Partida Rol por web

Artemisa pronto agilizó la acción de los demás, que luego de tanto tiempo en cautiverio casi olvidan como actuar según el código. Ahora con varias armas dispuestas a entrar en acción es como van a acudir en ayuda de James y los demás, quienes hace tiempo no dan señales de vida aparte de un mensaje apresurado.

- Haré lo posible por ir bloqueando los accesos en nuestra retirada – dijo Harry al mostrar algunas herramientas que dejó Jack poco antes. Con esas herramientas podría interferir circuitos, bloquear puertas y cualquier otra cosa que fuese necesaria.

- Gracias señora. Esto será muy útil – agradeció Chandler al empuñar el rifle de fase.

- Encontramos una antorcha de plasma. Esto servirá – añade William al mostrar la herramienta.

Entonces todos aguardaron por Karl, a que de inicio el avance hacia ingeniería.

Newton sonrió tratando de ocultar que era el inicio de una risa nerviosa reprimida. Había hecho una locura total quedándose y buena parte de su mente y su cuerpo se lo estaba reprochando. Pero aun así trató de mantener la compostura para salvar la vida de sus compañeros y la suya propia.

Encendió el escáner de mano y trató de buscar señales de vida humanas y andorianas. Lo primero era poder dar a Kendra un objetivo, luego se concentraría en darla la posición del enemigo.

-Voy a tratar de contactar con Stevenson, puede que no estén escuchando pero si no nos coordinamos esto es será desastre. -Sabía que los klingon podían escuchar pero si eran medianmente listos con la comunicación la información sería mínima.

-Newton a Stevenson. Primer paquete listo, vamos a apoyarle. Trate de ser cuidadoso con lo que dice por comunicaciones es posible que algún petaQ sin hontra alguna puede estar escuchando asustado en vez de venir de cara. -No sabía si les escuchaban pero si así era mejor provocarles un poco porque les hacía más previsibles.

Segundos después del mensaje de James llega el primer evadido del ataque de los monstruos que también invadieron ingeniería.

Ishant cruza el acceso a la bahía de carga, dejando detrás de sí un rastro azul, de su propia sangre. Entonces, sin energías, el andoriano cae al suelo de bruces. Su espalda presenta heridas considerables a causa del feroz ataque de los monstruos. A simple vista es difícil saber cómo aun continua con vida el corpulento ingeniero de la Franklin.

- Bll…rg…ahí v…vienen – balbucea sin fuerzas.

Y desde la bahía de carga es difícil descubrir quién o que se aproxima por el oscuro pasillo que conduce a ingeniería...

Iba a responder a Stevenson, pero apareció el enorme andoriano herido. -Mierda. -Se les escapó perdiendo la compostura por un momento. Fue corriendo hacia el andoriano para tratar de arrastrarlo hacia el interior.-Agradecería fuego de cobertura.

Trató de arrastrarlo al interior tirando de sus brazos dado su tamaño ni pensó en levantarlo era mejor que el suelo se encargara de parte de su peso. Tratando de arrastrarlo miró al que se había identificado como ingeniero. -Ayúdeme por favor, rápido. -Le hubiera gustado saber su nombre pero no era momento de presentaciones.

Artemisa no dudó en salir a ayudar, ya que, aunque aún dispusiera de la pistola, había entregado su fusil y realmente confiaba más en las armas con filo que en las armas de fuego.

Pasaron algunos segundos después de la llegada de Ishant hasta que James apareció a la carrera.  Varias de las criaturas seguían al comandante aunque este les llevaba unos metros de ventaja, unos metros vitales para atravesar el corredor y poder cerrar la puerta tras de si.

¡Cierren la puerta ahora!

James se dio la vuelta apuntando con su phaser hacía el corredor mientras la puerta se cerraba tras él

Siguió tratando de de llevar al andoriano lejos de la puerta cuando entró el comandante Stevenson.

Ishant cayó al suelo, la vida escapándosele por las heridas de la espalda, donde las garras de la criatura habían atravesado tela, piel músculo y queratina hasta dejar a la vista el hueso. La carne ardía como si hubiesen aplicado fuego en las heridas. Sin saber bien como, se encontró en el suelo. No recordaba haber caído. ¡Cuando había caído? No importaba, tenía que avisarles, avisarles. Tenían que salir de alli.

