Partida Rol por web

El cereano asintió a su recién llegado compañero y le dedicó una sonrisa amable.

-Me alegro de verte, Zez- 

Viendo el sable de luz en su cinto su sonrisa se ensanchó -Enhorabuena, ¡es estupendo ver que también lo has logrado!- Si bien no conocía demasiado al muchacho, decidió que un tono animado sería lo mejor para su estado de ánimo, que parecía cuanto menor agrio.

Asintió a Zez -Si, eso parece. Me figuro que no habrán demasiados maestros para atendernos a todos, aunque no conozco el motivo real.- dijo, restándole importancia con un gesto de la mano.

Se sentía realmente contento, como podía verse a todas luces. La mención de los sables solo haría más que ampliar su sonrisa, que amenazaba con extenderse de pared a pared -Ha ido mejor que bien- expresó, emocionado, mostrando una pareja de sables al cinto.

-La maestra Serra me ayudó mucho, no lo habría logrado sin su guía, ha sido toda una experiencia, a decir verdad- dijo mirando a ambos muchachos.

El ithoriano valoró la labor del weequay con cierta distancia y necesitado de enfocar su atención, pero el padawan pudo ver una actitud conforme en su maestro.
—Has realizado una labor excelente, muchacho. Incluso has empleado técnicas de las que no era consciente —Examinó más de cerca los arreglos más personales de las espadas—. Un gran trabajo. Y por supuesto confío en que serán usados para la mejor de las causas —Podía vérsele más animado ahora que lograba centrarse en lo que tenía delante.— Puedes marchar con tus compañeros. Seguro que también querrán presumir de sus creaciones —El ithoriano esperaría en la salita hasta que su padawan saliese.

-Gracias Cadur, y enhorabuena a ti también por el tuyo., parece que también hay que felicitar a Zez, eso, o es que se alegra de vernos.

Acompañó esta última broma con una palmada amistosa en la espalda de Zez, a modo de saludo, aunque se arrepintió un tanto al ver la cara de preocupación de este.

-¿Va todo bien?, pareces preocupado Zez.

Bajando el tono de voz añadío:

-Yo también sigo preocupado por lo que vivimos allí, pero no podemos dejar que nos bloquee, solo podemos seguir adelante, aprendiendo y preparandonos...

Pronto vío como su compañero cambiaba de tema hacia las espadas y decidió no insistir, siguiendo la conversación sobre un tema más agradable.

-Pues la verdad esperaba que fuera mucho más sencillo, me ha costado bastantes horas, y repeticiones, pero me ha gustado bastante, hacía tiempo que no me enfrentaba a un reto tan interesante y divertido. Los míos son naranjas, ¿Los vuestros?

Los dos iban con dos espadas al cinto.

"Dos espadas, eh"

Los Jedi tenían que ser garantes de la paz y solo desenvainar en la más absoluta de las situaciones pero llevemos todas las armas posibles encima, no vaya a ser. Pero uuuuhhhh, cuidaaaadooooo, que este chico lleva una espada roja, seguro que es el traaaaidooooorrrr...

-¿Meh? No, no tiene nada que ver con eso, ya la jodimos allí, tendremos que hablar más tarde, pêro ahora...

"Los míos son naranjas, ¿Los vuestros?"

Cruzó los brazos, desafiante... pero bajó la mirada.

-...rojo.

Retirándose el pliegue de la túnica, mostró los suyos, uno era característicamente más corto, de los conocidos como shoto, más aptos para la defensa.

-Verde y morado, respectivamente- dijo, señalando al sable normal y al corto.

Escuchó a Zez y evitó responder, pero le dedicó una mirada de comprensión.

Cuando escucho la réplica de Zez, no pudo evitar enarcar una ceja, "La jodimos allí", no estaba muy de acuerdo al respecto, cierto que el resultado y las formas debieron ser mejores, pero el resultado, dada la situación, no había sido tan horrible, al menos en lo que respectaba a Hound'ua, sin embargo dado que su co-padawan no había querido profundizar en ello, lo dejo correr, por ahora. Sin embargo la siguiente respuesta volvío a requerirle un esfuerzo el mantener un semblante firme, el color del sable de Zez no podía definirse por menos que curioso, sin embargo, si el maestro Kadar-yub lo había permitido, el no era quién para cuestionarlo, aunque estaría atento, como co-padawan ahora Zez era en parte, responsabilidad suya, y quizá, una fuente de aprendizaje.

