Partida Rol por web

Por dentro la ciudad tiene un aspecto... normal. Hay algunas personas en las calle y algunos coches. Podría decirse incluso que la ciudad está muy tranquila. No se ve nada eléctrico funcionando, lo que le da un cierto aspecto mustio o desvaído al lugar.

Ciudad Iris es una ciudad muy bonita, con sus dos torres, otrora gemelas, que se recortan contra el cielo del amanecer, y sus casitas de madera de estilo tradicional, rodeada de bosques como si estuviera arropada por un edredón de hojas. A estas horas, bajo el resplandor rosado del alba y con todas las luces apagadas, está envuelta en un aire de ensueño casi mágico.

Pero Joe no está como para apreciar el paisaje. Ya tiene "ensueño" de sobra. Lo mejor sería encontrar un sitio donde descansar.

Incluso a estas horas, hay algunos viandantes, y además no es una ciudad muy grande.

Arrastrando los pies, Joe no aprecia del todo los numerosos encantos de la ciudad. Todo le parece bonito pero trata de enfocarse en encontrar donde descansar, antes que el suelo le parezca lo suficientemente comodo. En otras ocasiones hubiera sacado a Oup para que lo mantenga despierto con sus tenazas, pero aquello ni se le ha ocurrido aun. El primer sitio que vea disponible, entrara sin dudarlo dos veces.

Joe se deja arrastrar por sus pies de una calle a otra, sin mirar muy bien adónde lo llevan, con la vaga esperanza de dar con el albergue para entrenadores u otro lugar similar, hasta que se encuentra delante de una casa en la que algo llama su atención.

No es la típica fachada de estilo tradicional, ni la acogedora arquitectura de madera, sino un cartel artesanal también de madera del que los ojos de Joe se han quedado prendados, en cuyas letras cuidadosamente grabadas y pintadas a mano se lee:

CASA DE HUÉSPEDES

Sin darse apenas cuenta, Joe empuja la puerta y se encuentra en un vestíbulo fresco y agradable que, a excepción de un pequeño mostrador de recepción de madera a un lado, parece completamente el de una casa particular.

Antes de que al ralentizado cerebro de Joe le dé tiempo a plantearse siquiera dar media vuelta y buscar el albergue, una voz chillona lo saca de su ensimismamiento:

-¡Un cliente! ¡Abuelo, un cliente! ¡Ha venido un cliente! ¡Abuelo, abuelo! ¡Pase, señor cliente! ¡Por aquí, por aquí! ¡Abuelooo! :D

Apabullado por la retahíla de palabras, Joe mira a su alrededor, pero sigue sin ver a nadie. Desconcertado, vuelve la vista al único lugar de donde puede provenir la voz: hacia abajo. Concretamente, a la altura de su mano.

Una niña de unos siete años con el pelo negro como el tizón recogido en unas graciosas coletitas lo coge de la muñeca con las dos manos, tirando de él con tanto entusiasmo como si lo que hubiese encontrado fuera un juguete nuevo.

Ya no hay escapatoria posible.

Un instante después aparece un anciano un poco encorvado, calvo por arriba pero con el resto del pelo largo y barba, todo ya de color cano, de expresión afable.

-Pase, pase, joven. Bienvenido. Parece cansado. Nuestras dos habitaciones están libres, están limpias y son muy cómodas -dice con voz muy amable, acercándose a Joe.

La niña sigue parloteando animada ininterrumpidamente y ya le está quitando la mochila, con toda intención de guardarla debidamente.

-Maika, cariño, no acoses al huésped -le dice su abuelo dulcemente. Luego continúa hablando a Joe -Son solo 10.000 P la noche, 2.000 P si quiere comer con nosotros. Me refiero a la comida que hace mi esposa...

-¡El arroz con curry de la abuela es lo mejoooooooooor! ¡Síiii! ¡Calentitooo! :D

El anciano le acaricia la cabeza, sin ser capaz de reprenderla por interrumpirlo.

-...Y ella se encargará también de lavar su ropa. ¿Qué le parece? Puede subir a la habitación ahora mismo si lo desea. Eso sí, como habrá notado no tenemos luz, pero nos las vamos apañando bastante bien en nuestra casita -el anciano le guiña un ojo amablemente.

