Partida Rol por web

Por suerte no nos encontramos con ningún vigilante en nuestro camino hasta el pozo donde esperábamos encontrar a los supervivientes. Lo que si había era una gran puerta que, pese a su tamaño, no parecía que fuera a resistir los cañonazos de un par de phasers.

-No creo que sea complicado derribarla, doctora. Johny creo que el escándalo que provocaríamos podría llamar la atención sobre nosotros, sería mejor tratar de buscar antes la manera de abrirla sin hacer demasiado ruido. ¿Veis alguna manera de hacerlo?.

Me acerqué al portón buscando la manera de abrirla. Si lográbamos desbloquearla sería necesaria la fuerza de varios para poder moverla, supuse que entre los tres seríamos capaces.

El primero en descubrir la falsa baldosa en el suelo fue Jankowsky, aunque los tres hicieron el descubrimiento al unisonó, pero se necesitó de la fuerza conjunta del trió para mover el bloque de piedra. El hallazgo fue una palanca en muy malas condiciones, por años de desuso y falta de mantenimiento.

La cuestión ahora es: ¿La palanca abre la puerta?

El tiempo escasea, más aun cuando el sonido de pasos se aproxima por un túnel cercano. El cual converge en la intersección. Por los sonidos se puede deducir que es una sola persona.

- Vamos mal de tiempo, y parece que alguien se acerca. Creo que la palanca debe abrir la puerta, pero sólo hay una manera de comprobarlo. Sabiendo que es arriesgado, pero sin demasiadas opciones, cojo de la palanca y tiro todo lo fuerte que puedo. - ¡Pufff, estoy tirando con todas mis fuerzas y esto no es mueve ni un ápice! O tiene demasiado óxido o estoy demasiado flojo... Tendremos que tirar todos.

Una palanca oxidada cuya función era desconocida, una puerta blindada y sin cerrojo, y un desconocido aproximándose por momentos. Evidentemente, el piloto no se detuvo a contemplar opciones ni consecuencias: después de todo, ¿qué podía salir mal? Solo se estaban jugando la vida, la Excalibur y los supervivientes de la tripulación de la Valiant.

Haber usado los pháseres para derretir la puerta era más seguro, pero lo que no podían hacer bajo ningún concepto era perder el tiempo discutiendo. Así que a la doctora no le quedó más remedio que sumar sus escasas fuerzas y hacer presión sobre la palanca. -No ha pensado que si tiene tanto óxido es porque se ha usado en menos ocasiones que las veces en las que se ha abierto esta puerta...- Protestó, pese a todo, resoplando levemente a causa del esfuerzo.

Si sobrevivían a esa misión, lo primero que iba a hacer era darse una ducha. Lo segundo iba, quemar el uniforme que llevaba puesto en aquel momento.

Pasar desapercibidos no iba a ser fácil pensó Sirril cuando advirtió a los guardias que descendían desde las lianas, desde luego para ser pacifistas declarados tenían una gran cantidad de guardias como si siempre estuvieran preparados para lo peor.

Sirril asintió al requerimiento del guardia, por un momento estuvo tentado de abrirse camino pero sin duda la probabilidad determinaba que no llegarían muy lejos así que se limitó a asentir al guardia mientras esperaban.

Gracias

- Muy amable, esperaremos por ese guía entonces.- Tiempo, había que ganar tiempo y descabellada sería a idea de hacer una imprudencía. Tocaba esperar la señal y rezar para que en ese momento, estuviéramos en condiciones para hacer aquello que debíamos.

Miré a Sirril con cara de circunstancias en cuanto el Guardíán se ausentó. Sabiamos que habían dos guardias mas al acecho, y puede que actuar antes de que volviera el tercero fuera una opción.

- ¿Que?. ¿Deseoso de acudir a esa ceremonía?.- Pregunté con segundas a Sirril para ver si intuía que quería hacer el Vulcano. Yo podía ser muy impulsiva, confiaba en su lógica para hacer lo mas apropiado.

Los dos guardias provenientes del nivel superior entran al pasillo donde Sirril y Aleksandra se encuentran, observan un instante a los invitados y se retiran hacia abajo, siguiendo las escaleras.

