Partida Rol por web

Jose Luis se rascó la cabeza. Arrugó la nariz. Si algo le ponía malo era que se pitorrearan de él y aquí le olía a cuerno quemao. Y no eran los cuernos de la Toñi.

... atiende Selui... atiende que aquí se cuece algo y te quieren toreá...

-A mí no me tome por gilipollah, don Faustino. No sé qué carajo quiere contarle a Su Mahestá y me quiero sabelo, pero pampezá hace un momento nos ha dicho que será un viaje peligroso y largo y que habría que rodeá Madrid, y ahora me dise que éh un paseico de cuatro hora en globo. Si mestá pidiendo cabandone a mi familia aquí y arriehgue la vía máh vale que empiese a poné lah carta ensima la mesa o pondré yo loh cojone en ella.

Serían catetos pero no eran tontos. Era una lección que uno debía aprender una y otra vez. Suspiró, como niño cogido en falta, y aclaró un par de cosas.

-Para que nos dejen el dirigible tengo que convencer antes a mi sobrina, por que el general está con la mosca detrás de la oreja. Y ya sabéis que ella es muy conservadora. Pero yo creo que estamos en el momento justo para plantearnos este viaje, por que tras la batalla la cosa en la región va a estar calmada un tiempo.

Se quitó las gafas por que se las tenía que limpiar con un trapo.

-Si la convenzo y no hay oposición, tendremos dirigible. Pero si no, habrá que ir en coche. Así que deseadme suerte. Pero la pregunta es la pregunta. ¿Vendréis conmigo? Necesito que hagamos piña para que vendamos nuestro modo de vida y los avances que hemos hecho en el castillo. No ser un loco que viaja solo cargado de papeles.

Si que debía estar muy gilipollas Don Faustino, como pa arriesgarse por algo que no sabe si saldrá bien.

- En coche eh imposible...La carreterah ehtan llenah de assidente de tráfico, y cosah asín. Deben ehtá atacá de coche parao que no dejarán avanzá...Que lo se yo. El papa me dijo que había assidenteh, cuando hablé con el por el movil cuando pasó to ehto. - le miro, debía estar fumao - Echate er viaje, pa que luego no te resiba er juancar...Que aquin dejamoh familia, Don Fausti...

Don Fauisti también nos había intentao vender un poco la moto. Que si era un viaje de cuatro horas, pa decir que si, y luego lo mismo soltar que vamos en coche. Y madre mia, dejar a cargo a la Toñi. Al volver estaba la Naty quemá en la hoguera.

Entrecerró los ojos cuando dijo que se llevaba a su Paco hiciera ella lo que hiciera, ¿perdona? Aquello no le gustaba ni una miaja y menos cuando dice que si no puede ir volando que va en coche, los cojones matarile. Que le iba a quitar al Paco y dejar a la japuta de la Toñi aquí mandando, ¿estamos locos? Que dice que va a ver al rey, pero este no le coge el teléfono, aquello le sonaba como cuando ella colgaba a los maromos que no quería ver más o con los que no quería quedar, que los ignoraba sin más.

-Pero a vé que pijo dices...- comenzó la Kimberly alterada. -El Paco se irá si quiere o si se lo mandan... Y si el rey no tié ningunas ganejas de que le molesten, ¿qué? Un viaje en balde pa paseános y que nos muramos por el camino, como tontos del pijo, que es lo que vamos a ser... Si el dejan el globito ese me lo pienso, pero en coche los cojones... Pos anda que no'sta lejos Segóbriga esa- que ni puta idea de geografía, pero eso le sonaba de que no'staba mi lejos de su pueblo, si la habían llevao los del instituto el mismo día y habían vuelto.

Dió un golpe en la mesa. Estaba hasta los cojones ya. Muchos huevos para algunas cosas y para otras parecía que se los habían arrancado. Y él que creía que eran unos valientes. Valientes mis huevos.

-¡Claro que nos recibirá, cenutrios! Si viene el puto globo con él vendrá el general legionario de Ronda a darle el parte al rey. Y ahí nos colamos nosotros. Y si no viene nos recibirán también simplemente por habernos atravesado toda España con el consiguiente peligro para comentarle un tema importante. Que estamos un apocalipsis si no os habéis dado cuenta, y el rey ya no tiene cola de gilipollas que llegan en avión para pedirle entrevistas.

