Partida Rol por web

Lizza sonrió a Duncan cuando hizo la broma con su comunicador, le había hecho gracia el comentario robotizado que salía del dispositivo y que denotaba el humor agradable del hombre.

- Entonces te llamaré Duke, no quiero llamarte de manera formal y que asocies mi cara con la de tu jefe... - la joven era bastante agradable, se relacionaba sin dificultad alguna y mostraba cierta dosis de encanto en su trato.

A Lizza le agradó mucho el comentario de William de que iba a enseñarle a practicar con la moneda, como si aquella habilidad le hubiera resultado sumamente interesante, así como los comentarios de Jim sobre la velocidad de los vehículos y hacer carreras con éstos.

Lo que Lizza no podía estimar es que tras haber hablado con Mikhail e intentar romper el hielo de buen rollo, éste se revolviera como si le hubiese insultado, hasta su rostro mostró un halo de violencia mal contenida que sorprendió a la muchacha tanto que le hizo dar un paso atrás. Aunque a continuación, sintiéndose completamente ultrajada por el trato recibido se volvió a posicionar donde estaba, como si recordase que nadie iba a hacerle trastabillar, encarándose contra el joven, ahora eso sí, sin decir nada, conteniendo su lengua por la prudencia del sitio donde estaban, aunque el corazón le bombease frenético en el pecho.

William en ese instante se interpuso entre Lizza y Mikhail, como si temiera que la golpeara. Irónico que el muchacho se tomara la molestia de encarar a alguien que sin lugar a dudas, podría reventarle. Lo que más pudo sorprender a la fémina fue el tono que Billy utilizó, estaba claro de que era un joven agradable pero sabía enfrentarse si veía una situación injusta y aquella lo era, al menos desde la perspectiva de Lizza, que no tenía intención de pelear y mucho menos, de provocar problemas.

- Billy ya, déjalo, todo está bien... - dijo la mujer intentando suavizar y dar calma aunque ella misma seguía alterada -...No es lugar donde se deban provocar estos conflictos, estamos aún en la Tierra... Y si cabreamos a quien no debemos nos pueden mandar a casa... - miro a Mikhail muy seria - Quizás esto podamos dejarlo solucionado ahora, borrón y cuenta nueva, como si no hubiera pasado... Por mi parte siento si te he molestado con mis comentarios... - dijo la joven para intentar pasar página, tomando del brazo a Thompson para quitarle de en medio y que la pelea no fuera a más - No sabes lo que te agradezco que hayas dado la cara por mi, en serio, pero si te echan por mi culpa es algo que no me perdonaría... De verdad, te debo una... - susurró dejando kilómetros de espacio con respecto a Mikhail, Lizza buscaría otro grupo con quien relacionarse

Benedict había estado muy tenso en la presentación, aunque bien era cierto que la actitud de Martin le ayudó a relajarse, pues a estas alturas cualquier otro le hubiera dado la espalda e ignorado, pero Ruiz, armado de paciencia, hizo todo un procedimiento de gestos que ayudarían al tímido varón a sentirse algo más cómodo.

- En...encantado de cono...conocerte... - dijo dándole la mano y sonriendo ante su enérgica actitud - ¿Chicle?... No, no, Dickens... - respondió pensando que le preguntaba por el apellido, dándose cuenta casi de inmediato su error - ¡Ah!... ¡Oh!... Creí que... No, no... Gracias... No quiero chicle...

Lo único que me faltaba era comer chicle, seguro que se me queda en la garganta y muero ahogado y aquí termina la aventura que le contaré a mis nietos, la de que "casi" me convierto en soldado espacial....

Las palabras de Kalina parecían ayudar a Benedict, el cual comenzó a respirar de manera exagerada, cogiendo aire, casi como si estuviera de parto. Estaba claro que se había tomado la sugerencia demasiado en serio. Todo su ser se concentraba en respirar y calmarse.

- ¿Científico?...No...Sí... Es decir... - la muchacha le hablaba y eso sí que era una novedad, muy pocas se tomaban la molestia de hacerlo por motivos obvios, le resultaba tan difícil mantener una conversación como mantener la mirada sobre Kalina, temiendo que en cualquier momento finalizase la charla -...Soyexpertoentelecomunicaciones... y... sistemasdefrecuenciadeondasde... largoalcance... - explicó, marcando una ironía en aquella afirmación, que un hombre con tantos problemas comunicativos fuera especialista, precisamente, en actividades cuya finalidad radicase en que la gente pudiera hablar, aún habiendo kilómetros de distancia entre ellos.

Tras aquella aseveración parecía que necesitara respirar de nuevo, de la manera exagerada de antes pero más despacio, tal y como Kalina le había indicado, y parecía funcionar, se calmaba de nuevo.

La pelirroja miró con interés a Martin, estaba claro que no siempre, cada vez que contaba su historia, alguien lamentaba la pérdida de su padre, aquello sí que le resultaba una novedad.

