Partida Rol por web

La Capitana hace un último movimiento con su hombro y con poco esfuerzo, logra que el dorso de la mano de Carmen toque la mesa con fuerza.

La gente de los alrededores vitorean ( los que han ganado ) y algunos se dan media vuelta y siguen a lo suyo, habiendo perdido algunas monedas.

La tripulación del Berenice estalla en gritos y aplausos cuando la Capitana vence el pulso, y ahora, todos esperan la reacción de Mary...

Claro tío. - le responde a Vries.. - estos estarán forraos con tanta corrupción, me juego lo que sea. - se encoje de hombros y sigue - y el modo de entrar a la mansión me la vitorea un poco la verdad.. lo único que tenemos que intentar es que no nos pillen ¡JaJaJa! - bromea con una palmadita en la espalda a Vries y luego a Crow

La capitana se sopló la mano. No me has mentido sobre tu fuerza y finalmente has tenido las agallas. Subirás a bordo, me servirás para cuando tenga que recopilar información. Ten presente el riesgo de muerte que corres si subes a bordo, no sólo por el mar sino por mi misma.

Si aportas algo al Berenice, te ganarás un lugar entre nosotros. Si no, ya sabes lo que hay. La capitana desclavó el cuchillo de la mesa y lo guardó.

Su mirada recorrió los ahí presentes, ahuyentando con mal humor a los que se habían acercado a apostar y aún permanecían alegrando sus vistas. Luego miró a su tripulación y bebió otro targo de ron.

-Bueno, enhorabuena Capi, aunque no la necesitabas...- sonrio -Vaya ,estaba demasiado claro...- digo mirando mis pobres beneficios -La proxima vez, dejate ganar y apuesto por ella...- Medio-bromeo.
-Si Vargo, que no me pase como la ultima vez...esta vez espero, que por lo menos, si nos pillan, no ser inocente.- vuelvo a sonreir, luego le pego un tiento al Ron.

¡Jajajajajajajajaja! - se ríe por la mirada de la Capi y luego, el comentario de Crow hace que a Vargo le entre el ataque de risa.. - ¡Jajajajaja!¡así podrás defendernos a ti de vosotros mismo!¡Jajajaja!

No os arrepentireis... - contesta mirando a los guardas - Espero que no sea nadie que conozco, ese maldito asesino está terminando con... esas mujeres - niega con la cabeza y baja la mirada - de una forma cruel y horrorosa. No entiendo cómo nadie lo ha capturado todavía.

Como era previsible, nuestra capitana gana el pulso. Y al oír su discurso de bienvenida, yo río brevemente y digo.
He aquí que ni me sorprende el resultado, ni las palabras de nuestra capinata. Bienvenida a bordo.
En ese momento, escucho las palabras de nuestra nueva compañera y frunzo el ceño.
Un asesino de mujeres. Una rata cobarde sin duda.
Mi nombre es Peter de Vries. Artillero del Berenice. A mi lado están Rodrigo, nuestro oficial, y Jack Crow, nuestro navegante.
Y les señalo a ambos.
Y detrás de mi, esta Vargo Hoat. Que, aunque no lo parezca, puede ser bastante peligroso. Ya iras conociendo a otros miembros de la tripulación
Cruzo entonces una mirada con nuestra capitana y añado.
Así que un asesino. Dime una cosa. ¿Ofrecen una recompensa muy elevada por su cabeza?. Pues creo yo que es un objetivo sumamente facil.

¡Los cojones! - responde a la propuesta de Vries - ¡es como buscar a una rata en una alcantarilla llena de ellas! paso. - se encoje de hombros tras la última palabra.. - que por cierto, - se acuerda de las palabras de este. - yo no soy peligroso. - mira dulcemente a Carmen y le sonríe.

Que te den. Comentó sin dar mas hierro al asunto cuando De Vries no lo presentó entre los miembros de la tripulación.

El pirata no hizo mayor comentario, pero se quedó unos instantes mirando a los guardias, y echó un vistazo rápido a lo que parecía llevar a la parte trasera del local.

Ah. Claro. Y aquí tenemos a Markus, contramaestre y timonel de nuestra nave. No le he mencionado por que estaba particularmente silencioso ultimamente.
Y rio levemente al decir esto. Después, poniendome mas serio, continuo.
Pues bien. Una vez hechas las presentaciones, me parece adecuado que nos digas tu nombre. Y quizá, te apetezca unirte a nosotros en lo que sea que vayamos a hacer esta noche.
Y al girarme, en mi asiento, observo la mirada de Markus hacia el grupo de guardias

Mery se levantó de su asiento y miró a la nueva chica.
Te encargo enterarte de todo lo que puedas sobre el asesino, y cuando lo sepas se lo cuentes todo a Peter. Miró a éste y asintió levemente.
Me vuelvo al barco a cambiarme. Haced lo que queráis por Tortuga, pero sin meteros en líos. Les fulminó con la mirada, ellos sabían porqué, especialmente Vargo, Peter y Crow.