Hizo ademán de levantarse para marcharse. Estaba claro que si el asunto no era para ellos miel sobre hojuelas no habría nada que rascar.

-Me sorprendéis y me decepcionáis. Así que quiero o un si o un uno. Pero no me va a valer luego si nos dan el globo y todo sale como un paseo que os apuntéis a última hora. Quería compromiso de vosotros, y huevos. Pero se ve que pido demasiado.

Me pongo recto en la silla cuando Don Faustino se pone asín. No se, será un efecto inercia de cuando iba al colegio, se enfadaba y nos poníamos más rectos que una vara en el puto pupitre.

- A veh, a veh...No se trata de huevoh o no...Se trata de cabesa.-me doy unos golpecitos en ella y to-  Le dicho lo de loh cocheh por la carretera, porque si están cortáh u obtaculizáh por cocheh, por hordah, o su puta madre, llegará un momento que no podremoh avanzá con er coche ¿eh o no eh? - miro a Don Fausti - Propongo tanteáh er tema con calma. La calma juhta pa veh si hay teledirigido desoh o no, tu pídelo a veh... y con una cosa u otra, poh hablahlo y desidí. Pohque lansarse a lo loco a la carretera eh eso...Una poquita suisida. Yo creo que eh rasonable ¿no?

El cagaprisas se movió en su asiento, mordiéndose el labio sin intención erótica y mirando fijamente al alcalde. No le estaba gustando nada el tonito sobrado del barbas. El Zeky dijo algo pero para él ya era ruido de fondo.

-Uy uy uyyy don Faustinoooo, que ehtá usté cogiendo un caminico malo, ¿eh? Está usté dando por sentao muchah cosa y tocando cojone máh grande que lo que le coge en la mano. Si viene a pedí un favó pampezá un rehpeto. Usté quiere hacerse 400 kilómetroh pa decirle a Su Mahestá cosa de pepegrillo pa salvá España. Po yo le digo que pampezá yo pienso que no exihte ninguna España que salvá ya. España ya na máh ehtá en loh puto libro dihtoria. Ya no hay máh España. Hay Bañoh, hay Ronda, Segovia, Canariah y cuatro gato máh perdío de la mano de Dioh. El que a ésta altura no esté fuerte ya no tié ná casé. Somo ihlote perdío en un máh de mierda. A España ya le pueden dáh por culo porque no existe. Existe Baño, mi familia y mih vecino, éh lo único que puedo salvá. Ya he perdío mucho ¿le cuento? No sé náh de mi familia en Graná. Náh de nah. Yo he levantao este sitio tanto como usté y arriesgando mi vida máh vese que nandie. Y no se mascuchao ni una queja, ni una palabrica. Aquí el Joselui ha cumplío como un pro sin dar un ruido.

Se levantó airado y se acercó a su esposa. Cada vez hablaba más alto.

-Mi Toñi ha perdío a loh suyo. Na má que la tengo a ella y a mi Deibi. He perdío a mih amigo, mi peaso casa que náh máh la veo a ehcondía, mih buga perdío, tenía pagao el Digital + pa treh mese y el mihmitico día 15 me pillé el politono de El tren de loh momentoh de Alehandro Sán y no lo he podío dihfruta ni pollah. Ni ese ni el politono Pozi Amparo pa música de dehpertador. To pa ná. To mi mundo sa ío al carajo y ahora que tengo algo que protegé me dise uté que me vaya a tomal por culo a darle la brasa a Su Mahestá pa salvá algo que no existe. ¿Uté quiere guardaspalda? Mu bien, po yo le acompaño. Pero no me toque loh huevo, ni mengañe, ni se haga el longui, ni me vuelva a insinuá que no tengo cojone porque como vaya por ahí la vá tené conmigo. Asegúrese de conseguí ese puto globo, se lo arvierto, y que mi hente esté protegía y cuidá.

Parecía ligeramente molesto.

