Partida Rol por web

Random Adventures: El cóndor de jade

II. Pesquisas en Pisco

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08/01/2016, 10:16
Director

Ese día estuvísteis en Boston, aunque no visitásteis demasiado la ciudad. Pasásteis la noche en la mansión del doctor Emerald sin ningún contratiempo. Al día siguiente Walter os comentó que había arreglado tres pasajes para vuestro viaje. Sin embargo, poco después, tras viajar en el vehículo de Luke hasta el aeropuerto de Boston, os confesó que podríais llevar vuestro propio aeroplano (es decir, el suyo). Si. Walter Emerald era esa clase de persona afamada, rica y con ciertos caprichos (aunque no por ello le gustase o acostumbrara a aparentar). De no haber aceptado Luke, hubiera tomado tres billetes de primera clase de turista, pero pensó que a Sullivan le agradaría ponerse a los mandos de su propio avión. Una vez en el aeropuerto contemplásteis el aeroplano de Walter, un rutilante De Havilland D.H.86 Express. Estaba siendo preparado, y acababan de repostarlo hacía poco. En pocos minutos vuestros viaje iba a comenzar.

* * *

Estaba pensado que el trayecto durara unas doce horas, haciendo escala desde Boston a Nicaragua, y después desde allí hasta Lima. El clima parecía favorable, aunque desde hacía unos días, un tiempo tormentoso amenazaba en forma huracanada en la atmósfera. Sullivan se puso a los mandos y contempló la espectacular cabina, con copiloto añadido. Pareció maravillado, al menos interiormente.

Notas de juego

Luke, realiza una tirada de Pilotar/Conducir. Dificultad (Normal: 15)

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08/01/2016, 14:39
Richard Castle

La noche previa al viaje a penas pude dormir, estaba demasiado entusiasmado con la idea de salir del país y resolver el pequeño misterio de la desaparición del amigo del doctor Emerald. Aproveché para escribirle una carta a mi familia y otra a la señora Prump, explicándoles mi salida inmediata del país y añadiendo como dato que simplemente íbamos a buscar unas piedras para el profesor, puesto que no quería preocupar en exceso a nadie, metiéndolas ambas en sus correspondientes sobres.

De paso, me puse con la maleta. Al saber el destino y el tiempo de estancia allí, me sobraban la mitad de las cosas.. o más. Al final ajusté todo el equipaje a la mochila, un par de mudas, una camisa limpia... y poco más. La chaqueta la podría llevar en la mano, aunque no estaba muy seguro de tener que usarla allí.

Finalmente, el frescor de la madrugada y el cansancio superaron a mis nervios y me permitieron dormir unas horas. Por la mañana, de camino al aereopuerto, deposité las cartas en un buzón.

¿Tienes un avión?! pregunté sorprendido al doctor cuando esté nos lo ofreció. Me llevé el puño a la boca y lo mordí, para evitar gritar de la emoción. No salía de mi asombro. Tu-propio-avión....

Lo cierto es que no sabía bien para que quería tenerlo, pero era una pasada que así fuese. Al llegar al aereopuerto pude contemplar su juguetito. Entendí que lo tuviese, era simplemente, precioso. Aproveché y saqué una foto de aquella maravilla, pidiendo al doctor y mis compañeros de viaje que se colocasen para salir en ella, y tomar alguna nota sobre el mismo.

Me despedí de Walter, con un efusivo abrazo y dándole las gracias por avisarle para este viaje y subí corriendo al avión, con el mismo entusiasmo que un niño pequeño en su primer vuelo. Me asomé a la cabina, estaba vacía. Quería sentarme en el asiento de piloto, ver como se veía desde allí... quería "ser el piloto".

Miré hacia atrás traviesamente. No había nadie aun abordo... Lentamente me fui adentrando en la cabina, deslicé mis manos por el asiento, sintiendo el cuero en ellos... Era mi oportunidad para pilotar...

