Partida Rol por web

El siguientw movimiento del galo fue lento, deteniendose bien adentro de de ella, entrando en contaco con su cervix, dando pequeños pero fuertes empujoncitos al vientre de la mujer, saboreando el contacto de ambos sexos unidos ahora.

Tambien... Hechaba de menos estar... Dentro de ti...

De forma repentina, arremetió otra vez con fuerza, dejando que sus intimidades hiciera ruidos obcenos ante cada embato del cuerpo del galo contra el de la germana.

Notando levemente que el cuerpo de Soenya comenzaba a brillar por el sudor, dando una forma a su cuerpo que se recortaba bajo la tenue luz de las antorchas, se inclinó un poco más sobre ella, no sólo para ir más rápido,también para contemplar su hermosa figura aún más.

Jadeó al sentir el lento movimiento de él, el cómo se quedaba aquellos instantes detenido dentro de ella, pudiendo sentir toda su dureza en su interior al tiempo que él podía notar la calidez y humedad de su sexo y como este palpitaba.

De pronto sintió como él arremetió con fuerza, como se adentró aún más en ella provocando un gemido de placer que apenas pudo contener al morder su labio mientras sentía el cuerpo de él más pegado a ella, provocando que su respiración se acelerase y su excitación aumentara.

Giró levemente su rostro, buscando los labios de él para besarlos con pasión, para deleitarse en su dulce sabor mientras sus caderas se movían en círculos, buscando el mayor roce de su miembro al sentir él como las paredes de su sexo aprisionaban su miembro, como si quisieran dejarlo por siempre dentro de ella.

Las paredes de su sexo palpitaban cada vez más, su humedad crecía al tiempo que ella jadeaba cada vez más intensamente hasta que su cuerpo se tensó por completo para descargarse con un gemido de puro placer al sentir su orgasmo llegar de aquella forma tan salvaje. 

La sujeción que hacía sobre el era increible, apretaba con fuerza en ese palpitar que le arrancaba jadeos de la boca, bien pegado a su cuerpo.

Notando cómo ella buscaba sus labios para besar, correspondió aquel acto con gentileza, morreando con cierta ternura, pero tambien rudeza al momento que sus embates se hacian cada vez más intensos, atravesando su sexo con mayor fuerza al sentir que se venía.

De repente, sintió que su propio orgasmo se hacía presente, cómo un efecto dominó ante aquella extrema estimulación, volviendo a quedarse dentro de ella otra vez, soltando su semilla dentro para apagar el fuego de su vientre.

Un momento después el levantó el muslo derecho de Soenya, para poder tener ina vista, al menos en la penumbra, due sus intimidades unidas.

Venga... A iniciar el segundo asalto...

Sonrió, mientras tomaba uno de sus senos con una mano, y el otro brazo le rodeaba el muslo para darle estabilidad.

Buscó sus labios con lascivia y deseo para encontrarse con un beso cargado de rudeza y ese punto de ternura que la pilló ligeramente sorprendida pero al que correspondió de la misma forma, disfrutando de aquella calidez hasta que sintió como él se clavaba de nuevo con fuerza en su interior poco antes de que ella terminara y sintiendo como él también lo hacia, sintiendo su abundante y espesa semilla llenándola de nuevo con aquella dulce calidez.

Buscaba recuperar el aliento cuando notó como él cogía su pierna a la altura de su muslo, levantándolo y sintiendo de otra forma su duro miembro dentro de ella.

- Hazlo... Hasta el amanecer... Hasta caer... Rendidos...

Realmente, como siguiera a ese ritmo iba a adquirir una resistencia más que adecuada aunque estaba arriesgándose demasiado a que su semilla terminara por arraigarse en su interior, aunque ahora contaba con la posibilidad de tener acceso a los preparados todos los días o en ello confiaba.

Jadeó cuando él tomó su seno, mordiéndose el labio con deseo mientras comenzaba a mover en círculos sus caderas, buscando volver a sentir como la penetraba ruda e intensamente, tal y como a ambos les gustaba. 

De su pecho, le llevó la mano al rostro, acariciando sus bellas facciones, tocando con sus dedos los labios de ella con un toque de afecto, moviendo sutilmente su entrepierna para acomodarse a la nueva posición y presionar más aún su vientre.

