Partida Rol por web

El ogro guía al grupo hasta la habitación del jefe (12). Allí se acerca al fondo, y mueve una gran roca que parecía parte de la pared. Tras la piedra se puede ver un pasadizo, por el que se adentra Asher y Helen.

Los dos exploradores se arrastran sigilosamente por el pasadizo, pegándose a las paredes y avanzando en la semi-oscuridad para evitar ser detectados. Tras avanzar un rato una mujer joven y terriblemente atractiva enciende una antorcha en el medio del pasadizo. Les mira con unos ojos de un desconcertante color negro, sin pupila y les sonríe.

- Buenos días, aventureros. Vimos que habéis despachado a los ogros. Espero que no nos espere el mismo camino - sonríe con la picardía de una seductora nata.- Quizás podamos seros de ayuda, y vosotros a nosotros. Teníamos un buen acuerdo de colaboración con los ogros.

Helen hace una ligera reverencia ante las palabras de la mujer

No debeis preocuparos por nosotros si no nos pretendeis ningún mal, no somos gente violenta. Es desafortunado el destino que han corrido esas criaturas pero no nos dejaron elección. Atacaron sin ni siquiera darnos tiempo a parlamentar - Helen agacha la cabeza y la menea apesadumbrada.

La vuelve a levantar, sonriente.

Se agradece encontrar una cara amiga en estos túneles. Lamento esta presentación, entrando escondidos como vulgares ladrones, pero después del episodio anterior no queriamos más problemas. ¿Qué podemos hacer por ti? Nos vendría muy bien tener más información sobre este complejo y sus ocupantes.

Helen se arregla el pelo despeinado por la capucha, en un gesto despreocupado, pero en realidad está atenta a cualquier posible emboscada.

Asher no comprendía las melosas palabras de la pelirroja, más allá de suponer quizá un burdo intento de camelar a aquellas brujas lascivas o puede que de mostrar algo de aquella peculiar hermandad femenina que parecía el paso previo a una puñalada trapera entre las de su sexo.

Sin embargo, a pesar de no ser tan estúpido como para contradecir absurdamente la palabrería de la pícara y desmontar sus lisonjas, las espadas del explorador se mantenían claramente en guardia y en tensión, con las puntas cruzadas a la altura de sus tobillas, suavemente extendidas ante él. Sus pupilas aladraban a la primera de las hembras. Obviamente el guerrero no iba a dudar en cercenarle un brazo si apenas rezongaba.

- Llevamos viviendo aquí varios meses, quizá hasta un año, conocemos el lugar. Necesitamos objetos mágicos para sobrevivir, los convertimos a residium y mas adelante utilizamos el residium para fabricar agua y comida. Desgraciadamente, no toleramos bien la luz, y de noche, a estas alturas y en un clima tan frío, cazar es casi imposible.

- Colaboramos con la anterior expedición ogra, para saquear la parte mas lejana del complejo y nos repartimos lo que encontramos. Pero se nos esta agotando otra vez el residium, de forma que estábamos planeando otra incursión algo mas arriesgada con el nuevo grupo de ogros... pero... - vuelve a sonreír, aunque esta vez parece inquieta - digamos que necesitamos nuevos planes... y vosotros no creo que estéis aquí de visita, ¿no?

Sí que estamos de visita... La zona está especialmente bonita en esta epoca del año.

Helen suelta una risa alegre.

De todas formas, me temo que estamos en desventaja. Sabes quienes somos y que nos hemos enfrentado a los ogros pero de tí no tenemos ninguna información. Además siempre hablas en plural. ¿Cuántas sois? ¿Cómo llegasteis a este lugar? Por lo que tengo entendido los ogros abrieron el pasadizo en la roca. Además comentas que ha habido dos grupos... ¿Que buscaba el primero? ¿Se ha ido ya? No me gustaría encontrarme con un grupo de ogros clamando venganza.

Le sonrie y se apoya levemente en la pared.

Respecto a vuestra necesidad de objetos mágicos, estoy segura que una alianza sería mutuamente provechosa. Vuestros conocimientos de la zona nos serían de gran ayuda. Esta zona es el camino hacia el resto de las cavernas o sólo vuestra guarida y habría que seguir por donde los seres esos de carne?

Cita:

- Somos desterradas. Venimos de un país lejano, en la infraoscuridad. Allí formábamos parte de un nosotras mucho mas grande, dedicado al culto de la diosa Loth. Pero poco a poco fuimos desconfiando de la diosa y de sus formas, hablamos entre nosotras y poco a poco fuimos separando, un día descubrimos que eramos otro nosotras, y ellas ya no eran parte de nosotras ni nosotras de ellas.