Notas de juego

 

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08/01/2016, 23:14
Luke Sullivan

Dejeme a mi mejor. hizo un gesto para que el escritor se quitara de en medio y le indicó que se sentara donde los pasajeros. Luego se colocó en el asiento del piloto y se acomodó las correas de seguridad. Sullivan habia pilotado otras veces ese modelo, el De Havilland D.H.86. Era un extraordinario aeroplano de cuatro motores de manufactura británica. Contempló la pista de aterrizaje y echó un vistazo al parte metereologico. No deberia suponer problema. Despues repasó los radiadores y el nivel de combustible. Todo estaba listo. Hizo un gesto con el pulgar a los operarios  y estos hicieron los preparativos. Arrancó el motor cuando le indicaron que la pista estaba libre. 

Ponganse cómodos dijo al pasaje. 

- Tiradas (1)
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09/01/2016, 00:05
Arthur Namur

Una vez quedamos en pasar la noche en la mansión del doctor Emerald vuelvo a mi casa y mecánicamente preparo el equipaje adecuado una vez consulto en mi guiá del Perú que clima y condiciones meteorológicas encontrare en la zona.

Cuando estoy acabando el equipaje añado la guiá y un pequeño maletín con las herramientas especializadas de arqueólogo.

Si sobra algún día y los puedo convencer puede que pueda visitar alguna ruina y encontrar algunos restos para obtener financiación de la Universidad para alguna expedición.

En el aeropuerto accedo a la foto que nos pide el señor Richard con mi mejor cara. Con este avión seguro que ni se nota que estamos volando.

Después de la foto el señor Luke parece deseoso de iniciar el vuelo con lo que una vez asegurado mi equipaje tomo asiento.

– Yo ya estoy listo.

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09/01/2016, 00:24
Richard Castle

Me quedé helado al escuchar la voz de Sullivan detrás mía. Estaba tan fascinado con la cabina y las palanquitas y botones que ni le oí venir.

Si.. sí, perdon... me excusé mientras me retiraba a la zona de pasajeros. Sonreí a Arthur cuando le ví subir y me senté en uno de los asientos. Escuché como arrancaban los motores y una voz que venía de la cabina. Rápidamente traté de abrocharme el cinturón, pero estaba demasiado alterado como para acertar a anclarlo a la primera.

El avión comenzó a moverse y yo seguía peleando con aquél estúpido cinturón, el cual me iba ganado ya dos cero. De vez en cuando miraba a Namur, y le sonreía tontamente, tratando de disimular así mi ataque de patotismo. Aquel cacharro iba cada vez más deprisa, no tardaría en despegar. Cerré los ojos y tomé aire. Sin abrirlos, uní ambas partes del cinturón, quedado este cerrado.

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! exclame! Lo logreeeeeee! rompí a reir, miré a Arthur y vi su gesto en la cara, el cual me hizo parar la risa. Esto.. yo... el cintur.. traté de excusarme, optando finalmente por mirar por la ventanilla un rato.

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09/01/2016, 00:39
Director

Arthur se coló en la foto de Richard. Claro que, no pareció importarle, porque éste último se quedó como extasiado ante la majestuosa pieza metálica, aquel pájaro de hierro del doctor Emerald. Castle fue el primero en alzarse al aeroplano, incluso antes que la pequeña tripulación adicional contratada por el doctor Walter, la cual os acompañaba. No obstante, enseguida Luke entro donde tuvo que entrar: su propio territorio.

Un chasis frontal que mantenía los dos pares de mandos, todo ello en el centro. Tras de sí innumerables marcadores de altura, presión, humedad, viento, combustible, aceite, agua... todo un rompecabezas digno de los más atrevidos comandantes de aire. Luke era uno de ellos, uno de esos hombres que no temía al peligro de las alturas. Arthur se quedó en la parte del pasaje, ya que Castle se colocó de copiloto. El profesor de Historia estuvo acomodado por el pasaje de apoyo que tenía tras de si, y el vuelo comenzó. Walter Emerald había dado instrucciones por teléfono de dejar pilotar al señor Sullivan si ese era su deseo, pues encontraba gozo y honor en hacer volar su propio avión.

Antes de partir, la tripulación dió instrucciones a éste último acerca del viaje y las escalas, así como de la prevision meteorológica. Luke ya tenía todos los detalle necesarios para volar, y nada más despegar y tomar cierta y considerable altura, Castle pudo tomar los mandos de aquel cacharro (sin duda una de las mayores proezas que podría conseguir sin habérsela imaginado o deseado previamente).

