Partida Rol por web

- Doctor Fischer, creo que ahora sería un buen momento para que comentara los pormenores del virus y sobre todo su peligro... - comenta mientras le sirven un poco más de vino - ...prefiero que todos los presentes sepan a qué se enfrentarán ya que hay cepas fuera de nuestro control.

"Sombra". Para los que conocéis un poco más los mentideros de la Casa es más que un alias, es una leyenda. Pocos conocíais su verdadero nombre, si es que Camilo lo es ya que según se dice posee decenas de alias que podrían pasar cualquier escrutinio que el estado desee y sobrevivirían.

Algunos de sus hechos son:

- Asesinato del espía comunista Arturo Ripoll en la embajada estadounidense de Hong Kong. Ripoll chantajeaba al estado aparentemente con unas fotos del rey emérito con una conocida vedette.

- Captura del fugitivo guineano Alonzo M'bala en un carguero de bandera sudanesa. Nadie sabe cómo logró llevar a una mole de dos metros de alto y ciento veinte de peso hasta la costa del Protectorado de Marruecos. Era uno de los guerrilleros que provocaban inestabilidad en la zona continental de Guinea.

- Infiltración en ETA. Durante su juventud en los 90 se infiltró en ETA y condujo a que decenas de zulos de armamento fueran descubiertos, también se encargó de asesinar a varios miembros de la banda (asesinatos que se cree que fueron cometidos por los GAL).

Tras un breve carraspeo, el alemán se levantó del asiento para atraer la atención de los comensales – Danke - empezó mirando al anfitrión – Como ya se ha comentado, ha habido varrios casos de robos últimamente, perro uno de ellos ha activado las alertas del país. Hace unos días, entraron en el laboratorrio personal del Doctorr Ocaña, reputado virólogo del CSIC. Supongo que el Inspector Mayo aquí presente tendrá más datos sobre este u otros allanamientos. – comentó echando una intensa mirada a Ignacio – y como se acabaron filtrando datos tan imporrtantes como las ubicaciones de estos o las investigaciones que allí se acontecían. – pero Leopoldo sabía que ya no había nada que hacer con la filtración o el asaltante, salvo seguir con todo esto de forma implacable y esperar que tanto el arma como su secreto no hayan sido vendidos al mejor postor – El Doctor Ocaña se encontraba investigando una cepa del virus Influenza H1N1, su nombrre en clave es “Guadaña”. Este virus es el original que causó la gran epidemia de gripe en el 1918, también conocida como gripe española. Aunque se trrataba de una versión algo atenuada ya que se recuperó de muestras de tejido de víctimas congeladas de la Primera Guerra Mundial, nuestro famoso virólogo consiguió mutarrla para aumentar su efectividad. – tomó un breve descanso para acabarse el licor de hierbas que le quedaba en el vaso, hacer un gesto al camarero para que le sirviesen otro, y pasarse la mano por la cabeza repeinando su pelo hacia atrás. Luego apoyó ambos brazos sobre la mesa para adoptar un tomo más sombrío – Señorres, la gripe española tenía una tasa de letalidad entorno al 6% que acabó entre 50 y 100 millones de personas entre 1918 y 1920. Gilberto me confirrmó que había conseguido reducirr el período de incubación al mínimo y llegar a un nivel de letalidad entorno al 20%. Por si los números no son lo suyo, podríamos estar hablando de más de 1000 millones de víctimas en pocas semanas si la cepa cae en las manos equivocadas. – recobrando un poco la compostura y preparando la silla para volver a sentarse, finalizó mientras recogía el nuevo vaso de licor – Estamos buscando un total de 6 viales, uno de ellos con la cepa original y cinco con la mutación.

Escuchando atentamente las explicaciones que se nos ofrecían, trataba de hacerme una composición lo más exacta posible, tanto de lo que había sucedido, como de lo que debíamos buscar, así como las posibles situaciones que podíamos encontrarnos a lo largo de la misión. Sabía por experiencia propia, al igual que Silva, el serio problema que era descubrir la información que faltaba en la planificación inicial una vez la misión estaba en marcha. De modo que me esforzaba en prever cada situación y adelantarme a la misma. Por supuesto, no era tarea sencilla, más si cabe cuando en mi mente aún se encontraba enquistada la idea de que mi presencia allí pudiera deberse a una posible... misión secundaria.

Una que no me gustaría en absoluto.

