Partida Rol por web

Había llegado el momento, por fin el aspirante había logrado alcanzar el gimnasio Hielo que se encontraba en lo alto de una montaña de más de 3.000 km de altitud. La respiración era costosa a esas alturas y la ventisca que azotaba el camino hacía que resultase trabajoso acceder hasta el lugar.

Cuando por fin había coronado el pico más alto de la cordillera, se topó con una cueva en cuya entrada había un letrero luminoso que anunciaba aquel lugar como "Gimnasio Hielo". Sin duda ese debía ser el lugar donde se encontraba Matt, el líder de ese gimnasio y poseedor de la medalla Amistad.

Minutos después y tras tener que prender una antorcha para poder ver, el aspirante llegó ante lo que parecía ser un campo de batalla. Segundos después y sin hacer esperar apareció frente a él un señor de cabellos ocres cubierto con una gran manta de leopardo. Aquel lugar era frío como el que más, y ni el entrenador que había llegado ni cualquier pokémon que saliera a combatir se sentiría cómodo.

Bienvenido a mi gimnasio, soy Matt, líder y maestro de tipo hielo, y además poseo la medalla Amistad. Si quieres sentirte cómodo aquí, para poder ganar la medalla, necesitarás ser caliente de corazón. Si así lo logras y eres uno con tus pokémon, entonces no sentirás frío. De lo contrario, será mejor que acabemos cuanto antes para que puedas regresar al Centro Pokémon a calentarte.

Esta es tu primera medalla, ¿verdad? Pues entonces libraremos un combate uno contra uno, y el ganador será el que derrote antes a su oponente. ¿Entendido?

Y en ese momento sacó a escena el que sería su primer pokémon. Un magnífico y hermoso Ninetales con forma de Alola.

Se le tuvo que escuchar llegar un rato antes, porque Dash llegó corriendo hasta la cueva.

- ¡Hala!- Dijo, mirando alrededor.- ¡Tu gimnasio mola un montón! Oye, igual podrías poner un teléferico para llegar aquí. Menos mal que no se te ha ocurrido, porque los teleféricos son aburridísimos. ¡Ah, un Ninetales! ¡Cómo mola! Tio, para ser de tipo hielo no paras de repetir "calentarte". ¡Pero de verdad, mola un montón tu gimnasio! ¡Seguro que este combate es chulísimo! ¡Adelante, Blaziken!- Gritó, sacando su pokeball.

- ¡Blaziken, usa Danza Espada!

Muchas gracias. Contestó a Dash. Parecía que le había salido un admirador y no podía evitar sonreirle.

Acero, lucha y fuego eran tres tipos que a los pokémon de tipo hielo le hacían mucho daño, por eso Matt había entrenado a su Ninetales para enfrentarse a ellos perfectamente. Blaziken era de tipo fuego y lucha, dos tipos que contra un pokémon de tipo hielo como Ninetales suponían un peligro. 

Pero Ninetales fue muchísimo más rápido que su enemigo, y antes de que pudiera reaccionar empezó a emitir un brillo muy intenso que deslumbró a su rival. El pokémon de tipo lucha de Dash quedó gravemente herido en cuanto el fulgor terminó. Ninetales había derrotado a Blaziken antes de que hubiera podido hacer nada por evitarlo.

Lo siento, me temo que la medalla Amistad no es para ti. Espero que tengas más suerte cuando lo intentes contra Nívea.

Tras esas palabras, Blaziken se puso en pie dejando a Matt completamente atónito, juraría haber visto a su rival fuera de combate. Pero estaba equivocado. Blaziken se puso en pie y empezó a hacer varios movimientos alrededor de Ninetales. Con cada gesto que hacía, la potencia muscular del pokémon de fuego aumentaba por momentos. El combate aún estaba lejos de estar decidido y Dash aún tenía una oportunidad contra Matt.

