Partida Rol por web

- Sí, sí... todo en orden... -, digo mientras entro a su casa. - Aunque, parece que el edificio esté vacío, no escucho ningún ruido. Bueno, creo que esto de tener las paredes insonorizadas está muy bien. Sin embargo, me crucé con unas personas la mar de extrañas por la escalera. -. continúo mientras hago memoria. - Un negro, un calvo, un chino super gordo y el vecino del ático... menudos vecinos... -

Camino junto a ella mientras le enseño las bolsas que traigo.

- Espero que te guste la pasta y el buen vino, ya que no he encontrado nada más adecuado para la cena... ah, sí... y fresas... con nata... -

Le sonrìo tras escuchar lo de los vecinos. Yo creo que nunca me los he topado pero puede ser tambièn que duermo cuando todo el mundo vive y viceversa. Le miro las bolsas con aire còmplice.

-Me parece una excelente idea-me le acerco dejando a Stvar en el piso y muy cerca de èl, le quito una de las bolsas.-¿No te da miedo que engorde con esa nata y las fresas?

Le guiño un ojo, tomo una de las bolsas y la llevo a la cocina esperando que me siga.

Sigo a Erin hasta la cocina mientras me quedo pensando en los vecinos a los cuales me he cruzado, pero rápidamente, al verla a ella, cualquier cosa que tenía en la cabeza desapareció por completo. Cuando llego a la cocina, dejo la bolsa que tenía en mis manos sobre la encimera mientras miro hacia abajo al ver como su minino se pasa por entre mis piernas buscando mimos.

Me agacho para acariciar al gatito, mientras miro a mi compañera de viaje con una sonrisa.

- ¿Qué tal? ¿Alguna novedad del viaje? -

Pongo las bolsas sobre la mesada y lo miro.

-Bueno, me han llamado para confirmar la reservaciòn pero sòlo eso... ¿Tù tienes alguna novedad?

Me asomo dentro de las bolsas y miro lo que ha traìdo, no puedo resistirme a las fresas y tomo una, la lavo y luego la muerdo sugestivamente miràndolo.

- ¡Eh! ¡No comas todavía, que debo prepararlas! -, te digo con una sonrisa. - A mí no me han llamado ni me han confirmado la reserva, espero que si llaman ahora, dejen un mensaje en el contestador. Realmente esto me parece muy extraño... hoy nos llegan los pasajes a todos para marcharnos mañana... ¿no te resulta inquietante? -

Mientras ella me respone, comienzo a sacar las cosas de las bolsas para poder comenzar a hacer una rica cena. Acto seguido, cojo los utensillos necesarios, como cuchillos y demás, y me pongo manos a la obra.

-Mmmm, te ves sexy cocinando... No recuerdo haberte visto asì nunca-sonrìo mientras me siento en la mesada y le observo cocinar.-No sè si me parece raro, me parece demasiado apresurado pero bueno, sus razones tendràn. Como sea, ¿què de malo puede pasar? Ambos deseamos esto, no me diràs que tienes miedo y que prefieres quedarte cuidando mi casa..

- ¿Miedo? No... no es eso. Sabes que lo que no me parece lógico, me complica la vida. -, le digo mientras termino de picar los ingredientes de la salsa y los arrojo a una olla con un poco de aceite para comenzar el sofrito. - No sé, parece todo muy bien organizado y eso... no te preocupes, cosas mías. -, termino diciendo mientras uso una cuchara de madera para remover las cosas así evitar que se quemen.

-Sì bueno, tienes un poco de razòn pero he pensado que para un evento de tal magnitud... Con tal cantidad de personas, pues debe haber mucha organizaciòn, de lo contrario todo el asunto se les saldrìa de las manos-intento llegar hasta la bolsa donde tiene las fresas.-Lo cierto es que yo me alegro que me hayan avisado con un dìa de anterioridad, asì no estoy toda nerviosa esperando que suceda...

Le doy una palmadita cariñosa en el dorso de la mano al verla acercar a la bolsa de las fresas mientras la miro y niego con la cabeza.