La mortalidad de ese virus es un dato interesante para hacernos conscientes de la importancia de lo que tenemos entre manos, doctor Fischer. -Le interpelé- No obstante, me temo que no será excesivamente importante durante la misión. No así otras especificaciones más... concretas. Por ejemplo, su medio de propagación, o las medidas de seguridad necesarias para su manipulación y transporte. Es importante para saber de las necesidades de quien pretende traficar con ello, así como para adoptar nosotros mismos las medidas oportunas una vez lo recuperemos. -Expliqué con calma- Así mismo, comenta que se trata de seis viales. ¿Tamaño? Necesitamos saber con qué facilidad podrían ocultarse. ¿Sería posible traspasar su contenido a otros envases diferentes, incluso dividirlo entre un mayor número de contenedores más pequeños y fáciles de ocultar?

La mención al nombre en código del agente traidor me traía recuerdos, algunos lejanos, otros no tanto. Las historias que circulaban acerca de ese hombre eran tan abundantes e impresionantes que estaban envueltas en la leyenda. Algunas de las misiones que se le atribuían parecían sencillamente imposibles, lo que le convertía en un auténtico héroe en la sombra. ¿Era ese el motivo por el que se había corrompido? Tantas gestas, y ningún honor por ninguna de ellas... Eso podía minar la moral de un buen hombre, especialmente de uno con tantos recursos a su alcance. Y eso me recordaba que había preguntas que habían quedado en el aire, por lo que me atreví a dirigirme directamente a De La Cierva, nuevamente.

Señor... ¿Cuál es exactamente el objetivo final de nuestra misión? -Le pregunté, alzando una ceja con suspicacia- ¿Recuperar esas muestras, o solamente evitar que caigan en manos extranjeras? ¿Qué indicaciones tenemos respecto a ese agente? -No quise enumerar las opciones disponibles, pues a mi modo de ver se reducían a tres: que su destino fuera algo secundario, que hubiera que capturarle y traerlo de vuelta, o que hubiera que ejecutarlo.

El nombre no le sonaba de nada, aunque tenía sentido. Seguramente ese tipo había nacido mucho después de que él abandonase la vida pública. Sin embargo, si recordaba la gripe.

- ¿Podemos al menos dejar de llamarla gripe española?- se quejó,- esa cosa vino de america con sus soldados, sólo la llaman así porque los países en guerra censuraban los medios de comunicación. Nadie quería hablar de la enfermedad porque les hacía parecer débiles. Aquí, que no había guerra, los periodicos empezaron a hablar de pandemia y se nos quedó en sanbenito- se quejó.- Yo la pasé, mucha tos y muchas flemas. Hoy día no sería tan terrible. Los obreros vivían apiñados como sardinas y la higiene era lamentable, la gente moría porque, simplemente, nadie les atendía- señaló.- Con medicinas actuales y una buena red sanitaria no sería ni un cuarto de lo que fue durante la guerra- Trillo miraba algun punto perdido en la pared, evocando sus recuerdos de más de un siglo atrás.

- En cualquier caso, es una mercancía con una salida rápida. Si es un agente con tantos contactos, encontrará compradores rápidamente. Supongo que significa que tenemos prisa, entonces.

"Indulto". Aquella palabra le sonaba de maravilla. Sonaba a libertad, a amor, a la oportunidad de rehacer su vida. También sonaba a un tiránico y opresivo régimen que conseguía dedicados trabajadores a cambio de nada, pero de momento le serviría. Cuando estuviese lejos del alcance de los servicios de inteligencia españoles ya reflexionaría. Ta vez incluso escribiera un libro o algo...

El que sirvieran la cena le sacó de su ensimismamiento. Observó el plato y torció el gesto: aquello era una franchusitez, plato grande, comida reducida a componentes ridículos, un par de bocados escuálidos que podían hasta estar ricos, pero que desde luego no iban a quitarle el hambre. Y con unos precios desorbitados completamente desproporcionados con la cantidad de comida. Gilipolleces.

─¡Eh! ¡A mi me traen una buena chuleta, joder! ─exclamó a los camareros─ Pero en su punto, que esto es un restaurante caro, ¿no? Pensaba que cenaríamos bien ─comentó a la concurrencia─ pero con esto me voy a despertar por la noche con hambre, ostias.

Y que pague el Grande, que seguro que no está por calderilla ─añadió mentalmente para sí mismo.

Aunque el vasco no había dicho de viva voz que aceptaba las condiciones sí seguía sentado a la mesa, atento a lo que allí se decía.

Sí, he sufrido por ambas, por mi condición de mutante y por mi naturaleza de vasco independentista. Y no he escogido realmente ninguna de las dos, las dos me han venido dadas por las circunstancias, algo tan injusto como que el cabrón este ocupe un puesto privilegiado que desapareció en los países civilizados hace más de un siglo. Si ya lo dicen, Europa comienza en los Pirineos.

El nombre que reveló De la Cierva, Camilo García alias Sombra, le sonaba, aunque el no haberlo conocido no hubiera complicado en nada la difícil situación: había que atraparlo y alguien con semejante apodo estaba claro que no era malo escondiéndose.