Durante unos segundos largos como horas, Dash pensó que todo había acabado. Blaziken había caído y no se movía; el Ninetales de Matt había pegado mucho más duro de lo que esperaba. Ya estaba levantando la poke ball, cuando Blaziken se puso en pie, su pico abierto, y lanzó un grito desafiante. Dash sonrío de oreja a oreja.

- ¡Uff! ¡Vaya golpe, Blaziken!- Gritó Dash.- ¡Pero esto no ha acabado! ¡Usa Envite Ígneo!

Blazkien se abalanzó como una exhalación escarlata sobre Ninetales, con un potente golpe seguido de un mar de llamas.

El pokémon de Dash se puso en pie resistiéndose a dejar el combate. Fue entonces cuando empezó a dar vueltas alrededor de Ninetales sin que éste pudiera verle bien. Cuando se quiso dar cuenta, el pokémon lucha envolvió su cuerpo en una potente llama y chocó contra su enemigo dándole un buen golpe y enviándolo varios metros lejos del estadio. 

Ninetales acababa de ser debilitado por culpa de Blaziken. El golpe había sido brutal y había dejado herido al pokémon de Matt. Joe, te has pasado. Le dijo Matt cuando devolvía a su pokémon a la pokéball. En ese momento sacó la medalla amistad y se la lanzó. Has mantenido el corazón caliente, pero te has pasado muchísimo. No hacía falta ejecutar una embestida tan salvaje contra mi Ninetales. Angustiado y mirando su pokéball, el entrenador se marchó de allí a gran velocidad agobiado y dispuesto a sanar lo antes posibles a su Ninetales. Suerte en tus próximos combates. Se despidió antes de marcharse.

- Uff, lo siento mucho.- Dijo Dash, algo afligido.- Es que... Jo, he ido a saco, perdón. ¿Está bien? Ay, qué mal. Lo siento, ¿eh? Perdona.

Dash se fue yendo andando de espaldas, un poco triste. Blaziken jadeaba y caminaba a su lado.

- Nos hemos pasao, Blaziken. Imagino que es lo normal, pero... Oye, ¿estás bien? Te ha dado un montón de fuerte.

Salieron los dos del gimnasio, de vuelta al Centro Pokémon.

Había llegado el momento, por fin el aspirante había logrado alcanzar el gimnasio Hielo que se encontraba en lo alto de una montaña de más de 3.000 km de altitud. La respiración era costosa a esas alturas y la ventisca que azotaba el camino hacía que resultase trabajoso acceder hasta el lugar.

Cuando por fin había coronado el pico más alto de la cordillera, se topó con una cueva en cuya entrada había un letrero luminoso que anunciaba aquel lugar como "Gimnasio Hielo". Sin duda ese debía ser el lugar donde se encontraba Matt, el líder de ese gimnasio y poseedor de la medalla Amistad.

Minutos después y tras tener que prender una antorcha para poder ver, el aspirante llegó ante lo que parecía ser un campo de batalla. Segundos después y sin hacer esperar apareció frente a él un señor de cabellos ocres cubierto con una gran manta de leopardo. Aquel lugar era frío como el que más, y ni el entrenador que había llegado ni cualquier pokémon que saliera a combatir se sentiría cómodo.

Bienvenido a mi gimnasio, soy Matt, líder y maestro de tipo hielo, y además poseo la medalla Amistad. Si quieres sentirte cómodo aquí, para poder ganar la medalla, necesitarás ser caliente de corazón. Si así lo logras y eres uno con tus pokémon, entonces no sentirás frío. De lo contrario, será mejor que acabemos cuanto antes para que puedas regresar al Centro Pokémon a calentarte.

Esta es tu primera medalla, ¿verdad? Pues entonces libraremos un combate uno contra uno, y el ganador será el que derrote antes a su oponente. ¿Entendido?

Y en ese momento sacó a escena el que sería su primer pokémon. Un magnífico y hermoso Ninetales con forma de Alola.

