Partida Rol por web

En el movimiento que hace Mars, hay algo que ambas les resulta mas preparado con una facilidad que ellas dos no tienen. Parecia como ambas pensaban que el hombre se encontraba ligado con los dioses y en este caso con el mismo marte. Algo que Livia sentia mas ahi abajo.

Mientras avanzaban las sombras se corrian y los ojos se cerraban o desaparecian. De cualquier forma quedaba una gran cantidad de ellos observando a los tres en su andar. Solo unos pocos parecian mostrar sus rostros y ahi ustedes veian algo mas. Ambas gladiadoras conocian losrostros de sus compañeros y compañeros, incluso estaba el doctore ahi. Tambien habia una gran cantidad de gladiadores que solo reconocian como tal por sus ropas y heridas.

Nadie los tocaban pero notaban como el ambiente se volvia mas pesado para ustedes dos, aunque Mars seguia avanzando hasta dar con la reja abierta. Afuera parecia haber mas luz sin esa sombra y ojos siguiendolos. Se veia un corredor brillante.

Livia reconoció a sus hermanos caídos, los otros esclavos y esclavas que habían perdido por el camino. Sentía entre pena y rabia, al final lo cierto es que todos tuvieron lo que se merecieron. Por cobardes, o por traidores, siendo una cosa tan mala como la otra. La romana no les dedica ni un instante más de su atención de lo necesario y vuelve a centrarse en el brillante corredor.

-¿Es por ahí?-pregunta aunque suponía que si.

Observo como parece que, si me quedo quieta, las sombras me rodearán y me engullirán. Porque de momento no se están acercando, pero sí que noto cada vez el ambiente más pesado, más peligroso. Incluso empiezo a distinguir los rasgos de algunas caras, aunque a la mayoría no las conozco. Sí que distingo al Doctore anterior, y también a Ikateria.

Decidido que lo mejor es seguir pegada al sacerdote todo lo que pueda, así que le acompaño fuera de las celdas dejando atrás esa oscuridad. Por un momento siento como si hubiera escapado del Reino Oscuro, lo que los romanos llaman el Inframundo. Realmente siento alivio cuando salgo de las celdas.

Las palabras de Livia por un momento me hacen reír, pues en su posición dudo mucho que pueda escoger por dónde ir. Quiero decir, todavía tiene la polla de Mars clavada hasta la misma base, y en esas condiciones es difícil que pueda escoger por dónde quiere ir ya que tendrá que ir con Mars.

Seguí el corredor brillante. Moviéndome como en las anteriores visiones llevando a las chicas. 

Le di un azote en el culo a Livia. Si es por ahí. No te muevas mucho no me rompas la polla o te la meterás hasta el útero tu verás.

Paso una mano por la espalda de brinda pegándola más a nosotros dos para que vayamos todos juntos y sigo por el corredor con ellas.Aqui teniamos que ir todos juntos hasta ver a los dioses

El correrdor se vuelve mucho mas corto que en la realidad. Pronto se encuentran en uno de los jardines del Ludus. Lo primero que notan ademas de lo calido del sol es que el sacerdote ya no brilla como antes sino que tiene su aspecto comun de humano.

Avanzan y en unos sillones cercanos al jardin vuelven a ver figuras aunque estas tiene un aspecto romano con sus togas limpias y copas en las manos. De vez en cuando se la llevan a la boca pero esta se vierte en sus cuerpos, que se manchan de un color rojo oscuro como si fuera sangre. Al verlos parecen reir entre ellos y señalarlos como fueran algo gracioso, lo cual podria ser por la posicion de livia.

De cualquier forma tambien se acercan a los tres rodeandolos. Riendo y pronto empiezan a escuchar insultos de ellos. Como si los conocieran de toda la vida empiezan a burlarse de forma que solo pocos pueden o deberian poder. Insultos comunes del dia de hoy pero tambien de cuando eran jovenes o en su crecimiento, de sus pueblos o regiones.*

Entonces uno de ellos quiere tomar a livia y sacandosela de encima a Mars comandola de las piernas para arrastrarla. "Ven puta, te hare otro hijo para matartelo y a todo lo que quieras sirvienta." Mientras otras otras toman del pelo a Mars con fuerza mientras otras las arañan. "A marte no le importas. Por eso deja que los demas sacerdotes te odien y que se muera tu sirvienta." Brinda no la tiene mas facil porque siente con un espada curva egipcia tiran de ella. "Nunca seras libre. Pronto volveras con nosotros cuando te vendan."

