Partida Rol por web

Los chicos salieron corriendo tras Edward cuando el mafioso salio a todo correr de la habitasion. Lo que habia dicho sobre Jaack era mas que simplemente preocupante. que halla tenido un ataque de panico no significaba nada bueno, mucho menos si le habia dado en territorio enemigo. Las posibilidades de que cosas malas pasasen eran incluso muchas mas de las que ellos creian.

Edward no se percato de que los chicos lo estaban siguiendo hasta que llego al ascensor y los vio llegar antes de cerrar la puerta.

- ¿Que están haciendo? -peguntó- Bah, no importa. Vamos, ¡rapido!

Edward detuvo el ascensor hasta que los chicos entraron, y una vez ellos estuvieron dentro dejo que el ascensor se pusiese en movimiento. Este fue el tercer viaje en ascensor del dia junto a Edward, lo cual se sentia un tanto raro, pero este no fue ni de asomo tan tenso como el segundo. Al llegar hasta la panta baja del hotel, las puertas dell ascensor se abrieron de par en par, y Edward comenso a correr de nuevo. De verdad que tenia resistencia como para andar corriendo despues de ese maraton que se hecharon al salir del apartamento de Brown.

Al llegar a la calle, de inmediato la cruzo sin miedo alguno, ganandose que un auto que estaba pasando casi lo atropellase y que el tipo que iba manejando le gritara una obcenidad. Inmediatamente, despues de casi ganarse una hospitalisacion, Edward se dirigio a un auto negro que estaba estacionado frente al hotel y uso las llaves que Francis le habia dado para entrar.

Una vez dentro, lo primero que hiso fue quitar los seguros de las puertas para permitir que los chicos entrasen y luego encendio el auto. Ya con los jovenes adentro y el auto encendido, el mafioso piso el acelerador y arranco con velocidad.

- ¡Oigan! -Llamo la atencion de los chicos de repente- ¿Donde queda ese cafe de Iris?, la peli azul me dijo que ella y el chico del gato estaban alli, y que ustedes saben cómo llegar.

Asi que Jack y Etsuko estaban con Iris... Era facil de imaginarse porque, pero lo que si les llamo la atencion fue el detalle que Eward dijo antes, sobre que ellos estaban en un cafe donde frecuentaban los hombres de la Royal. Eso era como minimo muy curioso. Por suerte todos en el grupo conocian donde quedaba el cafe de Irirs, asi que indicarle a Edward donde quedaba no iba a ser un problema. Pero si era cierto que tenian que apresurarse, quien sabe en que estado podia estar Jack. 

Poco a poco tu mente se fue aclarando. ¿Que habia ocurrido?. ¿Porque Iris estaba sentada frente a ti con esa mirada de preocupacion? ¿Donde estaba Etsuko? Poco a poco fuiste callendo en cuenta de que habia ocurrido durante tu episodio. La llamada que contesto Etsuko (Aunque no sabias quien fue ni que se dijo en esa llamada), la nueva pelea entre las dos chicas , y, los mas impactante de todo, El beso de Iris. Sabias que lo habia hecho para hacerte beber esa agua, pero la verdad, con todo lo que habia ocurrido entre ustedes en este rato que llevan en la cafeteria, no sabias como interpretar lo que ocurrio.

- ¡Jack! -Dijo Iris preocupada, al borde de comenzar a llorar- ¿Estas bien? ¿no te mate con esa pastilla verdad? Vamos. ¡Di algo!

Debia haber estado hablandote todo este tiempo para mantenerte despierto, y al parecer llevaba un rato en eso, pues por como hablaba y por como se veia pareciera como que si ya estuviese desesperandose de tanto hablarte sin que le respondieras.

¿Donde estaba Etsuko? No la veias por ningun lado...

