Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 4. El legado de Némesis

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17/03/2022, 22:40
Duncan "Duke" McCarthy

 Estaba allí para sacarlos de una pieza, para sacarla a ella más concretamente, y exponerse a recibir un disparo formaba parte de eso. La sargento no lo veía y él debía obedecer, así que puso una mueca que podía significar cualquier cosa. Respondió con una sonrisa sarcástica mientras le decía

 - ¿Y que fue de eso de, si me disparan y no sabes mi grupo sanguíneo y me muero pues mala suerte?. Sacar balas es como abrir esposas y salir de cárceles, seguro que lo haría tan bien como yo - bufó - soldados guapas... No me engañas, seguro que serán espías que trabajarán para ti para sonsacarme información sobre Heather..... - finalmente se permitió un amago de sonrisa antes de que se precipitaran ella y Billy en la sala. La incursión fue un éxito y William se hizo con el arma, mientras amenazaba al asteriano con una tortura a la escocesa. Tal vez no creerían que sería capaz de hacerlo, pero pronto Duncan se vio explicándole al pobre cachorro de asteriano lo que habían hecho. No sabía, o no quería saber. No conocería a Noor, ni habría volado el PEC 12, pero habría hecho otras cosas, no era inocente, y sabía que si los hubiera descubierto los habría matado sin parpadear. Le volaría un dedo, lo haría, solo por ser asteriano. Le habló de los dolores fantasmas y empezó a gimotear. Duncan puso una sonrisa ciertamente sádica y le puso la pistola sobre un dedo, enumerándole analíticamente que le podía pasar si no se veía satisfecho. Bintel seguía viva, le habían puesto un inhibidor y venían a por ellos. Miró de reojo a Grey deseando que dijera que había mentido pero asintió. Billy le pidió el arma de nuevo, se lo quedó mirando, masculló algo entre dientes y le devolvió el arma para dejarle que siguiera con el interrogatorio.

 - Vienen a por nosotros, no han sido rápidos pero pueden llegar en cualquier momento... Tenemos que movernos.

 William apretó en su interrogatorio, y el pobre chico parecía estar desmoronándose. No podían fiarse, y Duncan dijo un escueto

 - Está ganando tiempo...no tiene nada que ofrecernos....

 Y entonces demostró lo que eran, unos malditos desgraciados sin empatía, que lo único que quería era extinguirlos como especie. Guardó silencio para que acabara y entonces Grey se derrumbó, diciéndoles que Eylo había muerto. Fue a abrir la boca y decirle que era una tontería, que aquello no tenía base científica y que se estaba dejando afectar por la tensión del momento. Calló y la miró con pesar. No era la primera vez a lo largo de sus años de médico que había visto situaciones así, gente en la sala de espera que sabía cuando su madre o marido había muerto, gente que podía notarlo, de alguna manera, y eso les pasaba en su mayoría a las mujeres.

Althais abandonó su puesto y Duncan se dirigió hacia allí, no sin antes ponerle una mano en el hombro afectuosa a Dunne. Miraba hacia afuera, pero todos sus sentidos estaban enfocados en lo que tenía atrás, en el ovillo en que se había transformado la sargento. Con voz cálida y paciente le dijo

- Dunne, no podemos estar seguros.... Podría estar en coma, inconsciente, no podemos estar seguros..... - esperó un segundo antes de decirle - Te necesitamos sargento, y no te vamos a dejar, eres mi amiga.... en cuanto salgamos de aquí iremos a buscarle, te lo prometo, pero tenemos que salir.... te necesitamos....

Siguió mirando hacia fuera, temiendo que pudiera sorprenderles alguien y finalmente dijo con frialdad

- Eres un pedazo de mierda con patas. Pégale un tiro de una vez William, no ha estado en el PEC, pero ha hecho otras cosas, más que llevar comida y agua, basta escucharle como habla de la raza humana, de como han urdido sus planes para extinguirnos. No podemos fiarnos de una mierda de lo que nos diga... Haz de humano, pégale un tiro.... Total, si no puede haber paz tendremos que erradicarlos del universo, y este de aquí puede ser el primero.....Osiris, Arinna, pueden ser nombres que aparezcan en las listas de Teller, si es que uno de ellos no era Teller, en cuyo caso.... no creo que necesite los numerarios nunca más.

Miró de reojo a Althais y le preguntó

- ¿Podrías llevarnos donde está Green? No podemos sofocar la rebelión solos, ni podemos fiarnos de ir a la space force, porque podrían estar infiltrados, pero sí que podemos tratar de rescatar a tu hermana.... - Suspiró y le dijo a la sargento - Va a salir bien Dunne, estará bien, hay que tener fe...

Pero ni el estaba seguro. Quería abrazarla y dejarla que llorase hasta que no le quedaran fuerzas, pero no podían hacerlo hasta haber escapado. Tenía que ayudarla, hacer que se moviera, luchar, volver a luchar, por ella, luchar el doble cuando ella no podía hacerlo. Era su amiga.

Notas de juego

Un poco más breve, pero diciendo todo lo que hay que decir, para ayudarte con una actu más ligerita :)

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18/03/2022, 12:28
Einar Andersen

Mes 5. SF121 Airways Commander

Tras la reunión, Einar buscó la compañía de Baker, sin saber si su intención era la de acompañarla y consolarla por la situación, o bien ser él el consolado. Pero tras una cena en la que se comió poco y se habló menos aún, el piloto enfiló hasta el dormitorio asignado, esta vez no una celda, para dejar que sus ojos derramasen tantas lágrimas como estos estimasen oportuno.

El muchacho tardó en dormirse. Demasiados pensamientos rondaban su cabeza y peleaban entre sí por ocuparla, pero ninguno de ellos era agradable, así que simplemente esperó a dormirse por cansancio.

Tras un sueño medinamente reparador, se despertó a la hora a la que se había acostumbrado a hacer ejericio por la mañana, antes de desayunar nada. Y, sintiendo un tremendo vacío en su interior que dificilmente iba a lograr llenar y con el que más le valía aprender a convivir, se dirigió a la ducha, donde el agua helada le ayudó a despertar por completo. Sin salir de la habitación se ejercitó como lo había estado haciendo las últimas tres semanas sin descanso, si bien nunca lo había hecho con tanta rábia, pues apretaba los dientes ocn tanta fuerza que parecía que fuesen a saltársele.

Tras lograr cansar sus músculos lo suficiente, volvió a pasar por la ducha, dió algunos bocados boco entusiasmados a las galletas de avena que acompañaban a su café bien cargado y se dirigió, bien uniformado y arreglado, hasta el hangar donde ya le esperaban.

A su llegada se cuadró ante los tres mandos desde la puerta

-¡Se presenta el recluta Einar Andersen!

Al ver acercarse al teniente West hacia él, mantuvo la posición de "firmes".

Recibió aquellas placas de forma solemne, logrando mantener el rictus serio hasta que el teniente pronunció sus palabras, lo que provocaron que sus ojos se humedeciesen perceptiblemente, si bien la expresión se mantuvo con no pooc esfuerzo.

-¡Yo fui el afortunado, Señor...!-gritó en tono marcial, con algo de tremor en la voz

Ante la propuesta de honrar a Yum en aquella misión, Einar apretó los labios tan fuerto como lo hizo con las placas en su puño cerrado, antes de lograr gritar un -¡Señor, sí, Señor!-que le brotó de la misma alma y que estaba cargado de resolución y sentimiento.

-Se lo agradezco de verdad, Teniente-Dijo mirándole a los ojos, abandonando por un momento el protocolo estricto y extendiéndole la mano. El piloto era consciente de que West había hecho más de lo que le sería exigible consiguiéndole las placas de Yum y dedicándole aquellas sentidas palabras y por ello se sintió en la necesidad de, por una vez, llegar al plano personal pese a estar hablando con un superior.

Empezaba a sentir un respeto genuino por aquel hombre, el cual parecía representar todo aquello que, para él, debería brillar en la Space Force yq ue tan poco había encontrado hasta el momento.

Allí mismo, abrió la cadenilla que unía las placas identificativas de la moradora de su corazón y la volvió a cerrar alrededor de su cuello, dejando que las chapitas se acomodasen junto a las suyas propias.

Antes de subir a la nave, no pasando por alto el nerviosismo de Becky, le dió una amistosa palmada en el hombro

-Vamos, Becky, traigamos a Alvin y al resto de vuelta-Dijo, aún emrbiagado por la charla que acababa de mantener con el Teniente.

Nada más embarcar, buscó la cabina de pilotaje y se sentó en su puesto, cargando de forma inmediata su perfil de piloto, el cual llevaba sus preferencias y parámetros personales, los cuales modificaron las variables customizables de la interfaz.

Quizá gracias a ese pequeño ritual, en seguida se sintió cómodo con aquella magnífica nave, la cual voló de forma eficiente y efectiva hasta Protect, donde aguardaba el resto del contingente que iba a acompañarles en aquella misión que quizá podría ayudar a redimir, o al menos en parte, la culpa que flagelaba al piloto.

Un nutrido grupo de desconocidos embarcó en la nave, entre los cuales había una reconfortante cara conocida. La malhablada y descarada Sue McHillgraw quien pese a aquello, siempre le había transmitido buenas sensaciones a Einar, por quien se dejó espachurrar con fuerza, descubriéndose el muchacho disfrutando de aquel reconfortante contacto.

-La alegría es compartida, créeme... Tranquila, luego hablaremos-Tuvo tiempo a decirle, con una tirste sonrisa forzada dibujada en el rostro. Viendo como hablaba la muchacha parecía evidente que desconocía el destino de sus compañeros, por lo que fue consciente de que probablemente le iba a tocar a él dar la noticia.

Durante la charla del Teniente, Einar se mantuvo firme, en pose rígida escuchando con atención y tratando de quedarse con los nombres que le iban introduciendo de los nuevos mandos y la recluta con quien iba a compartir la cabina de pilotaje.

Al escuchar su nombre, Andersen se levantó para que los recién llegados pudiesen identificarlo como tal.

Muchas caras nuevas a las que debía suponer aliadas si bien no las conocía de nada. Sue parecía hablar en su favor, pero en el puto en el que estaban, cuando se había demostrado que incluso los más cercanos podían resultar formar parte del enemigo, aquel voto de confianza tenía una validez limitada.

Einar entedía que todos aquellos integrantes de la Space Force habían pasado la criba establecida por Duncan, motivo, esta vez sí, para estar dispuesto a confiar en ellos al menos hasta que demostrasen no ser dignos de ello, por lo que era el momento de empezar a familiarizarse con todos ellos, siendo el paso más natural el intercambiar algo de tiempo con aquellas mujeres con quienes iba a compartir los mandos del SF121.

Interpretando que aquel pequeño breefing se había terminado, el disciplinado piloto volvió a levantarse en dirección a West

-Señor, con su permiso inicairé los preparativos para despegar y pondré al día a la Cabo Swallow y a la Recluta Emem del plan de vuelo- sugirió, para luego situarse junto al quicio de la compuerta que dirigía hacia la zona de cabina, esperando en posición de firme a que la Cabo pasase la primera, como exigía el protocolo militar, internándose el el último en el pasillo que llevaba al que iba a ser su puesto se trabajo compartido.

La resonancia de sus pasos sobre el metálico pasillo les acompañó hasta la mismísima cabina, la cual era amplia y puntera en cuanto a modernidad y equipamiento. Los dos asientos rotatorios de piloto y copiloto coronaban la estancia, la cual contaba con dos asientos auxiliares más. A la entrada del pequeño grupo, la iluminación ambiental primero, y luego los paneles de mando, se iluminaron de manera automática, así como lo había configurado el recluta para ahorrar energía y mantener una situación de oscuridad total cuando nadie se encontrase en cabina, dificultando así la localización de la misma desde el exterior gracias a la luz proyectada por el ventanal de la misma.

-Cabo, Swallow, soldado Emem, soy el recluta Einar Andersen, del 12. Será un placer compartir esta cabina con vosotras-dijo extendiendo su mano a ambas mujeres a modo de presentación, antes de dirigirse al asiento de piloto para extender la pantalla holográfica de brillo anaranjado que mostraba los datos de la nave.

