Partida Rol por web

La Marina Piccola, puerto y playa de reducidas dimensiones enmarcada por acantilados rocosos.La mejor forma de acceder a la Marina Piccola,que se encuentra localizada a los pies mismos del monte Solaro, es a través de la vía Krupp.Este paseo en zig zag permite disfrutar de unas vistas realmente privilegiadas antes de poner un pie en la arena

A la derecha queda la Marina de Mulo, que se extiende hasta alcanzar la punta del mismo nombre. A la izquierda, la Marina de Pennauro, que se prolonga hacia las siluetas de los farallones y justo en medio el escollo de las Sirenas actúa como si se tratara de una verdadera división natural entre ambas. Si esta formación rocosa recibe tal nombre es porque hay quien ha tratado de ver en ella el lugar exacto en el que vivían esos fantásticos seres que en La Odisea de Homero trataban de seducir con sus voces a Ulises y a su tripulación durante su largo viaje de regreso a Ítaca.Sin embargo,el único ruido que aquí se escucha es el del mar, un agradable sonido de fondo mientras el sol baña con su luz el entorno.

Desde Marina Piccola parten las embarcaciones que navegan la isla, repleta de cuevas, acantilados y grutas como la mítica Azurra, la piscina de Tiberio y por todo el lugar se reparten hoteles,casas y villas que evidencian el dinero que se mueve en la isla

Una vez que atracáis el capitán os indica que en tierra os espera alguien que os llevará hasta la villa donde estáis alojados.El barco permanecerá amarrado allí por si lo necesitáis para algo.Al descender por la pasarela veis a una mujer morena en traje de chaqueta que os espera unos metros más adelante en el paseo Krupp que es de madera y pasa por encima de esa zona de la playa y asciende por la montaña hasta las casas que veis desde vuestra posición

Cuando despertó no había nadie en su camarote, tras lo sucedido en la noche se fue a la cama medio mareado y no prestó atención a nadie, solo quería dormir, el frío de la noche más lo congelada que estaba el agua habían hecho mella en su cuerpo.

Se levantó y fue al baño a ver la herida, recordaba casi todo, el golpe de la cola, el mordisco, se quedo mirándose el espejo, ¿había visto lo que creía haber visto?.

Volvió a taparse la herida al ver lo considerable que era y donde había clavado los colmillos, mal sitio para nadar si lo hubieran podido hacer, las piernas le escocían por los arañazos, se metió en la ducha para despejarse, lo necesitaba, y empezaba a pensar que el dinero que ofrecían no era tanto como para arriesgar su vida de aquella manera, tenía que contarles lo que vio.

Se vistió con lo primero que cogió, vaquero, deportivas y camiseta de manga larga y un jersey, el abrigo estaría secándose aún. 

Cuando salió del camarote estaban ya parados, así que se dirigió donde oía la voces de los demás, el capitán estaba terminando de hablar, espero a que este lo hiciera y se acercó a el. - Capitán siento lo de sus hombres y a los demás siento lo de vuestros compañeros, miraba a los tripulantes cuando dijo lo ultimo.

No dijo nada más, siguió a los demás intentando quedarse cerca de Bianca y cuando pudo agarró esta un poco del codo para que se retrasara con el del grupo.

-¿Puedes decirme que viste anoche?

Mientras escuchaba lo que decía el capitán, veo como Marc se acerca a nosotros y sus disculpas ante el capitán y el resto de la tripulación por la pérdida de sus compañeros.

noto como cuando empezamos todo el grupo a andar, me agarra ligeramente del codo, lo que hace que me retrase del resto de nuestros compañeros y me quede a solas con él.

- ¿qué vi?.- digo mirándole a los ojos con cierta expresión de confusión y en voz baja.- una cola que... no era de ningún animal que haya visto antes... y ese mordisco en el hombro...- me toco el hombro aún dolorido.- no fue ningún pez. pero, fue real todo eso? todo lo que hasta ahora había sido fantasía resulta que puede ser real?. se que este viaje era para verificar si "existe algún ser parecido a las sirenas" pero sinceramente nunca pensé que pudiera serlo. Anoche pensé que no sobreviviríamos, ¿qué viste tu? ¿por qué crees que nos dejaron escapar?

