquinas y en los objetos que nos rodeaban en busca de cámaras colocadas con discreción o micrófonos ocultos.
Estamos en su terreno, literalmente en su casa. Puede que toda esta reunión solo sea una encerrona para sonsacar los detalles sobre el tratamiento al que nos han sometido, por las buenas o por las malas.

No dejaba de plantearme esos pensamientos de desconfianza, rozando lo paranoico, cuando la voz de M me trajo de nuevo al mundo real. Por lo visto uno de mis compañeros ya había establecido línea telefónica con la jefa, y esta esperaba que le comentáramos los motivos de la nueva toma de contacto. Esperé unos segundos, pero ante la ausencia de respuesta por parte de ninguno de mis compañeros, me aventuré a comenzar la conversación:

-Buenos días M, aquí George. Los integrantes del comando España acabamos de tener una reunión con el mismísimo rey de España. El tema es que Don Juan Carlos nos ha planteado el siguiente trato: Que le pasemos la información del tratamiento de rejuvenecimiento que han usado con todos los 007 para esta misión, a cambio de las ayudas e influencia que nos puede ofrecer desde su posición de poder institucional. Personalmente, yo no estoy muy seguro de que el intercambio merezca la pena M, pero pensamos que usted y la rama científica del MI6 son los que tienen la última palabra sobre el asunto.

Tras decir esto, aguardé a ver si mis compañeros querían añadir algo más, o si M empezaría a responder a nuestra consulta.

Sin más dilación George llamó a M tal y como todos habíamos pensado para pedir instrucciones. Tim hizó una señal de aprobación a la explicación de George y acerco la oreja al teléfono a fin de poder escuchar algo de lo que M decía.

Tim tenía curiosidad de la respuesta de M, pues dudaba mucho de que entregarán un secreto de tal magnitud por tan poca cosa a no ser de que estuvieran totalmente seguros de que no podrían duplicar el producto final.

Timothy observaba la sala para asegurarse que estaban solos, al menos allí estaban seguros de que nadie iba a irrumpir en la habitación con la intención de matares. El agente sonrió al pensar en que oscuro cuchitril estaría ahora mismo Alec con un buen dolor en el estomago que seguro le pasaría factura durante un largo tiempo.

Disfruté como un niño disfruta de un caramelo al conducir mi nuevo juguete. Ojalá hubiesen dispuesto de vehículos similares para mí en el MI6, pero no… esos desgraciados siempre utilizaban coches de otras marcas y, por supuesto, los mejores modelos eran para el 007 de turno. Comprobé que la cafetería no había ganado tranquilidad alguna después del incidente, puesto que estaba atestada de policías y de prensa que seguramente moldearía la noticia sobre lo ocurrido según les conviniera, pese a faltar a la realidad.

Dejo de prestar atención a lo que ocurre en los alrededores de la parcialmente destruida cafetería para centrarme en el verdadero motivo por el que he vuelto a esta zona: averiguar quién es el político y  por qué varios Bond le seguían la pista. Confío en que continúe ahí dentro, para que le abordemos a la salida de un modo eficaz pero silencioso.

-Apostaros en diferentes zonas, así podremos cubrir más flancos y vigilar mejor los movimientos que se producen ahí dentro –comento a mis interlocutores con gesto serio.

Sean permitió que George hablara, poseía buena capacidad de sintésis tenía que admitirlo... aún así, debía puntualizar.

- La excusa es la cadera- añadió con suavidad- el rey anda con mucha dificultad y padece dolor... no parece estar fingiendo en ese aspecto. Supuestamente... sólo quiere una solución para su problema...- comentó dando un sorbo a la copa de coñac que sujetaba con su diestra su opinión personal sobre aquel asunto se la reservaría hasta que su superior no se la pidiera.
 

- Entiendo...- escucharon la voz de M, tranquila como si nada de lo que le hubieran dicho la hubiera perturbado- era lógico que para el CNI no pasáseis desapercibidos... pero no me esperaba lo del rey. En circunstancias normales es probable que sólo os hubieran vigilado, no suelen meterse en determinados asuntos del MI6 según tenemos acordado... pero esto cambia muchas cosas...

Tras unos segundos en espera donde M pareció estar meditando sobre las directrices a seguir, finalmente volvió a hablar.

- La ayuda de Juan Carlos para conseguir nuestro objetivo puede ser muy beneficiosa, al estar en su terreno os puede abrir todas las puertas que necesitéis y ayudaros a dar con el escondite de Lange e incluso posee unos contactos extraordinarios fuera de su país... es mejor tenerlo de aliado... bien. Haremos un trato... le facilitaremos una dosis adecuada para ayudarlo con su cadera, ahora bien el desarrollo y el uso del Genoma es un asunto británico que como tal debemos solventar nosotros sobre el que no debe interferir el CNI, más que para colaborar con el MI6... no deis explicaciones más que las estrictamente necesarias para que colaboren con vosotros... es un asunto que no debe ser difundido o tendremos a todos los putos cuerpos secretos del mundo detrás nuestro. ¿Queda claro?

M continuó al teléfono a la espera de que sus agentes quisiesen preguntarle alguna otra cosa. Mientras tanto un tenue tono de alarma de reloj hizo que Tim consultase la hora.