-¡Síi, bienvenido señor huéspeeed! :D

-¡Furrúu! :3 -Al lado de la niña ha aparecido un furret que mira a Joe sentado sobre sus patas traseras con una expresión en los ojos muy parecida a la de la pequeña.

Al ingresar a la casa, antes de conseguir salir de su ensueño, por un instante creyo realmente estar soñando. No estaba del todo seguro de como habia llegado ahi. La sucesion de imagen en sumcabeza era un tanto extraña. Aquella habia sido una noche larga. Recordaba el oceano color rosado, los muchachos en el bar, un tipo macanudo que le resultaba familiar, la competencia de los Machokes, el sonido de los Miltanks, las largas horas de caminata nocturna y ahora casi por arte de magia se encontraba bajo techo.

Aunque los gritos entusiastas de la niña lo pusieron algo en alerta al principio, luego al ver al anciano volvio a dejar su cuerpo en modo automatico. Apenas pudo articular que aceptaba el servicio completo, mientras la niña le quitaba la mochila y enseguida, con todo el esfuerzo del que pudo ser capaz, procuro agradecer y preguntar donde estaba su cuarto.

-Gra. Gracias. He tenido un largo viaje sin luz si, curry. Curry... Joe apenas podia mantenerse en pie.

Como en un sueño, Joe garabatea su nombre* en el registro que le ofrece el anciano y se deja guiar a una acogedora habitación con una cámada muy, muy mullida y que huele tan bien...

Antes de darse cuenta, Joe ha caído en un sueño profundo y reparador sin siquiera desvestirse.

Tras unas horas, el joven parpadea ante los amables rayos de sol que se filtran por entre las cortinas que alguien ha cerrado para que pueda descansar bien y entre los traslúcidos visillos. En la suave penumbra creada por esa luz puede distinguir perfectamente todos los elementos de la habitación, así que el sol debe de estar ya alto.

Se oyen unos suaves golpes en la puerta.

-Señor huéspeeed, es la hora del almuerzo, ¡vamos a comer fideooos! :D Y de postre puedes tomar un flan o un helado si te has comido la fruta :3

-¡Furrúuu! :3

La pequeña, Maika, y su inseparable furret siguen animando a Joe hasta conseguir que se levante y los acompañe al comedor, donde los abuelos ya están sentados a una mesa con varias sillas libres y muy bien surtida de comida casera, incluyendo fideos fritos, verduras salteadas, carne empanada y un exuberante frutero que promete un postre lleno de vitaminas.

-¡Buenos días! -Saluda la anciana, de aspecto amable. -Siéntese. Si tiene pokémon, puedo ponerles algo de comer, si lo desea.

-Furret, cómete las verduras, así, mira -le dice la niña, predicando con el ejemplo, a su pokémon, que está muy bien sentado junto a ella con las patitas puestas en la mesa, asomando la cabeza justo por el borde.

-¡Furrúu! :3 <3 -El furret sumerge la cabeza en el plato de verduras salteadas que su joven entrenadora le ha puesto por delante.

-Cuénteme, joven, ¿qué le ha traído a Ciudad Trigal? -pregunta el anciano, sonriente, cuando Joe se siente con ellos.

El comedor está iluminado solo por la luz que entra a raudales por la ventana, pero no se necesita más.

Al firmar en la entrada a la casa, el joven firmo con su verdadero nombre. El cansancio era demasiado como para pensar en ninguna estrategia. 

Una vez descansado, tuve que recordar un poco como habian sido los sucesos que lo llevaron hasta alli. Decidio abrir la ventana del cuarto y respirar el aire de aquella ciudad, que parecia como atrapada en el tiempo. Agradecio el llamado a comer y luego de un momento se aseo y arreglo para terminar de estar descansado. 

Mientras comia, no pudo evitar sentir una sensacion de nostalgia. Hacia demasiado tiempo que no comia algo casero. Y al compartir el momento con sus compañeros le hicieron recordar cuando estaba con su familia, pese a haber transcurrido tantos años. 

-Muchas gracias. Ha estado delicioso. Verdad, chicos? -pregunto a sus Pokemon, quienes respondieron con alegria, a diferncia de Slowpoke, quien aun no se habia percatado de la comida. Joe tuvo que regresar a Rhyhorn para que respetara la rocion de Lenton, quien recien en ese momento empezo a comer pausadamente. 

