Partida Rol por web

LLegas frente a la casa de la anciana. Hay dos soldados armados de lanzas vigilando la choza con gesto de aburrimiento.

Al verte, los soldados se yerguen, se miran entre sí y luego uno de ellos levanta la mano.

- ¡ALTO! ¡Nadie puede visitar a la apóstata hasta que lleguen los templarios! ¡Retírese!

El otro soldado cruza la lanza frente a la puerta.

Tras perderla un par de veces por entre las casas al final la veis a un par de calles de la plaza mayor frente a una casa destartalada en la que dos soldados montan guardia frente a la puerta. Uno de ellos le da el alto y le dice algo que no oís.

- ¡Apóstata! - mi voz es severa y autoritaria y - ¡Quien ha sido el acusador!

...

Cuando Lilith llega ante la casa custodiada, el corazón me da un vuelco.

- Fijaos, parece que tienen retenida a la anciana. Lilith puede estar en un aprieto como no improvise algo creíble. Y, aunque lo haga, no parece probable que consiga salir de Sothmere en compañía de alguien que está bajo arresto domiciliario...

Desesperado, tras comunicar mis inquietudes a los compañeros, empiezo a buscar puntos de acceso no vigilados para entrar en Sothmere: una vía fluvial, un punto de empalizada poco vigilado por el que poder trepar, etc.

Los soldados se miran entre sí y luego te miran. 

- Nadie puede hablar con la apóstata hasta que se la lleven los Templarios. Órdenes de Ser Gelda, el enviado del Arl. 

Parecen nerviosos ante tu presencia.

- Muy bien - respondo con tono autoritario pero seguro pero sin faltar el respeto - Entiendo, es vuestro trabajo y cumplid órdenes, pero ¿dónde podría hablar con Ser Gelda, por favor?

Los soldados señalan hacia el ayuntamiento.

- En el ayuntamiento... está con Ser Vilem tratando el tema de los infectados...

Observáis que sigue hablando y los soldados señalan el ayuntamiento.

- Eso no parece bueno... - comenta Kazurh malhumorado mientras menea la cabeza - Mejor sería que bajásemos ahí abajo y le cantásemos la gallina a ese traidor de Ser Vilem...

- Muchas gracias, soldados - me giro moviendo exagerádamente las caderas.
Cuando me doy la vuelta en dirección hacia mis compañeros se borra mi sonrisa y la trasformo en una mueca de odio. Ese Sir Vilem, tengo cuentas que rendir, pero antes era sensato comunicar a los demás lo ocurrido y juntos decidiremos qué hacer.

-Definitivamente, si seguimos aqui acabaré por romper algo de nervios. Artros, Itan cubran nos.
Digo con la mano aferrada al pomo de la espada con tanta fuerza que mis nudillos estan blancos. Luego emprendo la marcha hacia el ayuntamiento.

Morrowir empieza a caminar hacia el pueblo pero también Lilith vuelve hacia la colina, tal vez a informar de algo. Así que el guerrero espera hasta que la maga está de nuevo con el grupo.

Me acerco al grupo observando sus caras expectantes. Ante el no disimulado nerviosismo del guerrero apresuro los pasos para allegar hasta ellos. Morrorir me sale al paso con revelada inquietud. Levanto la mano para pedir una pausa, la turbación causada por la tensión me había dejado exhausta.

- Problemas chicos - tomo una bocanada de aire - la bruja está custodiada porque ha sido denunciada a los Templarios como apóstata, adivinad quien ha sido el causante de tal contratiempo.

Aliviado al ver llegar a Lilith sana y salva, la angustia me invade no obstante tras oír sus palabras. El ansia por la supervivencia dentro de un recipiente con fecha de caducidad a las pocas horas hace que me hierva la mente con planes, contramedidas, astucias y fintas varias para sortear los obstáculos que tenemos ante nosotros.

- Yo... No se me da bien hablar en público. Si de mi dependiera el éxito de esta misión, estoy seguro de que fracasaríamos: me colgarían en cuanto abriese la boca, seguro, y más habiendo de esos templarios, que parece que te miren como si vieran dentro de ti cosas que uno mismo desconoce... Pero no veo alternativa. Propongo esconder la mitad del musgo en las afueras de Sothmere, en algún lugar seguro, por si a alguno de esos custodios, o al propio ser Vilem, se le ocurriera destruirlo, por algún propósito que desconozco. Si nos atrapasen, aún podríamos revelar a alguna persona de confianza la ubicación del escondite, y quizá Stoyanka podría entonces crear una cura con la que reforzar nuestro viaje e historia. No lo sé... Podríamos dividirnos, y si no funciona la vía diplomática, el grupo de apoyo podría intentar liberar al resto, si es que nos encierran como a la anciana. Pero no me gusta la idea de dividirnos, en grupo nuestra historia cobrará más fuerza, no nos dejaremos intimidar tan fácilmente ante un grupo armado. ¿Qué opináis?

Tras hablar con toda la franqueza que mi desesperación me permite, espero para oír nuevas ideas, esperando que una de ellas sea la que necesitamos para salir de esta.

Escucho lo que Lilith nos trasmite, afortunadamente temia peores noticias. Aunque no es que fueran alentadoras.
Tras las palabras de Itan asiento en silencio antes de añadir.
- Creo que debemos enfrentar a todo el pueblo con la verdad, si logramos darles esperanzas de la cura lograremos hacer el contrapeso indicado para poder liberar a la anciana.
Miro al resto en busca de cohesion, no podiamos perder más tiempo era momento de actuar.

- Eso significaría declarar guerra abierta a Sir Vilem - respondo ante la sugerencia de Morrorir - Esto es lo que más anhelo, dejar las cosas claras y poner a ese cretino despiadado en su sitio, pero ¿sería prudente?