─Lo de la gripe, bueno, digo yo que se transmitirá como la normal, que te tosa alguien infectado cerca, estrechando su mano, tocando algo que ha tocado o sobre lo que ha tosido el infectado, esas cosas. Pero, creo yo, eh, lo jodido del tema es que aunque hoy en día hay antibióticos y más medios, seguimos teniendo gripe. Pasa todos los años porque la cepa muta, no hay una vacuna definitiva. ¿Cuánta gente la pilla cada año? Millones, ¿no? Pues este año uno de cada cinco podría estirar la pata...

Millones de muertos, aunque no fuera ni un 1% de la población mundial suponía mucha, pero mucha gente. Suficiente como para borrar un país del mapa si fuera en un solo lugar. Y seguro que había algún sitio donde se recrudecía el asunto, fuera por falta de medios, por falta de higiene o por gobernantes capullos que no sabían gestionar estas cosas. España tenía puntos de comportarse así, mira tú por donde.

─Pero la cuestión de verdad es dónde empezar a buscar y por qué no se le está buscando ya. Si ese tipo es un espía y su apodo no es una broma, va a ser jodido de encontrar.

Miré a de la Cierva con incredulidad ante sus palabras. El inspector Mayo había sido suficientemente claro respecto al tema de abandonar el restaurante y eso de "levantarse de la mesa y regresar a sus vidas" me sonaba a una nueva mentira, que en palabras de un hombre atractivo como él, quizás llegasen a colar en una persona más confiada y de mentalidad simple. Además, si decía la verdad, quizás pudiese librarme de aquellos monjes que me dejaron marcada en Galicia.

Mis ojos se movían siguiendo las voces, mientras que el olor de la cena me había llegado antes incluso de que saliesen los platos de la cocina. La verdad era que se habían realizado bastantes preguntas respecto a la misión y algunas respuestas eran demasiado técnicas para mis pobres conocimientos y me perdía enseguida entre tantas palabras desconocidas. Además, le estaba encontrando cierto atractivo al inspector Mayo, ahora que había quedado en segundo plano y alguna mirada se me escapaba sin querer hacia él.

Camilo García... - No tenía ni idea de quien se trataba. Menos aún con eso de "Sombra" y me descubrí en ese momento mirando fijamente a Mayo, preguntándome por quien era aquel tipo, sin darme ni cuenta de que ya me habían servido el primer plato. Las preguntas y respuestas técnicas se sucedieron, hasta que alguien habló en mi propio idioma. Sonreí al vasco ante sus palabras cuando pidió aquella chuleta. - Vaya. ¿No puedes hacer que aparezca sin más? - Le pregunté un tanto divertida por como se expresó, para volver a ponerme seria a continuación.

El Señor Silva tan solo respondió a la última cuestión que formulé, preguntándome si aquello se debía a que no tenía aquella información o a que no podía darla. Mi mención a que no se encontraban en aquel lugar en las mismas condiciones que nosotros nada tenía que ver con que se conocieran, pero el hombre quiso profundizar en aquello, dejando claro que eran más que conocidos. La guerra dejaba una profunda huella en todos aquellos que formaban parte de ella, y seguramente vivir juntos aquella experiencia les habría unido mucho.

Tomé nota de aquella información y de la que nos dio con respecto a los grupos de intervención y su papel, y guardé silencio hasta la llegada del anfitrión; que sucedió poco después. Me puse en pie ante su llegada, escuchando sus disculpas y cómo decía que podía irse quien no quisiera estar allí, ofreciendo a quien permaneciera en la misión el indulto o el compromiso de no volver a ser molestado por el Estado y una recompensa económica.

Trillo en seguida cuestionó que pudiera darnos verdadera libertad tras formar parte de aquella misión, pues el régimen encontraría la manera de obtener nuestra colaboración si la necesitaba. Estaba de acuerdo con aquello, no me fiaba de una simple carta que dijera que me dejarían en paz, pero no pensaba decir aquello en voz alta. Simplemente tomé asiento cuando de la Cierva nos lo pidió y escuché las preguntas que el no-vivo lanzaba mientras los camareros servían ya la cena.

Se me escapó una sonrisa al escuchar cómo el Señor Díaz tomaba la palabra para poner en antecedentes al anfitrión y pedirle más información, y es que la forma en la que se expresaba e incluía a los demás en su discurso daban muestra de que podía llegar a ser un buen líder de equipo; uno con el que sin embargo debía tener cuidado hasta saber exactamente de qué pie cojeaba.

