Partida Rol por web

El enano acaricia el filo delo hacha. 

- Bajemos ahí a decirle a la gente que tenemos la curar... Si ese Ser Villano se pone por enmedio lo cortamos en lonchas.

- Creo que deberíamos hacer lo más público posible el que tenemos el musgo. - comenta Artros apoyado en su arco - De esa forma Ser Vilem, o villano, tendría difícil el tomar represalias contra nosotros.

Mira a los demás, esperando sus decisiones.

No perdamos más tiempo, debemos dar con la anciana para que prepare la cura. Si quieren el musgo tendran que pasar por mi cadaver
Digo enfantizando mi gesto con el puño entorno al pomo de mi espada, luego espero una señal de mis compañeros para encabezar la marcha hacia donde esta reunido todo el populacho.

Una vez decidido el curso de actuación os ponéis en marcha hacia el pueblo. Sabéis casi con certeza que acabaréis enfrentando a Ser Vilem. Ahora todo depende de ese mediador y de la actitud del pueblo.

El camino desciende de la loma hacia el pueblo y no os lleva tiempo recorrerlo. En su parte más baja, un puente cruza el río y desde allí el camino asciende de nuevo hacia el pueblo. Varios pilluelos tratan de cazar ranas o renacuajos a la orilla del río.

Cruzáis el puente sobre el río. Los niños se os quedan mirando y uno de ellos os señala.

- ¡Han vuelto! ¡Son ellos han vuelto!

Y como si fuese una señal, echan a correr calle arriba gritando lo mismo. Varias ventanas se abren ante vuestro paso y alguna cabeza se asoma y os mira estupefacta. Algunas personas, salen a las puertas y empiezan a seguiros mientras os adentráis en el pueblo. Pronto, lleváis una escolta de al menos 12 adultos y 7 niños que os siguen con cara de esperanza.

La plaza del pueblo se vislumbra ya y por ella, avanza hacia vosotros a grandes pasos el Alcalde Milo, seguido de un par de personas más. 

- ¿Es cierto? ¿Lo habéis encontrado? - os inquiere desde lejos mientras sigue acercándose.

Ah, bienvenido Danerot.

Finalmente, decidimos bajar todos juntos y enfrentarnos a lo que se nos oponga. Cuando entramos en el pueblo, nos damos cuenta de que su gente nos estaba esperando... Sin esperar más, me lanzo a echar voces:

- ¡TENEMOS LA CURA! ¡TRAEMOS EL MUSGO! ¡TRAED A LA ANCIANA!

- Vuestra salvación depende de que traigáis a esa anciana que ese mal nacido de Sir Vilem tiene retenido, sin duda tiene mucho que contar - clavo mi mirada en el prisionero - Os preguntaréis qué hace este individuo prisionero, qué hable por si mismo y que nos hable de los planes de esa vil...no tengo apelativo.
Busco alrededor la presencia de ese tal Sir Vilem, deseaba tener a ese canalla ante mi. Sabía que era una provocación y imprudente pero quería saldar cuentas lo antes posible. Las mejillas estaban enrojecidas por la furia y el sudor que perlaba las mejillas y la frente era muestra de la ira que llevaba contenida dentro de mi.

Mi presencia por el momento se limito a mantenerme firme junto a Lilith con semblante amenazante pero sin intentar atemorizar a los aldeanos, simplemente lucir gallardo y aguerrido como un soldado. Tarde o temprano comenzaria el conflicto con la gente de Ser Villem, y estaba preparado para sacar mi acero.
Intentaba que mi campo de vision fuera lo más amplio posible asi poder anticipar cualquier jugada que este intentara, despues de todo ya habian tratado de llenarnos de agujeros desde lejos, no seria raro que lo pretendieran nuevamente sin importar la gente que se nos apiñaba esperanzada por la cura.

El alcalde Milo se acerca hasta vosotros con el nerviosismo reflejado en su semblante. 

- ¿Lo tenéis? - inquiere de nuevo - Bien, vayamos a ver a ser Gelda. Por desgracia, la anciana Stoyanka, está arrestada por orden de ser Gelda y sólo ella puede liberarla.

Se pone a vuestro lado y os apremia hacia el ayuntamiento.

- Vayamos deprisa, Ser Vilem quiere quemar a los afectados, entre ellos mi hija - la voz se le quiebra con las últimas palabras.

Llegáis a la plaza del pueblo. Allí hay mas gente reunida. Cuatro postes, con leña apilada a sus pies, se alzan por entre las tiendas de la ya tan lejana fiesta. En lo alto de las escaleras del ayuntamiento está Ser Vilem que os mira con odio declarado. Tras él, dos soldados y a su derecha un poco más atrás, una mujer alta y fornida de unos 40-45 años. Una cicatriz cruza su cara y luce un parche en su ojo izquierdo. Viste una cota de mallas con el incal del Arl en el pecho. Una maza negra cuelga de su cinto junto a una daga. Mantiene los brazos cruzados.

El sheriff Milo se dirige a Ser Vilem nada más entrar en la plaza. 

- Ser Vilem, libera a los prisioneros. ¡Han encontrado la cura!

Ser Vilem mira a uno y otros, su mirada se para en el prisionero al que mira fijamente y luego ríe con voz profunda.

