Partida Rol por web

FECHA: 8 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: MEDIODÍA.

LUGAR: BAJO LA COLINA NEGRA: CUBIERTA CIENTÍFICA.

CLIMA:(EXTERIOR): INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRÍAS.

Nada más sonar la campanita la puerta se abrió y los Rifts Warriors salieron en tromba. El enano notó enseguida el pestazo a animal que llenaba la estancia, y apenas había dado un paso cuando escuchó que sus compañeros ya se estaban dando de leches con algo. Qué barbaridad.

Halberd se acercó a la puerta del elevador, y cuando consiguió salir de él pudo ver que los enemigos ya habían sido masacrados, pero Raxus había caído. Se acercó alarmado a comprobar el estado de su compañero, pero antes incluso de acercarse ya escuchaba los ronquidos del juicer.

— ¡Raxus! ¿Pero qué haces? — efectivamente, se había quedado roque en medio de los palos. Sin embargo, ver que su oponente perruno también dormía a pata suelta ya le hizo sospechar de que había pasado algo raro. Raxus disfrutaba mucho aplastando cosas, era como un hobby para él, y le extrañaba que el perro de rayas fuera un oponente tan aburrido como para dormirse ambos.

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Al entrar en la estancia y ver a esos extraños perros, hizo que el enano se prepararse para un claro combate. Avanzó al chucho más cercano y lanzó un muy poco efectivo tajo con su hacha que solo dio al aire y le hizo desproteger sus defensas, lo que aprovechó para darle un buen mordisco.

El enano gruñó y se dispuso a golpear de nuevo... pero de pronto, le empezó a entrar un profundo sueño. Sus ojos empezaron a cerrarse por si solos, sus manos soltaron su hacha y cayó al suelo. Al poco rato, el enano empezó a roncar a pierna suelta, ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor. 

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Increíble. Cero bajas.

Descorchen las botellas señoras y señores. Todo un éxito.

Solo algún mordisco y bueno, sí que había una baja. Un bajo, en concreto. Que se había ido directamente al mundo de los sueños.

Sospechoso de verdad. Porque a su lado dormía plácidamente uno de aquellos pseudocánidos poco agradables que tan molestos estaban por nuestra intromisión.

Miré al chucho. Miré a Raxus. Les di una patadita a ambos. Estaban KO.

Paseé la vista a mi alrededor. Estaba claro.

Alguno de los suelta-hechizos la había cagado. Pero a base de bien.

Raxus no estaría de humor al despertar. Pobre del desgraciado que lo hubiese hechizado. Desgraciado, porque estaba claro que, mi Muxu, no cometía esos errores. Podía insertarte un palmo madera en la cabeza por error. Criaturita.

Pero con las manos, con los hechizos, eso era otra cosa. Canela fina.

Halberd no había sido el responsable. Había puesto cara de culo al ver lo que pasaba.

Eso nos dejaba a Daeron. Claro.

Jodido Daeron. 

- Mucho largar y luego pasa lo que pasa, guaperas - Pensé lamentándome. Se encendió una bombillita en mi cerebro. - Espera, ¿sabe dormir a la gente? - Reflexioné. - No habrá sido capaz el muy cabrón. - Me dije recordando mi caída y las chanzas del hechicero de tres al cuarto.

Tendría que vigilarlo de cerca. En esta pandilla no se respetaba nada. 

Cabrones.

En fin. Que fuese otro el guapo que despertase a Raxus. Así de paso, ya sabría quién era el responsable de repartir las caricias a los que caían dormidos. 

- La lista negra va acumulando nombres, chaval. - Pensé mientras iba a recoger mi ballesta.

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Durante algunos minutos Emil se limitó a hacer eso que se esperaba de él: dirigir, intentando no meditar demasiado, a esa banda de desarrapados que fingían, a ratos, ser la excepcional banda mercenaria que él mismo había creado en un tiempo, plano y mundo muy lejano a este.

¿Se sentía mal por eso? Reflexionó sobre la cuestión unos minutos, mientras aprovechaba para observar la sublime belleza de los cuerpos de Alexa, Muxu o Vicky. No, la verdad es que no se sentía mal. ¿Estaban oxidados? Mucho. ¿Le faltaban el respeto? Casi todos. ¿Le malinterpretaban? A diario. Pero, mientras, habían obtenido algo más de tesoro. Habían procedido a eliminar algunos de sus enemigos, esta vez, sin bajas. Habían logrado lavarse un poco, lo que no estaba mal.

