Partida Rol por web

Habia pasado todo el dia pensando en lo que ocurrió en la noche y en la madrugada, aquella tristeza manifestada por la rimana le hacia querer volver a tenerla entre sus brazos y hacerla diafrutar un poco más de las atenciones que en su tiempo de noble no pudo diafrutar.

Volvió a hacer lo mismo que aquella vez, fingiendo dar una vuelta de reconocimiento y guardia, memorizando el recorrido de los guardianes mientras se dirigía a la celda de Livia.

Una vez allí, todos parecian dormidos, abrió la celda tocando un par de veces sutilmente el cerrojo solo para abrir la reja e internarse en la oscuridad solo para apreciar su rostro una vez más.

-Amor mío, ¿Te gustaria venir conmigo a mi cuarto? Deseo tenerte entre mis brazos una vez más, aun que solo sea para que duermas acurrucada a mí-

Musita con cariño el galo a la romana.

La romana se sobresalto ligeramente al notar el toque en el cerrojo y cuando suene que se abre la puerta, escudriña la oscuridad hasta que sus ojos se acostumbran a ésta. Parece que casi se había quedado dormida pero logra reconocer el rostro o más bien, el bulto del cuerpo del doctore y su voz susurrante.

Livia deja que en su rostro se dibuje una sonrisa y se incorpora posando su mano en el brazo musculado de éste:

-Pense que ya no volverías...vamos...- ​​​dice atendiendo a su petición a la cual ella también estaba ciertamente deseosa. Con un apretón de su mano le dio a entender que estaba lista para irse con él.

Se mostró sonriente a la romana, claro que esperaba poder llegar aún más lejos, ya que la vez anterior no pudo acabar si quiera y eso le trajo algunos problemas, no pudo concentrarse a la hora de entrenar a las mujeres, aún tenía el deseo de poder alxanzar aquella sensación tan sabrosa en compañía de la romana.

-Haremos el mismo juego de evadir al guardia-

Dijo Kellan a Livia para poder llegar a au cuarto, si no tenian cuidado, un rumor podria llegar a oidoa de Camilia, y la lanista no era lo que podria decirse, contemplativa ante una traicion.

Livia sigue a Kellan por el camino que ya conocían, esperando a que los guardias dieran la vuelta en su ronda para pasar por su espalda pero aún así debían ser cuidadosos.

Livia está bastante segura de que nadie los ha detectado aunque eso nunca puede saberse, presurosos, los amantes cruzan el patio bajo la luz de la luna y pronto vuelven a hallarse en el aposento privado del doctore.

Por su parte, el doctore tuvo tanta habilodad para pasar desapercibido cómo un elefante que escapó de su dueño y pasea por las calles de Roma.

Sabía que los guardias lo verían, más no servía de nada ocultarse para el, por esa razón salió cómo siempre, y su presencia pudo distraer a los guardias de Livia que iba junto a el y tuvo que separarse.

Buenas noches caballeros, estupenda noche... ¿No os parece?

Livia se da cuenta de que el doctore se ha separado de ella cuando oye su voz hablar despreocupadamente, pero ella se encuentra ya al final del pasillo y no se atreve a avanzar sola ni a retroceder. Si ya era malo que los descubrieran juntos, si acaso la descubrían merodeando sola, el castigo sería terrible, de manera que se quedó agazapada en un rincón oscuro, pegada a la pared tanto como podía, rezando a los dioses para que nadie con mejor vista apareciera en ese momento.

El guardia se sorprendio un poco al ver al Doctore en su patrulla, pero no por ello se alerto. Sostuvo con mayor fuerza su lanza. "Buenas noches Doctore, esta haciendo una caminata nocturna?"  pregunto dentro de todo amistosamente. "O acaso ha visto algo sospechoso?" pregunto paranoico como buen guardia.

Digamos que una caminata nocturna, ayuda a calmarme de los entrenamientos-

El doctore fue abierto, no dijo nada más y se dio media vuelta, no sin antes mostrar respeto al hombre que en teoría cumplia con su trabajo.

Que pase buena noche, y que su relevo llegue rápido para que descanse-

Se mostró serio pero tranquilo, y de esa forma se fue alejando, manteniendo la atención sobre el para que nadie notara a Livia hasta que salió de la vista dwl guardia.

"Muchas gracias Doctore, que a usted le sirva tambien la caminata." dijo el guardia que empezo a moverse tambien aunque siguiendo al hombre. "Espere antes que se vaya. Me llego un rumor. Es cierto que se coje a una de las gladiadoras? Si es asi como se siente? da pelea?" pregunta el hombre con una sonrisa picara divertido por esta charla entre hombres que podrian llegar a tener.

...por el monte olimpo... maldice para sus adentros la romana, viendo que el ocioso guardia parecía que no iba a ser tan fácil de esquivar, pareciendo que tenía ganas de cháchara con el doctore. Livia se puso algo nerviosa pero permanece oculta en su esquina al final del corredor, esperando que al llegar a a bifurcación el guardia siguiera su camino. 

