Partida Rol por web

Uno de los guardias del Ludus te saco de tu celda y te aviso que tendrias una reunion con la domina. Dejandote un vestido blanco en tu camatro para que te cambies antes de ir a tu reunion con ella. El guardia no se vio demasiado dispuesto a darse la vuelta para darte intimidad en ese momento.

Si tardabas te apuraria, ya que la domina te esperaba para una charla importante entre una esclava y su dueña. Cuando terminaras de vestirte y perdieras algo de tu dignidad pasarias a salir de tu celda para caminar por los pasillos del ludus.

Dentro habia una habitacion enorme y lujosa. Con un par de bibliotecas llenas de papeles. En el medio estaba un escritorio con una par de sillas frente a este. La domina se encontraba sentada detras de este con una rostro complacido por tu llegaba. No muy lejos habia un sillon al costado de la habitacion para sentarse. Habian unas frutas ahi puestas para comer.

"Buenos dias Alina. Por favor acercate." te ordeno a pesar que usara palabras delicadas. "Eres un lindo regalo. Como estas?"

Con el corazón palpitándole aceleradamente, por haberse visto expuesta ante el guardia y por estar a solas con la Domina. Alina se quedó de pie, con la cabeza gacha y restregándose las manos nerviosamente, frente a su nueva dueña. ¿Había llegado uno de los momentos sobre los que Soenya le había advertido? ¿La habían puesto en ese vestido para que se viera bonita y terminara quitándoselo algún hombre? Al menos no había ninguno por allí, en ese momento.

—Ave, Domina. Yo estar bien. ¿Cómo estar tú? Gratias Tibi, Domina. —le dijo con voz temblorosa, intentando mostrarse lo más amable posible, para no arriesgar el descontento de la ama, pero sin poder ocultar su ansiedad—. Ser hermoso vestido, el que tú darme.

El guardia sin duda disfruto la vista que tuvo y te sonrio con una picardia, tal vez tuviste suerte que estaba sirviendo ordenes mas importantes en ese momento.

Cuando estabas a solas con la domina esta te miro completa, levantandose de la silla para acercarse a ella aunque dejando algo de distancia entre ambos. "Yo me encuentro bien. Aunque algo decepcionada con tu falta de dominio del latin." dijo lentamente y con seriedad.

Volvio a sonreir cuando escucho lo del vestido. "Si, es hermoso y te hace ver muy linda. Te da cierto aire de pureza." comento ella acercandose mas y acomodandolo un poco. "Es tuyo, conservalo en tu celda y usalo cuando te lo pida. Comprendes?"

Alina bajó la vista, para evitar mirar a los ojos a la Domina. 

—Yo lamentar latín mío, domina.

La domina le dijo que debía tener el vestido con ella y usarlo cuando ella se lo pidiera y le preguntó si lo comprendía.

Alina vaciló un instante y luego asintió enérgicamente.

—Yo entender, domina.

Aunque, de hecho, no entendía del todo porque había recibido un regalo tan caro de la Domina. No se les daba regalos a los esclavos. Bueno, su padre nunca lo hacía al menos.

Nego. "No hay que lamentar, hay que aprender. Dile a tus compañeras o Verina que te enseñe. Al publico del coliseo se le tiene que hablar y en perfecto latin." te respondio ella como un claro reto de su parte. Haciendote que pongas de lo tuyo para aprender.

"Me alegra que entiendas. Al menos comprendes las palabras." dijo ella algo mmolesta pero menos que antes. "Cuentame de ti esclava. Dime que haz peleado que te veo algo timida." comento curiosa.

Alina asintió con gesto tenso.

—Yo prometer mejorar lengua mía, Domina. 

Vaciló un instante antes de responder a la otra pregunta de su ama.

—Yo haber peleado con mis hermanos. Ellos enseñarme. Ellos guerreros en mi tierra. 

Ella asintio.

"Con tus hermanos, algo bastante barbaro. Pero continua el relato, tus hermanos te peleaban en serio o lo hacian por diversion sin pensar en dañarte?" pregunto ella para que amplies mas tu relato. Mientras se pasaba por alrededor tuyo y tomando uno de tus brazos como midiendo los musculos. "Haz matado a alguien y con que arma sos buena?"

Alina parecía más nerviosa por momentos y se restregaba las manos. Negó con la cabeza.

—No, Domina, yo no matar a nadie. Yo sólo practicar por si tener que hacerlo para defender pueblo mío y honor mío. Ser buena con lanza y con espada.

Pareció arrepentida de lo que había dicho.

—No tan buena como gladiadoras.

"Para defender algo incluyendo el honor, las mujeres debemos matar de vez en cuando. Lo sabias?" le pregunto pareciendo aburrirse de tu brazo pero ademas incomodarte con una posible verdad de roma.

Entonces te miro en el rostro. "No eres buena gladiadora? En que sos buena...?" dice y parece quedarse por un momento pensando. "Desnudate querida. Tal vez en eso seas buena." dijo con una orden mientras espero paciente que lo hicieras sus ojos mostrando algo de lujuria.

Alina se quedó sin aliento por breve instante y miró de reojo la extraña expresión de la Domina. Debía calmarse. Era natural que un amo quisiera asegurarse de la salud de un esclavo y revisara su cuerpo. No debía atormentarse por ello. Soenya ya le había dicho que era parte de la vida en aquél lugar. Debía acostumbrarse.