-Me he tomado la libertad de establecer la ruta de vuelo prevista, así como que he cargado mi perfil de usuario personalizado, el cual adapta algunas raferencias y parámetros al análisis de mi historial de vuelo. Por favor, sentíos libres de cargar vuestros perfles y de modificar lo que creáis oportuno-A medida que hablaba iba mostrando diversos datos en la pantalla directamente relacionados cons sus palabras.

Pulsando el botón del comunicador interno de la nave, se acercó al micrófono del mismo

-Atencíon, tripulación. Tiempo para el despegue diez minutos a partir de ahora. Que todo el mundo acuda a sus puestos asignados y se abroche el cinturón de seguridad. La atmósfera de Protect está algo movida por lo que no se descarta alguna turbulencia sin importancia-Anunció justo antes de iniciar el reactor principal, el cual empezó a emitir un rugido que crecía de forma exponencial.

La vibración de los potentes motores se notaba de manera evidente, algo que dejaría de ser perceptible una vez abandonasen la atmósfera planetaria.

Entre comprobaciones y otras tareas rutinarias, un pequeño pitido de aviso hizo que volviese al micrófono

-T menos cinco minutos.

El rugir de las tripas de la nave ya se había estabilizado, haciendo evidente de que los motores estaban listos para elevar al SF121 hasta los cielos, restando únicamente la orden de quien llevaba las riendas

-Protect, aquí SF uno-dos-uno Airways Commander, solicitando permiso para despegar-Tras recibir el permiso, prosiguió con la charla protocolaria-Recibido, Protect. Autorizado para despegar en pista cero-uno. Gracias por todo- lo que acompañó con un escueto-Tripulación, iniciamos maniobra de despegue-dirigido a los altavoces internos de la nave.

La maniobra se realizó de forma meticulosa, como era habitual en Einar. La nave se elevó suavemente, despegándosede la superficie rojiza de aquel hostil planeta a una velocidad controlada y sostenida, para luego acelerar en dirección a las capas más altas de la atmósfera, la cual les recibió como él había predicho, si bien no fuerom más que algunas sacudidas normales en esas situaciones.

Cuando el cielo abandonó su tono anaranjado para convertirse en el oscuro negro espacial, el piloto transicionó del modo subatmosférico al espacial, dejando la nave lista para surcar el espacio.

-Velocidad de crucero alcanzada-anunció por los megáfonos, para luego girarse en dirección a la persona de mayor rango situada en la cabina-Modo supratmosférico activado, Cabo Swallow, quedo a su disposición para lo que usted estime.

 

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19/03/2022, 10:17
Daya Banerjee

Mitad del mes 4. Coltanium

El sarcasmo que emanaba Lord era peligroso. Había algo en él que hablaba mucho más que sus propias palabras y sus gestos. Era el tono, la mirada, el ambiente de aquella habitación. Todo junto. Era la seguridad de quien se sabía ganador, de quien se sabía en su terreno y con ventaja absoluta, la seguridad de quien nunca se había sentido amenazado o en peligro.

Y Eylo parecía no darse cuenta. Quizás solo lo percibía ella porque aquella situación la estaba desbordando por ser totalmente nueva. No así para él, porque ella sabía que había tenido contacto con piratas hacia años. Quizás era aquella experiencia la que estaba armando de valor a su compañero para hablar con aquella suficiencia a Reginald.

Ella se ofreció a él como moneda de cambio intentando asegurar de que no separaba a sus compañeros, de que se mantendrían allí, juntos, todo el tiempo que fuera posible. La intención de Daya era ganar tiempo para todos. Confiaba en Lira, confiaba en la Space Force, esperaba que, tarde o temprano, alguien viniera. Quizás no a por unos simples reclutas, pero Eugenie y Lomber eran soldados y Lira no informaría de que el capitán Kepborn ya no estaba con ellos, así que también vendrían a por el capitán. Alvin, Eylo y ella eran los últimos de la cadena pero, aún así, confiaba. Era a lo único que ahora podía agarrarse. La esperanza de volver a ser libre.

La cifra puesta a su vida por Lord era infinitamente inferior a la que Frank había prometido a Faith. La innumita lo miró, incrédula al escuchar la cifra en la que la tasaba, y eso la hizo dudar de lo que habría pasado en la Nightingale durante las semanas transcurridas desde que se entregaron a los piratas. Quizás Frank no podía reunir los numerarios para pagar a Faith pero quizás sí los que quería pedir Reginald por ella. La pregunta era, ¿Frank había conseguido salir de la Nightingale? Si había podido pagar por él y salir de allí, ¿cuándo y cómo podría venir hasta allí a por ella? Él sabía donde estaba. Pero, si él venía, ¿querría pagar por el resto? Ella no quería dejar atrás a nadie. Pero sabía que, por muchas vueltas que le diera a aquel tema, no llegaría a ninguna otra conclusión que la que ya había deducido. Tiempo. Era lo único que ahora contaba para todos. Y estaba en su mano conseguirlo. Por Eylo, por Alvin, por Lomber, por Eugenie incluso y por volver a ver a su familia. Ellos la necesitaban y eso era su principal combustible para luchar y sobrevivir.

Pero el tiempo se le iba a hacer eterno.

No pudo evitar mirar a Reginald con incredulidad y bochorno ante la bajeza que destiló cuando comentó que, si iban a venir a rescatarla era, básicamente, por lo buena que era en la cama. Y que pensaba comprobarlo personalmente, usando para ello un término que la degradaba a la categoría de un mero objeto desechable. Sin querer, sintió que el rostro le ardía, fiel reflejo de lo que sentía en su interior en aquel momento. Dudó por un instante si sería capaz de controlarse y no decirle lo que pensaba de él a la cara en aquel instante, pero se impuso su sangre fría. Tenía que mantenerse entera y no ceder ante aquel animal que ya había caído por debajo de los skulls en su ranking personal. Pero no pudo evitar preocuparse, tendría que alargar como fuera la llegada de aquel momento o quizás se plantease que su precio no era tan elevado cuando viera que sus suposiciones no eran acertadas en aquel aspecto. O quizás le gustase la falta de experiencia y aquello se cotizase aún más al alza… Blindó su rostro para no dejar entrever sus pensamientos ni las reacciones negativas que le producía escuchar esas palabras, porque le daba la sensación de que aquel hombre sería capaz de leerlos sin más. Era como si solo pensar en algo hiciera que él lo supiera. Nunca se había sentido como un objeto, pero en aquel momento no lo sentía, "sabía" que lo era.

-¿Por los cuatro?-pensó rápido la respuesta a su pregunta. ¿Qué querría escuchar? Recordó cómo se había comportado Frank delante de Faith y Workensen. Hacia cuentas rápido, no quería pasarse pero tampoco ofrecer tan poco que no fuera una oferta llamativa. ¿Significaba aquella pregunta que le interesaba de verdad el trato? Eso ponía en relativa seguridad a sus compañeros y podría ser bueno, podría ser que se estaba creyendo su farol aunque fuera solo un poco. Tenía que seguir el juego y conseguir el tiempo que necesitaban-Otros cuatrocientos mil por los cuatro quizás, pero necesitará tiempo para reunir la cantidad…

Daya terminó su exposición y dejó a Eylo hablar para que intentara ahora poner a salvo a la tripulación de la Rust. Ellos eran más, muchos más. Iba a estar complicado pero la información con la que jugaba sobre los skulls era potente, debía interesarle a Reginald de alguna forma. O eso pensaba ella hasta que él negó que le interesase esa información. Estaba claro que se centraba en su negocio y lo demás le importaba una mierda, porque estaba negando la posibilidad de salvar vidas y ganar dinero a la vez. Que bajeza más absoluta podía llegar a concentrarse en una misma persona. Aquel hombre reunía todas las cualidades que Daya rechazaba de forma innata.

Miró de soslayo a Eylo. Sin esa baza ¿qué podía dar él?, ¿qué valía él para Lord?. Su mirada se cruzó con la de su amigo un instante, el mismo instante en el que escuchó la pregunta que le lanzaba al esclavista. ¿Qué no tomamos medidas?, lo escuchó decir. Daya abrió los ojos, alarmada.

No, no, no… no lo digas… no nombres a Lira… por favor, por favor, no… no… déjalo estar… no debe saberlo… es nuestra baza… no juegues con esa información… te salió mal con Faith… Eylo, no… no…

Y Eylo lanzó su órdago a Lord Reginald Success.

Daya cerró sus ojos y miró al suelo, conteniendo la respiración.

No, Eylo…

La innumita levantó lentamente la vista para fijarla en Reginald y estudiar sus reacciones ante la información que Eylo estaba vertiendo sin dejar nada a la imaginación. No le gustaba la expresión del hombre,  menos escuchar que llamaba a seis soldados. Su respiración se aceleró, al igual que su pulso. ¿Para qué quería allí a seis soldados? Cuando estos llegaron y empezó a impartir órdenes, le bastó escuchar solo la primera para saber qué estaban perdidos.

Lira llevaba la información de lo sucedido en la Nightingale desde el momento en el que aparecieron las naves piratas, más todo lo que Eylo había programado en su interior y lo que ella había dispuesto también. Eso le daba a la Space Force información de lo ocurrido y de quienes eran los responsables, sabrían que deberían buscar a la Nightingale, a Faith y a Workensen. De alguna forma sabría que podrían trazar y seguir a la nave en sus primeros movimientos desde la zona de PEC. Contaba también con que Frank había estado allí en Coltanium y había visto a Reginald. Si él, tarde o temprano, conseguía librarse de los piratas y volver a la Space Force, daría aún mucha más información y dirigiría a una misión de rescate a Coltanium. Pero ahora, Reginald evacuaba aquella instalación y quería ir a Casiopea. Y eso solo significaba una cosa. Se perdería el rastro del grupo, no habría forma de relacionarlos con Casiopea. Iban a borrar del mapa todo aquel lugar y, por como sonaba, no era la primera vez que lo hacían así que, seguramente, lo harían con sumo cuidado para no dejar ningún cabo suelto atrás.

El plan de Banerjee acababa de saltar por los aires. Sintió que las fuerzas la abandonaban. Se volvió a mirar a Eylo discretamente, intentando que no se percatara Lord de lo que sentía. Fue consciente del tono que estaba imprimiendo Eylo a sus palabras, proponiendo a Lord qué hacer y se sintió descolocada porque Eylo no había entendido lo que ella pretendía y ahora lo único que les quedaba era que aquel impresentable aceptara la propuesta de su líder, que se viera acorralado y decidiera poner su culo a salvo de aquella forma. Decidió confiar en que funcionara. El siempre había sabido cómo actuar, tenía experiencia con gente de aquella calaña y no como ella, que era ahora cuando estaba despertando a la realidad que existía en el universo y se seguía sintiendo como si estuviera inmersa en una mala pesadilla.

Un estruendo resonó en la habitación haciendo que se estremeciera involuntariamente en el mismo instante en el que varias cosas sucedieron. La expresión de Eylo se congeló, sus ojos dejaron de brillar y la sangre comenzó a correr por su rostro desde una enorme herida que lo desfiguró, cayendo al suelo a plomo un segundo después. Daya se lanzó a cogerlo para que no se golpease contra el suelo y el peso de su compañero la arrastró hasta el suelo con él.

-¡Eylo! ¡Eylo! ¡Eylo! ¡Mírame! ¡Mírame!....No…no…no… mírame por favor….-Daya veía la herida, mortal de necesidad, pero no quería reconocer lo evidente mientras su cabeza recordaba a velocidad de la luz lo que había aprendido sobre primeros auxilios. Pero nada de lo que tenía delante le cuadraba con lo que sabía. No tenía material, no tenía con qué taponar aquella herida, era incapaz de localizar cómo parar aquella hemorragia. ¿Cómo se podía vivir con aquella herida?. La imagen de Lisa en la camilla del PEC apareció delante de ella, recordó la preocupación de Duncan y Frank ante la gravedad de la herida y eran dos cirujanos maravillosos… ¿qué podía hacer ella?. Sus manos volaron al cuello de Eylo intentando encontrarle el pulso, saber por lo menos que seguía con ella.

