Partida Rol por web

Senador es muy generoso y agradezco tanto su ayuda como su fe en mi trabajo, es un gran honor que valore mi dedicación y espero poder complacerle mas veces. Agradezco primero al senador haciendo gala de mi carisma para que sienta realmente mis palabras con el sentimiento merece. Tas mis palabras al senador primero mir después a mi domina, gracias domina por confiar en mi para este combate también.

Camilia asintio a lo dicho tanto por Mars como por Duilius. "Es como dicen ambos, aun no estan listas lamentablemente. Es algo que comunique antes al sacerdote por eso tuvieron este combate. Pero no se preocupe cuando esten listas estara entre los primeros para verlas." comento esta haciendo su mejor inclinacion de disculpa dejando una mejor vista de sus pechos al menos por un corto segundo.

Sonrio de costado al Nordico, sin ignorarlo por completo pero sin duda su atension estaba en los fomanos.

"Querido Sacerdote, espero se haya encontrado de acuerdo en el orden de mi ludus. Que vea todo el respeto que doy a Marte en este lugar y en un futuro en alguno de sus coliseo." comento pareciendo ir a una posible despedida o al menos a saber lo que pensaba. "Desea ver algo mas?"

La visita ha sido de mi agrado, si será positivo el resultado solo Marte lo sabe dejemos que lo medite con el.

Y qué esas chicas estén preparadas. Me despedí 

"Nos vemos entonces y muchas gracias por su visita. Por favor Marcia acompañalo a la entrada." dijo dandole una mirada a la sirvienta que se habia mantenido a un tercer plano pero presente. Ella ayudo a irse al hombre.

Luego miro a su doctore y gladiador. "Si no les molesta podrian limpiar todo y revisar como se encuentra Titus. Por lo demas descansen. Han hecho un buen trabajo." Les dijo a ambos acercandose al senador.

"Ire a hablar de inversiones con el senador. Nos vemos." dicho eso si nadie intervendria se iria junto al romano.

Mario ya había tenido lo primero que había venido a buscar: sangre. Lo segundo era buen sexo y quizás Camila sería buena en el triclinium y gemiría como un animal en celo o quizás, no. Deseaba averiguarlo. Observaba como sus glúteos se movían al caminar, firmes y elegantes, no muy grandes como los de una bárbara algo gorda o de alguna mujer que ya haya tenido hijos pero se veían deseosos de atención y cuidado. Sonrió muy conforme camino a la reunión de negocios con que quizás mezclaría placer con ellos, como siempre, a fin de cuentas los dioses solo se fijan en mortales viriles, masculinos e insaciables que los imitan y tienen siempre presentes. Muchas ideas deambulando innecesariamente, a fin de cuentas la diferencia entre perros sarnosos y humanos es simplemente el vestido y la capacidad en cagarse unos a otros y atravesarse con espadas. 

De camino a la salida antes de irme me despedí de la sirvienta. 

Tened un buen día Marcia y que Marte os proteja.

Y podríais adelantarme algo sobre las gladiadoras nombre o procedencia? Ya que debo volver me gustaría saber algo sería fundamental para vuestro ludus estar más cerca de Marte. Le digo

Camilla lo guio hasta su oficina con un par de guardias en la entrada que saludaron con respeto a la mujer. La cual ni parecio darles importancia alguna. Ese lugar era como Mario se lo esperaba con los sillones arreglados alrededor de una mesa, la cual tenia jarras con vino y algunas frutas. Se encontraban siendo acomodas por sirvientas.

“Por favor sientate donde quiera.” dijo no señalandolos todos sino mas bien solo dos de ellos. En uno se sento ella sin esperar que Mario se acomodo. Entonces se puso de costado acomodandose.

“Bueno tal vez sea hora de saber cuales son sus inversiones. Supongo que dinero seria un buen comienzo pero si quiere impresionarme podria ofrecer un poco mas.” comento ella risueña. Con un gesto hizo que una de las sirvientas sirva vino en las copas de ambos y se las alcance.

Ella te miraba con sus mejillas coloradas. “Gracias, a usted tambien.” devolvio aunque cuando le preguntaste de las gladiadoras se quedo pensando.

