Partida Rol por web

Scythe

Escena 1: El contrato

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11/10/2018, 10:04
Director

Notas como Xabier te guiña un ojo levemente, parece que sabe quién eres y cuál es tu misión. No hace ningún gesto más pero te tranquiliza con ese simple movimiento. Puede que luego quiera charlar contigo aunque eso no lo sabes todavía.

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11/10/2018, 10:05
Director

El arma vírica es una mutación del virus influenza A H1N1, recuperado de cadáveres fallecidos durante la pandemia de Gripe Española. En 1918 su letalidad fue del 6% mundial, según los estudios de tu viejo amigo seguramente ahora su letalidad haya aumentado hasta un 18% mundial en caso de soltarse libremente. Su periodo de incubación se redujo al máximo por lo que encima no existe mucho tiempo desde la aparición de los primeros síntomas hasta la muerte.

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16/10/2018, 13:21
Álvaro Díaz de Vivar

No me molesté en disimular mi incomodidad ante las palabras con que el Inspector Jefe respondió a la señorita Blanco. Había ciertos aspectos del trato al personal que no iban conmigo. Las indirectas, las amenazas veladas y la coacción como acicate para esforzarse, estaban entre ellas. Los hombres que trabajaban únicamente por miedo al castigo eran mucho menos eficientes. En el mejor de los casos, se esforzaban al cien por cien. Los que trabajaban por devoción, inspirados, leales, con fe en lo que estaban haciendo, eran capaces de dar aún más. Eran capaces de volar a ras de suelo entre fuego enemigo para inutilizar dos acorazados, arriesgar sus vidas más allá de lo exigible, por creer en que la decisión de su capitán era la correcta, y que merecía la pena perder la vida, llegado el caso, por la posibilidad de salvar las vidas de muchos compatriotas.

Mis hombres merecían la medalla tanto como yo. Tal vez más.

Xabier Silva y Andrade tomó la palabra, confirmando mis sospechas. Juan de la Cierva, grande de España, ejercía de intermediario con los grandes poderes del país. Tal vez, sólo tal vez, no estuviera la Corona detrás de todo aquello, pero igualmente lo estaba la plana mayor del Gobierno del régimen. Explicó con mayor detalle lo referente a lo que debíamos recuperar, una investigación científica con potencial para convertirse en un arma de destrucción masiva de tipo biológico. Un virus. Alcé la mano, aguardando a que se me concediera la palabra para preguntar.

Con permiso... ¿En qué consiste exactamente lo que debemos recuperar? Permítanme explicarme mejor... ¿Se trata de la investigación, o son muestras de ese virus? Lo pregunto porque sería de interés conocer el soporte en que puede ocultarse, su tamaño, o si debemos tener algún tipo de... precaución. -Nadie quería ser la primera víctima de ese virus- ¿Contamos con alguna pista acerca del paradero de ese traidor, o partimos de cero? -Añadí- Y por último, ¿en qué consiste exactamente la posición de los servicios secretos británicos? ¿Vamos a colaborar con ellos, o simplemente se apartarán de nuestro camino?

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16/10/2018, 13:59
Xabier Silva y Andrade

- Lo que han sustraído del laboratorio ha sido el estudio al completo y cepas del virus viables. Seguramente el doctor Fischer pueda explicarnos más sobre ello. - contesta Xabier - El traidor está localizado, sabemos donde estará los próximos días que es cuando hemos decidido tomar cartas en el asunto. No colaboraremos con los británicos, en principio nos han comentado que despejarán las redes para sacar a sus hombres y que nosotros podamos actuar sin miedo a causarles bajas. Uno de sus agentes era el mediador del trabajo y ya ha regresado a Londres. El problema es que hay otros países interesados, por ejemplo la URSS, Turquía, Libia, etc...es un producto goloso para muchos países, algunos de ellos aliados nuestros como Libia. Por lo que la situación podría tornarse más complicada por momentos...

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16/10/2018, 14:10
Trillo

Trillo se reclinó en la silla.

- Tal vez sería mejor que empezaramos por el principio- sugirió.- Ya que algunos han de meterse en esto sin ganas, que al menos sepan porque- añadió.- ¿Cómo empezó el asunto?