Mientras tanto abandonaron la planta baja y, al subir, notó varias cosas. Un terrible hedor que le distrajo unos segundos y, después, un combate raudo en el que, casi sin daños, eliminaron a las bestias que les atacaban.

- Buen conjuro, Daeron. Aunque mejor si evitamos dormir a Raxus la próxima vez- dijo de buen humor en voz queda tras rebanar la cabeza del último de esas bestias, viendo como, mientras, el propio Daeron despertaba a Raxus. Pero no había tiempo que perder, y mirando a Equilibrium, negó con la cabeza, señalando tanto al susodicho como al resto del grupo, la puerta que daba más al sur- Mejor vamos por allí primero.

Y tras las palabras se acerca a la puerta sur.

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De pronto unas manos empiezan a mover al enano el cual despierta del sueño reparador en el que se encontraba. Mira a su alrededor, algo confuso.

¿Que ha pasado?- pregunta. Mira a su alrededor y ve a la criatura con la que (cree) había estado combatiendo- no me digaís que ese bicho tiene alguna habilidad para noquear. Porque no recuerdo haberle golpeado para tumbarle y si que he perdido el conocimiento. 

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Daeron avanzó con rapidez, saliendo del ascensor y entrando en la sala donde varios compañeros ya peleaban con una criaturas con aspecto de un cruce entre rata gigante y perro. Observó a las criaturas, algunas siendo abatidas, otras revolviéndose con furia. Entonces se fijó en la más cercana, tratando de complicar la vida de Raxus. El joven pensó que el fuerte enano, cuanto antes se librara de ese incordio antes pondría su capacidad de lucha al servicio de machacar otras criaturas.

Vamos a probar esto, pensó el mago, pronunciando unas palabras arcanas, recitadas como si tarareara una nana y haciendo objetivo al bicho que luchaba con el enano titán. Unas brillantinas cayeron sobre la criatura a la par que se escuchó el titilar de chispas y momentos después, esta se desplomó al suelo. Daeron sonrió satisfecho, pero su sonrisa se borró en el acto al ver a Raxus bostezar y caer redondo, roncando sonoramente. Ups. Error de cálculo, reconoció el joven que corrió hacia el enano y lo zarandeó, despertándolo a la que Emil se acercaba y mataba a placer a la indefensa bestia.

Cuando el juicer preguntó sobre lo sucedido, el arcano suspiró y se encogió de hombros.

- Fallo mío, Raxus. Disculpame, no volverá a suceder. No calculé adecuadamente y el área de un hechizo que lancé te afectó - admitió mientras le ayudaba a levantarse. Era la primera vez que empleaba aquel recurso y comenzaba a comprender lo delicado de las áreas de efecto. Afortunadamente no era un conjuro dañino, aunque si el perro lo hubiera resistido y Raxus no, el primero se hubiera dado un festín con el enano. No debería olvidar aquello.

Eh, has logrado dormir a un perro y a Raxus. Quizás no seas tan inútil haciendo trucos mágicos, se dijo un instante.

Asintió a los susurros de Emil comprendiendo que trataba de animarlo pese a su error y teniendo en mente no repetir aquello, susurró otras palabras arcanas, haciendo que sus ojos brillaran de color púrpura, tratando de detectar auras que pudieran ser mágicas en el entorno.

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El enano mira a Daeron, después al animal muerto, y otra vez a Daeron. Y suspira. 

Para la próxima vez haz bien los cálculos. No quiero que me coman mientras estoy plácidamente dormido- un fallo lo tenía cualquiera, así que Raxus se lo tomó con cierta filosofía. Ni le lanzó ninguna pulla, ni le lanzó un puñetazo, ni le clavó su hacha en la cabeza, signos más que evidente que el enano era un hombre tranquilo y con cabeza. Simplemente le lanzó una mirada de "como la vuelvas a cagar y me vuelvas a dormir con enemigos a mi alrededor, el siguiente que dormirá para siempre serás tú, maldito saca conejo de chisteras" (o al menos, eso quería que fuera su mirada) y avanzó tranquilamente para colocarse en su posición, detrás de Emil. 

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El combate contra los perros rata dura un suspiro, y aunque todavía queda un perro moviéndose sé que no tiene nada que hacer contra los demás. Por lo tanto prefiero aprovechar mi movimiento mejorado para escuchar detrás de una de las puertas y comprobar si encuentro algo.