Asentí ante sus palabras, terminando el anfitrión por hacer lo mismo, dando un trago de vino antes de disponerse a responder. Mientras nos ofrecía más información sobre la misión, comencé a degustar el consomé, sin perderme un ápice de lo que el hombre relataba. Me llevaba la cuchara a la boca con parsimonia, y es que no tenía hambre, pero no quería ser maleducada.

El nombre del agente secreto no me decía nada, a pesar de que De la Cierva suponía que a la mayoría nos sonaría. En cuanto saliera de allí debía hablar con el doctor Ledesma, pues él seguro que lo conocería.

El doctor Fischer también intervino, ampliando la información sobre aquel virus, compartiendo datos sobre la mortalidad de este y el número de viales que debíamos recuperar entre otras cosas. Díaz pidió más información al alemán, solicitando después al anfitrión que concretara el objetivo de la misión. Trillo también quiso pronunciarse, quejándose y dando una pequeña clase de historia basada en sus recuerdos. ¿Cuántos años tendría aquel hombre? Me preguntaba si aquel agriado carácter se debía a haber vivido tanto, o a los asuntos que tuviera con el régimen.

Me quedé pensativa cuando Trillo apuntó que dadas las circunstancias suponía que contaríamos con poco tiempo, recordando lo que De la Cierva había dicho al poco de llegar, que en menos de veinticuatro horas sería necesario hacer un viaje en dirigible. Sin duda nos pondríamos en marcha casi de inmediato, y es que el tiempo era un bien que el régimen no podía comprar ni controlar por mucho que quisiera.

Me sobresalté ante el grito del tal Gastelu, que se comportaba como si estuviera con sus amigotes, preocupándose por la comida como si ese fuera el mayor de nuestros problemas. Al escuchar las palabras que la Señorita Blanco le dedicó esbocé una sonrisa, fijándome en cómo esta se tornaba seria en seguida.

Gastelu quiso compartir sus impresiones sobre la gripe y sobre por la misión, apuntando que no iba a ser fácil dar con aquel agente al que llamaban Sombra.

- Si se tratara de una misión sencilla no habrían reunido a tan peculiar y numeroso equipo. Me temo que incluso los más experimentados tendrán que dejar a un lado las ideas preconcebidas que puedan tener. Esto tiene pinta de ser algo diferente a nada que hayan podido vivir antes. - apunté con voz calmada, volviendo a callar a la espera de que se continuara arrojando luz a todo aquel asunto.

No es una misión sencilla. -Intervine con gesto serio, a la par que pensativo. Aún no había probado siquiera la comida, y es que nunca había llevado bien lo de mezclar banquetes con preparación estratégica. Al menos, no comiendo en plato y con cubiertos. Raciones de campaña alrededor de una mesa llena de planos y dossieres, eso era más lo mío- Ni mucho menos.

Finalmente alcé la mirada, mirando a los presentes, especialmente a la señorita Ruiz, a cuya intervención me refería.

El hombre al que buscamos es una maldita leyenda dentro del espionaje nacional. Ha sido capaz de hacer cosas que podrían considerarse casi imposibles, y no podemos permitirnos dudar de que ha planificado este golpe desde hace tiempo, a la perfección. De modo que nos enfrentamos a un hombre bien adiestrado, con amplia experiencia, múltiples recursos y una extensa preparación. -Situé una mano sobre la mesa, apuntando hacia abajo con un dedo con el que golpeé su superficie recalcando mis palabras- Este es SU plan, y estoy convencido de que estará esperándonos. De modo que no, no será una misión para nada sencilla.

Me giré para encarar con respeto a nuestro anfitrión, De La Cierva, pues aún había algo más que debíamos acordar.

Se nos ha dicho que vamos a dividirnos en dos equipos, señor. -Compartí con él, como antecedente a mis dudas- ¿Está determinada ya la composición y liderazgo de los mismos, así como sus funciones y coordinación? ¿O acaso es algo que debe decidirse en esta mesa?

Cuanto más y más avanzaba la conversación más dudas tenía Ballesteros sobre todo aquello. Una invitación a cenar... un compromiso de indulto más carta de reconocimiento más compensación económica. Todo por recuperar un virus peligrosísimo. Un virus robado por un maestro espía que se había vuelto del otro lado. Y todo ello ante la premisa... "el que no quiera que se levante y se vaya, y tan amigos. - ¿Tan amigos...? Me pregunto qué tipo de reacción iban a tener las fuerzas de seguridad del estado si un posible enemigo del Gobierno (no por nada, pero allí parecía que prácticamente todos lo eran... al menos en potencia) iba tan tranquilo por las calles de Madrid con una información como esa en la mente.