- Bueno sí... Gracias... Es lo que tiene la mina... Tú piensas que te metes dentro y vas a poder dar un día más de comer a tus hijos y sales con los pies por delante - No era demasiado suave hablando de las realidades de la vida, como si su carácter hubiera sido reforzado en el fuego de una forja,

Que Ruiz fuera ingeniero mecánico pareció animar a McHillgraw, como si su labor le llamara la atención de manera particular - ¿Ingeniero mecánico?...¡Por todas las partículas radiactivas!... Eso es genial... Siempre he admirado la gente que sabe construir cosas de la nada, donde yo veo una placa metálica los que son como tú ven un rifle... Siempre quise aprender a construir cosas, pero me temo que mi hermano solo se dedicó a instruirme en matar todo lo que se meneaba... - dijo con naturalidad, estaba claro que adoraba el tiro, aunque le hubiera gustado tener otras habilidades que por nacimiento y la escasez de recursos, jamás pudo acceder.

Las palabras de Kalina provocaron un milagro, Sue se calló por un momento, loado fuera el universo por tal alineación de astros que permitía a los demás el poder comunicarse.

- De la Tierra, bueno, aquí debes sentirte como en casa, nunca mejor dicho... - sonrió ante la aseveración de que no había disparado nunca un subfusil a doscientos metros - Supongo que tendremos oportunidad de hacer prácticas de tiro, si se te da mal no te preocupes, yo te ayudo... Al principio es algo complicado pero luego te acostumbras, ves un bicho y ¡pum! le pegas un tiro... Luego otro y así, hasta que mejoras... Conforme más rápido es el animal, más habilidad coges... - estaba claro de que le encantaba la caza, un gran tema de conversación que tratar con Radoslawa, sobre todo teniendo en cuenta su profesión.

Tras estas palabras Kalina se giró hacia Martin y se excusó, indicando que no le gustaba la gente que cogía confianza con demasiada rapidez, algo que la pelirroja pareció coger al vuelo, pues se calló por unos instantes, al menos hasta que la joven le volvió a hacer una pregunta sobre si le gustaba la ópera.

- La...¿qué?.... ¿Ópera?.... - preguntó con curiosidad. Una joven de Ignis de procedencia humilde y sin posibilidades de estudio no podía saber, y ni siquiera intuir, lo que era eso que Kalina sugería. Ahora eso sí, tampoco parecía avergonzada por su escasez de conocimiento, ni vio mala intención de fondo en Radoslawa aunque quizás la hubiera. Ella solo hizo con humildad lo que tiende a hacer alguien que desconoce algo, preguntar - ¿Qué es la ópera?...

La pregunta quedó en el aire pues al mirar a Martin, quizás por si él sabía qué era aquella cosa que Kalina comentaba, se fijó que el varón observaba hacia algún punto de su espalda, motivo por el que ella se giró y pudo visualizar las acciones de Mikhail con respecto a Lizza, viendo casi con horror en la cara cómo Ruiz se levantaba e iba en esa dirección, posiblemente para imponer orden.

- Oh no lo hagas, ¡joder!... - digo intentando controlar el tono de voz, levantándose posteriormente y siguiendo a Martin, hasta que éste se para y comprueba que el conflicto medianamente se solucionaba - No en este sitio, Martin, no aquí... ¿Te quieres ver en la puta calle?.... - De alguna manera intentaba preocuparse por él, ¡para alguien que le escuchaba sin interrumpir! - Si el cabrón pelirrojo sigue con las suyas yo estoy de tu parte, le hacemos una visita y le damos lo suyo, pero hay que pensar bien cuándo y sobre todo dónde, aquí no puedes jugártela... Ostia, la sargento, ni te muevas... - le apretó el hombro, como si quisiera contenerlo con la fuerza de la mano, algo imposible si Ruiz quisiera zafarse de ella.

Tras pasar un tiempo prudencial rompió el contacto con su compañero, dándole espacio y tomando con calma la situación, buscando otras vías de relación.

Keira parecía sorprendida porque Daya no conociera la marca de cosméticos que portaba su apellido familiar, hasta el punto que permaneció con la boca abierta durante unos segundos, pero la rubia mujer supo recomponerse a tiempo, estaba claro que todo podía tener solución si se ponía remedio.

- Vaya es que no eres de la Tierra... Entonces, ¿de dónde eres?... No te preocupes, si nos dejan viajar con nuestro equipaje tengo una maleta preparada fuera del edificio de Comandancia con un montón de productos para la piel, te enseñaré a usarlos y verás que bien sientan... ¿Te puedes creer que los soldados espaciales no me permitieron entrar con la maleta al edificio?... Supongo que es por la Selección, pero ahora que hemos sido elegidas podremos llevar con nosotros nuestros enseres personales... - muy optimista se mostraba.

La rubia mujer a pesar de parecer un tanto frívola con el tema de conversación, no mostraba soberbia en su forma de hablar ni gestos, quizás sí sorpresa de que las vivencias de Daya fueran tan dispares a las propias. No obstante, era una buena conversadora y seguramente tras dos años de convivencia aprendería todo lo necesario sobre maquillaje interplanetario, cómo aplicarlo y las propiedades específicas sobre el rostro.

- Tienes una piel bonita, pero apuesto que si te pusieras una mascarilla de ceniza de Innum y te hidratases con baba de Helixerum, podrías conseguir mucho mejor brillo en la piel - tono confidente - Le he pedido a mi padre que me mande a Protect todos los meses un paquete especial con algunas cositas, pero esto es un secreto entre nosotras... Nadie más puede saberlo, solo el equipo de chicas... - le guiña el ojo con complicidad, estaba claro que a pesar de ser extraña para la forma habitual de vida de Daya, Keira no parecía ser mala persona.