Luego el Guardián de la puerta regresa acompañado del guía para los invitados. La sorpresa es mayúscula cuando descubren que es la misma mujer que Jankowsky dejo aturdida con su rifle.

Sirril lleva disimuladamente una mano a su arma anticipando lo peor, pero no hace falta usar la pistola.

Hola. Es un placer ayudarles – saluda con sorpresa la Suplicante - Acompáñenme, la ceremonia es por aquí. – agrega con ligera emoción a los invitados para luego tomar la delantera, de regreso por las escaleras. La impresión es el desconocimiento por parte de la mujer sobre los invitados, aunque ellos pueden jurar que es la misma persona.

El guardia regresa a su puesto. Tan aburrido como siempre.

Con suerte no necesitaríamos abrir fuego sobre la puerta, esa palanca podría ser la solución, el problema es que nadie la había usado desde hace tiempo.

-Bien os ayudo, parece que viene alguien, démonos prisa.

Se oían pasos, alguien se acercaba, si nos movíamos rápido podríamos reducirlo después de abrir la puerta.

-¡Mierda!, alguien viene.

Me uní a los demás que ya estaban empujando el hierrajo y les ayudé con todas mis fuerzas.

Tras la cooperación de los tres la palanca cede, dando lugar al pestillo que traba la pesada puerta. Con un sonoro “CLIC” la puerta se abre un palmo, dejando el resto del trabajo para los visitantes.

Pero el tiempo apremia, porque un Guardián se encuentra a punto de dar la vuelta por un recodo y dar de lleno contra ustedes, cara a cara.

El MACO se adelanta, tomando la iniciativa, listo para atacar cuerpo a cuerpo, con su bastón aturdidor en alto.

En que situación nos vemos, atacando a quienes nos han ayudado, pero las circunstancias han provocado este giro de los acontecimientos. Aún así, no me gusta demasiado.

Entre los tres hemos logrado abrir la puerta, pero ahora nuestro MACO tiene ganas de guerra y decide esperar al que está llegando. Mientras Jan toma posiciones, hecho un vistazo a mi alrededor y al interior que la puerta recién abierta deja al descubierto.

Sirril asintió a la alferez, en su mirada parecía que intentaba tranquilizar a Aleksandra pero la cara de vulcano no era muy expresiva así que la alferez no acababa de poder identificar aquel rostro.

Al momento la suplicante apareció, sin duda era la misma mujer pero parecía imposible que hubiera llegado hasta allí, al ver que no le reconocían las conclusiones de la alferez sobre el agua tomaban fuerza y sin duda algo extraño había detrás de todo aquello, quizá era un clon hecho a partir de las lecturas de aquel extraño agua.

Sirril asintió a la suplicante mientras se preparó para seguirle, una vez la suplicante abrió la marcha el vulcano con disimulo la escaneo con su tricorder. ¿No nos reconoces? nos conocimos abajo o ¿es que tienes una hermana gemela? el vulcano parecía intentar aparentar que no sospechaba nada extraño

Cuando veo que por fin la puerta cede me preparo para la llegada del sujeto. Alzo mi bastón aturdidor al espera de que llegue, mientras doy instrucciones a mis compañeros:

-Venga, ya me encargo yo de entretener a quien sea, no perdáis el tiempo e id a por esos supervivientes.

Nunca me consideré un héroe, realmente tengo esperanzas de ser capaz de reducir al individuo. Si son fanáticos religiosos no creo que estén entrenados en artes de guerra, espero que no se complique la cosa.

¿No nos reconoces? nos conocimos abajo o ¿es que tienes una hermana gemela?

El trió comienza lentamente a descender por la intervención del Vulcano que desde su andar pausado provoca la demora en abandonar el nivel restringido para ellos.

Desde los balcones con los jardines los tres pueden observar claramente, desde la altura, la inmensa congregación de habitantes que no cesa de reunirse alrededor de la Joya sagrada. Cerca del borde y frente a la Joya se encuentra el Devoto, o sumo sacerdote, quien habla para sus fieles.

¡Suplicantes! Tenemos la bendición de contemplar la Joya sagrada en tan poco tiempo. ¡Nuevamente nos encontramos a punto de vislumbrar el final de la ceremonia! ¡Tan solo una hora! –

Fue cuando la guía se distrajo por las palabras de su guía espiritual que Sirril tomó la oportunidad para realizar un escaneo sobre ella.