Finalmente tuvimos que abandonar la tribu y llegamos a este complejo. Parecía un sitio cómodo para vivir, pero por lo visto era la guarida de un gran dragón negro. Nos hizo mucho daño, y nosotras somos ahora menos. Huimos hacia arriba, y al cabo de un tiempo nos aposentamos en estas cuevas. Casi no hay comida, pero se puede encontrar agua.

Los ogros no crearon estas cuevas, solo son responsables del túnel que lleva desde el exterior hasta las cuevas. Estas cuevas son naturales y mucho mas antiguas, creadas por el propio volcán. Un regalo del dios a las criaturas de las profundidades.
El primer grupo de ogros buscaba lo mismo que el primero, una espada que por lo visto es legendaria para su raza. Los guiamos al ala este, donde encontramos un montón de objetos mágicos. Ellos se llevaron un gran altar negro, nosotros suficiente para producir comida en abundancia. Ademas el túnel que abrieron nos permite salir a la montaña, y aunque no hay caza, podiamos recoger agua en abundancia. Eran buenos tiempos... luego llego el segundo grupo y los Roc... - toma aliento.
¿Satisfecha? - sonríe.

- Por aquí se puede llegar a todo el complejo. No sabemos que hay tras las puertas que guardan los golem, aunque creemos que es algo terrible.

Está claro que como lisonjera Helen no tiene precio así que Quarion la dejó hablando por el momento. La referencia a Lolth casi hace que desenvaine su arma pero por el momento parecía que estas mujeres solo actuaban para sobrevivir...

Asher miraba a la mujeres sopesando tanto su sinceridad como su amenaza implícita. Con todo lo que habían dicho y sabían de ellas, lo cierto es que no le parecían precisamente gente de fiar: hembras de las entrañas de la tierra, que hablaban como si fueran una colmena en vez de individuos, devoradoras de magia y volubles como la punta de una veleta, ahora ayudando a los ogros, luego a sus detractores y luego quién sabe a quién... y en cierto modo causantes de lo ocurrido en Durbenford días atrás, al haber dado a aquel innombrable culto el altar que posiblemente fuese el causante de las desdichas de aquellos desafortunados adolescentes de abolengo.

Su mano se ajustaba nerviosa a la empuñadura de las espadas, esperando el momento en que se dijera una palabra más alta que otra, pero las brujas parecían demasiado dóciles como para provocar una confrontación. Para aquellas alturas su espada ya hubiese acariciado el cuello de su interlocutora, si tuviese que seguir su instinto; pero la decisión no era exclusivamente suya... aunque bien podía hacer algo por forzarla:

-¿Y qué ocurre si decidimos no cooperar, lengua sedosa?- respondió el explorador entre juguetón y despectivo, con evidente provocación en la voz.

Helen se interpone entre Asher y la mujer, mientras coloca una mano tranquilizadora sobre la del explorador, ya sobre la empuñadura de su arma.

No creo que eso sea necesario. Estoy convencida que algún tipo de pacto podría ser beneficioso para ambas partes. ¿Qué proponeis? Es evidente que conoceis estas cavernas mucho mejor que nosotros. Vuestros objetivos son claros. Los nuestros... Son nuestros. - Helen le muestra la mejor de sus sonrisas - ¿Que criaturas albergan estas cuevas? ¿Hacia donde deberiamos ir que no hayais explorado ya con los ogros? Las habitaciones de los golem parecen una buena idea, si unimos fuerzas. Conseguir la espada de los Ogros no parece mal plan tampoco...  ¿Por dónde estaba el altar ese que has mencionado? Debería haber otras reliquias en esa dirección.

Helen la mira a los ojos fijamente.

Vosotras podríais quedaros con parte de los objetos mágicos y haceros las guardianas de este lugar, una vez lo hayamos limpiado. A cambio, solo pedimos información y apoyo logístico. No tenemos ningún interés en quitaros vuestro hogar.

Cita:

La joven mujer ignora al explorador y sigue atendiendo a Helen.

No creo que eso sea necesario. ... Debería haber otras reliquias en esa dirección.

- Responderemos a todas esas preguntas. Pero nos gustaría tener una prueba de vuestra buena fe. Quisiéramos un objeto mágico a cambio de todas esas respuesta. Nada importante, solo una señal de vuestro interés.

Me adelanto para que os fiéis de nosotros, os tenemos que dar un objeto como muestra de buena voluntad y yo pregunto ¿nosotros nos tenemos que fiar de vosotras porque si?

Creo que lo mejor será que nos fiemos mutuamente sin tener que dar nada en prenda