Estabas un tanto aturdida por lo que acababa de ocurrir. Iris beso a Jack. Si, era cierto que lo habia hecho para darle la pastilla mientras el estaba a mitad de su episodio, ella hizo lo que se tenia que hacer para protejer a Jack, Iris habia hecho lo correcto... Pero aun asi, no podias evitar sentir cierta frustracion con todo esto. Iris habia hecho lo correcto, pero tu deseaste que no lo hubiese hecho. Al fin y al cabo, todo eso termino siendo demasiado para ti, y decidiste que tal vez lo mejor seria salir a tomar un poco de aire.

En ese momento, tus sentimientos estaban tan descontrolados que ignoraste el hecho por el cual tu y Jack habian decidido entrar a la cocina junto a Iris en primer lugar. la chica del parche y el pelirrojo aun estaban sentados en su mesa. Por suerte, parecieron no percatarse de tu presencia. Estaban hablando, o mejor dicho, la chica estaba hablando. Por alguna razon, el pelirrojo no hablaba en absoluto. Solamente asentia con la cabeza cuando la chica le decia algo. Era un tanto raro.

En cualquier caso, ya que no se habian percatado de ti, podias buscar alguna mesa alejada de ellos para descansar un poco, pero tambien estaba la opcion de acercarte a los dos mafiosos y escuchar de que era lo que estaban hablando. Seria arriezgado, pero quien sabe, podias enterarte de algo importante. Ademas, ellos no se percataron de tu disfraz recien entraron al cafe, era posible que simplemente no se diesen cuenta incluso si te sentabas cerca de ellos.

La joven estaba en shock, con el corazón acelerado, estaba a punto de caer en una crisis y podía sentirlo, necesitaba salir de ese lugar, pues sus sentidos estaban sobreexcitados y la sobrecarga sensorial le dificultaba escuchar o ver incluso, aunque pudo notar que la pareja de mafiosos no la habían notado, así que caminó dando algunos tumbos hasta la salida, no iba a quedarse, no sólo por su ataque, sino porque ya no tenía nada que ver con ese asunto, no tenía nada que ver con las personas a las que llamó familia, con los mafiosos, con nada, pero sólo un ser quedó fijo en su mente. Dante. 

La joven avanzó hasta la salida, apresurando el paso lo más que pudo, hasta poder cruzar las puertas de ese café, caminando entre las personas hasta dar con un callejón en donde se metió y buscó un lugar oscuro alejado. Pegó la espada a la pared y se deslizó por esta, comenzando a llorar, a llorar como una niña pequeña. Pasaba sus manos para secar las lágrimas, pero esas seguían saliendo sin que pudiera controlarlas. Todas esas emociones se arremolinaban en su cabeza, deseando solamente que todo pasara, que acabara para siempre. 

Tampoco hizo mucha falta que Edward sostuviera la puerta porque, al igual que la anterior vez este día, casi que entre al ascensor como una bala a punto de estrellarse contra la pared, pero al menos esta vez frené a tiempo. Respirando con fuerza me mantuve en silencio mirando la puerta, sabía que en cuanto se abrieran las puerta de nuevo tocaba salir a la misma velocidad por lo que no era necesario hablar nada. Y así fue justo detrás de Ed iba en busca del auto, tanto que la segunda persona en ser insultada por los conductores fui yo mismo ya que en cuanto él freno el tráfico pase yo volando impidiendo que este se reanudara. Y al igual que la última vez tome el asiento delantero.

Apenas moví un poco la cabeza en su dirección mientras mantenía la vista en la carretera, al menos hasta que menciono a Iris y tuve que dirigir más la vista hacia él por la sorpresa- ¿Están en el local de Iris? -apreté el puño- Yo te guio... al menos si están allí podremos entrar por la puerta trasera, nos conocen a los cuatro en ese café así que seguro puedo convencerles de que no necesitamos ir por delante.

Midori siguió a Edward y a Kat, aunque se mantuvo en la retaguardia. Era una especie de hábito que tenía, el de cubrir la espalda de sus amigos siempre. Después de todo, esa era en parte su función en el grupo. Por esto mismo, se mantuvo así y entró después del pelirrojo al ascensor.