Pensó en aquello. Quizá era demasiado idealista, es verdad. España tenía tendencia a autodestruirse y volver a recomponerse. Pero esos periodos podían durar cientos de años, como en el caso de las taifas o los reinos cristianos de España. La Guerra de Sucesión, la Carlista, la Civil... ¿De que España estábamos hablando, la que rechazaban catalanes y vascos?, ¿la de corrupción y el chollazo urbanístico? Y sin embargo él creía que la gente de a pie ahora tenía su oportunidad. Su única oportunidad para tomar la sartén por el mango desde la época de la invasión de Napoleón. Entonces habían dicho "viva las cadenas" y había vuelto Fernando VII. ¿Que dirían ahora? De momento solo "a tomar por culo todo".

Pero debía intentarlo. Así que si tenía que ir solo, iría. Y si se moría, "a tomar por culo todo". Después de todo, aquello era España. Aunque se hubiera dejado las pestañas noche tras noche urdiendo todas aquellas ideas, recabando consejos, leyendo libros y, en suma, organizando aquel pequeño mundo que ahora era seguro, allí no iba a felicitarle nadie cuando llegaran las vacas flacas. Al contrario. Lástima de España. Como siempre, la gente podía joderte más hablando que pegándote de hostias.

Estaba claro que él no tenía poder de ordeno y mando. Eso le tenía su sobrina. Y sin ella estaba tan expuesto a un no como cualquier otro haciendo comentarios. Así que suspiró y agachó la mirada, apesarumbrado por el cariz que estaba tomando el asunto.

-Bien, tienes razón. Me he excedido en las formas y en el entusiasmo. Lo estudiaré mejor y lo plantearé de otra manera. Si hay globo, vamos. Y si no, pues nada.

Recogió las mapas y esas cosas que estaban encima de la mesa.

-Ya os he pedido demasiadas cosas y os las pido todos los días. Y no puedo pedir nada más allá de lo que repercuta en la supervivencia de éste pueblo y vuestras familias. Muchas gracias por todo lo que habéis hecho.

Dicho ésto dejó a su mujer allí y se fue a almena. A dar un paseo y despejar esa cabecita loca llena de ideas.

Astutamente, su mujer estaba atando todos los cabos que se podían atar. Sabía que con aquel ritmo de trabajo don Faustino no duraría para siempre. Que iba a envejecer prematuramente. Y ella como mano derecha de la alcaldía heredaría la responsabilidad y la dirección del lugar. Sería la hembra alfa. Y toda hembra alfa necesita un macho alfa. En éste caso, el putero de su marido.

Apoyó las manos en su pecho para que se tranquilizara. Sabía que se ponía como se ponía a veces. Encanao. Engorilao. Y podía llegar a las manos si hacía falta. Especialmente cuando se trataba de defender el nido. Aquella escena se llevaba produciendo desde que los neandertales vivían en cuevas, o casi que más.

-Don Faustino tiene muncha idea. Algunas son buena y otras malah. Pa eso estoy yo, pa decíle cuando se pasa de la raya. Así que no te tiés que enfadá con él. Yo me encargo.

Asintió despacio, mirándole a los ojos.

-En ehto no es que tenga razó. Pero hay que sabé que haba se cuecen con lo que tiene munsho sordao y nos pueden hodé. El rey, los henerale y su puta madre. Y si los podemos tené de nuestro lao, mejó. Solo por eso, darsus un paseíllo en el globo si encarta, volvéis y echamo cuenta. Ésto no va despaña. Va de problema y solucione, de ayudá y ser ayudao. Por probá que no quede. Y si no funciona, ya estamo bien como estamo.

Tras saltar el cagaprisas con toda aquella retahíla, que tenía más razón que un santo, don Faustino recula. Se pone to triste, asín pa dar pena, truco que ella había usao más de una vez pa no llevarse un par de hostias a mano vuelta de su padre. Al menos hizo recapacitar a don Faustino lo del puto globo, sin globo no hay viaje, era fácil. A ver pa qué cruzáse toa España pa ir a ver al rey. Aquí el rey ni pinchaba ni cortaba, a no ser que viniera a matar unos poquejos apollardaos, porque pa eso se autonombraba ella reina de Java y se sentaba a la sombra esperando qu'el resto matáse aquellos bichos. Jódela, pos que iba a ser allí la tontica.