Al fin el capitán les dedica unas palabras, aunque no aclaran mucho el panorama. Hay algo en el agua, sin duda, que resulta mucho más peligroso de lo que se sabía y era totalmente mortal. El que esos dos marineros se arrojaran para salvar a Marc y Bianca solo indicaba lo desinteresados y heroicos que eran. Máximo se aseguró de anotar sus nombres correctamente, pues un sacrificio como es no podía quedar en el olvido.

Después, se mantuvo en silencio, sumido en sus pensamientos y sin saber muy bien que creer. La verdad que la visión de tierra firme le alegró, pues no dejaba de pensar en lo que se ocultaba bajo esas aguas y que se cobraba tantas vidas que un marinero experimentado sabía que un vez que “eso” te agarraba no había esperanza.

Cuando Marc y Bianca se retrasaron, fingió no darse cuenta, para dejarles ese pequeño momento a solas. Habían sufrido una experiencia muy fea, algo que necesitaban hablarlo y nadie mejor que ellos mismos para esa tarea.

-Por muchas vueltas que le doy… no puedo imaginar que pasó la otra noche- confesó a sus compañeros con rostro serio mientras caminaba hacia donde estaba el muelle y les esperaba una mujer.

La explicación del capitán hizo entender la decisión de seguir adelante en lugar de regresar por los marineros desaparecidos, y Mike quedó un poco, solo un poco más "tranquilo". Caminaba junto a los demás, pensando en cómo proceder ahora, estaba claro que lo que sea que estuviara ahí en las aguas cercanas a Capri, se comportaba de forma agresiva, mostrando una conducta depredadora, lo cual hace mucho más difícil su estudio.

Por otro lado se detiene a pensar en los movimientos tan bruscos del barco la noche de la tragedia, -¿producidos por las olas o por las mismas criaturas en cuestión? todo no puede ser una coincidencia y si fue así, eso muestra cierto grado de inteligencia, que tienen muy pocos organismos marinos, solo visto en algunos evolutivamente superiores, y aún así muy poco común-. Ese pensamiento le hizo recordar la cacería ordenada de Orcinus orca, las llamadas ballenas asesinas.

Escucha el comentario que hace el periodista, -aún hay muchos cabos sueltos, pero resolveremos esto- dice con tono alentador y continúa la marcha hasta donde les esperaba quien parecía ser la encargada del recibimiento de los pasajeros del Siren I.

Era evidente que en los alrededores de Capri había una criatura o criaturas lo suficientemente mortífera como para haber hundido en las profundidades a dos hombres acostumbrados a la mar. Por el tamaño de la mordida, sin embargo, no podía tratarse de una criatura de gran tamaño, como un escuálido, sino de tamaño medio, aunque no había ningún animal marino que pudiera llegar a encajarme.

-Tal vez fuera útil que hablemos con los testigos que presenciaron los anteriores ataques -le dije a mis compañeros, pensando en que obtener testimonios de las gentes de Capri nos sería de utilidad para saber a qué nos estábamos enfrentando-. Podría ser un buen hilo del que tirar para obtener información.

Resaca.

No podía calificarlo de otra manera. Nuevamente mi amigo el alcohol hacía de las suyas, solo que esta vez se confundió con el insomnio.

Tras lo que pasó por la noche, la caída, el ataqué... No sabía que pensar. Debía pensar racionalmente en todas las posibilidades, sobre todo des un punto de vista mas práctico. ¿ Como si no iba a tratar a aquellas personas si no era capaz yo misma de estar segura de las cosas? Y entera...