Sintió unas manos que se aferraban de su brazó y tiraban de él. El ingeniero cerró sus enormes manos sobre aquel que intentaba alejarle del peligro, parpadeó varias veces, intentando enfocar la mirada en quien intentaba salvarle. Cha'Karl. El andoriano intentó una sonrisa desvaída, a penas una ligera retirada de las comisuras que a penas dejó los dientes al descubierto. Sus antenas se agitaban como enloquecidas, sin ritmo ni sincronía. 

Haciendo un soberano esfuerzo, sacando fuerzas de la flaqueza, intentó impulsarse con las piernas para ayudar al oficial de comunicaciones, aliviar la carga que representaba para el humano... pero estaba débil, muy débil. Una hemorragia de tal calibre podía ser letal. 

Ishant puso todo su esfuerzo en, al menos, mantenerse alerta y despierto, en no convertirse en un peso muerto. En no terminar totalmente muerto.

Al llegar Ishant donde ellos inmediatamente Karl y Artemisa acudieron en ayuda de su compañero herido. Lo alzaron y lo llevaron junto a la salida donde William y Josh montan guardia a la espera de la llegada de la segunda y última lanzadera que los llevará a todos fuera de esa nave de pesadilla.

Cuando Stevenson entra en escena, perseguido por las criaturas de Licahss, Diana deja al andoriano para ir rápidamente junto a la puerta y pulsar el botón de cierre. En el último segundo la puerta anti explosiones se cierra de bruces frente a las aberraciones que acabaron con Ollander y provocaron grandes heridas a Ishant. De inmediato los monstruos comienzan a golpear con fuerza la puerta.

Burgundy, quien también está con ellos, acude junto a Diana con sus herramientas para intentar anular los mecanismos de la puerta.

- ¡Esto no los detendrá por mucho! –advierte el ingeniero al hurgar los cables de la caja de control.
- ¡Allí viene nuestro taxi! – festeja McTagger al señalar por la ventana la lanzadera de la Franklin.

La lanzadera se acopla con la Zeshkan. Ahora dependerá de que el grupo resista poco menos de un minuto hasta que la compuerta se presurice y todos puedan abordar la lanzadera.

Entonces con gran horror James e Ishant descubren que allí también hay bestias sanguinolentas. En el otro extremo de la bahía de carga al menos cinco monstruos esperan impacientes alguna señal u oportunidad para cargar contra el indefenso grupo que espera la lanzadera.

Por qué aun no atacaron es una completa sorpresa para James.

-Te han dejado bueno gigante azul. -Se permitió bromear con el andoriano, mientras guardaba el escáner en la cazadora y cogió el phaser con la mano derecha y el comunicador con la izquierda. La mano del phaser la mantuvo tensa pero no apuntó a los "tripulantes", quizás de momento no les veían como una amenaza y no iba a comenzar él. Pero tenía algo más que intentar, abrió el comunicador y transmitió en abierto esperando que Lichash le oyera. En este momento le daba igual que le oyeran los klingon, esperaba no darles información muy útil.

-Aquí Newton. Capitán estamos a punto de hacer lo que acordamos, aunque alguno de sus tripulantes está un poco nervioso si pudiera llamarles al orden creo que a la larga, como hablamos, será mejor para todos. -Sabía que podían escucharle así que trató de no ser muy concreto y quería pensar que Licash contendría a los suyos si es que podía. Luego le gustaría saber realmente lo que había ocurrido había varios tripulantes de la Excalibur que no había vuelto a ver y no sabía su destino.

La puerta se cerro justo a tiempo de contener a las criaturas, pero aquella pequeña victoría pronto se vería sobrepasada por la presencia de 5 criaturas más en espera de abalanzarse sobre los sobrevivientes,  Ishat parecía bastante herido pero vivo al fin y  al cabo y si conseguían tomar la lanzadera podría salir de aquello.

James miró a los supervivientes hacían un grupo de 7 en total lo que daba alguna esperanza para poder rechazar un primer ataque, al menos lo suficiente para que la compuerta hacía la lanzadera se abriera y huir antes de que derribaran la puerta.  El comandante hubiera agradecido que Karl le hubiera puesto al tanto de la situación pero ya no había tiempo para aquello así que sin querer pensar en lo pero James supusuo que el resto había conseguido salir en la primera lanzadera.

Haciendo una señal al equipo para que se posicionara frente a la exclusa donde la salvación les aguardaba, James uso su phaser para sellar la puerta que conectaba con Ingeniería, el haz de luz fundió todo el contorno de la puerta fusionandola con el propio fuselaje y haciendo así más dificil su abertura.