La mente del bibliotecario era un hervidero de posibilidades. Todas las posibles variables pasaban por su cabeza intentando ser analizadas de forma separada pero algo se le escapaba. Algo que parecía común a todo el conjunto pero que no lograba entrever. Tanto así, que, ensimismado como estaba en sus pensamientos... cucharada de consomé va, cucharada de consomé viene... se terminó el primer plato casi sin prestar atención a lo que sucedía a su alrededor. Fue precisamente eso, el hecho de que el riquísimo caldo de moluscos se terminase antes de lo previsto, junto al exabrupto del vasco, lo que sacó a Ballesteros de sus cavilaciones. En verdad, Gastelu tenía razón... a aquellos manjares - que lo eran - no les faltaba ni sabor ni opulencia. Pero sí, cantidad. De buen grado Germán habría acompañado a aquel a una ronda de buenos pintxos regados con txacolí en la capital de las vascongadas. Allí sí que se come bien... Y una sonrisa hacia Gastelu rubricó este pensamiento y el hecho de que estaba de acuerdo con su comentario.

Y sin embargo Germán Ballesteros permanecía callado. Al fin y al cabo trabaja en un archivo. No acostumbraba a parlotear y solía mantener una posición de segunda fila en las conversaciones en las que participaba. Sin embargo parecía que todo lo que se podía decir estaba dicho. Al menos todo lo que se puede decir antes de advertir aquello de "no puedo decirles más o tendré que matarles..." Y sin embargo allí estaba todos aún... sentados a aquella mesa.

- Pues eso... - comentó Germán como si toda su perorata interior hubiese sido expuesta en voz alta. - Todo lo que había que decir está dicho y de aquí aún no se ha marchado nadie. Igual ya lo único que hay que preguntar es, ¿cuál es el siguiente plato... digo, el siguiente paso?

"Sombra". Para los que conocéis un poco más los mentideros de la Casa es más que un alias, es una leyenda. Pocos conocíais su verdadero nombre, si es que Camilo lo es ya que según se dice posee decenas de alias que podrían pasar cualquier escrutinio que el estado desee y sobrevivirían.

Algunos de sus hechos son:

- Asesinato del espía comunista Arturo Ripoll en la embajada estadounidense de Hong Kong. Ripoll chantajeaba al estado aparentemente con unas fotos del rey emérito con una conocida vedette.

- Captura del fugitivo guineano Alonzo M'bala en un carguero de bandera sudanesa. Nadie sabe cómo logró llevar a una mole de dos metros de alto y ciento veinte de peso hasta la costa del Protectorado de Marruecos. Era uno de los guerrilleros que provocaban inestabilidad en la zona continental de Guinea.

- Infiltración en ETA. Durante su juventud en los 90 se infiltró en ETA y condujo a que decenas de zulos de armamento fueran descubiertos, también se encargó de asesinar a varios miembros de la banda (asesinatos que se cree que fueron cometidos por los GAL).

- No, no es sencilla. - dice mientras hace un gesto a un camarero que le va a tomar nota a Gastelu para que disfrute de la comida - Si quieren comer algo diferente a lo planeado pueden pedirlo, pero les aseguro que el menú es espectacular. 

Luego retoma la seriedad y añade:

- Sabemos donde estará durante varios días. Tomará un tren desde París con destino Estambul. Ese tren es especial, ya que no se permiten ciertos adelantos tecnológicos...digamos que es un viaje al pasado patrocinado por un viejo amigo mío. El tren hará una parada en Suiza donde los invitados disfrutaran de unos días y celebrarán allí la Navidad. Es un resort alpino, de cinco estrellas y fuertes medidas de seguridad. - bebe un sorbo de vino y añade - ...habrá dos equipos porque no podemos colar a todos ustedes en el tren. El primer equipo estará formado por el doctor Fischer, la señorita Ruiz, el señor Ballesteros y lo dirigirá usted, señor Díaz. Su misión será la de localizar donde tiene los viales el espía y conseguirlos si es posible. - hace una pausa y señala al resto - ...el resto de ustedes tienen una misión menos glamurosa pero peligrosa. Deben destruir una estación de radio en Suiza, si en la noche que tarda en llegar el tren los agentes no logran recuperar el virus, cosa que considero bastante normal ya que es poco tiempo y nuestro sujeto viaja acompañado de su propio equipo de seguridad, tendremos otra opción en el resort suizo. La torre de comunicaciones es la única línea de comunicación que hay entre el resort y las fuerzas policiales suizas...se podría avisar por carretera pero habría que conducir durante muchos kilómetros por carreteras angostas y nevadas por lo que sin forma de comunicarse allí podrían realizar la recuperación sin provocar un conflicto internacional de gran calado...ese grupo lo dirigirá el señor Silva y estará formado por el resto de ustedes. Es posible que haya vigilancia y tengan que improvisar por eso se han dividido así. ¿Alguna pregunta sobre esto? 