-Mu bien dicho, cagaprisas, si el país se ha ido a la mierda ni rey ni na. ¿Pos no viven los franceses y to esa gente sin rey ni na? Pos aquí estamos igual, que nos las hemos apañao mu bien y sin qu'el Juancar venga a decínos qué estaba bien y qué no- asintió un par de veces. -Si quiere algo el rey, que venga él a vernos desde Segóbriga, ¡qué pijo!

Cuando don Faustino se fue, ella se levantó y optó por lo mismo. Que ella tamién había sufrío mucho, que vivía mu bien con su yaya despertándose a media tarde y ahora tenía que madrugar y trabajar, como si esto fuera un país d'esos como los de los negritos que se morían de hambre. ¡Y no le funcionaba ni uno de los tres móviles que tenía! Que tenía tos los politonos grabáos del Chimo Bayo, menuda pérdida y el dineral que s'había gastao. Y un par de fotos de las chorras de... De nada, porque la Kimberly ahora tenía novio formal. Ay su Paco, a ver si podía darle un meneo asín en un ratico ya que habían acabao la reunión, pensó mientras salía encendiéndose un cigui.

La Toñi tenía mano para sosegarlo. También la tenía para partirle la cara, pero eso era menos frecuente. Se sentó

-Toñi, si tú sabeh que aquí ehtoy yo pa lo caga farta. Joselui parriba Joselui pabajo pim pam. Pero que no me toquen lo güevo Toñi, que no me loh toquen. Que loh inteletualeh siempre se creen que alguno por sé como semo, semo tontico, y eso no éh asín. Lah cosa clara, coño ya. Quehte tío mehta disiendo que me coja un coshe y me meta 400 kilómetro sin sabé lo que hay en Segovia, y rodeaoh por quinse millone de apollardao. Y mientra tanto tú y el Deibi aquí. ¿Véh? Tú me lo hasplicao en náh y lo veo dihtinto. Salvá España ni que pollah...

Tuve que mirar parpadeando un par de veces al Cagaprisas, tras su discurso. Lo cierto es que esta bien dicho...Estaba bien dicho. Porque aquí todos habíamos dado el callo, de una forma u otra, y es cierto que Don Fauste se había exaltao de más.

- Poh si eh lo que yo dicho...Que con globo dese...Aun bueno. Pero con coche eh una locura...Tiene que habé horda y horda..Y la carretera mu mala...- añado al asunto - Que no somo cáne de cañón desa...Una cosa logica si, pero jugahse el cuello a lo tonto...poh no...

Aqui se acaba yendo to el mundo, asín que yo me levanto. Se quedan el Cagaprisas y la Toñi, y yo no se si sobro ahí. Si estos van a extremos, lo mismo se lo montan aqui encima y me salpica algo.

Se sentó a su lado. A partir de ahora tenía que volver a acercarse a él. Hacer como que le perdonaba. Volver a ser la familia feliz. Él formaba parte de sus planes de futuro en aquel pueblo y después de todo, por muy bajabragas, tontolpijo y simplico que fuera a veces, lo quería. Que suerte tenía el hijoputa. Puso una mano encima de las suyas.

-Iréih en globo o no iréih a ningún lao. Eso te lo aseguro. No me voy a arriesgá a que hagái esa tontá del viaje en coshe. Tu tranquilo que yo me ocupo.

Le dió un pico y todo. A pesar de que le había pegado unas ladillas. No era tonta, se había dado cuenta de lo del champú. Pero se calló como lo que la Naty era antes. Como una puta.

La actitud de la Toñi le sentó como un bálsamo. Se le relajaron las manos y el entrecejo. Como siempre con ella. Ella sabía. Era un puto coñazo para muchas cosas, una marimandona y le rebosaba el genio. Pero eran tal pa cual.

...que suerte tieneh Selui, siempre te lo digo Selui, qué suerte catenío con ehta muhé...

-Bien Toñi, confío en ti, tú lo sabeh guapa.