No disparen, pero preparen sus phaser a máxima potencia para repeler cualquier ataque.

El comunicador de James se abrió en el puente.

Capitán Licahss, sus hombres ya se cobraron el precio de la ofensa.  Ambos hemos perdido mucho, ahora dejenos marchar, o pediré a la Frankling que destruya esta nave.

Karl
-Aquí Newton. Capitán estamos a punto de hacer lo que acordamos, aunque alguno de sus tripulantes está un poco nervioso si pudiera llamarles al orden creo que a la larga, como hablamos, será mejor para todos. -

James
-Capitán Licahss, sus hombres ya se cobraron el precio de la ofensa.  Ambos hemos perdido mucho, ahora dejenos marchar, o pediré a la Frankling que destruya esta nave. -

Las palabras iniciando el llamado a la conciliación con el capitán Licahss por parte de los oficiales de la Franklin no mueren en el aire enrarecido por el odio de las bestias sedientas de sangre.

El espeluznante capitán alienigena de la Zeshkan se presenta, llegando desde el pasillo que conduce a la cubierta superior donde reside el puente. Cerca de él, y a modo de escudo viviente, se interponen sus “tripulantes”; aquellos monstruos que salieron por el panel de mantenimiento ubicado en el extremo opuesto de la bahía de carga.

-  Humano romper trato. Humano ahora tripulante Zeshkan. - advierte la voz sintética y metálica del traductor de Licahss.

Entonces otra bestia llega a la bahía de carga desde el mismo panel de mantenimiento. El monstruo es humanoide y su parecido con Ollander es incuestionable. Zarcillos espasmódicos crecieron en la abertura torácica donde antes se encontraban los órganos del tripulante y su rostro se deforma más allá de lo imaginable. El nuevo monstruo también aguarda las ordenes de su nuevo capitán.

La aparición de Licahss y de Ollander genera una pausa de un par de segundos que se extiende por milenios hasta que el sonido del comunicador personal de los presentes rompe el gelido ambiente.

- ¡Comandante! ¿Piensan quedarse allí para siempre? Tienen exactamente tres minutos para desbloquear la escotilla y subir a la lanzadera. ¡Tres minutos! -

La voz de la piloto de la lanzadera es familiar para James y su gente. Es la oficial Yanovich, quien en esta oportunidad esta a cargo de la segunda lanzadera que viene a por ellos.

Tal como afirma Laura la escotilla tiene un bloqueo de seguridad suministrado por Licahss, quien aguarda la reacción y respuesta por parte de los humanos.

Licahss hizo acto de presencia al mismo tiempo que la lanzadera terminaba su atraque, tan solo una puerta separaba al grupo de su propia nave, una puerta cuya apertura dependía del capitán de la Zeshkan.

Estaban rodeados, seguramente acabarían con algunas criaturas pero la derrota estaba asegurada... James bajo su arma intentando rebajar la tensión de la situación y esperando que el resto siguiera su modo de actuar a fin de que nadie cometiera un error.

Ollander, o lo que un día fue el oficial hizo acto de presencia mostrando su nuevo y perturbador ser, una criatura sin rastro del genio que un día fue a las ordenes ciegas de su nuevo capitán... James dio un paso al frente mirando directamente a los ojos vacios e inexpresivos Licahss.

Estos hombres no tienen la culpa, tan solo cumplen mis ordenes... dejales marchar y yo me quedare si ese es el precio a pagar.  Señor Newton se acaba el tiempo, lleve al grupo a la lanzadera.  Capitán permiso para que mis hombres abandonen la nave.

La mirada de James era firme y fija como si la batalla siguiera en aquel choque.

Ishant intentó una sonrisa humana cuando cha'Karl remarcó el lamentable estado en el que se encontraba. En lugar de la mueca espeluznante que solía significar, el gesto a penas podía pasar por una mueca dolorida. Sabía que si no recibía atención médica pronto, posiblemente no le quedase demasiado tiempo. La anatomía andoriana compartimentaba el cuerpo para que el sangrado de una zona del cuerpo no afectase al resto. Paredes interiores de queratina que protegían los órganos, músculos densos, huesos resistentes. Pero las heridas que había recibido habían anulado ese sistema biológico de backup, y el sangrado drenaba poco a poco la vida del ingeniero. Y se la llevaría con si no se detenía pronto.