Salí a la cubierta con el resto, envuelta en una manta. Era un poco friolera, sobre todo por las mañanas. Pero esa en concreto necesitaba mantenerme fría para pensar en todo. Había pensado en hacer de apoyo médico al propio barco, pero suponía que este mismo ya tendría medico con enfermería y todo.

Marc y Bianca hablaban entre ellos. No quise interrumpir. Solo de reojo vi que su heridas estaban tapadas, asi que no deberían ser importantes. Lo importante, en realidad era la forma de las marcas.

Me senté con el resto escuchando sus opiniones sobre el tema.

- Vale. Me gustaría escuchar la opiniones de todos- Dije arrebujándome en la manta.- Por raro que suene. Digamos que... es un brainstorming de ideas.- Miré a todos intentando sonreir un poco para transmitir algo de tranquilidad entre todos.

-Empezare yo- Pensé un poco.-Chocamos contra un iceberg.- Mostré una sonrisa burlona en mi cara.- Marc y Bianca cayeron al agua, los mordió un par de delfines esquizofrénicos y cuando vieron a los marineros, mas musculosos, los soltaron para comerselos.- Levanté los ojos para sopesar mis palabras.- Veamos, ¿ que de cierto hay en mis palabras y que no?

-Creedme, es un buen ejercicio social.

El paraíso en el que nos encontramos es único, nunca jamás he visto nada parecido pero a ninguno de ellos parece importarles, sus mentes científicas intentan encajar de manera lógica lo que pasó anoche. De todo esto, a mí lo que más triste me resulta son los dos marineros que anoche desaparecieron en el mar, supongo que ellos y tantos otros. Supongo que eran buenos hombres, aunque la especie humana sea una mierda total.

- Lo siento mucho – murmuro, mirando al capitán mientras nos despide.

Por lo demás me pongo la mochila, y me pongo en rumbo hacia lo que deben ser nuestros alojamientos. Curioseando por delante mientras los demás hablan y hacen sus cosas de científicos.

Yo no he venido aquí para analizar ni cuestionar, sé que vi una mano, sé que fue una de ellas. Sé que están aquí, o estaban allí, en aquellas aguas. En alguna parte.

Anoche, mi yo más borracha y yo tomamos una decisión, guardamos recuerdos bajo llave otra vez, y acordamos que esto era lo más cerca que habíamos estado de mi sueño y era algo precioso. Si muero ahogada por una de ellas, será justo y moriré feliz.

Miro hacia el cielo, veo a Poe planeando por ahí.

- Para ti también debe ser un paraíso esto, eh…

Y por ahí voy, curioseando.

Máximo lo pensó unos instantes, oyendo tanto a Mike como a Ronan, la sugerencia de hablar con testigos era muy buena… solo que nadie parecía sobrevivir a los ataques de esos seres. Valeria dio su visión “única” del suceso, aunque Máximo no rio, sino que hizo exactamente lo que pedia

-Es cierto que Marc y Bianca se cayeron por la borda y que los atacó algo… No chocamos, el barco no se movía como si hubiera dado contra algo. No es casualidad que dejaran a las dos primeras víctimas flotando para después ir a por los marineros. No es mi área, pero casi parecía una trampa. 

Mientras habláis descendéis por la pasarela del barco y llegáis al paseo donde os espera la mujer con una sonrisa de bienvenida y unos papeles en las manos

-"Buongiorno"-os saluda la mujer tendiendo la mano para iros saludando uno a uno-"Buenos días y bienvenidos a Capri"-dice con un suave acento italiano-"Mi nombre es Francesca y soy la secretaria del señor Belloch aquí.Por favor,síganme ¿llevan todo su equipaje?Hemos de ascender un poco hasta llegar a la villa"-informa tras saludaros a todos.