Debida a estas reflexione comenzó cauteloso, como quieriendo medir sus palabras, aunque después la emoción lo traicionó, y no pudo evitar coger carrerilla, como quién habla sin pensar, más llevado por el ansia o la curiosidad:

- Mmmm  ... curiosa ... elección de color. Pero... ¿Cómo es? Lo vas a empuñar a una mano, a dos, o quizá es doble, eso si sería alucinante, tiene que ser difícilisimo de coordinar...

Los colores de Cadur eran más tradicionales, aunque la verdad le sorprendio que no fuesen del mismo color, sin embargo le agradaba no ser el único en haberse decantado por dos sables, y no pudo evitar cambiar de sujeto, para involucrarle también en la conversación:

-Yo soy un tanto indeciso, así que los he hecho regulables, pero también pretendo emplear con un shoto y un sable normal, ¿crees que nos costará mucho aprender? Quizá me haya pasado de optimista, pero es lo que me pedían los cristales, ¿a vosotros también os pasó? Lo de que los cristales decidiesen su forma digo...

La respiración de Hound'ua se había acelerado un tanto, aunque de una manera totalmente distinta a como vistéis en el templo, acelerada, pero más relajada, entre divertida y anhelante, el brillo en sus ojos os decía a las claras, que o empezaibas a responder, o lo interrumpíais, o iban a venir más preguntas de allí donde estas habían aparecido...

Toda su respuesta al "escepticismo" de Hound´ua fue un resoplido. 

-"Elección de color". Hice esto con los ojos cerrados, sin ver los colores, como tú. Como TODOS -sacudió la cabeza- Así que sí, sé perfectamente lo "curiosa" que es la "elección de color", no necesitaba más -y esta vez hizo el gesto imitando las comillas con los dedps- "recordatorios" en mi vida, ya llevo escuchando esa mierda desde que vivo aquí todos los días de ella, muchas gracias.

Sacudió la cabeza y sacó el sable láser del cinturón para mostrarlo. Parecía un sable láser muy muy estándar, a simple vista.

-¿Honestamente? Llevar dos espadas me parece de pajeros cuando no sé llevar ni una, y un arma doble es una mierda, no quiero rebanarme el ojete por accidente cuando esté tratando de desviar un disparo o parar el ataque de alguien; no soy un niñato sith, no tengo que ir por la vida demostrándole a nadie lo grande que tengo la polla en la Fuerza. Además, pensaba que los jedi no veían muy bien lo de la escalada armamentística.

El tono con el que dijo lo último, tras un encogimiento de hombros, parecía indicar que tenía su propia visión sobre las cosas que los jedi no "veían muy bien" y que no corría exactamente pareja a la línea oficial. Con respecto a lo último, se encogió de hombros.

-Más o menos. Asumo que es lo normal, teniendo en cuenta que el ejercicio lo hicimos sin mirar y enfocados sobre todo el la Fuerza.
 

Miró a Hound'ua, meditando la respuesta antes de formularla -La verdad es que no creo que sea sencillo, o que deje nunca de aprender, pero ya sabes lo que dicen "la práctica hace al maestro"- se detuvo para reírse de su propio chiste -Si, creo que se a que te refieres. Sentí lo que debía hacer más que saberlo, aunque es cierto que sin la maestra Serra seguiría teniendo en las manos un puñado de piezas y un cristal kyber- 

Se detuvo para recuperar el aliento antes de continuar.

Cadur-Xi asintió y miró con expresión afable a Zez. Lejos de responder de manera cortante trató de mantener un tono comedido -Bueno, a decir verdad espero no tener que usar ni siquiera una de las espadas sin haber recibido el entrenamiento oportuno- afirmó, sonriente.

[Música recomendada]

El eterno conflicto intestino de la Fuerza acrecenta su presencia en la Galaxia, aunque a Tython comienzan a llegar tan solo sus ecos. Y es precisamente allí donde, una vez más, el ciclo se completa para unos jóvenes jedi.

El tiempo del aprendizaje ha terminado, y ahora se abre ante ellos un inescrutable camino lleno de dudas — aunque no estarán solos.
Solo el tiempo dirá si se cosecharán más victorias que derrotas; y si en el final se conformarán con sus actos o se verán deformados tras lo que aún tienen por delante.