Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Mes 2. Día 5. René & Anne. Machaque en el ring.

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01/08/2021, 00:14
Jim Foster

Me quedé mirando las regañinas que le caían a Noor, primero fue Eylo, el aguafiestas iba con aquella aureola de líder y aunque comenzaba en plan suave y super tolerante, pero sólo era apariencia, menudo lobo estaba hecho; ahora no paraba de soltar insidiosas críticas contra el grupo de los combatientes, utilizando a todos los demás en su contra. Daya, la dulce piloto también apareció por allí para sumarse a la causa, no había estado presente cuando había charlado con Vera pero ahora comprobaba como actuaba, sibilina tratando de arrimar el ascua a su sardina. También se vino Martin, aunque parecía tener sentimientos encontrados fue incisivo para reducir aquel bando a su mínima expresión generando división. 

Estaban atacando todas las líneas, tratando de reducir a escombros cualquier resistencia. Incluso Anne, a pesar de estar apalizando a quien le había provocado varias veces, ahora sufriría castigos y sanciones por opinar distinto a Eylo. 

- No me gusta lo que estoy viendo - comenté a Vera. Incluso los nuevos se habían posicionado con el tirano, y yo mientras allí parada a pocos metros de todos ellos, verificando mis malas vibraciones - Eylo tú anteayer, en este mismo lugar, reconociste que era un cauce válido trabajar por equipos - evité utilizar la palabra "bandos" dada la irritación que le causaba tal término - y ahora estáis en pleno acoso y derribo a un equipo, a un sólo equipo. Me consta que no has hablado con ningún otro, como si sólo nosotros fuéramos los culpables, como si fuéramos los malos ¿Lo somos? - si había bandos, porqué siempre las culpas recaían en un único bando ¿Acaso René no había provocado una pelea en la que la mala volvía a ser un integrante de mi equipo? - si en una carrera de coches, un participante decide no correr, no se detiene, se asumen las consecuencias de que otros sí lo hagan - si René no se quería defender, allá él. Pero la que iba a ser arrestada por implicaciones posteriores a darle una paliza era Anne.

Levantando las manos me dirigí nuevamente a Eylo - te repito, anteayer, nos pusimos de acuerdo varios para trabajar en equipo. Y tú estabas aquí, lo viste. ¿Por qué no eres capaz de respetarlo? ¿Por qué? - el resto no sabía de lo que se había hablado y era lógico que no interviniesen porque no habían estado allí. Me moví y entré en el cuadrilátero, agachándome para pasar entre las cuerdas - la pelea es otro asunto, guarda relación pero es algo anecdótico, casi diría que es la excusa que estás utilizando - estaba manipulando a los demás, no entraba a valorar si el fin era malo o bueno - aquí hay un equipo constituido, como otro equipo lo forman los pilotos, los mecánicos, los amigos de Carl, y si todos trabajamos en hacer mejor el domo, nos irá mejor ¿verdad? - no me moví por si acaso aquella tía de los comentarios extraños me pegaba, que tenía un aire y una mirada bastante chunga, es más, por eso de situarme en el ring, coloqué una mano sobre la cuerda superior. No estaba fija y tenía un ligero balanceo - tú dijiste que se podía trabajar en equipos, no hay que ser hermanos ni amigos, pero se puede trabajar por equipos y ser un único domo. Pero chico, parece que has cambiado de opinión.

- Qué bonito es eso de hacer memoria, estás hecho todo un nostálgico - empezó a citar casos que según él, Noor, no había estado a la altura como en el tema de Malbone y sus castigos por no haber superado la prueba de la carrera, pero sobretodo el caso de Lizza - tú validaste el ring como lugar para resolver los problemas, igualito que Malbone y fue anteayer también, qué poca memoria - recordando tampoco es que Eylo hubiera tenido una intervención memorable en el episodio de las tortas, no había sido el que llevaba la voz cantante, tampoco en el caso de Lizza pero ahora le echaba en cara a Noor que no estuviese a la altura - lo que te digo es que somos distintos, y nos agrupamos pero eso no implica que seamos independientes, podemos colaborar pero las afinidades seguirán ahí - se lo había dicho Noor y muy clarito el otro día, no entendía cómo podría habérsele olvidado tan pronto o porqué estaba tregiversándolo todo - y a parte eres malvado porque sabías cómo iba a reaccionar Anne, lo sabías y no has actuado de la misma manera con René - igual el natgrewiano no era de "su bando" pero estaba claro que Anne estaba en otro peor para él, uno que necesitaba romper, dividir y hacer desaparecer para que la sombra del tirano que era alargada y más corrosiva que el ácido nítrico, se extendiera por todo el domo sin contraposición ni foco de resistencia alguno - pero oye, eres el jefe, alguna gente te ha votado - habría que ver si se repitiesen las elecciones si salía ganador, lo dudaba - tú mandas, ahora procura no jodernos porque sino llega a ser por los que estamos aquí, no habría sobrevivido nadie - y dicho eso, hice el saludo marcial, y tal como había entrado del ring salí de él.

Luego la cosa empeoró porque claro, Anne seguía en sus trece, buena era ella como para que en pleno éxtasis de liberación violenta le quisieran poner collar y bozal. Y todo lo que había dicho se lo llevó el viento, aunque igual a alguien le rascaba la conciencia o igual acababa con Anne en un cuarto oscuro jugando al veo-veo. Todo podía ocurrir allí, el domo doce, el lugar donde el orden y el caos se mezclaban como en una tormenta la luz y la oscuridad.

Notas de juego

Igual lo anulo porque tengo que ver las fechas (cuándo, qué día es la intervención de Eylo en el comedor con el respaldo de Joe).

Mañana valoro

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01/08/2021, 12:39
Duncan "Duke" McCarthy

Un poco después en la enfermería

El quedarse a medio resolver sus cuestiones con Daya le había costado unos segundos que trató de recuperar esprintando. La verdad es que la ayuda de Noor se notaba y ya no se ahogaba con una carrera. No había sacado un león, porque no se podían sacar leones de donde no los había, pero si al menos un gato, tal vez un gato montés, y con eso de momento se conformaba.

Jean estaba acomodando a René en una camilla a René que estaba en modo Geyser, algo normal en las lesiones de tabique nasal. No era su especialidad pero no era la primera. En urgencias te encontrabas esas mierdas y sabía que probablemente se le vería, que la nariz no quedaría perfecta, pero al menos podría mirarse a un espejo sin darse asco. Sonrió mientras se acercaba a coger gasas y tapones nasales y luego escribió en su comunicador

- Mirad chicas, tenemos un paciente nuevo. Gracias Jean, ya me encargo yo de René, pero te voy a necesitar para que le eches un vistazo. Si le ves hacer más idioteces de lo normal avísame. No es que no os eche un vistazo, pero sois muchos, y me tenéis que ayudar.... René lleva mal lo de Sarah, así que los amigos debéis estar un poco más pendientes, de acuerdo??. Gracias, me encargo de él.... Tengo que hacerle preguntas para evaluar como está, y necesitaré estar a solas con él, pero en cuanto pueda lo comento contigo. De acuerdo?

Espero a que se marchara y dirigió su atención al cazador. Suspiró y empezó a escribir.

- Puedo entender lo que has hecho pero ha sido una tontería. Romperte la nariz no la traerá de vuelta, si no ya me la habría roto yo mismo. Sarah era especial, enorme, y lo más grande que tenía era el corazón. - Suspiró y se acercó a mirar la nariz. Le hizo un gesto, poniéndose un dedo en el ojo como que solo iba a echar un vistazo. Empezó a tantear la nariz con suavidad, poniendo cara de de sentirlo mucho por hacerle daño y entonces, con un gesto seco, envolvió la nariz con la mano y dio un tirón seco para colocársela. Sonó el chasquido del hueso al recolocarse y supo que le había hecho daño, pero no había otra manera. Duke emitió un shhhhhh shhhhh tranquilizador mientras le daba golpecitos en el hombro. Estaba perfecta, había quedado bien, y probablemente ni siquiera le dolería demasiado pasado unos días, asintió y cogió dos tapones nasales para cortarle la sangre, introduciéndoselos con cuidado para no torcer el tabique. Empezó a escribir

- Ya está, te daré analgésicos para que soportes el dolor si los quieres, pero no te va a quedar secuela. - Se quitó los guantes con la sangre de René y empezó a escribir, para romper el hielo. - Antes de que se fuera hablé con Kalina y me dijo que eras tallador, y que ofrecías tu servicio a cambio de dinero para ayudar a tu familia, y bueno, tengo un encargo. Me gustaría que hicieras dos carteles, uno para la enfermería y otro para el gimnasio. No sé si me dejarán tenerlos ahí durante mucho tiempo, pero creo que vale la pena. Uno de ellos tiene que poner "Enfermería Sarah Castle", con letras grandes como ella. Es un modesto homenaje, pero se lo merece...... ojalá hubiera podido hacer más, me pesa no haberlo hecho.... - Sacudió la cabeza y emitió una sonrisa débil antes de volver a escribir - El segundo cartel debe poner "Gimnasio Mikhail Kurik". Sinceramente no creo que se lo merezca, pero es lo que habría querido Sarah, que estuviéramos juntos y por eso intentaré olvidar con tal de que nos podamos unir en torno a algo, hacer que la pérdida no sea inútil.... Puedes hacerlos? Pagaré lo que haga falta porque total, aquí no hay muchos sitios para gastar dinero.

- Tiradas (1)

Motivo: Medicina

Dificultad: 0

Habilidad: 15

Tirada: 3 3 10

El dado ha explotado: 1 8 10

El dado ha explotado: 4 9 9

Total: 29 +15 = 44 Éxito

Notas de juego

Un 44, yo creo que respiras mejor que antes XDDDD

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01/08/2021, 18:07
René Carracci

Un poco después en la enfermería

Jean lo llevó a la enfermería en silencio y lo dejó en la camilla. No se había vuelto a acercar a aquel recluta desde la salida que hicieron la primera semana y ahora ahí estaban, en esa extraña escena.