Volvió a sacarla y a arremeter con fuerza, con intenciones de arrancarle otro gemido tras su petición, saboreando el contacto intenso entre ambos.

Claro... Que lo haré...

La empotró con mas fuerza, sin tener piedad alguna con ella, sosteniendola del muslo mientras no daba tregua al segundo de muchos actos sexuales en la noche.

Se acercó de nuevo para besarle, posando su mano sobre su mejilla y tener controlados un poco sus gemidos.

Sonrío algo más cálidamente ante aquella caricia, jadeando al sentir como él se acomodaba en su interior y lamiendo con sensualidad la yema de sus dedos mientras estos recorrían sus labios.

Un nuevo gemido de placer salió de su garganta al notar como él volvía a arremeter con fuerza. Allí, estando él tan cerca de su cuello pudo notar las marcas en éste, marcas que casi parecían marcas de dedos que habían apretado sobre la piel de su garganta.

Sus jadeos y gemidos eran ahogados entre los labios de él mientras no apartaba los ojos de su amante, una mirada cargada de deseo y cierto brillo de afecto.

- Duilius...

Susurró sensualmente entre jadeos

Notó algo inquietante en ella, marcas sobre su cuello que defimitivamente eran muy antimaturales, pero si preguntaba, terminaría con el encanto del sexo, y no quería eso, reservar la prwgunta para después sería el cometido del galo.

Ahora haria disfrurar a Soenya, entre sus besos y jadeos, escuchó su dulce voz que pronunciaba su nombre, haciendo que volviera arremeter fuertemente contra ella, presionamdola contra el muro par llegar incluso más adentro en su ser.

Soenya...

Pronunció en tono seductor, conectándose con lo más profundo del cuerpo de la germana a cada embate dado por el.

Su cuerpo dio contra la pared, sintiendo como él se adentraba aún más en su interior, sintiendo su miembro completamente dentro de ella al tiempo que ella gemía de puro placer.

Sus labios buscaban los de él, anhelando beber de aquel hombre que tanto la hacia disfrutar y la llevaba hasta el máximo límite de su cordura.

Las embestidas eran cada vez más fuertes e intensas, sintiendo como él entraba y salía de su interior mientras ella gemía y jadeaba de placer pidiéndole más y más entre beso y beso, mordiendo sus labios y atrayéndolo hacia ella.

La necesidad de contactar con sus labios, de besarlar, de que sus lenguas danzaran y se tocaran de forma obcena que hacia que el galo no pudiera dejar de fornicar a la germana, sintiendo las bodidas en los labios que le provocaban todavía más.

Se detuvo un segundo para reacomodar a la Soenya, la rodeo con su brazo y la sujetó con firmeza, levantandola del suelo y colocando su cuerpo bien pegado al de el, bien conectados por sus sexos, queria preguntarle de nuevo que le había ocurrido en el cuello, pero otra vez el deseo superó aquél lapso de razón, levantandola del trasero y dejandola caer, dando mayor profundida ante el cambio de posición de ambos.

Ahogó un intenso gemido de placer en los labios de él cuando sintió como la bajaba tras elevarla para sentir ser atravesada por el miembro de él. 

Acomodó sus caderas para comenzar a moverse en círculos, apretándose contra él al tiempo que las paredes de su sexo palpitaban aprisionando el miembro de él en su interior mientras aumentaba la intensidad y velocidad de sus movimientos y sus jadeos y gemidos eran cada vez más intensos.

La humedad de su sexo creció, su respiración se aceleró y su cuerpo comenzaba a tensarse por momentos.

- Duilus... - Jadeaba en sus labios - No... aguantaré... mucho... más... 

No lo entendía, no comprendía cómo aquel hombre podía llevarla hasta esos extremos, cómo era capaz de despertar en ella algo que creía perdido... Pero, si una cosa tenía clara es que no pensaba dejarlo escapar... 

La invadia constantemente, apuñalando con su falo el interior de Soenya a cada embestida propinada contra su cuerpo, más el no podia resisitirse a ella, al punto de no querer salir de adentro de su cuerpo.

No... Te contengas...