-Eylo… Eylo… no me dejes… no me dejes aquí… Eylo… Eylo…

Sus manos buscaban el latido pero no lo encontraban. Pero seguro que había un médico cerca, seguro que aún había una opción para él. La imagen delante de ella se desdibujó, volviéndose borrosa. Se limpió rápidamente las lágrimas y se volvió a mirar a Lord decidida a pedirle ayuda, pero lo escuchó dándole órdenes a sus soldados como si nada hubiera pasado. Y supo que era verdad. Para Lord Reginald Success nada había sucedido, porque ellos no eran nada para él. Miró a los soldados uno a uno, buscando en sus miradas cierto grado de empatía, queriendo pedir ayuda a gritos pero incapaz de pronunciar una palabra porque el nudo que tenía en su garganta se lo impedía por completo. Se sintió pérdida, sola en la inmensidad del universo, sin ningún tipo de valor ni de posibilidad de ayudar a Eylo. Nadie en la estancia los miraba. Simplemente, no existían. Quizás la alfombra que se estaba tiñendo de la sangre eridiana de su hermano fuera más importante para todos ellos que la vida que se acababa de apagar a su lado. La vida de una de las personas más grandes que había conocido. Una a la que quería muchísimo y que siempre había pensado que tenía un largo y próspero futuro en la Space Force. Su hermano. Sí, Eylo Yilmaz, que siempre había estado a su lado desde que ingresaron como reclutas, que le había dado ánimos y apoyado, que tantas cosas habían vivido juntos en esos meses.

Sintió como la agarraban unos brazos fuertes y la alejaban de él y, al hacerlo, sus dedos rozaron algo en el cuello de Eylo. Se revolvió, soltándose por sorpresa de aquel guardaespaldas que no esperó su reacción.

-Por favor… un momento… un momento… -pidió apresuradamente mientras sus manos volaban de nuevo al cuello que se enfriaba por momentos y, sin miedo, sin acordarse de lo sucedido con quien había intentado robar antes el colgante y había gritado de dolor, Daya buscó el enganche del colgante que no pensaba dejar allí. Ese colgante pertenecía a alguien a quien se le rompería el corazón al saber lo ocurrido y, mientras que sus dedos manipulaban el enganche bajo el cuello de Eylo, se prometió devolvérselo algún día y contarle qué le había pasado a su pareja. Era lo menos que podía hacer por su hermano. Consiguió abrirlo, recuperar y apretar en su mano fuertemente el colgante con su cadena y darle un fugaz beso a Eylo en su mejilla antes de que volvieran a levantarla del suelo con una fuerza desmesurada esa segunda vez, quizás dos guardaespaldas en lugar de uno, no sabría decirlo bien ya que solo tenía ojos para Eylo mientras la alejaban de él, lo demás no tenía importancia.

Antes de que la sacaran de la habitación, Lord apareció delante de ella y la amenazó directamente dejándole bien claro lo que sucedería si oponía algún tipo de resistencia. Ella lo miró con mirada vacía un instante antes de desviarla al arma que portaba en la mano y a la que miró largamente, aún humeante. Ahora sabía de donde había provenido el disparo. Sintió el dolor y el sabor de su propia sangre al morderse la lengua para no contestarle siquiera, pero no podía esconder su mirada llena de rabia y dolor, lo sabía, pero no ayudaría ya a Eylo escupirle en la cara a aquel tipo. Ni a Eylo ni a nadie.

La arrastraron hasta donde estaban el resto sin ser apenas consciente de quien estaba a su lado, de lo que sucedía o de lo que se hablaba. Allí la ataron, más fuerte si cabía que la primera vez en la Nightingale, y se dejó conducir, como una zombie hasta una nave donde los tiraron, literalmente, en la que supuso que era la bodega. Solo allí, en el frio suelo, comenzó a percibir, a sentir, lo único que parecía que su cuerpo era capaz de hacer. Temblar. Estaba temblando. Un temblor incontrolable y helado. Temió que la mano en la que apretaba el colgante de Eylo se abriera, dejándolo caer, pero parecía que esa mano era la única parte de su cuerpo que se mantenía firme en aquel momento. Cerró los ojos y se acurrucó en el suelo, siendo poco a poco consciente del frio seco del suelo y del dolor que emanaba de boca y de su mano donde, posiblemente, sus uñas habían se habían clavado en su piel en su intento de no perder el colgante de ninguna de las maneras, de las voces quedas a su alrededor, de los pares de ojos que la debían estar mirando en aquel momento y a los que no se quería enfrentar. Del dolor en su corazón y del vacío de su alma. Sintió las vibraciones características del fuselaje cuando los motores comenzaron a funcionar, esas vibraciones que solo los pilotos reconocían al principio, las cuales aumentaron claramente mientras la energía derivada a los motores iba en aumento. Se iban de Coltanium. Se perdía la oportunidad de que los encontraran si Lira había llegado a destino y alguien decidía ir en busca del grupo. Si alguien venía, si alguien llegaba a Coltanium, si Frank volvía alguna vez allí… no encontrarían nada. Ni tan siquiera el cuerpo de Eylo.

Sintió sus lágrimas correr por su rostro y caer al suelo mientras rememoraba una y otra vez lo sucedido en un bucle infinito del que no quería salir. Perdió la noción del tiempo.

El ruido que hizo la nave en el despegue fue lo que rompió aquella cadencia autodestructiva. Fue ese sonido unido a la vibración arrítmica que creyó detectar a la misma vez lo que hizo que abriera los ojos y dejara de ver la cara de Eylo frente a ella. Estaba en posición fetal apretando en su pecho el colgante entre sus manos, pero sintió la necesidad de sentir más a la nave, de conocerla, porque algo más había irrumpido en su interior. El miedo a lo conocido, el miedo a saber que había algo que no estaba bien en la nave en la que estaba y que se disponía a salir al espacio. Se incorporó, sentándose en el suelo lentamente y mirando timidamente a su alrededor, temiéndose encontrar con las miradas que sabía debía enfrentar. Allí estaban todos y quien más y quien menos, la miraban en silencio ahora que ella había reaccionado. Y la pregunta flotaba en todos y cada uno de ellos, la pregunta para la que solo ella tenía respuesta.

Sus ojos se enfrentaron a todos los presentes-Lo siento…Eylo...no...-Negó con la cabeza lentamente, incapaz de pronunciar con palabras que Eylo no subiría jamás a aquella nave, y bajó la mirada solo para descubrir que parte de aquella túnica extraña con la que los habían vestido estaba salpicada de sangre justo en el lado en el que estaba su hermano al recibir el disparo, igual que sus manos. Se quedó mirándolas un instante, sorprendida, porque no había sido consciente de que, para quitarle el colgante había tocado su sangre. Abrió lentamente sus manos, atadas por las muñecas, para mirar un instante la piedra entre sus dedos. Percibió a alguien cerca y, al levantar la vista reconoció entre lágrimas a Alvin junto a ella. Le sonrió con tristeza infinita antes de hacerle una petición-¿Puedes ayudarme a ponérmelo? No quiero perderlo…-abrió completamente su mano, dejando a la vista de su compañero el colgante de Eylo y las marcas profundas que sus uñas habían hecho en su palma de tanto apretar la mano en su intento por no dejar caer el objeto y que ahora, al verlas, comenzaron a emitir latidos de dolor.

Verlos a todos allí, a Alvin a su lado, le hizo recordar y olvidar parte de su dolor, centrarse en lo importante. Buscó con su mirada a uno de los guardias y le llamó la atención-Dile a Lord Reginald que hay algo mal en su nave. Es peligroso salir al espacio con ella. Ha hecho un ruido extraño al despegar, hay que revisar ciertas cosas antes de salir de la atmósfera. Dile que le prometí que le daría mis servicios, el trato sigue en pie. Díselo rápido antes de que sea tarde, por favor…

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20/03/2022, 12:28
William P. Thompson

Como podían cambiar las cosas. Finalmente Althais era alguien con quien podría llegar a entenderse. Después de poner las cartas sobre la mesa se mostró incluso comprensiva, mucho más que él mismo referente a lo que había pasado con Seok. - Bueno... - sentenció, tratando también de darle ánimos a la mayor de los Townhall - Poco importan ahora otras cosas. Averigüemos como salir de aquí - El doctor había actuado de poli malo mientras William buscaba lo posible en el ordenador. No era demasiado, pero había algo y algo siempre era mejor que nada. Anotó mentalmente las afirmaciones que había hecho McCarthy. 

El interrogatorio por parte de Thompson no iba del todo mal. El chaval parecía un recluta que no llevaba mucho tiempo y no se enteraba de muchas cosas, estaba claro que era alguien de bajo escalafón y por encima de muchas cosas quería salvar su vida. Entendía porque estaba en un puesto sin acceso a mucha información sensible, aunque no podía culparlo por esa actitud. El interrogatorio estaba funcionando bastante bien cuando Dunne reaccionó de una manera incomprensible... Althais, llevada por el cariño que tenía hacía Dunne abandonó su puesto para ir a consolarla. Por suerte McCarthy estuvo al quite y tomó el puesto de la joven Townhall. Estaba tentado de ir a donde Dunne y pasarle el puesto de vigilar al prisionero a Althais, pero no confiaba en la reacción que ella pudiera tener, así que dijo lo que quería decirle desde su puesto - Dunne... - Empezó con la voz algo entrecortada, ni si quiera le gustaba lo que le iba a decir, pero consideraba que era necesario, de alguna forma no dudaba de la verdad de lo que decía pero eso importaba poco en esos momentos - Imagino lo que estás pasando... pero estamos en territorio enemigo... - sentenciaba con un tono de voz monocorde, él mismo se estaba forzando a centrarse en la situación y no dejarse embargar por la noticia de que habían perdido a otro compañero, si lo pensaba demasiado podría derrumbarse y era lo último que necesitaban - Tenemos que sacar a Althais y a Eris de aquí, y necesitamos estar con todos nuestros sentidos alerta - Se sentía horrible por decir aquello, le hubiera gustado darle tiempo para llorar y asimilar la perdida... le hubiera dado varios meses alejada de problemas para poder gestionar el dolor, pero por desgracia era algo que no se podían permitir. Su mente vagaba hacia Milena, sin saber donde estaba ni que le podría estar pasando. 

Volvió su atención al asteriano - Por ahora, vamos a trabajar a corto plazo. Indícame donde está el depósito de armas en esta base - Luego habría tiempo de seguir interrogándole, pero ahora había que ponerse en movimiento, cuanto más tardaran, peor para todos. - Althais - Llamó - Vigila a nuestro prisionero, por favor - dijo al tiempo que se acercaba a Grey, después de haber dejado durante unos momentos que la mayor de los Townhall la tranquilizara a su manera. Una vez allí se acercó a la sargento y se acuclilló a su lado. - Dunne, necesito que te centres en mi voz... - le dijo, tratando de sonar tranquilizador - Te necesitamos... Duncan es médico y es importante que salga de aquí, Althais es muy joven para estar en este lío y Eris debería estar en un sitio seguro... - afirmó con convicción, obviando que Althais era sólo un año menor que él. Sin embargo los últimos sucesos le habían dado una perspectiva diferente de muchas cosas y de cierta manera se sentía mayor, cansado... triste... - Dependen de nosotros... de ti y de mi... y yo no puedo hacerlo solo - afirmó con seriedad y convicción. Tenía un plan, una idea... arriesgada pero necesaria. Le puso las manos en donde los brazos se unían con los hombros para tratar de transmitirle algo de firmeza - Averiguaremos que ha ocurrido, te lo prometo... pero te necesito - La miraba fijamente. - Althais es mejor tecnóloga que yo, que mire en el ordenador por si se me ha escapado algo. Duncan y tu tened vigilado el pasillo y al asteriano, seguid interrogándolo, parece que quiere colaborar y nos vendrá bien que se venga con nosotros. Seguro que hay una nave con la que poder ir a buscar a Eris y salir de aquí... - Se volvió hacia la mayor de las Townhall y dejó abiertos los dos archivos privados en la nube, el que enviaba a su padre y el suyo - Manda la información a estos dos sitios, para no correr riesgos por favor - Luego miró a Dunne y al médico y le entregó el arma a Duncan - Voy a buscar más armas... aseguraos de estar enteros cuando vuelva - afirmó con convicción mientras inspiraba profundamente - Me muevo sin que me vean mejor que vosotros y aquí hacen falta tres... averiguad donde está esa Tessa Bintel y cuando vuelva, nos la llevaremos y sacaremos a Eris - mantenía la esperanza de que los destacados en el lugar no fueran buenos soldados, a ser posible estaría bien que fueran como el asteriano que ya tenían atrapado, aún así daría lo mejor de si mismo. 