Trillo tenía una apariencia rocosa sentado en la silla, parecía capaz de permanecer allí, esperando respuestas, durante mil años o más. No parecía impresionado ni por los títulos ni por la fama de los presentes en la reunión. Tal vez por falta de conocimiento. Clavó sus ojos oscuros que nunca parpadeaban en el recién llegado y esperó su explicación.

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16/10/2018, 16:16
Xabier Silva y Andrade

- Pues el punto de comienzo es sencillo, en las últimas semanas varios miembros de la élite científica de este país han sufrido robos en sus casas y laboratorios secretos. Todos estos robos han sido orquestados por un antiguo agente de nuestro servicio secreto, que a la postre resultó ser un doble agente. Creemos que está a servicio de los comunistas. Éste individuo ha salido ya del país y pretende vender los secretos en una cena que se celebrará en Suiza. - contesta el militar - ...no estoy autorizado a revelar el nombre del espía pero en cuanto nuestro anfitrión llegue él se lo indicará.

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16/10/2018, 17:38
Germán Ballesteros

Un silencio incómodo se instaló en la mesa. Algunos bebían mientras desviaban la mirada... otros parecían mscullar algo entre dientes pero ninguno se pronunciaba.

Germán comenzó a tamborilear con los dedos sobre el mantel de fino hilo brocado. Sin darse cuenta estaba siguiendo un conocido pasodoble hasta que vio que alguno le miraba por la poca idoneidad de su tonada.

- Perdón... - concluyó a la vez que paraba en seco el soniquete. - Pues si el susodicho señor de la Cierva se va a demorar, más nos vale buscar una baraja y echarnos un Mus.

Arqueando las cejas se levantó y se abrochó la chaqueta cruzada de su traje.

- Solo bromeaba... si me disculpan, voy al servicio.

Germán estaba nervioso y eso le hacía comportarse de manera impulsiva y descontrolada. Solo necesitaba echarse un poco de agua en el cogote y cambiarle el agua al canario para retomar el control. Y que luego pasase lo que tuviese que pasar pero pronto... o le acabaría dando un soponcio.

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17/10/2018, 11:24
Aitor Haurtxohondatu Gaztelumendi - "Gastelu"

─¿Vamos a ayudar a atrapar a un traidor al *tiránico* régimen español... ajá. Sip. Tienen mi plena colaboración. Si fuera por mi y sin tener a mi chica atrapada, me hacía colega del tipo, ole sus huevos ─pensó para sí el vasco.

Por desgracia para él al atraparle y someterle a su "lavado" también atraparon a su chica y no podía dar un paso sin recordar que sus acciones repercutirían en el trato que fueran a dar. Si fuera por él haría rato que les hubiera dejado algún regalito de despedida...

─Cojonudo, un lío de pelotas, vamos. Perdón por la vulgaridad, pero tendrán que reconocer que no me he quedado ni un pelo corto ─dijo Gastelu en un ex-abrupto─ Por cierto, me pueden llamar Gastelu, fuera del País Vasco ni Dios pronuncia mis apellidos en condiciones. Pues nada, si quieren unos puros o algo no tienen más que pedírmelos, algo me dice que vamos a tener que llevarnos requetebién... ─apostilló con cierta sorna, yendo a sacar el puro que tenía a medias de la reunión ante el restaurante para darse cuenta de que ya no tenía la chaqueta encima y materializar con total naturalidad uno nuevo en la mano, que procedería a encender con el zippo con un pentágono invertido inscrito en un círculo que sí se había guardado en el bolsillo.

Colaborar tenía que colaborar, e incluso mostrar cierto respeto hacia sus "superiores", pero nadie le había prohibido (todavía) retener en lo demás su afilada lengua.

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20/10/2018, 18:06
Cristina Blanco Gutierrez

Arqueé una ceja y miré fijamente al hombre que parecía decidir por mí donde debía sentarme. Para él era educación, para mí un nuevo intento de dominación. Supuse que confesando mi naturaleza a los presentes, alguno me temería... al menos un poco. Pero se veía que en estos tiempos la figura del lobo solo era temida por los niños. Cuanto daño habían hecho con el cuento de Caperucita Roja y demás historias infantiles...

- Lo lamento, señor Díaz. Me gusta elegir donde me siento y con quien. - Le dije reclinando la silla que me ofrecía y sentándome de tal manera que pudiese ver todas las entradas al lugar desde mi asiento y buscando tener solamente pared a mis espaldas. Sabía que mi actitud no estaría bien vista y que en una situación normal se me tacharía de rebelde e incluso sería apresada y llevada a un calabozo. Pero lo bueno de aquella noche, de aquella velada, es que "todo estaba permitido".

