Tirada: 1d100(+10)
Motivo: ??
Resultado: 39(+10)=49
Te crees al dedito sus palabras... y empiezas a tener MIEDO (miedo, no pánico)
¿Que haces aquí? - le llego a preguntar sin dejar de mirar a un lado y a otro... aunque la miró fijamente cuando vio el estado de su maquillaje
No me levanto. Sigo observándolo... me paso la mano por los ojos, y ésta queda negra del maquillaje... vuelvo a mirarlo.
- Te estaba buscando... pero no sé a dónde vives así que... más bien corría sin rumbo - pregunto, sin dejar de hablar a media voz.
¿Por que? egoista tu madre me va a matar... - se acerco un poco y dejo caer el anillo y el pendiente que encontró realmente asustado - creo que debe ser tuyo - y se alejo un par de pasos
Bueno tanpoco hay que tomárselo así, ¿no?
Son tonterías que se dicen.
Le digo temiéndome que no salga de esta.
Hecho un vistazo a mi alrededor disimuladamente haber si alguien interviene.
Cojo lo que me tira, instintivamente me pongo una mano en la oreja... y me miro la mano. Vaya... ni siquiera me había fijado que se me había caído.
Ahora sí, me levanto, lo miro... y sonrío, con un enorme pesar. Asiento.
- Vale... perdona por todo... - me giro y empiezo a andar, dirección a mi casa.
Ya sabía... que no valdría la pena ir a buscarlo.
Te suelta de un empujón, se guarda la varita.
Más vale que me mantengas, respeto, Sangre Sucia... o suplicarás no haber recibido jamás la carta a Sorgintasun.
No espera una respuesta. Desaparece.
Andres miró bloqueado como se iba y rompió a llorar sollozando con fuerza... Se dio la vuelta apretando los puños y estampo uno de ellos contra un árbol destrozándose la mano que empezó a sangrar levemente por algún que otro trozo de corteza clavado - ¡ugh! - exclamó mirándose la mano...
Son las 13.00
Ya sabéis, quiero posts de reflexiones y qué hacéis después.
Me quedo fatal después de este encontronazo con el padre de Anaïs.
Ahora entiendo por que es una bruja y no solo literalmente.
Ya me las pagaran el y su hija.
Me quedo rabioso por no poder haber echo nada.
Estos días han sido duros no e encajado, pero tengo ganas de aprender y hacerme poderoso para dar una lección a los sangre limpia, por lo menos los que piensan como Anaïs y su padre.
Pienso mientras recojo mis cosas para dirigirme a la pensión.
Me quedo quieta... sollozos y... ¿un golpe? Me giro alarmada, y veo como Andrés se mira la mano que sangra... doy unos pasos hacia delante. Dos hacia atrás, girándome de nuevo... vuelvo a mirarlo.
A paso rápido me acerco y lo cojo de la mano, sin preguntar, sin mirar. Saco un pañuelo blanco del bolso y le envuelvo la mano cómo puedo...
- Bueno... si tuviera varita te lo podría arreglar más fácilmente... - susurré, soltándole la mano y mirándole a los ojos.
Llorando se dejó caer sobre el suelo apoyándose en el árbol y sin decir ni pío... parecía ido.
Me agacho junto a él.
- ¿Qué pasa...? - le pregunto, con algo de miedo.
tu madre... quería... matarme.... - dijo al fin, con la voz rota y deshecho, no parecía el
- No lo dijo en serio - respondí, poniéndole una mano temblorosa a la mejilla, acariciándolo - Siempre me han tenido sobreprotegida... y, bueno... le ha chocado encontrarnos así... pero cuando la dejé en casa ya no estaba tan enfadada... es muy egocéntrica, en un par de horas no se acordará de nada
me..me apunto... con la varita - dijo sin poder creer las palabras de Anais
- Y si hubiera tenido un cuchillo te habría apuntado un chuchillo... - respondí, intentando hablar con dulzura, aunque aquellas palabras no sonaban muy tranquilizadoras. Suspiré. - ¿Quieres... que me aparte de tu vida?
Esta misma pregunta... le había hecho antes de que empezara todo.
La miro de refilon sin saber que contestar... Se quedó callado mirándola mientras alguna que otra lagrima solitaria recorría la cara de Andres
- Je... - me levanté.
"Quién calla otorga...", o almenos eso dicen. Lo miro con ternura y sonrío, aunque una lágrima recorre mi mejilla y da un salto mortal, impactando al suelo.
- Nos veremos en Sorgintasun. Ciao - me giro y levanto la mano, empezando a caminar hacia mi casa.