Dicho eso, salió en dirección al lugar en el que estaba el arsenal, moviéndose en silencio, con el oído alerta pendiente de si escuchaba pasos o voces en cualquier momento. Mientras no fueran en dirección a donde estaban sus compañeros no actuaría, simplemente se escondería y dejaría que fueran moviéndose mientras él se acercaría a la armería buscando la manera de que no estuvieran tan desprotegidos en aquel lugar. 

 

- Tiradas (1)

Motivo: Sigilo

Dificultad: 0

Tirada: 2 4 8

Total: 8 = 8 Éxito

Notas de juego

Off: A la tirada de sigilo hay que sumarle mi 16 que se me olvidó ponerlo ^^ El resultado es 24

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20/03/2022, 17:39
Lord Reginald Success

Mitad del mes 4. Coltanium

La presencia de Lord se hacía cada vez más notable en la estancia. Era un hombre que parecía decirlo todo con los gestos y emanaba, por todos los poros de su piel, la sensación de que era peligroso y que no se amilanaba por absolutamente ningún problema. Si sus propiedades le causaban disgustos, las eliminaba quemándolas. ¿Qué no haría pues, con las personas que aseguraban verbalmente de que estaba en dificultades? Yilmaz había cometido varios errores que le costarían la vida, como explicarle de que estaba siendo buscado, así como insultar a quien tenía armas que usar en su contra. Con un tipo como Lord, había que ser respetuoso y jugar a lo que él marcaba. Las negativas no estaban en su vocabulario.

La situación de Banerjee se había complicado. Lord tasaba a la fémina en quinientos mil numerarios como mucho, incluso podía bajar en cien mil el precio final por venderla. Frank, sin embargo, había asegurado a Delay de que pagaría millones por ella, una cantidad que podía sonar incluso irreal porque... ¿Quién diablos tenía tanto dinero junto? ¿Era verdad que Kepborn regresaría para buscarla? ¿Habría ganado tiempo a su costa para ponerse él a salvo? ¿O podría reunir los numerarios para recuperar a quien denominó como su mujer? De ser así, ¿podría llevar consigo al resto de sus compañeros? La respuesta lógica comenzó a formarse, dolorosamente, en la mente de la inmunita. Todo aquello era remoto, extraño, y lo peor, si ya dudaba del salvamento, ahora que Reginald ponía tierra de por medio con su actual ubicación, sería todo aún peor. ¿Podría Frank encontrarla de nuevo en el universo? ¿O moriría sin volver a encontrarle?... Eran preguntas lícitas. Todas sin respuesta.

Success miró a Banerjee cuando comentó lo buena que podía ser en la cama. Lo peor es que en su mirada no había lascivia, tan solo duda sobre cuánto más podría sacar por ella. Estaba claro que ni siquiera la deseaba, o si lo hacía, sabía disimularlo bien bajo capas profundas de frialdad. No había nada peor que no saber lo que alguien pensaba. Ni la persona más empática del mundo podría comprender a Lord, pues actuaba como si careciera de corazón.

- Te queda bien el rubor en el rostro - Anunció el esclavista con diversión - Cuando vaya a venderte te diré guarradas, seguro que más de uno te considera encantadora - No cabía duda de que la cedería. Aunque hubiera dicho que la quería para sí, por sus gestos y miradas, no parecía que aquella afirmación fuera verdad. Era un hombre cargado de ambigüedades. Posiblemente estudiase a su presa para poder entender mejor la psicología de la mercancía.

- El paquete espacial os incluye a todos los de la Space Force, por supuesto - La miraba con ojos lobunos, lo que era - Todo el paquete podría ascender al millón de numerarios. ¿No te parece?... - Preguntaba pero de manera superficial, pues tenía claro de que ella, sólo podía dar información sobre las cuentas de su "esposo", una forma de poder saber de cuánto dinero disponían, pero en ningún caso hacerse cargo del regateo por la mercancía, pues quien portaba la cartera era Kepborn, no la piloto.

Era irónico. Yilmaz parecía haber tenido experiencia previa con esclavistas, pero su forma de actuar distaba mucho a la humildad que un prisionero debiera tener. Banerjee, sin embargo, se enfrentaba a aquella situación por primera vez, pero entendió, rápidamente, que había personas en el mundo con las que no se podía jugar. Y Lord era uno de estos, alguien que o bien estás con él o en su contra. Eylo estaba muy subido y se permitía el lujo de insultarle en su casa. No le tembló el pulso cuando descargó su pistola contra su cráneo, matándole, eliminando el problema que el eridiano representaba.

La reacción de la mujer era esperable. Reginald no actuó mientras Daya fue a coger a su compañero, intentando evitar infructuosamente de que cayera al suelo. Gritó, pedía al muerto que le mirase mientras le rogaba. Gran momento para que Lord hiciera uno de sus comentarios ácidos.

- Te miraría si no fuera porque el tiro ha sido tan preciso como para reventar su nervio óptico - ¿De verdad era necesario decir eso? La empatía del esclavista era nula - Y bien, querida. ¿Qué enseñanza podemos sacar de todo esto? Sencillo. Nadie que viene a mi casa y me insulta. Prefiero perder dinero a permitir que alguien pueda jactarse de haberse burlado de mí - La miró con fiereza, quizás retándola a que se equivocara y ella misma le dijera algo fuera de tono - El dinero es sustituible, el honor no.

Y así fue como un par de guardias se dirigieron hacia la joven Banerjee, intentando elevarla del suelo, mientras ella pedía un momento, rebuscando con sus manos el colgante del cuello de Yilmaz. Lord se fijó en el detalle, levantó la mano a su gente, una clara señal de que esperaran y dejasen hacer a la mujer, quizás un premio por no haberle respondido, mostrándose doblegada. Makri cedió ante él y tuvo recompensa. Daya no le habló mal y tendría la suya. Pudo tomar el colgante, darle un beso de despedida a su hermano y, finalmente, frente a un asentimiento de Success, actuaron los guardias, llevándosela de la zona y juntándola con los demás presos.

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20/03/2022, 17:39
Alvin Zemit 

Mitad del mes 4. Coltanium

Daya fue arrastrada hasta el interior de una nave de transporte y tirada en la bodega, como la carga que se suponía, era. Alvin ya estaba en aquel frío lugar, atado junto al resto de los soldados espaciales. Miró a la piloto y, dentro de sus posibilidades, se arrastró por el suelo para posicionarse a su lado, preocupado por el rostro, completamente ido, de su compañera.

- ¿Estás bien?... Daya, Daya... Mírame por favor... - Se mojó los labios, no iba a preguntar por Eylo, había escuchado la detonación y el antiguo líder del Domo no había entrado. Nada más había que decir para darse cuenta de que no lo había conseguido - Saldremos de esta, créeme, pero hay que ser inteligentes, esperar nuestra oportunidad... - Aconsejó, y tenía claro de que así era - Ven acércate a mi lado, recuéstate sobre mí. Hace frío... - Le pidió con todo el cariño, visiblemente preocupado por ella.

Fue en ese instante en el que la Innumita se dio cuenta de quien era su compañero, pidiéndole que le pusiera el colgante, algo que él realizó en respetuoso silencio, como si de un rito funerario se tratase.

La que no parecía tan comprensiva fue Eugene. La mujer comenzó a chillar cuando la nave comenzó a moverse sin Yilmaz a bordo. En el fondo, también comprendía lo sucedido, pero lo expresaba a su manera, como si de una fiera salvaje se tratara. Hasta el punto de ser amordazada para que sus gritos e insultos no llegasen hasta la cabina donde Lord, degustaba una copa de vino, paladeando su sabor mientras pensaba cuáles serían los siguientes pasos que debiera dar.

Silenciar a Brezos permitió que Banerjee escuchase el ruido de la nave, y pudiera llamar la atención de uno de los guardias para indicárselo. Lord Reginald debía saber de aquello. Si el transporte donde viajaba salía al espacio con un problema técnico, todos los pasajeros podrían morir. Y Banerjee tenía claro algo, había gente que dependía de ella. No podía abandonarles.

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20/03/2022, 17:40
Lord Reginald Success

Mitad del mes 4. Coltanium

El guardia que custodiaba en la bodega cogió su comunicador y, tras hablar durante unos instantes, la cogió del pelo para que se levantara. Una vez conseguido su propósito la llevó hasta Success. Obligándola a arrodillarse delante de él, como la esclava que se había humillado en la Casa del Ilota.

- ¿Y bien, querida? Me dice tu custodio de que escuchas un ruido raro en la nave y que deseas revisar algunas cosas para comprobar de que todo funciona bien... - La estudiaba con detenimiento - Explícame detalladamente qué vas a comprobar y dónde crees que radica el fallo.

Estaba claro que estaba midiendo sus conocimientos técnicos, así como poniendo en una balanza hasta qué punto podía fiarse de ella, cuando era evidente que había matado a alguien que le importaba.

- Espero que seas consciente de que si me la juegas, tú no morirás de un tiro. Me encargaré personalmente de hacerte tanto daño hasta que, arrodillada e implorante, me supliques la muerte... - Su mirada fría indicaba disposición en ello - Y puedo ser muy imaginativo en ello... - Sonrisa mientras levantaba su copa, a modo de brindis - Bien perra, dime qué vas a tocar. Un par de guardias te acompañarán para que hagas lo que crees que debes hacer... Cuidado... - Advertencia mientras miraba a sus hombres y asentía. Primero Daya le explicaría qué iba a tocar del mecanismo y luego simplemente iría, custodiada, para manipularlo. Luego volvería a reunirse con Lord y tendrían una charla que variaría según el resultado.

Notas de juego

Tirada de mecánica:

Menos de 15: no consigues mejorar nada

Con 15-19: estabilizas la nave pero el ruido no desaparece

Con 20 o superior: arreglas la nave a la perfección

Pifia: Haces arder la nave

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20/03/2022, 17:42
Teniente Lionel West

Mes 5. SF121 Airways Commander

Emotivo fue el momento en el que Andersen recibió las placas de Yum, así como esperable la respuesta del piloto, emocionarse por tener en sus manos aquel objeto metálico que la cadete había portado siempre cerca del pecho, a la altura del corazón. Ziam ya no estaba, pero el teniente instaba a Andersen a honrar su memoria, algo que sin duda, haría.

Lionel West cogió la mano ofrecida por Einar y la estrechó con fuerza. Aquel mando se mostraba muy distinto a los demás, era serio en su trabajo pero muy humano en actitudes. Cumplía su palabra y ante todo, no parecía dudar de las determinaciones a seguir, como si tuviera de antemano conocimiento de cualquier cosa que pudiese acontecer.

- No me lo agradezca. Somos Soldados y tenemos obligaciones, pero también alma. Usted demuestra con su petición que es alguien digno de confianza, un compañero que valora lo sustancial de la vida. Quiero gente como usted en mi escuadrón y además deseo que esté satisfecho... - Estaba claro que West premiaba la unidad de grupo y la confianza, una novedad hasta la fecha.

El teniente dejó que Andersen acomodase las plaquitas junto con las que él mismo portaba, como si fuera algún tipo de rito ceremonial, permitiendo intimidad en aquel momento de unión. Él tenía que organizar el interior de la nave, así que fue a realizar sus funciones antes de partir para recoger al resto del equipo en Protect.

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20/03/2022, 17:43
Ambientación

Mes 5. SF121 Airways Commander

El vuelo fue tranquilo. No hubo ningún altercado digno de ser mencionado y el hecho de haber preparado Einar su interfaz personal facilitó que se hiciera con prontitud a la nave, la cual era bastante cómoda y maniobrable. Una maravilla para todo el que estaba acostumbrado a la aviación civil.

