Partida Rol por web

Una vez concluido el ritual y aprovechando que los invitados empezaban a "romper filas" Livia se desliza discretamente hacia la sacerdotisa Elia, situándose a su costado para no resultar invasiva ni interrumpir lo que estuviera realizando.

-Señora Elia...- saluda con un susurro suave y la barbilla muy alzada pero sus maneras son humildes. Apenas parecía una esclava ahora que estaba investida de esos ropajes y armadura. Pero sabía muy bien lo que era y eso se notaba en sus maneras.- ...me gustaría hablar con vos unos instantes. He descubierto algo sobre la rebelión, por si le interesa. Es algo que no he comentado con Flavius.

Asiento con la cabeza al pedido de Livia y me separo un poco de los presentes. 

-Dime Livia, ¿que puede ser tan grave que no puede esperar a la noche?.. Me tienes en ascuas-

Mira a su alrededor, desconfiada antes de centrar su vista el la sacerdotisa.

-Es sobre el nuevo jefe de la guardia. Kaeso. El parecer era un soldado de la casa que formó parte de la revolución por estar descontento con Herius...y ayudó a Soenya y a Ikateria o al menos, no les puso los impedimentos que hubiera debido poner para sofocar la revuelta. -explica y luego busca con la mirada a alguien- Y hay algo más...es Festus quien le promocionó para nuevo jefe de los guardias. Quería comentarlo primero con vos antes que con el pater.

-No digas nada todavía.. Como mucho conseguirías que apartaran al tal Kaeso, y ganarte la desconfianza de Faustus. Sabiendo esto, podemos mantenerle vigilado. Faustus me ha propuesto matrimonio, me pregunto que beneficio espera obtener-

Con esa revelación, la atención de la romana vuelve a la sacerdotisa de golpe.

-¿Qué beneficio? Sois una mujer hermosa, señora Elia, con todo respeto. Y de buena familia y con una gran relevancia política. Cualquier hombre os desearía ya sólo por eso. Pero tened cuidado. No me fío de Faustus...- dice con un tono sombrío pero respetuoso.

Faustus tras haber hablado un momento con el Pater se movio por el lugar saludando a los presentes. Pareciendo notar a algunos sirvientes que seguian en sus lugares, fue con ellos saludandolos y les indico la mesa con el vino amablemente para que vayan. Por lo que los sirvientes fueron para alla y empezaron a servirse entre ellos. Neitin y Verina estaban ahi dando vino incluso a los esclavos, mientras charlaban.

Tras eso Faustus siguio su movimiento por el lugar hasta que parecio ver un objetivo nuevo. Se dirigio por Elia que estaba junto a Livia.

Faustus se encontraba vestido con la nobleza esperada de un patricio, con una toga blanca y algunas capas de tela mas para darle mayor importancia. Se acerco a ella pero por su vista ambas pudieron ver que se habia dirigido mas a Elia.

"Querida Elia, han sido preciosas sus palabras y como ha dicho el Pater seguramente los dioses nos escuchen." comento sonriente y dando un corto gesto de saludo a Livia. "Creo que incluso ha servido para calmar a los sirvientes." dice mirando hacia la mesa donde se habian reunido. "Estoy seguro que el Ludus volvera a elevarse."

"Deseas vino o alguna comida? Me gustaria agradecerte que sigas en nuestro Ludus." comento simplemente pareciendo querer iniciar la conversacion contigo y por el momento ignorando un poco a Livia.

 -No acostumbro a beber en público, pero haré una excepción por hoy.. Livia ya sabe como lo tomo- mirando por unos segundos a la gladiadora antes de volver mi atención a Faustus. 

-No has de agracederme nada, Manius esta aquí y por tanto yo estoy aquí. Parece que vas a estar muy atareado los próximos días. A bien seguro tu hermana te prestará gran ayuda en organizar esa demostración para los invitados. ¿Un poco pronto quizá?.. Aún hay heridas por cerrar - 

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No lo duda, en cuanto que Faustus aparece para inmiscuirse en la conversación, Livia pivota sobre su pie para situarse tras Elia, un poco al lado y tan solo un paso retrasada con respecto a ella de tal modo que guardaba respetuosa distancia para la conversación entre os patricios pero sin abandonar la tarea que se le había sido encomendada. 

Recibe al domius Donicus con una brevísima inclinación de cabeza y su mirada vuelve a pasear por la sala, fingiendo que no presta atención a la charla de los señores. Nada más lejos de la realidad pues en cuando Elia pronuncia su nombre, Livia vuelve su atención a la mujer y asiente.

-Si, señora Cornelia.- musita y se aleja para preparar el vino de la sacerdotisa, una jarra con tres partes de agua, luego sirve una copa y regresa pronto junto a ella.

De momento que te conozca y luego ya se verá. No intentes forzar nada, habla con ella como lo has hecho con Alina e intenta comprender sus motivos. Tan solo te pido eso. Ahora te tengo que dejar comento.

Me giro buscando a Flavius pues me gustaría hablar con él. Pero no me atrevo a interrumpir en lo que esté diciendo, así que simplemente esperaré cerca de él hasta que se gire para atenderme.