Fijé mis ojos en el inspector cuando este respondió a mis dudas. Dudas que simplemente confirmó, puesto que sabía que me colocarían la etiqueta de "enemiga del régimen" y pondrían precio a mi cabeza, aunque el señor Mayo lo hizo sonar menos amenazante, supe leer entre líneas lo que quería decir. Yo y todos los presentes, por supuesto. Ya tenía mi respuesta, lo demás me importaba más bien poco o nada. Así pues dejé las preguntas para los demás mientras me centraba en conocer a mis nuevos amigos. Y fue precisamente al escuchar unos golpecitos en la mesa, que entonaban una canción que sabía que conocía, pero que no era capaz de identificar en ese momento, lo que me hicieron mirar hacia el señor Ballesteros con extrañeza.

El hombre estaba nervioso, podía notarlo escuchando su corazón latir y percibiendo el olor de las diminutas partículas de sudor que su cuerpo expulsaba y que nadie más notaba. En cambio, aquel hombre, Trillo. Era todo un misterio para mí. Era cierto que se escuchaban historias de hombres muertos que "vivían", pero jamás coincidí con ninguno. Pero fue el vasco quien cautivó toda mi atención con sus palabras. Estaba claro que no estaba aquí por propia voluntad y me preguntaba que tendrían contra él para hacerle estar allí.

- No fumo y  no me gusta el olor a tabaco o puro... y menos aún en mi ropa o mi cuerpo. Altera mi olfato y no es tan preciso como debiera. - Le dije al hombre cuando ofreció aquel mal vicio a los presentes. Cada vez tenía más claro que aquella velada iba a ser realmente larga y pesada.

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21/10/2018, 16:44
Azucena Ruiz

Cuanto más escuchaba del cometido que nos habían encomendado, menos me gustaba todo aquello. Ante mi pregunta de si se conocía la localización del arma, recibí respuesta del científico alemán en lugar del inspector, afirmando que seguramente aquella sería la primera parte de nuestra misión; si bien aquello sería algo que el anfitrión tendría que aclarar.

Esperaba que el hombre se equivocara, pues ello complicaba mucho más las cosas, aunque eso también explicaría semejante número de personas en aquella reunión. Cierto era que no sabía de qué manera iba a colaborar cada uno de los presentes, pero los “agentes de campo” generalmente trabajaban en grupos más reducidos.

Tras aquello se dio un momento de charla durante el cual no participé, desprendiéndome de mi abrigo para entregárselo a uno de los camareros, mostrando el traje verde que vestía, cuya falda llegaba hasta el inicio de las pantorrillas. Tras acabar la copa de vino blanco saqué mi pitillera y con delicadeza tomé uno de los cigarrillos, encendiéndolo antes de dar una suave calada. Aquel era un mal hábito, al menos por lo que cierto sector aseguraba, pero para mí se había convertido en un recurso.


 

Cuando Mayo anunció que el anfitrión se retrasaría y nos dieron acceso al comedor, el apellido de la Cierva se dejó oír en el lugar. Grandes de España y dedicados a la industria aeronáutica, me preguntaba cómo habrían terminado implicados en todo aquello.

- Gracias. – le dije al Señor Díaz para agradecerle el ayudarme a tomar asiento, acompañándome de una comedida sonrisa.

El educado gesto no pareció sin embargo del agrado de la Señorita Blanco, que rehusó a aceptarlo, provocando que me quedara mirándola unos breves instantes; intrigada por su persona. De poder, hubiera esbozado media sonrisa, pero no podía permitirme revelar aún nada más.

Entonces llegó alguien más, a quien el inspector presentó, disculpándose después el último invitado a aquella “fiesta”. Me resultó curioso que Díaz y Silva se conocieran, preguntándome cómo podría afectar aquello a nuestra labor.

Cuando todos estábamos ya sentados, la mujer sacó el tema de qué le impedía largarse de allí, pues al parecer su caso no encajaba en los motivos anteriormente dados por Mayo para participar. La verdad es que si así era, no comprendía por qué había acudido siquiera a aquella reunión. La respuesta que recibió por parte del inspector no dejaba nada claro, aunque imaginé que la abstracta respuesta tendría algún significado más para ella.