Animados por la comida el joven respondio a la pregunta del señor -Estoy de viaje. Es la primera vez en esta region, y ahora creo que me dirijire a la ciudad mas grande que haya por aqui, creo es que Ciudad Trigal, verdad? Pero me pregunto que ha pasado con la ciudad, digo, por la falta de electricidad, y si ha afectado a otros pueblos aledaños. Al menos en el puerto no habia problemas.

Los ancianos intercambian una mirada.

-Ciudad Trigal... Sí, es la ciudad más grande de Johto... -contesta la anciana. -Pero...

-Claro, él no habrá visto las noticias... Esta mañana no se hablaba de otra cosa en Ciudad Iris. Todo el mundo se ha enterado y eso que, con lo de los postes de la luz, no tenemos televisión...

-Ciudad Trigal está... Han salido... -La anciana no parece saber cómo explicarlo.

-¡La ciudad se ha convertido en un bosqueee! :D -exclama la pequeña -Me lo ha enseñado mi amiga Haruka, "que su" hermana vive en Ciudad Trigal y le regaló una poké-tablet y le quedaba muy poquita batería y su hermana le había mandado esa foto pero luego ya su hermana no contestaba más y Haruka estaba llorando y le ha mandado a Huthú a ver si contesta. Pero yo lo he visto, había un montón de árboles y flores y... ¡y árboles! -explica la niña, casi de corrido, agitando mucho los brazos, mientras su furret intenta imitar el movimiento de sus brazos con su cuerpo alargado.

Hay un pequeño silencio cuando Maika hace un alto en su perorata para tomar aliento y meterse una pinchada enorme de verduras en la boca.

-A mofotoh folo noh forehen loh p'ohteh -al decir la pe suelta trocitos de verduras- he la luf, p'ero...

-Maika, cariño, ¿qué te dice siempre mamá de hablar con la boca llena? -la reprende cariñosamente su abuelo.

La niña se tapa la boca con las manos, avergonzada, y sigue masticando en silencio.

-Pues sí -retoma el testigo de la conversación la anciana-. Ayer, lo de los postes de la luz. ¿Los has visto, Joe? ¡Todos florecidos! ¡Llenos de ramas con flores! ¡Como si fueran árboles! Y luego eso del árbol ese en Pueblo Lavanda, el... ¿qué era, cariño?

-Un aranjo.

-El aranjo. ¡Saliendo del propio suelo! ¡De la noche a la mañana!

-Y no olvides el accidente del Magnetotrén.

-Pero eso...

-¿No te enteraste? Arbustos. ¡La vía estaba llena de arbustos!

La anciana mira a su marido con cara de incomprensión durante unos segundos.

-Los trenes pasan cada media hora -sentencia el anciano, como toda explicación-. Cada media hora. Pero el tren anterior no encontró nada.

Los dos ancianos miran a Joe para ver su reacción. Ellos tienen la preocupación y el miedo pintados en la cara.

La forma de expresarse de la niña, hizo sonreir bastante a Joe, casi al punto se ignorar la seriedad del asunto. Pero cuando la conversacion regreso a manos de los abuelo, el joven se quedo un momento pensativo.

-Supongo que sera obra de algun Pokemon tipo Planta, varios de sus ataques crean ramas y hojas para asi defenderse y contraatacar, pero esto ya se trata de algo mucho mas masivo y agresivo. 

-Imagino que ya se ha tratado de solucionar el problema. Se que es un poco excesivo, pero no se me ocurre nada mas que pensar en usae Pokemon de Fuego o Hielo para solucionar algo asi. Bueno... Imagino que mejor Hielo, para no quemarlo todo. Aunque seguro que al Equipo Magma no le importaria hacer algo asi, son unos despiadados inconsientes. El rostro de Joe se crispo por un momento, pero al ver a Lenton, quien recien comenzaba a comer el enojo se le paso enseguida. 

-Pero, entonces, ¿es posible llegar a la Ciudad? ¿O esta prohibido el paso? Lo mejor sera que informe de esto a Sheila, cuando termine de comer, dare una vuelta por la ciudad, asi podre darle un mejor reporte. 

La anciana mira muy seriamente a Joe.