Ishant abrió la boca, dispuesto a pedir ayuda, a preguntar por el resto de los tripulantes de la Franklin, por el resto de los rescatados. Si había de perecer, o si la falta de sangre le hacía perder la conciencia, necesitaba hacerlo con el espíritu tranquilo, sabiendo que el resto estaba a salvo. Que las personas importantes estaban a salvo. Un gorgoteo surgio de su garganta, pero quedó silenciado por la entrada del capitan de la nave, acompañado de lo que una vez fue Ollander. Ishant cerró los ojos y retrocedió hasta quedar recostado contra la puerta que le separaba de la salvación, respirando agitadamente. Se mantuvo en silencio, observando. La vida de todos los presentes pendía de un hilo. El hilo de la labia que fuesen capaces de reunir los humanos. 

Al ver Ollander en ese estado se le erizaron los pelos de la nuca, no querría que a él le pasara algo así, aunque el destino de aquella persona tan mal educada le importaba bien poco. Si bien no le molestaba que hubiera terminado así, si como decía Licash el ingeniero había hecho algo para cargarse el trato y quizás condenar a sus compañeras a la esclavitud y quizás a todos de morir en manos de los klingon le parecía un castigo justo.

-¿Ese idiota rompió el trato? No me extraña, en absoluto creo que haber sido esclavizado le dejó algún problema psicológico serio y es evidente que en su estado actual su educación ha mejorado, ya no dice ninguna tontería. -Lo que decía le parecía divertido, pero lo dijo con total seriedad. -Si lo que quiere es quedárselo suyo es, su actuación nos ha puesto a todos en peligro y ha roto un trato beneficioso para todos.

-Como le dije antes nuestros problemas actuales son comunes y creo que debemos trabajar sobre ellos. ¿Es posible que el comandante Stevenson o yo mismo nos quedemos como enlace y tratemos salir juntos de esta situación? -Sabía que el comandante no pretendería dejar a nadie atrás, pero por el momento Karl sabía que medio podía entenderse con Licahs lo que daba una mayor oportunidad de supervivencia. -Una sola persona vigilada por sus tripulantes es bastante improbable que pueda actuar contra usted o sus intereses con algún éxito.

Las palabras de Karl y James fueron lo suficientemente inteligentes y astutas como para cambiar el parecer de Licahss. De inmediato el extraño capitán pulsó algunos botones de su caja de control y en respuesta los monstruos despejaron la bahía de carga al trepar por los muros cual hormigas y aguardar inmobiles en el techo de la nave, a varios metros del suelo.

- Permiso para irse. Licahss no esperar Klingon. No opción. - dijo con su voz antinatural.

El pálido capitán dejó muy en claro que por mucho que quisiera aguardar por la partida de todos no podía quedarse allí mucho tiempo. Incluso un crucero D5 Klingon es un peligro que ninguna paga o trato merece tentar al destino.

A continuación la puerta de acceso a la lanzadera fue abierta y todos pudieron acceder a la pequeña nave utilitaria de la Franklin, solo que uno de los presentes debería buscar otro medio para abandonar la Zeshkan. Porque quedarse a bordo de esa nave tampoco era una opción.

Cuando las opciones involucraban el gélido vacío del espacio y una muerte rápida por congelación Karl descubrió una caja con un traje EV. El mismo había puesto ese traje allí un par de semanas atrás durante un ejercicio MACO en gravedad cero.

Ese ejercicio Karl lo recuerda como ayer mismo cuando vomitó su almuerzo dentro del traje. Edison un mes atrás fue muy claro en que el personal no militar debía realizar el entrenamiento MACO. Pues ese traje EV con olor a vomito podría salvar la vida de quien no entré en la lanzadera.

Quizá aquel cuerpo deforme o aquel exoesqueleto metálico podía dar una impresión equivocada pero la verdad era que Licahss había cumplido su palabra en todo momento y había sido un extraño aliado, pero un aliado que había resultado más fiel que algunos de sus hombres.

James asintió mirandolo a los ojos, Que tenga suerte capitán.

Fueron las últimas palabras del comandante antes de ver como la compuerta que les separaba de la lanzadera al fin se abría.  Esta bien, dijo James mientras tomaba el traje EV. No tenemos mucho tiempo, los klingon estan al caer y la Frankling no esperará mucho más, suban a la lanzadera y desacomplen de inmediato.

Sin esperar respuesta James comenzó a ponerse el traje EV para salir de allí antes de la llegada de los Klingong.