Partida Rol por web

Un par de guardias te habian tomado de tu celda, con delicadeza y explicandote que la Domina ordenaba tu presencia. No habia pasado mucho tiempo para que ella ya pidiera tu presencia, por lo que lo que habia queado en el baño seguramente seguiria aquella noche.

Al legar a su habitacion los guardias quedaron fuera, mientras en el sillon de ella estaba recostada la Domina. Con un vestido delgado que dejaba poco a la imaginacion. "Ven querida Sek, retomemos lo que dejamos antes." decia invitandote a donde estaba ella, con una sonrisa muy felina.

Accedí a las órdenes de los guardias sin oponer resistencia y los seguí por el interior del ludus hasta la habitación de la Domina. La estancia era de gran lujo por las pinturas y la decoración, sin duda era una mujer con gran poder. La vi al fondo de la habitación, semi tumbada esperándome sobre un sillón.

Me acerqué a ella - sois muy hermosa, Domina - el vestido que llevaba lucía poderosamente sus encantos, yo que aún llevaba aquel vestido blanco, en los últimos metros me despojé de él mostrando todo mi cuerpo ante sus ojos. Di un par de pasos y me arrodillé como gesto de saludo y esperando recibir por su parte una orden que me permitiera demostrarle lo mucho que la quería satisfacer - haré lo que me pidáis, Domina - de rodillas y sin ninguna ropa, la miré a los ojos a la vez que mordía mi labio inferior tratando con ello demostrarle mi sed de deseo que traía.

Ella se acomodo hasta quedar sentada frente a ti. “Levantate...” te ordeno acompañando ese movimiento con su mano en tu menton. Pronto la sentiste que tiro de este, haciendote acercar a ella mientras te levantabas.

Cuando te tuvo cerca. “Haremos lo que no pudimos el otros dia y mas.” te dijo y no hablo mas acercandose ella hasta tus labios, besandote de forma pasional. Mostrando el deseo que tenia de probarte en ese dulce instante.

Sin dejarte ir levanto su vestido lo suficiente para dejar sus piernas totalmente a la vista junto a su sexo. Si la egipcia tenia alguna duda que hacer, la mano de la Domina empezo a mostrarle en el cuerpo de ella. Se metio en sus labios de abajo con sus dedos, no de forma prolija y tranquila sino con varios de ella. Empezando a acariciar su interior junto con su joya en el exterior. Pronto sentiste la pasion de la Domina en ambos labios.

Noté como sus labios se acercaban a los míos y me sumergí de nuevo en los lazos de la pasión, mostrando la bienvenida de esos labios a través de mi lengua que fue acariciando lentamente su interior descubriendo con interés cada recoveco de su boca. A la vez acerqué mi cuerpo para rozarlo con el suyo mientras acariciaba sus manos con mis dedos, a la vez que me acercaba disimuladamente a sus sexo, aunque aún era pronto para acercar mis dedos, con lo que dejé que fuera ella quien siguiera acariciándose.

Me acerqué más aún y la hice sentarse sobre el sillón a la vez que yo me sentaba sobre ella, colocando mis piernas a cada lado de su cuerpo como si de un jinete se tratara. Acerqué mis pechos para rozarlos con los suyos mientras seguía devorando su boca. Separé ésta sólo para fijarme en sus ojos y volverla nuevamente a besar con pasión.

Coloqué una de mis manos sobre uno de sus pechos, jugando al principio con el contacto de su piel y las yemas de mis dedos. Aunque luego me centré en su pezón, haciendo como pinza con mis dedos para luego apretar un poco sobre él, a la vez que acariciaba todo su pecho en mi mano. Repetí eso mismo con la otra mano, de tal modo que mis manos se encontraban sobre sus pechos, acariciándolos, pellizcándolos y excitándola aún más.

El estar poco menos que sentada a horcajadas sobre ella hizo que su sexo y el mío se rozaran en más de una ocasión, cada vez que me levantaba de manera totalmente decidida a provocar ese contacto con las exclamaciones que provocaba - ahmm, ufff - en más de una ocasión tuve que cesar el ritmo pues veía cerca que ambas perdíamos el control y la noche no había hecho mas que comenzar.

