Partida Rol por web

Parecía que el cereano tampoco estaba dormido del todo. Sólo cansado, porque, bueno, era de noche. Era la hora en la que la gente se cansaba.

-Eh -se encogió de hombros- No podía dormir, sobre todo. E iba a comentar un tema más tarde, pero, meh, supongo que valdrá ahora. Al menos no hay nadie alrededor. Carpe diem y toda esa mamada.

Esperó a que el hombre se centrara para continuar. No debería esperar mucho: él era capaz de hacerlo con facilidad, y el cereano era, en pocas palabras, mejor que él. En el uso de la Fuerza, al menos. Y en otras bastantes cosas, pero prefería no pensar demasiado en eso.

-Mira, eres... marginalmente menos gilipollas que el promedio de este antro de idiotas -dijo, lo más parecido a un halago que había dicho en mucho tiempo. No era una persona muy positiva- Por un margen alto. Así que voy a ser lo más gentil posible, porque soy un jodido santo: necesito tu ayuda para actuar a las espaldas de los Maestros. Están ocultando algo, algo gordo, y hay gente sufriendo por ello.

Sacudió la cabeza mientras decía esto y sacó una nota en un papel que decía

POSIBLE VIGILANCIA DE ESCUCHA. POSIBLE ESCUCHA POR LA FUERZA. SI ESTÁS DE ACUERDO CON LA IDEA MUÉSTRATE RESERVADO Y LLÁMAME "PADAWAN ZEZ" PARA MANTENER DISTANCIAS MIENTRAS ME ESCUCHAS -y, tras girarla- PUEDO CERRAR MIS DEFENSAS Y PUEDES TENER ACCESO A MIS RECUERDOS MIENTRAS HABLAMOS, EN ESE CASO. HABLARÉ DEL CASO MIENTRAS LO HAGO

mostrándosela a Cadur-Xi-Mirr. Esperaba que fuera lo bastante rápido como para pillarlo sin discutir; de todos los demás, era de quien más esperaba que no la cagase en aquel momento, siendo sinceros. 

-Puedo explicarte de qué se trata. También tienes la oportunidad de acabar la conversación aquí y olvidar que hemos hablado. ¿Así que, qué elegimos, genio?

Preguntó, esperando la respuesta del cereano, mientras la nota desaparecía rápidamente... detrás de la máscara de gas, que fue retirada un momento para comerse la nota, que desapareció con gran rapidez y discreción en jironcitos por la garganta del chico. La máscara respirador volvió a su posición casi instantáneamente.

-Urghf, goma de *mierda*

Cadur-Xi miraba al joven con el ceño fruncido, pensaba con más claridad ya incorporado y, a decir verdad, le venía bien poner algo de distancia con sus pensamientos: quizá más tarde tomase una decisión.

Le escuchó en silencio, ¿había venido en medio de la noche a halagarle? Bueno, siendo el, podría considerarse un halago. No conocía tanto al clawdita realmente, pero sabía que podía ser tan ácido como un limón, solo que si realmente quis...-¿A espaldas?- preguntó. La sorpresa de la afirmación lo sacó de su ensimismamiento, sumiéndolo en un auténtico estupor.

Leyó la nota un par de veces, rumiando su contenido.

-¿Sabes?- comenzó, tras devolverle la nota -Te iría mejor aquí si tratases de ser menos caustico, padawan Zez- expresó, siguiendo sus instrucciones.

Probablemente no mucho antes simplemente se habría dado la vuelta y habría regresado a la cama...pero la maestra Tovak le había dado mucho en que pensar.

Cadur-Xi quedó sumido en un silencioso estupor mientras lo sucedido entre Zez y la maestra Ilis se desvelaba a sus ojos. No sabía nada de lo sucedido a la padawan Maylak, suponía que habría ocurrido algún accidente.

Se llevó las manos a la sien, sintiendo su mundo tambalearse. Lo que el tenía por un templo, una orden unida estaba resultando una ilusión. 

Ahora, además, había habido heridos y una amenaza yacía latente en el interior del recinto, sin contar ya con las amenazas externas, de las que los jóvenes habían sido testigos.

Se incorporó, desaparecido su habitual gesto amable, con una mirada de determinación. -Elijo saber, Zez-.

Estaba, en el fondo, convencido de que había de haber una explicación, un porqué. Pero necesitaba saber más.

La decisión estaba tomada. Había que perforar aquel secretismo a cualquier precio; incluso se comportaba la expulsión de la Orden.
En el momento acordado, ambos padawan se quedaron hasta tarde en la biblioteca del piso superior del templo. Cuando el último de los maestros abandonó la sala, solo quedaba seguirle a buena distancia, entreteniendo la mente con una conversación nada inculpatoria, por si las moscas. Una vez llegaron al pasillo que daba al ala de los maestros, esperaron a que este entrase antes de aproximarse más. Ambos sabían que aquella puerta era como todas las demás: nada de seguros magnéticos, pases o teclados numéricos. Estaba abierta para todo el que quisiera entrar. Otra cosa es que se debiera; y otra más que nadie se enterase. La confianza, al fin y al cabo, era la norma que marcaba la convivencia en el templo. Lo que Cadur-Xi y Zez no sabían, era lo que iban a encontrarse más allá de aquella puerta. En cuanto a la disposición del sitio, debía ser exacta al resto del edificio, sin sumar la zona privada del Consejo, ya que era única.
Una vez dentro, solo deberían buscar el área médica.