De todas las personas que subían a la astronave, tan sólo una sería conocida, la pelirroja más peligrosa de todo el universo. Una bomba de sensualidad que no disimulaba lo libre que se sentía para disfrutar del contacto, y del sexo cuando la dejaban. Abrazó con cariño al piloto, más hizo un acto similar con Baker. Siempre había sido una fémina afectiva.

West permitió, tras su charla, que el piloto pusiera al día a la cabo Swallow y a la recluta Emem, con el fin de que tuvieran claro cuál iba a ser el plan de vuelo. Así que ambas mujeres se encaminaron hasta la zona de pilotaje, primero la cabo, como exigía el protocolo militar y, posteriormente, la cadete, para acompañarlas, finalmente, Andersen.

La cabo sonrió a Einar y le saludó con cortesía antes de responder - Lo mismo le digo, recluta Andersen. Me han comentado que usted es experto en pilotaje. Yo no soy especialista, pero me defiendo con los mandos lo suficientemente bien como para que hayan turnos de descanso, y no tenga que estar todo el mes posicionado en cabina... - Expresó la fémina acercándose a la pantalla holográfica, asintiendo ante lo que veía - Me parece bien las determinaciones que usted marque, a decir verdad cuando yo dirija el vehículo es recomendable que estén conectados los sensores de emergencia. Emem tiene más pericia que yo pilotando, aunque su especialidad es la mecánica - Explicó mientras la nombrada también saludaba a Andersen y sí tuvo la determinación de tocar la pantalla, era evidente que sabía lo que hacía.

- Señora, no se preocupe, le abriré una interfaz con su nombre y sin contraseña. Si toca en su perfil le saldrán automáticamente los valores de navegación básicos para que no se le complique el gobierno de la nave - Había sido muy correcta en no decir que había puesto el programa para novatos, un mecanismo que se solía activar cuando el piloto no llevaba ni un mes de prácticas.

Emem comenzó a comprobar la ruta de vuelo de Einar y asintió con la cabeza, conforme con lo que Andersen había marcado - El destino está prefijado con valores óptimos - Miró al piloto y sonrió por primera vez - Iremos seguros en sus manos, disculpe la duda, pero soy algo maniática en cuanto a seguridad se refiere y hemos tenido algún que otro problema en el Domo 15 con respecto a los vehículos - No incidió en decir que si de ella hubiera dependido, no habrían encontrado dificultad alguna.

Andersen se acercó al micrófono de la nave indicando que el tiempo de despegue sería de diez minutos, el suficiente como para que los pasajeros se acomodasen. Y así fue pasando el tiempo hasta que llegó el momento de hacer efectivo el arranque de motores y elevación de la astronave, tras haberle sido concedido el permiso para despegar. Leves turbulencias agitaron el transporte pero tras haber traspasado la atmósfera del planeta rojo, se estabilizó la navegación y los pasajeros podrían moverse con libertad por el espacio donde convivirían durante semanas o quizás, meses. El tiempo era indeterminado.

- Andersen, usted es el especialista, así que su palabra será más tomada en cuenta que la mía, por conocimiento y experiencia de vuelo. Yo sugiero que nos turnemos para pilotar. Si quiere, estoy viendo que en la pantalla holográfica no hay mucha dificultad por ahora, supongo que puedo hacerme con los controles durante un par de horas. Después de ese tiempo, me puede sustituir usted o la recluta Emem... ¿Le parece?... - Preguntó la cabo Swallow, utilizando un buen criterio, confiar en los que sabían de la materia más que ella - Quizás quiera ir a conocer mejor a sus compañeros de viaje. No es mala cosa que socialice, todos tarde o temprano debemos conocernos... - Sugirió, pero en cualquier caso, Einar tenía libertad para relacionarse con los demás.

Notas de juego

Vas a tener varios turnos para poder conocer la gente que te rodea, siempre y cuando quieras hacerlo, así como dar ideas sobre cómo investigar dónde se encuentran tus compañeros.

En este escuadrón eres uno más y tus sugerencias serán escuchadas, no tienes que someterte por completo al mando.

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20/03/2022, 17:45
Sargento Dunne Grey

Mitad del mes 4. Natgrew

La escena que se estaba desarrollando, si estuviera siendo visualizada por los antiguos componentes del Domo 12, debería sorprender a todos. Duncan actuando al más puro estilo matón de barrio bajo, mientras que William caminaba de un sitio a otro, interpretando el rol de "poli bueno". Ambos cadetes montaron todo un espectáculo tal, que el enemigo atrapado pensaba, firmemente, que de aquella prisión no iba a salir vivo. Y quizás pudiera ser que fuera eliminado, todo dependía de cómo se desarrollara cada línea de acción.

Duncan no creía que el joven retenido tuviera mucho que ofrecerles. Parecía ser el mindundi de turno, alguien que vigilaba prisiones que, de base, ya estaban bien custodiadas y no había posibilidad real de que un preso se les escapase. Además, había dicho que llevaba a cargo la tesorería. Se evidenciaba que no era un luchador, no parecía que pudiera ofrecerles mucha resistencia si le juzgaban por su aspecto, casi parecía ser más débil que Thompson. Sin duda, Noor diría que no tenía dos tortas aquel chaval.

Parecía que la obtención de algo de información estaba resultando favorable, cuando algo inesperado sucedió con Dunne. Sin venir a cuento la mujer se vino abajo, lamentando la pérdida de quien era su pareja. Althais entró en la estancia y se acomodó al lado de Grey, mientras que McCarthy le tocaba el hombro de forma afectiva. Al mismo tiempo el joven asteriano miraba la estampa con la boca abierta, pero sin atreverse a emitir sonido, aquello no era nada bueno para él.

Duncan apeló a que quizás Yilmaz siguiese vivo, explicando que quizás, Eylo había sufrido sólo un accidente del cuál podría recuperarse, pero no era una línea de pensamiento en la que acomodarse en ese momento tan delicado. McCarthy dijo una gran verdad, necesitaban a Grey y tenían que salir de allí. William por su parte le recordó a la sargento de que estaban en territorio enemigo, nombrando a Althais y Eris, dos personas que dependían de ella. Había frialdad en las palabras de Thompson, pero justamente era el trato que Grey debía recibir en ese instante para intentar reponerse. Respiraría profundamente para calmarse e intentaría sacar la coraza. Mostraría, como siempre, una de las mil máscaras con las que, normalmente, solía trabajar. 

Pasaron unos minutos hasta que se calmó. Cuando la mujer se incorporó del suelo, su mirar era un témpano de hielo, lacerante y frío, como lo serían sus acciones a partir de ese momento. Teatro. Grey interpretaba y, para ello, debía creerse quien era. Y ahora mismo, se metía en la piel de la mayor hija de puta del planeta.

- Seguiremos el plan de William y luego el de Duncan... - Dijo la mujer con convicción - Primero nos moveremos a corto plazo. Vamos a buscar la zona de armamento de este búnker... - Se acercó al prisionero y le cogió del cuello. No era fuerte, pero su rabia traslucía por cada poro de su piel - Dime dónde están las armas o te juro que te volamos los cojones... - No hubo un ápice de duda en su voz, encarando al enemigo con rabia emergente.

El asteriano dudó por unos instantes, pero no tenía sentido enfrentarse a cuatro desconocidos sin tener encima ni un triste cuchillo, y menos con las palabras frías de la mujer que le apretaba la carótida - Tras la puerta al final del pasillo. Allí están todas... - Dijo con dificultad mientras intentaba tragar saliva, pues la sargento se lo impedía con su violenta acción, soltándole tras darle un empujón.

Althais asintió a Thompson y se dirigió al ordenador para revisar los datos que previamente había estudiado el joven Billy, por si ella descubría algo que se le hubiera pasado por alto - No soy tan buena en tecnología. De hecho Seok era el que solía decirme qué hacer con los ordenadores cuando alguna búsqueda se me complicaba.... - Suspiró y luego miró hacia Duncan -  Me gustaría llevaros donde está Green, pero él nunca está solo y siempre tiene armas encima. Tal y como ahora nos encontramos, sólo con una pistola, es un suicidio ir en su busca. Pero si conseguimos más, intento llegar hasta su casa, pero no sé dónde diablos estamos... - Y es que una de las primeras necesidades era ubicarse.

Duncan recibió el arma de manos de William. Hacía unos instantes le había pedido al muchacho que le pegara un tiro al asteriano, ahora él mismo tenía la posibilidad. ¿Lo haría?

- Si se te escapa el gatillo, no seré yo quien te lo reproche... - Le dijo Grey, mirando con asco al prisionero, el cuál dio un par de pasos hacia atrás, mostrando abiertamente su miedo. No era más que un joven muchacho de otra raza eso sí, pero alguien que tras su mirada podría transmitir temor.

William marcharía en busca de las armas que estaban al final del pasillo, según indicaba el prisionero. El cadete se movería rápido y silencioso, como si apenas necesitara posar los pies sobre el suelo. Encontraría una puerta cerrada con llave, pero eso no solía ser problema para Thompson, en caso de poder abrirla encontraría un pequeño arsenal a su disposición, con pistolas, fusiles, granadas, machetes e incluso algún Bazuka. Podía servirse, aunque debiera de tener cuidado y no cargar más de lo que pudiera transportar teniendo en cuenta su físico. No parecía haber nadie por las inmediaciones. Todo estaba desierto.

Mientras tanto, en la sala donde estaban los demás, había una información que quizás debieran extraer o puede que lo mejor, sería acabar la vida del joven asteriano, pues tampoco parecía valer para mucho más.

- Tiradas (1)

Motivo: Persuasión enemigo

Dificultad: 0

Habilidad: 15

Tirada: 5 7 7

Total: 7 +15 = 22 Éxito

Notas de juego

Billy: Tira forzar cerraduras, mientras no pifies abres la puerta con facilidad. Indica qué armas coges.

Duncan: Persuasión si quieres extraer más información del muchacho. Si decides pegarle un tiro, a la distancia que estás es éxito automático, si pifias es otra cosa.....XD.... Tiene 12 puntos de vida y el daño de esa pistola 1D6+3

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20/03/2022, 22:21
Duncan "Duke" McCarthy
- Tiradas (1)

Motivo: Persuasion

Dificultad: 0

Habilidad: 12

Tirada: 3 6 10

Total: 6 +12 = 18 Éxito

Notas de juego

Dejo la tirada hecha por si Billy postea antes. Si no editaré este post.

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21/03/2022, 12:41
William P. Thompson

La mente de William en situaciones de estrés se ponía a trabajar a marchas forzadas en todas direcciones. Aquel asteriano, le parecía un pobre chaval que luchaba en una guerra que no comprendía ni compartía, aunque era bien cierto que ya le habían engañado antes otros de su especie. Sin embargo no podía evitar una duda. ¿Quizás no fueran tan distintos?. A lo largo de la historia, muchas guerras habían surgido por interpretaciones o por puntos de vista diferentes. Por lo que podía saber, sobre todo por el hecho de que la propia sociedad asteriana en realidad no abogaba por la guerra, Thompson entendía que el entendimiento entre sus razas no debería de ser imposible. Tenía mucha curiosidad por saber que es lo que había pasado con la princesa esa, así como saber a que otro tipo de agresiones se refería aquel chaval. 