Gracias —le dijo René. Le costaba hablar con la nariz partida y la sangre chorreante, así que algunos sonidos no le salían muy bien—. A ver si... en la «vróxi'a»... coincidi'os 'ejor en otra «exvedición»... Estoy harto... de estar aquí encerra'o...

Pronto llegó Duncan y despachó a Jean. El médico le hizo una breve y suave reprimenda. No, él ya sabía que aquello no traería de vuelta a Sarah.

Lo sé... Sé que Sarah no va a volver «vor» esto... «Vero» tengo la ca'eza que 'e... que 'e... joer... que *me* «esvlota»... Ya lo sé... soy un egoísta... joer... «vierda»... lo siento...

Entonces McCarthy le empezó a mirar la nariz, a tocarla suavemente hasta que...

¡¡Ah, joder!!

Aquello le dolió quizá más que los golpes de Anne. Duncan trató de calmarlo con unas palmaditas y luego le puso unos tapones y una pequeña protección para la nariz. El médico parecía satisfecho con el resultado y le recetó unos analgésicos.

¿No hay remedios naturales? ¿No habrá aquí ortiga de arándano o...? ¿Hoja de ozalia? No me gustan mucho las medicinas químicas, estoy acostumbrado a las hierbas de mi tierra.

Carracci le estaba preguntando a McCarthy por hierbas autóctonas de Natgrew, que él posiblemente no conocía. La hoja de ozalia, en particular, era más conocida por sus usos recreativos como droga blanda, similar a la marihuana terrícola, pero también la usaban para calmar dolores. Como fuera, René aceptaría finalmente lo que el médico le diera.

Entonces Duncan le hizo una petición: tallar carteles para Sarah y Kurik. La mención a Kalina le afectó: esa misma mañana la había despedido mientras se marchaba a otro Domo; de hecho, había ido al ring justo después de despedirla y que ella se fuera. Sarah no era la única persona que le tenía la cabeza en una ebullición explosiva.

Para Sarah, haré uno y mil carteles si fuera necesario. No aceptaré tu dinero por ello. —En ese momento, recordó algo que Becky le mencionó dos días atrás y le hizo una sugerencia a Duncan—. Si quieres gastar ese dinero, puedes donarlo a los niños huérfanos por ataques de skullreps. —Al decir eso, recordó que el propio McCarthy había sido uno de esos huérfanos. Sintió vergüenza—. Disculpa, no me refería... quizá ya lo hagas. —Siempre metía la pata. Después continuó más serio—. Pero... para Kurik... No hay dinero ni riquezas en el mundo entero que me puedas pagar para hacerle un cartel de homenaje a él. De ninguna manera. Y creo que te equivocas cuando dices que eso es lo que Sarah hubiera querido. Sólo vi a Sarah enfadada una vez, tú también la viste: cuando vio lo que le habían hecho a Lizza. Ella os hubiera arrancado la cabeza a todos allí, en aquel momento, porque pensaba que vosotros lo habíais hecho. Lo recuerdo. Lo recuerdo porque yo la agarré del brazo para tranquilizarla. No. Lo siento, McCarthy, creo que te equivocas con esa idea. Y te diré más: si alguien hace algún cartel semejante, me levantaré cada noche para destruirlo. Hay una frase que decía mi abuelo: «El recuerdo de las buenas personas une, el de las malas personas desune». Kurik era de las segundas. Lo siento. Mi compañerismo está con la víctima, no con el agresor.

Después de un breve rato, por la puerta de la enfermería entró Eylo, como había dicho que haría. Al verlo aparecer, antes de que llegara hasta ellos, René ya tenía cara de vergüenza, aunque entre los moratones y los algodones quizá ni siquiera se notaba.

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01/08/2021, 19:26
Eylo Yilmaz

Un poco después en la enfermería

Eylo entró en la enfermería después de las palabras de René, había escuchado parte del discurso que había dado respecto a su negativa de hacer esa talla a Kurik, pero decidió entrar cuando terminara. El eridiano dio unos pasos hasta ponerse a la altura de Duncan, miró de soslayo al médico.

¿Cómo está? —preguntó acerado, le acompañaba el cabreo que había sacado del gimnasio, pero procuraba gestionarlo de la mejor manera. Tras la respuesta de Duncan, Eylo miró a René durante varios segundos que se hicieron bastante largos antes de decir nada.

¿Por qué quieres ser Soldado Espacial, René? ¿Por qué estás aquí? —el eridiano tenía una forma de mirar muy directa, casi no daba la sensación de parpadear —. Está claro que no estás cómodo.

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01/08/2021, 22:11
René Carracci

Un poco después en la enfermería

René estaba preparado para una reprimenda, pedir perdón, etcétera. Sinceramente, incluso. Pero Eylo siempre iba un paso, varios pasos, por delante de él. Era mucho más listo que eso. Mucho más listo que él.

René estaba esperando el látigo, pero Eylo llegó con una bomba. Porque esa pregunta era una bomba. Una pregunta fácil para mucha gente, como Alvin o Becky, quienes la habían respondido dos días atrás. Para René la pregunta era muy jodida y levantaba una polvareda. No: provocaba un terremoto.

Por un momento, quedó descolocado, sin saber qué responder, buscando en su interior una respuesta satisfactoria. Pero las placas tectónicas de su corazón estaban ya temblando. Ya de nada servía esconderse. Ya había sincerado varias cosas dos días atrás con Alvin, Narel, Becky y Daya. Ahora tenía que empezar a ejercer, tal y como les había dicho a ellos, como integrante del Domo.

Respiró hondo. Al decir las siguientes palabras, no se atrevía a mirar a Eylo a los ojos, lo miraba al pecho, a veces miraba al suelo, otras se miraba las manos:

No. No estoy cómodo —respondió con melancolía, con cierta resignación—. Yo... En realidad yo no vine aquí con el deseo de ser Soldado Espacial. Hace años que dejé de creer que la Space Force era una fuerza para el bien de la humanidad. Quizá sea muy efectiva matando skullreps, pero ¿una institución que rinde los mismos honores a Sarah que a Kurik? ¿Que permite lo sucedido a Lizza? Te he escuchado hace un momento en el gimnasio, Eylo. Sé que eso no te gustó nada a ti tampoco.

Hizo una breve pausa para volver a tomar un respiro hondo:

Yo estoy aquí por casualidad. Sí, por casualidad. Salvé la vida a un hombre... a un general... —Suspiró—. Al general Boaventura: el comandante del PEC 12. Y ese hombre me convenció de entrar en el reclutamiento. Me pareció un hombre admirable, un hombre digno. Pero esa dignidad no la he visto en ninguno de los oficiales en este Domo. Al contrario. De todas formas, si decidí unirme al reclutamiento fue porque quería salir de mi planeta. Quería irme de allí... —Al decir esto último, la cara de René se tiñó de dolor y luego dijo con cierta rabia—: Mierda, yo era feliz en mi planeta, no estaría aquí si las cosas hubieran sido de otro modo, si ella...

Se calló de súbito. Volvió a suspirar. Levantó la mirada hacia Eylo:

¿No te da la sensación a veces de que has perdido el control? ¿De que tu vida ha dejado de ser tuya? ¿De que alguien de pronto ha tomado los mandos y ya no eres libre de tomar las decisiones que te gustaría? —Volvió a bajar la mirada, soltando un resoplido—. No, perdona, son preguntas estúpidas. Da igual...

Pero entonces volvió a su memoria la conversación con Alvin, Narel, Becky y Daya dos días atrás. Esa conversación suponía un antes y un después. Suponía que aceptaba entrar a formar parte, realmente formar parte, del Domo 12. Uno más. Con ellos. Volvió a mirar a Eylo:

Sé que puedo volver a creer en la Space Force si la Space Force está formada por gente como Sarah Castle. Pero si la Space Force es un mundo de Kuriks, entonces no. Entonces no podré. Sí, lo sé, sé que yo soy el que tiene que hacer ese cambio. Soy yo el que tiene que estar a la altura de Sarah. Y también sé que hoy me he comportado como un gilipollas. Lo sé, joder, sé que no he estado a la altura de Sarah, me cago en la puta. Y quiero estar a su altura, quiero ser como ella. Pero... —De pronto, le empezaron a venir lágrimas a los ojos—. Joder, es difícil... Yo... No puedo más... No puedo más...

En la cabeza le explotaron todas las tensiones de los últimos días, de los últimos meses, de todos los años de su vida. Su padre ausente, los silencios sin respuesta, el rechazo de Leonora, sus ideales rotos, su huida de Natgrew, la muerte de Sarah, la marcha de Kalina esa misma mañana. Las lágrimas incipientes de pronto explotaron en un llanto incontrolable, como un niño, como ese niño de 6 años que lloró durante 365 noches seguidas en su almohada después de que su padre se marchó y nunca más volvió ni dio señales de vida. De modo casi instintivo, arrojó sus brazos al cuello de Eylo y llevó su rostro al hombro del líder del Domo 12. Lloró. Lloró desconsolado con la boca abierta porque su nariz estaba taponada.

Me rindo... Joder... Me rindo... —decía entre los sollozos e hipos—. Prometo... que... voy a dejarme... ayudar... Lo prometo... Pero... Ayudadme... Por favor... No puedo... más... No puedo más... Prometo... Prometo que voy... que voy a ser... uno... más... del Domo... Joder... Lo... prometo...

Notas de juego

Hala, ahí te dejo al chicarrón llorando en tu hombro XD

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01/08/2021, 22:22
Duncan "Duke" McCarthy

Un poco después en la enfermería

Duncan se encogió de hombros con una sonrisa. Podría haberle avisado de que iba a hacerlo y sabía que le debía doler pero sería un buen recordatorio de que a veces las tonterías dolían, y la suya era de las grandes. Le pidió remedios naturales, plantas de su planeta de las que no había oído y negó con la cabeza mientras escribía en su comunicador

- Siento que te haya dolido pero deberías haberlo pensado mejor antes de cabrear a Anne, y siento no tener remedios de ofelia, pero si para ti son importantes estudiaré sobre ellos y pediré en el próximo cargamento. No estoy mal surtido, pero no tengo de todo... pero lo intentaré.