El claudita gruñó de forma seca antes de contestar.

-Cierra el pico y escucha...

Mientras el cereano accedía a sus memorias, recuerdos y sentimientos, una posición extremadamente vulnerable, y más para una persona como era él, el chico iba hilvanando la historia que esperaba que quien escuchara recibiera en su lugar. La historia era en realidad lo mismo, salvo que incluía una *conveniente* cantidad de hechos y factores que habían sido reconstruidos de forma casual, omitidos o re-interpretados. Contados, además, de una forma más seca de lo que se estaban mostrando a Cadur-Xi-Mirr en su interior.

-...

Le tendió una nota.

ESTA ES LA LISTA QUE HE RECABADO DE POSIBLES DESAPARECIDOS Y VÍCTIMAS ENTRE LOS APRENDICES Y PADAWAN Y POSIBLES INSTALACIONES DE SEGURIDAD LOCALES. LÉELA, MEMORÍZALA, Y CÓMETELA AHORA. COINCIDIMOS DE FORMA NATURAL EN VARIOS LUGARES, NO LO EMPIECES A EVITAR O ALGUIEN ACABARÁ SOSPECHANDO

Aprovechó el momento de la nota para desviar la mirada, más nervioso e incómodo de lo que le hubiera gustado estar. Después de todo, había bajado todas las defensas para que alguien pudiera ver todo aquello que había visto y sentido como si lo hubiera vivido él, con todas sus miserias y debilidades. Aquello había sido... difícil. Desagradable.

-Huh. Genial, eso puede indicar que tienes al menos medio cerebro.

NO HE PODIDO COMUNICAR CON HOUND´UA NI ONEY HASTA AHORA PARA SONDEAR. QUIZÁ TÚ TENGAS MÁS SUERTE. MYLAK, TAMBIÉN, PERO COMUNICARÉ SI ENCONTRAMOS ALGO DENTRO

La chica ya había sufrido demasiada mierda de parte del Consejo. Prefería confirmar que hubiera algo turbio dentro antes de arrastrarla a nada. Además... estaba la no insignificante posibilidad de que simplemente le entregara al Gran Hermano "por su bien" si no llevaba ninguna prueba antes. Y ella estaba en esa diminuta lista de gente que le toleraba siendo lo que era, así que, bueno... no tenía tanta-tanta prisa...

Todavía notaba el sabor del papel mientras se dirigían hacia el ala de los maestros. Si tan solo un día antes le hubiesen dicho que estaría haciendo esto...en fin.

El cereano pensaba prácticamente cada paso, el riesgo y el temor a ser descubiertos lo llevaban a extremar las precauciones...quizá incluso demasiado, si eso es posible en una situación así.

Mentalmente trataba de recordar planos o cualquier lectura realizada que les fuera de utilidad.

Por otro lado, se forzó a concentrarse en no dejar ningún rastro reconocible mediante la Fuerza, "borrando" su paso furtivo por las salas de los maestros.

Toda la información que habían podido conseguir era, a la hora de la verdad poca... pero a la hora de la verdad, tampoco podían no hacer nada. No mientras había tres chicos ahí dentro en el mismo estado de Mylak, o peor. No cuando los Jedi dejaban que una cría se culpase a sí misma por la irresponsabilidad de todo el mundo, mientras que una instructora daba más valor a la "operación" que estaba organizando que a informarla de lo que pasaba.

-...

Asintió con un cabeceo de medio agradecimiento a Cadur-Xi-Mirr. Aquello era arriesgado no, lo siguiente, y al menos él nunca había confiado del todo en la supuesta bondad intrínseca de la Orden y siempre había estado en el fondo del barril en lo que en la vida se refería; el cereano, por otra parte, era un prodigio en básicamente todos los factores de la existencia y además era el ojito derecho prodigio en ciernes por todo el mundo, y se había criado creyendo que una gente que pretendía convencerles de que un código con como diez lineas era imbatible e indiscutible, pero creyéndoselo de verdad. Para él tenía que ser mucho más difícil todo aquello. 

Para Zez... bueno. Nadie esperaba demasiado o nada de él, en realidad. Nunca había asomado lo suficiente como para que pudiera hundirse mucho, y apenas un par de personas le defenderían si alguien con la bastante posición dijera que había sido corrompido por el Lado Oscuro y había que hacer un ejemplo de él. Y quizá hasta tuvieran razón. Después de todo, a lo largo de su vida parecía que lo que más había hecho había sido servir como escarmiento para otros.

"Ah, drokk"

Sacudió la cabeza, centrándose y buscando apagar su presencia en la fuerza, de forma sutil como para que no destacase en un contorno si alguien estaba haciendo una lectura superficial.