-Claro que se ha intentado solucionar el problema. En Ciudad Iris los vecinos han estado cortándole ramas a los postes y los servicios mínimos del Centro Pokémon llevan desde ayer subsistiendo gracias a la energía de los pokémon eléctricos que han prestado voluntarios. Pero no es suficiente. Los postes se han convertido en árboles. En árboles florecidos. Tienen savia por dentro. La instalación está inservible. La compañía eléctrica no sabe cuándo podrán reanudar el servicio.

Respecto a Ciudad Trigal, si fueran simplemente plantas el hielo podría ser de utilidad. Pero no basta con matarlas. Son árboles, chico. No sé si has entendido la magnitud de lo que está ocurriendo. Yo no lo he visto, pero en la ciudad no se habla de otra cosa. A los que les quedaban... cómo se llaman... cacharros de esos modernos, con batería, pudieron verlo en las noticias. Al parecer salió en todos los canales. No se trata de arbustos o brotes jóvenes. Según cuentan han salido hayas y robles del asfalto que cortan avenidas enteras y son tan altos como los edificios.

La señora no pretendía ser ruda con Joe, de hecho no parece molesta por el comentario del chico y su tono no ha dejado de ser amable, pero es indudable que está muy impresionada y poco a poco se ha ido dejando llevar por su propio relato.

Su marido le pone una mano arrugada sobre la suya, también surcada de arrugas, y toma la palabra, tratando de desviar ligeramente la dirección de la conversación.

-No han cerrado las entradas, que yo sepa. Todo lo contrario, han estado llegando algunas personas en busca de refugio. Pero el camino es largo: tendrás que cruzar la Ruta 37, la Ruta 36, el Parque Nacional y la Ruta 35. Tardarías un día entero en hacer el camino, a la hora que es no puedes llegar antes del anochecer. Y no hay autobuses de aquí a Ciudad Trigal: no pueden recargar las baterías ni aquí ni en Ciudad Trigal -Joe puede constatar que, al igual que en Kanto, todos los autobuses de Johto son eléctricos-. Como no sea que fueras montado en tu rhyhorn o que encuentres a alguien que te lleve de otra forma...

Al escuchar la historia, el joven se convence que debe informar cuanto antes a su base amiga. Tal vez haya un cambio de planes para con el o incluso peor, ellos mismo hayan sufrido algun tipo de ataque. Intento calmarse sacudiendo la cabeza y continuo bebiendo un poco mas, hasta que la abuela terminase. 

-Vaya, es mas grave de lo que creia. Jugo un momento con el ultimo bocado de melon que le quedaba y luego de tragarselo, dio a conocer su plan. -Les agradezco el desayuno. Voy a salir un momento a recorrer la ciudad y pensar en todo esto. Aun no decido si sera mejor que me quede un dia mas o partir cuanto antes, debo pensarlo un momento. Tengo entendido que hay un templo antiquiso, ¿sera que puedo ingresar? -en verdad era una pregunta que se hacia a si mismo, lo que necesitaba era un momento a solas, para hablar con Shailey. 

-¿Un templo? -La abuela piensa un momento-. ¿Te refieres a la Torre Hojalata? Sí, normalmente está abierta al público. No creo que haya muchas visitas hoy.

Tras despedirse de los amables ancianos y de la pequeña y agradecerles el desayuno-almuerzo, Joe sale a la ciudad.

La Ciudad ofrece un aspecto definido por una extraña mezcla de desolación, con todas las luces apagadas, como si fuera una ciudad fantasma; y nerviosismo, con algunos de sus habitantes yendo de acá para allá, ociosos por no poder realizar su trabajo o por el contrario muy atareados tratando de arreglar alguna cosa.

En cuanto puede, Joe llama a su jefa, Shelly.

-¿Solda--o Baun? ... No le oigo bien, parece que hay int--cias. 

Más que interferencias, lo que ocurre es que la cobertura de la pokégear del Joe es mínima.

-¿Est-- ... ¿... llegado ya? Comuní--eme su posición de inm--ato. 

Luego de desayunar Joe se dirigio hacia el Templo. No queria causar disturbios dentro, asi que espero a encontar una calle tranquila para poder hablar a la base del Equipo Aqua. 

-¿Comandante? No... No la oigo bien. Aquello preocupo al joven. Estoy en Ciudad Iris. Me he enterado de algunos sucesos sobrenaturales. Arboledas creciendo en cualquier sitio. ¿Estan bien por alli?

