Partida Rol por web

-contar con mi sable, y con mi pistola.-

-contar con mi sable, y con mi pistola.-

Todos os quedáis en la taberna, menos la Capitana que se ha ido al barco. Carmen parece reticente a soltar prenda sobre los asesinatos, pero todos pensáis que ella sabe algo, aunque no lo diga.

Markus se ha ido un momento a la trastienda del lugar, de donde se escuchan los gritos y la algarabía típica de los casinos piratas...

Llegas al barco pensando en tus cosas y cuando entras a tu cuarto, ves que está todo completamente recogido, limpio, impecable...

Sin embargo, te sorprende una cosa... la lámpara que estaba destrozada en el suelo... no está...

Uno de los trabajadores del puerto, que está en la cubierta del Berenice tomando notas en una libreta, parece asustado al verte salir con la cara desencajada y se queda petrificado en el sitio, con el lapiz a medio escribir una palabra...

Finalmente, miro a nuestra nueva compañera y digo.
Carmen. Si sabes algo de esos asesinatos sueltalo. Desde mi punto de vista, podríamos obtener un doble beneficio. Rajarle las entrañas al bastardo responsable y cobrar la recompensa que ofrecen por su cabeza.
Dicho esto, sonrio levemente.
Y sin contar, además, que darle caza me parece una actividad divertida a parte de lucrativa.
Miro entonces en la dirección en la que ha desaparecido Markus
Por cierto. Nuestro compañero tarda demasiado, ¿no creéis?

Bah.. - se encoje de hombros tras las palabras de Vries - se habrá ido a buscar jaleo..

Bueno, a mi me parece bien tu proposición, tío. - asiente con la cabeza sonriente

Te acercas a la ruleta y allí, entre la gente, intentas buscar un sitio para jugar. El croupier que maneja la bola y la ruleta dice que puedes apostar con monedas de oro, plata o cobre y que si no tienes cambio, el se preocupará por cambiarte.

La apuesta mínima es una moneda de la clase que sea.

¡Abran juego señores!

Paño de la Ruleta

Apuestas:

Pleno: 36 a 1.
Docena: 3 a 1.
Par, Impar, Color, Media mesa: 2 a 1.
En la esquina: 9 a 1.
A caballo: 17 a 1.
A la calle: 12 a 1.
A la Seiscena: 6 a 1.

Donde... Su mirada frenética se disparaba por los rincones de su entorno ¡¿¡Dónde!?! Agarró por el cuello al trabajador del puerto, casi gruñiendo.
¿Tú..has estado...aquí todo el rato? Le miró como si viera su alma, una diana a punto de acertar con un afilado cuchillo. ¿Quien se llevó mi lámpara?

- Nooo, nooooo me ha-haga daño... -, te dice el empleado del puerto. - Han venido dos chicas, una rubia y una morena, han estado aquí un rato, arreglando vuestro cuarto y después, se fueron con una bolsa. Decían que querían buscar a un artesano para reparar... algo de una lámpara... no sé más... por favor... -

El trabajador te suelta todo lo que sabe en unos segundos, y después cierra los ojos, esperando el puñetazo.

Parece ser que no tenían suficiente, ¿no? Esbozó una fría sonrisa. Soltó al trabajador e hizo crujir el látigo en su mano. Ni se podían estar quietecitas ni meterse más donde no les llaman....Además, ése desperdicio tenía que limpiarlo la princesita, no María...Bueno, si eso es lo que eligen ellas... Ríe viendo lo mucho que se iba a divertir a costa de las niñas. Luego miró al trabajador unos instantes antes de irse al muelle, intentando calmarse mirando el mar.

El trabajador se hace pequeñito cuando te ve irse y mirarlo seria. Piratilla juguetea entre tus rizos, haciéndote un poco de cosquillitas en el pelo mientras que sientes como intenta hablar pero no le sale nada.

Caminas por el muelle, mientras sientes como los demás piratas que están en los otros barcos no te quitan los ojos de encima. En ese momento, un barco amarra justo a un lado de donde estás y levantas la cabeza para ver si tiene alguna bandera que indique su procedencia.

Pero cual grande es tu sorpresa cuando sobre una de las barandillas, sin camiseta, e intentando que los cabos estén bien tensos, está Peter que te saluda con una sonrisa y guiñándote un ojo al verte.

Aun con algo de mal humor, al ver al chico sonrió saludándole con una mano. Cuanto tiempo... Sonrió de lado y acarició a Piratilla. A la larga, esperaba que el pájaro aprendiera más cosas. Se apoyó en un poste mientras observaba la maniobra de aparcar. Nada que ver con la que su tripulación le había obsequiado...

Tu buen amigo Peter te saluda con la mano, mientras que con la otra, parece que llama a otra persona que está trabajando en el barco.

Ves como intenta hablarle, pero el otro chico aún se encuentra de espaldas y no logras verle la cara. Al final, parece que el chico se cansa del pesado de Peter y decide hacerle caso y asomarse a la barandilla...

¿Ese no es...? ¿Charly? Nah, no puede ser... cuando lo conociste tenía cuanto... catorce, quince años... y ahora...

- Capitana Mary... es... ¿es Mary Red? -, dice mirándote primero a ti y después a Peter restregándose los ojos por que no cree lo que ven sus ojos.

Para sacarse las dudas, salta de la barandilla del barco, que está a unos dos metros del muelle y cae a pocos metros de ti, mirándote con los ojos como platos, incredulo...

- ¿Me recuerda capitana...? -

Mery miraba sonriente a Peter. Cuando al fin vio el rostro del otro chico, sus ojos se abriron más de la cuenta, haciendo que relucieran sus iris esmeralda.

¿Charly? Camnió haci él, astorada. ¿Qué ha hecho el mar contigo? ¡Hace tanto que no te veía...! Le miró de arriba a abajo y sonrió ¡Como has crecido! La última vez que te ví... Suspira Estas hecho todo un hombre. Sonrió con satisfacción.

- Tu... tu sigues estando igual... como hace años... estás... -, te dice el chico aún sin creer lo que estaba viendo. - Pero... ¿qué haces aquí en tortuga? Te hacia mucho más lejos... Peter no me ha dicho nada, sólo que cuando llegaramos me iba a sorprender... -

El chico se gira para ver a Peter, pero este ya no está en la cubierta, seguramente ya se haya puesto manos a la obra con las reparaciones del barco en el que viajaba.

Asuntos me llevaron hasta aquí, negocios. Sonrió acariciándole el pelo, auqnue realmente el chico había crecido. Sonrió algo divertida Vaya uno Peter...en fin. ¿Que hay de tí? Tanto tiempo sin verte, que ahora vuelvo a verte hecho un hombre... Rió ¡Que difícil me será considerarte como un hombre hecho y derecho! La última vez que te ví ers tan adorable...

- Ya... he crecido un poco ¿no? Tal vez ahora sí te pueda invitar a esa jarra de ron que no quisiste aceptar por que era pequeñito... -, dice mientras respira hondo. - Desde ese día que te fuiste con tu barco y yo me quede en el muelle, no he dejado de preguntar por ti. Siempre he querido pertenecer a tu tripulación, espero que ahora tengas un hueco para mí en tu barco. -

Sus ojos son claros como el mar, y te miran fijamente. El sol del atarceder ilumina sus dorados cabellos mientras se acerca un poco mas a ti para cogerte la mano y besartela.

- Encantado de verla de nuevo, capitana. -