Le comentó la idea de los carteles y, sorprendentemente aceptó, pero a medias, y a medias no serviría, no serviría para enterrar el hacha de guerra. Iba a replicar cuando entro Eylo y le preguntó como estaba. Asintió, la verdad es que había quedado todo bien, pero igual quería un informe más detallado y empezó a escribir

- Fractura del tabique nasal con hemorragia externa. Le he recolocado el hueso y ha quedado bien, no será necesario operar, aunque convendrá que no haga ejercicio físico durante 3 días y que lleve una máscara de protección o que evite los golpes en la zona. - Miró a René y le escribió - Es en serio, tienes que evitar los golpes, un mal golpe con la nariz rota y podrías morir...

Iba a empezar a responder todo lo que le había dicho antes René cuando Eylo le hizo la pregunta bomba, por que quería estar ahí?, por qué quería formar parte del cuerpo?. La respuesta era sorprendente, él no quería estar allí, el tenía ideales, unos ideales inspirados por Sarah.  Salvar al comandante del 12 lo llevo allí, la creencia que lo que allí se encontraría sería digno de respeto, un fin que perseguir y se había encontrando mierda y más mierda. Asintió con una mirada de infinita comprensión, él también se había sentido así. Iba a contestar pero René estaba desbocado, así que calló, esperando a poder meter baza. Tenía dudas, dudas de poder mantener el control y ahí si que le escribió

- No son estúpidas, dudas es humano, yo mismo presenté mi renuncia hace un par de días.... Lo que pasó con Lizza, Sarah Kurik y los skulls nos ha trastocado a todos.

Las siguientes palabras eran de dolor, de culpa y a las palabras le siguieron las lágrimas. Duke le puso la mano en el hombro con firmeza, palmeó con fuerza dos, tres veces mientras le miraba con una sonrisa franca. Tenía que explicárselo, quería que lo entendiera, pero primero debía reconfortarle, decirle que podía contar con él

- Necesitas ayuda René, yo también la necesito, a todos nos ha dolido. Te ayudaremos y hablarás con un psicólogo que te ayudará a soltar las mierdas, pero te ayudaremos, no te vamos a dejar caer.  Lo prometo. - sonrió y le buscó la mirada mientras seguía escribiendo - Tienes razón, Kurik no lo merece, pero no quiero hacerlo por Kurik si no por los que quedan. Yo quiero honrar a Sarah, creo que se lo merece, pero no podemos honrar a Sarah sin hacer algo por Kurik. Era un cabrón y arderá en el infierno, pero tenemos que construir el domo que queremos incluyendo a todos. Que pasará si honramos a Sarah y no a Kurik? Como reaccionarán Noor, John, Donner. Son buena gente, han perdido un amigo, uno que era un puto psicópata, pero un amigo. Tenemos que ser generosos, tenemos que mirar hacia delante y ser mejores, ser como Sarah. Sarah siempre quería unir, siempre tenía una palabra amable para todos, y eso es lo que ella querría, que nos uniéramos. Crees que yo querría honrar en algo a ese animal? - Duke tenía los ojos vidriosos, cerca de derrumbarse - Yo también quiero ser mejor, por Sarah, y creo que es lo que quisiera, que una vez muerto Kurik todos fuéramos a una, y creo que eso es la llave. No te pediré que lo hagas tú si no quieres, lo entiendo, pero no lo descuelgues, lo haré yo....... y no te pagaré si no lo deseas, y si quieres lo haré, tengo una pequeña fundación que cubre a personas sin recursos para recibir tratamiento médico, antes de llegar les di orden de vender mi casa y mi coche, así que debería tener fondos para un par de años, y si lo necesitas para mi será un honor echar una mano a un compañero......

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01/08/2021, 22:55
Jim Foster

Me quedé mirando las regañinas que le caían a Noor por poco menos que existir y en erigirse en líder del equipo de combate. El primero fue Eylo, el aguafiestas iba con aquella aureola de líder, escuchándose a sí mismo y creyéndose el ombligo del mundo. Luego llegó Daya, la dulce piloto que con palabras suaves trataba de laminar toda resistencia al caudillo, también apareció Martin quien a pesar de tener rencillas pendientes con René, también se sumó al acoso y derribo. Hasta los nuevos se sumaron a aquella pantomima de liderazgo.

El cuadrilátero, tal y como le habría gustado a Kurik, se erigía en juez del domo. Si bien, a diferencia de su gusto por la violencia y la fuerza, el ring había pasado de ser el lugar donde se medían las capacidades a un foro donde las palabras herían más que los puñetazos y las patadas, nada que ver con aquel combate entre el ruso y Sarah Castle, el natgrewiano había deshonrado el cuadrilátero con aquella burda trampa donde se dejaba  apalizar tras haber provocado a la agresiva Anne.

- Es como la ley de Murphy, cuando algo funciona bien, todas las fuerzas destructivas eligen a un incompetente que se motiva para poner orden y destrozarlo todo, igualito - Y para colmo no sólo tenía el poder sino que la oficialidad le había otorgado todo el respaldo para hacer lo que quisiera. Dudé entre volver a coger la silla y contemplar el paisaje que me ofrecían - y pensar que ése dice que yo tengo problemas de empatía...jjjj - me dio hasta la risa, era increíble que se hubiera atrevido a semejante comentario - fíjate qué arte tiene - un auténtico destructor de buenas causas, la había tomado con Noor y su equipo, mi equipo. El domo se podía ir a la mierda pero el equipo que funcionaba bien, a por ellos, son los malos. Era demoledor saber que mi grupo de recién estrenados amigos se iba al garete por culpa de aquel tipo.

Al menos, no habíamos entrado en la refriega y estábamos fuera del ring, desde allí Vera y yo parecía que no teníamos nada que ver con los demás y en cierto modo era cierto porque no se podía confrontar de tú a tú con ellos porque tenían el poder, porque de hacerlo lo tomarían a mal y porque eran más - habrá que tener paciencia, resistir y esperar que surjan las oportunidades - y cuando estas apareciesen, habría que aprovecharlas.

- Mira, ahí lo tienes... purgando a los que no son de su bando - se llevaban a Anne detenida, mientras que el provocador se iba a la enfermería donde más tarde seguro que recibía palmaditas en la espalda por haber cumplido su parte.

Abandonamos (Vera y yo) el gimnasio antes de ver cómo abandonaban el cuadrilátero, así podía informar a los demás de la nueva dictadura que estaba tomando el control, informar y advertir a la vez que organizar la resistencia contra el nuevo emperador oscuro Eylo Yilmaz

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02/08/2021, 01:50
Eylo Yilmaz

Eylo no dejó transmitir ninguna emoción, prefirió una calma aséptica para que René dijera lo que quisiera decir, pero la pregunta echada no podía responderse con evasivas. Le escuchó como siempre hacia, sin interrumpir, dejando que su interlocutor fluyera con sus propias palabras ni presionando a que contara más de lo que estaba dispuesto. Decir que sospechaba algunas cosas sería mentir, la verdad es que algunas razones que contó René le sorprendieron, pero a su vez le permitieron comprender aquella animosidad a veces autodestructiva de las cosas que tenía.

Siguió en silencio dejando que se vaciara, y cuando René se derrumbó sobre su hombro lo acogió con un sincero abrazo dejando que soltara lastre. Había tantas historias en aquel Domo, islas esperando a ser reconocidas como un archipiélago, archipiélagos esperando ser descubiertos penínsulas para finalmente ver que todos formaban parte de un mismo continente. Eylo mantuvo el abrazo sin apretar a René, y escuchó las palabras de Duncan que atinaban de lleno con el espíritu de lo que pretendía y Eylo compartía. Por eso había tomado el hueco en el féretro de Kurik, porque la mejor justicia que podían hacer ante tamaña injusticia era convertir a un desgraciado como Kurik en una razón para ser todo lo que él aborrecía.

Yo estuve perdido mucho tiempo, René —le respondió lentamente a la pregunta directa que le había formulado, miró de soslayo a Duncan —. Todos nos hemos sentido así alguna vez. Pero por eso somos las notas disonantes del cosmos, buscando nuestra armonía en la partitura de las estrellas.

Se separó un poco de René, le miró a los ojos y en Eylo había comprensión, pero quizá por las circunstancias o porque él ya había soltado lastre en otro momento, o quizá no se podía permitir fisuras en ese momento, no había ninguna sombra de sollozos. Solo una férrea convicción y fe en lo que decía y hacía.

No eres Sarah. Eres René. René Caracci de Natgrew. Nunca vas a estar a la altura de Sarah —le dijo muy serio —. Vas a estar a la altura del hombre que puedes llegar a ser. Y personas como Sarah, aunque ya no estén, te auparán para ser mejor. Somos el resultado de las personas que conocemos, no los prisioneros de su recuerdo.

No matizó ni una coma de lo que dijo Duncan, era cierto. Si querían seguir adelante como grupo, no habían de tener fisuras y seguir unidos como grupo. Y eso significaba poner a Kurik como una ficción de lo que debió ser, adelante. Quienes supieran la verdad nunca serían engañados, pero una vez más la implacable regla de que el bien de la mayoría superaba a los del individuo se cristalizaba. Y esa era la cruel ironía de todo el asunto.

Solo cometes un error —le dijo de repente —. La Space Force no es una fuerza del bien, ni tampoco del mal. Es una herramienta para proteger a la humanidad, y como toda herramienta se puede usar mal o.. —echó mano del bolsillo sacando algo y se la puso en la mano a René —... bien. Eso es lo que puedes controlar, lo que está en tu mano y ser la mejor versión de ti mismo.

Eylo abrió la mano descubriendo una navaja muy familiar para René, el eridiano lo miró a los ojos una última vez y retrocedió. Volvió a tomar esa rigidez marcial mientras se disponía a salir de la enfermería.