* * *

El trayecto duró una doce interminables horas. Hicísteis escala en Nicaragua, en una pequeña pista dispuesta al sur del país. Tras la parada de unos quince minutos, despegásteis de nuevo rumbo hasta Lima, en Perú. Desde allí habría que hacer el viaje hasta Pisco.

El viaje contó con la presencia de un pequeño huracán tras la escala, lo cual no fue problema para Sullivan: logró salvaguardar el ritmo de vuelo y tomó ciertas corrientes de aire (aumentado un poco la altura), para sobrevolar la zona de conflicto. Las previsiones meteorológicas apuntaban en buen camino.

Llegásteis entonces a la capital, Lima. Era media tarde, y el calor asfixiante lo notábais pegajoso. Habíais recorrido parte de los Andes por su cima y aquello os había maravillado. Castle no se apenó por no copilotar todo el trayecto el aparato, pues pudo sacar alguna foto digna de película. Una vez en la capital, la comitiva del avión contratada por Walter Emerald os reveló que volvería a Boston. En una semana volvería al aeropuerto, y el avión estaría estacionado durante tres días hasta vuestra vuelta.

Tras despediros y preguntar en una de las cabinas de información del aeropuerto, supísteis que Pisco se encontraba bastante al sur, pero que había un tipo de transporte bastante común que cubría la ruta ferroviaria Lima-Nazca, parando en Pisco. Aquel medio era el ferrobús, muy común en Perú. Tras caminar por las afueras de Lima, llegásteis a la estación con vuestro equipaje de mano. El alquiler por el viaje de la suodicha línea eran 2$ por persona, según ponía en un cartel de chapa rectangular y oxidado, el cual era el itinerario ferroviario.

 

Notas de juego

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09/01/2016, 02:21
Richard Castle

Cuando Sullivan me dijo que podía sentarme en el asiento del copiloto, no lo dudé dos veces, cogí mi cámara fotográfica y volé literalmente, al asiento de copiloto. Ver la tierra desde ese puesto, desde ese lugar. Me hacía sentirme libre. Fascinado, iba preguntando a Sullivan por cada uno de los botones, palancas, agujas... Sacaba alguna fotografía desde allí arriba de los maravillosos paisajes que florecían bajo nuestros pies.

Hasta le pedí a Arthur que me sacase una fotografía en la cabina, sólo esperaba que saliese bien aquella imagen.

Luego Sullivan me dió la gran sorpresa, dejándome tomar los mandos del avion en pleno vuelo. Sin duda fue lo mejor de todo, a pesar de que no me permitió hacer ninguna maniobra en el trayecto, como girar un poco o elevar el avión. Si subir no me deja... cualquiera le pide que me deje descender... Pero realmente no me lo esperaba..., mi rostro era la viva imagen de un niño pequeño ilusionado y feliz al cual le acababan de dar el caramelo más grande del mundo. Y por la cara de Arthur cuando me vió  soltar los mandos del avión para devolverle el control a Sullivan, tampoco se lo esperaba. Juraría que su color de piel pasó a ser morado, verde y finalmente blanco mientras le gritaba entusiasmado y eufórico Me viste!! Me viste!! Jjajajaj! Ha sido increible!!

El viaje se hacía pesado, aunque con estupendas vistas y buenas conversaciones en su mayor parte, pero cansaba tanto avión. ¿Falta mucho? pregunté a Sullivan en varias ocasiones, exactamente hasta que me envió un rato "castigado" a la zona de pasajeros.

La segunda parte del viaje se hizo menos pesada, ver los Andes desde esa altura, disfrutar de un huracán en pleno vuelo o evitar una zona en conflicto bélico, no es algo que se haga todos los días. Durante el descenso ya en Lima, se comenzó a notar el calor y la humedad en los cristales del avión. Una vez aterrizamos y salimos del mismo, esa ola de calor me azotó con fuerza y la humedad me empapó la ropa, dándome cuenta en ese momento que quizás traerme la cazadora no había sido muy buena idea. Pero lo cierto es que aun pensaba en el fresco de las noches en las montañas y seguro que le haría falta. Así pues, la amarró a su mochila y cargó con ella en la espalda.