Así estuve un buen rato, provocando su éxtasis tanto en nuestros sexos como alimentando su boca con todo tipo de deseos y caricias con mi lengua, del mismo modo con mis agarres de sus pechos. Finalmente, acabamos tumbándonos sobre el sillón estando sobre ella, cambié de postura quedándome entre sus piernas y ella sobre las mías. Esta vez acerqué mi lengua poco a poco desde sus muslos hasta su sexo y empecé a jugar en las cercanías de su entrepierna, dando besitos y caricias acercándome hasta alcanzar sus labios y empezar a jugar con ellos, besándolos con mis labios e introduciendo levemente mi lengua como si de una primera exploración se tratase, así estuve unos instantes largos.

Cuando consideré que la domina estaba lo suficientemente excitada y deseosa de que avanzara en mi búsqueda, inicié el acceso a su tesoro por mi lengua, fueron unas idas y venidas rápidas, primero ayudadas por un dedo pero luego otro menos tímido se unió a la exploración y así tanto mis dedos como mi lengua empezaron a avanzar entre varios espasmos y tensiones de sus músculos...

Ella pronto cambio su mano de lugar, al sexo de Sekhmat, por lo que sentiste ahi abajo sus largos dedos abriéndose paso en tu sexo metiéndose sin vergüenza alguna y dejando que estos se humedezcan mientras empezaba a frotarte en tus partes mas sensibles. A pesar que te sentaste en ella, la mujer continuo.

Los pechos de ella aun se encontraban debajo del vestido pero la tela era tan delgada que sentias como los pezones de ella se encontraban endurecidos y su roce se dejaba sentir en tus pechos avisándote lo entusiasmada que estaba la Domina contigo. Aunque solo con mirarla a los ojos y recibiendo una mirada como la tuya quedaba claro, por eso te devolvio el beso pasional y se quedo por un largo tiempo asi.

Los pechos de la domina eran grandes, a pesar de todo se conservaban firmes y con una suavidad que invitaba a masajearlos. Cuando pelliscaste sus pezonas, la sentiste detenerse un poco en su movimientos para centrarse y sentir lo que le hacia. Su rostro volviendose mas excitado y dejandote sentir en la boca sus suspiros que iban escalando a gemidos mientras mas seguias haciendolo. “Mmm...sigue ahi.”decia mientras con la mano libre se iba bajando su vestido dejandole mas facilidad a la egipcia.

La domina no supo en que momento se acostaron en la cama con la excitación de las caricias de la masajista, pero si cuando la egipcia cambio de posicion para que ambas tuvieran sus sexos en la cara de la otra.

Aunque ahi fue mas donde la domina disfruto, ya que a pesar de la posicion, la egipcia fue la que mas acciono. Sintiendo los labios de ella y luego su lengua la dejo presa del placer, abriendo mas la piernas para disfrutar aun mas de lo que le hacia ella. De vez en cuando sentias como sus piernas se tensionaban y sus labios buscaban mas mientras se humedecian con cada lamida. “Ahh...esa lengua.” decia ella no pudiendo pensar mucho. Con tus dedos siendo invitados por el cuerpo caliente de ella buscando que te internes mas en ella y lamieras mas de su joya. Los gemidos no tardaron en aparecer mientras sus piernas estaban inquietas pero disfrutando de lo que le hacias.

Aprovechando que me encontraba en su habitación, aparté con suavidad pero con determinación su vestido liberando el movimiento tanto de sus pechos como del resto del cuerpo para que se moviera libremente. Mientras tanto seguí avanzando con mi lengua en su entrepierna, a la vez que impulsaba un ritmo avanzado de penetración con mi lengua y un par de dedos, ayudando con todo a incrementar la excitación de la Domina.

Noté cómo sus músculos se tensaban en más de una ocasión y hasta la escuché gemir de placer, mas yo no cesé en mi empeño en que se excitase aún más y por eso aproveché para introducir mi lengua en busca de su joya tantas veces como pretendía. También la introduje a mayor profundidad esperando con ello que la Domina finalmente se dejara ir.

No contenta con reducir el placer a aquella postura, volví nuevamente a colocarme sobre ella, cogí sus manos y las coloqué sobre mis pechos, a la vez que me impulsaba una y otra vez a rozar nuestros sexos haciendo algo parecido a la postura de la tijera.

La domina no dio mucho problema para ser desnudada, era uno de esos vestidos que se abrian por el medio y que la egipcia podia sacar facilmente. O al menos dejarlo abajo de ellas mientras seguian ahi.