Su descanso de guerrero, la Toñi.

Si que se ponía esto moñas, si...Vete Seky que te sarpica.

- Bueno, pareja...- me meto las manos a la bermudas veraniegas - Creo que ya está hablao...Convense al Fauhti de lo del globo, Toñi...Y ya, poh eso...Ya hablaremoh cuando se sepa seguro...- hago un gesto con la cabeza en plan "Ea, ta luego", y opto por dejar a la pareja a solas. Esto tenía pinta de reconciliación, y ya todos sabemos lo que pasa en las reconciliaciones. Aunque...¿se le habrán quitao al Seluí las ladillas...? Se me viene a la cabeza la imagen del Cagaprisas frotándose el cimbrel, y tengo que achinar los ojos como el puto chino del castillo. Acabo por salir de allí. Dando un paseo a casa.

Allí solo quedaba el Paco, que no había dicho ni mu. Jose Luis volvió a levantarse. Quería un acercamiento con la Toñi, pero tenía más ganas de volver a la normalidad familiar que al meneo genital. Al menos en ese momento. Tenía la cabeza en otra parte.

-En fin, me voy a currá. Si me quieren pa algo que llamen por megafonía, como siempre.

Jose Luis dejó la escopeta en la puerta del castillo y entró en el patio. Dentro de las murallas todo era un prado verde, un enorme jardín en una colina por el que revoloteaban algunas mariposas y pasaban silvando unas golondrinas. Al fondo, a kilómetros, se veían alzarse las torres y la muralla que cerraban el perímetro de la fortaleza.

-Hace buen día, Selui -se dijo.

-Hace bien día, Selui -dijo Sor Virtudes desde lo alto del matacán, con un catalejo en la mano.

En el centro del prado estaba su casa, ahora ya sin vallas ni portones. Nada más que su mansión, solo que construida en madera como una gran cabaña. La Toñi estaba sentada en la puerta y le saludó con la mano y una enorme sonrisa en la cara. El Deibi correteaba por el jardín con una pelota. Jose Luis sabía que su hijo ya tenía treinta años, pero seguía en su cuerpo de niño.

La Toñi se levantó para recibirle.

-Qué guapa estáh, Toñi.

-Qué guapa estás, Toñi -dijo Sor Virtudes en la muralla, a cientos de metros. Jose Luis asintió a la monja, que estaba tallando un gigantesco candado de metal, sacándole lascas con un cincel como si fuera de madera.

La Toñi estaba pletórica. Guapa como nunca, parecía aquella Toñi de hacía diez años. Fresca y abierta. Era otra Toñi, una que casi ni recordaba que existiera.

-He hecho migah -dijo.

-Tengo ganah de miga desdel 15 de agosto -respondió Jose Luis, y se sentó en las hierbas, ante su casa. Sintió que los pies se le convertían en barro y raices y se anclaba al suelo. Sintió envejecer. Se sintió repentinamente iracundo y violento. Quiso escapar.

-Cago en tó, Toñi.

-Éh lo que hay, nene.

En la muralla Sor Virtudes había acabado su monumento al candado. Lo cerró. A su lado estaba la Naty vestida de guerrera del futuro, en bikini por arriba, pantaloncito vaquero minúsculo por abajo, revólveres a la cintura, hombreras de armadura y la melena al viento, radiante como una diosa. En su mano la enorme ametralladora del uro, como si no le pesara. Jose Luis supo que funcionaba como llave del candado. Sintió una promesa de aventuras, sexo, velocidad, libertad, pero también de muerte y violencia. Sintió una erección dolorosa. Algo se movió por el prado y del suelo, aquí y allá, surgieron unas ladillas del tamaño de perros. Jose Luis las miró sin saber si sentir alarma o no. Se encogió de hombros y se encendió un puro.

-Me guhta que los plane salgan bien -dijo.

-Pues tú sabrás, Jose Luis -le dijo Natasha.

-Sí, tú sabráh, Joselui -le dijo su Toñi y le mandó un beso a la Naty-.

-Papá, tú sabráh lo que hase -le dijo el Deibi al pegarle una patada a la pelota, mandándola al infinito.

