Partida Rol por web

Star Wars Stories: Sprouts of the Force

PRÓLOGO: Hound'ua Sicaligar

Cargando editor
20/03/2023, 19:55
Director

La hora era la indicada, y prácticamente no quedaría nadie levantado a esa hora que no fuese indispensable para las tareas vitales del templo. Accediste con facilidad al área médica y buscaste en los paneles informativos la habitación en la que estaba Maylak. Toda aquella zona estaba más fría que el resto del templo, pero era aceptable. Las pocas luces de la sala tenían la potencia justa para no molestar, e iluminaban sin problema lo que era una habitación alargada y austera capaz de tener hasta seis pacientes a la vez. 

[Música recomendada]

Maylak parecía estable y tranquila mientras dormía. El catéter que tenía en el brazo derecho era lo único que le habían puesto. Pero al mirar el otro, lo viste vendado. Y efectivamente, lo peor había ocurrido. La veías de cuando en cuando mover la cabeza, como si tuviera un sueño movido. En aquella tranquilidad de la noche, aunque no te escuchara conscientemente, era un buen momento para hablarle.

Cargando editor
21/03/2023, 07:52
Hound'ua Sicaligar

Hound'ua se escurrió entre la a penas abierta puerta de su habitáculo y con los sentidos alerta y usando las sombras y recovecos para pasar inadvertido. Al menos eso pensaba él, quizá un observador externo difiriese en esa afirmación. Fuera por sus indudables dotes para el sigilo o por las intempestivas horas, poca gente pululaban por los pasillos y nadir se percató de su presencia hasta que llegó a la enfermería .

Una vez allí reviso panales e indicadores hasta averiguar dónde descansaba Maylak, y una vez llegó a la habitación, la congoja le atenazó la garganta. Descansaba en una cama con un gotero puesto en un brazo, pero en el otro, en el otro ... Faltaba algo, y era algo que Maylak nunca recuperaría, por culpa suya.

La angustia atenazó la garganta del weequay que se arrodilló junto la cabeza de la togruta, y con cuidado, acarició suavente el lekku derecho de Maylak para calmar el agitado sueño de su amiga, pero despacio para no interrumpir su descanso. Con la voz aún temblorosa por la congoja, pero con determinación y un tono bajo y relajado para no despertarla Hound'ua le dedico unas palabras a su amiga:

-Se que esto no te detendrá en tu camino hacia el consejo amiga, eres fuerte, y superarás esto, pero te prometo una cosa Maylak, y es que apartir de ahora yo velaré por ti, no volveré a dejar que me pillen desprevenido dejándote pasar las consecuencias, entrénare doblemente, por mí y por ti, y seré la mano que has pérdido, amiga. Ahora descansa, recupera fuerzas, esto solo es una parada para demostrar tu fuerza, yo estaré ahí cuando despiertes, para guardarte las espaldas...

Durante algunas horas velará el sueño de su amiga, controlando su respiración, y que no se despierte, cuando sea evidente que la actividad del templo va a reactivarse pronto dejara la habitación, pero no sin antes dejar dos cosas en el regazo de su amiga, una muñeca de formas difusas pero anatómicamente similares a una togruta, el único recuerdo que Maylak trajo consigo de su planeta natal y que ha guardado hasta ahora, y un bollo, los favoritos de Maylak, que Hound'ua ha revisado a conciencia para asegurarse de que no es peligroso.

 

Cargando editor
21/03/2023, 19:17
Director

Pasaste gran parte de la noche junto a ella, y en ciertas ocasiones parecería que respondía a tu presencia, pero no sería más que el movimiento involuntario durante el sueño. Sin embargo, sentiste algo etéreo en el aire, como una sensación de calma y seguridad. Esperanza. Si el futuro se planteaba más o menos difícil, al menos tenías la certeza de que lo superarais juntos; trabajando por poner en pie de nuevo a la Orden, y previniendo males como el ocurrido a tu camarada togruta. 

 

Pasarian unos pocos años en los que veriais crecer vuestras habilidades y, sobre todo, vuestros conocimientos. Conoceriais a nuevos integrantes de la Orden, trabando amistad o al menos una actitud de respeto mútua en la mayoría de los casos. La Maestra Ilis seguiría resintiendo algo en su interior cada vez que te atrevias a escudriñar en su interior, pero sin saber el qué; aunque quizá algo podías presuponer.

Maylak se acostumbró a usar su prótesis de tres falanges con la que manipular objetos, e incluso para la lucha. En los vestuarios comunes miraba en ocasiones su muñón con expresión seria. Por otro lado, su forma de ser pegó un vuelco tremendo. Si bien no desdeñaba tu buen humor, ya no parecía sentirse cómoda desobedeciendo las directrices de los maestros.

Mucho cambiaria en tan pocos años, pero más lo haría en los que estaban aún por venir. Si estarás a la altura o no, dependerá de ti y tus circunstancias.

Notas de juego

Fin del prólogo