En veinte minutos quiero estéis en el gimnasio para el castigo de Anne —dicho esto, en un tono que no admitía réplica, salió de la enfermería con el semblante sombrío.

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02/08/2021, 02:34
Eylo Yilmaz
Sólo para el director

Aproximadamente una hora después

Había mandado reunir a todo el Domo en el gimnasio sin excepciones. Eso incluía a William, porque su celador, Emory, también debía estar. Eylo fue muy específico, que todos estuvieran alineados como debía esperarse de futuros soldados, ya que el castigo de Anne se iba a llevar a cabo. Dado que no quería tonterías y tener que estar jugando al gato y al ratón con nadie, se aseguró que todos, literalmente, todos estuvieran ya en el gimnasio. Una cosa curiosa es que no había ningún mando presente, Eylo no los había avisado o había pedido que no asistieran. El eridiano no se hizo esperar, entró en el gimnasio con un semblante funesto y con un cinturón enrollado en el puño. Quizá algunos se cuadraron, recordando las palabras de Joe en la cena de hacía dos días, pero Eylo procuró recordarlo.

Cuando entra un mando, TODO el mundo se cuadra y se calla —la voz de Eylo era hosca, dura, dirigiendo estas palabras a nadie en particular. Caminó un par de metros hasta adquirir una posición central con las manos a la espalda, lanzó una mirada general a todo el mundo y, a continuación, volvió a alzar la voz —. Que entre la prisionera.

Anne entró escoltada por Lesly Waist, quien se la había llevado arrestada una hora antes tras el altercado del ring. Eylo no miró a la prisionera, siguió mirando las caras de los presentes como un halcón, cuando se detuvo junto a Anne al lado del eridiano, volvió a proyectar la voz.

La recluta Durrel va a ser castigada por desobediencia e insultar a un superior —en esta ocasión miró a Anne con los ojos duros como diamantes —. La insubordinaciones no serán toleradas y serán castigadas. Hasta ahora hemos actuado sin consecuencias de nuestros actos. Hasta ahora. Aten a la prisionero al saco de boxeo —ordenó esperando a que Waist cumpliera con la orden. Eylo volvió a mirar a todos sus compañeros del Domo, cuajó la mandíbula y alzó la voz de nuevo de forma peligrosa —. ¿ACASO HE DICHO DESCANSEN?

La actitud de Eylo lo decía todo, y era una advertencia muy sólida, de escuchar el mínimo chismorreo incluiría al chismorreante al castigo que estaba a punto de administrar. Cuando Waist hubo cumplido, el puño de Eylo liberó el cinturón que cayó sobre el suelo haciendo que su hebilla tintineara en el silencio del gimnasio. El eridiano respiró hondo, listo para hacerlo, extendió el brazo preparando la fuerza y lo hizo descender como un relámpago hacia su objetivo. El golpe resonó por todo el gimnasio, el cuero y la hebilla del cinturón chocaron contra el suelo con estrépito. ¿Eylo había fallado? No lo parecía. El hombre recogió el cinturón y se acercó a Anne, inclinándose en su oído diciéndole algo solo para ella.

Después de esto se separó de ella e indicó a Waist que la desatara, pero mandó que Anne se mantuviera delante de todo el mundo. A continuación, alzó la voz una vez más.

¡Recluta Caracci, paso al frente! —su timbre fue un trueno, lo miró fijamente y prosiguió —. Usted y la recluta Durrel limpiarán las letrinas del Domo durante dos semanas. De forma conjunta y en equipo. Causad algún problema, y los dos serán expulsados de la Space Force, ¿queda claro? —miró alternativamente a René y Anne esperando, por su bien, un "Señor, sí, señor".

Vuelvan a la fila —ordenó severo. La cara de Eylo no se había alterado un ápice, seguía muy enfadado por lo sucedido, pero procuraba controlar la respiración —. Algunos lo saben. Otros no. Crecí en un orfanato militar donde la mínima infracción se castigaba con esto —alzó la mano mostrando el cinturón, una fugaz mirada fue compartida con Milena —. Yo creo en otra forma de adiestrar. Creo en la disciplina por vocación y por fe en un objetivo conjunto, que el castigo físico es la última herramienta deseable, y nuestra fe es ser Soldados Espaciales —bajó el puño del cinturón y alzó la otra mano, con el dedo índice levantado —. Nos doy un mes. Un mes para corregir nuestra desidia, nuestros conflictos estériles, nuestra indisciplina. Un mes. Si pasado ese mes sigo viendo los mismos problemas que hemos arrastrado desde que estamos aquí, entonces significará que estoy equivocado y esto.. —volvió a alzar el cinturón con fuerza —... es el único idioma que entendemos.

Dejó que sus palabras flotaran y fueran interiorizadas por todos los presentes, la mirada de halcón de Eylo seguía paseándose sobre los rostros de sus compañeros. Cuando juzgó suficiente, añadió.

¿QUERÉIS SER SOLDADOS ESPACIALES, SÍ O NO? —fue casi un rugido que esperaba una respuesta igual o más feroz.

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02/08/2021, 03:09
Eylo Yilmaz

Susurro a Anne Durrel

Eylo se había acercado a Anne, lo suficiente para que su susurro pudiera ser escuchado por la joven y conflictiva combatiente.

Te reto. Te reto a que te conviertas a Soldado Espacial y cuando lo seas, me mires a la cara y me digas "Gilipollas, lo he conseguido" —era un imperativo absoluto, casi una orden —. Ciérrame la boca siendo la mejor guerrera de este Domo, fuera y dentro del ring.

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02/08/2021, 18:39
René Carracci

[Con Duncan]

René puso cara de vergüenza ante la reprimenda de Duncan por haber provocado a Anne.

No te preocupes por esas hierbas, Duncan, me apaño con lo que tengas —dijo aceptando los analgésicos que le había ofrecido.

Después, con cierta timidez, le dijo mientras se señalaba la nariz y se encogía de hombros:

Oh, y gracias... Disculpa... Yo... No quería ser una molestia.

[Con ambos]

Aceptó las muestras de consuelo y las palabras que aquellos dos hombres le ofrecían.

Cuando al fin su llanto empezó a mitigarse, Eylo le repitió lo que la noche anterior ya le había dicho. René no lo había olvidado, pero no le importó que se lo repitiera, que le volviera a afianzar esa misma idea: las notas disonantes del cosmos, buscando su armonía. ¿Era el Domo 12 el lugar en el que conseguiría encajar armónicamente, aunque fuera como contrapunto, la nota de René? Podía ser así, lo iba a intentar, tenía que intentarlo.

Después, Eylo lo separó suavemente de él y le dijo que él no era Sarah. Era René Carracci de Natgrew. Sí. Eso era. Y amó profundamente que Eylo lo dijera así, porque él se reconocía así. A diferencia de lo que había dicho un día William Thompson: que todos eran iguales independientemente de donde vinieran (y que, aunque estaba dicho con la mejor intención por parte de William, René lo había interpretado como una especie de peligro, que amenazaba con borrar su identidad propia), René creía en la pluralidad y en la diversidad de identidades. Ese era uno de sus credos, una de sus firmes creencias. Él era René Carracci de Natgrew, René Carracci de Hydria, con todo su acervo familiar, social, espiritual y cultural. Un acervo propio: compartido con su comunidad, pero al mismo tiempo personal. Su identidad.

Gracias, Eylo... Sí... Gracias... Gracias, Duncan... —fue, sin embargo, todo lo que alcanzó a responder, ya más tranquilo.

Duncan dijo que él también había pensado en renunciar. René lo miró y sonrió con comprensión. Le gustaba saber que hasta ese hombre, tan entregado al grupo, había pensado también en renunciar. No estaba solo tampoco en eso.

Luego Duncan insistió en el cartel a Kurik y el silencio de Eylo ante sus palabras parecía aprobar esas palabras. Le estaban pidiendo un esfuerzo supremo. No lograba entenderlo del todo, aunque entendía las nobles intenciones que les inspiraban. Eran buenos hombres, seguramente mejores que él. Pero a él aquello lo superaba. Respondió cabizbajo:

No puedo. No puedo hacer ese cartel a Kurik. Lo siento mucho. De veras que lo siento. Mi conciencia me lo impide. Puedo prometer que no lo sacaré si alguien lo pone... ¿Pero hacerlo yo? Es demasiado para mí. Lo siento si con esto os decepciono, pero no puedo. —Estaba compungido y seguía hablando con la mirada en el suelo—. Sé que acabo de prometer ser uno más del Domo, pero no puedo traicionar a mi conciencia, como no la traicioné el día que desobedecí a Malbone. Sé que no me estáis pidiendo lo mismo que me ordenó él, pero no puedo hacer eso. Lo siento. Si eso implica que tampoco se hará un cartel para Sarah, lo acepto. Lizza... Yo no la conocía, no tenía relación con ella, pero ella... también tenía... tiene... amigos en este Domo. Entiendo la nobleza de vuestras intenciones... pero yo no puedo. Lo siento.

Finalmente, Eylo le corrigió sobre la Space Force: era una herramienta que podía usarse bien o mal. Y, al decirle esto, depositó en su mano el cuchillo. Su cuchillo. Ya había llegado. Sentir aquel mango de madera en su mano, el tacto del sauce hydriano, fue un bálsamo.

Se había quedado mirando su cuchillo y acariciando la madera de sauce hydriano y casi no llegó a escuchar las últimas palabras de Eylo, que le devolvieron a la dura realidad de lo que acababa de pasar minutos atrás: el castigo de Anne. Entonces, René supo que algo estaba cambiando, pues en ese momento se sintió un poco culpable por ella. Él también era culpable de aquello y no debía esconderlo bajo la alfombra o hacerse el inocente. Eso no sería justo.