"Lo siento no lo sabia. Aunque me alegra que haga la exception. Eso hara vera que acompañamos a los demas." dijo el hombre y por solo mirarlo sabias que los demas se referia a los siervos.

Dejando partir a Livia quedo con Elia. "Lo estare, supongo que mi hermana podra ayudarme un poco. Aunque tambien podria ayudarme alguien mas." comento mirandote fijo a vos Elia. "Puedo haber sido luego de su ritual Elia, pero eso si me parecio muy pronto." comento suspirando observando tambien a Livia para lo demas. "Lamentablemente no enemos mucho tiempo, las festividades del coliseo se acercan. Por lo que estuve viendo Camilia ya se encontraba preparando para este y parte es porque apuro un poco la marca para las ultimas gladiadoras." expreso. "Livia estoy seguro que estuviste presente cuando el Pater decidio que debiamos participar y no dejar pasar esta ocasion. Yo estoy de acuerdo con él."

"Igual no se, tal vez en Roma las cosas van mas rapidas."

Flavius se encontro hablando un momento con Faustus y luego con Manius, pero pronto noto que estabas esperando por lo que pidio algo de espacio al joven para que pudieras acercarte.

"Brinda...por favor acercate. Dime que necesitas." comento el hombre aceptandote y dispuesto a una conversacion privada contigo.

Pronto medio que te encontraste en solitario, al menos hasta que sentiste un toque en tu hombro para llamar tu atension. Se trataba de Memmia. "Buenos noches sacerdote. Un gusto verlo entre nosotros." dijo la joven que se encontraba hermosa esa noche pareciendo distinta a la ultima vez que la viste, aunque tal vez era porque se habia vuelto soltera de nuevo.

​​​​​​Cojo la copa que trae Livia y doy un sorbo. -Gracias Livia... Te ayudaré con los preparativos con los invitados, naturalmente.. ¿Les ofreceras una comida o algo más informal?.. ¿Quieres impresionarles? Puedo hacer que se comente el banquete durante días, el espectáculo en la arena ya no depende de mi.. Por otro lado, en vista de los próximos acontecimientos, debo insistir en que permitas que tanto Livia, como aquellos que decida me acompañen al Coliseo con Manius..considero que es mejor que se familiaricen con el entorno con calma.. No sea que alguno se quede paralizado por la impresión cuando salga a la mayor arena del imperio con miles de espectadores.. Muy mala publicidad para el Ludus-

Después de que Elia tomase la copa que solo a ella le ofrecía, la gladiadora retorna a su posición de escolta y dedica una inclinación silenciosa ante el agradecimiento de la sacerdotisa.

-Asi es, estaba con nuestro Magno domitor Flavius. Hablamos del tema y quiso saber mi opinión.- responde con una actitud neutral y tranquila ante el joven romano. Cuando le habla le mira a los ojos y en ellos hay respeto y cierta frialdad. Tal vez la gladiadora fuera así con todos.

-En cuanto a eso, señora Cornelia, también lo hablé con el domitor Flavius. Esta de acuerdo en que es mi tarea acompañaros, pero no se mostró abierto a la idea de que otros gladiadores lo hicieran también. Seguro que en su magna inteligencia tiene sobrados motivos para ello, los cuales yo no me atrevería a discernir.- comenta manteniendo su perfil de esclava muy bajo y excesivamente correcto. Es de suponer que no querría que Faustus tuviera nada desagradable que comentar de ella.

Dicho esto y, como no se la había interpelado en ningún otro asunto, guarda silencio.

Me inclino ante el pater cuando acepta hablar conmigo.

Salve, Flavius Donicus. No quería importunarle en estos momentos. Tan solo quería decirle que siento que tengo una deuda con el ludus en general y con usted y Manius en particular. Por eso quería decirles que si en algún momento hay algo que esta esclava pueda hacer por cualquiera de los dos, no dude en pedírmelo.

Me quedo con la cabeza algo gacha. Y es que el recuerdo de lo que sucedió en la arena y que terminó con la muerte de la fomina me sigue reconcomiendo.

Faustus te propone chocar un poco las copas antes de tu sorbo e incluso estaba dispuesto a hacerlo con Livia tambien.

"Les ofrecere comida y bebida, tanto para que se sientan satisfechos con ello. Aunque si he pensado en entretenimientos mas informales, con la ayuda de ciertos esclavos." dijo mirando con algo discrecion a los esclavos que Livia sabia que habian sido traidos antes para el disfrute carnal. "Pero me gustaria su ayuda si tiene sugerencias, que tal vez en Roma se esperan aun mas cosas que en Hispania" comento paciente para escuchar si tenia sugerencias. "Probablemente hayan peleas de gladiadores tambien."

Sobre el otro tema dejo que Livia hablara antes y asintio cuando ella termino. "Es como dice Livia, ya el pater me informo de tu pedido. Yo no pienso rehusarlo que Livia te acompañe ni que vayas al coliseo con nuestro joven Manius." comento respecto a ello. "Aunque insistes que vayan los otros?"