El calor era sofocante y eso que ya había pasado el mediodía hacía horas. Podía sentir como mis pies se deshacian por el calor dentro de mi calzado, y mi boca se quedaba seca y pastosa a pesar de la humedad. ¿Por qué pondrían la pista de aterrizaje tan lejos del trenbus... bustren.. ? ¿Quieren que la gente no abandone la ciudad o que les pasa? Señor! Me pesa hasta respirar!!

Al fin llegamos al ferrobus. No me atreví a preguntar cuantas horas de viaje eran, pero me ofrecí a pagar los pasajes. Sólo tenía ganas de llegar a nuestro destino, buscar alojamiento y quitarme la ropa pegajosa de una vez. ¿Que haremos al llegar a Pisco? Voto por buscar alojamiento y mañana empezar con nuestra tarea. Creo que nos hemos ganado un descanso. Además, no creo que tengamos muchos más sitios donde ir cuando lleguemos allí... sea a la hora que sea.. estará casi todo cerrado.

Estaba taaaaaan cansado que no tenía ganas ni de entusiarmarme más por hoy.

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09/01/2016, 23:53
Arthur Namur

Al comenzar el vuelo, después de hacerle la foto al señor Richard en el puesto de copiloto, intento volver a los ritmos de cuando estuve en la Gran Guerra. Dormir y descansar en todas las oportunidades. En mis otras expediciones ya me he encontrado enfrentado con horarios de los servicios completamente ficticios y la necesidad de mantener la actividad mas de un día sin dormir.

De golpe oigo gritar a alguien pero hay ninguna alarma es un eufórico copiloto celebrando su experiencia. Asiento levemente intentando volver a reposar para guardar energías.

Cuando llegamos le pido a nuestro compañero piloto la hora y pongo mi reloj en hora. Al decirnos la tripulación cuando volverán y hasta que fecha lo harán me lo apunto en mi cuaderno de viaje.

¡No podemos tener dudas respecto a este punto!

Por si acaso le pido al comandante del avión su nombre completo por si le debiéramos enviar un telegrama por algún incidente que nos pudiera retrasar como no cumplirse los horarios del ferrobús.

Una vez de nuevo acomodado respondo al señor Richard.

– Me parece una excelente idea. Aunque si me permite una pequeña sugerencia antes de buscarlo preguntemos uno por la oficinas estatal n.º 25 y por el alojamiento mas cercano. Sería el alojamiento mas lógico para comunicarse quien buscamos.

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10/01/2016, 16:07
Luke Sullivan

¡Menudo armatoste! Se secó el sudor de la frente con un pañuelo blanco que luego guardó otra vez en el bolsillo de de la chaqueta de lino. El calor era sofocante y el viaje prometía ser de o mas incomodo y largo a lomos de aquel cacharro de hojalata. 

¿Alojamiento? Me da igual donde pero que por favor haya baño individual Luke miró a los pueblerinos. Hombres y mujeres bajitos de caras sucias y ropas haraposas cargados de bultos unos y otros llevando cabras o gallinas. 

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10/01/2016, 21:25
Director

El ferrobús estaba absolutamente copado. Ello daba a entender que las líneas eran bien aprovechadas por los turistas, y que pasaban pocos envíos por aquellas vías. Sin embargo, y de forma milagrosa, Richard Castle se ofreció a pagar tres billetes de la línea ferroviaria Lima-Nazca. Una vez dentro de aquel gusano metálico, comprobásteis que la comodidad era mínima: asientos de a dos, en dos hileras y pasillo en medio. El revisor, ni tan siquiera, poseía uno de ellos. La gente estaba algopada en el pasillo, y no daba buena impresión eso de dejar la maleta de mano en el hueco sobre las cabezas: cualquier mano podría arañar vuestras pertenencias. Aquel vehículo estaba copado por gentes autóctonas, peruanos en su casi unanimidad. Castle aún recordaba su pequeño control en el viaje mientras Luke se sentía algo reconfortado en haber hecho feliz a aquel hombre, aunque fuera por un instante. Antes de partir, Arthur miraba en fragmento de papel con los nombres de la tripulación contratada por Walter, así como la direccón del aeropuerto de Lima.