- Hay cámaras de seguridad por todo el edificio, es la Comandancia, el lugar más seguro de todo el planeta... No me extrañaría nada que ahora mismo hubieran varios mandos observando a todos los cadetes y se asegurasen de dejar fuera a quien fuese a meter la pata... - indicó la muchacha sonriendo - Pero eso no nos va a pasar a nosotras, hemos llegado muy lejos como para perder ahora esta oportunidad.

Noor se encogió de hombros cuando Daya hizo constar que sabía mucho del mundo militar, realmente así era, siendo sus conocimientos en cierta medida relevantes para poder saber qué tipo de cosas iban a vivir durante los próximos dos años en el planeta Protect.

- Bueno, no quiero ser desagradable o aguafiestas pero Keira, no te van a dejar llevar absolutamente nada al transbordador, de hecho de aquí pasaremos a la revisión médica, después toca la vacunación y directamente haremos el viajecito hasta la base, sin parada de tipo alguna. Espero que las cremas no caduquen en la maleta - dijo con suavidad mientras la rubia mujer ponía cara de fastidio, no había contado con ello.

Seguidamente fijó su atención en Daya y negó con la cabeza ante sus sugerencias sobre la selección - Todos los elegidos lo son por algo. En algunos casos enchufe - miró de reojo a la rubia la cual se tocaba el pelo de manera nerviosa como si aquel fuera el motivo de su acceso - Pero en otras ocasiones es algo que han visto los mandos sobre nuestro currículum, ya sea profesional o personal, otras veces por necesidades de lo que falta en sus PECs, si en una de las naves faltan médicos quizás metan dos o tres reclutas para formarles... Mi primo me dijo algo similar a lo que ha comentado Keira, que hay cámaras y nos observan, sacan conclusiones, leen nuestros tests y eligen algunas preguntas que particularmente les llaman la atención... No hay casualidad aquí, todo está bien pensado... - aseguraba la muchacha - No sé hasta que punto la sargento tiene poder, ella es la que nos da la acogida, puede que por exceso de seriedad... Es un tanto seca a decir verdad, pero no tengo ni idea, mi primo trabaja en el PEC 5, si tengo oportunidad de hablar con él, le preguntaré por Grey, a ver que me cuenta... - dijo Joyse sonriente, dando a entender que podría compartir lo que averiguase.

La muchacha de rasgos orientales era bastante más callada que Keira y Noor, aunque daba la sensación de ser alguien seria, especialmente a nivel laboral, sus comentarios sobre el esfuerzo al menos iban encaminados en esa dirección, algo que compartía con Daya, posiblemente fueran muy compatibles en actitudes.

- Innum, nunca he estado allí, ¿Es un sitio bonito?... - preguntó Yum, curiosa ante aquel planeta del que apenas había escuchado una palabra al respecto - Algún día recorreré todos los planetas del sistema solar...- expuso sus sueños de manera abierta, algo compartido por muchos de los reclutas. Era impensable hacerse soldado espacial a alguien que no le agradara viajar.

- Respecto a lo que dices Daya, tiene sentido, quizás todos encajemos de alguna manera y que nos necesiten no solo por la capacidad que tenemos de trabajar individualmente, si no de complementarnos... ¿No es esa la base del ejército? Todos formar una gran cadena tan resistente que sea imposible quebrarla, y para eso cada cual seríamos como un eslabón... - amplia sonrisa, aquel concepto le agradaba - Los skullreps han hecho mucho daño con sus ataques, las potencias de la tierra debieron unirse por ello, la unión siempre ha hecho a fuerza...

- ¿Dices que estás aquí por casualidad del destino?... No Daya, estás aquí por tu valía... -Yum le sonrió con agrado, estaba claro que valoraba mucho a todos los compañeros que habían conseguido pasar la Selección - Hay millones de aspirantes y solo pasan miles. Algo te hace especial y es tu capacidad... - aseguró la oriental con su mejor intención, animando y valorando a su recién conocida compañera, mostrando que era un pilar que podría sostener a cualquiera que lo precisara.

Vera se mostraba mucho menos conversadora pero más directa que las demás, indicando que entre todas podrían unirse para asegurarse continuar adelante en la formación de Protect, pues tenía fama de ser muy dura, y claro, cualquier ayuda que alguien pudiera dar, podría ser una clara ventaja para superar las pruebas.

- Pues eres muy guapa... - dijo Vera mirando apreciativamente a Banerjee, que no sabría decir exactamente donde estaba la India pero mantenía que los rasgos exóticos de Daya eran muy favorecedores, así como exótico su tono de voz y forma de vestir -...Seguramente más de uno tendrá ganas de conocerte...O más de una... - dejó caer como por casualidad, antes de cambiar de tema a otro mucho más práctico, el de formar equipo.

- Me gusta que la idea vaya contigo... Por mí será estupendo, trabajaremos en equipo, un grupo fuerte de mujeres puede ser muy prometedor... De hecho me revienta cuando los "machitos" vienen pensando que son más capaces que nosotras, ya sea a nivel físico o intelectual... Nosotras cuatro ya somos un equipo potente, quizás debiéramos abrir la posibilidad a alguna más... - indicó mirando en general como si seleccionara -... Bueno, ya se verá, tiempo hay...

Daya miró hacia un lado y se percató de una reciente confrontación, la de un joven contra una muchacha. Todas las del grupo miraron hacia allá casi instintivamente, calladas y con gesto de desagrado, pero Vera tomó la palabra y dijo algo muy despacio, como si masticase algún tipo de veneno.