“Son cuatro.” termino respondiendo. “Soenya, Livia, Adonia y Sekhmet. Germana la primera, romana la segunda, griega la tercera y al final una egipcia.” respondio mirandote como esperando si habia otra pregunta mas.

- Me gustaría recostarme detrás tuyo y hablar de lo que realmente necesitas como mujer y como empresaria ya que podría ayudarte en ambas cosas y estoy aquí para darte todo eso. ¿Qué me dices?  

"Que eres un atrevido." decia con diversion no escadalizada. "Pero no me sorprende. En verdad quieres tomarme asi no mas siendo la hija de tu amigo? No dicen los hombres que hay codigos?" pregunta divertida pero te ofrece el sillon de al lado.

"Yo como mujer creo que estoy satisfecha, ademas dentro de poco me casare de nuevo." te informa, buscando tu reaccion. "Aunque en los negocios si podrias ayudarme mucho mas. Sabes tu nombre me suena, si tienes cierta fama. Ademas que a tu gen nunca le falto dinero."

Miro a la sirvienta.

Y tú que las conoces más sabrías algún secreto sobre ellas o alguna debilidad?

"Me disculpo. Pero creo que mi Domina no creria que es algo que deba hablar con usted mi señor sacerdote." dijo la joven mirando para abajo sumisa. "Espero entienda." decia ella con timidez.

- Lamento mucho sonar atrevido y serlo pero afirmo que los dioses premian la valentía y castigan la cobardía. Lo sé, pero si llegase a anciano no podría considerarme sabio si no lo hubiera intentado. Una mujer hermosa como tú, una digna y sabia mujer romana, una mujer digna de manejar los destinos del Imperio no se encuentra fácilmente y lo sabes tanto como yo. No eres un mueble ni un objeto nacida para obedecer a algún vil hombre cualquiera, sino alguien libre, realmente libre. Alguien que marcará historia pero bueno, no creo que sea faltarle al respeto a un gran amigo como tu padre ni carecer de códigos sino una amena charla para romper el hielo entre dos personas adultas que podrían ser más que amigos y socios - bebe un buen trago de vino.- ¿Y quién será el afortunado que se casará contigo? - bastante intrigado e interesado en saber.-

La mujer sonrio de nuevo viendose mas divertida y complacida, sin duda no lo tenia como un problema para romper el hielo. “No tienes que lamentarte de ser atrevio, al menos con mi. Ahora con otras romanas tal vez tengas problemas con sus esposas y ellas.” comento la mujer encogiendose de hombros.

“Eres muy bueno halagando mi querido senador, me gustan sus palabras y en verdad seria lindo gobernar roma. Aunque dicen que no es facil.” comento ella pareciendo interesada en especial en unas de sus palabras. “No por favor, continue. Alguien que marcara la historia? Acaso se refiere a usted?”

Tomando mas de su vino sonrio ante su pregunta, aunque sentias que era media falsa. “Gallio Italicus. Un general muy reconocido que vuelve de germania, al parecer pronto sera un senador mas. Por lo que seguro se lo encontrara en su trabajo.” le respondio sin pensarlo mucho.

Marcia al contrario tus palabras pueden salvar  y tu silencio hundir un futuro para tu ludus. Conseguir contentar a Marte y cumplir sus deseos es algo a veces extraño y complicado, pero siempre trae recompensa mientras no hacerlo solo castigo y tu quieres lo mejor para tu señora verdad? Marte no es un dios piadoso con los que se oponen a el créeme.

Ayudame a ayudarte. Mis palabras son suaves y a la vez sibilinas como las de una serpiente venenosa cautivadora pero letal

- Tal como Cincinato yo estoy marcando historia, poco a poco, quizás podré ser comparable a él o incluso más famoso pero no me refería a mi persona, no a mí en ésta oportunidad sino a tí. El rol de la mujer es tan limitado que hasta una loba, Luperca, fue, según la historia, más apta para amamantar a Rómulo y Remo, imagina como ese punto de partida nos lleva a que la mujer valga lo mismo que un mueble, por ejemplo, y que un pater familias tenga poder de vida y muerte sobre su gens. Podré sonar como un demente, quizás, pero ambas cosas debemos cambiar, debe existir igualdad entre el hombre y la mujer y entre los ciudadanos además de buscarse una vida más justa para todos nosotros y mayor libertad económica. Puedes llamarme radical o fanático pero ahí es donde entra una mujer que marcará historia, una mujer exitosa que servirá de ejemplo para todas y será la voz de cada una de ellas, Camilia Belena Donicus​, quizás la primera senadora de Roma - bebe otra copa de vino.- ¿Qué dices, qué opinas? ​​​​​​     