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03/08/2021, 06:54
Duncan "Duke" McCarthy

Duke sonrió y manoteó como espantando moscas, quitándole importancia. No había nada que agradecer, eran compañeros y tenían que apoyarse sin mirar a los lados, había que implicarse, no había otra ya que los mandos no iban a hacer nada. Además, empezaba a ver nexos en común con René, el sufrimiento por la muerte de Sarah, la desolación por lo ocurrido, no, no podía dejarlo caer, le ayudaría con todo. Asintió al decir que había pensado en marcharse, reforzando el mensaje para darle más veracidad. Escribió con una sonrisa irónica

- El brigada Lee descubrió lo que estaba haciendo y decidió que la mejor manera de evitarlo era desenchufar el ordenador de la enfermería....Todos tenemos nuestros momentos... bajos - Escribió con evidente sentido del humor

Tocaron el tema del cartel de Kurik y no podía decir que no lo entendiera. Él tampoco quería, pero había que hacerlo, había que unir el domo aunque fuera a base de hacer de tripas corazón. Le puso la mano en el hombro y negó con la cabeza, negando suavemente y empezó a escribir

- No lo harás si no quieres. Lo entiendo, de verdad. Haz el cartel de Sarah, se merece que sea hecho por unas manos diestras. Llevas demasiada presión sobre tus hombros, y puede que ese cartel no me haga popular precisamente, pero creo que debe hacerse. Se deben cerrar las heridas y enterrar el hacha de guerra. Sí lo que dice Eylo es cierto y somos una herramienta debemos ser una útil, no una oxidada y quebradiza, y para endurecer el acero hay que pasar por el fuego del templado. Lo haré por los vivos, por luchar por lo quería Sarah....Espero que la chapuza no haga

Miró sombrió a Eylo al hablar del castigo a Anne pero nada dijo. No le gustaba la idea, pero si tenía que hacerse para conjuntar el domo estaba dispuesto a ser azotado él mismo las veces que hicieran falta. Asintió y volvió a echar un vistazo a la nariz de René. Quitó un tapón y comprobó que no sangraba, así que quitó el otro y asintió, le escribió

- Ya no sangras, pero nada de golpes. Miraré de conseguirte una máscara para protegerte la nariz y hierbas de tu tierra, siempre hay que ampliar conocimientos. Voy a preparar el maletín por si hay que atender a Anne, puedes irte, tienes el alta.... y... René, que sea bonito, Sarah era coqueta, no aceptaría un cartel que no fuera bonito.

Le sonrió y empezó a meter cosas en su maletín para poder llegar a tiempo a la administración del castigo.

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04/08/2021, 11:24
Eylo Yilmaz

Aproximadamente una hora después

Había mandado reunir a todo el Domo en el gimnasio sin excepciones. Eso incluía a William, porque su celador, Emory, también debía estar. Eylo fue muy específico, que todos estuvieran alineados como debía esperarse de futuros soldados, ya que el castigo de Anne se iba a llevar a cabo. Dado que no quería tonterías y tener que estar jugando al gato y al ratón con nadie, se aseguró que todos, literalmente, todos estuvieran ya en el gimnasio. Una cosa curiosa es que no había ningún mando presente, Eylo no los había avisado o había pedido que no asistieran. El eridiano no se hizo esperar, entró en el gimnasio con un semblante funesto y con un cinturón enrollado en el puño. Quizá algunos se cuadraron, recordando las palabras de Joe en la cena de hacía dos días, pero Eylo procuró recordarlo.

Cuando entra un mando, TODO el mundo se cuadra y se calla —la voz de Eylo era hosca, dura, dirigiendo estas palabras a nadie en particular. Caminó un par de metros hasta adquirir una posición central con las manos a la espalda, lanzó una mirada general a todo el mundo y, a continuación, volvió a alzar la voz —. Que entre la prisionera.

Anne entró escoltada por Lesly Waist, quien se la había llevado arrestada una hora antes tras el altercado del ring. Eylo no miró a la prisionera, siguió mirando las caras de los presentes como un halcón, cuando se detuvo junto a Anne al lado del eridiano, volvió a proyectar la voz.

La recluta Durrel va a ser castigada por desobediencia e insultar a un superior —en esta ocasión miró a Anne con los ojos duros como diamantes —. La insubordinaciones no serán toleradas y serán castigadas. Hasta ahora hemos actuado sin consecuencias de nuestros actos. Hasta ahora. Aten a la prisionero al saco de boxeo —ordenó esperando a que Waist cumpliera con la orden. Eylo volvió a mirar a todos sus compañeros del Domo, cuajó la mandíbula y alzó la voz de nuevo de forma peligrosa —. ¿ACASO HE DICHO DESCANSEN?

La actitud de Eylo lo decía todo, y era una advertencia muy sólida, de escuchar el mínimo chismorreo incluiría al chismorreante al castigo que estaba a punto de administrar. Cuando Waist hubo cumplido, el puño de Eylo liberó el cinturón que cayó sobre el suelo haciendo que su hebilla tintineara en el silencio del gimnasio. El eridiano respiró hondo, listo para hacerlo, extendió el brazo preparando la fuerza y lo hizo descender como un relámpago hacia su objetivo. El golpe resonó por todo el gimnasio, el cuero y la hebilla del cinturón chocaron contra el suelo con estrépito. ¿Eylo había fallado? No lo parecía. El hombre recogió el cinturón y se acercó a Anne, inclinándose en su oído diciéndole algo solo para ella.

Después de esto se separó de ella e indicó a Waist que la desatara, pero mandó que Anne se mantuviera delante de todo el mundo. A continuación, alzó la voz una vez más.

¡Recluta Caracci, paso al frente! —su timbre fue un trueno, lo miró fijamente y prosiguió —. Usted y la recluta Durrel limpiarán las letrinas del Domo durante dos semanas. De forma conjunta y en equipo. Causad algún problema, y los dos serán expulsados de la Space Force, ¿queda claro? —miró alternativamente a René y Anne esperando, por su bien, un "Señor, sí, señor".

Vuelvan a la fila —ordenó severo. La cara de Eylo no se había alterado un ápice, seguía muy enfadado por lo sucedido, pero procuraba controlar la respiración —. Algunos lo saben. Otros no. Crecí en un orfanato militar donde la mínima infracción se castigaba con esto —alzó la mano mostrando el cinturón, una fugaz mirada fue compartida con Milena —. Yo creo en otra forma de adiestrar. Creo en la disciplina por vocación y por fe en un objetivo conjunto, que el castigo físico es la última herramienta deseable, y nuestra fe es ser Soldados Espaciales —bajó el puño del cinturón y alzó la otra mano, con el dedo índice levantado —. Nos doy un mes. Un mes para corregir nuestra desidia, nuestros conflictos estériles, nuestra indisciplina. Un mes. Si pasado ese mes sigo viendo los mismos problemas que hemos arrastrado desde que estamos aquí, entonces significará que estoy equivocado y esto.. —volvió a alzar el cinturón con fuerza —... es el único idioma que entendemos.

Dejó que sus palabras flotaran y fueran interiorizadas por todos los presentes, la mirada de halcón de Eylo seguía paseándose sobre los rostros de sus compañeros. Cuando juzgó suficiente, añadió.

¿QUERÉIS SER SOLDADOS ESPACIALES, SÍ O NO? —fue casi un rugido que esperaba una respuesta igual o más feroz.

Tras la reclamación del eridiano hubo unos segundos de silencio, Eylo mantuvo el semblante serio que no le resultaba muy complicado mantener después de esos días de estrés y cabreos continuos. El hombre respiró hondo, estaba tenso y tendría que acabar pidiéndole a Duncan que le revisara la herida por si había saltado algún punto. Mandó que podían tomar la posición de descansen, ahora venían más novedades.

Recluta Banerjee, un paso al frente —ordenó con asertividad. Cuando Daya diera el paso, prosiguió —. Daya será mi segunda al mando en el Domo 12. En mi ausencia, ella ostentará el mando y goza de mi absoluta confianza —el gesto de Eylo se suavizó un poco, miró a la mencionada y le asintió, mandándole un gesto de que podía volver a la fila.

Voy a proceder a nombrar encargados de distintas secciones del Domo. Estos jefes de equipo tienen la autoridad y responsabilidad de las secciones que tienen asignadas, tienen libertad de formar su equipo como mejor les parezca. Quien crea que puede ser útil puede ofrecerse al jefe correspondiente para formar parte de su equipo —tomó aire para seguir explicando —. Estos jefes de equipo responderán ante mi o ante la recluta Banerjee, si alguien no está de acuerdo con la asignación o situación, también puede acudir a nosotros. Recalco. Esto no es una carta blanca para hacer lo que os dé la gana, espero informes de lo que se haga semanalmente, se ha acabado trabajar sin coordinación con el resto de compañeros.

Hecha la presentación de la nueva forma de trabajar, continuó sin alterar la seriedad que había tomado.

Doctor McCarthy. Paso al frente —miró a Duncan —. No es una sorpresa. Enfermería es suya. Elija su equipo entre los que considere que sean más competentes y que no estén previamente asignados a otros equipos —los únicos en esta situación eran Benedict y Harold, encargados de comunicaciones, y, luego, quizá personas como Yum en ingeniería y, en breve, los otros jefes de equipo.

Recluta Cook. Paso al frente —miró a Harold —. Usted va a estar al cargo de telecomunicaciones. Yo seguiré ayudando como es habitual, pero delego en usted la mejor forma de organizar las comunicaciones del Domo.

Recluta Ruiz. Paso al frente —miró a Martín —. Usted estará al cargo de mantenimiento. Eso engloba la supervisión y control de toda la maquinaria del Domo, además del mantenimiento de las Eagle y los vehículos terrestres.

Recluta Dotter. Paso al frente —miró a Narel —. Usted va supervisar la logística del Domo. Recursos, materiales, herramientas necesarias.. Quiero que lleve el inventario completo de lo que tenemos y no tenemos en el Domo, y asegurar el suministro y evitar la escasez.