- Ese gallito las va a pagar... Cuestión de tiempo, chicas... Si dejamos que los tipos así se nos enfrenten ¿Qué será lo siguiente? ¿Qué nos violen? ¿Qué nos pisoteen?... Esa chica tiene arrojo, le planta cara, pero sola no va a ir a ningún lado... En Protect creo que debemos buscar la manera de que le expulsen... Las personas así no saben trabajar en equipo... Pero nosotras sí, debemos hacérselo pagar... ¿Estáis conmigo? - Vera mostraba su cara de disgusto, no podía quitar la mirada de Mikhail a pesar de que se esforzaba en ello. Le había parecido muy mal su actuación y no estaba dispuesta a dejarlo pasar.

Antes de haber accedido a las duchas la sargento Grey miró de reojo a Jim, sobre todo por su actuación con la botella de agua, desde su punto de vista era una actitud infantil y absurda ante la cual no merecía la pena reaccionar. Total, tenía dos años por delante para quitarle las gilipolleces de encima a la muchacha, la cual tenía un claro afán de protagonismo y lo tendría por supuesto, en el yermo paisaje de Protect sería la actriz principal que luchase contra las inclemencias ambientales, o mejor aún, dejaría todo en manos de Malbone, así no perdería su tiempo y le daría diversión al compañero.

En el momento de guardar las posesiones materiales en las cajas hubieron algunos ruegos y preguntas, generalmente del tipo de si volverían a ver sus preciadas pertenencias, siendo la respuesta pertinente de Grey la siguiente - La paciencia es una cualidad de todo soldado espacial - y dicho esto, nada más había que añadir.

En las duchas los cuerpos se movían de una a otra dirección, todos obedientes y haciendo lo que se les decía, tan solo hubo alguien que no estaba de acuerdo con el proceder y tuvo la valentía de decirlo. La sargento miró a Martin con fijeza, controlando más que nunca sus reacciones faciales para no permitir expresar lo que sentía. No se movió del sitio, tan solo cruzó los brazos por delante del pecho y le dijo sin titubeos:

- ¿Qué si es necesario esto? Ducharse siempre lo es, créame, y mucho más después de un día de instrucción - Era una manera de restar importancia al enfrentamiento entre ambos, aunque no podía negar que el joven tenía agallas, sin fundamento eso sí, al menos desde su punto de vista y conforme las experiencias adquiridas, que eran fruto de vivencias concretas  - ¿Advertiros?... ¿Advertiros de que os vamos a pedir que os duchéis?... Por todos los astros, sois reclutas espaciales ¿Esperabais acaso un spa? ¿Sabéis lo que significa bajar de misión a un planeta hostil?... Os lo explicaré... Misión PEC12.1ER.01C174... Por si alguien quiere leer el informe de la misión, y ya de paso os diré qué significa el código... Las siglas están asignadas para el PEC12, se solicitaba 1 escuadrón de reconocimiento, las directrices estaban ordenadas por la Comandancia general sobre el planeta Coltanium, hubo 173 misiones previas a la nuestra... - tomó oxígeno, pues estaba dominando una ira interna in crescendo -  Fuimos a las montañas de Oreg, una de las zonas más asoladas por los Skullreps, nos metimos en unas cuevas que se suponía, era un nido de extraterrestres y ¿sabéis qué? Hubo un desprendimiento de la montaña, quedamos incomunicados y estuvimos allí tres días encerrados hasta que pudieron localizarnos y extraernos... Comer y beber no fue un problema,  teníamos instrucción para soportarlo pero ¿sabe qué?... Por mucho que te adiestren, nadie nos enseñó a cagar delante de nuestros compañeros y en un espacio reducido, acabamos todos con restos de orina y heces, olíamos a estercolero... - miró a Martin con dureza - ¿Les parece duro desnudarse? Pues os aventuro algo, en Protect el domo 12 no tiene puertas en los baños, acostúmbrense a mostrarse en su momento más vulnerable delante de los demás... - miró con seriedad a Becky y la señaló - Ya no puedes decir que no, estás dentro, asúmelo, supéralo y madura. - dicho esto se apartó hacia la puerta de acceso, no interfiriendo más en aquel instante, a la espera de llevar a los reclutas a la sala médica.

Becky había sido atendida por varios de sus compañeros, uno de ellos Eylo, el cual le ofreció una toalla, agradeciendo la joven el gesto con un suave susurró mientras tomaba la prenda y se cubría. Por otra parte Jim se acercó a ella y le dio un consejo, pensar que estaba en la playa, un gran comentario si no fuera por una pequeña eventualidad.

- No he estado en la playa en mi vida... - se lamentó la rolliza Baker, suspirando e intentando controlar su malestar. -Pero agradezco tus palabras... - le dijo a Jim, antes de enjugarse las lágrimas y meterse bajo un chorro de agua más fría de lo que a ella misma le gustaba. No deseaba seguir llorando, estaba avergonzada porque además de sufrir el mostrar su cuerpo, algo que le incomodaba al máximo, había sido el foco de atención de todos sus compañeros y de la sargento. El día no podía haber continuado peor.