Asi decian las voces cercanas de esotos que querian separarlos. Aunque podian combatirlos era complicado con mas manos que se agregaban a ese esfuerzo de separarlos.

Cuando observo a los romanos me pregunto si esos serán los dioses. Desde luego no parecen nada impresionantes.

Entonces nos rodean insultándonos. Insultándome en mi lengua de origen. Cocolo cogioca (negra traicionera), chalunga Chango (chapucera jactanciosa), Macaca (similar a un mono) y cosas peores son las que tengo que oír, al tiempo que siento que intentan arrastrarme lejos del resto.

Pero es cuando siento los cuchillos curvos egipcios cuando pego un grito de rabia mientras me agarro con todas mis fuerzas a Mars, al tiempo que empiezo a soltar patadas a todo lo que se me ponga por delante. El recuerdo de la serpiente me vuelve a asaltar, provocando que un miedo completamente arraigado en mi corazón se revele en una rabia imposible de controlar.

Por lo tanto seguiré pegada a Mars, dando patadas, puñetazos, mordiscos... todo lo que haga falta con tal de no separarme. Esa es la verdad, la verdad de mi docilidad con los romanos: los veo como mi única salvación, y por tanto estoy dispuesta a hacer lo que sea para que no me aparten de ellos y vuelva a Egipto.

Livia no tiene problemas en mostrarse inmune a las risas de aquellas representaciones de los patricios, era una prueba fútil para su templanza, no se iba a achicar por unas risas.

Lo que pasó después si que provocó su pavor, por un momento el ataque la pilla desprevenida y se ve separada del sacerdote, pero en su terror y su furia nacida de las palabras de ese hombre logra atinar unas cuantas patadas y manotazos duros, gira su cara y ve que el resto de sus acompañantes también están en problemas.

-¡Debemos permanecer juntos! Son representaciones de nuestros miedos, no dejemos que nos dominen.- les recomienda a todos mientras ella luchaba por convencerse a sí misma de que podía con aquello. Era más fácil decirlo que hacerlo, claro, pero ella trata por todos los medios de sacarse a su marido de encima para volver junto a Brinda y Mars.

Cuando vi que se llevaban a Livia me moví para que no me rompiera o dañara la polla al salir, por suerte salió bien.
Mire a todas aquellas manos y gente que se burlaban de cada uno de nosotros.

Primero mire a la que me insultaba a mi. -No he luchado y comandado ejércitos, viendo en los ojos de mis hermanos de batalla el miedo.la desesperanza escuchando sus gritos de dolor, el frio acero romper sus huesos y pensar el sufrimiento que pasaran sus familias. No he atravesado el reino de Plutón cada noche esperando a que la muerte me alcance herido y superado par ahora ser derrotado por unas furias.-dije mientras le daba una patada en el pecho tirándola lejos de mi luego mire a al que estaba con Livia

-Ella ya no es la mujer acomodada y débil que hacia lo que deseabas y se reconfortaba en la comodidad y el dinero. Ahora es una mujer hecha así misma con su voluntad y su sangre, ha tomado sus decisiones, ha corrido sus riesgos, luchando y ganándose cada segundo de su vida, sin que nadie se lo regale.
Dándole un codazo y trayendo a Livia hacia mi con un brazo.
-Ahora es una princesa guerrera-termine

Luego al que iba por Brinda le di una bofetada bien grande

-Y vosotros ridículos seguidores de dioses con cabezas de ganado. Tampoco tenéis idea de con quien estáis hablando. Esta mujer tampoco es lo que conociais,no es la pequeña gacela que podíais adiestrar y torturaron la que jugabais a cazarla como un conejo.
Esta valiente ha venido a una tierra que no es la suya, ha aprendido un idioma, ha sido capaz de dejar atrás sus débiles dioses y abrazar a Marte, a luchado con su lanza y pisoteado gente. mientras muchos solo han visto en ella su cuerpo y su carne a seguido adelante con cada cosa, cada insulto por su piel y procedencia y se ha hecho respetar en la arena.