Luego de escuchar al Devoto, la mujer responde con alegría – No. Es la primera vez que tengo el agrade de conocerlos. ¿Qué es “hermana gemela”? – finaliza en pregunta, con aire confuso.

El entrenamiento militar del Comandante no tiene comparación con las escuetas habilidades de lucha del Guardián que es sorprendido sin oportunidad de defensa alguna.

Mediante una llave, Jankowsky eleva en el aire al habitante de la pirámide, para luego ser arrojado contra una pared. La lucha termina cuando Jan utiliza su bastón aturdidor, dos o tres veces, hasta que el Guardián es derrotado.

Mientras tanto Lightman otea el interior de la recamara protegida por la enorme puerta.

Es una habitación de roca, sin iluminación, espartana en todo aspecto, donde lo único llamativo es un foso sin final aparente desde el ángulo de visión del timonel. 

Tan solo una reja impide que cualquier incauto sea tragado por el agujero artificial.

Sirril enseño la pantalla de su escaner a Aleksandra para que pudiera ver los resultados, estaba claro que a pesar de su semejanza perfecta no era la misma persona, sin duda un clon o un producto de laboratorio... fuera como fuese la politica de reproducción de aquella colonia no era normal.

Nada importante olvídalo... esta ceremonia parece importante, ¿que sucederá pasada esa hora?

Sirril observaba alrededor desde el balcón, se mantenía junto a la alférez unos pasos atrás para que no pudieran ser vistos desde abajo.

Aunque el guardián es duro logro reducirlo, el factor sorpresa me ayuda y, pronto, yace inconsciente. Después de asegurarme que no nos molestará lo dejo tumbado en el suelo con las manos atadas a su espalda.

Me acerco a la entrada donde Lightman y observo el profundo foso.

-Vaya, pensé que sería más "accesible". Tendremos que entrar, yo vigilaré la retaguardia.

-Buenos reflejos, comandante.- Indicó la doctora al observar el desenlace de la lucha, a pesar de que en su tono no podía leerse ningún tipo de emoción, como si el comentario hubiera sido más bien una cuestión de protocolo que un verdadero halago. Lo cierta era que Diane al igual que señalaba los errores sin piedad, también creía en la necesidad de reconocer los éxitos ajenos (aunque fueran mucho menos abundantes), cosa que hacía de forma mucho más mecánica que personal.

Sin detenerse por más tiempo, se acercó hacia la posición de Lightman y lanzó igualmente un vistazo al interior. Sus brazos se cruzaron sobre su pecho en una actitud hosca cuando indicó -Supongo que habría que haberlo imaginado, pero lo cierto es que no esperaba que lo del "pozo" fuera tan literal. Si el señor Sirril estaba en lo cierto, entiendo que los prisioneros estarán en el fondo... y, si están vivos, supongo que tendrá que existir una manera de descender que no implique la quiebra de todos los huesos de un organismo humano.- Tras decir esto, entró prudentemente en la habitación con su atención centrada en donde ponía los pies... no le haría ninguna gracia que alguna clase de trampa fuera a precipitarla hacia el agujero.

Hubiera perdido algo mas de tiempo, haciendo que nuestro guía nos mostrase los baños, pero sin darnos cuenta llegábamos a la ceremonia que tanto habíamos querido eludir.

Miré los datos que me mostraba Sirril y me pregunté si como la Suplicante, yo misma o el vulcano seriamos clones productos de ese pozo que nos sanó.

Escuchando la voz del orador un temor me embargó. La posibilidad de que la joya fuera la clave que arrastrara a nuestra nave hacía un funesto impacto contra la superficie, siguiendo los pasos de aquella a la que habiamos venido a rescatar.

- Una persona o individuo de gran parecido físico a otro.- Aclaré con buen humor, antes de acercarme a su oido. - Necesito refrescarme, ir a un baño. No se si entendeis a que me refiero. Me podeis conducir hasta uno?.- Cualquier pretexto era bueno para alejarnos de la ceremonia, aunque de hecho no me vendría mal y aprovecharía el momento.