Fue la respuesta que otorgó a su amante, que pese a las estimulantes presiones que recibia por parte de Soenya, no dejaba de tomarla con más velocidad y fuerza, sabiendo que ella lo soportaría, mientras el tambien se acercaba inevitablemente al climax.

El acto fue ganando en intensidad y violencia, volviéndose cada vez más rápido y placentero. La germana era apenas capaz de contener sus gemidos mientras su sexo palpitaba cada vez más y la humedad crecía, llegando al punto en que su cuerpo se tensó por completo para en unos segundos liberarse con un intenso orgasmo que la llevó casi al borde de la inconsciencia mientras él seguía clavado dentro de ella.

- Tu... tampoco... te... contengas...

Logró decir entre jadeos mientras buscaba recuperar la respiración. 

El efecto de tales estimulaciones hizo que el inateuctor no pudiera contenerse más, era cómo si su sexo reclamara constantememte la semilla de una nueva vida, incluso con su enorme fuerza, el no fue capaz de resistirlo por más tiempo.

Pintando su interior con sus fluidos, bien dentro de ella de para que no se salga o escape nada de su conexión.

Eres... Increible...

El galo salió de ella, recuperando el aliento mientras se recuperaba.

Venga... Vamos a mi cuarto

Propuso el para que fueran a otro rincón.

Gimió de placer cuando sintió como él volvía a llenarla, como su semilla llegaba hasta lo más profundo de su interior, sintiendo aquella calidez que la inundaba. 

- Y tu...

Consiguió decir entre jadeos mientras buscaba recuperar el aliento y volver a poder respirar con cierta normalidad. Cuando notó como él salía de su interior un jadeo mezclado con un ligero gruñido escapó de su garganta.

Lo observó con deseo, relamiéndose los labios y una mirada que no solamente mostraba lascivia sino también cierto grado de afecto, como si el corazón de aquella fiera guerrera comenzara a romper su caparazón.

- Te sigo...

Acarició su mejilla con delicadeza para colocar medianamente bien sus ropas y así adecentarse un poco. 

La germana estaba ocupando un lugar en su alma, un lugar que lo ocupaba otra persona, pero esa persona prefirió algo más a el, más no le culpaba de aquello, pero ahora, la germana la había desplazado.

Una vez con sus ropas, notó cómo ella se vestía, pero el bo lo hizo, avanzó desnudo en dirección a las habitaciomes individuales, en especial a ls suya psra continuar dónde li habian dejado.

Venga, entremos para continuar.

Al momento siguiente le dio una palmada en sus duras y bien formadas nalgas, haciendo que ella entra primero en su habitacion personal, austera si, pero grande y con una cama bastante comoda.

Una vez adentro, puso el pestillo y se arrojó sobre la germana, levantandola en el aire y llevandosela a su cama, no pudiendo resistir el afán de probar sus labios una y otra vez.

Río ligeramente al sentir la palmada de él en sus nalgas mientras ella entraba en aquella habitación, permitiéndose ahora unos escasos segundos para contemplar aquella habitación, una habitación mucho más grande que la celda en la que ella dormía y mucho más cálida que ésta.

Antes de poder observar bien la celda sintió como él la alzaba, como sus labios buscaban los de ella con el mismo deseo y el mismo anhelo que ella sentía hacia aquel hombre, un sentimiento que comenzaba a arraigar en ella y que dolía, dolía porque sabía que él buscaría destruirlo todo...

Una vez en la cama las manos de ella se posaron sobre el rostro de él, mirándole directamente a los ojos con una mirada intensa y cargada de deseo y confianza.

- Duilius... - Pronunció su nombre con cierta lascivia - Tengo miedo... 

Era la primera vez que la germana se mostraba tan sincera ante alguien, mostrando su miedo y buscando el apoyo del que carecía.

- Herius, el nuevo jefe de la guardia... - Acariciaba su mejilla con sensualidad - Buscará destruir todo lo que me importa...

Dejó un poco las palabras en el aire, pues aunque no quería decirlo directamente estaba reconociendo que él le importaba de una u otra forma. 

- Él... Él quiere matarme...

No pudo evitar llevarse una de las manos a su cuello, acariciando ligeramente las marcas que había dejado.

- Prométeme... Prométeme que estarás bien... 