-Sí... Aquí --mos bien, pero... El fenómeno que comentas... -Más allá de las interferencias de la red, la propia Shelly no parece saber bien cómo explicarlo. Su habitual seguridad flaquea, empieza frases que luego no termina...- Parece que está ocurriendo en todo Joh-- y ----... ...ad Trigal est-- muy mal... Toda... Era increíble, parecía una selva. Ayer se cortó el Magnetotrén y el aranjo que sal-- ... --avanda... Nuestra inteligencia está trab--ndo en ello, pero no --...--da -- ahora...

En aquel momento el soldado Baun se dio cuenta que precisaba de una sola cosa: indicaciones claras y directas. 

-La comunicacion esta horrible, por favor digame que prefiere que haga y la llamare en la noche.

El preferiria quedarse un dia mas, y pensar en aquel asunto, pero tal vez su mision fuera mas importante.

-¿Q-- ...-iero que hagas? Uff... La --tuación ha cambiado drásticamente... Todo está patas arriba... Este... esta especie de Apocalipsis Verde... No estoy segura de hasta qué punto sabes, con todos los problemas en las telecomunicaciones pero... -Parece que, milagrosamente, durante un minuto la conexión está aguantando mínimamente estable, aunque se sigue oyendo con mucho ruido- Básicamente, hay algo que está haciendo brotar árboles por todas partes, de la noche a la mañana, y enloqueciendo a las plantas e incluso a algunos pokémon. No sé si te habrás topado con alguno de esos fenómenos extraños... Ahora mismo la prioridad del Equipo Aqua es averiguar qué narices está pasando. Archie dice que esto puede incluso acelerar el Proyecto de nuestra organización. En cualquier caso, esto no anula tu misión. Como te dije, el Team Rocket dispone de muchos recursos. Es posible que estén mucho mejor informados, o incluso que... -Shelly se retira del teléfono un momento, pero la estática le impide a Joe oír nada de lo que está ocurriendo al otro lado de la línea. De repente, la oye gritar incluso por encima de la estática: "¡¿Quée?!". Después de pegarle unos cuantos gritos más al pobre desgraciado con quien esté hablando, vuelve a dirigirse, abruptamente, a Joe- ¡Los Rockets han tomado Ciudad Trigal! ¡Ciudad Trigal ha --- por las plantas y, acto seguido, los Rockets han t---ado la Ciudad! ¡Ve para allá cagando leches! ¿M--- oyes? ¡¡Cag-- ... ---ches!!

-Bien, entendido comandante! -mintio Joe, al menos en parte. 

Cuando termino la conversacion, se quedo un momento parado donde estaba. La brisa corrio directo sobre su rostro, por lo que dio media vuelta para darle la espalda. Unas cuantas hojas, demasiado verdes para parecer naturales, colaron en direccion a la torre hojalata nueva. 

Es exactamente lo que pensaba hacer. 

El muchacho corrio a la garita de informacion por la que entro a la ciudad a la madrugada. La pregunta era sencilla.

-¿Donde esta la Biblioteca pública? -pregunto casi con descortecia. 

Con la direccion apropiada, se dirigio con prisa hacia el lugar y una vez dentro, volvio a preguntar con el mismo estilo. Al borde de la rudeza. 

-Me gustaría un libro acerca de leyendas y mitos sobre Pokemon Hierba -agitado, pero recordando sus modales, agrego -por favor.

En el mostrador de recepción hay una joven de veintilargos o treintaipocos. 

-¡Ah! ¡S-sí! ¡Enseguida! -contesta a la exigencia de Joe, algo aturullada pero contagiándose enseguida de su urgencia.

Acto seguido sale corriendo entre los estantes y luego vuelve con varios volúmenes bastante dispares sobre pokémon legendarios: uno es un mamotreto abarrotado de grabados y lleno de arcaísmos, titulado Dellos Dioses e Espíritus de Jooto e Kantoo; otro es un libro infantil cuya portada es esta:

Se titula Cuentos del Bosque. El último se llama Enciclopedia de mitos y leyendas pokémon, aunque para ser un libro que incluye en el título la palabra "enciclopedia" es muy fino y muy... encuadernado en rústica.

-Bien, perfecto. ¿Será que me los puedo llevar a casa?. Me gustaría poder leerlos más tranquilo. El joven le dedica su mejor sonrisa, esperando poder completar la hazaña sin más demoras.