Sin embargo poco más que saber que no parece tener trampas puedo hacer, pues no detectó ningún sonido ni tan siquiera ningún olor que me haga suponer que hay alguien justo tras la puerta. Sin embargo Emil prefiere ir por la puerta contraria. Supongo que tanto monta, y dado que voy al final del grupo decido acercarme manteniendo el sigilo.

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Muxu no estaba muy segura de cómo o por qué se había vuelto a descentrar. En un instante estaba tratando de quemar con ácido a uno de aquellos chuchos, y cuando quería darse cuenta el combate había acabado con una clara victoria para los Rift Warriors.

Apretó los dientes y maldijo en silencio mientras escuchaba a Emil dar indicaciones de que avanzaran hacia una de las puertas. Dejó pasar al propio elfo y a alguno más, y se intentó situar en cuarta línea, tal y como habían acordado antes de entrar allí, para avanzar con el grupo principal.

Intuía que pronto se enfrentarían a nuevos enemigos, y la maga no quería cometer más errores.

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Los Rifts Warriors al completo habían llegado a la Cubierta de Ingeniería por medio del Elevador reparado previamente por Halberd.

Al abrirse las puertas hacia el Este, les había recibido un sofocante hedor de origen animal que llenaba el aire en una habitación hemisférica. Hacia norte y sur se veían rampas curvadas que conducían a pasarelas elevadas de salida, y había varias puertas en la pared este.

Luces intermitentes se encendían y apagaban en el techo, y los muros grises de metal se veían mellados, quemados, y parcialmente rotos en muchos lugares, dejando expuestos cables de colores y cordones metálicos en su interior.

Cuatro montones de escombros, tela y hueso yacían esparcidos por la habitación, cada uno el nido de un marsupial carnívoro de pelaje amarillo-marronoso con franjas oscuras en el lomo. Animales con grandes cabezas parecidas a la de un lobo de morro alargado, colas tiesas y patas cortas, animales que resultaron ser especialmente agresivos, como enseguida averiguaron los Rifts Warriors.

Raxus y Shidi recibieron sendos mordiscos sangrientos, pero pronto los Rifts Warriors pasaron a la ofensiva. Shidi quebró la columna de uno de los animales de un martillazo, Xavier se había fundido con el entorno con su camuflaje de Predator, saliendo justo para apuñalar a otro de los animales en la nuca. Thomas se adelantó y proyectó dardos de energía mágica que golpearon y mataron a un tercero. Daeron había dormido al último (y también a Raxus). Emil se acercó al animal durmiente y le cercenó la cabeza de un potente hachazo.

Durante la breve lucha, los animales habían aullado y habían hecho mucho ruido, sin duda cumpliendo con su labor de bestias guardianas para otras criaturas, que ya estarían alertadas a estas alturas.

Las puertas centrales hacia el Este parecían bloqueadas mediante acceso blanco, las otras parecían bloqueadas mediante acceso marrón, a juzgar por el color de la franja de color en cada panel lateral.

Los animales parecían haber recibido muy pocos cuidados, aparte de comida y agua, dejando la habitación extremadamente sucia con sus deposiciones y orines. Quizás quienes los pusieron en este lugar no esperaban permanecer demasiado tiempo como para tener que preocuparse demasiado por las condiciones de vida de estas bestias.

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Ratas salvajes del tamaño de dingos del desierto, animales sarnosos que a saber por qué motivo estaban en aquel piso inferior de aquella extraña nave espacial repleta de plantas asesinas y seres extraños. Daba igual, con esos bichos no se podía dialogar, debían de pasar a la acción. 

Buscó salir del cuello de botella que era la puerta de salida del ascensor y ayudar al equipo. En el último descenso no había sido todo lo útil que le hubiera gustado y ahora debía de compensar eso. Disparó con la ballesta al primer enemigo con el que se cruzó y falló. Su virote salió disparado y se perdió dando como última señal el sonido de un impacto contra la pared. Cansado de su falta de puntería deseo emplear la magia y dos dardos de un blanco azulado y resplandecientes volaron hasta impactar en una de las ratas acabando con su vida. Sus compañeros hicieron el resto con los otros mientras él volvía a cargar su ballesta.

—No echáis de menos el luchar contra skelebots. No eran tan feos y no te salpicaban sus entrañas después de golpearlos.