La pregunta del gangster pareció ser respondida por sí mismo, lo cual le aligeró un poco el peso de tener que pensar en una respuesta aunque en verdad no tendría por qué hacerlo, ya que era obvio que irían por ellos. Por más que le hubiera molestado su actitud con respecto a todo lo sucedido, no los dejaría solos en territorio enemigo. Ahora bien, ¿por qué habían ido allí? En verdad dudaba que los de la Royal tuvieran como rehén a Dante. Era un gato a ojos de todos, excepto ellos.

Siguiendo de cerca a Edward, fue también casi arrollado por los autos, aunque se mantuvo cercano a Kat para auxiliarlo en caso de ser necesario. Sin embargo, ni se inmutó ante los insultos de los conductores embravecidos. Peores cosas había escuchado a lo largo de su infancia.

Ya en el auto, Midori se sentó en el asiento trasero entre ambas sillas. Kat guiaría, así que él solo se encargaría de ver el camino... por el momento - Curioso. ¿Será Dante un rehén? - dijo con genuina curiosidad y de nuevo aquel tono frío y más ronco que la voz que tenía como Chizuru.

El shock fue demasiado duro como para que tu lo manejaras. Ver como una de las peores cosas que te podrían pasar en esta vida ocurría ante tus ojos nuevamente sin poder hacer nada fue algo para lo que no estabas preparada. Fue simplemente demasiado rápido y cruel.

¿Porque las cosas malas en esta vida te ocurrían a ti? Nunca has podido ser feliz, ni cuando eras apenas una niña ni ahora tampoco. Todo lo que jamas llegabas a tener era arrebatado de la forma mas cruel posible. Era como que si el mundo en si mismo estuviese constantemente planeando la mejor forma de hacerte sufrir de todas las maneras habidas y por haber. La única opción que te quedaba era sufrir en soledad, en alguna esquina olvidada por el mundo, solo acompañada por tu misma desesperación. ¿Que habías hecho tu para merecer esto? ¿Cual fue el error que cometiste? ¿Porque el mundo te odiaba tanto?

Saliste caminando de la cocina y caminaste sin rumbo mayor, solo buscando un lugar en el cual pudieses alejarte de todo esto aunque sea por un momento. En algún momento diste a para en un callejón cercano a el café, aunque la verdad, justo ahora no te importaba mucho que tanto te hubieses alejado. Solo querías estar sola.

El frio del callejón y el asfalto te envolvió por completo. Te sentiste como si pertenecieses allí, como una bolsa de basura que nadie quiere ver, dejada en el olvido en ese callejón. Nadie te miraba, nadie te prestaba atención, nadie siquiera aceptaba tu existencia. Solo podías escuchar el ruido lejano que venia de la calle, las voces distantes parecían provenir incluso de otro mundo, y ese mundo era uno al que tu nunca llegarías a pertenecer…

- Oye. -Repentinamente sonó una voz frente a ti- ¿Que estas haciendo aquí? ¿Te perdiste?

¿Quien era esta persona? ¿que estaba haciendo frente a ti? ¿En que momento habia llegado? Y ¿Porque te esta hablando? Como tienes la cabeza agachada no logras ver quien es, pero su voz te suena familiar de alguna parte...

Edward manejo de forma agresiva por las calles e hizo un gran esfuerzo por no bajar la velocidad lo mas que pudo. Estaba motivado a andar a toda maquina y no quería dejar que nada lo detuviese. Hubieron un par de veces en los que ignoro semáforos que cambiaron a rojo cuando el aun no estaba ni siquiera cruzando de un lado a otro e incluso hubo una que otra vez que casi se lleva a un motorizado por delante por andar condiciendo a tal velocidad, pero ya sea por suerte o por la habilidad tras el volante de Edward, todos lograron llegar a la zona roja nuevamente en una pieza.

