Partida Rol por web

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Hace casi dos semanas que partisteis desde La Barbacana del Foso, el viaje ha sido mas lento y penoso de lo esperado debido a las malas condiciones del camino, abandonado hace mas de una década tras la destrucción del Mal por parte de las hordas dirigidas por Ku-Thu*kya y la Canonesa Ydei.

Por suerte para vosotros, Chatrilon Unosh, explorador, mercernario, vividor,... va con vosotros, él os ha permitido llegar hasta donde estáis, cazando lo poco que se mueve por esta parte del bosque.

El lugar os atemoriza a TODOS, niebla, llovizna, sonidos fastasmales, todo el lugar apesta a muerte y maldad. Contabais con un factor importante en contra, la mayor parte de vuestras raciones se perdieron misteriosamente en la bolsa mágica que el pícaro portaba. No os ha llegado a contar de donde salió ese pedazo de tripa mágica que se come la materia orgánica, pero por suerte parece que puede ir bien para portar todo lo que no sea carne y demás alimentos.

Todo lo que ha ido cazando Chatrilon lo ha guardado Sheiland, que porta una bolsa mágica que no se come lo que metes en su interior, lo que se ha vuelto bastante buena adquisición. 

-Bueno chicos! ya hemos llegado al punto que me dijeron desde el que se podía llegar a Nulb o al Templo del Mal. La información toca ser buena, pagué mucho a un borracho de la taberna Botera que según parece luchó aquí hace veinte años!!

Tenéis ante vosotros el camino desvencijado que lleváis días siguiendo pero del que sale una senda, seguramente hecha por bestias salvajes mas que por seres inteligentes, dirección este.

-Desde aquí debemos ir mas sigilosos! no sabemos donde nos pueden emboscar esos puñeteros Trasgos! pero por suerte no se esperan que vengamos por aquí en vez de por el camino principal, que es el que ellos usan para acercarse a Hommlet para realizar sus ataques a las caravanas de comercio.

Camináis una hora por el bosque maldito, escucháis susurros, cuervos, aullidos de lobos con un tono mas agudo de lo normal, como si fueran bestias mas grandes de lo normal,... sin duda estáis en un lugar maligno y tenebroso.

De pronto, el explorador os hace una señal con el puño para que os paréis y os apunta un poco mas al este, allí a lo lejos, a unos 300 metros, observáis una muralla.

-Hemos llegado! El Templo del mal! Nos estableceremos aquí! Dwama monta guardia!, Godofredo no hagas ruido! Jack y Sheiland estad pendientes para que no os embosquen! Yo iré a dar una vuelta al recinto a ver como de defendido está y si hay alguna entrada alternativa. 

Pasa mas de media hora, Dwama empieza a impacientarse. -Yo creo que el explorador ha caido! Debemos cargar! matemos a los trasgos!. Dice.

-No te adelantes enana! aun queda un explorador vivo en el bosque! 

De detrás de una mata sale el explorador, lleno de pequeñas hojas y puas clavadas en su ropa, sin duda se ha estado arrastrando por matojos para tener una buena perspectiva del lugar que queréis tomar.

-La muralla rodea todo el recinto, la puerta principal está destruida, pero he visto al menos a dos grandes trasgos custodiándola desde detrás de unos cascotes escondidos. En el lado opuesto de la entrada, en la esquina nordeste, hay una gran torre bastante destrozada. No he visto ninguna entrada alternativa y no creo que todos podamos escalar esos muros sin ser vistos. Dice echando un vistazo al Conde con su pesada y ruidosa armadura.

-Llegados a este punto os dejo a vosotros elegir la estrategia, yo soy un PNJ y los PNJ ayudan! no deciden la acción! "Prefiero No Joderla" decimos los míos! He hecho un rudimentario mapa de la zona para que decidáis mejor como actuar.

- Me alegra que no la hayas diñado. - Dijo realmente aliviada la enana. - Buen trabajo con el mapa... - Afirmó acto seguido.

La enana se entretuvo en estudiar las opciones que tenían. Su primera idea era la de eliminar a los dos guardias que se hallaban a las puertas. ¿Atacar desde lejos? ¿Utilizar el sigilo? ¿Cargar de frente y a lo loco?

- Creo que lo suyo es atacar de forma sorpresiva. - Expuso Dwama. - Eliminar a los vigías antes de que puedan dar la alarma. Supongo que esas cosas mean... ¿No? Supongo que se alejará para hacerlo. Ese sería el momento. O sino... simplemente nos acercamos sigilosamente por la espalda y la damos matarile...