Recluta McHillgraw. Paso al frente —miró a Sue —. Se va a encargar de la armería y la seguridad. Quiero un control exhaustivo de lo que entra y sale de ahí dentro. Asignará un arma a cada uno de los miembros del Domo de las que cada uno será responsable y procurará un entrenamiento para que mejoremos el disparo todos. Sé lo que dije hace unos días, pero las circunstancias han cambiado.

Recluta Joyce. Paso al frente —miró a Noor —. La dejo al cargo del gimnasio. Usted manda aquí para resolver conflictos, y se va a encargar de ejercer de árbitro en los combates del ring. También algo importante. Quiero que prepare un programa de entrenamiento para todos sus compañeros del Domo. Es una gran atleta, comparta sus rutinas para que el resto mejore.

Asignadas las tareas dejó, de nuevo unos segundos para que todo el mundo tomara conciencia de la nueva realidad. Tras hacerlo, volvió a proyectar la voz.

Estos jefe de equipos MANDAN en sus respectivos ámbitos. Y NADIE les puede desobedecer. Ellos SOLO responden ante mi o ante la recluta Banerjee —recordó con una nueva mirada de advertencia en general —. Si alguien quejas al respecto tanto de la asignación como del proceder, tenéis la libertad de acudir a mi. Solo espero que no sean por chiquilladas.

Faltaba el último punto, Eylo sentía dolor por todo el cuerpo de la tensión, la herida rugía a rabiar.

Además de esto, el Domo se organizará en escuadras. TODOS, excepto el doctor McCarthy por su condición excepcional como médico principal, formará parte de la escuadra —era mucha información de golpe, pero Eylo la lanzaba con el tempo necesario para que pudiera ser comprensible. Estaba tomando práctica en eso de dar por culo con los discursitos —. Las escuadras serán de cuatro miembros y es responsabilidad de sus miembros elegir a su líder de escuadra. Las escuadras permanecerán unidas hasta que yo lo estime oportuno. Su función es: patrulla, entrenamientos especiales, limpieza del Domo, situaciones de combate y competiciones en el Domo. A la hora de cenar, tendréis un anuncio con la designación de vuestros puestos en cada escuadra.

He mentido, falta el epílogo del discurso, pero Eylo ya quería terminar aunque debía de acabarse de decir todo. Dirigió una mirada a Martín primero y luego a Jim.

Los reclutas Ruiz y Foster se encargarán de organizar, todos los domingos por la tarde-noche, actividades de entretenimiento para todo el Domo —expuso manteniendo la mirada sobre ambos —. Además de la responsabilidad de organizar competiciones entre escuadras que iremos concretando.

Eso era todo, o eso creía, se mantuvo firme y serio, miró a todos los presentes antes de dar la, probablemente, esperada orden.

Esto es todo. Rompan filas.

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04/08/2021, 18:51
René Carracci

Antes de acudir al gimnasio para el castigo como había ordenado Eylo, René fue a buscar a Narel rápidamente con el propósito de informarle de lo sucedido en el ring, pues la eridiana ya le había amenazado con hacer las mismas estupideces que él hiciera. Como era de esperar, ella amenazó con ir a buscar a Anne para recibir el mismo trato, pero René la calmó y le prometió que las tonterías se terminaban ahí. Logró tranquilizarla, a pesar de que ella le aseguró que a la próxima... No habría próxima, le aseguró René, quien quedó un poco intimidado por la amenaza: Narel también sabía ponerse seria e intimidante, aunque a primera vista nadie lo habría dicho.

Una vez en el gimnasio, formó en silencio según lo ordenado. Cuando vio a Eylo con el cinturón, René frunció el ceño (aunque más de forma psicológica que física, pues al fruncir el ceño sintió el dolor de su nariz rota). No podía ser que Eylo quisiera castigar a Anne con azotes. Sin embargo, por suerte, no era ese el castigo que Eylo tenía en mente: había sido una puesta en escena, una amenaza.

Al escuchar que gritaba su nombre, René dio un paso al frente con la mayor marcialidad que le era posible y la mirada seria. Se alegró internamente, se alegró de que también lo castigara a él. Tras lo ocurrido en la enfermería con Duncan y Eylo, ya se había empezado a sentir culpable por Anne; creía merecer ese castigo tanto como Durrell y, por ello, no dudó en responder con calma y sin gritar, pero en voz alta y firme:

Señor, sí, señor.

Tras eso, volvió a la fila con un paso atrás. Y, entonces, Eylo hizo la pregunta: ¿Queréis ser soldados espaciales? René sintió un golpe en el pecho, sintió su corazón trepidando. ¿Quería? No había vuelta atrás. Todas las conversaciones de los últimos días le habían llevado a eso, había cruzado el umbral o, al menos, había empezado a hacerlo.

¡Señor, sí, señor! —gritó con el resto de sus compañeros, una sola voz.

Después, escuchó la diferente distribución de encargados y esperó hasta que Eylo les diera la orden de romper filas. Tras ello, acudió a ver la lista de escuadras que el líder había distribuido. Y suspiró. Suspiró hondo. No podía negar que, en su fuero interno, se cagó en la estampa de Eylo Yilmaz: supo que en esa hoja estaba el verdadero castigo que Eylo le imponía. Lo supo. Pero debía aceptarlo: esa sí sería una auténtica prueba para saber si, como les había dicho hacía un momento a Eylo y Duncan, estaba dispuesto a ser uno más del Domo. Lo haría. Lo aceptaba. Resignado, pero lo aceptaba. No había vuelta atrás. Uno más.

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06/08/2021, 10:58
Duncan "Duke" McCarthy

Aproximadamente una hora después

La orden de que todos estuvieran en el gimnasio implicaba sacar de la enfermería a Sue y Keira, un problema de logística sin duda alguna, aunque no de salud ya que le había prometido a Keira que podría salir si era en una silla de ruedas. Dejó que Sue la empujara, ya que le convenía empezar a caminar algo y darse pequeños paseos, y él las escoltó, mirando de reojo buscando el menor signo de dolor o malestar para cancelar aquella pequeña excursión al gimnasio. Al entrar ya estaban todos reunidos, y Eylo iba a empezar con el castigo. A la orden de firmes y que todo el mundo se cuadrara, Duncan contestó poniendo una mano en el hombro de Keira para que siguiera en la silla. No debía levantarse y hacer esfuerzos todavía, y él asumiría las consecuencias. Le sonrió, tranquilizador, y se puso firmes, tal como había pedido Eynar. Si cruzaba la mirada con él podría ver que no había desafío, pero tampoco iba a poner en riesgo la salud de una paciente por una orden arbitraria. No podía ponerse en pie, no se podía poner firmes, pero allí estaba, y era mejor cumplir la mitad de las órdenes que no cumplir ninguna.

Hizo entrar a Anne que iba escoltada por Lesly, la nueva recluta que daba miedo. El castigo iba a empezar y cuando vio que pedía que ataran al saco a la prisionera se tensó. Que iba a hacerle? La iba a golpear con una barra de hierro? Iba a obligarles a golpearla a todos, como hubiera hecho Malbone? Duncan entrecerró los ojos y palideció cuando vio el cinturón. El cinturón lo había catado varias veces en el orfanato, el cinturón lo había enderezado, pero era una autoridad a la que no podía respetar, a la que detestaba. Había sido líder, había dirigido un hospital y aquello no era inspirador, no era admisible, ni si quiera era compatible con el Eylo que creía conocer, algo, pero allí estaba, el cinturón y la presa. Lanzó el golpe y Duncan apretó los dientes, sintiéndolo en sus carnes aun sin recibir el golpe. Había fallado, pero, como se podía fallar tan cerca? Nunca habían fallado con él, a veces le habían dado de refilón, pero fallar? jamás. Aquello no había acabado, llamó a René y los castigó a limpiar letrinas y los amenazó con la expulsión, y no solo eso, les daba un ultimátum, a todos, para que se plegaran a sus órdenes o serían golpeados. Apretó los dientes, sabedor que sería difícil, sabedor que igual sería de los que recibiría, pero igual era lo único que se podía hacer, igual en realidad si que era lo único que entendían.

A la pregunta de si querían ser soldados espaciales no supo que responder, no todavía, pero solo había una respuesta válida, así que la dijo, mecánicamente
- Eo, I, Eo

Eylo explicó el reparto de responsabilidades del domo. Daya era la segunda al mando, pero solo tenía poder en ausencia de Eylo y la marcaba como alguien de su confianza. Después de designar al sucesor, que no había sido elegido democráticamente por el domo, empezó a nombrar responsables de secciones, que serían algo así como grupos o algo así y tendrían que responder ante él y esperaba informes semanales, eso quería decir que abolía la independencia de la enfermería y tendría que rendir cuentas ante él. No le gustó. Lo sintió como un signo de desconfianza, pero de momento no podía hacer nada hasta que hubiera algún mando presente. Le sobresaltó oír su nombre y su cargo, y cuando le pidió que avanzara se sorprendió al ver que su cuerpo avanzaba solo, por iniciativa propia. Se quedaba enfermería, pero no podía elegir entre los jefes de equipo, lo que descartaba a Daya, Noor, Benedict... Tendría que empezar de cero la formación de enfermeras. Quien le podría ser útil? Quien era aplicado o empático. Narel estaría en cocinas, Eylo no podía incluirse tampoco... No tenía muchas opciones así que escribió

- En enfermería necesitamos a gente metódica y creo que Milena encajaría bien, por otro lado, también la dulzura en el trato puede ser útil, y creo que Becky sería una gran adquisición. Es un trabajo duro y a veces sucio, así que si sois aprensivas os podéis negar. Cualquier otra persona que quiera ofrecerse es bienvenida, valoro más la actitud que las aptitudes, pues las aptitudes se aprenden, con tiempo

Se fueron repartiendo los cargos: Telecos, mantenimiento...Sonrió a Sue cuando consiguió un cargo y a Noor, era cierto, era una gran atleta y una gran entrenadora. Había otra división, por escuadras, pero no le tocaban, había quedado desescuadrado, otra vez solo. Suspiró y no dijo nada, aunque no pudo evitar sonreír cuando le pidieron a Jim que animara el cotarro, eso lo iba a hacer muy bien, estaba convencido.