Yoh, una vez que sale del Centro Pokemon debe hacer un recorrido bastante fuerte, el Gimnasio de Matt estaba en una cueva a 3 kilómetros de altura donde respirar era bastante difícil por la falta de oxígeno, sin embargo, la meta fue cumplida y este pudo llegar para una vez adentro encontrarse con una total oscuridad, una pequeña antorcha fue necesaria para poder iluminar y ver el trayecto al frente.

Tras esto y al dar unos pocos pasos aparece ante los ojos de Yoh quien era el líder de ese Gimnasio, un hombre de cabellos color ocre con una manta que lo cubría del frío, y tras unas palabras de introducción muestra a quien sería su primer y único pokemon ya que apenas era la primera batalla de Yoh, una hermosa Ninetales de Alola, hermosa y fría como el hielo más puro, sin duda sería un enemigo formidable en este clima.

Por supuesto esto no amedrento a Yoh quien sin dudar tomo su pokebola para dar salida a su compañero, Llama manifiéstate, un pokemon de fuego que si tal cual había dicho Matt teníamos un lazo lo suficientemente caluroso no nos daría problema alguno el poder derrotar a su Ninetales.

En este momento solo quedaba una estrategia por aplicar, la cual usualmente siempre funcionaba por lo que solo restaba seguir el camino seguro, Llama, dejanos ver tu gracia, utiliza Danza Aleteo, ese movimiento daría a Volcarona lo necesario para aplicar una fuerte ofensiva contra Ninetales, el detalle estaba como siempre en sobrevivir el primer ataque.

Matt torció el rostro al ver frente a él a Volcarona, un pokémon de tipo fuego y bicho que podría darle serios problemas a un pokemon como el de Matt. Apenas tenía posibilidades contra él. Tan solo podría hacer que su pokémon se esforzase al máximo, confiar en el terreno de batalla y en que su pokémon fuese más rápido como para acabar con él de un golpe. 

Pero no fue así, Matt dio la orden a su compañero, pero en ese momento, el pokemon bicho empezó a ejecutar una danza muy hermosa que potenció sus características haciéndole más rápido y más fuerte. Por eso la ventisca que creó Ninetales apenas dañó a su rival cuya única garantía de victoria se basaba en las posibilidades de congelar a su adversario y la de esquivar todos los movimientos que Volcarona ejecutase contra él.

La gracia de la danza aleteo consistía en mediante un gracioso movimiento de las alas de Volcarona soltar pequeños petalos de fuego que calentaban su cuerpo brindando una especie de escudo de fuego que aumentaba su resistencia a los ataques, su poder ofensivo y su velocidad gracias al calor de estos en su cuerpo.

Ahora gracias a su danza aleteo y a su buena resistencia al hielo Volcarona había soportado muy bien el ataque del Ninetales de Alola de Matt, sin embargo no era motivo de confiarse pues el pokemon contrincante estaba en su ambiente y eso siempre dificultaba un poco más las cosas, había que aprovechar la pequeña ventaja conseguida hasta el momento y aplicar ofensiva total.

Llama muy bien hecho pasemos ahora a atacar utiliza tu Danza Llama!!!

Con un poco de suerte esto voltearía un poco más la balanza del encuentro a favor de Volcarona quien había empezado muy bien por el momento.

El granzizo que estaba cayendo en el gimnasio Hielo dificultó la visibilidad de Ninetales que parecía ser capaz de camufljarse con el entorno. Volcarona, a pesar de haber mejorado sus stats no había aumentado su precisión y la velocidad de su rival hacía que fuese complicado de ver.

El pokemon de Yoh comenzó a moverse de forma similar solo que esta vez de su cuerpo iba emitiendo una serie de llamaradas que se iban a apagando por culpa de la nieve que estaba cayendo. Pero llegó un momento en que Ninetales no fue capaz de esquivar los golpes y una de las ascuas le golpeó hiriéndolo gravemente. Aquel último golpe fue suficiente para que Ninetales fuese derrotado y el entrenador lograse conseguir lo que sería su primera medalla.