Pero eso no le importaba a ella, que recibia la atension de tus dedos y lengua con gran placer, notando como se iba mojando cada vez mas en tus cuidados. Con sus piernas moviendose esta vez para rodearte un poco su cabeza y mano, queriendo retenerte entre ambos muslos blancos y suave que tenia ella.

Entonces sentiste como se tenso aun mas y su sexo se elevo para dejar soltar un orgasmo que te llego al rostro mientras entre tus piernas sentias a la mujer suspirar con alivio.

Fue que se activo con el cambio de postura donde el sexo de ambas se encontraban frotandose con el de ella siendo mas sencible. Sonriendote emepzo a moverse, esta vez no descuidandote tanto porque sentiste como ese calor iba a parar a tu sexo con cada movimiento ritmico de ella.

Mientras las manos de ella se volvieron mas posesibas tomando ambos pechos tuyos y masajeandolos con deseos. “Estas para el placer querida.” decia ella sin duda caliente con lo que tenia enfrente, buscando de vez en cuando un beso largo mientras seguian internandose en la lujuria.

Había sentido como la Domine había alcanzado el orgasmo y ahora se resarcía tratando de dirigirme y controlarme. Dejé que me cogiera de los pechos, los agarrase mientras yo seguía balanceándome sobre sus piernas, rozando mi sexo con el suyo, exclamando de placer por aquel contacto tan excitante y a la vez placentero.

Me erguí sobre su cuerpo simplemente para que pudiera contemplar todo mi cuerpo desnudo y después llevé sus manos a mi cuello - soy tu esclava, Domina - quería que sintiese que me tenía, que me poseía, que haría lo que deseara pero a la vez me gustaba insinuarle lo que más me gustaba. Acerqué mi boca a su cuello para que sintiera el sabor de mis besos en su piel de nuevo. Luego seguí por el lóbulo de su oreja, Después me separé y me arrodillé ante ella, llevando a cabo un baile erótico y provocándola para que me tomara nuevamente.

La domina continuo moviendo su cadera contra la de ella, pareciendo entusiasmado por esa sensacion de ella. Junto con el de tenerla en su control, tomando sus pechos y luego su cuello cuando ella llevo sus manos ahi. “Lo eres.” afirmo ella sin dudar viendola tal vez como algo mas que una esclava sino que como su propia esclava. Apretó un poco el cuello aunque mas por la excitación que porque entendiera su sutileza.

Luego se quedo sintiendo sus labios y viendo los movimientos que empezo a hacer. “Que haces esclava? Danza egipcia?” pregunto con humor, yendo a buscarla agarrandola con su fuerte abrazo y dandole un largo beso mientras los pechos de ambas se juntaban y tambien su duros pezones.

De nuevo la llevo a la cama y empezo a meter sus dedos en sus piernas, rozando con ganas su joyita con el pulgar e indice. “Eres mia y haras lo que quiera. Te tendre mas cerca para eso.” le prometia tal vez dandole esa calma que la mujer tanto habia buscado.

Después de que me coge por el brazo me quedo junto a ella, rozando nuestros pechos. Así mismo aprovecho para seguir bailando, moviéndome cual serpiente y descendiendo sin apenas moverme hasta que nuevamente estoy arrodillada ante su presencia sólo que a esa altura empiezo a acariciar nuevamente su sexo sólo con mi lengua. Utilizo mis brazos y mis manos para distanciar sus piernas y permitir nuevamente a mi lengua que se abra camino a través de ella.

Aprovechando que estoy a dicha altura - Domine, me gustaría cambiar mi posición en el ludus - sigo besando su sexo, aunque me tomo mi tiempo entre conversación y conversación para complacerla - no me veo como las demás, quizás no sea tan buena guerrera pero... - nuevamente, bailando asciendo acariciando su cuerpo con toques de mis manos y besos hasta volverme a colocar a su altura - ... pero creo que os podría servir en otras dedicaciones, podría ser vuestra escolta, seguiría recibiendo la instrucción del Doctore - me coloco a su espalda, besando y acariciando con mis manos su nuca, y sigo bailando rozando mis pechos con su espalda - podría serviros como una esclava más aquí o ayudando a Verina - me arrodillo a su espalda y la acaricio masajeando sus glúteos también con mi lengua.