Es mucho mas que carne, ya no es vuestra gacela,no es sólo una esclava,ahora en la arena es una  pantera en libertad.

Y luego me refiri a todos por igual que los acosaban.
-Y me importa una mierda lo que digái,s Marte esta en mi desde que luchaba por salir del vientre de mi madre hasta el dia que me muera y ahora apartad de aqui de una jodida vez que los dioses nos esperan. -dije tirando adelante con las dos

La violencia con la que actuan los tres contra esos supuestos patricios y demas fantasmas que tratan de separarlos, se marca con fuerza. Como si las patadas y puños de ustedes fuera mas potentes que en la realidad. Rapidamente se los sacan de encima mientras ahora los tres estan de pie pero no separados. Los enemigos se retiran con sangre y heridas tras los ataques de ustedes incluso algunos de ellos cayendo al piso siendo arrastrados por otros fuera de ahi.

Al terminar se encuentran solos con sangre en sus puños y en el piso. Libres de avanzar de nuevo. Aunque sus pasos parecen mas largos de lo que parecen porque de nuevo se mueven por el ludus rapidamente hasta estar en la famosa area de este lugar.

En la arena hay multiples armas todas acomodadas en lo que parecia una enorme mesa ya que tenia armas de todo tipo. Cerca de la mesa estaba la estatua de marte juzgandolos como siempre hacia y señalandolos en ese momento con la lanza. Cerca habian tres cruces de madera armadas y apoyadas en la tierra.

"Eso espere de ustedes, rebelion y sangre contra quines no me merecen. Quiero que maten." expreso una voz contundente que sin saberlo sonaba distinto para los tres. "Sino el final de ustedes esta ahi esperandolos." dijo y no tuvo que señalar para que supieran a que se referia.

Las palabras que dice Mars me hacen sonreír mientras sigo enfrentándome a esos supuestos Patricios. Lo sorprendente es la fuerza que parecen llevar mis golpes, haciendo que incluso alguno salga volando una corta distancia y rompiendo más de un diente y de una nariz.

Finalmente los fantasmas del pasado se retiran y podemos seguir nuestro camino, camino en el que sigo pegada a mis dos compañeros hasta llegar a la arena.

Como siempre cuando entro en la arena me giro hacia Marte para rezar una rápida oración pidiendo su protección, pero me sorprende ver que su lanza nos está apuntando.

Entonces escucho esas palabras que parecen provenir de todas partes y me giro hacia la mesa, sin haber llegado a rezar mi oración. Miro a mis acompañantes y les empujo en dirección hacia la mesa de dónde cojo una lanza. ¿A quién debemos matar? pregunto a la voz que de algún modo entiendo que es Marte.

La romana escupe al suelo en dirección a las pobres almas desgraciadas que han osado enfrentarse a ellos. Livia levanta la vista al frente y se siente poderosa, junto a sus compañeros, siente que pueden vencer cualquier cosa. 

El respeto la inunda al encontrarse con la estatua de Marte, ella interpreta que les apunte con la lanza como un desafío. Marte siempre quiere sacar lo mejor de sus siervos y para eso debe llevarles hasta el límite. Ahora hay armas ante ellos, es evidente que la prueba a que se enfrentarán ahora será más dura que la anterior, sólo los mejores podían reclamar una audiencia con el dios de la guerra.

Livia toma también una lanza y asiente a Brinda, enarbolando su asta en la mano, vigilando los alrededores, esperando a que cualquier enemigo surgiera de cualquier parte.

-Atentos.-recomienda, con sus sentidos ya puestos en el campo de batalla. 

Cuando llego a la arena con la estatua de Marte hago una reverencia y tomo la lanza como el resto.