* * *

A medio trayecto os bajásteis en Pisco. Cuatro hora de viaje daban para mucho. Sin embargo, la excesiva cantidad de gente hacia aquel viaje incómodo y asfixiante, y la mediatarde comenzaba a caer. Lo único bueno del trayecto fueron las espectaculares vistas que había entre la enorme Cordillera y la costa a unos cuantos kilómetros enfrente. Además, pudísteis ver la presencia de algún cóndor sobrevolando algunas rocas en la lejanía, y os pareció precisios.

Tras esas horas, el ferrobús llegaba finalmente a Pisco. Hacía una parada de quince minutos para el intercambio de pasajeros. Una vez se paró el vehículo os bajásteis, y observásteis que aquello era un pueblo pesquero: la humedad se olía prácticamente, y un gran paseo marítimo se dibujaba entre centenares de barcazas ancladas y listas para faenar al día siguiente.

La ciudad de Pisco era un asentamiento en construcción, cuyo nombre quechua significaba "pájaro". Poco habíais averiguado sobre ella, aunque quizá lo suficiente como para saber que era un lugar que se encontraba dentro del territorio de las culturas prehispánicas Paracas y Nazca, incluso hacia el 1000 a.C. se produjo el primer asentamiento sedentario debido a las ingentes riquezas marinas que los antiguos habitantes recogían. En ese sentido, sus vestigios culturales e históricos eran amplios. Su economía se basa en la producción de vino, la agricultura, y la pesca, sobre todo.

Tras salir de la estación (que era básicamente un local de medianas dimensiones con taquillas y andenes), caminásteis por la ciudad. Ya era de noche, y no tras preguntar por algún local o albergue donde pasar la noche, un lugareño os señaló un hostal donde podíais descansar. Apuntó que era el único de la ciudad.

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11/01/2016, 00:49
Arthur Namur

Una forma distinta de visitar los países. Nunca los había visitado así, en Francia se encargo el Imperio Británico de nuestro transporte y las expediciones de la Universidad nos esperaban los vehículos a la salida del aeropuerto.

No me relajo en el ferrobús por miedo a que nuestro equipaje desaparezca, no tanto por ladrones que por el caos.

La población la esperaba algo mas colonial, pero es evidente que no son de ese estilo la mayoría de edificaciones.

Sonrió cuando el residente de la ciudad nos indica el único establecimiento para visitantes de la ciudad. – Sera bastante mas sencillo saber donde se debió alojar mi compañero de la Universidad el profesor de Geografía John McCurly.

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11/01/2016, 00:51
Richard Castle

Tuvimos suerte al poder sentarnos en aquel cacharro infernal. Sullivan y Namur estaban en los asientos delante mía. Yo pude disfrutar de un estupendo asiento de ventanilla, con mi mochila en mis brazos y a mi lado una mujer anciana, muy simpática y agradable, a la cual no entendía ni una palabra y ella sólo hacía que ofrecerme fruta sacada del saco que llevaba, mientras me sonreía con esa boca sin casi dientes y ese aliento a putrefacción.

De vez en cuando me señalaba a la joven que la acompañana y sonría, a la par que aquella joven nativa me miraba y sonreía tambien. Tenía el pelo largo y negro, la cara era bastante cuadrada, su cuerpo era fornido y su sonrisa era un calco al de la anciana, aunque parecía que la joven tenía un par de dientes más que la agradable viejecita.

Yo me limitaba a asentir con la cabeza y a sonreir sin enterarme de nada de lo que me decían ninguna de las dos mujeres. El viaje fue largo y pesado, el olor a sudor era ya una realidad y aunque las vistas que tenía por la ventanilla eran fantásticas, no pude disfrutar de ellas por los aromas y las señoras. ¿Alguno entiende lo que dicen o quieren? pregunté a mis compañeros.

Fue un alivio llegar a Pisco, y mayor alivio el que ambas mujeres siguieran en el ferrobus y no descendiesen con nosotros. Necesitaba una ducha y con urgencia, así que me alegré de que no tuviesemos que andar corriendo por media ciudad buscando aun algún lugar donde hospedarnos ni donde se hospedó el profesor.

Tan cansado iba, que me limité a seguir en silencio a mis compañeros por las calles a medio hacer de aquel lugar, pensando únicamente en relajarme y descansar.