El Señor Silva tomó la palabra tras aquello, hablándonos del anfitrión y disculpándose en su nombre, comenzando tras ello a informarnos sobre el motivo por el que estábamos allí. La preguntas y respuestas en torno a la misión comenzaron a sucederse, mientras yo me preguntaba quién había tenido el valor de traicionar al Servicio Secreto. ¿Quizás aquel era el motivo por el que me habían enviado a mí? ¿No habían querido involucrar a nadie que hubiera trabajado ya con el traidor? Quise preguntar de quién se trataba, por si había oído hablar de él o alguno de mi contactos lo había hecho, pero Silva nos informó de que sería de la Cierva quien nos informaría de la identidad de aquel sujeto.

La conversación se tornó de pronto más distendida, permitiéndose algunos bromear, momento en el que la mujer licántropo hizo gala nuevamente de su carácter.

- Disculpe, no tenía conocimiento de eso. – le dije tras sobresaltarme ligeramente, apagando el cigarrillo de inmediato en uno de los ceniceros de la mesa, para unirme después a la ronda de preguntas en torno a la misión. – Así que sabemos dónde está el sujeto, contamos con vía libre en lo que respecta al Servicio Secreto Británico, y hemos de cuidarnos de los agentes de otras naciones. ¿Voy bien? – pregunté mirando a Silva. - ¿Con qué nivel de libertad contamos? ¿Vamos a poder planificar nosotros mismos la actuación en base a la información dada, o recibiremos instrucciones exhaustivas? Y… - miré brevemente a Díaz, antes de regresar mi mirada a Silva. – ¿El Señor Díaz o usted ejercerán de cabezas de grupo? Porque es evidente que no se encuentran aquí en las mismas condiciones que el resto. – afirmé con seguridad.

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21/10/2018, 18:45
Director

En tu paseo por las instalaciones puedes ver el ajetreo de los trabajadores. Te da la impresión de que faltan camareros y personal de cocina, crees que está sólo un tercio del personal de cocina y lo indispensable para el personal de sala.

Te acercas al despacho del dueño, está pasando las cocinas y tiene una salida a un callejón trasero. Hay un fuego encendido y el dueño está allí leyendo un periódico. Está nervioso y de vez en cuando mira su reloj, parece que quiere terminar cuánto antes la cena o que le preocupa que el anfitrión no haya llegado aún.

Sigues echando un vistazo y ves que en el exterior hay dos coches cuya matrícula empieza "PPA" (Parque de la Policía Armada). En su interior cuatro policías en cada uno. Las personas que pasean te parecen que no son simples transeúntes, varios de ellos parecen caminar a paso de tortuga a pesar de que el frío en la calle debe ser cercano a los cero grados. Son policías o agentes, la seguridad es muy alta pero intenta pasar desapercibida aunque cualquier ojo experto vería que algo no es normal.

En ese momento ves un coche llegar, es un Pegaso Z-102 de color negro. Una preciosidad de coche sin lugar a dudas y un ejemplo de que nuestro país podría rivalizar con los diseños italianos. Del mismo desciende un hombre de mediana edad, es un De La Cierva. La ropa que lleva cuesta el salario entero tuyo de un año seguramente. Un par de transeúntes lo saludan militarmente, recuerdas que los de su familia han servido en el Ejército del Aire así que no te sorprende.

Los hombres lo acompañan a la entrada, al parecer el anfitrión por fin ha llegado...

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21/10/2018, 18:57
Xabier Silva y Andrade

La tensión empieza a notarse en el ambiente. Algunos de los integrantes de la misión, no son "voluntarios"...o mejor dicho son los voluntarios que escoge el régimen. Silva acaba de darse de cuenta de esto e intenta rebajar un poco la tensión de la situación. Para ello aprovecha la pregunta de la señorita Ruiz para contestarla.

- El señor Díaz y yo nos conocemos de la Guerra de Marruecos, tuvimos el honor de servir juntos en una de las últimas ofensivas de la guerra. Cabe la posibilidad de que él sea elegido líder de uno de los grupos que se formarán...ya que se dividirán al menos en dos para acometer la misión. Mi papel será la de apoyarles y darles una cobertura para una de las acciones fundamentales para la misión...