¡UF! Por poco, la habilidad de manto níveo de mi Ninetales le hacía díficil de ver por lo que has estado a punto de fallar. Pensaba que lograría esquivar todos los golpes. ¡Qué lástima! Pero lo cierto es que tu Volcarona es muy fuerte y no hay duda de que tu vínculo con él es lo suficientemente fuerte como para que te haga entrega de la medalla Amistad:

¡Enhorabuena!

Había llegado el momento, por fin el aspirante había logrado alcanzar el gimnasio Hielo que se encontraba en lo alto de una montaña de más de 3.000 km de altitud. La respiración era costosa a esas alturas y la ventisca que azotaba el camino hacía que resultase trabajoso acceder hasta el lugar.

Cuando por fin había coronado el pico más alto de la cordillera, se topó con una cueva en cuya entrada había un letrero luminoso que anunciaba aquel lugar como "Gimnasio Hielo". Sin duda ese debía ser el lugar donde se encontraba Matt, el líder de ese gimnasio y poseedor de la medalla Amistad.

Minutos después y tras tener que prender una antorcha para poder ver, el aspirante llegó ante lo que parecía ser un campo de batalla. Segundos después y sin hacer esperar apareció frente a él un señor de cabellos ocres cubierto con una gran manta de leopardo. Aquel lugar era frío como el que más, y ni el entrenador que había llegado ni cualquier pokémon que saliera a combatir se sentiría cómodo.

Bienvenido a mi gimnasio, soy Matt, líder y maestro de tipo hielo, y además poseo la medalla Amistad. Si quieres sentirte cómodo aquí, para poder ganar la medalla, necesitarás ser caliente de corazón. Si así lo logras y eres uno con tus pokémon, entonces no sentirás frío. De lo contrario, será mejor que acabemos cuanto antes para que puedas regresar al Centro Pokémon a calentarte.

Esta es tu segunda medalla, ¿verdad? Pues entonces libraremos un combate dos contra dos, y el ganador será el que derrote antes a su oponente. ¿Entendido?

Y en ese momento sacó a escena el que sería su primer pokémon. Un magnífico y hermoso Ninetales con forma de Alola. 

Para después sacar al compañero de viaje.

Un increíble y lustroso Mamoswine

Sus dedos al fin aferraron una superficie plana, y se impulso hacia arriba. Sonrió triunfante al ver el cartel que señalaba la cueva como el Gimnasio Hielo. Se dejo caer sentado frente a la entrada, jadeando en busca del aire, pero ni el cansancio podía borrarle la emoción que le recorría de pies a cabeza. -Vamos a calentar un poco esto, Shiro - murmuró impaciente por entrar.

Se interno dentro de la cueva con una pequeña antorcha que había encendido, y pronto se encontro frente a un gran campo de batalla, cubierto de hielo. Estalactitas cubrían el techo cerrandose sobre ellos como los dientes de una bestia gigante.

El lider llamó su atención desde el otro lado. La sonrisa de Arahel no se hizo esperar, si algo conocían él y sus pokemon era el fuego que los invadía - Soy Arahel, gusto en conocerte, Matt -

Un hermoso pokemon zorro salió de la pokebola del lider - Woooow, un Ninetales de Alola! Nunca había visto uno! -

Era su turno - Shiro! Darwin! - Llamó a sus pokemons lanzando al aire ambas pokebolas y atrapandolas al caer vacias

-Muy bien! Shiro vuela y usa Lanzallamas sobre el piso! Derrite este hielo! -

-Darwin! Dirige tu rayo al agua!