Cuando ordenó romper filas miró a Daya con una mirada de se te va a echar de menos y le dijo a Sue que ya habían paseado bastante, que mañana necesitaban estar descansadas para poder subir al PEC.

 

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06/08/2021, 14:06
Martín A. Ruiz

Aproximadamente una hora después

Luego de toda la conmoción del gimnasio con René y Anne, me sorprendió que en ese mismo día, una hora después tendríamos que presentarnos de nuevo en el gimnasio. Con la llegada de Eylo hice el saludo obligatorio de cuando entra un mando, pero fue por su orden que ya de por si me chocaba, de nuevo con esa actitud que distaba mucho con eso de "El líder sale de manera natural" y todo ese aspecto amable que ahora parecía completamente fingido. De momento con la orden de que Anne fuera atada al saco de boxeo no mostré ninguna señal de tensión ni nada, si acaso fruncí levemente el ceño pero hasta ahí, al menos hasta que Eylo demostró que no era más que terror psicológico para que todos se comportaran, como me contaba mi abuelo que hace muchos años atrás, antes de la llegada de los Skullreps, ver a un grupo de militares armados por la calle no era más que infundir cierto miedo. Obviamente el comparar eso con lo que hacía Eylo era una exageración, pero el mismo objetivo era ese: ¿Hacemos algo malo? Pues el mete miedo para que así no tengamos ganas de hacer esa cosa mala. 

Y claro, se notaba ya como iba berrreando como Malbone el día en que llegó, y a pesar de que seguía en la posición de firmes seguía siendo molesto aquel montón de gritos casi que sin sentido. Cuando liberó el cinturón no hice nada, parecía que nada más iba a ser como el castigo a un niño chiquito solo que exagerado x10 por todo esto que estaba montando Eylo, pero una vez soltó el cinturón y lo recogió, de nuevo pude ver esa técnica del miedo... A nadie le gustaba llevarse golpes (Excepto tal vez los masoquistas, y dudo que en una situación aquí ni siquiera ellos lo disfruten), era ese instinto de auto-preservación, el evitar ese tipo de daño, y cuando se acercó a Anne quedaba claro que le estaría metiendo más miedo para que se quedara quieta.

Lo siguiente fue que Eylo llamó a René para que diera un paso al frente, finalmente poniendo un castigo acorde para ambos antes de dar un discurso de como le daban de correazos cuando se portaban mal, y al final preguntó en un grito si queríamos formar parte de la Space Force o no, a lo que yo guardé silencio pero mantuve una mirada seria. Pasando de Tema finalmente se puso algo firme para poner una fecha límite de cuanto tendríamos todos para finalmente tomarnos las cosas en serio, y ya empezó a asignar a Daya como su segunda al mando. Y así empezó a poner al mando a un recluta en un campo en específico, y una vez me nombró, casi sin pensarlo di aquel paso al frente, antes de asentir con la cabeza y volver a mi lugar.

Ya con el asunto de las escuadras explicado, parecía que iba a ser todo, al menos hasta que posó su mirada sobre Jim y en mí, asignandonos así la tarea de hacer actividades para el domo. Nuevamente asentí con la cabeza, y luego de un rato donde la mirada de Eylo pasaba de un lado a otro, finalmente pudimos salir del gimnasio.

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06/08/2021, 22:52
Jim Foster

El día anterior me había envuelto de gloria (sarcasmo), así que, procuré al día siguiente pasar todo lo desapercibida que pudiera, o en todo caso: no cagarla.

Últimamente había cierta fijación con el gimnasio, ahora que se había ido Kurik no parábamos de celebrar allí "cosas", cada poco sucedía algo allí, era como un territorio virgen, sin dueño aparente. Quizás por eso, no me extrañó que Eylo se presentara en sociedad con su nuevo cargo y sus poderes ilimitados precisamente allí, y qué mejor momento que el castigo de Anne Durrell para mandar avisos a diestro y siniestro.

Aunque la realidad superaba a la ficción, me sorprendió verlo con aquel cinturón porque todo parecía indicar que iba a proceder a un castigo físico como en los tiempos en los que reinó carolo. ¿En serio iba a torturar a Durrel de aquella forma tan inhumana? ¿Acaso quería imponer un régimen de terror en el domo? ¿Le habría aconsejado Quest aquel procedimiento o habría sido Malbone? Desde luego, aquellas formas estaban lejos de ser siquiera justas. Pero quién era yo, después de lo de ayer, para alzar la voz? Igual le sucedía en el escenario a Anne, aquel tipo era capaz de todo.

Aún con aquella escenificación, finalmente no acabaría golpeando a la recluta Durrell con su cinturón. Había utilizado aquel momento para persuadirnos de que deberíamos cumplir sus mandatos o habría castigo... real. Como aviso a navegantes, fue efectivo. Nadie se le olvidaría lo que había estado a punto de presenciar, y no lo haría porque aquel tipo parecía haber cambiado desde que había llegado como simple recluta a la actualidad que tenía el poder; el cargo le había cambiado, ahora era más... tirano.

Después de la marcialidad pertinente nos soltó otro discurso, aquello empezaba a ser muy de su agrado. Recordaba que a Malbone también le gustaba soltar peroratas. Nos habló de sus orígenes, que había estado en un orfanato militar, y efectivamente, no lo tenía que jurar, Yilmaz era más áspero que una lija. Pero también aprovechó para hablar de disciplina, de órdenes, de respeto. Pretendía dictaminar las directrices, los mínimos exigibles, los máximos a los que deberíamos de aspirar. 

Y a continuación desarrolló su estructura de poder, eligiendo reclutas para determinados escenarios: enfermería, gimnasio, armas, etc. Todo bien, al fin y al cabo, la mejor forma de organizar una estructura era diversificándola por medio de encargados. Y todos ellos parecían bastante competentes en aquellas áreas. Sí que me sorprendió que me nombrara, la primera impresión es de que ya había cometido algún fallo y me iba a caer la del pulpo, sin embargo me designó tarea. Aquello era nuevo. Igual era una forma de intentar suavizar todo lo que había ocurrido el día anterior o bien una forma para facilitar mi integración con alguna responsabilidad añadida, sea como fuere, aún compartiendo la tarea con Martin, me agradó. Además que era algo que se me daba bien y que tampoco requería mucho esfuerzo porque sólo era un día a la semana. Parecía fácil... Ah y también organizar competiciones entre escuadras. Sólo me surgió una duda: ¿A qué día estábamos? 

Ah, las escuadras... me sorprendió aquello, era como mi plan primigenio sobre la organización comunitaria a través de grupos pequeños, sólo que mucho mejor estructurada, pero la base era mi idea. Me enorgullecí de aquello, aunque por eso de no buscar la palmadita, ni la medalla y aceptar lo que iba y venía, guardé silencio. En cuanto a la gente que me había tocado, cuando fui a ver la lista, había cruzado los dedos para no coincidir con "hostiles" y del primer vistazo tampoco me asusté ni nada, incluso diré que hasta tuve suerte, no había nadie que me cayera especialmente mal y además iba a ser divertido, sobretodo eso, pues anda que no tenía ya en mi cabeza sobrevolando pruebas de todo tipo para los torneos entre escuadras. Además, estaba el número, el siete era mi número de la suerte, era como si el destino me quisiera mandar alguna señal.

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06/08/2021, 23:39
Daya Banerjee

Las palabras de Eylo resonaron en el gimnasio con gravedad y firmeza. Daya obedeció instantáneamente y se cuadró, le estaba constando adquirir esa costumbre, pero sabía que era cuestión de práctica e interiorización. Su mirada se fijó en lo que tenía el líder en una de sus manos. Arrugó el ceño, no conseguía ver bien qué era pero algo le decía que estaba relacionado con el castigo que le quería imponer a Anne.

Su mirada se desvió hacia la puerta del gimnasio cuando cuando Lesly escoltó a Anne hasta ellos. Cerró los ojos un momento, intentando procesar las palabras que Eylo acababa de pronunciar. ¿La iba a castigar físicamente? ¿De verdad? ¿La iban a atar al saco y pegarle? En su mente visualizó la imagen que iba a tener lugar y, al abrir los ojos, vio como se iba haciendo realidad. Miró la escena sin saber cómo reaccionar a lo que estaba sucediendo delante de sus ojos. Ella, en la vida, había recibido un castigo físico ni había visto administrarlo y saber lo que iba a suceder a continuación le empezó a provocar un vacío considerable en su estómago. Aunque fuera a Anne, aunque sabía lo que había pasado una hora antes allí mismo ¿era necesario actuar así?. Se cuadró más aun al escuchar de nuevo a Eylo que percibió que más de uno había cambiado de postura. Intentó tragar pero tenía un nudo en la garganta.

Eylo, no... es demasiado...

Eylo dejó caer lo que tenía en su mano y, el inconfundible tintineo de la hebilla del cinturón al rebotar en el suelo, le informó de qué era lo lo que portaba en su mano… y con lo que iba a aplicar el castigo. Daya cogió aire bruscamente, abrió los ojos y la boca con un gesto de sorpresa imaginando las heridas que iba a causar. Aquello no era propio de Eylo. No lo imaginaba así. ¿Qué estaba haciendo?

Eylo… no… no hagas eso… no puedes estar pensando en hacer eso en serio…

Quería gritarle que no lo hiciera, que parara, que no era buena idea. Pero no quería desautorizarlo y, aunque lo hubiera querido, su cuerpo no le hubiera respondido. Vio a cámara lenta como levantaba el brazo, como el cinturón se alargaba y salía despedido hacia Anne. Cerró los ojos para no ver.  Pero no se escuchó ninguna queja, ningún grito, pero sí el fuerte y contundente golpe de la hebilla en el suelo. Abrió los ojos lentamente y vio como Eylo le susurraba a Anne algo al oído. Ella no se había quejado, no había sangre.  No la había golpeado finalmente. No lo había hecho.