Leopoldo Fischer acabó el consomé justo cuando De La Cierva acabó con la explicación. Soltó un discreto suspiro de decepción mientras se limpiaba la comisura de los labios, ciertamente había sido una agradable (para el Doctor) coincidencia el hacer grupo con la licántropo y el “muerto viviente”, ambos especialmente interesantes, pero ni mucho menos había perdido la esperanza. Con una misión de semejante calibre, muchas cosas podrían salir mal.

- Señorr De La Cierva, le conviene saberr que mi prresencia en el trren podrría poner en peligrro la misión, supongo que sabrá que mi perrsona era uno de los objetivos en los robos, y puedo asegurarr que tenían más información de la que deberían – comentó con bastante tranquilidad mientras alternaba con la mirada entre el anfitrión y el Inspector y adoptaba una postura que demostraba cierto interés en el tema, codos apoyados en la mesa y manos entrecruzadas sujetando el mentón. Aunque el robo cometido en este caso no era en el laboratorio sino en su casa, por lo que, aunque el Doctor tenía un interés añadido en localizar y encontrar lo que le sustrajeron, también tenía claro que su presencia podría poner en peligro la totalidad de la misión y, por ende, su propósito personal en todo aquello.

Me satisfizo comprobar que el Señor Díaz estaba de acuerdo conmigo en que aquello no iba a ser nada sencillo, sobre todo teniendo en cuenta que nos habían dicho que posiblemente sería uno de los líderes de los equipos que se formarían. Su primer apunte lo hizo con un tono serio y pensativo, pero pronto desarrolló sus palabras, alzando su mirada y argumentando de forma controlada pero firme por qué pensaba aquello.

Agradecí la intervención, pues aquello me permitía hacerme una mejor idea de cómo era el agente al que nos enfrentábamos, aunque esperaba que en breve se nos proporcionara información detallada. Tras aquella exposición, Díaz preguntó al anfitrión por la formación y funciones de los equipos, así como por el liderazgo en estos y la coordinación; esperando que no fuera algo que tuviéramos que decidir nosotros en aquella mesa, pues nadie conocía mejor a los presentes que aquellos que nos habían convocado.

El Señor Ballesteros también quiso intervenir, interesándose por el siguiente paso a dar, cometiendo un pequeño error de vocabulario que en seguida subsanó, pero que me sacó una pequeña sonrisa dadas las circunstancias; y es que el hombre parecía haber terminado ya con el primer plato.

De la Cierva se mostró de acuerdo con que no sería una misión sencilla, ofreciéndonos pedir lo que quisiéramos para comer antes de comenzar a responder a las preguntas del Señor Díaz. Me tocó formar equipo con él además de con el doctor Fischer y el Señor Ballesteros, teniendo los cuatro que viajar en un tren bastante particular para localizar y conseguir los viales. Al parecer aquella misión partía con pocas posibilidades de éxito, así que el segundo equipo tendría que encargarse de destruir una torre de radio que dejaría el resort sin posibilidad de comunicarse, dándonos una nueva oportunidad de recuperar los viales si no lo lográbamos en el tren.

- Yo tengo alguna. – dije en cuanto De la Cierva nos dio la palabra. – Dice que no se permiten ciertos adelantos tecnológicos en el tren… ¿Qué significa eso exactamente? ¿No podremos contactar con el exterior? ¿Y qué hay de las armas y otros dispositivos? – quise saber en primer lugar. – Por otro lado, imagino que contaremos con identidades falsas. Me gustaría contar con el dosier pertinente cuanto antes para memorizar la información. ¿Cuándo sale ese tren?

Al fin habíamos entrado en el meollo del asunto, los datos tácticos de aquella misión. Como soldado que aún me consideraba a pesar de mi nueva posición, resultaba tranquilizador descubrir que la misión había sido planificada de antemano. Siempre me había sentido más cómodo en la ejecución que en la planificación, aún a sabiendas de que reconocía la vital importancia de la primera. Sencillamente yo era, como me habían llamado algunos de mis hombres en momentos de confianza, un "hombre de acción".

De ese modo, los equipos habían sido ya previamente confeccionados, y las tareas de cada uno asignadas. Supuse que a Silva le habría pillado por sorpresa su designación al mando del segundo equipo, dado que por sus palabras anteriores se había vislumbrado que creía ir a sumir un puesto más propio de un enlace. Enlace entre ambos equipos, y tal vez con nuestros superiores. Sin embargo, le habían asignado el liderazgo de uno de los equipos, como a mí.