Matt, ajeno al frío que provocaba su gimnasio, decidió empezar el combate ejecutando el primer movimiento con su Ninetales. ¡Vamos Ninetales, aprovecha el fuerte granizo de nuestro gimnasio para lanzar tu movimiento más poderoso! ¡Lánzales una fuerte ventisca! La fuerte ventisca que desató el pokémon fue devastadora y ni Jolteon, ni Charizard fueron capaces de esquivarla. 

Mamoswine, ha llegado tu turno. Acaba con Charizard que es el pokémon más peligroso de los dos. ¡Golpéale con una poderosa Roca afilada! De sus colmillos salió una enorme piedra que salió disparado contra el pokémon de fuego. El pedrusco impactó con tanta fuerza que Charizard terminó cayendo al suelo gravemente herido. Lo siento. En ese momento solo quedaba Jolteon, que solo fue capaz de ejecutar un rayo contra Ninetales echando por tierra toda la estrategia que Arahel había montado.

Con los dos pokémon de Matt en pie y con Charizard debilitado, Arahel no tenía mucho más que hacer. ¿Quieres retirarte o prefieres intentarlo hasta el final? Preguntó el líder confiando en que el aspirante se retirase a tiempo para no hacer sufrir más a sus pokémon.

-Shiro! - Arahel corrió angustiado por el campo de batalla, pegando una patinada en el hielo, y cayendo sentado, pero el impulso que llevaba le bastó para llegar junto a su pokemón. Lo habían derrotado antes de poder lanzar el primer ataque, y su compañero había quedado en muy mal estado. Buscó su pokebola, y lo regreso para protegerlo -Lo hiciste bien, amigo - Murmuró acongojado, acariciando el pelaje de Darwin que se había acercado a su entrenador -Tú también, Darwin - Regresó también a su jolteon a la protección de su pokebola, y se puso de pie con dificultad enfrentando a Matt.

-Me retiro - Declaró temblando por la fuerza para mantenerse en pie en ese terreno resbaladizo. Se inclino en una reverencia, sintiendo un gran respeto por ese entrenador, pero a la vez sintiendose inmensamente pequeño. Camino con cuidado intentando no volver a caer, hacia la salida, con la cabeza baja, y profundamente molesto consigo mismo.

Había llegado el momento, por fin el aspirante había logrado alcanzar el gimnasio Hielo que se encontraba en lo alto de una montaña de más de 3.000 km de altitud. La respiración era costosa a esas alturas y la ventisca que azotaba el camino hacía que resultase trabajoso acceder hasta el lugar.

Cuando por fin había coronado el pico más alto de la cordillera, se topó con una cueva en cuya entrada había un letrero luminoso que anunciaba aquel lugar como "Gimnasio Hielo". Sin duda ese debía ser el lugar donde se encontraba Matt, el líder de ese gimnasio y poseedor de la medalla Amistad.

Minutos después y tras tener que prender una antorcha para poder ver, el aspirante llegó ante lo que parecía ser un campo de batalla. Segundos después y sin hacer esperar apareció frente a él un señor de cabellos ocres cubierto con una gran manta de leopardo. Aquel lugar era frío como el que más, y ni el entrenador que había llegado ni cualquier pokémon que saliera a combatir se sentiría cómodo.

Bienvenido a mi gimnasio, soy Matt, líder y maestro de tipo hielo, y además poseo la medalla Amistad. Si quieres sentirte cómodo aquí, para poder ganar la medalla, necesitarás ser caliente de corazón. Si así lo logras y eres uno con tus pokémon, entonces no sentirás frío. De lo contrario, será mejor que acabemos cuanto antes para que puedas regresar al Centro Pokémon a calentarte.

Esta es tu primera medalla, ¿verdad? Pues entonces libraremos un combate uno contra uno, y el ganador será el que derrote antes a su oponente. ¿Entendido?

Y en ese momento sacó a escena el que sería su primer pokémon. Un magnífico y hermoso Ninetales con forma de Alola.