Escucho las palabras del dios pero algo en dice que no es una prueba a la que debamos enfrentarnos ahora. Si no que nos habla del futuro de una posible rebelión y que debemos apoyarla y matar a los infieles al Dios de la guerra.

Aún así hago como dice Livia y me pongo en guardia

Así se hará mi señor,gran Marte invictus

Me sorprende la reacción de la estatua, aunque no tardo en ir a por otra lanza cómo me ha ordenado. Mientras tanto sigo escuchando lo que dice aunque me mantengo atenta por si nos manda a alguien para luchar.

Su pregunta me hace reaccionar rápido. A cualquiera que tenga ocasión y que se enfrente a mí. Lamentaré si también adora al gran Marte, pero en mi posición no puedo elegir no derramar la sangre de quien adora a mi dios. Y menos si ese se está enfrentando a mí en combate. Es lo justo.

Ni siquiera pienso la respuesta. Si la pensara igual hubiera respondido otra cosa, pero solo digo la verdad.

-Mi señor Marte, sus alianzas son las mías, os debo la vida a vos y solo a vos. -le responde con seriedad, posando el pomo de la lanza en el suelo e hincando la rodilla en la arena, bajando la nuca, exponiéndola a su ira en acto de entrega total- No olvido mi misión, soy la Parca, cumpliré la voluntad de los dioses y mataré a aquel cuya ambición desmedida deshonra el panteón y mancha nuestro imperio. Y asumiré la muerte que me depare la ley por lo que haré pero sé que seré recompensada en los campos Elíseos. Mi lealtad está con los dioses, no con los hombres.

Mire un poco al dios mientras las demás respondían.

​​​​​​Llegado el momento y cuando vos indiquéis derribare y daré muerte incluso a los dioses si ellos se vuelven en su contra sea quien sea. Pues como Livia ha dicho mi camino está solo con vos y no con el resto de olímpicos.

Cuando inicie la lucha yo comandare la guerra,con la parca a un lado y una furia al otro.   refiriéndome a Brinda

Mi lanza tomara la vida de nuestros enemigos indique 

En mis palabras encontraran la verdad y tu mando. Hare que me escuchen y comprendan tu poder, el verdadero camino de la guerra. Alentare sus espiritus y sus almas,dare vida a su valor y su furza para que se unan a la causa y enarbolen las armas en tu nombre mi señor.-dije en respuesta a lo que me habia dicho mas luego quede pensando.

Asi se hara tendreis un hijo con mi sangre y una de ellas,pero no quisiera contravenir vuestra palabra. Pero habeis pensado en uno con cada una con mi sangre y las suyas. Un romulo y remo vuestros hijos una vez mas fundando una nueva Roma,volviendo a sus origenes por vuestra gloria pero esta vez unidos como siempre debio ser.

Afirmo ante sus palabras y luego miro a mis acompañantes. Ellos me han enseñado bien el camino correcto de los auténticos dioses. No podría estar más agradecida por haber encontrado a alguien como ellos capaces de perder su tiempo intentando enseñarme. Lo menos que podía hacer era corresponderles aprendiendo de igual forma.

Escucho lo que dice y afirmo. Así se hará, mi señor. Y dado que su hijo debería llevar su palabra a Roma, si decide que solo tengamos uno, creo que lo ideal sería que lo tuviera Livia. En este caso mi color de piel importa.

La romana se alza hincando el pomo de la lanza en la tierra, en sus ojos brilla la determinación y una feroz devoción, quizás con un punto de fanatismo.

-No fallaré cuando llegue el momento, las prácticas me han perfeccionado y aunque haya cometido errores, mi determinación no ha sido jamás tan enérgica.- asegura mirando a los ojos del dios con decisión.- Si sobrevivo a la liza, será un honor portar en mi vientre a aquel que traerá los designios de Marte al mundo, daré a luz a la guerra y su destino será complaceros. Será un honor guiar a mi descendencia hacia vuestro camino.-afirma, aunque los ojos casi se le humedecen por unas lágrimas rabiosas y fervorosas.