Una vez que Billy se encontraba desarmado por haberle dado el arma a Duncan se acercó al asteriano y se acuclilló junto a él, con un tono extrañamente comprensivo le habló - Los ánimos están caldeados, pero mejorará... quédate tranquilo y coopera. Me llamo William. ¿Y tú? - Después de su respuesta, agachó ligeramente la cabeza, hizo un último comentario, quizás más para él mismo que para el asteriano Ya hemos tenido demasiadas muertes... y muchas más que están por venir... si se puede evitar alguna, mejor hacerlo - Y dicho eso, levantó la mirada al que debía ser su enemigo y le dedicó una mirada cargada de tristeza y pena. Al levantarse movió ligeramente la cabeza hacia los lados para tratar de quitar ideas de su mente que pudieran interponerse en su misión. Se dirigió a Althais - Intenta comunicarte con la capitán Adara Thyndall o el teniente Lionel West. Habrá que explicarles la situación y comprobar si pueden enviar refuerzos - Antes de ir a por las armas observó por un momento al médico y a la sargento - Sé que estamos en guerra, entiendo que son el enemigo... pero conocer los detalles más básicos de su sociedad, detalles que para ellos son algo sabido puede sernos útil. Creo que todos estaremos de acuerdo en que nos es más útil vivo que muerto, mientras coopere - afirmó en clara referencia al prisionero. Llegó a la puerta prestando atención con todos los sentidos a cualquier enemigo que pudiera venir, al notar que no había peligro se volvió antes de ir a la armería - Si no he vuelto en veinte minutos... - Hizo un gesto como si meditara - ...Esperad un poco más - sentenció con una sonrisa divertida. Se sentía sobrepasado, con una responsabilidad que no deseaba y que le superaba con creces, su única salida, su única defensa para no derrumbarse era recurrir al humor absurdo - Pero no demasiado - culminó antes de adentrarse en el pasillo en busca de armamento cargado con una mochila. 

En esos momentos estaba pendiente de todo cuanto ocurría a su alrededor. Sus cinco sentidos se extendían a todo cuanto podían abarcar. Pendiente y atento de su alrededor alcanzó la armería. Extrajo el trozo de muelle de colchón que usaba a modo de ganzúa y esperó el característico <clic> que indicaba que el camino estaba libre. Por suerte no había nadie allí ya que había dejado la pistola a sus compañeros. Él tenía su arma, su capacidad de moverse sin ser detectado. Observó la armería y comprobó las existencias. Lo primero sería armarse adecuadamente. Cogió tres pistolas para que cada uno llevara una y dos fusiles, uno para él y otro para quien fuera buen tirador. A continuación llenó, sin sobrecargar la mochila con unas cuantas granadas (¿Unas 8?). Después con sumo cuidado volvió a la sala donde estaban los demás. Mostró lo obtenido al resto, mientras él se colgaba el fusil en diagonal a la espalda. - Si alguien quiere algo más, hay incluso un bazuca. Si no, creo que debería sellar la cerradura para que no puedan acceder hasta que volemos este sitio - Sentenció esperando indicaciones u opiniones. Mientras esperaba no podía evitar observar al preso y comprobar cual era su situación. 

 

- Tiradas (1)

Motivo: Forzar cerraduras

Dificultad: 0

Habilidad: 15

Tirada: 6 8 8

Total: 8 +15 = 23 Éxito

Notas de juego

He asumido que habría alguna mochila o macuto en la sala en la que estábamos. Si no, en la armería puedo suponer que habrá alguna. En caso contrario no cojo las granadas, pero hacemos una parada en el arsenal cuando estemos todos juntos y armados. 

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21/03/2022, 20:05
Althais Townhall
- Tiradas (1)

Motivo: Tecnología

Dificultad: 0

Habilidad: 12

Tirada: 2 4 9

Total: 4 +12 = 16 Éxito

Notas de juego

Preparando el rol del miércoles. No os preocupéis...XD

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21/03/2022, 21:29
Duncan "Duke" McCarthy

William dijo lo que tenía que decir, pero aun así lo odio por decirlo. La necesitaban, tal vez no había otra manera más rápida, pero le hubiese gusta que la hubiera. Eylo podía estar muerto y ella, a pesar de todos sus tonteos más o menos inocentes lo quería, así que lo personal era complicado de arrinconar, por muy soldado profesional que fuera. Volvió a mirar hacia atrás, no parecía venir nadie, se permitió una mirada atrás, cruzar la mirada con Dunne si allí estaba. El jodido Thompson tenía razón, sacar a esas dos niñas de allí era importante, por su padre, porque si no había esperanza para dos niñas, ¿Como la iba a haber para la raza humana?

Althais intentaba consolar a Grey después de las palabras de Thompson y lo que le había pasado, pero no lo necesita, Grey se había escondido detrás de su máscara, retrasando el momento de llorar a cuando fuera posible. Thompson siguió con su interrogatorio, pidiéndole al asteriano la ubicación de las armas y tras ello cambió de sitio con Althais, esta vez acercándose a Grey con más delicadeza, aunque el mensaje le tocara las narices. Era médico, pero era soldado espacial, no una florecilla silvestre que tener que proteger, pero calló, si eso le ayudaba a Grey a reaccionar podía jugar al doctor inútil,  si la ponía en marcha se dejaría pisar los juanetes, meter un dedo en un ojo, lo que hiciera falta, y vaya si la puso. Cogió del cuello a aquel mequetrefe y le sacó la ubicación del arsenal a las malas.

Le iba a tocar vigilar al prisionero mientras Billy se iba de excursión y Althais se quedaba con el ordenador, y él con el preso, con el preso y con el arma. Vio perderse al espía y cuando Althais le dijo que ir a buscar a Green era un suicidio se encogió de hombros - Procuremos salir de aquí, nos armaremos y luego iremos a por ella... No la dejaremos atrás

El tacto del arma era frío, pero se ajustó en su mano como si fuera una parte de él. La sopesó mientras el dedo acariciaba el gatillo y miraba al asteriano. Miró de reojo a Grey y le dijo
- Me reprocho muchas cosas, pegarle un tiro no sería una de ellas....

El pequeño asteriano se estaba cagando de miedo, pero le daba igual. Ellos querían extinguirlos, los trataban como si fueran un virus, y no actuaban de forma más directa solo porque tenían problemas de fertilidad, eran malditos minga flojas, minga flojas que les querían extinguir, habían matado a Noor, al PEC 12, y si estaban detrás de los skulls, si los manejaban de alguna manera, habían matado a sus padres. William en cambio jugaba al poli bueno, incluso le decía su nombre. Duncan arqueó las cejas y sonrió cínicamente mientras negaba con la cabeza

- Estamos solos, los últimos que se suponían que eran de la Space Force nos trajeron aquí. Están muy infiltrados en la jerarquía de mandos, no podemos estar seguros que la capitán o el teniente estén limpios, pero si queremos jugar a los dados hay que elegir a uno, solo a uno, porque cuanta más gente lo sepa más fácil es que nos traicionen. - Miró al prisionero - En cuanto a nuestro carcelero, no es el momento de jugar a las casitas o hacer un estudio sociológico, podemos dejarlo aquí, reducido y amordazado, pero no podemos llevarlo, un grito en el momento menos indicado y estamos muertos -  gruñó - Y si no has vuelto en 20 minutos pondremos este puto sitio patas arriba, pero de aquí no salimos sin ti... Así que haz que no tenga que ir a buscarte...

No le caía bien, a decir verdad le reventaría la cara gustoso en el ring, pero era humano, y su compañero, y moriría por él si hacía falta, sin pestañear. Miró al pobre asteriano y le dijo

- Me vas a decir donde está Bintel y si le habéis hecho algo, reprogramado o lo que sea, y cual es la mejor forma de salir de aquí... la mejor.... Tengo prisa.... ah, y por cierto, quien es la humana por la que Osiris pide tanto dinero? Tienes un nombre? Un lugar? A donde tienes que enviar ese dinero? Como lo tienes que enviar?

Llegó Billy armado hasta los dientes y Duncan movió un poco la pistola antes de decir
- Estoy servido. - Lo pensó por un instante y dijo - los guardias deben ir armados, no sé si ganaremos mucho sellando la cerradura, pero mejor asegurarse por si acaso...

Amartilló el arma y la puso en la cabeza del asteriano antes de decir - Sabes? Llevas todo el rato diciendo que tú no eres culpable de nada, que no estabas allí, pero Noor tampoco estaba allí cuando le hicieron lo que sea a tu princesa, ni mis padres estaban allí y aun así les enviásteis los skullreps... Somos animales, animales que pujan por un mismo ecosistema... y si queréis extinguirnos no podemos ir con medias tintas.... Cierra los ojos, así duele menos, apenas lo notarás.

Y si nadie le detenía dispararía. Dispararía por Noor, por el PEC 12, por todos los humanos que habían muerto por su culpa, por los rebeldes que se volvían contra los suyos sin saber que le hacían el juego a un extraterrestre, pero sobre todo, dispararía por él, por un hombre atormentado por todas las vidas que no había conseguido salvar por su incompetencia.

 

Notas de juego

No hace falta que sea un placaje, pero si no hay una oposición clara en plan una orden o un plan alternativo para el prisionero lo ejecuto.... No os habéis fijado que el avatar de Duke es más oscuro???

I'm batman!! XDDD

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22/03/2022, 00:57
Daya Banerjee

Mitad del mes 4. Coltanium

Daya miró a Alvin por pura inercia, porque había alguien que decía su nombre y le pedía hacer algo con educación y cariño. Le pidió que le ayudara con el colgante de Eylo sintiendo en parte que aquel objeto no le pertenecía y, a la misma vez, ella era la única que podía custodiarlo hasta entregárselo a Grey. Cuando Alvin cerró el enganche en torno a su cuello, ella casi sintió el peso de la responsabilidad que significaba su promesa autoimpuesta cuando ni tan siquiera era capaz de garantizar que ella saldría de aquella situación. Pero lo intentaría por Eylo, por todos. Acarició lentamente el colgante y fue consciente entonces de los gritos de Eugenie. Se había dado cuenta de lo sucedido y reaccionaba de aquella forma totalmente válida a su dolor, el dolor de la pérdida de un verdadero hermano de vida. Levantó la vista, alarmada, cuando vio a uno de sus captores acercarse a ella temiéndose lo peor, pero solamente la amordazaron para silenciarla.

-Le ha pegado un tiro a sangre fría delante de mí…-le susurró a Alvin un buen rato después de acurrucarse junto a él intentando que el frio desapareciera de su cuerpo, que no de su corazón-…ha sido tan rápido… no pude hacer nada por él… nadie nos ayudó… nadie nos miraba siquiera… y Reginald solamente abrió la boca para reírse de la situación y amenazarme con hacerme lo mismo… Alvin, pase lo que pase-se separó un poco de su lado para mirarlo a los ojos con intensidad-pase lo que pase, no lo hagas enfadar. Tenemos que ganar tiempo y, si para eso, tenemos que doblegarnos, llevarle la corriente, hacer lo que él quiera, hagámoslo.

Se bebía los ojos de Alvin esperando ver aceptación a sus palabras, necesitaba saber que, inicialmente, él cuidaría de sí mismo y no daría un paso en falso-Confío en Lira y en la Space Force, Alvin. Sé que Eylo la programó bien y llegará a la Tierra. Si la Space Force no quiere venir solo a por unos reclutas, vendrán a por dos soldados y un capitán. Quiero creerlo. Aquí estábamos más cerca de ese rescate, pero lo que ha sucedido con Eylo ha hecho que Reginald abandone esta base en Coltanium. Ha dicho que nos dirigimos a Casiopea. Se complica todo… pero confiemos en encontrar ese momento para escapar o que, de alguna forma que no entiendo ahora, nos encuentren… Si Eugenie sigue así seguirá rápido el camino de Eylo, intentaré hablar con ella en cuanto pueda aunque no sé ni siquiera si querrá escucharme…ya sabes que ella y yo nunca hemos llegado a congeniar, no confía en mi… tampoco la puedo culpar ahora después de… de los comentarios del capitán Kepborn ante Faith…-se sinceró, volviéndose a apoyar en el pecho de su compañero, sabiendo que él también tenía todo el derecho a opinar lo mismo. Pero allí estaba, brindándole consuelo-Por Lomber no temo, su carácter lo salvará a no ser que le obliguen a hacer algo que lo sobrepase…  Yo haré lo que se tenga que hacer… y esperaremos tener la oportunidad de escapar y salir de aquí.

No dijo nada de su "trato" con Reginald para mantenerlos a salvo a ellos tres ahora, Alvin lo había escuchado en la habitación, no había más que decir.