La verdad nadie en ese auto quería regresar a ese lugar, no justo cuando acababan de salir corriendo de allí. Aun no habia pasado suficiente tiempo como para que las aguas se calmasen después de lo que ocurrió en el apartamento, así que lo mas probable es que Irving y sus subordinados aun sigan buscándolos por la ciudad. La verdad este era el peor momento para estar por aquí, pero Jack y Etsuko podían estar en peligro, así que no tenían tiempo como para preocuparse por ese tipo de cosas.

Kat le indico con exactitud a Edward donde era que quedaba el café de Iris, así que llegar no seria un problema en cuestión de direcciones, pero el problema ahora era que tenían que andarse con cuidado y evitar llamar la atención en la medida de lo posible, lo que significo que hubo que bajar la velocidad del auto, lo cual al mismo tiempo causo que a algunos de los presentes les diese un poco de ansiedad toda la situación. Ir lento en este momento no era lo que querían.

El sol de la tarde alumbraba las calles de una forma distinta a como lo hacia al mediodía cuando pasaron por aquí por primera vez, y ahora habia menos gente en la calle que antes. La ciudad ya estaba entrando en la hora en la que la gente comenzaba a desaparecer de las calles, ya sea porque estaban trabajando o porque estaban ya en sus casas. Normalmente este lugar a esta hora era tranquila, pero el ambiente estaba particularmente pesado hoy y la verdad el porque no era un secreto para nadie.

Edward logro llegar hasta la calle del café sin matar a nadie y sin hacer que la policía los detuviese, así que eso se podía considerar un éxito. Aun estaban un poco lejos del café, pero por lo menos en donde estaban podían ver a lo lejos el lugar donde estaba el local. Al entrar a esa calle, Edward inmediatamente bajó la velocidad y mirando por el retrovisor comenzó a hablar.

- Ajá, -Dijo- ¿cual es el café que buscamos?

¿Por qué tenían que volver tan pronto? Era casi como una broma de mal gusto. Recién había mostrado su apariencia como Chizuru y esa sí que no podría ocultarla, así que le ponía ansioso el hecho. Sin embargo, eso no lo mostró sino con el constante tamborileo de sus dedos sobre sus rodillas. Se sentía ansioso porque tendrían que regresar.

Al principio se sujetó como mejor pudo mientras Edward iba a toda máquina por las calles hasta el punto en que tuvieron que ralentizar. Aquel tamborileo se hizo presente de nuevo, pues ahora tendrían que fingir serenidad... Qué molesto. ¿Por qué esos dos tendrían que haber hecho algo como eso? Luego los reprendería, pero eso tendría que ser después de sacarlos de allí.

Una vez se acercaban, su conductor preguntó y Midori miró a Kat para que siguiera indicándole, aunque decidió tomar la iniciativa. No podía dejarle todo al pelirrojo - Es por allá - indicó el camino al café de Iris, pues él también lo conocía. Solo esperaba que llegaran antes de que la situación se agravara.

Y si, puede que me mantuviera sujeto a la puerta durante todo el trayecto, pero casi ni pestañeé, una cosa era sentir la velocidad ridícula a la que iba Edward y otra muy diferente no quererla o temerla en lo absoluto. Ahora mismo en este momento las pocas cosas que podían darme miedo por perder mi vida no existían. Si la tensión hubiera sido menor habría hasta disfrutado del viaje, insultado a alguno de los que nos pitaron tras verse obligados a frenar en seco o incluso sacarles el dedo por la ventanilla, pero ahora mismo solo miraba al frente.

De hecho la peor parte sin duda fue cuando ya estábamos tan cerca que estábamos obligados a conducir de forma normal, se me hacía que íbamos a paso de tortuga, estaba convencido de que detrás de cada esquina alguien nos vigilaba así que no paraba la mirada en un solo punto, en su lugar bailaba por todos nuestros alrededores. Una vez nos detuvimos Midori termino de indicar cual edificio en concreto era el que nos interesaba- Pero será mejor si entramos por la puerta trasera... Iris nos conoce de hace tiempo así que si algo le ha pasado a Jack en su bar lo tendrá en la zona del servicio -señale una puerta algo más apartada que la principal- Por ahí.