A pesar que ella se iba para abajo con su cuerpo la domina continua acariciando y amazando los senos de la egipcia. Se encuentra bastante ansiosa de probarla toda como pudo hacer antes. Sekhmet no tenia demasiado problema para abrir las piernas de la Domina.

“Tu posicion?” pregunta ella curiosa por tu propuesta, sintiendo tu lengua pasando por su sexo haciendo temblar. Algo parecido pasa al sentir sus besos cuando sube hasta quedar mirandola. “Pero si no quieres pelear porque deberia seguir instruyendote el doctore? El no instruye a mis guardias.” aprovecha a decir mientras vas a su espalda.

De nuevo sentias ese masaje y se dejaba llevar acomodandose estirando su espalda y corriendo sus cabellos para dejar que la bese. “Si es a Verina entonces seguirias cerca de tus compañeras, aunque si quieres estar mas cerca de mi seria a Marcia.” le aclaro curiosa por su ese era su interes, aunque ya como la lamia ahi abajo podia hacerse una idea.

Escuché sus palabras mientras le daba besitos suaves en sus gluteos, a la vez que mi lengua jugaba también con ellos, masajeando su piel - Domina, podría ser la curandera de vuestro ludus, a la vez que ayudo a Marcia a serviros - la esclava personal de la Ama me había resultado una mujer interesante y servicial; también Verina, pero suponía que si atendiera a todo el ludus como curandera también podría estar cerca de sus compañeras de celda.

Nuevamente me coloco a cuatro patas y camino así hasta colocarme nuevamente delante suya, cambio la posición a tumbada boca arriba - tomadme Domina.

Ella levantaba mas la cadera dejandote mas simple. “Mmm” decia disfrutando. “Podria ser, nuestro Medicus esta muy ausente estos dias y no trabaja bien. Podrias encargarte y ayudarme junto a Marcia.” decia ella si bien permitiendo que cures a los demas tambien dejando claro que la servirias a ella personalmente. Que serias suya.

Cuando te tuvo enfrente presentada ante ella, no tuvo que escucharte para empezar a tocarse. Empezo sin vergüenza por sus senos. Esos de un color que seguro atraia la curiosidad aunque mas la lasciva de esa mujer romana. Los empezo a masajear dejando sentir toda su manos en ellos, dejando que sus dedos oprimieran y su palma rozara los pezones de ella.

Sin demora bajo y tomo esos pezones con su boca. Uno a uno lo iba besando lamiendolos y humedeciendolos. Mientras lo hacia te miraba. “Quiero tomarte todas las noches. Aunque no sere la unica...que piensas de los demas? O es que solo te atraen las mujeres?” pregunto curiosa, tal vez viendo hasta donde llegabas al estar con ella.

Disfrutaba tanto con sus palabras como con sus caricias, me levanté nuevamente y me arrodillé entre sus piernas, mas utilicé mi lengua esta vez para hablar - no tengo reparo de estar con hombres o mujeres, podría estar con ambos a la vez, como deseéis Domina - en Egipto las costumbres eran totalmente abiertas y en las relaciones no había ningún tipo de discriminación, tampoco en su número.

- Desde que estoy en el ludus tan sólo he dejado que me tome mi Domina, pero si desea que otras gentes participen, así se hará - vamos que no me reportaba problema alguno.

Me pregunta sobre los demás, trato de ser prudente pues no sé los gustos de la romana y tampoco quiero contradecirla - los gladiadores tienen unos cuerpos realmente llamativos, tanto Dulius como el Nórdico y los demás creo que habría que explorarlos a fondo - podía aprovechar mis conocimientos sobre el cuerpo para advertir dolencias y tratarlas a tiempo - Domina, ¿queréis que explore a alguno en concreto?

“Puede que ese sea un sacrificio que tengas que hacer para no pelear.” le comento ella siendo bastante sincera, te imaginabas que no lo era con las demas mujeres. “Cuidare que sea con gente que valga la pena, pero si deseas estar a mi lado. Tendras que hacer eso.”

La propuesta que otra gente participe le dio una sonrisa grande, los dioses sabian que podia estar pensando. “Lo tendre en cuenta. Aunque creo que te dejare para mi la mayor parte del tiempo querida.”