Como les vamos a atacar desde la espalda si ellos están en el Interior del muro esperando a ver si se acerca alguien a la puerta? el explorador hace aspavientos de sorpresa e incredulidad.

si o si les vamos a venir de frente y ellos están en terreno elevado y nosotros tenemos el camino lleno de cascotes que nos perjudican al movernos. Pensad bien la estrategia Dwama!! Que hubiera hecho Gralick en este caso??

- Hummm... - Dwama chasqueó la lengua y comenzó a meditar la jugada. - Sheiland, podríamos utilizar un conjuro de invisibilidad para acercarnos hasta donde estaba los guardias y rajarles el cuello. ¿Qué te parece? - Le preguntó a la enana. - ¿Cuántas veces puedes hacerlo?

-¡Recojones, demos muerte a aquestas bestias, pues no son más que obstáculos en el camino de la virtud marcado por el castigador!-Masculló irritado por toda aquella situación.

-Puedo llamar a una de las bestias fieles a mi Dios para que ataque desde su posición y cree confusión-propuso mesándose la barba

-Creo que lo más sensato seria hacerlos salir de donde estan con algun ruido o distraccion para despues darles muerte antes de que se adentren en la fortaleza y den la alarma, debemos intentar evitar todo lo posible el perder el factor sorpresa- Dije yo basandome en la estrategia clave de infiltracion en bases enemigas.

- No es mala idea la de convocar algo. - Dijo entonces Dwama. - No creo que esos trasgos sean muy disciplinados y con su habitual capacidad por hacer el mal... en cuanto vean algo que puedan matar sin duda intentarán hacerlo, dejando su puesto de vigilancia descubierto. - Se rascó el mentón acabando de confeccionar su plan. - Nos escondemos unos a un lado y el resto al otro, donde no puedan vernos. El conde convoca algo matable... ¿Un conejito blanco? Y cuando esos dos trogloditas vayan a matarlo, saltamos sobre ellos y son ellos los que mueren. ¿Qué os parece?

-Ahh... veo que lo que os falta en altura os sobra en astucia, mi buena Dwama... Aqueste plan es asaz astuto, más creo que podría surtir efecto-dijo en tono complaciente Godofredo, entrecerrando el ojo izquierdo a la vez que alzaba el dedo índice y lo zarandeaba.

Con un plan bien definido el grupo empieza la marcha hacia la entrada, Con Godofredo el Convocador al frente, seguido de la valiente Dwama, el comestible Jack y la callada Sheiland, por último el explorador que cierra el grupo tratando de esconder su rastro.

Desde la distancia observáis el tétrico escenario, El Templo del Mal elemental se ve en la lejanía, su nombre es apropiado para su abominable aspecto. Un enorme edificio de color grisaceo, con contrafuertes arqueados, caras de mirada lasciva en cada punto de la estructura y gravados de demonios y monstruosidades imposibles de imaginar dirige el centro del recinto.

Los alrededores son igualmente terroríficos, vegetación ensortijada, llena de espinas, ha colonizado la antigua muralla. Las sombras se tornan mas oscuras según os vais acercando al lugar.

La entrada, destruida tiempo a, no es fácil de atacar, la vegetación y cascotes hace que el paso sea lento y farragoso. Justo detrás del muro se observa lo que en su tiempo debió de ser una garita de seguridad.

El grupo se divide en dos, Godofredo y Jack por el lado oeste, Dwama y Sheiland por el lado este y el explorador se esconde Tras unos matojos situados al sur de la entrada.

Yo les disparare Desde la lejanía en cuanto asomen la cabeza y os seguiré! Dónde pongo el ojo, pongo la flecha. dijo Chatrilon totalmente convencido y orgulloso de sí mismo.

- Aquí no hay nadie... - Dijo Dwama con un susurro. - ¿No había dicho Chatrilon que había dos guardias a las puertas? No lo entiendo... - Añadió algo confusa. - Señor conde, convoque algo por si acaso... hágalo cerca de la entrada y que se desplace bajando la pendiente. Igual así podemos atacarles por sorpresa. 

Tras decir aquello agarró su ballesta y preparó un virote listo para salir disparado e impactar contra el primer engendro que se atreviera a pasar por su punto de mira.