Un camarero entra y anuncia la llegada del anfitrión. Silva se levanta a modo de respeto, al igual que el inspector Mayo.

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21/10/2018, 19:06
Juan Tomás De La Cierva

Un hombre maduro, de unos cincuenta años pero muy bien llevados, cruza la puerta mientras pide disculpas.

- Perdonen caballeros y señoritas por la tardanza. He tenido que dar indicaciones a mis empleados para preparar el dirigible ya que me temo que en menos de veinticuatro horas será necesario efectuar un viaje en él. 

Camina hasta la cabecera de la mesa, le entrega su bufanda y unos guantes a un camarero y antes de sentarse indica lo siguiente:

- Sé que algunos de ustedes no están aquí voluntariamente...o al menos no de buena gana. Muy a mí pesar ya que pedí que sólo formaran esta misión hombres y mujeres libres y con ganas de servir a su país en una delicada situación en la que solos nos hemos metido. Si es su voluntad pueden levantarse de la mesa y regresar a sus vidas. Los que se queden, lo harán voluntariamente y su recompensa es el indulto total firmado por el gobierno o una carta jurada de que nunca más serán molestados por la nación...además de una generosa recompensa que correrá a cargo mía por la ayuda prestada. 

No se anda por las ramas y va directo al grano. Sabe la realidad y no intenta ocultarla como los "políticos" de la nación. Él ocupa un puesto como procurador en las Cortes como Grande de España, además de un puesto en el Consejo del Reino. Algunos incluso dicen que es la mano derecha del Rey Felipe VI.

- Los que decidan quedarse, por favor, tomen asiento y disfruten de la comida. Me he permitido indicar a los camareros que sirvan ya el primer plato. Una plato perfecto para entrar en calor.

Dos camareros entran en la sala y comienzan a servir el primer plato: consomé Olga con guarnición de vieira y carne de bogavante y aroma de vino de Oporto. La sopa viene acompañada por unas ostras gratinadas al champán para aquellos que prefieran algo menos ligero.

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21/10/2018, 20:11
Germán Ballesteros

Germán regresó al salón casi a la vez que hacía acto de presencia De la Cierva. Al trote... casi a la carrera. No quería que ahora fuera el anfitrión el que tuviera que esperarle a él. Básicamente porque sabía que no lo haría... nadie esperaría por él. Así era su vida. Siempre resultaba invisible para todos. Aun cuando no lo era. Así era la España en la que vivía. No todos eran iguales y él no podía esperar a comprarse con alguien como Juan Tomás De La Cierva. Y eso era algo que jamás le había molestado porque, básicamente, jamás se había preguntado en qué posición le dejaba. - Las cosas son como son...

Con un leve asentimiento de la cabeza saludó al anfitrión y una vez se sentaron se limitó a escuchar. Un indulto... una carta del gobierno... Pero, aquella gente, ¿qué demonios tenía en su haber como para necesitar algo de aquel calibre? ¿Es que le iban a meter en un operativo con asesinos y terroristas? Germán comenzaba a ponerse nervioso y a desear estar en su casa escuchando el fútbol y dejarse de jugar a espías.

La cena llegó y el estómago de Germán se abrió como la boca del infierno. Aquello olía de maravilla y muy probablemente él jamás se vería en un brete de cenar esas exquisiteces en lo que le restaba de vida. - Y, una vez llegados hasta aquí... por lo menos cenaremos bien.

Y luego estaba lo de la recompensa. Esto sí le dio que pensar. Él no era un traidor del régimen... ni tampoco alguien a quien le importase ayudar a la patria con algún asuntillo... ergo, para él, la recompensa se traduciría en el vil metal. Aún si fuese una cantidad suficiente como para jubilarse... ¿era eso lo que quería? Su trabajo en el Archivo... su vida gris de funcionario... sus paseos por la cuesta de Moyano y el Jardín Botánico a la salida del trabajo eran su alfa y su omega. ¿Qué haría sin eso? ¿A qué iba a dedicar su tiempo? Ya ni siquiera la literatura le llenaba... aquellas noveluchas de folletín le parecían cada vez más baratas y repetitivas.

Por lo pronto se auguraba una respuesta a la pregunta de Dela Cierva. Un momentáneo silencio se había instalado en la mesa a la espera de que alguien lo rompiese con un sí o un no. Pero ese alguien no iba a ser Ballesteros que hundió la cabeza en su sopa y se puso a comer con los cinco sentidos puestos en no sorber ni una sola cucharada.