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12/01/2016, 01:41
Luke Sullivan

Esperemos que haya alojamiento en ese lugar dijo mientras recorrian las calles de Pisco cuando ya caia la noche. La ciudad no era gran cosa. Casas bajas de ladrillo con techos de tejas rojas y alguna iglesia herencia de los conquistadores españoles. Le dolia la espalda despues del infernal viaje en aquel ferrobus del demonio y lo unico que deseaba es un buen baño y una cena antes de dormir en una cama decente

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12/01/2016, 11:21
Director

Tras caminar por la ciudad, vísteis una gran iglesia colonial de piedra. Tenía algunos andamios a su alrededor, ya que estaba siendo reparada. Las casas eran de planta baja, y las calles bastante irregulares. La huella colonial de antaño se dejaba notar (incluso en el puerto, que parecía haber perduraro idéntico al siglo XVI...). Las indicaciones de minutos antes os llevaron a una casa algo más alta de lo normal. No se distinguía si había una primera planta arriba, o si las habitaciones de abajo era extremadamente altas. Sobre el dintel de la puerta había una tabla de madera y chapa con algo escrito "Hostal Puerto-Pisco". Aquel era el lugar donde íbais. Su fachada, caída parcialmente (como muchas de las viviendas) y desconchada casi en cada punto donde poníais la vista, no aventuraba comodidad alguna.

Una vez dentro, un encargado os atendió amablemente, invitándoos a subir a las habitaciones (sí, había primera planta). Os comentó que para la ducha (ya intuía un poco vuestras necesidades), habría que calentar agua primero en una chimenea grande que se ubicaba en la sala-comedor junto a la recepción. Ello conllevó una media hora (mandásteis preparar tres baños grandes). Una vez limpios, sólo os dío para dormir en aquellas habitaciones cuyo interior se componía de palos en el tejado y ladrillo visto interno. No había ningún lujo en Pisco, aunque era de esperar que una casi aldea no albergara demasiada calidad.

* * *

Al día siguiente, os despertó el fuerte olor a desayuno (apetecible, por supuesto) que se instalaba en vuestro dormitorio poco a poco.

Notas de juego

La "ciudad" es vuestra.

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12/01/2016, 17:30
Luke Sullivan

Durmió profundamente y cuando se despertó tardó un rato en reconocer donde estaba. El ladrillo y la paja y el catre le despejaron en seguida de las dudas. Pisco, O lo que e slo mismo en mitad de ninguna parte. Se levantó un poco aturdido  y se vistió con ropa cómoda. Pantalones de lino y camisa de tela. Botas cómodas y un buen sombrero de paja para combatir el calor que ya a esas horas amenazaba con ser sofocante. Buscó un espejo donde mirarse pero no habia y se imaginó a si mismo con aquel atuendo de turista accidental. Cogió su paquete de cigarrilos y su encendedor y luego bajó a la planta baja siguiendo el rastro del olor del desayuno. Huevos por favor, que haya huevos al menos. pensaba par si mismo temiendo encontrarse algo asi como saltamontes fritos o emparedado de lagarto...

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12/01/2016, 21:42
Arthur Namur

Me despierto mirando como siempre la hora de mi reloj, la olor de la comida me demuestra que tendría que estar ya abajo donde seguramente estarán ya mis compañeros.

Una vez afeitado usando la palangana y el agua de la jarra. Me visto con ropa fresca aunque resistente como la que uso en las expediciones con este tipo de clima.

Bajo por las escaleras siguiendo el olor que me lleva hasta el comedor.

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13/01/2016, 07:45
Richard Castle

Subí a mi habitación roto por el viaje, con un par de piezas de fruta para cenar. Dejé mis cosas y me fuí directo a la ducha. El agua salía fría aun, pero no me importaba, al contrario. Me alejaba de ese calor que llevaba todo el día soportando. Despues de la ducha y comerme la fruta me recosté en la cama.

Abrí los ojos, amanecía. Quizás era aun demasiado pronto, pero no podía dormir más. Me aseé con el agua dispuesta en la jarra y la palangana y aproveché para lavar la ropa usada en el viaje a mano. Era consciente de que no iba a quedar muy bien, pero al menos se le quitaría la fragancia a sudor de todo el día anterior. Dejé la ropa secando junto a la ventana y me dispuse a vestirme.