Asentí con seriedad ante mi propia designación, sin gesto alguno que demostrase el más mínimo orgullo ni contrariedad al respecto. Era lo que había, era una orden, y yo me limitaba a cumplirlas, no a valorarlas. Crucé una mirada con cada uno de los miembros de mi equipo, realmente satisfecho con la designación. Lejos de poder valorar las capacidades de cada uno en profundidad, lo cierto es que me había librado de los elementos más discordantes de cuantos estaban a la mesa, aquellos cuyo espíritu más rebelde podía suponer un verdadero problema. No es que temiera el reto que suponía lograr hacer funcionar como un verdadero equipo a miembros que no deseaban formar parte de él, capaces de mostrarlo tan abiertamente, pero qué duda cabía de que me ahorraría mucho trabajo no tener que ocuparme de lidiar con ello.

Me uno a las dudas de Ruiz. -Asentí, mirando brevemente a la mujer- Necesitaremos todos los datos acerca de ese tren, de nuestras identidades, y saber si ambos equipos deberemos funcionar como células independientes o estaremos en contacto. Además, el doctor Fischer podría tal vez ilustrarnos acerca de las dudas que planteé antes sobre el virus. -Añadí, haciendo un gesto educado hacia el científico- Por otra parte, señora, señores... -Crucé mi mirada, sintiendo en dirección a cada uno de los miembros de mi equipo- ...después de la cena me gustaría tener una pequeña reunión con ustedes, si no les requieren con urgencia en otra parte.

No estaba nada convencido con ese plan.

- Se supone que el objetivo es agente de ingeligencia, doctor- respondió.- Obviamente que será reconocido. También Diaz que es el más famoso de los presentes, a juzgar por sus reacciones, y muy probablemente Ruiz, que trabajaba en su mismo negocio. Su trabajo es anticiparse. Como decía mi amgio Escorzo: "una insurrección se puede improvisar, una victoria no"- expuso.- El tal Sombra esperará un movimiento del régimen en el tren, en el resort o durante la venta. Sería estúpido si no lo hiciera y ha probado ir dos o tres pasos por delante de todo el mundo en este asunto- sentenció.

- La forma de superar un individuo así, es actuar de forma inesperada. Mientras no seamos más que actores en su escenario, las cosas irán como él ha previsto. ¿Tanta gente hace falta para interrumpir la comunicación de una estación de radio? ¿De verdad es la única fuente de comunicación del resort? ¿En esta época de satélites y telefonos portátiles?

Aitor observó las ideas y venidas de los camareros, pero prestando atención a la conversación en la mesa. No es que quisiera intervenir, pero no estaba de más enterarse de qué pie calzaba cada uno.

─¿Qué gracia tendría convocar la comida? ─contestó el vasco a la pregunta de la señorita Blanco─ Además, está bien que le sorprendan a uno de tanto en tanto. Quien sabe, a lo mejor hago un descubrimiento con este restaurante, me podría convertir en un habitual... ─añadió socarrón.

Finalmente llegó la explicación del Grande de España de qué iba a ir la misión, de verdad, con detalles de dónde deberían acabar yendo, los grupos y demás. Todo un tanto peliculero, pero claro, es que estaban haciendo un trabajo que se prestaba a esas cosas. Eso sí, incluso en esto había categorías, al vasco le tocaba el trabajo sucio. Bueno, eso también le alejaba del "vieja gloria" del régimen, el Capitán Azor, así que no tenía nada que objetar. O tal vez sí.

─Señor Trillo, no le suena una cosa llamada "cobertura". No hay en la montaña y es por algo. En cualquier caso, eso de que no vayan a dejar entrar armas... no significa que no me fueran a dejar pasar a mi y yo puedo convocar armas... Lo digo por si me tienen que cambiar de grupo o algo.

A uno, por buen estratega que sea, siempre se le escapan cosas. Aitor lo sabía, era de los especialistas en improvisar. Su poder era, por así decirlo, una navaja suiza de la improvisación.

El alemán asintió ante las dos peticiones del militar. Tras desvelarse el motivo de la misión, había pasado a ser una prioridad total en su agenda, por lo que no tendría ningún problema en dedicarle todas las horas necesarias a la logística antes de emprender el viaje.

- Nein! – comentó Fischer negando con la cabeza cuando el vasco mostró su lado de rebelde combatiente – no podemos arriesgarrnos a dañarr los viales. Si liberamos accidentalmente el virrus, desataríamos una pandemia.