Los comentarios de William también fueron de agradecer, la joven Becky suspiró y asintió - Puedo con esto... Yo... puedo... - dijo convenciéndose de las amables palabras - Aunque...¿por qué deberían tratar así a las personas?... Puedo ser una buena soldado sin necesidad de... esto... Quizás a mi nunca me pase lo mismo que a ella... - haciendo referencia a lo innecesario del sufrimiento de estar desnuda delante de desconocidos y aquí existía una dualidad para todos los presentes y del porqué la diversidad era impresionante. Había personas, independientemente del género, que se incomodaban ante su propia desnudez, otras la lucían con orgullo y para otras, era algo natural. Las distinciones entre unos y otros se remarcaban con un sencillo hecho, así como las actitudes que surgían ante el sufrimiento humano.

Finalmente, Duke se acercó a Becky Baker, el hombre se acarició el rostro y besó los dedos, haciendo unos gestos que pudieron ser perfectamente comprendidos por la fémina, porque en el rostro del doctor no había maldad ni burla, no había malos modos  y sus ojos claros mostraban su bondad. Ella le sonrió y se esforzó en levantar la barbilla, parecía que no pero varios compañeros, todos a su manera, la habían apoyado y a pesar de la frialdad de la sargento Grey, no había mejores sogas que te sustentasen que gente impidiendo tu caída.

- Gracias... - le dijo mirándole a los ojos, con una gratitud infinita tras su mirada. Muchos en el día de hoy, habían conseguido una amiga.

- Vaya, qué buen tajo tienes en el muslo...- susurró Anne mientras se duchaba al lado de René, sin importarle demasiado su desnudez y mirando la cicatriz que el Hydriano portaba, rompiendo su falsa sensación de que nadie estaba pendiente de él. De hecho, Anne estaba pendiente de todos, como si les estudiara detalladamente - Esperemos de que seas más espabilado en Protect, no vaya a ser de que te mates cuando pelees con las criaturas del lugar... Aunque siempre podemos dejar a la gorda de cebo, seguro que si la tiramos a un nido de skullreps los matamos por indigestión - risa suave y con cierto toque de maldad - En serio, no sé cómo la han cogido para estar aquí, apuesto a que no puede correr ni un jodido kilómetro, está ocupando un puesto que no solo no se merece, si no que nos quita posibilidades al resto de ir seguros... Si de mi depende, voy a hacerle la vida imposible para que se vaya a su puta casa... No entiendo porqué todos la tratan con sentimentalismo... - No, Anne no se podría decir que fuera una dama muy delicada, y tras dejar su opinión personal expuesta, se retiraría a secarse, quizás René quisiera tener posteriormente unas palabras con ella, o mejor, evitarla.

- ¿Por qué has animado a la vaca?... Sabemos todos que no va a superar el período de instrucción. Tiene que comer menos y mover más el culo.... - comenzó a criticar en la entrada del médico mientras esperaban su turno -... Joder, llora porque está desnuda, es como ha dicho Grey, cuando tenga que mear delante de todos va a ser el drama del mes... Yo creo que os equivocáis alargando su agonía. Lo mejor sería que nos riésemos todos de ella para que se largara, le ahorraríamos mucho más sufrimiento... ¿Te imaginas que se pega un tiro?... O peor, que nos lo tira a nosotros...

- Alguien tan blando de mollera no debería estar en el ejército espacial... No es su sitio y es cruel fingir lo que todos pensamos, no es buena para esto y sobra... - dijo con cierto grado de acidez - Te apuesto lo que sea a que no lo consigue y créeme, nunca pierdo una apuesta

Anne Durrel caminaba por las duchas, dirigiéndose hacia una y otra persona, haciendo algunos comentarios en determinadas personas, como si estuviera divirtiéndose ante lo que veía. Sin dudarlo se paró delante de Evan y tras mirar sus posaderas dijo lo que según ella, todos pensaban y se callaban.

- ¿Daisy? ¿De verdad tienes un nombre de mujer tatuado en el culo?... Yo creía que lo peor era la gorda llorona, pero no, siempre hay algún imbécil que se cree romántico tras hacer una gilipollez monumental...¡Hay que joderse!... Si un tipo pone mi nombre en sus nalgas lo reviento... - El tono de burla era intenso, y Anne no parecía ser una mujer con tendencia a pasar desapercibidos ciertos comentarios hirientes, aunque a veces no del todo desacertados - ¿Exploración anal?... Seguro que te gusta, tienes pinta de marica...- desde luego la asertividad no estaba entre sus cualidades, ni el respeto a la diversidad, tampoco.

En la sala de espera para la consulta médica Narel se acercó a Ducan. La joven era bastante discreta, así que bajando la voz, casi susurrándole le dijo algo.

- Si en algún momento tienes algo que decir y consideras que nadie te toma en cuenta, solo tienes que tocarme el antebrazo y buscaremos la forma de que te hagas comprender. Que nos escuchemos entre todos unifica al grupo y nos da siempre más posibilidades de conseguir objetivos... Aunque, más allá de eso, me gustaría pensar de que estás bien... - Explicó la joven con una expresión calmada en su rostro. De todos los presentes solo Eylo comprendería porqué ella se comportaba así, las metodologías de crianza de su tierra natal eran muy asertivas y cercanas, se procuraba que la gente, que al final eran lo importante de las comunidades, estuvieran bien, porque en el universo ya había enemigos suficientes como para luchar también contra el compañero.

De todas las compañeras que se reunían en torno a Daya, la que parecía más dispuesta a especular sobre los motivos del porqué estaban allí era Noor.