Aun así, no pudo evitar que sus manos temblaran vacilantes al desprender el broche que sujetaba el vestido y que uno de sus brazos, cubriera sus pechos de manera casi instintiva, mientras que, su otra mano evitaba que el vestido cayera al suelo, sosteniendo parte del mismo a la altura de su entrepierna.

Sentía que el calor le subía al rostro y esperaba que ese nivel de exposición fuera suficiente para la Domina.

Miró al frente, intentando mantener la compostura, pero la angustia se veía claramente en su gesto.

La mujer te miraba expectante, poniendose algo molesta cuando ve que no te desnudas completamente. Te vio la cara pero solo suspiro.

"Alina. Debes desnudarte por completo. Quiero ver tu cuerpo entero sin vestido o tus brazos estorbandome." dijo ella acercandose un poco a la pelirroja. "Aunque si quieres puedo ayudarte. Si el problema es que te estresas puedo darte un tecito que te calme." le ofrecio ambas opciones para ella mientras se mantenia cerca sin darle espacio privado.

Alina suspiró hondo y cerró los ojos un segundo. La domina no parecía enojada, pero era mejor no forzar la situación. Era una esclava y debía obedecer. 

—No ser necesario Domina.

Con las manos temblorosas, dejó caer el vestido y puso el brazo en paralelo a su cuerpo, exponiéndose por completo, aunque permaneció con la espalda inclinada, como si eso pudiera cubrirla de alguna manera. 

La romana vio entera a la joven, asintiendo cuando cumpliste con la orden. Luego al verte desnuda se movio hasta estar bien cerca de ella. Ahi Alina sintio la mano de Camilia tocando su espalda, pareciendo acariciarla pero en realidad se fijaba en otra cosa.

Cuando vio donde te inclinabas mas, empujo esa parte de tu cuerpo para que te pararas bien. "Mejor parate bien. Sino te saldra una joroba querida. Ademas asi pudes lucir mejor tu cuerpo." dice la mujer como si te aleccionara como una madre. Pero no era asi porque eras su esclava.

Hecho eso la miro con mucho cuidado buscando cualquier rasgo o marca de enfermedad o algun problema en ella. Aunque no fueron sus ojos quienes observaron sino que sus manos fueron sentidas. En tu espalda en un principio, pero tambien en tu culo, en tu estomago en la parte alta de tus piernas.

Alina dio un respingo y se puso a temblar cuando sintió las manos de la Domina, recorriendo su cuerpo.

Lentamente obedeció y se envaró, irguiéndose en toda su altura.

Sus imponentes y firmes pechos quedaron bien a la vista, bamboleándose ligeramente por su temblequeo.

Apartó la mirada a un costado, para no tener que ver la extraña expresión del rostro de la Domina.

La mujer siguio tocandote, ignorando que desviaras tu mirada. Hasta que sentiste sus manos en tus pechos, dejando sentir sus dedos en ellos y como los trataba con una dulzura diferente a la crueldad que tal vez esperaba ella. "Muy lindos. TIenes un cuerpo hermoso."

"No deberias sentirte timida por lo que tienes. Este cuerpo te hara famosa en roma, aun cuando no seas muy buena luchando." comento ella sonriendo. "Podria darte otro trabajo si deseas que te alejaria de la sangre. Pero tal vez no te guste."

Alina se estremeció y dio un respingo al sentir las suaves manos de la domina sobre sus sensibles pechos y un ramalazo de placer recorrió su cuerpo.

Miró a su ama con lo que esperaba pareciera un gesto decidido y negó con la cabeza. No era tan inocente para no suponer a qué trabajo se refería la domina. También había de esas mujeres entre su pueblo.

—No ser muy buena luchando, pero creo que los dioses darme más fuerza para aguantar una pelea que para aguantar impasible los embates de hombre sobre cuerpo mío.

Las manos siguieron masajeandote los pechos sin timidez y pareciendo ignorar cualquier señal tuya. De cualquier forma parecio reir un poco ante el comentario de ella. "Los dioses son dificiles de entender a veces, acaso dices que no podrias resistir hacerlo con un hombre?" pregunto fijandose en ti. "Eres virgen acaso?" pregunto finalmente dejando tus pechos y elevando sus manos a tu cuello. Acercandose mas a ti con su cuerpo.

Las caricias de la domina sobre sus pechos le provocaban espasmos de placer que sacudían su cuerpo. Su pulso y su respiración se desbocaron y abrió la boca para recuperar el aliento. Sus pezones se endurecieron y su sexo se humedeció. Tuvo que hacer un esfuerzo para poder concentrarse en las palabras de la ama y poder responderle. 

—Si... ser virgen, domina.

"Ya veo. Se nota mucho." comento ella dejando de tocarte de repente. "No te preocupes en este lugar encontraras a alguien que arregle eso. Muy rapido." Comento riendo un poco.

"Tienes algo mas que decirme. Sino creo que ya terminamos este encuentro. Puedes vestirte e irte." dijo ella por si habia algo mas, sino ya Alina ya sabia que se quedarian con las ganas.

Alina frunció el ceño, sin poder evitar un gesto de desagrado ante las palabras de la Domina y luego negó con la cabeza.

Los manoseos del ama la habían dejado con ese mismo extraño desasosiego que sentía cuando la tocaba Soenya, pero, a diferencia de la gladiadora, la Domina le provocaba miedo en lugar de confianza.

 —No, Domina. 

Se agachó a recoger la ropa del suelo y se la puso rápidamente. Se llevó el puño al pecho a modo de saludo y salió del cuarto.