- En una situación normal, se transportarrían en un rrecipiente rrefrigerado con nitrrógeno líquido dentro de un maletín blindado, de esta forma se reducen al mínimo las variables de riesgo. Perro porr desgracia, no estamos ante una situación normal, por lo que me temo que podrían ocultar los viales en cualquier sitio. Todo depende de lo descerebrados e inconscientes que sean los terroristas. – explicó a los presentes – Y rrespecto a las características de los frrascos, pueden consultar el informe del Doctorr Ocaña, pero se trata de viales de polipropileno de 12,7Ø por 92,1 - dijo algo vacilante mientras dudaba de seguir con el resto de características del embase -  del tamaño de un dedo de hombre adulto – confirmó al fin tras examinarse brevemente el dedo índice – cinco de ellos con el tapón naranja y uno azul que corresponde a la cepa original. Aparte de eso, veo muy improbable que hayan cambiado el contenedor o dividido las muestras, ya que para hacerlo de forrma segurra es necesario un equipo altamente especializado con el que pocos laboratorios cuentan.

- Y Señor Trillo – empezó a decir una vez finalizada toda la explicación – mi intención solo era informarr a los presentes sobre mi relación con el caso. Objetivamente, también creo sería de más ayuda en el tren, pero quiero que sepan qué clase de consecuencias puede traer.

Ante tal avalancha de preguntas y comentarios el señor De La Cierva se ve un poco superado y pide ayuda a su segundo que parece ser Silva.

- Intentaré contestar a todos ustedes, pero denme algo de tiempo.

- Yo tengo alguna. – dije en cuanto De la Cierva nos dio la palabra. – Dice que no se permiten ciertos adelantos tecnológicos en el tren… ¿Qué significa eso exactamente? ¿No podremos contactar con el exterior? ¿Y qué hay de las armas y otros dispositivos? – quise saber en primer lugar. – Por otro lado, imagino que contaremos con identidades falsas. Me gustaría contar con el dosier pertinente cuanto antes para memorizar la información. ¿Cuándo sale ese tren?

- No se permiten teléfonos móviles, ordenadores, videoconsolas, cámaras de vídeo y fotográficas a no ser que sean antiguas. Se puede contactar con el exterior a través de un vagón que lleva las comunicaciones, pero todas ellas son grabadas. No contarán con identidades falsas, ya que no es necesario. 

- Me uno a las dudas de Ruiz. -Asentí, mirando brevemente a la mujer- Necesitaremos todos los datos acerca de ese tren, de nuestras identidades, y saber si ambos equipos deberemos funcionar como células independientes o estaremos en contacto. Además, el doctor Fischer podría tal vez ilustrarnos acerca de las dudas que planteé antes sobre el virus. -Añadí, haciendo un gesto educado hacia el científico- Por otra parte, señora, señores... -Crucé mi mirada, sintiendo en dirección a cada uno de los miembros de mi equipo- ...después de la cena me gustaría tener una pequeña reunión con ustedes, si no les requieren con urgencia en otra parte.

- No habrá identidades falsas, el Capitán Díaz se presentará como el Capitán Azor. Incluso le permitirán llevar su equipo a bordo del tren, es algo previsto ya que en la fiesta a la que han sido invitados hará un vuelo de prueba ya que representará a Astra-Torres y hay posibles inversores en la tecnología española. La señorita Ruíz hará la labor de la secretaria personal del capitán y el señor Ballesteros de funcionario de segundo rango del Ministerio que se encargará de tomar datos para el NO-DO y los periódicos gubernamentales. El señor Fischer irá en representación del Ministerio de Ciencia, todo está constatado ya. El tren es el Orient Exprés. Tendrán los datos del mismo en el trayecto que los llevará a París.

- La forma de superar un individuo así, es actuar de forma inesperada. Mientras no seamos más que actores en su escenario, las cosas irán como él ha previsto. ¿Tanta gente hace falta para interrumpir la comunicación de una estación de radio? ¿De verdad es la única fuente de comunicación del resort? ¿En esta época de satélites y teléfonos portátiles?

- Sombra conoce a nuestros principales agentes, y sí conoce al Capitán Azor pero esperará que usemos identidades falsas o asesinos...ya que son nuestras bazas habituales. La antena es la única fuente de comunicación estable, el resort está en un valle escarpado y esa antena es el nodo de todas ellas. 

─Señor Trillo, no le suena una cosa llamada "cobertura". No hay en la montaña y es por algo. En cualquier caso, eso de que no vayan a dejar entrar armas... no significa que no me fueran a dejar pasar a mi y yo puedo convocar armas... Lo digo por si me tienen que cambiar de grupo o algo.

- Usted irá con el equipo de la antena, será necesario ya que en caso de pérdida de equipamiento usted deberá "improvisarlo" in situ.

- Y Señor Trillo – empezó a decir una vez finalizada toda la explicación – mi intención solo era informarr a los presentes sobre mi relación con el caso. Objetivamente, también creo sería de más ayuda en el tren, pero quiero que sepan qué clase de consecuencias puede traer.

- Usted irá en el tren doctor, es necesario que vaya por si se recuperan los viales. Sabemos la situación, y debemos arriesgarnos.