- Coincido contigo en que lo del vestuario ha sido una prueba... Es decir, nos despojan de todos nuestros objetos y recuerdos, de lo que es valioso para nosotros. ¿No será que buscan nuestro punto vulnerable?... Y lo de la ducha ha sido tremendo, yo sabía a lo que venía, pero esa tan Becky no, desde luego, y me da pena la muchacha pero no la veo capaz de pasar el período de formación, ni tiene físico ni actitud... No quiero ser cruel como la imbécil que se ha estado riendo del tipo del tatuaje en el culo pero... Es tan.. evidente... - suspiró buscando con la mirada a Becky, comprobando que estaba bastante lejos como para escucharla.

- Sé que en los domos la gente convive, pero mi primo no nos dijo nada de que los baños estuvieran sin puertas, esa noticia me ha sorprendido a mi también, quizás sea algo por lo que quieren que pasemos... Y no sé tú, pero como alguien se me quede mirando mientras hago aguas menores o algo más poderoso... Puffff... - Ahí sí comenzaba a sentir la vulnerabilidad y es que para eso, no estaba preparada.

En la sala médica y a la espera de que los reclutas pasaran a consulta, la sargento permanecía apartada de todos, observando desde la distancia a cada uno de los presentes, como si tuviera un particular interés en ellos, estudiando sus movimientos. Fue en ese instante cuando Eylo se acercó a la sargento para hacerle unos comentarios, provocando que ella se fijara en el muchacho, clavando sus espectaculares ojos verdes sobre él, frunciendo el ceño

- No debe pedir un trato preferente, cadete, porque no se le va a conceder. Nadie tiene ventaja sobre los demás, os quedáis sin nada, todos sois iguales y accedéis a vuestra nueva vida con las manos vacías, porque cuando acabéis vuestra instrucción, si lo lográis, estarán llenas de otras cosas con las que inicialmente no habíais contado  - da un paso hacia Eylo con el fin de presionarle y hacerle recular, de lo contrario la proximidad entre ambos sería muy peligrosa, tan corta en espacio que hasta el respirar podría notarse - Error recluta. Lo que te queda de ellos no está en ese colgante... - Dunne le perfora con la mirada, no era agresiva en formas pero sí mostraba una convicción tan amplia como la del mismo Yilmaz - Tus padres te dieron los valores que portas aquí - le dio un golpe en el pecho, no excesivamente fuerte pero sí marcado - Todo lo demás es chatarra, ese colgante simboliza sus muertes, pero tus principios morales hacen que ellos estén vivos... Y yo siempre celebro la vida... ¿Y tú, recluta?... 

En ese momento sonó la voz del médico reclamando la presencia de Eylo Yilmaz - Cadete, proceda a su reconocimiento - No hacía falta decirlo pero era una orden.

Becky esperaba en la sala de espera cuando Martin se acercó hasta ella, siendo muy amable en su trato, tanto que la muchacha no pudo evitar sonreír, a pesar de que las ropas militares le apretaban bastante, siendo un incordio el movimiento, algo que podía mostrar al intentar despegarlas de su cuerpo una y otra vez.

- Oh encantada de conocerte Martin... - dijo la muchacha estirando amablemente su mano para estrecharla, la joven parecía algo más recompuesta, a pesar de las duras palabras de Durrell en las duchas, poniendo de adjetivo calificativo "la gorda" a la dulce Baker, algo que sin duda, había oído - Te agradezco que hayas venido a hablar conmigo... Yo... Bueno... He tenido días mejores... Creí que ser seleccionada haría que mi día fuera increíble, jamás imaginé que me obligaran a desnudarme ni que hubiera compañeros que bueno, ya sabes... Pero supongo que debo hacer lo que dice Grey... Debo... espabilar... y ser menos... sensible... - Su tono de voz era dulce y meloso, era una buena muchacha que se había metido en un mundo que quizás le quedase grande -... Pero voy a esforzarme... Martin de verdad, gracias por ser... tan... amable... Significa mucho para mí...

Tras haber dejado los vestuarios, ya todos completamente vestidos con el traje árido militar, los reclutas llegaron a la sala de espera médica. En el ambiente olía a medicamento, un aroma fuerte e intenso característico. La Sargento Grey dio las indicaciones oportunas para que permaneciesen en la espera. Algunos de los cadetes se sentaron, otros permanecieron en pie, y unos pocos se agruparon para que la charla continuara, a espera de que su nombre fuera mencionado.

- ¡Vamos con el siguiente!- la voz del doctor resonó grave, haciéndose oír a través de la puerta, estaba claro que el hombre no iba a levantarse para recibir a nadie. Fue entonces cuando nombró a quien correspondía.

La sala donde entráis tiene una mesa de gran amplitud, con un ordenador en su superficie. Destacan múltiples estanterías donde convergen algunos elementos decorativos y cajas con distintos tipos de medicamentos. Una camilla se encuentra en el lateral, mientras que un par de asientos libres permanecen a la espera de que te acomodes. 

Una vez dentro el teniente hizo un ademán con la mano derecha mientras indicaba gestualmente que tomaras asiento frente a él, mientras el varón miraba la pantalla de su ordenador, claramente concentrado en lo que leía, siendo esto bastante más importante que tu persona - Un momento... A ver...

