Partida Rol por web

Alina se puso de pie de golpe de un salto, se encaró con Livia, con su rostro a una pulgada del de la nueva líder y le clavó una mirada cargada de ira.

—No te atrevas a hablar de ella. Tú morirás como una esclava.

Se volteó a mirar a Brinda.

—Y tú.

Bajó la vista

—Y yo.

Con la cabeza todavía gacha, volvió a mirar a Livia con intensidad.

—Todas moriremos, pero al menos los que están colgados allá afuera tuvieron el valor de morir en sus propios términos. Nosotras vamos a morir como esclavas para la diversión de un grupo de miserables sedientos de sangre. Ellos murieron como hombres y mujeres. Nosotras moriremos como animales.   

Las tres escucharon los aplausos de Drust donde este habia quedado Drust. "No le hagas caso Alina, lo que pasa es que tiene miedo de morir. Cuando ellos mueren van a un lugar horrible en especial las mujeres." comento el hombre sonriendole divertido a Livia. "Aunque no estoy de acuerdo en una cosa que dijiste. Herius murio como un perro y mejor para todos que fuera asi porque no era y nunca sera mejor que nosotros." comento tocando su herida.

"Si, van a pelear al menos saquense las ropas. Asi al menos los hombres nos divertimos." opino con humor mirando a sus demas compañeros. Solo Zared reaccionando con algo de atension mientras el Romano parecia no querer meterse en ello.

Tú tendrás la intención de morir como una esclava comento manteniendo la calma a pesar de los gritos que están dando, yo lucharé para recuperar mi libertad. Te empeñas en pensar que ellos murieron en sus propios términos, cuando lo cierto es que nunca tuvieron otra oportunidad para morir de otra forma. Por eso me extraña más que nada que unos ciudadanos libres aceptaran morir así.

Pero eso es otra discusión. Como digo yo voy a luchar por recuperar mi libertad, si tú quieres morir seguro que te pueden dar el gusto.

Luego miro a Drust y le saco la lengua. Lo siento querido, pero yo no tengo intención de pelear fuera de la arena si puedo evitarlo. Así que tendrás que aguantarte con lo que ves.

-Hablaré de quien se me antoje y como se me antoje, Alina. Soenya te traicionó a ti y a todas huyendo. ¿O acaso contó contigo para su huida? A la hora de la verdad cuando necesitabais un líder...ella optó por tratar de salvar su pellejo. Puede pintarlo del color que quieras, pero esa es la realidad.- no tenía sentido alargar esta conversación, Livia consideraba que ya había dicho cuanto debía pero, sin apartarse de Alina su cabeza se gira para encarar al deslenguado Drust entrecerrando los ojos para mirarle.

-Te veo muy atrevido para ser un hombre que acaba de suplicar por su vida y no acabar crucificado. ¿No serás tu quien tiene miedo a morir entonces? Herius era un ciudadano de Roma, mal que te pese. Eso lo hace mejor que tú.-culmina, provocadora y desafiante, con los brazos en jarras.

Alina sonrió levemente con una expresión sardónica y miró a Brinda de arriba abajo.

—¿Realmente crees que saldrás de aquí con vida para disfrutar de tu libertad? 

Meneó la cabeza.

—Y se supone que yo era la inocente.

Vaciló un momento cuando Livia acusó a Soenya de haber planeado huir sin ellas, pero recuperó su expresión decidida.

—Quizás Soenya no sabía si podía confiar en nosotras. No sabes como se dieron las circunstancias y en todo caso no nos debía nada.

Giró la cabeza lentamente y clavó una mirada iracunda en Drust.

—Ya veo que sólo te gusta mirar peleas, en vez de meterte en ellas, cuando realmente hay que jugarse el pellejo por algo.

Me inclino de hombros. El doctore no estaría de acuerdo si no hubiera intentado acabar con los patricios.