Escucho tu opinion y nego. “No. No hay necesidad que lo hagas. Aunque si soy sincera te pediria que no estes con el nordico, si bien no soy muy celosa una parte mia no desea que este otra mujer con èl.” decia de nuevo siendo bastante sincera, confesando un amorio por ahi o tal vez un amor no correspondido. “No puedes decirle que lo digo yo o que lo quiero soltero. No quiero verme controladora con èl.” agrego rapido tomando su cabeza y acariciando tus pelos con cuidado. “Entiendes?”

Mi experiencia en la vida era que todo se hacía a cambio de algo, por eso no vi mal que la Domina me comentara que tendría que acompañar tanto a hombres como a mujeres si fuera necesario para a abandonar la arena. Me pareció un trato justo - estaré a vuestro lado, Domina - en principio parecía asequible.

- De acuerdo, con el Nórdico no - había multitud de excusas que poner para evitarlo, así que, no habría descuido por mi parte. No quería contradecir a la romana, haría lo que me dijera y me abstendría de aquello que no le gustase - entiendo, no habrá problemas.

 - Si queréis, también si se dan las circunstancias, podría informaros de cualquier información que escuche - igual teniendo relación con otros hombres y mujeres de Roma, podría escuchar algo que fuera de su interés, no tenía problema alguno en comunicarle todo lo que fuera de su interés.

“Me alegra escuchar eso. No sabes cuantas como tu piensan que pueden tener este lugar gratis.” dijo acariciando su rostro con cariño, deslizando su mano por sus cabellos.

Ella simplemente asintio, sin decir mas del tema del Nordico. Al parecer era un tema de ella que aun no queria compartir del todo.

“Acaso he capturado a una espia?” pregunto divertida moviendose con sus manos bajando a los hombros de ella. “Podrias tambien escuchar. Tal vez incluso dentro de esta casa, Marcia es una sola persona y a veces siento que no es la mas eficiente.” te comento en la intimidad. “Quieres vino?”

Asiento y escucho sus palabras - procuraré estar atenta a lo que sucede en este ludus - también podía comentarle todo lo que ocurre sin necesidad de vigilar a nadie, simplemente preguntando o escuchando sin más; no me veía espiando al resto - también podéis utilizarme para cualquier experiencia que queráis comprobar.

- Nunca he probado el vino romano - accedo a su invitación de manera gustosa y servicial.

- Domina, me gusta jugar con los animales, ¿creéis que podría tener una serpiente para mis juegos? - sabía cómo retirarle el veneno para evitar peligros, también distinguir las venenosas de las que no (mejor éstas últimas) - son unos animales muy pasionales.

“Para cualquier experiencia? Mira que eres hermosa y podria tenerte en mi cama para servirme a las mañanas, pero acaso me ofreces otra cosas.” comento ella curiosa por lo que le ofrecia la egipcia.

Levantandose fue por la jarra y sirvio una copa por ambas y le entrego una a ella. “Es muy rico nuestro vino, algo amrgo según algunos pero a mi gusta esa fuerza que tiene.” comento la mujer revolviendo un poco la copa antes de tomarlo.

“Una serpiente? Y no sera peligrosa? Recuerda que hay un niño viviendo aquí, no todo el tiempo pero esta.” comento ella mas seria, tal vez mas de lo que le habias visto antes y de paso maternal en la proteccion de su niño.

- Le extraeré el veneno para vuestra tranquilidad - incluso podría extraerle los colmillos, dejándola sólo para servirme en juegos y por pura estética - aunque también me sirven serpientes no venenosas - no debería de ser un problema adquirirlas, eran mucho más seguras y así no habría accidentes. Aunque las venenosas con extraerles el veneno sería suficiente y así guardaría el venero en mi poder para quién sabe qué destinatario.

- ¿Un niño? - aún no había coincidido con él, de ahí que me sorprendiese el dato - no lo sabía ¿qué edad tiene? - que la ama tuviera un hijo la hacía mucho más interesante ¿de quién sería? ¿habría muerto o estaría desplazado? - Podría pasarme un tiempo con él para aprender qué es lo que más valora de vos - y así conocer más a la Domina y sus gustos.

Degusto el vino y doy razón a la romana en cuanto al sabor - muy rico.

- Aquello que deséeis sino soy competente me esforzaré en serlo y en lo que soy buena, a vuestro servicio estoy.