Agobiada por lo que sentía, el corazón se le iba a salir del pecho, y se abrazaba así misma porque era la mejor manera de contener sus emociones, eso le había enseñado su madre, uno de los pocos recuerdos cálidos de su infancia. La joven resoplaba, pronto comenzaría a mecerse, presa de la angustia, aunque poco importaba, pues, aunque estuviera en plena crisis, nadie la ayudaría, era invisible. Qué sentido tenía la vida así? Era invisible, incluso para los que habían jugado a ser su familia por aquel tiempo, incapaces de comprenderla.

Alguien le habló, no pudo responder, aún apretaba sus rodillas contra su pecho, pero esa voz se le hizo familiar, además, la había visto en ese callejón. Un callejón oscuro donde la basura debía estar.

— sí... — le respondió casi inconsciente, levantando la vista para ver a aquella persona. 

Estabas completamente perdida. No querías pensar en nada, ni siquiera querías seguir existiendo. ¿Que sentido tenia seguir viviendo en un mundo que te odia? Si hubiese una forma de hacer que todo desapareciese, tal vez la tomarías en este momento si alguien te la presentase.

A pesar de que ni tu misma querías aceptar tu propia existencia en este momento, al parecer si hubo alguien que reconoció tu existencia. ¿Quien era esta persona? ¿Por que se acerco a ti? ¿Será que quería algo o simplemente esta allí para intentar ayudarte? Ahogada como estabas en tus pensamientos, simplemente alzaste la cabeza para ver quien era esa persona frente a ti, y definitivamente te llevaste una sorpresa.

Tu sabias quien era esa persona, pero definitivamente era una no querías volver a ver jamas en tu vida. Ese cabello naranja y esos ojos azules los reconociste de inmediato. La persona que estaba frente a ti no era nadie mas ni menos que el mismo hombre que le disparó a Jack en el hombro y mató a Brown hace días. Kihara Onosuke. La ultima persona que querías encontrarte en esta situación. El tipo iba cargando con una caja de cartón bajo el brazo que quien sabe que tendrá adentro.

- O-oye, no te ves bien -Dijo el cuando le hablaste- ¿Estas enferma? ¿Necesitas un medico?

A pesar de que alzaste la cabeza y le hablaste, el pareció no reconocerte. De seguro era por el disfraz, pero aun así te pareció extraño que el no identificase de inmediato quien eras. No reacciono de ninguna forma agresiva al verte la cara y mas bien tenia una expresión tranquila, que incluso reflejaba un poco de preocupación por ti.

Edward detuvo el auto cuando le indicaron cual era el local al que iban a entrar. Lo estacionó alrededor de unos 50 metros del café de Iris. Según lo que Etsuko le habia dicho por teléfono, al parecer habia gente de la Royal dentro del café, así que habia que tomar precauciones para que no los viesen llegar.

Ya con el auto estacionado, Edward lo apago y antes de abrir una puerta, se dio la vuelta hacia los chicos a la vez que sacaba su revolver para reponer las balas que habia gastado en el apartamento de Brown.

- Escuchen, haremos lo siguiente, yo me asomaré por delante solo para ver si identifico a alguien mientras ustedes van por la puerta trasera y sacan a sus amigos de allí. Lleguen hasta la puerta y esperen allí a que yo los llame por teléfono. Si veo que todo esta bien, y no hay problemas, entren y hagan lo suyo. ¿De acuerdo?

Era una buena idea. La gente de la Royal los estaban cazando era a ustedes, y era muy poco probable que reconociesen Edward, así que el plan tenia sentido. Ademas, tomar todas las precauciones posibles no estaba de mas.

Me había adelantado ligeramente a Edward por lo que cuando se detuvo a recargar el arma yo ya tenía la mano en la manilla de la puerta, le mire en silencio y completamente inmóvil, a la espera de que estuviera listo para salir. Me gusto su plan, tenía la suficiente precaución como para saber que no íbamos a entrar en la boca del lobo, pero tampoco nos iba a retrasar en exceso. Antes de salir puse mi teléfono en modo vibración, no quería que nadie escuchara una llamada y le diera por mirar en esa dirección. Una vez todo estuvo listo mire la puerta que era nuestro objetivo desde dentro del auto, mire a Midori y por último a Edward- Listo...