Ób]Pero como te dije, cada uno puede escoger la forma en que quiere vivir. Y si tu forma va a ser enfrentarte a todo el mundo y renegar de todo pues buena suerte. Yo por mi parte tengo un objetivo, así que buena suerte encontrando el tuyo.[/b]

-Quizás Soenya no sabía si podía confiar en vosotras...y sin embargo exigía que nosotras si confiáramos en ella. Yo tampoco sabía si podía confiar en vosotras y me arriesgué...yo me he jugado algo más que el cuello por vosotras y no te he pedido nada, mas que respeto. Si no eres capaz de darme eso, dímelo ahora y evitarás decepcionarme.- espeta la romana clavando sus ojos en los de la pelirroja con aire intimidante - De cualquier manera esta será la ultima vez que hablemos en éstos términos pues si vuelvo a oír cualquier duda acerca de dónde esta nuestro lugar...haré arrancar la lengua del desgraciado. O desgraciada.- asegura con el puño apretado mirando de hito en hito a Drust y a Alina. - Ningún gladiador necesita la lengua para hacer ganar dinero al Ludus...así que al domitor poco le importará si con ello mantengo la disciplina aquí abajo. Vosotros mismos.

Las cartas están sobre la mesa, Livia estaba decidida a demostrar su autoridad aunque fuera por las malas. Y había algo en el fondo de sus ojos que decía que cumpliría su amenaza.

Drust rio un poco ante los comentarios de Brinda y Livia, aunque se puso serio ante lo dicho por Alina. "Ya, entonces piensas que esta herida me la hice sola? o que?" pregunta señalando a su estomago donde las vendas siguen escondiendo una herida. Una que lo tuvo unos dias dormido.

"Ya ha mostrado su autoridad romana. Bien rapido, supongo que la extrañaba." dijo ante el ultimo comentario de Livia que habia cayado a mas de uno. "Igual te tengo respeto mi querida lider." comento inclinandose en una sumision falsa y no tan honda por su herida.

Zared se parecio acercar a este para hacerlo callar pero Drust nego. "Ya me callare. Pero quiero decir un par de cosas a todos los presentes. Luego te hare todo el caso que quieras jefa." dice mirando a Livia.

"Yo estuve aqui junto a Zared y Horaratius, por lo que estos no me dejaran mentir. Soenya nos hizo jurar que los gladiadores estariamos siempre juntos, pero luego que estallo el conflicto ella decidido escaparse de aqui. Tras eso no se que paso con ella pero me dio una rabia que aun tengo." comento viendose en él la rabia por ese comportamiento.

Suspirando miro a todas. "Por otro lado yo no tuve que rogar nada. El pater me recibio de nuevo rapido entre los vivos y no me hizo preguntas. Se nota que nos necesita en este momento por lo que no se hasta cuento podras lastimarnos. Pero no me voy arriesgar, que estoy cansado ahora." dijo el galo acostandose contra la pared como si quisiera descansar.

Alina miró con desprecio a Livia.

—El respeto se gana y no con amenazas absurdas —señaló hacia el patio de entrenamiento—. Los que están en esas cruces tienen mi respeto. ¿Acaso debo agradecerte por prolongar mi agonía en esta cárcel? Ese es tu trabajo. Los amos nos necesitan sanos y con vida. No te importamos en lo más mínimo. Sólo te importa lamer las sandalias de los Domini.

Alina escuchó la réplica de Drust y pareció reflexionar un momento. Luego echó una mirada a la herida de su vientre.

—Ya dejemos de hablar de quienes ya no pueden defenderse de acusaciones —replicó refiriéndose a la supuesta traición de Soenya—. Lo que sea que hayas hecho, no fue suficiente. Estás aquí y no en una cruz.

Me levanto con gesto enfurecido mientras aprieto los puños. Pues si tantas ganas tienes de acabar en una cruz pídeselo a los romanos. Seguro que no les importa. O mejor, intenta escapar y que te cacen como a una gacela.

Pero deja de joder a los demás porque no hemos muerto, yo todavía tengo esperanzas y si tú no las tienes cállate de una puta vez y guardatelo para ti. Porque ya me estás jodiendo con tanto lloriqueo y tanta lamentación por seguir viva. Así que o te callas o te callo y le damos placer a Drust, tú eliges.

-No, Brinda.- dice la romana extendiendo el brazo para interponerlo entre la gladiadora africana y la pelirroja- No vas a perder tu derecho a la marca por su capricho. Tendrá lo que está pidiendo a gritos, no me deja elección. Ya no estamos en tiempo de ganarme tu respeto por las buenas Alina, es una cuestión de que sepas cuál es tu lugar y cuando mantener la boca cerrada.