Aún a pesar de que hablaba en serio, de que buscaba poder apoyarse en él, sus gestos seguían siendo lascivos y lujuriosos, acariciando los labios de él con las yemas de sus dedos para después pasar su lengua y besar sus labios. 

Se detuvo un momento para contemplarla, para verla y escuchar su petición, el no entendia bien de que iba aquello, tal vez con su enemigo jurado, había atrazado la pregunta por bstante rato, y era el momento de hacerla.

Yo te... Prometo que estaré bien... Pero a cambio, quiero saber... Quién marco tu cuello? Fue ese Herius?

Preguntó el galo, no importa que fuera el jefe de la guardia, le arrancará el corazón si trataba de atentar contra el o ella.

Centra tu mente en el ahora, y sigamos con lo nuestro Soenya

Dice con tono lujurioso mientras comienza otra vez el morreo, llevando sus manos a la ropa para poder levantarsela y quitarla, para dejar expuesto su sexy cuerpo, y poder contemplarla y tomarla una vez más.

Asintió a sus palabras sin que sus manos dejaran de recorrer el cuerpo de él, llevando una de ellas hasta su duro y gran miembro para comenzar a masturbarlo ligeramente con su mano.

- Si, fue él... Quiso matarme, estrangulándome... Creo que buscaba que me resistiera para así poder castigarme... Pero no lo hice... Y siguió apretando y apretando... Hasta que paró... El castigo a Spurius... Lo hizo porque él fue mi amante, antes de conocerte a ti y no querer nada más... 

Tenía miedo de que él se apartara ahora, ahora que conocía por qué Herius podría ir contra él pero lo necesitaba, lo necesitaba a su lado... No solamente porque confiaba en aquel galo, sino porque quería estar cerca de él, sintiendo su cuerpo, su calor y su deseo a cada instante.

Asintió con una sonrisa a sus palabras, devolviendo aquellos lascivos y pasionales besos, disfrutando de sus labios y de sentir como él se deshacía de la ropa de ella, mostrándose de nuevo desnuda y dispuesta para él. Así lo mostró cuando abrió ligeramente sus piernas, invitándole a introducirse de nuevo en ella, tal y como a ambos les gustaba.

- Hazme olvidar...

Regresó a sus labios para volverlos a besar con pasión mientras jadeaba en sus labios y pegaba su cuerpo más al de él. 

Fue cómo si ese odio natural por los romanos saliera a relucir en ese instan, al escuchar la historia de Soenya, sintió el fuego de la venganza y la sangre clamando en su corazón, más había ignorado el hecho de que había fornicado con uno de sus gladiadores, le puso un poco celoso, pero no lo mostró en su rostro.

A su debido tiempo nos encargaremos de el... Ahora es una prioridad complacerte.

Al notar que abría las piernas para querer seguir, Duilius sintió de nuevo la necesidad de estar dentro, y conectar su ser con ella.

La penetró fuerte y sin remordimiento, sabía bien que a ella le gustaba que fuera brusco, tambien era un deleite para el doctore, ya que la sentía bien resbaladiza, sin perder más tiempo, comenzó a arremeter contra la femeneidad de la germana, incluso haciendo que la cama se sacuda.

Gimió de placer al sentir como él se introducía en ella con aquella brusquedad y salvajismo, sintiéndolo bien dentro de ella y notando la calidez y dureza de su miembro atravesándola.

Se recostó más sobre la cama, quedando él por encima de ella mientras ella enroscaba sus piernas alrededor de la cintura de él, elevando ligeramente su pelvis para sentirlo bien profundo mientras sus manos se aferraban a la espalda y los hombros del doctore, haciendo ella fuerza también para notar sus potentes arremetidas. 

Su sexo estaba húmedo y caliente, deseoso de él y de sentirlo todo el tiempo que se les permitiera. Sus labios y su lengua buscaban los de él, pegando su cuerpo con una creciente necesidad de sentirlo bien cerca y dentro de ella.

- Duilius... Sigue a mi lado... Te... Necesito...

Consiguió decir entre jadeos mientras su cuerpo se arqueaba entre espasmos de placer sin que sus ojos perdieran de vista los de él y sus labios lo buscaran con anhelo.