- Sí, aquí está, recluta... A ver, necesito completar su informe personal... Dígame si tiene alergias, toma algún medicamento o ha sido aquejado de alguna enfermedad en los últimos cinco años... Responda con sinceridad, ya está dentro, no vamos a largarle para su casa por mucho que yo me empecine en ello... Y no se crea que no me apetece a veces lanzar a más de uno, pero más que para su planeta, al maldito espacio sideral... - hubo un momento en el que parecía que hablara solo y eso viniendo del médico era jodidamente preocupante -...Esta reunión es para suministrarle la medicación que precise en caso de que sea necesario... Una vez hubo un asmático que no dijo nada de su problema y joder, desarrolló una alergia al polvo en suspensión de Protect, ¿puede creerse que casi muere asfixiado por no tener un aerosol específico disponible?... - decidió detallar un poco más - El teniente Townhall quiere que todos sus reclutas tengan a su disposición la medicación que precisan, siempre y cuando no sean drogas psicotrópicas.... Aunque claro... - brillo en su mirada - Todo puede tener un precio.... ¿Hacemos algún trato? ¿Quiere específicamente algo?....  - No dijo más, dejando la información en el aire y una mirada muy particular.

- Bueno, procedamos a la parte que nos interesa, el reconocimiento para comprobar su estado de salud. Por favor, túmbese en la camilla - Dicho esto presionó un par de botones y un escáner recorrió al cadete desde la región cefálica hasta la punta de los pies, emitiendo un zumbido característico de lectura.

- Veamos... Presión sanguínea normal, ritmo cardíaco adecuado, pulmones en perfecto estado, temperatura corporal algo elevada... ¿Tiene calor?... Le diría que abra las ventanas pero es mal sitio la comandancia para hacer acciones de ese tipo, a no ser que quiera estar bajo detención, por supuesto... - tecleó un par de veces sobre una tableta que recogía los datos del paciente antes de sentarse al lado del mismo y mostrarle la vacuna que, obviamente, parecía que le iba a inyectar - Esta vacuna se llama AstraEstelar y debo sugerir a todos los cadetes que se la pongan, le advierto que puede tener efectos secundarios de tipo diverso, dolor de cabeza, mareos, somnolencia, malestar estomacal, fiebres y en raros casos hasta trombosis, hemorragias, colapso interno... Pero por lo demás es muy segura... - ¿Había sarcasmo en su voz o hablaba en serio? -  Ponga su dedo índice aquí, en la tableta, para consentir ponérsela... Si lo hace tendrá un sistema de protección natural frente a los microorganismos de Protect... Si no se la pone, porque no hay obligación...Pues... que sea lo que los dioses quieran, si es que existen...jejejeje... - Un muy particular sentido del humor. Y aquí el cadete debía elegir, como en una película antigua de hacía siglos, si quería la pastilla azul o la roja - Usted decide. ¿Se la pongo o no? ¿Qué hacemos?...

El joven rubio se sentó cerca del muchacho que le había dado conversación antes de las duchas. Le había dejado con la palabra en la boca y eso no era demasiado educado.

-Bueno, lo cierto es que me considero un afortunado en ese aspecto- respondió a la pregunta de cuales habían sido sus aeronaves.

-Mi madre es ingeniera jefa en uno de los equipos de desarrollo de la Aerospace SPEC en la colonia Gun-P-YOK. Eso me ha permitido poder probar muchos de los prototipos de la empresa aprovechando el puesto de mi madre, así como pasar horas y horas en su simulador de vuelo...

Sus ojos se desviaron hacia una la derecha, tratando de estimular su memoria, así como se ayudaba a llevar la cuenta con los dedos de la mano derecha-De la clase SPEC M00 los he probado casi todos, en su versión civil, claro. De tamaño más grande saqué algunas horas de vuelo con los SPEC TT002 y 003, pero con los que tengo más horas de vuelo real es con la serie VAC. Del 001 hasta el 005. Incluso pude probar el prototipo militar en algún vuelo de prueba controlado.

Einar hablaba con entusiasmo, puesto que aquel tema sin duda alguna le entusiasmaba, algo evidente a juzgar por el brillo en sus ojos cuando el tema de conversación era el pilotaje o las aeronaves.

Sin conocer de nada al tal Evan Smart al menos tenía un tema del que hablar con alguien, cosa a agradecer en un momento tan tenso e incómodo como ese.

No tuvo mucho tiempo de charlas, puesto que en seguida el Doctor gritó su nombre.

-Si me disculpas...

Al escuchar su nombre, el soldado rubio se levantó como un resorte y se apresuró hasta la puerta, caminando con rapidez.

Una vez en el interior de la consulta, Einar adoptó la posición de firmes con la barbilla en alto y responidó con resolución.

-¡Se presenta el cadete Andersen, Señor!-

Ante la obvia falta de protocolo e interés por parte del oficial médico, el recluta adoptó una pose algo más relajada y tomó asiento en cuanto así le fue indicado por el Teniente.

Como siempre, no dijo nada y escuchó con atención las indicaciones que le iban dando sin mover ni un músculo.

Tras dudar un instante debido a que tuvo que hacer memoria, finalmente respondió con seguridad.

-No se me conocen alergias. Hace tres años sufrí una infección de oido y hace un año y medio me disloqué el hombro izquierdo y me fisuré tres costillas en un ligero accidente de aviación, si bien según mi terapeuta todas estas lesiones se curaron satisfactoriamente, Señor.