La romana había pensado en adelantarse para esperar al galo en sus aposentos, mas pronto descartó esa idea pues de nada le serviría llegar hasta allí si no podía traspasar la puerta. No le quedaba otra que esperar.

Duilius cambió su rostro un poco, mostrando un poco de mal genio, pero sinbperder el respeto por el hombre, más la pregunta había sido un poco, bueno, inadecuada.

-Disculpas, pero yo no le pregunto si cuándo fornica con su esposa la hace gritar hasta que el mismo Jupiter se le levante la polla... Son rumores, y rumores infundados, de momento solo centre su atención en vuestro trabajo, ahora debe disculparme, me retiro a mi cuarto-

Se mostró amable y bastante tranquilo, pero tambien mostraba un halo de afresividad sutil, queria mantener todo aquello en privado.

El tipo se asusto un poco, ahi de noche con tremendo grandote. “Si, no. Disculpeme Doctore. Tiene razon, ya me voy.” dijo quedandose en el camino con un gesto del rostro saludo y volvio a patruyar por otro lado dejando que los amantes volvieran a lo suyo.

Livia ahoga una suave carcajada y, cuando el soldado asustado se ha ido, sale de su escondite un poco para sonreirle a Kellan:

-Ese no volverá a meterse en asuntos que no le importan.- asegura aún con una sonrisa divertida en los labios.- Venga, vamos, aún así estuvo cerca.- dice encaminándose de nuevo hacia los aposentos del doctore.

Este suelta una suave risa ante las palabras de la romana, tal vez para compartir con ella la raxon qie manifestaba, pues habia puesto al soldado en su lugar despues de la inapropiada pregunta.

No, no volverá a tratar de hacerlo en su vida, más ahora podemos volver a lo nuestro-

Sonrió mientras se daba vuelta para mirar a la mujer, y asentir a sus palabras, comenzandp a guiarla a su habitación nuevamente.

Llegan a la puerta del cuarto y Livia se apoya en la jamba de la puerta, manteniéndose aún algo escondida por si acaso alguien les continuaba vigilando. No se la veía en exceso preocupada ni nerviosa y aun así daba la impresión de esta dándole vueltas a algo:

-¿Crees que será verdad que hay rumores sobre nosotros? - le pregunta sin querer darle mucha importancia, pero curiosa.

Kellan se queda mirandola ante su pregunta, un poco desconcertado, pero sabia bien a que se referia, y pensaba que se estaba preocupando demasiado, más no siguió indagando.

Los rumores siwmpre van a existir, y los que los creen más aún, pueden pensar o imaginar lo que quieran, no es su asunto, pero... Eso te molesta?

Le preguntó un tanto preocupado a la romana

-No...no en verdad...seguramente sólo son habladurías y creo que nadie en su sano juicio pensaría que tu y yo tenemos nada...- dice riendo un poco, pensando en lo mal que trataba al doctore durante los entrenamientos, desafiando constantemente su autoridad, provocando que él gritara y chascara su látigo...sin que nadie la viera, ella siempre respondía mordiéndose el labio inferior cada vez que lograba sacarlo de sus casillas, aunque sólo fuera un poco.- me encanta cuando te pones tan...autoritario con los soldados...con los otros gladiadores... y conmigo.- comenta apoyándose en la puerta al entrar, cerrándola tras de si con su espalda- me haces sentir tan...tuya.

La buena noticia es que no nos molestará más, al menos por un largo tiempo

Expresó a la romana con calma, contemplandonsu figura mientras ella dedicaba unas palabras más, hasta que se internó en el cuarto de Duilius, El doctore apretó la mandíbula en una expresión de deseo que no pudo controlar.

Se acercó a ella, apoyada en la puerta cerrada.

Y yo disfruto cuándo acaparas mi atención, cuándo desafías mi instrucción... Me pones a tu disposición cuándo quieres...

Acortó aún más la distancia entre sus cuerpos, olfateando su cabello, qntes de posar la lengua por sobre el pómulo de su oreja.

Y es que aún no eh empezado a hacerlo cómo te gusta... Primero lento y gentil, y luego cada vez más- Mordió suavemente la parte suave de su oido- fuerte-

Sus manos agilmente se deslizaron por la sintura de la romana, quitando el abrojo del cinturón de la falda, y dejándolo caer al suelo sin miramiento alguno.

La romana se muerde con fuerza el labio inferior y alza sus brazos para rodear el fuerte y musculado cuerpo del doctore, casi colgándose de su cuello y dejando que la libere de sus prendas inferiores. En respuesta al lametón y el mordisco de Kellan, Livia rie seductoramente en su oido y se aproxima para morder la fuerte piel del pecho del galo, pues allí era donde llegaba con sus dientes, al menos en esa posición. Lo hace con cierta fuerza, sin duda busca provocarle, tirando un poco.

-Lo que no sé...es a qué esperas para empezar...al final voy a coger frio...- susurra juguetona y sus uñas marcaron un poco la nuca de Kellan.