En cuanto él saliera haría yo lo mismo y me movería rápido hacia allí asegurándome de mirar en todas direcciones a cada paso.

Apenas llegaron, Midori colocó su teléfono en vibración también. No querían que algo así delatara su posición y más porque eran ellos los principales objetivos de la Royal. Edward podría ser reconocido, pero como otro miembro de una familia, así que no sería tan terrible como para decir que su vida corría más peligro.

Asintió a lo dicho por Edward y miró a Cat - Listo - y se dispuso a ir este delante del pelirrojo para poder cubrirlo. Después de eso, esperó a que llegara el momento de actuar. Debían ser veloces y sobre todo, no debían dejarse ver. Avanzó por la puerta trasera con mucha cautela.

Al verlo delante de ella todo su cuerpo se tensó en extremo, sus pupilas se dilataron y ya se imagino saltándole al cuello para clavarle un puñal en el ojo. Pero no cargaba ninguna arma y con las manos temblando, sus movimientos serían erráticos. Pero no la reconoció, revelando lo insignificante que había sido aquel encuentro para aquel hombre en donde había herido a otras personas y matado a una. Asi que solo atinó a moverse hacia atrás, moviendo su cabeza de lado a lado. 

— no.. pero ya se me pasará — le dice, echando su cabeza para que la viera mejor — ¿por qué me ayudas? Hace unos días intentaste matarme — le dijo, llevando su mano a su boina y sacándosela, dejando su cabellera Celestina caer sobre sus hombros. Era mejor rebelarse, así la mataba y terminaba con esa existencia tan miserable en la cual vivía.

Cuando Edward escucho como ambos confirmaban al mismo tiempo que ya estaban listos, el también les asintió a la vez que los miraba a la cara a ambos.

- Bien. -Dijo el para luego guardar el revolver en su chaqueta- ¡Vamos!

Al decir eso, los tres salieron al mismo tiempo del auto. Ya sabían que hacer, así que ustedes inmediatamente fueron a encaminarse hacia la puerta trasera mientras que Edward caminó hacia el café. Al salir nadie pareció reconocerlos o siquiera reaccionar de alguna forma a su presencia. A pesar de que en este momento ustedes eran dos de las personas mas buscadas en la ciudad, aun podían caminar por las calles sin que inmediatamente alguien intentase algo. Era una sensación extraña, pero en este momento no tenían tiempo para fijarse en eso.

Sin perder ni un segundo, ambos fueron hacia los callejones que daban a la puerta trasera del café. El ruido de la calle y la gente de la ciudad se fue haciendo cada vez mas lejano con cada paso que daban, y lo único que pudieron escuchar por un rato fue nada mas sus pisadas sobre el concreto. Normalmente una situación como esta seria suficiente como para asustar a cualquiera de los dos, la tensión era casi palpable en el aire. Al fin y al cabo, ustedes sabían que dentro del café de Iris habían personas de la Royal que los estaban buscando, pero después de lo que pasó en el apartamento de Brown, momento en el que basicamente miraron a la muerte a la cara y se salieron con la suya, esto parecía ser un juego de niños.

No les tardó mucho llegar a la puerta trasera. Ustedes sabían donde estaba de todas formas. No habia nadie a su alrededor ni indicios de que alguien los halla seguido, así que por los momentos todo iba bien.

De repente, Midori sintió como su teléfono comenzó a vibrar. Era Edward.

- Vale. -Se escucho la voz del mafioso recién Midori contesto el teléfono- Malas noticias. Desde aquí vi a el pelirrojo y a la niña de Onosuke. Aunque a juzgar por como se ven, aun no ha pasado nada. Solamente están tomando un café y ya. Entren y saquen a sus amigos ya... Antes de que algo ocurra.