Soltó de golpe el aire que había estado conteniendo en sus pulmones, sintiendo la mayor sensación de alivio que había experimentado en semanas.

Escuchó con atención y asintió en silencio, comprendiendo la jugada. Eylo había querido que su mensaje llegara a todos y, con aquella escenificación, lo tenía que haber conseguido, ¡vaya que sí! Aun sentía su corazón latir con fuerza, aunque el vacío de su estómago ya se estaba aligerando. Estaba segura de que no le habría impactado lo sucedido solo a ella, si alguno de sus compañeros no había sentido nada después de ver aquello es que no tenían sangre en las venas. Eylo les estaba dando una oportunidad de hacerlo por las buenas, como tenía que haber sido desde el principio. El mensaje del Brigada había sido claro, pero parecía que no se había tomado con la suficiente seriedad ya que después de la cena habían vuelto a las andadas allí mismo, en el ring. Pero ahora Eylo había establecido plazos. Plazos y una meta. Claro y conciso.  Para Daya, quien no atendiera a estas dos cosas, tenía muy claro que quería verse fuera de la Space Force.

Miró a Anne y pensó lo que ella estaría sintiendo ahora después de pensar que iba a ser azotada en público. ¿Qué le habría susurrado Eylo mientras estaba atada al saco? Sentía curiosidad. Conocía al eridiano lo  suficiente como para intuir que era importante y que sería parte de su intento por reconducir la situación. Daya consideró que aquel gesto, aquellos últimos minutos, iban a marcar un antes y un después en el Domo.

-SI, SEÑOR-confirmó en voz alta cuando Eylo rugió en la sala, junto con el resto de sus compañeros. Por supuesto que quería ser parte de la Space Force.

Después de ordenar posición de descanso, Eylo dijo su nombre y ella dio un paso al frente, mirando al líder del Domo con la expectación en su mirada, intentando adivinar por qué la requería en aquel momento. La noticia la pilló por sorpresa. No se esperaba que Eylo la tuviera en consideración para ese puesto pero supo al instante que intentaría ayudarlo lo mejor que pudiera. Asintió firmemente y volvió a su sitio en la fila cuando se le ordenó.

Tras ella, varios reclutas más fueron asignados jefes para las diferentes secciones del Domo y se les informó de la creación de escuadras de las que se informaría durante la cena. Memorizó cargos y responsables conforme eran nombrados.

Cuando rompieron filas, su mirada se cruzó con la de Duncan y creyó entender lo que le quería decir. Negó e hizo un pequeño gesto con la mano Hablaremos después intentó transmitirle, aunque ya él en voz alta, había nombrado a quien quería a su lado en la enfermería.

 

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06/08/2021, 23:59
William P. Thompson

Les habían reunido a todos. William no sabía bien porqué pero bueno, estaba decidido a mantenerse en segundo plano y no atraer mucho la atención, al menos hasta que pasara el juicio. La actitud de Eylo le sorprendía sobremanera. No sabía que es lo que había podido pasar, pero parecía que se habían encargado de agotar la paciencia de Yilmaz por la vía rápida. Anne había sido hecha prisionera, desde luego tenía un carácter difícil pero no sabía que es lo que habría podido pasar para llegar a esto. 

Desde luego ante la negativa por parte del líder de que pudieran tomar la posición de descanso, Thompson pudo suponer que lo que haya pasado había sido grave, estaba intentando mantener control sobre un polvorín alcanzado por una explosión, o al menos así se lo parecía a Billy. Había realizado un interesante paripé con el cinturón, utilizándolo como lección más que como castigo, por suerte. Al parecer Eylo esperaba que todos corrigieran su actitud, algo bastante complicado posiblemente. William llevaba desde la segunda semana tratando de convencerlos de que unidad y actuar en grupo era lo necesario, esperaba que al menos Yilmaz tuviera más suerte en sus intentos. 

A continuación estableció algunos reclutas para que tuvieran autoridad en distintas partes. Daya fue nombrada segunda al mando y Thompson le miraba con una sonrisa animada. Parecía una buena decisión, pues Banerjee tenía una bondad innata que ayudaría mucho a la hora de relajar fricciones entre distintos miembros o grupos. Martín fue asignado al mantenimiento al cual le hizo un gesto levantando el pulgar, pues era algo que le atraía mucho a Ruiz y seguro que le gustaba la idea. Cuando Narel fue elegida para logística Billy se sorprendió y le dedicó una mirada de ánimo, sabiendo que lo valoraría mucho. Los siguientes nombramientos parecían bastante lógicos. Sue no tenía nada en contra de nadie y era la persona indicada debido a ello para hacerse cargo de la armería, aunque quizás no fuera la recluta más concienzuda. 

Billy se había mostrado algo taciturno durante todo el alegato, tenía demasiadas cosas en la cabeza y algunos nuevos sucesos que tampoco ayudaban a que tuviera la mente centrada. Finalmente con todo terminado, optó por volver a desaparecer con su custodio en busca de lugares más apartados. 

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15/08/2021, 22:31
Ambientación

Noor se había enfrentado a Yilmaz indicándole que las formas y amenazas sobre Durrell no eran las adecuadas. La atleta se había posicionado como líder de los combatientes y de alguna manera, éstos parecían girar a su alrededor, un problema que si no se atajaba cuanto antes, podría seguir haciendo la brecha entre los reclutas, insalvable.

Por otra parte, Foster se aproximaba a Vera haciéndole una pregunta que a Zumbert le sorprendió - Tú no empatizas más, Jim, los gilipollas son ellos - Y es que la experta en armamento pesado tenía muy claro que la conductora era de lo mejor que había en el Domo.

Tras la pelea contra Anne, Carracci había acabado muy malherido. Fue Jean Harris quien se subió al ring para recoger los "restos" de su compañero y así poder transportarle hasta la enfermería, dándole más trabajo del necesario a Duncan. Los problemas no parecían acabar nunca, aunque era gratificante, al menos, los instantes en que dos personas se entendían como el doctor y John, cuyas palabras, habían calado hondo en el facultativo.

Martín se había aproximado a Noor y Stealer para explicarles el porqué René se comportaba de aquella manera tan extrema, dejándose golpear para mitigar el dolor por la pérdida de Sarah. Y no es que Carracci le cayera bien o hubiese hecho méritos para ser su amigo, pero Ruiz intentaba unificar a sus compañeros para llegar a la concordia, algo muy necesario en aquellos instantes de inestabilidad.

Daya había puesto el grito en el cielo ante la actitud de Noor, indicar que alguien sobraba allí era muy mal comentario, y más después de todo lo vivido. Banerjee apelaba al trabajo conjunto y aunar fuerzas, era alguien que luchaba por las causas justas y así lo haría ver, posicionándose claramente contra Joyse. La mirada brillante y agradecida de la piloto recorrería a todos aquellos que hicieran un comentario benevolente que reafirmase el pacto de unidad, pues al fin y al cabo, era lo que ella también buscaba.

La palabra de Eylo resonó entonces en la estancia, enfrentándose a todas las fuentes de conflicto, empezando por la de Noor Joyse, la cual negó con la cabeza hacía unos instantes a Duncan. Ella no iba a dejar de correr con él, esa era su elección personal. Le caía muy bien el médico. No tanto Yilmaz.

- Es posible que eleve la queja - Dijo Noor con la barbilla levantada, controlando el tono y lo que decía, pero no callándose - Recluta Yilmaz, no me culpe a mí por las determinaciones del cabo Malbone, no me corresponde cargar con ello - Era escueta y usaba el tono formal. Chica lista, evitaba en cualquier caso dar opciones a Eylo para poder denunciarla - Le agradecería que no me hiciera un agravio comparativo con ninguno de mis compañeros en cuanto a integridad y compañerismo, de lo contrario debería molestarse en conocerme, señor - ¿Por qué era atleta y no abogada? Tenía respuesta para todo.

De todo lo dicho, Noor solo había errado al escoger las palabras que indicaban hacer desaparecer a un compañero, comentario que Yilmaz atajó, y ella, conocedora de su desliz, solo tuvo que aceptar la orden que le daba el líder - No volveré a mencionarlo, señor - Dijo de forma fría y evitando el enfrentamiento, pero no agachaba la mirada, no se arrepentía de ello.

La puesta en escena de Eylo ante Anne había sido magnífica. Mantenía un rictus serio y ordenaba con rigor, haciendo que Lesly obedeciera sus palabras de inmediato, arrestando a Durrell por desobediencia y falta de respeto a un superior. Por ello sería trasladada al aula hasta que su castigo fuera efectivo, mientras que Jim se ponía de parte de los combatientes, enfrentándose al líder y protegiendo a quienes ella pensaba, tenían razón.

En la enfermería el doctor hacía milagros con el paciente. Duncan había demostrado con creces ser un excelente facultativo, pero el arreglo nasal de René había sido una completa obra de arte. Magia pura. A partir de ese momento Carracci podría ponerse de perfil y atraer las miradas femeninas ante tan bella silueta facial, tanto que ni las esculturas romanas podían competir en comparación.

En la sala de curas se trató el tema de hacer unos carteles tallados en madera, uno en honor a Sarah y otro que podría haber llevado el nombre de Kurik. En el futuro, posiblemente el primero pudiera llegar a ser expuesto, pero el segundo, nunca vería la luz, y es que Carracci no iba a tallar nada que pudiera ser homenaje al combatiente.

Hubo una charla personal entre Eylo y Carracci, todo fermentado bajo una pregunta que implicaba un porqué. Y así fue cómo se desencadenó una serie de acontecimientos que llevaron a René a abrirse completamente ante el líder del Domo, hablando claramente sobre su vida y prometiendo ideas que escapaban de su maltrecha alma. McCarthy estaba presente y escuchaba atento, determinando también participar de aquello, emitiendo opiniones y apoyando. Duncan y Eylo jamás habían estado tan de acuerdo en algo, y en aquel instante, lo único importante era la charla con Carracci y tenderle una mano amiga.