La mujer se vio intimidada y te miro nerviosa, retrocediendo un poco con su cuerpo. “Yo...no quiero castigo, ni que se hunda el ludus.” comento ella como justificacion para su miedo.

Entonces penso su anterior pregunta. “No las conosco mucho. Hable con una de ellas pero no mucho.” te comenta en principio. “Sekhmet la egipcia, con ella hable. Al parecer esta tranquila con esta nueva y es una curandera. De las demas solo se que hay que tener cuidado con la germana y la griega, la primera le rompio la cara a un guardia y la segunda parece estar loca o maldita. Livia, sigue estando orgullosa de ser romana y por eso se pelea con el Doctore.” comento rapidamente, suspirando y mirando los demas lados por si venia alguien.

La mujer te miraba intrigada y algo confundida, empezando a pensar que no solo buscabas halagarla. Pero no te interrumpió dejando que termines.

“Querido Mario. Puedo llamarte asi?” pregunto por si le dejaba ser mas informal. “Una mujer en el senado es un sueño demasiado irreal. No lo llamare fanatico, pero seria un cambio muy radical para nuestra sociedad.” le decia dejando la copa al costado tal vez poniendose mas seria al hablar de politica.

“Ademas ser senadora no creo que sea bueno. Digo se sabe como son ustedes, incluso no les cuesta asesinarte entre ustedes. Me imgaino que si entrara una mujer ahi terminaria muerta antes de la semana. Por lo que en verdad no quisiera exponerme a ello.” le fue explicando.

“Aunque agradezco la oferta, prefiero quedamer aquí."

- Claro que puedes llamarme así, si te place. Quizás pero eso justamente lograría que no nos apuñalemos entre todos, al menos por un tiempo. Brindar una mayor participación a las mujeres también implicaría que la ciudadanía se inmiscuya más en la política y con ello tendríamos mejores gobernantes como lo fue en la época dorada de la República, en donde el senado no estaba supeditado a los caprichos de nadie. No digo que el Imperio ni el César estén mal sino que podrían mejorar y con un poco de lustre, quizás, hasta la figura del Cesar brille más - sirve vino a Camilia y luego se sirve él, para beberla de un sorbo, dándose cuenta que su siguiente paso ha quedado en el aire.- Quizás en el futuro podamos intercambiar ideas y debatir sobre éste y otros temas apasionantes como ejercicio mental para que nuestras mentes no envejezcan, ya que después de todo, mentes seniles no nos permiten gobernar ni hacer negocios - sonríe resignado.- Si éste es tu lugar, pues desde aquí puedes iniciar tu centro de poder e influencia a sabiendas que siempre contarás con todo mi apoyo - alzando la copa como brindando en su honor.-      

De nuevo quedo pensando y una parte de vos presentías que la posibilidad de acceder a aquel puesto de poder. “Tal vez si, tal vez que colaboremos en el senado podria marcar una nueva era una era dorada.” compartio. “Aunque dudo que al imperio o al cesar le interese realmente.” dijo con cierta resignacion.

Acepto que le sirvieras incluso hizo un saludo con la copa antes de tomar. “Por supuesto, nos serviria de mucho estas discusiones. Que siendo sincera no era algo que esperaba escuchar de su persona. Pero agradezco la sorpresa.” dijo sonriendo genuinamente y seguro refiriendose a tu fama de sexopata.

“Me alegra escuchar que contare con su apoyo. En especial en estos tiempos de cambio.” comento algo mas seria. “Se que es algo repentino ir pidiendo algo en nuestra primera reunion algo a su persona. Pero siento que podria considerarte un aliado. Pero igual me gustaria preguntarte si me podrias ayudar con algo.”