La playa se encuentra vacía a excepción de un par de personas paseando pues el aire frío no invita demasiado a estar junto al mar,sin embargo veis que en los restaurantes que hay a lo largo de toda la costa sí que están llenos de gente desayunando y disfrutando de las vistas.Si alzáis la vista veis que la montaña que se eleva ante vosotros está salpicada de villas y casas que se elevan majestuosas sobre aquel lugar privilegiado

-"El señor Belloch me envió los contratos para que los firmasen una vez se acomoden"-informa mientras caminais por aquel paseo de madera que avanza zigzagueando por la montaña haciendo el ascenso menos costoso.La mujer se detiene un momento y os señala al mar-"Las Faraglioni o Escollo de las Sirenas,la leyenda cuenta que allí las sirenas intentaron seducir a Ulises y sus tripulantes cuando regresaban de su largo viaje a Ítaca"-sonríe y os observa-"Es un bonito paseo e incluso se puede pasar con el barco bajo la roca que está en el medio pues tiene un túnel natural.Sigamos"-dice la mujer andando de nuevo

Atendia a lo que le contaba Bianca y concordaba con lo que había visto no era un desliz por haber tragado demasiada agua y perdido el conocimiento, pero el vio algo más y no era el rostro de Bianca. - Vi algo más que tú y no era un pez, lo que nos mordió, tenía rostro de mujer. Estaba nervioso, podía ser cierto las noticias y haber sufrido el ataque de una de ellas. - No creo que nos dejaran escapar, como he escuchado decir a Maximo, eramos el cebo para que pararan el barco o saltasen a rescatarnos, cosa que resultó. 

Respiró hondo para calmarse. -Aparte los demás dijeron que habían visto una mano llevarse a uno de los marineros o al menos eso entendí.

- Vayamos a la casa y se lo contamos a los demás.

Hablaba con Bianca cuando la chica que les esperaba comenzó a hablar, perdió el inicio de la conversación pero si el final, hablaba de las sirenas y Ulises, algo que le fue curioso, tendría que investigar más sobre la isla, con suerte habría internet en la casa. Mierda el movil. metió la mano en los bolsillos, y respiró luego al recordar que lo había metido en el bolsillo del chaquetón antes de caer al agua, con suerte habrá arroz en la casa y si no tendría que mirar otro movil allí.

Sonrió a Bianca para quitar hierro al asunto del que habían hablado. 

-Nos toca subir la cuesta. agarró su petate y se lo colgó del hombro no herido, espero que ella iniciara la marcha para seguirla.

-Yo tampoco creo que chocásemos -coincidí con Máximo, en tono bajo-. Si tuviera que dar una explicación, diría que esas criaturas marinas trataron de ladear el barco agitando el oleaje y por eso Bianca y Marc cayeron por la borda. Pero es ridículo por dos puntos: un barco es demasiado pesado, se necesitarían demasiadas personas a la vez y ningún ser humano tendría capacidad de hacer algo así; el segundo punto es que para que esto sucediera, se necesitaría que estas criaturas tuvieran manos y la capacidad de realizar estrategias... -Habíamos visto una mano hundiendo a un marinero en las profundidades pero, ¿qué clase de criatura marina podía hacer eso?-. Pero no existe pez ni mamífero marino alguno conocido que posea ninguna de las dos cosas.

Escuché que aquella mujer de cabello negro se presentaba como Francesca, la secretaria del señor Belloch y nos indicaba que la acompañásemos hasta la villa. Mientras ascendíamos, nos explicó que una zona concreta del mar era conocida como "Escollo de las Sirenas" y que, según la leyenda, había sido allí donde las sirenas habían tratado de seducir a Ulises y sus hombres mediante sus hermosos cantos.

-Parada obligatoria -comenté, preguntándome para mis si el mito griego habría tenido alguna base real.

Dejo que Marc termine de hablar y tras sonreírme, le devuelvo la sonrisa llevándome una mano al cuello para aliviarme la tensión y relajarme un poco, cojo la pequeña maleta de ruedas que llevaba, mi pqueña mochilita y empiezo a andar delante de él hacia el resto del grupo para terminar de oír a la italiana de traje.

A mitad de conversación de la italiana de traje, llego al resto del grupo una expresión algo más relajada y Marc detrás mía. 