- Jajajaja... ¿La cura? ¿Estos? ¿Y quién nos dice que no mienten? - baja las escaleras despacio - ¿Quién nos dice que no traen cualquier cosa en vez de la cura, dejamos libres a ... esas cosas... - hace un gesto hacia el ayuntamiento - y nos atacan? 

Llega abajo y mira a la gente. 

- ¿Eso es lo que queréis? ¿Arriesgaréis la vida de vuestros hijos por esa... presunta cura que una... loca... una apóstata dice que le han rebelado los espíritus de los muertos? Yo no lo haría...

El sheriff se adelanta.

- Por favor, ser Vilem... ¡dejádmelo probar en mi hija! Os lo ruego...

Ser Vilem empuja al sheriff, el cual trastabilla hacia atrás.

- De ninguna forma. El Arl ha puesto la responsabilidad en mis manos y no arriesgaré a nadie de este pueblo... ¡Apresadlos! - ordena señalando con un dedo hacia vosotros.

- ¡Ser Vilem, por favor! ¡Hacedlo por mi, por mi hija! - el sheriff se arroja de rodillas y se vuelve hacia la mujer - ¡Ser Gelda, os lo ruego, intervenid!

presa de la furia me adelanto para señalar con un dedo acusador a Sir Vilem.
- ¡Traidor!¡Lo sabemos todo, lo de tu traición! - mis ojos arden de furia - ¡Tú eres el único que miente que quieres privar a esta gente de la cura!
Dirigiéndome hacia el sheriff añado:
- ¡Si tenéis algo de piedad por los enfermos, soldados, no aceptaréis tal vil orden!
Saco el musgo de entre mi ropa.
- ¡Aquí tenéis el ingrediente principal de la cura y este mala nacido ha intercedido para que Sir Galem aprese a la única que puede preparar la cura, la defenderé con mi vida! - mis mejillas arden de ira - ¡Quién esté con ese cretino está en contra de la curación de la gente enferma!

Las cosas se precipitan cuando llegamos a la plaza. Lilith saca todo su genio, y sé demasiado bien que eso no le conviene, no cuando camina tan cerca del velo, no cuando lo hace con tanta soltura, no cuando estamos tan cerca de los templarios: es la imagen perfecta de la apóstata, alguien con el don pero sin capacidad para controlarse, alguien que llama a los portadores del caos con cada una de sus palabras... Tengo que hacer algo para que no redirijan su ataque de ira en su contra, pero ¿qué? Y, ¿quién me iba a creer, dijese lo que dijese?

...

Aprieto los dientes durante unos segundos, y finalmente hablo, en voz alta, apoyando a Lilith, dirigiéndome a aquella figura en la que el alcalde pone sus esperanzas.

- Señora... Ser Gelda. No tengo ninguna autoridad aquí, y sólo el tratamiento de la acusada como apóstata ha impedido que perezca por esta plaga. Soy la prueba de que su cura funciona, y traemos lo necesario para convertir el remedio transitorio que creó la buena de Stoyanka en una realidad definitiva de salud plena para todos los afectados. Pero ser Vilem tiene razón, al menos, en algo. No tenemos por qué estar diciendo la verdad. Quizá todo esto no sea más que un truco de apóstatas para conseguir quién sabe qué. Está bien. Yo no pediría a nadie una prueba de fe, no si mi vida y las de los míos estuvieran en juego. Mantenednos vigilados. Mantenednos presos, si queréis. Pero dejad que Stoyanka prepare la cura. Dejad que nos la aplique, y mantenednos vigilados y presos, mientras observáis nuestra evolución, y las bondades de la cura preparada por la anciana. Por favor. No tenéis nada que perder. Encadenadnos, si nos tenéis miedo. Pero probad el remedio. No tiene sentido que nos neguéis esto. No, pudiendo salvar a tantos. No intentaré probar que es ser Vilem quien intenta hacerse con el musgo, para ser él quien se presente como un héroe proporcionando la cura. No tengo más pruebas que las de este prisionero, que intentó matarnos por orden suya, y que a buen seguro ahora cambiará su versión para obtener mayor provecho de la presencia de su patrón. Pero tengo la seguridad de que la cura de la anciana funcionará. Y me ofrezco como prisionero todo el tiempo necesario para que comprobéis que el remedio funciona.

No recuerdo haber hablado nunca tan seguido, y no sé qué efecto tendrá. Inmediatamente, espero oír risas. Aunque mi mayor temor es que me ignoren...

Las palabras del Sheriff me llegan hondo, no asi a los crueles hombres de Ser Villem y a aquella mujer que venia en representacion del Arl. En cuanto Villem apunto a nosotros mi mano busco el pomo de mi espada y cerre filas entorno a Lilith, si pensaban que tocarian el musgo para destruirlo subestimaban demasiado nuestra potencia.

Desenvaino la espada y me pongo en postura defensiva, protegiendo principalmente a la maga que tenia el ingrediente de la cura, comparto una fugaz mirada con el enano para que me secunde mientras las palabras de Itan se alzan por nuestras cabezas intentando desesperadamente agotar la via diplomatica antes que se convirtiera todo en un baño de sangre.

Kazurh reacciona al igual que Morrowir y desenfunda su arma para acercarse al resto del grupo.

- Por encima de mi cadáver... Ser "Mierda" - farfulla mirando a Ser Vilem con odio manifiesto.