Chartreuse entró al gimnasio titiritando sin parar. Lástimosamente el gimnasio estaba igual sino es que aún más frío que el exterior.

-¡A-abran paso a Ch-chartreuse! -dijo temblando-. C-claro que puedo ganar. S-soy una entrenadora oficial. Y p-parece que el verdadero reto aquí no es ganar, sino ganar antes de que me dé una pulmonía -En ese momento habría apreciado mucho un sueter. Cuando vio que el líder sacaba a un ninetails, Chartreuse sonrió de oreja a oreja-. ¡Cometiste tu primer error, líder Matt! -Sacó a ludicolo de su pokebola, quien hizo una pose cruzando los brazos.

-Ese es un bonito ninetails variocolor, pero aunque sacar a un tipo fuego para evitar que se congele en este ambiente parece una buena idea, mi compañero Pancho es tipo agua, así que la victoria ya es mía. Pancho, vamos con Danza Lluvia -dijo Chartreuse emocionada y sin dejar de temblar.

Deberías sacar tu pokédex para conocer a los Ninetales de Alola, pues son pokémon de tipo hielo y tipo hada. Dijo con una sonrisa al comprender que la entrenadora se había equivocado. Lo único que significa esto es que el combate estará bastante igualado. Pero de lo que estoy seguro es que va a ser muy divertido.

¡Enséñale como brillan tus nueve colas, Ninetales! ¡Usa brillo mágico!

Las colas del Ninetales de Alola empezaron a brillar tal y como Matt había dicho y Ludicolo sintió un gran dolor en su interior aunque logró sobreponerse a él. Después, su entrenadora le pidió que comenzara a hacer su danza lluvia y tras empezar a hacer una serie de gráciles movimientos, el granizo que se había generado desapareció para convertirse en una potente lluvia.

Chartreuse se quedó con la boca abierta ante la tremenda revelación de la combinación de tipos del pokemon de su rival.
-¡¿Qué?! ¡Ninetails de otros tipos! Rayos, eso no lo sabía. ¿También habrá ludicolo de Alola? ¿Qué tipo sería? -Pensó un momento, hasta que negó con la cabeza-. ¡No importa! Sea fuego, hielo o dragón, vamos a vencerle.

La chica gritó al ver lo mucho que pareció dolerle a su pokemon. -¡Pancho, aguanta, yo sé que tu puedes! -La expresión de Chartreuse se relajó al ver que seguía en pie-. Necesitaras más que brillos bonitos para detenernos -Se cruzó de brazos con confianza, olvidándose del terrible frío que hacía ante el calor de una buena batalla-. Pancho, dale una bienvenida al estilo Hoenn al ninetails de Alola, ¡Surf!

Cuando la lluvia recubrió la piel de Ludicolo, se hinchó de energía y su velocidad aumentó atacando antes de que Ninetales pudiera darse cuenta. El pokémon creó una gigantesca ola y colocó una de las hojas de su cuerpo para surfear por ella y golpear al pokémon de tipo hada.

Pero el ataque, a pesar de estar potenciado por la lluvia que había en el campo, no fue suficiente para derrotar a Ninetales que pudo contraatacar para hacer un último esfuerzo y ganar el combate.

Ninetales bajó la temperatura del campo y las gotas de lluvia se convirtieron en copos de nieve y después movió la cola para que todo ese hielo golpease al pokémon de Chartreuse que por un lado era de tipo agua, pero también lo era de tipo planta.

Finalmente Ninetales había quedado gravemente herido, pero Ludicolo había sido derrotado.

Lo lamento, dijo Matt después del combate que acababa de terminarse. Ha estado muy ajustado y me la jugué todo a esa ventisca. Estoy acostumbrado a tener el granizo de mi parte, que usaras danza lluvia me preocupó bastante pues las posibilidades de golpe habían menguado bastante. Ten cuidado si te enfrentas a Nívea, porque ella tampoco te lo pondrá nada fácil.