Dicho esto, lanzó el importe correspondiente sobre la barra de su ron y encaminó sus pasos de nuevo hacia el barco.

Vaya, si las miradas matasen jujuju.. - se ríe mientras observa las caras de sus compañeros adyacientes.

Eso señorita, podría usted acompañarnos si le apeteciera - le sonríe divertido.

La reunión con la Capitana parecía haber llegado a su fin, por lo que Markus se levantó de su asiento tras hacerlo ella.

Ya de pié apuró de un trago su jarra y, tras mirar un instante a Vargo y a de Vries, se encaminó hacia la parte interior del local al tiempo que se abrochaba un par de botones de su chaqueta roja, cubríendose así un poco.

Markus se separa del grupo y tras pasar el gentío, encuentra una puerta cerrada custodiada por dos tipos la mar de grandes con los brazos cruzados. Los tipos te miran de arriba abajo, mientras uno de ellos mira hacia la barra.

Te giras y ves al tabernero, que les hace un pequeño gesto y uno de ellos, abre la puerta para dejarte pasar.

Cuando entras, el olor a humo, opio, marihuana y demás cosas que se fuman te golpea en toda la cara. Ves a un montón de piratas, jugando a muchos juegos y apostando grandes sumas. Todos parecen divertirse mientras las prostitutas se pasean por doquier, intentando buscar algún cliente.

El pirata buscó algún lugar donde poder quedar a solas pero cerca del mayor grupo de gente posible. Mientras caminaba hasta el lugar elegido, paseaba su mirada por los diferentes puntos de juego, así como en las prostitutas que por allí deambulaban.

- ¡¡Smee!! ¡¡Smee!! ¡¡Que demonios estás haciendo maldito patán!! ¿No ves que mi vaso está vacío? ¡Trae más ron!

Mi estúpido contramaestre sale corriendo para cumplir una orden que jamás debería haber necesitado darle. ¿No es acaso obvio que el vaso de un buen pirata nunca debe quedarse sin ron? Mientras mi adlátere regresa, cojo otro dardo y lo lanzo contra una diana pintada sobre el retrato de una hermosa mujer de densa cabellera.

- ¡Mierda Mary Red! ¡Deja ya de moverte! - grito al ver como mi dardo se clava en la pared, aproximadamente a medio metro de la nariz de la piratilla insignificante que tantos problemas me está dando. No sé por qué, pero hoy la diana no parece querer estarse quieta en el mismo lugar. Debe ser que todavía no he bebido suficiente ron.

- Mary Red, Mary Red, no dejas de recoger mis despojos. Todavía no se si capitaneas un barco o diriges una guardería. Primero recogiste a esa poooobre gitana huérfanita, y luego a la rubita que dejé flotando agarradata de un cachito de madera a modo de flotador. Pero lo peor, Mary Red, es que te entretienes en ir recogiendo esos malditos trocitos de mapa, y eso sí que me molesta. Pero no te preocupes, cuando acabe contigo, será tus trocitos los que recojan los peces... en el fondo del mar... matarile, rile, rile... en el fondo del mar, matarile, rile, ron.

Mi malvada risa resuena y vibra en todo el maderamen del Navío Supremo. A bordo todos saben que el capitán no está contento, y eso no es bueno para nadie.

Aún un tanto descolocada por todo lo que está sucediendo asiente a Carmen. Lo cierto es que ya sabía bastante, pero aún así, decidió investigar, algo que no se debía hacer demasiado en Tortuga si querías seguir teniendo sangre en tus venas. - Sí señora, lo hare.

Tras esto, centra su atención en sus "nuevos compañeros" - Pero... ¿dónde pretendeis ir? De todas formas, será mejor que antes investigue - les dice guiñándoles un ojo y sonriendo. Se pone en pie y, quitándose la capa que cubría su torso, coloca bien sus ropas y se dirije hacia los guardas que acaban de entrar.

Te apoyas contra una de las paredes, donde no molestas a nadie. La gente pasa frente a ti sin mirarte siquiera, menos las prostitutas, que te miran como esperando una señal tuya para acercarse.

Las mesas de juego están repletas de piratas y comerciantes, dejándose las monedas en ellas. Puedes ver mesas de poker, de ruleta, Black Jack, dados piratas... un montón de juegos de azar.

Uno de los grupos más grandes, de los más bulliciosos, son los que están jugando a la ruleta. Están a pocos metros de donde te encuentras, tan cerca, que hasta puedes ver las pilas de monedas que depositan sobre los números.

Al ver como Carmen se levanta y se pone en movimiento, yo hago lo mismo y la sigo con la mirada mientras, distraidamente, compruebo que tal se desliza mi sable en su vaina.
Miro entonces a mis compañeros presentes y digo tras encojerme levemente de hombros.
Ya me conocéis. Este gesto en mi, es ya casi una mania.
Y vuelvo a mirar en la misma dirección en la que han ido tanto los guardias como Carmen calculando la distancia.
Teniendo en cuenta toda la gente que hay en la taberna, quizá sea mejor usar armas de fuego. En el caso de que sea necesario, claro.