No acabó de comprender la insinuación del médico puesto que en su cabeza aún no cabían actitudes indecorosas en el ejército debido a su idealizada visión del mismo, por lo que se limitó a responder con sinceridad -Actualmente no requiero ninguna medicación, Señor.

Cuando llegó la hora de las mediciones todo fue bien excepto una pequeña variación en la temperatura corporal. ¿Serían los nervios?

Y finalmente, el médico le ofreció aquella vacuna recomendada por el ejercito. Lo único que le extrañó de todo aquello es que necesitasen de su opinión. ¿Por que iba a querer vacunarle el Ejército con algo que le fuese a perjudicar? Menuda bobada, no había por donde cojerlo... Se limitó a plantar su huella en la tableta y a arremangarse para dejar su hombro al descubierto.

-Adelante, Doctor...

Mikhail ya tenía bastante mierda con la que lidiar, y ni siquiera había comenzado con su entrenamiento en Protect. – Genial… - Masculló de mal humor, haciendo una nota mental para no olvidarse de que debía fracturarle el cráneo a William. Nada persona, cuestión de principios. Te hacías el machito con él, y terminabas en el piso, no podía demostrar debilidad. ¿Quería diría su padre? ¿Qué diría su propio orgullo? – Cabrón de mierda. – No lo culpaba, muchos otros idiotas habrían hecho lo mismo por un rostro bonito, y la chica tenía un buen trasero como para provocar el deseo de más de uno. No obstante: principios. Tenía que romperla la espina, para declarar que no se le podía hablar de esa forma ni contestarle. Principios. Te callabas y ya, a Mikhail no se le respondía. Por lo demás, había optado por aceptar las disculpas de la chica. Se había excedido en sus palabras, y había reconocido su error, tenía suerte que estaba de humor… y eso y el hecho de que no quería invocar la ira de un oficial.

Sea lo que fuera, la charlita que la Sargento le dedicó a más de uno, fue algo que el joven aprobó, sin lugar a dudas… a pesar de la desagradable historia que acompañó sus palabras, algo a lo que Mikhail respondió con una expresión de desagrado. No obstante, esa era la realidad que les esperaba, y él ya tenía la mentalidad para toda esa mierda. El problema yacía en algunos de sus compañeros, que parecían pensar que habían venido a una fiesta o algo parecido. Algunos eran demasiados débiles. No sólo físicamente, sino también en lo que se refería al cuerpo. Demasiado débiles. Les daba asco, y muchas ganas de darles una golpiza hasta corregirlos. No obstante, no podía hacer eso, y aquello era más responsabilidad de sus superiores. Serían ellos quienes les forjarían con el martillo de la disciplina… golpeándoles para endurecerles y perfeccionarles hasta donde pudieran… o explotaran. – No hay lugar para los débiles. – Se expresó nuevamente entre susurros, a medida que se levantaba de su asiento para ir hacia donde se encontraba el teniente, luego de que este hubiera mencionado su nombre.

Una vez allí, el sujeto no tardó mucho en recibirlo con unos comentarios que hicieron que el joven alzara una ceja, preguntándose si debía hundirle el cráneo, o simplemente asentir. Al final, optó por asentir. No quería que lo echaran… o más bien lo sometieran a un juicio militar. – Nada de alergias. – Respondió con certeza en sus palabras, para luego negar con la cabeza. Cada vez tenía más ganas de golpearle. ¿Cómo mierda se atrevía a poner en cuestión la fortaleza de su cuerpo? – El cuerpo es un templo. – Declaró con seriedad en su voz, antes de continuar escuchándole. No obstante, las siguientes palabras del hombre, hicieron que el chico le clavara una mirada fría. Aquello debía de ser una trampa. Ningún idiota aceptaría la oferta. Incluso si no lo era, no había duda de que era demasiado arriesgado, tan sólo para darse un “gusto”. Si otro superior te atrapaba con esa mierda, tendrías problemas, graves problemas. – No. El cuerpo es un templo. – Volvió a repetir con determinación. No iba a negar que no había fumado marihuana alguna vez, pero ese no era el momento para esa clase de cosas.

Sin embargo, en el momento en el que mencionó la vacuna, frunció el ceño con rapidez, ciertamente preocupado ante los efectos secundarios de semejante vacuna. ¿Quién no estaría preocupado? Ninguno de ellos era algo bueno para el cuerpo. No obstante, si realmente necesitaría esa mierda en su cuerpo, para no terminar muerto o alguna otra cosa, sería mejor que la aceptara. – Joder… - Masculló, dudando un poco. Lamentablemente, el peligro de los microrganismos de Protect… era algo a lo que no deseaba enfrentarse. Golpear gente, o llenar de plomo a un enemigo, era algo que podía hacer con facilidad. ¿Pelear contra una enfermedad o alguna otra mierda en el interior de su cuerpo? No, claro que no, por lo que arriesgarse a ello sería una idiotez de su parte. Suspirando, levanto el brazo, esperando que el teniente hiciera su trabajo. – No soy un puto cobarde. – Declaró con cabreo mientras esperaba que le vacunara con la mierda esa. Tampoco creía en la protección natural del cuerpo. Todos sabían que había enfermedades que requerían que el cuerpo recibiera un “empujón”, en lo que se refería a defensas, a menos que quisieras morir. – Póngala. – Declaró al final.