- A pesar de que todo el mundo sabe que, si sorbes, sabe mejor...

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21/10/2018, 21:27
Trillo

Trillo esperó. Al fin y al cabo ese era su auténtico superpoder. Esperar y esperar. El gran hombre hizo su entrada triunfal ante su mirada impasible. No se había dejado impresionar por los prohombres y gente de bien ni cuando estaba vivo y no iba a empezar a hacerlo ahora. Con un gesto, indicó al camarero que no sirviera su plato, es más, para él podía llevárselo. De todos modos él no comía.

- Bonita arenga- replicó, cuando el anfitrión hubo acabado su discurso,- pero un tanto superflua- añadió.- Seamos sinceros. Si el régimen necesita lo que sea de cualquiera de nosotros, darán igual las palabras y los contratos. Las promesas se las lleva el viento. Las zanahorias y los palos funcionan bien juntos, pero todo a la vez parece un poco ridículo- aseguró.- No quiero dinero, mi parte pueden repartirsela los demás, si les apetece- anunció.- Si quieren hacerme un favor, que sea la verdad. ¿A quién perseguimos? ¿Porque la traición? ¿Porque nosotros?- preguntó, sin dejar mucho espacio entre preguntas.- ¿Cual era el objetivo de la investigación original? ¿Qué harán con lo que recuperemos? Y, por ultimo ¿Se espera no dejemos ningún testigo?

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22/10/2018, 13:54
Álvaro Díaz de Vivar

Me mantuve en silencio, permitiendo que los presentes fueran mostrando más y más acerca de sus posturas sobre la misión y sus inquietudes personales. La señorita Blanco había rechazado mi gesto educado con un acto de rebeldía, que acepté tomando nota de la misma. Ruiz, en cambio, arrojó una batería de preguntas, entre las que se encontraba la posición en que nos encontraríamos Silva y yo en el equipo, llegando a la conclusión más evidente, aunque yo aún temiera que hubiera mucho más detrás de ello. Silva, sin embargo, nos informó de que seríamos divididos en dos equipos, y que a pesar de que existía la posibilidad de que yo terminase liderando uno, él ejercería en labores de apoyo más que militar en alguno de los mismos.

El señor de la Cierva pareció al fin, con esa superioridad manifiesta que ostentaban los hombres de gran posición. Me puse en pie inmediatamente al verle entrar, y aguardé a que tomase asiento antes de hacer lo propio. No tardó en aceptar las diversas situaciones personales de los presentes, ofreciendo la posibilidad de marcharse a quien quisiera, así como indultos y suculentas prebendas, incluso económicas, para quienes permanecieran a la mesa y aceptasen la misión.

Los camareros comenzaron a servir el primer plato de la velada, momento que el inmortal eligió para comenzar a lanzar preguntas, una detrás de otra, sin apenas tiempo para digerirlas. Carraspeé con disimulo, llamando su atención al hecho de que los camareros aún no se había retirado, y estaban escuchando todo lo que allí se hablaba. Era de suponer que se habían tomado las debidas precauciones para asegurar la discreción de los mismos, pero si algo había aprendido era que los riesgos, cuanto menos, mejor.

Son muchas las preguntas que tenemos, señor De La Cierva, como puede comprobar. -Indiqué, tomando la palabra con sobriedad- Hemos recibido un esbozo de la misión, un resumen por así decirlo. Pero me temo que entre los presentes quedarán aún muchas dudas al respecto, y mucho de lo que se nos ha adelantado ha tenido que ser a cuentagotas, dado que le estábamos esperando. Creo que todos los que permanecemos a esta mesa dispuestos a realizar la tarea nos sentiríamos mucho mejor si se expusiera la misión en detalle, aún a riesgo de oír nuevamente aspectos de la misma que ya se nos hayan adelantado. ¿No les parece?

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22/10/2018, 17:30
Juan Tomás De La Cierva

Escucha los argumentos esgrimidos por Trillo, y luego lo comentado por Díaz. Asiente y bebe un buen trago de vino mientras medita la respuesta en su cabeza.