Comentó con cierto asco mientras se encaminaba a la siguiente estancia.

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Vicky avanzó hacia la puerta sur, pero viendo la situación, se tomó un momento para hablar.

- Emil, ¿estamos seguros de que no preferimos una avanzadilla silenciosa para evitar de nuevo un embotellamiento? Si el camino es factible para el grupo, avanzamos. Si hay demasiados enemigos en un espacio pequeño, siempre podemos atraerlos hacia aquí, dónde tenemos espacio.

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- Vicky tiene razón. Si conseguimos atraerlos de alguna forma podemos ensartarlos desde cierta seguridad. Por variar. - Comenté asintiendo levemente mientras me movía a una posición desde la que dominaba las entradas a la sala.

- Vamos mis valientes. ¿Quién se ofrece voluntario? ¿Algún conjuro de esos que tanto les gusta lucir a los suelta-hechizos? No os cortéis. Ahora es el momento. - Pensé mientras asumía el silencio de la sala por respuesta.

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Halberd estaba tenso. Los perros habían armado un escándalo espantoso aullando y haciendo otros ruidos perrunos al morir. Estaba claro que esos animales no habían aparecido de una espora por obra de la evolución, como los bichos planta, sino que alguien los tenía que haber puesto ahí. La tipa del pelo púrpura, por ejemplo. Y tras la matanza de los chuchos ya tenía que haberse enterado de que estaba teniendo visita.

Tragó saliva. Ver a Xavier apuntando a ambas puertas con su ballesta sin hacer chistes soeces tampoco le tranquilizó demasiado, y a Alexa concentrada tampoco. Era escalofriante cada vez que se concentraba.

Él mismo acabó agarrando su ballesta y apuntando también a ambas puertas, asustado, mientras retrocedía hacia el sur de la apestosa sala, para colocarse cerca de Muxu y Daeron.

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La espera para que todo el grupo atraviese las puertas se hace aburrida. Realmente no me gusta la posición en la que estoy, que no por eso dejo de entender el porqué me han puesto ahí; alguien tiene que ocupar la posición de cierre y mejor alguien que puede moverse rápidamente.

Pero así están desaprovechando mi habilidad para encontrar trampas tecnológicas en cualquier caso me doy cuenta de que eso solo viene motivado por los nervios por querer seguir adelante, así que espero hasta que todos se atraviesen la puerta por donde se metió Emil. Y espero, y espero... Se me escapa un bostezo.

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Oigo... voces... - comentó la medium aún concentrada y con la mirada perdida - ... de seres vivos quiero decir - aclaró por las posibles confusiones que pudiera causar - seres que habitan estas salas, toscas y graves más cerca, allí - señaló hacia la puerta más al norte- agudas y chillonas más lejos, pero sobretodo... ¿ois eso?  Ese zumbido constante - se giró hacia Halberd - no entiendo tanto de maquinaria, pero suena como si estuviera trabajando por encima de su capacidad, ¿lo escuchas?

El resto de Rift Warriors se habían desplazado hacia la puerta que había atravesado Emil, sólo Xavier se interponía entre ella y la puerta desde la que había escuchado las voces toscas, y la capacidad de volverse invisible de éste, le hizo pensar que no sería seguro si los enemigos finalmente aparecían por allí. Retrocedió unos pasos, tratando de cubrirse en parte con uno de los cadáveres de los perrorratas esos, que dudaba que se fuese a ir a ningún lado.

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Halberd seguía retrocediendo cuando Alexa habló acerca de que escuchaba voces. Claro que lo hacía, las de los muertos. Y después de haber estado muerta a saber qué le estaban diciendo, ahí, bajo las luces titilantes. Escalofriante.

— ¿Una máquina trabajando forzada? ¿Por dónde? — preguntó de pronto muy interesado, y el enano entendió que lo que Alexa escuchaba era con las orejas. Quiso afinar el oído. Las manos le sudaban, y agarraba la ballesta quizás con demasiada fuerza.

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Nos estamos separando de los demás digo preocupado, mirando al pasillo. Deberíamos seguir, si hay enemigos sería mejor estar todos juntos. Vamos, os cubro.[/b]

Sigo esperando que pasen todos. Por supuesto lo que dice Alexa es muy interesante, pero ya sabíamos que aquí habría también enemigos. Mínimo la mujer del pelo violeta. Así que deberíamos ir con los demás.