Tal vez ya habías perdido la razón por completo. Bueno, de cierta forma acababas de ver como lo ultimo que te quedaba en la vida se desmoronaba frente a ti, así que tal vez habia una razón compresible tras tu aparente locura. Esto que estas hacinado era basicamente saltar directamente a la boca del lobo.

En un principio, Onosuke reacciono mas bien extrañado cuando mencionaste eso de que el te habia intentado matar hace un par de días. No pareció entender a lo que te referías con eso (aunque definitivamente si pudo haber hecho una idea) hasta que te quitaste la peluca y lo miraste a la cara nuevamente. Inmediatamente el tipo reaccionó dando un paso hacia atrás sacando rápidamente un revolver de su chaqueta y te apunto a la cara. Su expresión cambió de preocupada a seria en un instante.

- ¿Que demonios haces aquí? ¿Quieres que te mate? -Pregunto inmediatamente para luego hacer una pausa antes de volver a hablar- ¿Estas sola?

Esta vez Onosuke no parecía ser tan agresivo y completamente malvado como lo fue la ultima vez. Incluso habia algo extraño en su mirada, en vez de darte esa sensación de sed de sangre que desprendía en el bar, esta vez parecía mucho mas tranquilo y calmado. Siempre habías sido mejor que los demas notando esa clase de cosas. Lo que la gente llamaba “auras” o “vibras” era algo que de cierta forma tu sentías, así que al ver a este hombre frente a ti ahora, habia algo en el que te llamaba la atención… Parecía ser una persona completamente distinta a la que viste en el bar...

La joven de ojos fríos echó su cabeza hacia atrás, miró por el callejón, no había ido por ella, había preferido a aquella chica. Nunca perteneció a ese grupo al que solo se unió porque no tenía a donde ir y su compañía se le hizo agradable. Un lugar donde quedarse, pero ahora estaba en ese lugar sucio y abandonado. Volvía a ser escoria y realmente no quería seguir. Suspiró, sus ojos ahora se clavaron en aquel hombre que estaba sorprendido, pudo leer ese gesto en sus rasgos, identificarlo. Entornó sus ojos, no sentía que fuese a asesinarla sin más. Era distinto, pero seguía siendo el. Era como ella, concluyó.

— sí, estoy sola — mintió, pudo decirle que Jack estaba en ese café con su novia, que también cayera sobre él lo que fuera q pasar, sería divertido, pero se quedó para sí esa información — me fui del grupo, no soy parte de ellos, me traicionaron, yo solo quería encontrar a nuestro gato, Dante, pero ni eso puedo hacer bien — mintió, aunque esta vez en parte, aunque tampoco se podía pedir que le correspondieran, ¿no?

— acaba rápido conmigo, no hay cámaras aquí, nadie lo verá — cerró sus ojos y apoyó su cabeza en la pared, su mano seguía en su pecho, dolía, el ataque de angustia no se quería ir y apretaba su pecho con violencia. Todo sonaba han estridente y los colores eran tan brillantes que dolía tener los ojos abiertos. 

Sonaba sencillo, parecía sencillo, no lo era. Estaban hablando de gente de la Royal después de todo y estaban en su territorio. Solo eso ya era entrar en la boca del lobo por voluntad propia. El trayecto hasta la puerta trasera había sido bastante tranquilo y no parecían reconocerles aún, a pesar del característico color de su cabello. Y es que ambos eran bastantes llamativos, por lo que por un momento en medio de todo pensó en comprar pelucas de otros colores.

Ya de vuelta a lo que sucedía, sintió su teléfono vibrar y lo sacó para mostrarle a su amigo quién llamaba. Aceptó la llamada y escuchó lo que dijo atención. Frunció el ceño y se preguntó para sí mismo cómo era que no los habían visto aún, aunque eso era una ventaja real para ellos, motivo por el cual dijo suavemente - Yo iré primero - y luego de eso, abrió la puerta trasera como mejor pudo para hacer su mejor esfuerzo en acercarse a sus amigos sin ser visto.