Se despertó repentinamente ...¡carajo!... Miró el reloj: poco más de las 5 de la madrugada. A su lado la Toñi roncaba como un lechoncito y por la ventana se notaba clarear el cielo. Ya no era julio pero los días seguían siendo largos.

Llevaba días teniendo sueños así de raros, que le hacían estar de mala hostia e irascible todo el día. No sabía qué pensar, notaba tensión en su interior y no sabía como resolverla. Sabía que tenía que ver con Toñi, y con la Naty. Pero poco más podía interpretar. Se levantó de la cama.

Solo sabía que quería pasar el rato con la Naty tanto como con la Toñi.

... amo a corré un poco, Selui, que hay que desfogá to la mierda...

Más tarde, esa misma mañana, el alcalde quería verle para no sé qué que misión importante.

... qué pollah querrá don Faustino...

A la salida del despacho del alcalde se dirigieron a desayunar. Pero desayunar bien. No esa mierda del café con un bollo, que eso no es comer ni es nada. Cuando se sentaron para disfrutar de unos buenos huevos fritos, vieron al grupo de los tres negrillos que les miraban y se partían el culo. Concretamente miraban al Cagaprisas. La mosca ya la llevaba tras la oreja por la conversación con Don Faustino, y ahora mismo solo bastaba que le tocaran un poco los cojones para provocarle.

Una pelota de papel voló hacia su mesa y aterrizo en el plato. El papel contenía un dibujo grosero del Cagaprisas como si apestara o algo así raro, rayitos que salían de su entrepierna con micropene, y el ojo morado. Su mujer salía detrás pegándole con un rodillo de cocina.

Jose Luis estaba visiblemente de mal humor. Lo notaría cualquiera de sus compañeros desde hace días. Se mantenía hosco, silencioso y gruñón, aunque no buscaba pelea ni parecía enfadado con nadie en concreto. En ese momento estaba concentrado en su mundo, encontrando inesperadamente un momento de satisfacción y tranquilidad en esos huevos fritos en los que mojaba pan recién hecho. La puta gloria. Lo mejor que le había pasado en los últimos días de mierda.

Entonces cayó el puto papelito. Lo cogió respirando profundamente y miró el dibujito de los cojones. El insulto, la burla, el pitorreo. Tres imbéciles de mierda riéndose del mismísimo Jose Luis Carmona, el cagaprisas. Era lo que le faltaba, sumar la burla a cotilleo. Se le tensaron todos los músculos. Quizá alguien en la sala escuchara llegar un tren a todo trapo de no se sabía dónde. El tren venía aullando por un túnel y su caldera hervía en el pecho del cagaprisas hasta salir por su boca en un bramido de toro.

...me cagoooo en tu putaaaa madre... mmmmme cagoooo en toooAAAA TUUUU PUTA MADRE!!!!

Eso le gritó a los negros poniéndose de pie como un resorte, agarrando el plato y rompiéndolo contra la mesa sin soltarlo, quedándose con un trozo triangular de cerámica.

¡NACAPACÁ! ¡NACAPACÁ HE DISHO QUE TE MATO!

Saltó sobre la mesa dispuesto a todo.

El desayuno apacible se trunca. Como cuando estás en paz y tranquilo en la vida, y de pronto te sale una puta hemorroide, y ya no puedes cagar en paz en un tiempo. Pues aquel papelito que voló hacia nuestra mesa fue la hemorroide. Aquello alteró todo buen rollo, y nos aguaron los huevos fritos. Los negros buscaban bulla...Yo creo que no sabían con quien se metían. Y es que el dibujito se las traía. Parecía que se había corrio el rumor de las ladillas del Cagaprisas, y de que su mujer podía tumbarlo de una hostia. Drama.

- !Tranquilo Selui! !Tranquilo Seluí! - añado, con aires de calmar, pero era que aquí no se iba a calmar ni su puta madre. Me veía en mitá de una pelea con tres negros del Senegal, y los había visto matar apollardaos. Que igual hasta habían sio niños soldao desos...Iban a llover galletas por tos laos. El Cagaprisas se habío subio a la mesa como el puto King Kong a la torre esa to grande de las américas.