Escucho atenta el resto de la explicación de la que me parecía haber oído que se llamaba Franchesca. 

Su acento italiano hablado en otro idioma me hacía cierta gracia, al fin y al cabo yo era italiana pero disimulaba mi acento.

Desde donde me posiciono dentro del grupo, observo a Mike, desde el ataque del barco parece bastante más centrado en descubrir el misterio. Según cual sea en misterio sería estupendo para su trabajo. Yo debería ponerme también las pilas con el mío, pero desde anoche no lo veo como algo relevante ahora mismo,..., lo que me apetece es pasear por la playa y mirar el mar.

-Gusto conocerla- dijo Máximo a Francesca estrechando su mano-. Solo esto- dijo mostrando su único bolso con sus pertenencias cuando mencionó lo del equipaje. Lo de los contratos ni le alteró, aunque les daría una buena ojeada en cuanto cayeran en sus manos. Estaba seguro que serían contratos de confidencialidad, lo que dejaba en claro que esperaban encontrar algo.

Dejó el tema de las sirenas de momento, esperando tener algún dato más, de momento se conformaba con que algunos afirmaban que eso era, cuanto menos, raro. Sirenas o no, se enfrentaban a algo inteligente, con ataques coordinados y con una meta especifica.

Y a cada paso que damos este lugar me enamora sobremanera, el agua azul me deja maravillada, no puedo esperar a dejar las cosas donde sea que tengamos que dejarlas y perderme por la arena. Yo no tengo mucho que dejar, de hecho no voy a dejar nada, pero la impaciencia me domina. Se me nota en mi manera de andar dando saltitos, y como contemplo todo fascinada.

- Fran… - mierda, se me olvidó como era el nombre - ¿Cuándo podremos ir a ese escollo? ¿Hoy? ¿Ya? ¿Está muy lejos para ir nadando? – Me quedo pensativa y calculo la distancia que… Enarco una ceja, contemplando la posibilidad.

Sin lugar a dudas, este lugar es el más hermoso que hay, quiero quedarme a vivir aquí. Luego idearé al amena de preguntar por ahí si hay algún lugar en el que acepten trabajo. Yo de aquí no me voy, no hay nada ni nadie que me espere de todos modos.

- Poe, seguro que esto te encanta…

La semi-terapia quedó en suspenso cuando el aviso de que habíamos llegado a nuestro destino llegó antes de los esperado.

No importaba. Salvo Bianca y Marc, con los que hablaría mas tarde, tenía datos suficientes en mi cabeza sobre algunos de allí, para poder elaborar algo que los tranquilizara a todos. Estaba claro que todos intentarían dar una explicación racional a lo ocurrido. La mente humana esa sí: Imagina cosas, hecho, situaciones.. siempre comparándolas con algo.

Excusas.

Todos callaban aquello que querían decir, pero evitaban hacerlo solo por... no parecer locos. Sirenas. Punto. Todos habrían querido que así fuera, de no ser porque nuestra mente madura busca explicar racionalmente, lo irracional.

-Bien. - Sonreí cuando empezamos todos a desembarcar. -Ya seguiremos con la terapia de grupo. Seguro que con un Martini se hace mas ameno.- Añadí mientras tiraba pesarosa de mi maleta roja gigante.- Y además me hago pis...Será que ver tanta agua...

La secretaria os escucha con cara de interés y sonríe a Ligeia

-"Si es una gran nadadora estoy segura de que podría llegar nadando pero le advierto que está más lejos de la playa de lo que parece.Los barcos,a pesar de ser invierno suelen salir todos los días a diferentes horas y les recuerdo que ustedes tienen un barco a su entera disposición.Pueden ir en él cuando quieran.Para la Gruta sin embargo tendrían que coger las barcas destinadas a ello pues su entrada es muy pequeña y para el resto de la isla...bueno,tienen varias alternativas.Pero sigamos,por favor"-dice indicando el ascenso y poniéndose a caminar de nuevo