Sin decir nada más, Livia sale de la celda y se acerca a un guardia, aunque éste se halle lejos.

-Filo, brasas y unas tenazas. Id avisando a un medicus, hará falta.- habla con fría autoridad, sus brazos permanecen cruzados sobre el pecho y sus ojos revelan una determinación peligrosa- Es necesario imponer un castigo. Informa a quien tengas que hacerlo.

Si Brinda se levanto Drust hizo lo mismo pero mas por los comentarios de Livia. Acercandose donde estaba el resto, Zared tambien se levanto acercandose talvez para cubrirlo a Drust.

"Que dices?" pregunto uno de los guardias. Otro estaba cerca y te miro con cuidado antes de marcharse. "Bueno ahi ira informar mi compañero." termino diciendo.

"Brinda, dile que no lo haga. Esto ya se esta poniendo peligroso." comento por fin hablando el moreno para ver a su compañera. "Si, lo se. Fue molesto lo que dijo pero esta dolida, ya tambien lo estuve cuando nos sacaron de nuestra tierra pero me calme." le señalo a ella tratando de cuidar a Alina. "Brinda por favor dile."

Por un momento la reacción de Livia me dejas sin saber bien qué hacer. Es cierto que ella se ha pasado con algunas de las cosas que ha dicho, pero al mismo tiempo castigarla ahora que somos tan pocas...

Zared me quita cualquier duda y me acerco un poco a Livia. Livia, Zared tiene razón. También le pasó a él cuando nos atraparon, y solo mi presencia consiguió hacer que se tranquilizara y aceptara nuestro lugar. Estoy segura de que Alina terminará comprendiendo que no debe enfrentarse a sus compañeras por defender a quienes nos han abandonado.

Pero como dice Zared, ahora mismo está dolida y no piensa. Solo dejemos que se calle y reflexione, quizá dejándole aparte en alguna celda. Pero someterla ahora a un castigo físico puede ser la peor decisión.

La romana se gira cuando Brinda la alcanza y no deja de escrutar la espalda de la gladiadora de oscura tez mientras habla con ella, pero su mirada no varía ni tampoco su expresión de enojo.

-No vi que ninguna de las presentes clamara al cielo cuando Soenya era líder y decidió, por su cuenta, sin tener autoridad para ello, sin ser doctore ni guardia, atacarme por la espalda cuando yo aún padecía por la mordida del látigo. Somos pocas, es cierto, pero es razón de más para que no se pueda hallar tacha en mi mando. -aferra a Brinda del hombro y la conmina a acercarse más, bajando el tono.

-No le cortaré la lengua, pero voy a hacerle un recordatorio que no olvidará nunca. Esto no es lo mismo que cuando tu y Zared llegasteis, por entonces el ludus era un lugar tranquilo y seguro. Hoy no lo es, pendemos de un hilo, dentro de poco combatiremos en el Coliseo...¿a quién quieres tener ese día a tu lado? ¿A una gladiadora que está pensando en cómo aprovechar la situación para huir o a una hermana centrada en el combate para lograr su libertad? Esto solo será una advertencia pero ya lo he anunciado y no puedo echarme atrás. Lo sabes bien.

Acepto el agarre escuchando lo que Livia tiene que decir y respondiendo en el mismo tono.

Lo comprendo y sé que es lo que tienes que hacer. Pero tenía que pedirlo por Zared. Él es mi amigo desde antes de conocerte, y me ha salvado la vida más veces de las que puedo contar. Así que al menos le debía intentarlo, incluso si yo no estaba convencida de ello. Pero por supuesto siempre te preferiré a ti a mi lado.

Livia se calma y asiente con la cabeza soltando a Brinda, aunque no muta su gesto hay un brillo de complicidad en sus ojos, que solo la negra podría ver:

-Es un buen hombre, esto no es una competición entre nosotros. Pero tengo que marcar las líneas y ella ya ha sido avisada. Puede contentarse de que no le corto la lengua...esta vez.- su tono es de advertencia y deja claro que considera que esta siendo muy permisiva en este punto.- Gracias por tu apoyo.

Alina miró de manera inexpresiva a Brinda y luego a Livia. 

—¿Quieres mi respeto, romana? Toma tú mi lengua en la arena. Supongo que la líder de los gladiadores no necesita la ayuda de guardias para eso.