- Es cierto que a usted que ha vivido más que nosotros le puedan parecer superfluas...y realmente puede que incluso lo sean. Algunos de ustedes han sufrido por culpa de su condición o su naturaleza política, incluso por ambas. Otros en cambio le debemos nuestra salud y riqueza al régimen imperante. Pero en este caso hay mucha más en juego. Nuestra nación ha decidido jugar con leyes no escritas para hombres y mejoraron una cepa vírica, una cepa de la Gripe Española de 1918. - Mira hacia el doctor Fischer e indica - ...el Doctor Fischer puede indicarnos aspectos técnicos de la amenaza como su propagación y mortandad estimada.

Hace una pausa y se limpia levemente los labios.

- El asunto es el siguiente, y seré escueto...tras la cena podré explayarme más con los datos y sus dudas. Un antiguo agente de nuestro Servicio Secreto aprovechando de la información que poseía reunió una serie de dossieres con los que podría obtener unas sustancias gananciales al vendérselas a alguna potencia extranjera. Entre ellas estuvo uno de los nuevos modelos de caza de entrenamiento nacional que está gestionando mi empresa con Construcciones Aeronáuticas SA, pero el agente que utilizaron fue neutralizado por mi servicio de seguridad personal. Han atacado a muchos científicos e ingenieros en los últimos meses. Incluso a uno más de los presentes en esta cena. - hace una pausa dramática - ...el agente es Camilo García, su nombre en clave era "Sombra". Seguramente les suene a casi todos...

Antes de proseguir contándoos os permite unos segundos para que penséis sobre ese agente. Mientras aprovecha para pedirle al camarero que vaya adelantando los segundos platos y abra un par más de botellas de vino.

Notas de juego

Tirada de Conocimientos Generales +30%

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22/10/2018, 18:29
Azucena Ruiz
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Conocimientos generales +30

Tirada: 1d100

Dificultad: 63-

Resultado: 91 (Fracaso)

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22/10/2018, 18:39
Álvaro Díaz de Vivar
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Conocimientos Generales

Tirada: 1d100

Dificultad: 62-

Resultado: 49 (Exito)

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24/10/2018, 15:07
Leopoldo Fischer

Había mucho en lo que pensar… demasiado quizás y todo ello mantuvo absorto al Doctor un buen rato, ignorando incluso algunos de los toques de atención que le profirió el señor Silva buscando una información sobre el virus que nunca le llegó.

Entró en el comedor tomando un asiento al azar, meditabundo y distraído – Gilberto, los robatorios en varios laboratorios secretos de alta seguridad, la cepa del virus, comunistas… - se mantuvo en ese estado, medio escuchando a los presentes medio ajeno a todo hasta que, al fin, nuestro anfitrión apareció.

Leopoldo escudriñó de nuevo a sus “compañeros” mientras el Señor De La Cierva comentaba el tema del indulto o la aseveración de la no interferencia del régimen con sus vidas privadas. Estaba bastante claras las intenciones y los ideales de cada integrante, sus motivaciones y sus miedos, los que estaban aquí para ganar y los que lo hacían para no perder. Sin embargo, el alemán lo veía como una medida más que necesaria para lograr los objetivos de un bien mayor, incluso si al final todo caía en saco roto… si alguien había demostrado ser realmente útil, porqué limitarse a utilizarlo una única vez?

Con la llegada de los platos, permaneció tranquilo y discreto, se notaba que estaba lejos de su territorio, lejos de un laboratorio donde él era el que mandaba y movía las cosas, donde sabía perfectamente que hacer, como y cuando, en que cantidad y concentración… pero aquello era muy distinto, tanto que no se atrevía a interrumpir al Señor De La Cierva con datos y cifras – continúe por favor – logró decir con un pequeño gesto mientras disimulaba la admiración que sentía por el poder que debía tener la mano derecha del Rey Felipe VI – cuando lo considere oportuno, compartiré con gusto los datos facilitados por el Doctor Ocaña - , por lo que esperó a que llegase su turno mientras continuaba degustando la comida con tranquilidad, aunque si alguien se hubiese fijado, Leopoldo Fischer se paralizó unos instantes mientras De La Cierva pronunciaba el nombre del ex-agente que orquestó los robos.

- Tiradas (1)

Motivo: Conocimientos generales

Tirada: 1d100

Dificultad: 30-

Resultado: 95(+46)=141 (Fracaso)

Notas de juego

Me he liado mucho con la tirada, aunque con el resultado... la fallo igual, ya que tendría que sacar menos de 76.