Fue entonces cuando escuchó el ruido. Se puso tensa y se incorporó, alejándose de los brazos de Alvin en un intento por volver a escucharlo-¿Lo has escuchado? Creo que… mierda… solo he escuchado algo parecido una vez, en el Domo, una de las primeras veces que arrancamos los Starliners…

¿Era el mismo sonido? Aquella era una nave mucho más grande, pero el sonido había hecho saltar la alarma en Daya. Al fin y al cabo, la mecánica de las naves no se diferenciaba mucho aunque los modelos fueran diferentes. Podía ser peligroso, mucho, para todos.

Llamó la atención del guardia que los custodiaba y le comentó lo que pensaba-Puedo equivocarme, pero si no… puede ser peligroso… -susurró a Alvin antes de que aquel tipo volviera y la levantara en vilo agarrada por su pelo. Aguantó como pudo el dolor que le causó aquello, pero fue tan rápido que comenzó a sentirlo realmente en toda su intensidad después, mientras que andaba camino de hablar con Lord. Este estaba en una sala, bebiendo tranquilamente una copa de vino. Verlo de nuevo allí, tan tranquilo, hizo que se le revolviese el estómago y le hirviese la sangre y, por un momento, pensó que sería incapaz de hablar con él. La obligaron a arrodillarse en su presencia y ella, en un gesto que quizás el confundiera con sumisión, miró hacia el suelo mientras intentaba tranquilizar a su corazón y no saltarle a la yugular en venganza por la muerte de Eylo. Necesitó armarse de verdadero valor y centrarse en las razones por las que estaba allí, visualizando el rostro de Alvin, su abrazo.

Lord consentía en que ella le expusiera sus temores y la animaba a hablar. Ese fue el momento en el que se decidió a levantar la vista y mirarlo, aunque tardó otro par de segundos en tragarse su animadversión y asco por el hombre antes de hablar, momentos que aprovechó Reginald para amenazarla. Su mirada, fija y fría, le advirtió que no estaba bromeando y cumpliría su amenaza ante la más mínima duda. Daya sintió que la duda la embargaba, ¿y si se estaba equivocando? ¿y si no se equivocaba pero no era capaz de arreglar el problema o, incluso peor, empeoraba la situación? Ella no era especialmente buena en mecánica, la experta en eso era su querida Yum.

Bien perra…

Nunca la habían llamado así. Y el problema allí no era que él usara esa palabra para referirse a ella como un insulto, es que la innumita sabía ya a aquellas alturas que él la considera en aquellos términos. Había guardado las formas mientras que había averiguado el valor de cada uno pero ahora, una vez que ya estaban tasados y él sabía lo que valían, ellos pasaban a ser nada a sus ojos, solo un número de numerarios esperando a engrosar su cuenta corriente. Cogió aire lentamente, intentando blindarse contra aquella palabra recordando a Eylo y su final, adivinando la pistola de Reginald no muy lejos de él. No podía dejarse llevar solo por un calificativo de un mentecato.

Tranquila… Respira… Habla… Trabaja… Piensa en los demás... en Innum... sal de aquí cómo sea...

-Desde la bodega se ha escuchado perfectamente cuando se ha derivado energía a los motores para despegar. Entonces ha sonado un ruido característico que creo haber escuchado una vez antes, puedo equivocarme, por supuesto, pero me gustaría revisar que lo que pienso que puede ser, no lo es, y no tendremos ningún problema durante el vuelo o durante la reentrada cuando lleguemos a destino…-hablaba con mucho cuidado, midiendo sus palabras, explicando para que Reginald no desconfiara de lo que pretendía hacer en su nave-Se trata de los estabilizadores. Cuando se ordena levantar el vuelo, si no están bien calibrados o hay algo que bloquea el sistema impidiendo el funcionamiento normal, se intentan recalibrar solos de manera brusca para intentar mantener a la nave en la posición dada por el piloto en cabina y eso produce el chasquido que he creído escuchar… -no sabía si Success la estaba escuchando, creyendo, o tan siquiera, le importaba lo que decía, pero se animó a continuar, debía hacer que aquel hombre confiara en ella o posiblemente debería empezar a pedirle al universo que su muerte fuera rápida como la de Eylo-…si no se revisa y existe realmente ese bloqueo o están mal calibrados, el sistema funciona forzado. El problema radica en… hasta cuando puede trabajar forzado. Los despegues y las reentradas son los momentos más complicados y donde más sufre el sistema… si fallan en uno de esos dos momentos, el piloto perderá el control de navegación. Si hay margen de tiempo y distancia, el sistema se recalibrará y la nave se estabilizará sola pero si no… dependerá de la pericia del piloto que la nave no se estrelle-cogió aire, intentando respirar y ser totalmente objetiva-Solo necesito que me lleven a donde estén el grupo de estabilizadores más cercano a la zona de la bodega en la que estaba, ahí tiene que estar el problema, y revisarlos. No tocaré nada de lo que no esté segura…tengo el mismo interés que usted en que esta nave vuele bien, créame.

Contra quizás su propio pronóstico, Lord Success le hizo una señal a dos de sus guardaespaldas para que la guiaran y vigilaran mientras ella revisaba el sistema.

La llevaron por pasillos y salas, descendiendo en la nave hasta llegar a la sala requerida. Daya se acercó a una de las consolas y mientras manipulaba las pantalla, iba hablando en voz alta a sus vigilantes para que supieran en todo momento lo que iba haciendo.

-Esta es la consola de los estabilizadores de esta parte de la nave, entiendo por lo que veo que es un bireactor… así que debe tener dos módulos de estabilizadores… estos son sus controles… esta opción de aquí es para realizar el chequeo automático, ahora tenemos que esperar unos minutos a que finalice…-dejó funcionando la comprobación del sistema en aquella parte de la nave, no tardaría demasiado-…si hay un fallo evidente para el sistema, simplemente nos lo dirá y podremos actuar en consecuencia. Hay veces que desde cabina no se visualiza este tipo de problemas si el problema es sutil y no da ninguna señal de advertencia, para el piloto puede ser transparente porque mientras funcionen la posición se mantendrá, quizás note una pequeña deriva hacia uno de los lados, pero generalmente se piensa más en rachas de aire fuerte o en los propios motores muchas veces.

La consola pitó y dio su resumen-Ahí está, estabilizador tres… -la pantalla mostraba una reducción de la funcionalidad que podía ser equivalente a lo que Daya estaba buscando. Sus ojos miraron un mapa de la instalación y fue hacia el panel correspondiente-¿Me ayudáis a levantar este panel? El mecanismo está aquí detrás.

Retiraron el sello de seguridad y, al retirar el panel, quedó a la vista el estabilizador que estaba dando problemas. Daya abrió los ojos y parpadeó, sorprendida-Vaya… creo que este es el problema…

Uno de los cables del estabilizador estaba deshilachado y echando chispas, a punto de romperse, la zona que lo rodeaba estaba negra, chamuscada-Ha debido cortocircuitarse y, en ese momento, el sistema ha tenido que compensar de manera brusca. Ese es el ruido que he escuchado…. Lo único que puedo hacer es desconectar este estabilizador, volaremos con uno menos, pero el sistema será capaz de estabilizar la nave usando los demás una vez que detecte esta falta. Si el resto están bien, claro… Es mejor ir con uno menos que dejar que se rompa en un momento de vuelo delicado. No puedo hacer mucho más sin herramientas, deberían revisar la nave al completo y no demorarlo más pero, la pregunta es ¿por qué se ha roto este cable?-miró con circunstancias aquel desaguisado. Las respuestas podrían ser variadas y solamente un mecánico experimentado y quizás un chequeo general de la nave en una estación de mantenimiento aclararía si había problemas adicionales y aquello era solamente una señal de un problema mayor. Solo quedaba esperar que el resto de estabilizadores estuvieran en óptimas condiciones y soportaran a la nave.

¿Se quedaba más tranquila ahora? Daya, pensativa, miraba la consola de aquel grupo de estabilizadores. Realmente, no confiaba en la nave, visto lo que acababa de ver allí. Ahora solamente quería volver a la bodega con los demás y rezarle a todo el universo porque aquella nave no tuviera más problemas. 

- Tiradas (1)

Motivo: Mecánica

Dificultad: 0

Tirada: 3 6 6

Total: 6 = 6 Éxito

Notas de juego

No puse mi habilidad, es 11.

Total:17

Termino de escribir el post según resultado y lo libero.

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22/03/2022, 16:16
William P. Thompson

Cuando vio como Duncan estaba dispuesto a matar a aquel chaval se acercó a él y le puso momentáneamente la mano encima del arma - Duncan... Duke... - Dijo con tono triste - Entiendo lo que estás pasando, pero matarle no aliviará tu dolor - Creía entender las motivaciones del médico, ahora mismo aquel chaval representaba al enemigo, sin embargo no podía dejar de verlo como otro "alguien" que simplemente estaba donde no quería. 

- Él está aquí, pero no quería estar aquí... - afirmó bajando la vista hacia el suelo y un lateral - Es una historia que bien se podría adjudicar cualquier humano... - Levantó la vista para mirar al escocés a los ojos. William estaba dolido, triste, roto en gran parte, aunque siempre buscaba entender y comprender - Si los vemos a todos como el enemigo, estaremos cometiendo el primer error y estaremos haciéndole el juego a Harel Dionn que es lo que quiere... enfrentarnos a todos los niveles... - Una mueca de pena asomaba a sus labios mientras continuaba - Puede que seamos más parecidos de lo que pensamos. Quizás sólo es un joven que está aquí en contra de sus deseos. Condenarlo sólo por pertenecer a otra raza no es propio de ti... Siempre has dado valor a la vida. Cambiar eso, no alejará la ira, la pena ni el dolor. Acabar con él no nos devolverá a nadie. Sin embargo... - continuó después de apretar los labios en un gesto de concentración. Una parte de él no quería contener al doctor, pero era demasiado importante a ojos de Thompson el poder obtener más información - Ellos tienen mucha información sobre nosotros. Nuestra sociedad, nuestra cultura, nuestra organización... por el contrario, nosotros ignoramos más de lo que sabemos sobre ellos. Hay valor en los detalles, en lo cotidiano y necesitamos saberlo - Puso una mano en el hombro de Duncan - Servirá más y mejor vivo que muerto... - Bajó la cabeza mientras decía una última cosa - Matar a alguien es algo irreversible. No tiene vuelta de hoja y es algo que persigue para siempre - afirmaba con dolor en las palabras, hablaba desde la propia experiencia - Mucho me temo, que cuando esto acabe, veremos que tenemos muchas cosas en común y aunque una parte esté en guerra con nosotros, no podemos cometer el error de culparlos a todos. Si lo haces, mucho me temo que llegado el momento te arrepentirás y desearás volver atrás y hacer las cosas diferente... Y si lo quieres pensar de manera cerebral. Es mucho más útil y valioso a la Space Force, vivo que muerto. Ignoramos más de lo que sabemos de nuestro enemigo y... - continuó bajando la voz de manera que sólo el doctor pudiera escucharlo - Cualquier prueba que desarrolles para determinar quien es asteriano, necesitará ser comprobada... - Dicho eso, dio un par de palmadas en el hombro de McCarthy dispuesto a seguir con la tarea - Matarlo es definitivo y si se tuercen las cosas siempre podrás hacerlo... al contrario es imposible rectificar... - Sentenció finalmente... 

Notas de juego

Off: Posteo permitido por la jefa, para que decidas si lo matas o no ;)

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22/03/2022, 15:17
Einar Andersen

Mes 5. SF121 Airways Commander

Las que iban a ser sus principales compañeras de vuelo, al menos compañeras de cabina, aparentemente resultaron ser dos mujeres agradables y de trato facil, y su atractivo físico no iba a la zaga de su simpatía, si bien Emmet parecía algo más remisa a mostrar su bonita sonrisa que la Cabo Swallow.

Al parecer, él era el único especialista en vuelo. Aquello explicaba el por que había sido designado como piloto habiendo en cabina una persona con un rango bastante superior.

Era consciente de que aquello le ponía sobre los hombros una responsabilidad elevada, no por nada cualquier decisión técnica concerniente a la cabina o a sus menesteres iba a prevalecr sobre cualquier osugerencia o indicación dada por los superiores jerárquicos.