- Las fresas son para el postre... -, le digo sonriendo. - Con respecto a lo otro, no sé... todo se andará. -

Continúo preparando la salsa mientras coloco un cazo con agua, sal y aceite para cocinar la pasta.

Retiro la mano suavemente.

-Està bien, me comportarè... Rivas, pareces un viejecito achacoso, nada sucederà, veràs. ¡Dios! Nunca te imaginè cocinando en mi casa, esto merece una foto y tengo la cam justo en el living, lista para viajar, asì que...

Salto de la mesada esperando que no pueda cogerme.

¿Una foto? ¿Cocinando? Ains...

- Vale, pero solo por ser tu te dejo tomarme una foto... -, le digo mientras me giro sonriente.

En ese momento de distracción, el cuchillo se me resbala de las manos y me hace un pequeño corte en el dedo, el cual me hace llevar la mano a mi boca y a meter el dedo bajo el agua del fregadero.

Cuando vuelvo con la cam en las manos, veo a Rafael con el dedo bajo la lluvia del grifo y me le acercó.

-Uh, pobrecito. Te cortaste-saco su dedo del agua y aunque la herida no es profunda, me siento obligada a curarle.-Ven, vamos al baño, te curaré ese dedo.

Probablemente se quejará montones de veces antes de llegar al cuarto de baño pero no me importa, conseguiré curarle. Hago ligera presión sobre su dedo mientras lo halo para que venga conmigo.

- Maldito cuchillo... -, maldigo al aire. - Oye... que no es nada... que no es nada... que noooo... déjalo... -, voy quejándome mientras vamos al servicio.

Bueno, es un caso perdido. No conozco persona más testaruda que ella. Además, yo tengo el sí fácil. Así que, rechistando un poco menos, dejo que me lleve al servicio, no sin antes bajar el fuego de la comida para que no se queme.

Lo hago sentarse sobre la taza del baño y luego, sacando lo necesario del botiquín, me siento sobre sus rodillas y pongo su mano sobre mi pecho para poder maniobrarla, le pongo un poco de alcohol y espero un poco por si va a gritar, luego le soplo suavemente en el dedo.

-Ya tranqui, llorón...-sonrío.

- Veo que sabes lo que haces, casi ni me duele. -, le digo mientras paso mi mano libre por su espalda de arriba hacia abajo, siguiendo la línea de su columna, hasta llegar a su cinturón, el cual bordeo con soltura metiendo mi mano debajo de su ropa.

- Sigue soplando, que arde un poquito. -, le digo con cara pícara.

Sonreí y le puse una bandita con sumo cuidado, era obvio que no le dolería mucho más que lo normal para una herida de esa magnitud. Luego besé su dedo cuidadosamente y sonreí.

-No soy enfermera pero te cuidaría todo lo que hiciera falta...-le besé los labios.-Ahora, no olvides mi cena porque no quiero comer algo quemado.

- Tus besos son la mejor medicina que he probado. -, le digo mientras la beso también.

La levanto lentamente de mis piernas en mis brazos y así, con ella en brazos, me voy a la cocina. Yo tampoco quiero que se queme la comida, y además, tengo que preparar las fresas antes de que se pongan malas.

Una vez en la cocina, siento a Erin sobre la encimera y continúo con la cena, ahora con una tirita en el dedo.

Vuelvo a observar a Rivas cocinando, le sonrío cada tanto. Mejor será que yo no meta las manos en la cocina, siempre echo a perder todo. Por suerte lo tengo a él para cocinar.

-Eso huele delicioso... ¿Quién te enseñó a cocinar? ¿Tu madre?-bromeo.-Me parece que esta va a ser una de las mejores noches de mi vida.

Lo atraigo en un descuido, mientras puede dejar su salsa tranquila y lo beso apasionadamente, la verdad es que Rafael me tiene gratamente sorprendida.

Cuando termina de besarme, continúo revolviendo la salsa haciendome el interesante.

- ¿Cocinar? He aprendido solo. -, le digo con una sonrisa. - Con respecto a la mejor noche de tu vida... esto recién empieza. -, continúo mientras le guiño un ojo.

afuera del departamento se escuchan unos gritos en chino y unos disparos....
luego el silencio vuelve a reinar....