Abrí mi mochila y saqué el atuendo que tenía guardado para esta ocasión. Una camisa de safari color caqui suave, un pantalón largo de color marrón, unos zapatos altos de trabajo, un cinturón de cuero y lo que más le gustaba, el sombrero fedora de color marron, exactamente lo que vestía Malcolm Reynolds en mis libros y mi mente1.
 Luego cogí mi mochila, con mis aparejos dentro y salí de la habitación rumbo al comedor para ver que había para desayunar. El lugar estaba desierto, tan sólo había un joven limpiando las mesas por allí. Me acerqué a él y después de darle los buenos días, le pregunté por el desayuno. El nativo no tenía ni idea de mi idioma, y yo no le entendía tampoco, así pues recurrí al idima internacional, los signos.

Tras un rato haciendo gestos con las manos y ruidos con la boca, el chico asintió y sonrió saliendo del comedor hacia la cocina. Orgulloso de mi mismo me senté en la mesa a esperar mi merecido y sufrido desayuno.

Pasado un rato largo, veo asomar a mis dos camaradas en el comedor, les llamo para que se unan a desayunar conmigo. Buenos días! Venid! Sentaos conmigo por favor! Creo que yo sólo no podré comerme todo esto!

Sobre la mesa dispongo de varios tipos de fruta, leche, zumos, tes, galletas, una especie de pan, cafe...

Le pedí al muchacho algo de desayunar... y... bueno.. creo que no nos llegamos a entender del todo. Les dije con una sonrisa

Notas de juego

1 Indiana Jones.

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13/01/2016, 11:49
Director

Aquel jugo hecho de yuca y zumo de frutas recien exprimida os sentó de maravilla. Se le notaba un extracto de hierbas de algún tipo, limón y azúcar. Os había dispuesto unas especies de empanadas de carne muy pequeñitas e individuales realmente exquisitas. Se notaba que todo era casero, sobre todo las emapanadas (que le decían "tamales"). Tras probarlas, notásteis tambíen en su interior porciones de maíz e incluso plátano. Todo muy delicioso.

Tras preguntar un poco sobre la ciudad, el recepcionista, que andaba por allí también, os comentó muy por encima que en Pisco había una gran iglesia, un anticuario, un bonito puerto, el hostal donde estábais y una oficiona de correos. Mucha gente se dedicaba a la agricultura y sobre todo la pesca, aunque también había gente que transportaba turistas en animales de tiro o incluso algún automóvil. Y poco más.

Notas de juego

Es el segundo día de la aventura. Son las 10.00 de la mañana aproximadamente.
 

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13/01/2016, 16:41
Arthur Namur

Al llegar abajo encuentro ya Luke a punto de entrar al comedor y Richard atrincherado detrás de una fuente enorme de comida.

Lo mejor es dejar que te traten como uno de ellos al prepararte la comida y no intentar que te imiten las tuyas. Con cada viaje estoy mas de acuerdo con esta forma de actuar.

Cuando oigo la referencia a los turistas aprovecho para preguntarle por la persona que hemos venido a buscar.

¿Hay muchos turistas hospedados como nosotros en esta época del año aquí?

El que haya dejado de comunicarse mi compañero es mala señal, si estaba hospedado aquí debieron darse cuenta de su desaparición y no lo comunicaron a las autoridades. Estas se habrían puesto en contacto con el consulado o la embajada y habrían llegado las noticias a la Universidad.

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14/01/2016, 07:47
Richard Castle

Después del estupendo desayuno y de animar a Sullivan a probar distintas esquisiteces lugareñas, había llegado el momento de buscar al profesor. Después de preguntar al recepcionista sobre la ciudad, dejé a Namur hablando con el hombre y preguntándole sobre el profesor. Salí a la calle, a estirar un poco las piernas y que me diese el aire, el cual ya empezaba a ser caliente, y de paso ver lo que no me dejó la oscuridad de la noche: las calles de la ciudad.

Teniendo en cuenta que estaba todo en proceso de construcción, me sorprendió que hubiese allí un anticuario, por lo que mis ganas de ir a visitarle se dispararon. Regresé al interior del hostal, junto a Namur. Quería saber si había terminado ya de hablar con el recepcionista, pues me moría de ganas de ir a visitar al anticuario.