Einar se encontraba cómodo, en su salsa en aquella cabina y había logrado centrarse por completo en su labor, pero aquella puntualización con respecto a la especialidad de Emem le provocó un pinchazo en el pecho. Casi pudo sentir como tintineaba la cadena que llevaba al cuello y, de forma inconsciente, sus labios se aplanaron y la mirda se le entristeció, si bien le puso forzado remedio en cuanto fue consciente de ello.-Es tranquilizador poder contar con una experta mecánica. Mis conocimientos en la materia son los elementalmente necesarios para un piloto, así que le confío por completo el ámbito mecánico. No obstante cuente conmigo si necesita ayuda, ni que sea para sostener la lintera-Se forzó en tratar de mostrar una sonrisa amable.

La Cabo se ofreció a pilotar primera para que él pudiese conocer al resto. Einar había revisado las primeras horas de vuelo y sabía que no había previsión de campos electromagnétios, basura espacial o perturbaciones iónicas, por lo que el vuelo se preveía tranquilo y sencillo. Poco más que mantenerse atento a la pantalla y calentar el sillón.

Asintiendo a la sugerencia, se afanó por teclear algunos comandos rápidos, los cuales hicieron aparecer un botón holográfico color anaranjado, fácilmente identificable.

-Se lo agradezco, Señora. Me gustaría poder presentarme como es debido al resto de la tropa y saludar a una vieja amiga. He programado un botón de advertencia discreta para no preocupar a la tripulación. En caso de cualquier duda o necesidad, púlselo y recibiré el aviso en mi comunicador personal y acudiré de inmediato.

Einar era consciente de que en el Domo se había demostardo esquivo y poco accesible al resto y, pese a que no acababa de comprender el motivo, empezaba a tener claro que el causante probablemente fuese él mismo, por lo que iba a intentar poner de su parte para tratar de solventarlo.

Una vez comprobado que el sistema personal de aviso funcionaba correctamente,  se incorporó y saludó marcialmente a la Cabo.

-Buen vuelo, Cabo Swallow. Para cualquier cosa ya lo sabe, estoy a un botón de distancia.

Retirándose hacia la compuerta de la cabina, se detuvo junto al quicio de la misma, esperando a su compañera

-Después de ti-le ofreció el paso prioritario por simple etiqueta con un pequeño cabeceo.

Siguiendo el paso de la especialista Emem por aquel metálico corredor, al pasar junto alcamarote de pilotos, Einar así se lo indicó-Este es nuestro compartimento. Mis cosas siguen en el petate, junto a la puerta, por lo que puedes escojer el catre que prefieras, no tengo preferencia-comentó señalando hacia la compuerta.

Siguiendo por el corredor, acabaron llegando a la sala que hacía de comedor, donde esperaba encontrar a Sue, a Becky y a la mayoría de la tripulación, si es que no estaban acomodándose en el camarote común. A medida que iba acercándose se le fue haciendo un nudo en el estómago al pensar en que Becky y Sue probáblemente habían tenido tiempo de hablar y la muerte de Yum, estando Baker implicada como testigo, probáblemente había sido tema de conversación, por lo que no sabía muy bien con qué se iba a encontrar.

Aún así hizo de tripas corazón e intentó fingir una agradable sonrisa que le pudiese acompañar como primera impresión hacia aquellos desconocidos junto a los cuales iba a jugarse el pellejo para tratar de rescatar a parte de sus compañeros.

A la llegada, ofreció su mano a los que se encontró, apretándola con fuerza y acompañándola con un

-Encantado, Einar Andersen, recluta del 12 y piloto en esta misión. Es un placer.

 

 

 

 

 

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22/03/2022, 17:56
Duncan "Duke" McCarthy

Duncan ni se giró a mirar a William, sus ojos estaban fijos en el del asteriano, esperando a que cerrara sus ojos para hacer que su cerebro explotara por el impacto del láser. Apretó los dientes y le dijo

- Tú no entiendes una mierda, no intentes manipularme o el tiro de lo llevarás tú....no entiendes una mierda....

La mano le comenzó a temblar. Quería disparar, abrirle el tercer ojo como aquel quien dice. Escuchaba lo que decía Billy pero una parte de él quería no escucharlo, quería escuchar solo como aquel cabrón se moría. Sonrió cínicamente

- Él querría estar aquí, pero tener el arma en la mano... -Le aguantó la mirada al espía, pero sin perder de vista al asteriano, rogando que se moviera, que hiciera una tontería - Son el enemigo, nos quieren extinguir, ex-tin-guir Thompson, son ellos o nosotros....has vivido en una burbuja, mi pueblo entero fue arrasado por ellos, el PEC 12...y me la suda si está aquí contra sus deseos, a mi no me preguntaron antes de arrastrarme aquí, ni antes de volar el BICOM...

Pero Billy seguía en lo mismo, no es un enemigo, él no quería... La verdad es que no podía entender como podía mostrar piedad con alguien que quería la extinción y como podía haber disparado contra Kurik sin pensárselo. Empujó la pistola en la frente del asteriano sin disparar....

- No me devolverá a nadie, pero será uno menos... y cuando tengamos la lista de Teller serán muchos menos. - Y entonces empezó a entrar en cuestiones metafísicas y sociológicas que le daban ganas de pegarle dos tiros. Su gesto se crispó antes de decirle - Me da igual su sociedad, mataron a Noor, me da igual si tienen motivos, me da igual, quiero que paguen, no tenemos tiempo para esto... no mientras Kepborn esté vivo, no mientras tenga a Daya....Tenemos que salir de aquí, cagando hostias, y no jugar a los espías....

Se sacudió la mano del hombro de Billy y retiró la pistola de la frente del muchacho visiblemente contrariado.

- Nos retrasará y a la que pueda nos perjudicará, morirá gente por este gesto tuyo, recuérdalo... morirá gente por este acto de clemencia. - Bajó la pistola - Ya que quieres jugar a las casitas es tuyo, tú lo custodias.... es tu responsabilidad.

Se sacudió la mano de William visiblemente cabreado y le dijo

- Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa....Lucas 6:29....

Y ya sabían como había acabado Jesucristo. Quien ponía la otra mejilla acababa con la cara reventada....maldito mocoso inocente, les iba a costar la vida a todos.

 

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22/03/2022, 22:50
Astor Lightnor

Mitad del mes 4. Natgrew

Los pensamientos de William comenzaban a ser cada vez más profundos, intentando comprender qué tipo de pensamientos tendrían los asterianos, pues quizás, aquellos seres no fueran tan distintos a ellos mismos, actuando de manera similar, luchando guerras que apenas comprendían y que pudieran haber sido gestadas por otras personas. Aunque la experiencia le decía que hasta la fecha, él mismo había sido carne de cañón, engañado las suficientes veces como para no querer experimentar, de nuevo en su piel, otro error que pudiera tener repercusiones irreversibles.

El joven prisionero no parecía ser un problema. Respondía las preguntas que le planteaban sus captores y no aparentaba, por su aspecto, de que fuera a atacar a cualquiera de ellos, pues físicamente no tenía dos hostias, como bien diría Malbone.*

- Mi nombre es Astor Lightnor... - Comentó el joven con docilidad, tendiendo la mano despacio a William con cierta timidez, en señal de saludo. Ya dependía de Thompson el cogerla o despreciarle el gesto - William... Yo... No quiero morir, te ruego que no me matéis... Hago lo que tengo que hacer, lo que me han dicho que era mi obligación. Pero no os he dañado a ninguno, siempre teníais la comida y el agua limpia en la celda. No os he humillado, ni torturado... - Comenzó a enumerar buscando mil anclajes a la vida, pues bien sabía que seguir respirando dependía de la magnanimidad de las personas que tenía enfrente.

La promesa de Thompson, al asteriano parecía darle esperanza. William afirmaba que muchas muertes vendrían pero que sería mejor evitar alguna y el joven Astor, consideró que quizás, hablaba por él

- Colaboraré, haré lo que me pidáis. Yo ni siquiera valgo para esto... No sé ni qué hago aquí... - Levantó las manos, como si estuviera asqueado de todo lo que le rodeaba

La mirada de tristeza y pena era compartida. Billy se la dedicaba a Astor, y éste, a su adversario. Eran dos jóvenes unidos en la adversidad, las dos caras de una misma moneda. Dos adolescentes que no deseaban estar en guerra y que quizás, por imposición, allí se encontraban librando batallas ajenas. Irónica la vida, que les hacía mirarse y reconocerse como el reflejo de un espejo. Diferentes y tan similares.

Luego estaba la otra cara de la moneda, Duncan. El médico apuntaba con el arma al joven asteriano, el cual era muy consciente de que no estaba en el mejor de los escenarios para su supervivencia.

- Podéis dejarme aquí o llevarme con vosotros. No gritaré. Tan sólo quiero seguir vivo... - Sugirió el prisionero con voz lastimera, estaba claro de que no deseaba más cosa que seguir luchando por su vida, y era insistente.

El doctor se volvió hacia él con pose amenazante. Le exigía que le explicara dónde estaba Bintel, así como su estado, el joven se removió inquieto sabiendo que no toda la respuesta iba a gustarle.

- Ella está encerrada en una sala del piso superior. Sé que le han puesto un collar para inhibir parte de sus funciones... - Se mordió el labio nervioso - Pero yo no sé quitárselo. Tiene un mecanismo que si se manipula demasiado estalla. La idea era impedirle que escapara. Tienen interés en ella por su naturaleza... - Fue su explicación, atendiendo a la otra cuestión.

- No sé quien es la humana por la que Osiris pide dinero, sólo sé que es de la Space Force y que es importante. No me han especificado el motivo. Supongo que es necesaria porque sabrá información sensible de la causa por la que estamos aquí... Es lo único lógico que se me ocurre... - Intentó explicar con miedo cargado en su voz - Yo no tenía que mandar el dinero a ninguna parte, sólo me han pedido que haga un control sobre las cuentas. Soy el tesorero a nivel contabilidad, yo controlo en la rebelión la línea de gasto, de ahí la consulta, me preguntaron si podíamos permitirnos el mandar varios millones de numerarios a otra causa porque había que recaudar para liberar a una humana. Pero ni tengo el dinero ni puedo disponer de él libremente...

Al menos de entrada colaboraba, dando las explicaciones pertinentes a todas sus cuestiones

Notas de juego

*Físico 4

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22/03/2022, 22:57
Althais Townhall

Mitad del mes 4. Natgrew

Las palabras de Duncan apoyaban rescatar a Eris, la cual estaría junto con Green, alguien potencialmente peligroso y que la fémina sabía, no solía estar solo, o al menos no indefenso. Cuando salieran de aquel búnker era cuestión de ir a su encuentro, y buscar la mejor manera de hacerle frente. En aquel instante, la hija mayor de Townhall sonrió a McCarthy por sus palabras y acciones, no dejando atrás a su hermana. Ese hecho hacía que inconscientemente se la estuviera ganando, siendo aliados temporales en la adversidad.

La hija de Townhall estaba en el ordenador, tecleando en busca de informaciones, pero parecía que era prácticamente imposible sacar más de lo que su compañero William había obtenido. Así que acogió las nuevas indicaciones de Billy con cierta esperanza, pensando que quizás, aquella opción sería más fácil de conseguir.

- Voy a intentar ponerme en contacto con los mandos que dices. No conozco sus correos personales, pero quizás si me meto en la página de la comandancia... Puffff... O Malbone, a él si puedo localizarle... Le conozco bien... - Dijo la joven esperanzada, mientras Dunne Grey se acercaba a la hija mayor de Townhall, pues en aquellas labores podía colaborar con eficiencia, confirmando de que tenía el contacto directo de West y Thyndall, aunque fuera nefasta en el manejo de tecnología

- Nosotras podemos encargarnos de esto. Seguro que lo conseguimos, así como encontrar la ubicación exacta donde nos encontramos... - Dijo la joven accediendo al mundo virtual, no había nada más útil en aquel instante que tener conexión con el resto del universo, o como mínimo, con agentes del planeta Natgrew. Sin embargo, esta vez William había tenido una brillante idea. Si alguien podía ponerse en contacto con las personas que se encontraban dentro de aquel búnker, entonces era lógico pensar que la conexión podía ser bidireccional.